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Schipani, Daniel S. Manual de Psicología y Acompañamiento Pastoral. ( Asociación para la

Educación Teológica Hispana.

Santa Biblia ( TLA). Romanos 12:15.Sociedades Bíblicas, American Bible Society, 2010

José A. Otero Soto

Psicología y Acompañamiento Pastoral

Cuando hablamos de cuidado pastoral es importante saber como debemos realizar esta
labor de amor y compasión por él necesitado. Estaremos presentando recomendaciones según el
autor de la lectura y como nos ha beneficiado en nuestro ministerio pastoral.

La práctica de la psicología es la que describe e interpreta la conducta humana. También

nos provee técnicas para poder entender y ayudar por medio de terapias, talleres,Consejeria y
otros medios a los necesarios. Para que nuestro acompañamiento pastoral en nuestra
comunidades de fe sea más efectivo al tratar casos de índole emocional debemos de tener en
cuenta el conocer de esta disciplina y como ayuda al ser humano. Para poder tener un
conocimiento básico y poder ayudar cuando podamos o referir cuando sea necesario es
importante relacionarnos con el tema.

En nuestro contexto teológico como pastores ofrecemos un entendimiento sobre el

mundo espiritual y visión de vida enmarcada en valores, ética, y los aspectos sociales en base de
nuestras creencias en Jesus. Ahora debemos de también incorporar a nuestra teología, la
psicología ya que ambas disciplinas son necesarias para la comprensión del ser humano. Ambas
se complementan ya que solas por si mismas son insuficientes.

Ambas disciplinas nos ofrecen un panorama especial y único. Esto no significa que la
teología será sustituida por la psicología, sino que la teología tiene esa prioridad lógica y
conceptual sobre la psicología. Entendiendo la contribución que hace la psicología a nuestra
teología nos ayuda a poder determinar que criterios usar para saber que practica de espiritualidad
no son saludable aunque puedan ser psicológicamente integradora.

La comprensión interdisciplinaria en nuestra pastoral es importante como nos muestra la

lectura en el cuidado del enfermo. Como una oración puede estar teológicamente incorrecta
cuando declaramos al enfermo que su condición de salud es producto de su pecado. Yo recuerdo
que en una visita a un familiar que ya estaba moribundo a causa de una enfermedad terminal.
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Observe como una hermana de su iglesia lo estaba visitando y mencionaba que la paga del
pecado era muerte. Suponiendo que por el hecho de que el enfermo fumo cigarrillo en su
juventud era la causa del cancer que lo estaba matando.

A esta hermana se le olvidó lo que es la empatía y misericordia y el poder de redención

de nuestro salvador que tanto predicamos en nuestras iglesias. Este caballero llevaba mas de 50
años que le había entregado su vida a Cristo y no había vuelto a fumar. El cancer que él padecía
no se relacionaba al cigarrillo más bien se relacionaba con la edad y que es un cancer muy
común entre los hombres. Nada tenía que ver con pecado más bien era un asunto biológico. Ante
este espantoso y desacertado suceso me vi en la obligación de realizar una oración tanto por los
familiares y cuidadores allí presente como por el enfermo que estoy seguro que entendía que
estaba sucediendo. Lo primero fue resaltar la compañía de Jesús en ese proceso y de su poder
para llevarse todo sentimiento de culpa y temor. Que el se acercaba al ser humano sin reproche
sino con misericordia y que su presencia nos estaba acompañando. Como menciona la lectura
llevar un mensaje solidario, empatico y de acompañamiento.

Esta comprensión interdisciplinaria nos permite entender que los que estamos en la
pastoral somos seres humanos y que podemos vivir momentos que estemos afectados
emocionalmente. Entender que tenemos opciones de tratamiento con resultados favorables y no
sólo descansar en la oración y dejar de cuidar ese aspecto de nuestras vidas. Que lo emocional no
siempre esta ligado con lo espiritual. Si lo podemos entender con nuestras situaciones personales
podremos tener un mejor entendimiento también de nuestras congregaciones. El darnos esa
oportunidad nos permite ayudar también a nuestra familia inmediata y la extendida.

En mi vida personal y de acuerdo a la lectura es sumamente importante el poder

comprender lo necesario del cuidado de nuestras emociones. Poder comprender que podemos
vivir momentos de mucho estrés y a su ves presentar momentos de ansiedad los que debemos de
atender. Comprendiendo esto podemos también comprender a lo que se enfrentan día a día las
personas con las que interactuamos a diario. La Psicología nos aporta tanto en conocimiento y
entendimiento. Nos habré una puerta a la sensibilidad del que sufre y no es entendido ni tratado.
Nos humaniza y nos lleva a entender que existen estos problemas, en algunos casos más
complejos, pero tenemos una esperanza con esta disciplina.

Esta lectura me ayuda abrir el campo de entendimiento y compresión de mis hermanos y

amigo que visitan semanalmente nuestra iglesia. Me ha llevado a conciencia que muchos de los
que llegan a nuestras iglesia no tan solo necesitan ayuda en el área espiritual sino que también en
el área emocional. Estoy inspirado en que mi comunidad de fe pueda ser una comunidad sana
emocionalmente. Para poder llegar a esa meta no tan solo trabajaremos lo teológico sino como
menciona la lectura podemos armonizar con la psicología y ser más asertivo. Cuando menciono
ser asertivo es porque reconozco la necesidad de mi comunidad de fe en ambas áreas. Al poder
identificar estas áreas a trabajar me da la oportunidad de poder atenderlas. Ciertamente atenderé
las áreas que mis capacidades y preparación me permitan, pero las que no pueda atender poderlas
referir para recibir ayuda y acompañarles en el proceso. Parte de nuestra misión como pastor es
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cuidar nuestro rebaño no tan solo en lo espiritual sino en lo físico y mental. Creo que como
iglesia tenemos grandes oportunidades atendiendo esta situaciones que nos lleva a ser una iglesia
empatica y un ministerio con gran sentido de hermandad. Como dice en Romanos 12: 16 (TLA)
Si Alguno está alegre, alégrese con él; si alguno esta triste, acompáñelo en su tristeza.
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