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LA CENA DEL SEÑOR

1 Cor 11, 24-25. Mc 14, 12-16

El vino de sus venas nos provoca.


Mis manos, esas manos y Tus manos El pan que ellos no tienen nos convoca
hacemos este gesto, compartida a ser Contigo el pan de cada día.
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
Unidos en el pan los muchos granos, fraterna y subversiva Eucaristía.
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. P. Casaldáliga,
Comiéndote sabremos ser comida. Todavía estas palabras, 80

«La cena del Señor fue desde el principio el centro de la vida cristiana, y no tanto objeto de especulación como de práctica litúrgica y de
experiencia religiosa» j. Betz
.
1. LA CENA ES ANTE TODO UNA COMIDA: loa Seres humanos no alcance el cordero, es la cena de la comunidad, donde todos
podemos vivir sin alimentos, su ausencia nos llevaría no solo a la desde diversas orillas encontramos un lugar de acogida, de
desnutrición, sino a la muerte, ya que los alimentos al esperanza y de libertad, donde no se trata de merecimientos,
convertirse en proteínas permiten el fortalecimiento del cuerpo sino de fraternidad, encuentro y esperanza, donde todos,
y de la vida en general (esto puede sonar un poco físico, pero es recostados en el diván del amor divino, encontramos a Dios
la base para nuestra comprensión del misterio sublime como padre y compañero de camino, por eso vemos que Jesús
establecido por Jesús en la cena pascual) en la cena dominical realiza la denomina «fracción del pan» y la distribución del pan y
está ínsito este mismo proceso vital, ya que cuando comemos el de la copa, como una nueva forma de vivir la comunión,
cuerpo y la bebemos la sangre, nos abrimos al proyecto de Jesús, haciéndonos uno con él
nos unimos a él de forma sublime y especial, asumiendo sus 3. LA CENA ES UN BANQUETE DE ALIANZA, en la línea de Ex 24
mismo sentimientos, sus actitudes y su forma de ver la realidad, (alianza seguida de un banquete), como lo muestran Me 14,24
es una forma algo técnica de utilizar la expresión Paulina de («mi sangre de la alianza») y 1 Cor 11,25 («copa de la nueva
Gálatas 2, 20: “vivo más no soy yo, es Cristo quien vive en mi”. alianza en mi sangre») en referencia a Ex 24,6 («Esta es la sangre
2. LA CENA ES UNA COMIDA COMUNITARIA, el banquete de Jesús de la alianza»). Por ello la cena se emparenta con los banquetes
y del grupo de los doce, distinto de los banquetes familiares. Ya de pentecostés, que era una fiesta de la alianza en ciertos
no se trata de una comida para unos cuantos, para quienes círculos judíos. La nueva alianza, la establecida por Jesús, no
requiere de sacrificios de toros o animales, se convierte en el 6. LA CENA ES UN BANQUETE DE DESPEDIDA, como lo muestran
acercamiento a la respuesta de amor que nosotros como Mc 14,25 («Ya no beberé más»), 1 Cor 11,23 («la noche en que
creyentes debemos asumir. La cena dominical, nos pone de cara fue entregado») y el discurso de despedida en Juan.
a una experiencia nueva, él nos entrega su ser, nosotros decimos 7. LA CENA ES UN BANQUETE SACRIFICIAL. Bastantes elementos
no, pero el dice sí, yo quiero estar con ustedes hasta el fin de los de nuestros relatos ponen el acento sobre el carácter sacrificial
tiempos, yo quiero ser uno con ustedes, quiero alimentarlos, de la cena: sacrificio de tódah, sacrificio de la alianza, sacrificio
fortalecerlos, nutrirlos con la fuerza de la esperanza. Aquí ya no del cordero pascual, alusión al servidor (Is 53,12); las menciones
se trata de la obediencia del hombre frente a Dios, se trata de de la sangre derramada (1 Cor 11,24; Le 22,20; Me 14,24)
una alianza entre el padre y el hijo, donde la fidelidad se recuerdan netamente el sacrificio de expiación (Me 10,45); por
convierte en una realidad inviolable. En palabra de Joseph fin, la separación del pan y del vino, del cuerpo y de la sangre,
Ratzinger, “esta fidelidad … consiste en que él no solo actúa puede evocar la muerte violenta de la víctima (cf. 1 Cor 11,26:
como Dios ante los hombres, sino como hombre respecto a Dios, «anunciáis la muerte del Señor»). Para mi en este momento es
fundado así una alianza irrevocablemente estable. imposible dejar a un lado la experiencia de la expiación, puesto
4. LA CENA ES UN BANQUETE DE ACCIÓN DE GRACIAS, una que desde siglos atrás sea visto como “sacrificio” y dolor, pero
eucaristía en la línea de los banquetes sacrificiales del AT y luego de acércame a una serie de teólogos, no sólo católicos, sino
especialmente de la tódah. El banquete del Señor es más que protestantes, aparece una imagen renovada, que muestra como
una comida ordinaria, se presenta como un banquete sagrado en la cruz, no es un martirio, es un lenguaje, que pone de manifiesto
suplencia de los banquetes cultuales del templo, de tal forma como ante la negativa del hombre por aceptar el reino de Dios, el
que el pan y el vino se convierten verdaderamente en el cuerpo reino del amor, Él pone sobre la mesa un amor incondicional que
y la sangre de Cristo, los que nos lleva a reconocer que la entrega habla en las mismas categorías humanas, y utiliza su accionar
que hace Jesús, no simplemente es una cuestión conceptual o como forma de darse a conocer y manifestar su proyecto de
dogmática, sino que, usando la terminología propia del quehacer libertad.
Judío donde el cuerpo hace referencia a la persona y la sangre a 8. LA CENA ES UN BANQUETE MESIÁNICO Y ESCATOLÓGICO. El
su esencia, Jesús en la última cena hace una entrega total de contexto pascual evoca bien esta liberación mesiánica, el don del
super existencia, el se nos da como alimento que fortalece y pan de la vida (Jn 6,1-58) evoca el maná mesiánico. La cena de
engrandece el corazón, como realidad vital que nos lleva a una Jesús es un gesto mesiánico del festín del reino (Me 14,25; Le
entelécheia 22,15 ss y 1 Cor 11,26: «hasta que él venga»). “La cena
5. LA CENA ES UN BANQUETE PASCUAL, se da en el contexto del dominical, es el acontecimiento visible de reunión que -en un
evento judío y trata los temas centrales de este acontecimiento: lugar y más allá en todos los lugares- es un entrar con el Dios
liberación, redención, espera mesiánica y sin duda también el vivo, que acerca a los hombres desde adentro a los hombres
sacrificio de Isaac (Gn 22). unos con otros”
LA CENA ES UN BANQUETE A RENOVAR: «haced esto en
conmemoración mía». La palabra de Cristo está íntimamente ligada a
todos los banquetes cristianos, cuyo arquetipo es la cena: Hch 2,42;
20,27; 1 Cor 10,14 y 11,2 ss. El banquete del Señor llega a ser el
memorial del sacrificio de Jesús, donde la palabra de decisión de Cristo
conserva su frescor original y su actualidad: es un rito de actualización1.
La teología católica ha utilizado una expresión hermosa para definir este
acontecimiento, la anamnesis, un hacer memoria actual, donde no se
trata de repetir lo mismo que hizo Jesús, sino una unión, una realidad
única, que no separa el hoy del ayer. Cuando celebras la cena dominical,
la fracción del pan, la santa cena, la eucaristía, no estamos haciendo una
mímica del momento, no estamos repitiendo un gesto, estamos
uniéndolo, haciéndolo uno con el acontecimiento celebrado en la última
cena, donde Jesús vuelve a decirnos, este es mi cuerpo, esta es mi
sangre, hagan esto en memoria mía. Afirma Jesús Espejos, “«Haced esto
en memoria mía», como «memorial», dando al término todo su
simbolismo bíblico: una celebración «conmemorativa» que actualiza el
pasado en el presente. Lo que Jesús hizo en la última cena tiene realidad
en la eucaristía, sacramento de la cena y, en consecuencia, de todo el
misterio de Cristo allí simbolizado”

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1 jll Ch. Perrot, Les repas juifs et l'eucharistie, en la obra pluridisciplinar de Lyón, Lyón 1971, 92-93. Ver también Le repas dti Seigneur. LMD
L'eucharistie. Le sens des sacrements, Facultad de teología 123 (1975) 29-46; Jesús y la historia, Madrid 1982, 233-243

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