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Guerra a muerte

(Venezuela)
periodo histórico de la guerra de
independencia de Venezuela, comprendido
entre 1812 y 1820

Se conoce como guerra a muerte al


periodo histórico de la guerra de
Independencia de Venezuela, comprendido
entre 1812 y 1820, y que incluye la caída
de la Primera República de Venezuela por
el triunfo de Domingo de Monteverde, y la
firma del Tratado de armisticio y
regularización de la guerra entre Simón
Bolívar y Pablo Morillo.

Se trata de la adopción del modelo


haitiano de revolución que había
decretado la guerra a muerte a los
franceses, es decir de exterminio, y que
propuso Dessalines a Francisco de
Miranda, pero que este rehusó llevar a la
práctica. Miranda capitula frente a
Domingo de Monteverde. Sin embargo los
patriotas adoptan esta decisión en enero
de 1813 por consejo de Antonio Nicolás
Briceño,[1] ​quien reflexiona los motivos de
que Francia perdiese en la revolución de
Haití toda una
Guerra a muerte
expedición de
Parte de Guerra de
veteranos Independencia de
vencedores en Venezuela
Europa, siendo la
causa de su derrota
la guerra a muerte
declarada a todo Bandera de Simón
francés. Briceño Bolívar de la Guerra
a Muerte.
llegado a Cartagena
Localización
de Indias, organiza
País
un cuerpo de
Venezuela
voluntarios, el 16 de
Datos generales
enero de 1813 cuyo
Tipo período
primer objetivo histórico
declara "destruir en
Venezuela la raza Causa Decreto
maldita de los de
Guerra a
españoles europeos, Muerte
en que van inclusos Histórico
los isleños de
Fecha 1813-
Canarias...Ni uno 1820
solo debe quedar Desenlace
vivo" y que se Result Tratado de
extiende a toda una ado Armisticio y
Regularizaci
serie de medidas de
de la Guerra
El Terror.

Con este plan pasaron a Cúcuta donde el


entonces coronel Simón Bolívar el 20 de
marzo se suma al denominado Convenio
de Cartagena, y publicaría el 15 de junio de
1813 el famoso Decreto de Guerra a
Muerte en Trujillo, convirtiendo la
Campaña Admirable en una guerra sin
cuartel, «Españoles y Canarios, contad con
la muerte, aun siendo indiferentes, si no
obráis activamente en obsequio de la
libertad de América. Americanos, contad
con la vida, aun cuando seáis culpables.» y
que le daría nombre a dicho periodo.
Bolívar, al concluir la campaña, escribió al
Congreso de Nueva Granada que había
atravesado nueve ciudades y pueblos,
"donde todos los europeos y canarios casi
sin excepción fueron fusilados".
Para el notable historiador venezolano
Arístides Rojas, no obstante, está claro
que la Guerra a Muerte asumida por
Bolívar y otros jefes independentistas no
había sido sino una inevitable reacción por
parte del bando insurgente en respuesta a
la guerra a muerte que había sido llevada
a cabo de facto por el bando realista a raíz
de la caída de la llamada primera
República en 1812 tras la capitulación de
Francisco de Miranda ante el comandante
español Monteverde.

Rojas estudió en profundidad los orígenes


y desarrollo de la guerra a muerte en
Venezuela y así en su ensayo histórico
intitulado "Suazola, silueta de la Guerra a
Muerte" señala que, de hecho, los
primeros crímenes de guerra fueron
cometidos precisamente por el bando
realista apenas firmada la capitulación de
los patriotas en la Victoria el 26 de julio de
1812. Es así como relata, por ejemplo, en
el texto anteriormente citado el
ajusticiamiento de una partida de cuarenta
soldados de las huestes independentistas
que se habían pasado al bando realista
tras la caída de la llamada primera
República.

De igual manera la historiografía registra


numerosos testimonios acerca de la
sangrienta persecución desatada por la
jefatura colonial así como por los
numerosos bandos realistas que, con la
anuencia de las autoridades, llevaron a
cabo rigurosos actos de represión
indiscriminada sobre la población civil
simpatizante de la causa independentista.
Así, por ejemplo, Francisco de Heredia,
oidor y regente de la Real Audiencia de
Caracas relata en sus "Memorias" que en
las misiones de Apure al sur de Venezuela
el fraile capuchino Fernando del Coronil,
partidario de Monteverde, exhortaba "...en
alta voz a los soldados que, de siete años
arriba, no dejasen vivo a nadie...".
Entre los primeros que han quedado
señalados por la historia como iniciadores
de ese tipo de atroces actos de guerra
está el oficial realista Eusebio Antoñanzas,
segundo en autoridad bajo el mando de
Domingo de Monteverde, quien en el
mismo mes de abril de 1812 (es decir, aun
antes de la capitulación de las fuerzas
emancipadoras) cometió numerosas
masacres -en Calabozo y San Juan de los
Morros, entre otras poblaciones-
asesinando sin distinción a hombres,
mujeres y niños de familias consideradas
adictas a la nueva República. En informes
enviados al Gobierno español en mayo de
1813, Antoñanzas cuestionó la rigurosa
política represiva de Monteverde de la
cual, decía, iba a resultar "...un total
aborrecimiento del nombre español..." en
Venezuela, con lo que ponía en evidencia
que tal persecución no era más que una
política generalizada asumida por las
autoridades coloniales.

Arístides Rojas consigna una lista de los


involucrados, todos españoles, en la
guerra a muerte iniciada por parte del
bando realista: "Aldama, Antoñanzas,
Boves, Ceballos, Calzada, Dato, Enrile,
Fierro, Gabazo, García Luna, los López,
Martínez (Pascual), Millet, Mollinet,
Monteverde, Morales, Moxó, Pardo, Puy,
Quijada, Rosete, Suazola, Tíscar, Urbieta,
Urristieta, Ñáñez, Zerberis; he aquí los
actores y ejecutores de este sangriento y
prolongado baño de sangre".

Y sentencia Rojas de manera inapelable:


"Con cinco de ellos, con Ceballos,
Antoñanzas, Monteverde, Suazola y Boves
comienza la carnicería desde 1812".

Las descripciones que aporta Rojas por


boca del coronel Muñoz Tébar, secretario
de estado de Bolívar, en un manifiesto
denunciando las masacres cometidas por
el bando realista en diversos puntos de la
geografía venezolana resultan
estremecedoras: "Jamás se efectuó
carnicería más espantosa que la de
Aragua de Maturín. El feto en el vientre de
la madre irritaba aún a los frenéticos: lo
destrozaban con más impaciencia que el
tigre devora su presa [...] El feto encerrado
en el seno maternal era tan delincuente al
juicio de Suasola y sus compañeros, como
las mujeres, los ancianos y los demás
habitantes de Aragua".

Es por hechos tan graves como esos que


Rojas concluye que: "Tales fueron las
causales de aquel decreto de la guerra a
muerte firmado por Bolívar en Trujillo a 15
de junio de 1813". Y así debió ser porque
en el desarrollo de la Campaña Admirable
de 1813, Bolívar hubo de recibir
información precisa y detallada acerca de
la cuestionada conducta desplegada por
la fuerzas realistas durante la guerra, por
lo que el 8 de junio llegó a anunciar desde
Mérida: "Nuestro odio será implacable y la
guerra será a muerte".

Plan de Antonio Nicolás


Briceño
El Convenio de Cartagena o Plan para
Libertar a Venezuela es el proyecto para la
independencia de Venezuela hecha por el
caudillo Antonio Nicolás Briceño en
acuerdo con otros jefes patriotas en enero
de 1813 para poner en práctica una guerra
de exterminio contra los españoles.[2] ​
Este plan queda enmarcado dentro del
periodo de la independencia venezolana
denominada Guerra a muerte. Entre sus
artículos destacados se citan:

El fin principal de esta


guerra es el de
exterminar en
Venezuela la raza
maldita de los españoles
de Europa sin exceptuar
los isleños de Canarias,
todos los españoles son
excluidos de esta
expedición por buenos
patriotas que parezcan,
puesto que ninguno de
ellos debe quedar con
vida no admitiéndose
excepción ni motivo
alguno... Cartagena de
Indias, 16 de Enero de
1813. Antonio Nicolás
Briceño

Más tarde, en la ciudad de Cúcuta, Bolívar


añade una cláusula a la espera de la
aprobación por el Congreso de Nueva
Granada, para posteriormente, el 15 de
junio de 1813, lanzar su Decreto de Guerra
a Muerte. Bolívar mandaba además del
contingente venezolano, también las
fuerzas aportadas por el congreso de
Nueva Granada, junto con su segundo, el
coronel Manuel del Castillo y Rada. Bolívar
y Castillo estaban esperando en Cúcuta
instrucciones del gobierno neogranadino
de Santa Fe de Bogotá para adentrarse en
Venezuela, lo que daría lugar a la
Campaña Admirable, pero
anticipadamente ambos jefes aceptaron
con modificaciones (20 de marzo) el plan
de exterminio del Convenio de Cartagena
del 16 de enero, para matar a todos los
españoles implicados en la guerra como
proponía Briceño, y el resto de españoles
serían arrestados hasta que el plan de
Briceño de exterminación total recibiese la
aprobación del congreso de Nueva
Granada.[3] [4]
​ ​

Como jefes de las


fuerzas de la Unión
(Nueva Granada) y
también de las de
Venezuela que se hallan
unidas á aquellas
aprobamos las
precedentes
proposiciones
esceptuando
únicamente el artículo
segundo en cuanto se
dirige á matar á todos
los españoles europeos,
pues por ahora solo se
hará con aquellos que se
encuentren con las
armas en la mano, y los
demás que parezcan
inocentes seguirán con
el ejército para vigilar
sus operaciones,
mientras que el
Congreso general de la
Nueva Granada á quien
se remitirán estos
documentos aprueba ó
no la guerra á muerte á
los nominados
españoles, quedando
por consiguiente el
artículo noveno sujeto á
la misma disposición.

Cúcuta, 20 de marzo
de 1813. Simón Bolívar
(Venezuela) y Manuel
del Castillo (Nueva
Granada)

Decreto de Guerra a Muerte

Simón Bolívar firma el Decreto de


Guerra a Muerte durante la Campaña
Admirable.
El Decreto de Guerra a Muerte fue hecho
por Simón Bolívar el 15 de junio de 1813
en la ciudad de Trujillo en Venezuela. La
declaración viene precedida meses antes
por el Plan de Antonio Nicolás Briceño. La
Declaración duró hasta el 26 de noviembre
de 1820, cuando el general español Pablo
Morillo se reunió con el venezolano Bolívar
para concluir un Tratado de Armisticio y
Regularización de la Guerra.

Decreto de Guerra a
Muerte: Españoles y
canarios contad con la
muerte aunque seáis
indiferentes,si no obráis
por la liberación de
América, Venezolanos
contad con la vida
aunque seáis culpables.
Simón Bolívar el 15 de
junio de 1813 en la
ciudad de Trujillo

El documento pretendía cambiar la opinión


pública sobre la guerra civil venezolana,
para que en vez de ser vista como una
rebelión en una de las colonias de España,
fuera vista como una guerra entre
naciones distintas. Proclamaba que todos
los españoles y canarios que no
participasen activamente en favor de la
independencia se les daría muerte, y que
todos los americanos serían perdonados,
incluso si cooperaban con las autoridades
españolas. Y así comprometer de forma
irreversible a los individuos con la
revolución. Fue redactada bajo la
justificación de supuestos crímenes
practicados por Domingo Monteverde (que
dejó libre a Bolívar a cambio del
apresamiento de Miranda) y su ejército
contra los republicanos durante la caída
de la Primera República. Otra de las
justificaciones de la declaración de Bolívar
la da en Valencia el 20 de septiembre de
1813, por la represión de Quito ordenada
por el gobernador local Ruiz de Castilla el
2 de agosto de 1810, en el marco de la
represión de la Primera Junta de Gobierno
Autónoma de Quito: "En los muros
sangrientos de Quito fue donde España, la
primera, despedazó los derechos de la
naturaleza y de las naciones. Desde aquel
momento del año 1810, en que corrió
sangre de los Quiroga, Salinas, etc., nos
armaron con la espada de las represalias
para vengar aquéllas sobre todos los
españoles...".

Durante la Campaña Admirable por cada


lugar "todos los europeos y canarios casi
sin excepción fueron fusilados" por las
armas patriotas a su paso. En febrero de
1814, al concluir la campaña y ser
derrotados por los realistas en la Primera
Batalla de La Puerta, Juan Bautista
Arismendi, por órdenes de Bolívar, mando
a fusilar a 886 prisioneros españoles en
Caracas. Para engrosar su número añadió
inclusive los 300 enfermos y heridos en el
hospital de La Guaira. Bolívar escribió los
detalles al Congreso de Nueva Granada.
En consecuencia, entre 1815 y 1817 fueron
implicados y sentenciados a muerte varios
ciudadanos distinguidos de Nueva
Granada, cabecillas de la revolución,
siendo ajusticiados a manos del ejército
venido con Pablo Morillo. En represalia por
el Decreto de Guerra a Muerte emitido por
Bolívar en la ciudad de Trujillo, el 15 de
julio de 1813, por el que son ejecutados
más de dos mil españoles de los cuales
1600 eran canarios, sólo por el hecho de
haber nacido al otro lado del Atlántico.

Desarrollo de la guerra a
muerte
La Guerra a Muerte fue practicada
sistemáticamente por orden de Simón
Bolívar durante un periodo de la guerra en
Venezuela en el cual las tropas de Bolívar
se negaron a tomar condescendencia con
cualquier español nacido en la Península o
en Canarias, perdonando solo aquellos
realistas nacidos en América y solo
perdonando a aquellos peninsulares o
canarios que abiertamente se
posicionaron a su favor. La guerra a
muerte llegó a su punto máximo en el año
1814, en la cual José Tomás Boves al
mando de los llaneros con el grito de
«muerte a los blancos» desató una feroz
lucha de clases que liquidó la Segunda
República. Historiadores han calificado
dicho periodo como una guerra civil entre
venezolanos que apoyaban a la corona y
los que deseaban la independencia, pero
con la muerte de Boves, y la sustitución de
las montoneras llaneras que peleaban por
el rey, por un ejército expedicionario
regular comandado por el Mariscal Pablo
Morillo comenzó a humanizarse la guerra
en 1815, ya que además de la misión
militar de reconquistar Nueva Granada,
tenía la misión policial de desarmar y
licenciar en Venezuela las incontrolables
huestes de Boves que en su mayoría se
habían plegado al bando patriota.

La influencia de la revolución Haitiana no


dejó de estar presente. A partir de 1816 la
república de Haití fue el lugar estratégico
clave de los patriotas para independizar
Venezuela. Desde allí, con la colaboración
del presidente negro, Alexandre Pétion,
que exigía se decretase la emancipación
general de los esclavos a Bolívar, se
organizaron una serie de expediciones
patriotas también con apoyo privado
norteamericano desde Filadelfia,
conseguido por Pedro Gual. De esta forma
desde Haití, entre 1816 y 1817, se
organizaron dos expediciones hacia
Venezuela, la primera fracasada en los
Cayos, siendo la segunda la que permitió
adentrarse en las riberas del río Orinoco,
desde donde se reiniciaron las
operaciones continentales que concluyen
con la victoria de la campaña de Guayana.
Sin embargo el temor patriota de ver
repetirse en Venezuela otra "revolución de
negros" que llevase a un resultado como
la Haitiana, terminó con el ajusticiamiento
del caudillo mulato Manuel Piar en 1817.

No obstante haber sido Bolívar el autor del


llamado decreto de guerra a muerte, es
necesario reconocer que en varias
oportunidades el mismo Libertador se
muestra proclive a derogar dicho
instrumento; es así como en la proclama
de Ocumare de fecha 6 de julio de 1816
expresa muy claramente: "...La guerra a
muerte que nos han hecho nuestros
enemigos cesará por nuestra parte:
perdonaremos a los que se rindan, aunque
sean españoles. Ningún español sufrirá la
muerte fuera del campo de batalla"; con lo
cual queda confirmado que la guerra a
muerte, a los ojos del bando insurgente,
había sido emprendida primeramente por
el bando realista con connivente
aprobación de las autoridades españolas
y que la actitud asumida por Bolívar no
había sido sino una inevitable reacción de
asumir el conflicto bélico en los mismos
cruentos términos en que lo habían
llevado a cabo los realistas. Palabras que
no se cumplieron, ya que tras la batalla de
Boyacá en 1819 todos los prisioneros
españoles fueron fusilados.
Regularización de la guerra
Al concluir la Campaña Libertadora de
Nueva Granada y la instauración en
España del Trienio Liberal, los patriotas se
hallaron en una posición lo
suficientemente fuerte para abandonar la
guerra a muerte y negociar con Morillo un
Tratado de Armisticio y Regularización de la
Guerra, que se firmó entre Bolívar y Morillo
el 27 de noviembre de 1820 en Santa Ana,
Estado Trujillo.

Véase también
Guerra de Independencia de Venezuela
Referencias
1. David Patrick Geggus (2001). The
Impact of the Haitian Revolution in the
Atlantic World (http://books.google.cl/
books?id=ujAPRER5jOMC&printsec=fr
ontcover&client=firefox-a&hl=es#v=on
epage&q&f=false) . Columbia:
University of South Carolina Press.
ISBN 1-57003-416-8.
2. Entre los venezolanos reunidos en
Cartagena que no figuran como
firmantes del plan se citan a Simón
Bolívar y José Felix Ribas. Recuerdos
sobre la rebelion de Caracas. pp323
Domingo Díaz [1] (http://books.google.
com/books?id=mB4rAAAAYAAJ&pg=
RA1-PA323&img=1&zoom=3&hl=es&si
g=ACfU3U2m2yhielz1ApygxwGUSAxT
nnJA8g&ci=67%2C688%2C746%2C22
2&edge=0)
3. "el comprimiso era pasar por las
armas a todo español culpable o no.
Bolívar aceptó la fórmula de Briceño
en Cúcuta, con modificaciones".
Historia de Venezuela; vol 5; pp 151.
Guillermo Morón, 1971. [2] (http://boo
ks.google.com/books?id=ETUYAAAAY
AAJ&pg=PA170&img=1&pgis=1&dq=%
2216+de+enero%22&sig=ACfU3U3aM
zeOOedibJWJMVHx2-fzyXe58w&edge
=0)
4. "Ambos jefes aceptaron el convenio
de Cartagena(20 de Marzo)".Spanish
Reader of South American History;pp
60. Edward Watson.2008 [3] (http://bo
oks.google.com/books?id=94DrXNxU
wFwC&lpg=PA59&dq=Bol%C3%ADva
r%20%2216%20de%20enero%20de%2
01813%22&hl=es&pg=PA60#v=onepa
ge&q&f=false)

Bibliografía
La loi et le sang. 'Guerre des races' et
constitution dans l'Amérique
bolivarienne. Traducido al español. 2010
Clemenc Thibaud (http://www.ieb.usp.b
r/PDF/noticias/thibaud.pdf) (enlace roto
disponible en Internet Archive; véase el historial
(https://web.archive.org/web/*/http://www.ieb.
usp.br/PDF/noticias/thibaud.pdf) , la primera
versión (https://web.archive.org/web/1/http://
www.ieb.usp.br/PDF/noticias/thibaud.pdf) y la
última (https://web.archive.org/web/2/http://w
ww.ieb.usp.br/PDF/noticias/thibaud.pdf) ).

Arístides Rojas, Leyendas históricas de


Venezuela, Suasola, silueta de la Guerra a
Muerte.

Datos: Q3119146
Obtenido de
«https://es.wikipedia.org/w/index.php?
title=Guerra_a_muerte_(Venezuela)&oldid=152097
680»

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