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El capítulo describe cómo las creencias cristianas pueden iluminar la necesidad de cuidar la creación de Dios. Explica que para los cristianos, la creación implica una relación entre todas las cosas y que los seres humanos dependen de sus relaciones con Dios, los demás y la tierra. También destaca la importancia de que los recursos naturales beneficien a toda la humanidad.
El capítulo describe cómo las creencias cristianas pueden iluminar la necesidad de cuidar la creación de Dios. Explica que para los cristianos, la creación implica una relación entre todas las cosas y que los seres humanos dependen de sus relaciones con Dios, los demás y la tierra. También destaca la importancia de que los recursos naturales beneficien a toda la humanidad.
El capítulo describe cómo las creencias cristianas pueden iluminar la necesidad de cuidar la creación de Dios. Explica que para los cristianos, la creación implica una relación entre todas las cosas y que los seres humanos dependen de sus relaciones con Dios, los demás y la tierra. También destaca la importancia de que los recursos naturales beneficien a toda la humanidad.
El capítulo comienza en la página 49 y finaliza en la página número 78,
haciendo un total de 29 páginas que conforman al segundo capítulo. Este se encuentra dividido en siete subtítulos enumerados cronológicamente de la siguiente forma: 1. La luz que ofrece la fe 2. La sabiduría de los relatos bíblicos 3. El misterio del universo 4. El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado 5. Una comunión universal 6. Destino común de los bienes 7. La mirada de Jesús
o En el momento de afrontar la cuestión ecológica y las soluciones que
ésta requiere “es necesario”, según el Papa Francisco, “acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesía, a la vida interior y a la espiritualidad”. ¿De qué manera las “convicciones de la fe” de los cristianos iluminan y nos motivan para el cuidado de la creación? o el Papa Francisco subraya cómo para la tradición judío-cristiana es más propio hablar de creación que de naturaleza. Si por naturaleza “suele entenderse como un sistema que se analiza, comprende y gestiona”, creación implica la relación, “un don que surge de la mano abierta del Padre de todos, como una realidad iluminada por el amor que nos convoca a una comunión universal”. o Decir creación supone reconocer un Dios creador todopoderoso, quien amorosa y libremente decidió crear el mundo. o Se percibe entonces, según el Papa, cómo “la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra”. o Si la tierra se labra, pero no se cuida se explota, pero, de igual forma, si sólo se cuida, pero no se labra o trabaja la tierra queda infrautilizada. o “Todo está relacionado, y [por tanto] el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás”. o “Los demás seres vivos tienen un valor propio ante Dios”. o “Cada criatura tiene una función y ninguna es superflua”. o Como dice el Papa, “el ser humano aprende a reconocerse a sí mismo en la relación [y participación] con las demás criaturas” (LS, 85 y 79). Sólo desde ahí podrá el hombre desarrollar “las virtudes ecológicas” sin caer, al mismo tiempo, en una divinización e idolatría de la naturaleza. o Por eso, para el Papa Francisco, “la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos” y que, por consiguiente, “todo planteo ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados”. En resumen. En el capítulo segundo de Laudato Si’, el Papa Francisco nos recuerda cómo en un mundo donde todo está conectado, el cuidado por el medioambiente comienza y tiene su raíz en el respeto, cuidado, y sincero amor hacia todo ser humano y “a un constante compromiso ante los problemas de la sociedad”. Sólo así la lucha ecológica será auténticamente humana y “el evangelio de la creación” que Dios nos ha dado tendrá posibilidades de llegar con la misma belleza e integridad a nuestros descendientes.