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Las emociones y la legalidad como tópicos de una nueva historia: análisis a partir de

los trabajos de Katie Barclay

Jennifer Lucchelli Woollands


Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina
jenluc89@gmail.com

Abstract

El presente trabajo indaga sobre la historia de las emociones como campo particular de
estudio. Así mismo nuestra interpretación central gira en torno a los trabajos realizados por
la historiadora Katie Barclay. Sabemos que en base a la economía y las emociones
vislumbra como las capacidades de los actores del pasado alrededor de diversas
problemáticas podían leerse mediante sus sensaciones, comportamientos y
fundamentaciones, también es interesante vincular ello con los sentidos establecidos por
temáticas parecidas. En cuanto y en tanto a la legalidad, creemos que es un punto fuerte
que permitirá observar esta dicotomía entre razón - sentir y los debates correspondientes.
Donde las normativas y los recortes periodísticos representan fuentes importantes sobre las
que se puede conversar, del mismo modo que entrever los usos de las mismas por la propia
Barclay.

Palabras claves:. Historia de las emociones - Derecho - Legalidad - Katie Barclay

This paper investigates the history of emotions as a particular field of study. Our central
interpretation revolves around the work of historian Katie Barclay. We know that on the basis
of economics and emotions she envisions how the capacities of past actors around various
issues could be read through their feelings, behaviours and rationales, and it is also
interesting to link this with the meanings established by other historians when working with
this topic. As far as legality is concerned, we believe that it is a strong point that will allow us
to observe this dichotomy between reason and feeling and the corresponding debates. In
which the regulations and newspaper clippings represent important sources that can be
discussed, as well as the uses of them by Barclay herself.

Keywords: History of Emotions - Law - Legality - Katie Barclay

1
I. El campo de la Historia de las Emociones

El campo de la Historia de las emociones se admite como diverso, complejo y amplio,


en diversos sentidos, por un lado, se encuentran las ciencias en general cuya impronta se
orienta hacia lo psicológico, lo biomédico, lo neurológico, etc. Para el caso de las ciencias
sociales y las humanidades, el comportamiento y la experiencia de los sujetos del pasado
importan tanto como los aspectos biológicos, matizando las interpretaciones y dando lugar a
tópicos esenciales como son las estructuras sociales, políticas, económicas y culturales. De
allí que existan convergencias analíticas, metodológicas, interpretativas y connotativas, lo
que interesa aquí señalar son las principales líneas de investigación que le dieron vida a las
emociones y afectos como asunto dado para estudios científicos y comunicativos. Al utilizar
el segundo termino estamos dando lugar a un enfoque determinado, sobre el que,
escribiremos más adelante.
Para el historiador español Javier Moscoso, la historia de las emociones, se dedica a los
afectos y emociones del pasado, requiriendo enfoques que iban de lo subjetivo y a lo
objetivo desde el plano de lo consciente y subconsciente, derivando en un armazón
conceptual complejo. Esto nos lleva a la psicología, la sociología, la antropología, quienes
con sus respectivos marcos teóricos comenzaron a darle al campo otra fisonomía, entonces
“… Desde un punto de vista institucional, asistimos a una cierta tensión entre facciones
competidoras, con metodologías distintas y marcos teóricos variados…” (Moscoso: 2015,
16). Para Begoña Barrera y María Sierra parte de los cambios en dicha historiografía
giraban en torno a la idea de la irracionalidad de los afectos y los modelos
correspondientes, marcando para ello dos momentos históricos diferenciados, desde la
antigüedad a la primera mitad del siglo XX y de allí a la actualidad (Barrera/Sierra: 2020, 6-
8). Margarita Garrido Otoya directamente señala los aportes principales de los Stearns, de
William Reddy y otros autores fundamentales de esta campo que se encuentra en plena
renovación, para la autora señalada “… En el primer decenio de este siglo, la historia de las
emociones se enriqueció con estudios que abarcaban amplios periodos o regímenes
específicos (lo que permite señalar las inflexiones de diversos sentidos y usos) y con
estudios particulares de un sentimiento desde distintas disciplinas…” (Garrido Otoya: 2020,
11).
En ese sentido, María Bjerg en “Genealogía de las emociones” hizo un estado de la
cuestión sobre este campo, que nos resulta pertinente y adecuado traer al presente escrito.
La autora en su intención de analizar los aportes históricos, teóricos y metodológicos,
comenta del florecer de este conjunto de indagaciones. Para ello perfila la inteligencia
emocional, el capitalismo emocional, la gestión de las emociones entre las perspectivas
principales de la corriente historiográfica. Por el lado de la sociología, menciona los trabajos
de Arlie Russel Hoschild, Theodore Kemper y Thomas Scheff, por otra parte, en la
antropología subraya los trabajos de Michelle Rosaldo, Lila Abu Lughod y Catherine Lutz,
¿en todo caso que revelaban todas estas obras?, por un lado, un criterio sobre las
emociones que las distanció de cómo se las estaba estudiando hasta el momento, y por
otro, el toque feminista a la cuestión.
Hasta aquí nos estamos introduciendo en un conjunto de tópicos atávicos y noveles al
mismo tiempo, que contienen miradas que a continuación destacaremos. Rastreando en el
siglo XIX, Bjerg comenta que los psicólogos William James y Carl Lange, otorgaron las
definiciones dominantes de las emociones. Para ellos, la emoción tenía mucho de orgánico,

2
al relacionarlo con la corporalidad. La medicina francesa y la británica, sin embargo,
pensaron en la preponderancia de lo universal y lo emotivo (algo que tuvimos oportunidad
de citar oportunamente). Esta universalidad era supuestamente independiente de los
contextos socio-culturales, queriendo quizás demostrar que toda explicación no tenia
porque vincularse a la vida general en sí. Entonces “… Las teorías fisiológicas y naturalistas
tuvieron gran influjo en las concepciones científicas decimonónicas, y su vigencia traspasó
el cambio de siglo “… (Bjerg: 2019, 4).

En la imagen que estamos observando, podemos ver uno de los experimentos


menos conocidos de Charles Darwin, quien pretendía en cierta forma adjuntar elementos
históricos con los actuales en lo que concierne a la corporalidad y emoción del hombre, por
ello. La BBC en su sitio web ha publicado en formato de noticia, aquello que el británico
quería sostener, “… En 1868, Charles Darwin emprendió un estudio para probar que los
humanos como los animales, tienen un conjunto de expresiones emocionales innatas y
universales…” (BBC: 2011). A pesar de que en la actualidad ya no cuenta con la aprobación
que tuve en su época, es por lo pronto, novedoso para los estándares del periodo 1.
A finales de esa centuria, y rompiendo con los criterios esbozados anteriormente, la
ciencia social (luego conocida como sociología) comenzó a plantear problemas que ese tipo
de lecturas no resolvía, por ejemplo, los sentimientos mediante el binomio individuo –
sociedad. Lo esencial aquí para diferenciar lo anterior es el tema afectivo como tópico
divergente. ¿Los sentimientos entonces formaban parte del mundo de la racionalidad, y en
todo caso, que argumentos concretos podían presentar? Según Bjerg y buceando en los
estudios sociales, halló “… Para Simmel, los sentidos y la afectividad constituían un aspecto
central de la interacción humana. …” (Bjerg: 2019, 5).

1
Véase: Dodam, Thomas. Teoría y método en la Historia de las emociones, en: Fuentes para la
Historia de las emociones: Una guía, editado por Katie Barclay, Sharon Crozier – De Rosa, y Peter
Stearns, Routledge, 2021, Nueva York, pp. 16-17.

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II. Economía y caricias: Teoría

Claude Steiner ha sido el fundador de lo que se conoce como la Economía de las


caricias. En dicha conceptualización, el propuso analizar como los padres podían usar
las caricias con sus hijos de las formas que quisieran y si se requería aumentar el
precio, cuando hubiera necesidad, por otro lado, a nivel general y macrosocial esto
genera un sistema donde los que deseen estas caricias pueden terminar siendo
manipulados y así caer en las garras de cualquier persona. Dado que según el autor, el
afecto y su manifestación son actos básicos tan importantes como el comer, beber,
vestir, su ausencia puede contribuir a un castigo muchísimo mayor que un castigo
corporal que implique violencia. Por otra parte, las manifestaciones corporales forman
parte del pasado (en la mayor parte de los casos).
Agregando a lo dicho, la siguiente reflexión “…El nexo entre la represión sexual y el
orden social autoritario es simple e inmediato: el niño privado de su sexualidad natural
es mutilado para siempre en el desarrollo de su carácter…” (Steiner: 1984, 1). Allí se
moldea el carácter de tal manera que es imposible rebelarse, por la necesidad existente
de las caricias. Siendo un modelo totalmente certero de gobierno autoritario y de
explotación económica que impone condiciones a los hombres. Tanto así que hay
ciertos elementos desexualizados que desembocaran en regiones y/o zonas
determinadas como: ano, boca, órganos genitales, etc, ello según el autor produce un
decaimiento natural del placer, provocando ciertas actitudes.
Entonces, economía y caricias según Steiner a través de su teoría “… propone que
el intercambio libre de las caricias que es a la vez una capacidad, una inclinación y un
derecho del hombre, ha sido controlado artificialmente, con el objetivo de educar a los
seres humanos para que se sometan a los intereses de un orden social más general…”
(Steiner: 1984, 2). ¿Los hombres son según el autor concientes de ello, o bien ignoran
su existencia, y en todo caso, que problemas plantean? Para el autor, los hombres no
están atentos a ello, por lo tanto, respondiendo al tercer interrogante podemos sostener
que lo siguiente:
 Economía
 Necesidad
 Sistema

Las caricias y el afecto se encuentran dentro de los tres, dadas las explicaciones
señaladas oportunamente. Siguiendo con la lógica de Steiner “… el libre intercambio de
caricias es una actividad controlada, una situación en la que el medio para la
satisfacción de las necesidades de las personas no está a su propio alcance. Lo que
resulta de ello, es que lo más humano de las capacidades, la capacidad de amar, le es
hurtado a las personas, y se les vuelve en contra, pues se usa para obtener de ellas las
conductas deseadas… “ (Steiner: 1984, 4). Con todo ello, inferimos como lo hace el
autor que quien pueda estar libre de ello, podrá vivir dentro del sistema perfectamente,
sin dependencias ni controles, viviendo en plenitud en el mundo.

4
Cerramos este apartado comentado algunas cuestiones, si mencionamos al autor y
parte sintetizada de su teoría, es porque sirve de utilidad para lo que sigue de nuestra
comunicación, dado que nuestro enfoque gira en torno a Katie Barclay y sus aportes a la
Historia de las Emociones, considerando algunos trabajos de su autoría y analizando la
historiadora.

III. Katie Barclay

En consideración a lo comunicado en el sitio web de History of Emotions, es Katie


Barclay una historiadora de la Universidad de Adelaida, Australia, Co- Directora del
Centro de Excelencia en Historia de las Emociones en el país señalado. Por otro lado,
trabajo en varias instituciones del Reino Unido, siendo becaria posdoctoral, trabajando
con David Lemmings y Claire Walker, indagando en como la prensa del Siglo XVIII
forma sus opiniones públicas emocionales en los juicios más renombrados, referidos a
las interrupciones familiares.
Cuenta además con otras investigaciones, por ejemplo, en DECRA se orientó a las
relaciones intimas entre los escoceses de clase baje entre los años 1660 y 1830,
mirando como la emoción colectiva daba forma a prácticas relacionadas a las
emociones individuales y la comunidad en sí. En la actualidad se halla trabajando en el
proyecto Cuentas precarias: dinero, sexo y poder en la Revolución Industrial, donde
explora como los libros de cuentas son practicas emocionales. Se interesa por el
género, la familia y la formación del yo. Es por último, Co- directora de la revista
Emotions: History, Culture, Society2.

IV. Interpretando las emociones en la corte irlandesa 1800 – 1845

El señalado texto de Katie Barclay es una representación no solamente de sus ideas


históricas e historiográficas, sino además una formación de cómo se perfila la historia en
el mundo anglosajón en cuanto a las emocionalidades y la supuesta universalidad en el
ser humano. Por comenzar, sabemos que la autora adhirió a la teoría de las caricias, la
economía y los afectos, que han demostrado como matizó y usó las fuentes en cada
texto en sí, en el caso de “Interpretando las emociones en la corte irlandesa, 1800-
1845”, su análisis se aboca al aspecto judicial, como a la masculinidad como para
desarmar los entramados unidos en el contexto en el que se sitúa. Sabemos que el
contexto de la Irlanda de aquel tiempo era complejo, que las diferencias con Inglaterra
eran notables.
Continuando con las ultimas aseveraciones, Manuel Ferrer Muñoz escribió sobre la
historia de estas diferencias y como la religión actuó como un elemento diferenciador
entre los dos espacios territoriales, “… se registran en el norte de la isla algunos
choques entre protestantes y católicos, enfrentados a causa de la dura competencia
para el acceso a los puestos de trabajo… “ (Ferrer Muñoz: 1996, 135-136). Entonces
vemos que Katie Barclay apunta indirectamente a ello, matizando en dos sistemas
legales diferenciados por actores sociales involucrados en creencias no opuestas pero

2
Información disponible en: https://www.historyofemotions.org.au/about-the-
centre/researchers/katie-barclay/

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tampoco similares. Según la historiadora “… La Irlanda de principios del siglo XIX era un
lugar de lucha social y política en múltiples ámbitos. La rebelión irlandesa de 1798 puso
en tela de juicio la relación política entre Gran Bretaña e Irlanda… la Unión de 1801
pretendía convertir en un socio igualitario del Reino Unido,… aunque… continuaron los
debates sobre si esta relación realmente beneficiaba a Irlanda o hasta qué punto se
trataba solamente de otra especie de colonialismo… “(Barclay: 2017, 3). Evidentemente
al margen de las fuentes, la cuestión política era un factor preponderante junto a lo
religioso, dadas las evidentes diferencias entre el catolicismo y el anglicanismo. ¿Es
visible con las fuentes leídas por la autora? Según sus propias palabras, su artículo “…
Se basa especialmente en las descripciones populares de los hombres de leyes escritas
por el abogado, dramaturgo y defensor de la emancipación católica Richard Lalor
Shiel… publicadas primero en la prensa periódica británica…” (Barclay: 2017, 3). De
ello se desprenden varios tópicos que la autora se encarga de destacar párrafo tras
párrafo, por un lado, las emociones y su relación con los cuerpos masculinos, por otro,
el rol de las clases social y además el género como elemento trascendental de algunos
de los sucesos de las fuentes,”… A la emoción… solo se la puede comprender dentro
de las estructuras culturales y sociales, allí las economías afectivas daban sentido a las
actuaciones emocionales… “(Barclay: 2017, 4).
Esta época de consolidación de la Revolución Industrial en sus otras etapas,
también consolido algunos movimientos que buscaban fortalecer o debilitar vínculos
entre naciones, para el caso de Inglaterra e Irlanda, eso se perfilaba desde lo religioso, y
¿Cómo lo describía la prensa y las narraciones según la autora? Pues bien, según sus
propias palabras “… el carácter se entendía como algo perfomativo, y los hombres
tenían buen carácter a través de comportamientos y conductas cotidianas… también se
preocupaban por la naturaleza engañosa de las apariencia, estudiando el
comportamiento de los demás… en busca de grietas que pudieran dar una idea del yo
interno…” (Barclay: 2017, 4).
En los diversos ejemplos que encontramos vemos que las emociones y las
corporalidades tienen tanto para los jueces, los actores sociales y la prensa en general
una razón de ser, dado que podía demostrar la capacidad intelectual de la persona
como sus sentimientos ante lo acaecido, “…. Este interesante y ambiguo relato, no
atípico a lo que publicaban los periódicos, combinando la teoría fisiognómica con
supuestos en torno a la hombría… La superioridad de Hogan sobre sus compañeros
campesinos estaba marcada por su cuerpo masculino y atlético, su rostro atractivo y su
amable humanidad…” (Barclay: 2017, 9). Aquí podemos retomar algunos conceptos
anteriores de lo que había sido el estudio de las emociones y la ciencia en el siglo XIX,
en torno a la explicación de alguna eventualidad que saliera de los patrones
establecidos, así para Darwin “… Los principales agentes que parecen provocar el
estado rudimentario en los órganos son la falta de uso… Sobre muchos puntos del
cuerpo humano se han observado rudimentos de músculos diversos…” (Darwin: 1871,
12). Quizá el interrogante aquí no sea la conexión entre las dos cuestiones, sino que
patrones siguieron persistiendo pero revestidos con otras perspectivas, por ejemplo, se
pensaba en aquella época que lo bello debía ir de la mano de lo civilizado y lo bueno,
categorizando su contraparte como un nivel de desorientación vinculado a diversas
razones, ello como dijimos anteriormente cambio, “… la antropología constituyó el otro
espacio principal para la renovación de los paradigmas explicativos sobre las
emociones. Los estudios antropológicos desarrollados en la primera mitad del siglo

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habían dado los primeros pasos en la desestabilización de la idea de las emociones
panculturales…” (Barrera/Sierra: 2020, 108).

Finalmente, a lo largo del artículo vemos que las fuentes las usa para verificar la
magnitud con la cual la prensa en su debido tiempo fomentó criterios que seguían una
corriente socio-cultural que influenciaba las mentalidades, si bien no hemos ejemplicado
en demasía, los casos de los cuales habla Katie Barclay, podemos inferir que obedecían
a analizar a la masculinidad en tanto y en cuanto al ambiente legal irlandés, por otra
parte, obedecía allí otro asunto no menor, el otro inglés, como perteneciente al mundo
de la racionalidad y contención de las emociones. Quedan por ver otras dos obras de la
autora.

V. Nuevo materialismo y nueva historia de las emociones

En este artículo ambas corrientes el nuevo materialismo y nueva historia de las


emociones son preceptos fundamentales para contar los vínculos entre corporalidad y
materialidad, además Katie Barclay se basa en los trabajos de Karen Barad, una teórica
feminista estadounidense. Veamos los casos que allí se presentan, Alexander Wingate,
un joven muchacho con algunos trastornos psicológicos y psiquiátricos, fue acusado
“envenenar” a su familia. Nuevamente nos situamos en la Irlanda del siglo XIX, zona
conflictiva como dijimos anteriormente. Retomando el caso de la autora, uno de los
interrogantes principales hace referencia a los motivos que llevaron al muchacho a
realizar semejante y acto, “… Sin embargo, en los tres meses transcurridos desde que
Alexander se trasladó a su casa, la familia había vivido en términos amistosos y
afectivos. ¿Por qué entonces Alexander había matado a su familia, si es que lo hizo?...”
(Barclay: 2017, 162). Las lecturas que hace Katie Barclay sobre esta fuente corren por
varios senderos, por ejemplo, por una lado, la interpretación en sí, lo que decían los
testimonios y las definiciones del caso.
Continuando las líneas anteriores, seguimos de cerca el trayecto de Alexander, su
esposa comenzó a percibir comportamientos extraños en su esposo, donde se ponía
demasiado violento en determinadas ocasiones, tanto así “… En los meses siguientes,
el matrimonio de Alexander se rompió y la volvió a las casas de sus madres. Su salud
mejoró, disminuyendo sus ataques, y en general en los meses anteriores al
envenenamiento se lo veía bien… “(Barclay: 2017, 163). Para la historiadora
australiana, “… este caso captó mi imaginación por la compleja manera en que los
testigos integraron lo social y lo económico, el medio ambiente, cuerpo, mente, emoción,
personalidad… en la formación del carácter de un hombre…” (Barclay: 2017, 163). Esto
es un ejemplo cabal de la teoría de las caricias aplicada al estudio de la Irlanda del siglo
XIX de modo brillante como hizo la autora con cada fuente, ahora bien “… La
enfermedad mental se mezclaba con el estrés marital y económico, estrechamente
ligado al cuerpo físico, donde los pies mojados podían dar lugar a la psicosis. …”
(Barclay: 2017, 163). En todo caso, este padecimiento del individuo era percibido como
una anomalía correspondiendo según el grado de desviación en cierto aislamiento.
Pero”… El médico podría relacionar la experiencia de Alexander con los diagnósticos
del siglo XXI de epilepsia con psicosis o rechazar ese universalismo biológico de las
clasificaciones del siglo XIX. El historiador del matrimonio podría explorar la forma en
que la salud mental y la ruptura del vínculo se enlazan y refuerzan mutuamente… Un

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historiador del trabajo, la pobreza y la clase social podía desentrañar las condiciones
socio-económicas que propagaban la enfermedad y limitaban su tratamiento. El
historiador del Derecho señalaría como este caso estuvo implicado en la
responsabilidad penal, en cambio, un historiador de la emoción se centraría en la
expresión de las emociones de Alejandro y como ellas tenían un rol en su enfermedad,
personalidad y las relaciones personales (Barclay: 2017, 163-164). Vemos en lo citado
muchos de los debates dados en los siglos XIX y XX tanto en Europa, Estados Unidos y
porque no América Latina, recordemos por ejemplo, que algo de eso también podíamos
entrever en Michel Foucault y su famoso libro Vigilar y Castigar “… El alma del
delincuente no se invoca en el tribunal a los únicos fines de explicar su delito, ni para
introducirla como un elemento en la asignación jurídica de las responsabilidades, si se
las convoca, con tanto énfasis, con tal preocupación de comprensión y una tan grande
aplicación “científica”, es realmente para juzgarla, a ella al mismo tiempo que al delito, y
para tomarla a cargo en el castigo…” (Foucault: 1976, 20). ¿Cómo vincular ello con las
observaciones y análisis de Barclay?, por empezar, el lugar correspondiente a las
emocionalidades, esas vigilancias respectivas a los delitos y las clasificaciones usadas,
quizás el filosofo francés busco otras variables para sus análisis, pero ambos
entendieron que el siglo XIX y XX, tuvieron ciertos cambios, el sistema penal fue un
reflejo de ello.
Siguiendo estas líneas, con el argumento de Foucault y lo que nos cuenta Barclay
sobre Alexander podemos afirmar que esa necesidad de castigo no solo iba por el delito
cometido en si, sino por los comportamientos extraños que el muchacho tenía. “… El
caso de Alexander Wingate plantea cuestiones claves sobre como los historiadores de
las emociones se ocupan de estas relaciones, dados los estrechos lazos que sus
contemporáneos realizaron sobre la salud psicológica y física y su reacción emocional a
la muerte de su familia. ¿Cómo podemos separar lo ambiental de lo cultural, en todo
caso, es útil hacerlo?, Este ensayo se ocupa de la erudición de Karen Barad, como
pensadora clave dentro de la escuela del Nuevo Materialismo y sus enfoques en la
historia de las emociones…” (Barclay: 2017, 164).
En la segunda parte del texto abre el juego no solamente a la teoría de Karen Barad,
sino a distintos autores que pertenecen a lo que conocemos como Historia de las
Emociones. Mencionando a los Stearns, a Reddy o bien a Rosenwein, quienes son los
teóricos clásicos de este campo historiográfico, ¿en todo caso para que hacer un estado
de la cuestión en esa parte de su artículo?, Para meternos de lleno en su argumento
central y además para seguir con el relato de los casos analizados. En el trayecto
siguiente continúa explorando la cuestión del yo psicológico, las comunidades o
regímenes emocionales, lo biológico y lo neurológico, todos componentes estructurados
u organizados en determinados fines y objetivos. Para Katie Barclay, el Nuevo
Materialismo “…No solo socializa lo material, sino que materializa lo social…” (Barclay:
2017, 169). En el siguiente apartado, habla sobre dicha corriente. El mundo físico y la
consideración de otras especies así como las correspondientes interpretaciones forman
parte de este Nuevo Materialismo, Entonces lo humano, lo lingüístico, la materialidad y
el sujeto este materialismo tomara forma para dar ciertos cambios a las
emocionalidades. El humano y su entorno, en ese sentido, David Le Breton afirmaba
“… Para el hombre no existen otros medios de experimentar el mundo sino ser
atravesado y permanentemente cambiado por él… La percepción no es coincidencia
con las cosas, sino interpretación. Todo hombre camina en un universo sensorial
vinculado a lo que su historia personal hizo con su educación…” (Le Breton: 2007, 11-

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12). ¿Tiene relación el universo sensorial en todo caso con la emocionalidad que
Barclay trabajo y explico? Creemos que esta nueva percepción del nuevo materialismo
se conjuga perfectamente en ciertos tópicos.
Retomando lo estudiado por la historiadora, podemos coincidir en que diversos
teóricos, sobre todo, los dedicados a los afectos, relacionaron la vida como elemento
primordial de supervivencia, también visible en los criterios de la sensorialidad. A pesar
de las acusaciones realizadas al Nuevo Materialismo como de determino biológico,
algunos autores trabajaron para relativizar estas acusaciones, por ejemplo, Elizabeth
Grozs. Para Barclay, “… Sostiene (la autora) que los procesos de selección natural, y en
particular la selección sexual, producen la diferencia como una categoría oncológica
que actúa como fuerza generadora de cambio, y que puede encontrarse en todos los
organismos… y en otras partes del universo. …” (Barclay: 2017, 171). Lo que sigue allí
son exploraciones específicas de lo cultural y lo biológico como puntos centrales del
campo en crecimiento, un determinismo biológico y material que no deja fuera otras
consideraciones.
En tanto y en cuanto a otras líneas próximas, Karen Barad y su cercanía a la física
cuántica establecieron un concepto denominado realismo agencial cuyo objetivo
principal era la presencia todo el tiempo de las cosas para su observación, explicada, en
otros términos. Por otro lado, si hay límites estos son impuestos por el observador de la
cosa o del objeto, siguiendo además un principio de la física cuántica basado en la
preponderancia del observador y la naturaleza de lo que está observando. La ciencia
analiza fenómenos y el ser humano se incluye dentro de ellos, dándole otro formato a
ese tradicional determinismo. Según esta perspectiva, los fenómenos son formadores y
reconfiguradores del mundo, para producir mediciones de tipo excluyentes, aunque a
veces pueden no serlo, la relación entre el hombre y el microscopio y el átomo
conforman ciertas decisiones, siendo ello estructura a lo que son las ciencias sociales
también.
Para Barad, indudablemente la realidad representa un tipo certero de realismo,
poniendo en juego la interacción de dos o más objetos, cuyo fin era subrayar la
existencia de fenómenos en conjunto a objetos, dándole vida a una explicación de
carácter menos continuista de lo que aparentaba con el determinismo biológico anterior.
Entonces recordemos que en la teoría cuántica, la materia física es creada por el
humano mediante su percepción, por algo hablamos del universo y dentro del mismo si
quisiéramos podemos hallar rasgos sensoriales determinados, la palabra y la materia
entonces producen cosas y estas mismas son causales de fenómenos vinculados a
otros y así se generaliza. Pues “… Como argumenta Barad, esta metodología tiene
importantes implicaciones para la práctica científica y social. En primer lugar, el
científico siempre forma parte del experimento, no hay una externalidad, no hay posición
objetiva…” (Barclay: 2017, 174). Antes de culminar, nos proponemos pasar por algunos
de los problemas que según Barclay presentan la Historia de las emociones.
A modo de conclusión de este apartado, podemos identificar al igual que hace la
autora lo siguiente, los historiadores casi siempre se centran en muchos temas excepto
al de la corporalidad, sensaciones y emociones, dejándolas en un tramo diferente al de
su trabajo, sabiendo pues, que la clave interpretativa no se halla de ese modo. El
lenguaje y la estructura forman parte de un todo y este todo también se compone de
partes que deben ser explicadas, dando una lógica reversionada a la establecida hasta
el momento. Parte de los análisis históricos e historiográficos deben dedicarse ya a lo
que la gente hace, mostrando como la emoción y la corporaneidad son elementos

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fundamentales para los análisis y explicaciones. Las fuentes pueden ampliarse y unir el
significado entre el ser, el cuerpo y lo que acontece con él. Los fenómenos no pueden
ser externos a otras causas y participantes, tal como ocurrió con el relato de la autora al
inicio y los comentarios de sus fuentes.

VI. La práctica y la ética de la historia de las emociones

Llegamos al último texto realizado por la autora. Quizás aquí vemos de modo más
nítido, su pensamiento histórico, historiográfico y opinión respecto de la historia de las
emociones. Además se perfila el rol de las fuentes y cómo afrontarlas, teniendo en
consideración que se trata de gente del pasado que no puede ser sometida a ningún
tipo de revisión, por su carácter de fallecida, sabiendo que no es posible esa alternativa
a diferencia de otras ciencias. Por empezar, conviene señalar según sus propias
palabras “… Si los historiadores son sujetos emocionales, algunas de nuestras
relaciones más importantes son las que mantenemos con otros estudios de la materia y
con el mundo académico en general…” (Barclay: 2021, 27). Esto de por sí, ya nos
indica una instancia de separación entre el sujeto – objeto que dentro de otras
disciplinas científicas no se da. Para Mark Neuendorf, encargado de estudiar el estudio
de los cuerpos y su trayectoria durante extensas décadas, este asunto de la
corporalidad y de las emociones es un tópico que “… abunda en el registro histórico y
reflejan las ideas y creencias que ordenaban la comprensión de la emoción y la
corporalidad… Centrarse en las prácticas que los actores del pasado han utilizado para
dar forma a sus emociones permite a los historiadores recrear los procesos por los que
cultivan los hábitos corporales…” (Neuendorf: 2021, 225-226).
Según Barclay, este campo historiográfico no solamente es definido por su carácter
interdisciplinar sino también por la variedad de enfoques, metodologías y lecturas, así
ocurre con la interpretación de las fuentes, había determinados criterios en cada uno de
los periodos que explicaban acciones relacionadas con el amor, la delincuencia, la ira, la
hipersensibilidad e inclusive el rol que la prensa misma le otorga a las emocionalidades,
no nos sorprendería este aspecto de la autora, porque bien sabemos de su andar
teórico en los trabajos anteriores narrados aquí. Pues “… Por lo general, los
sentimientos se escriben en forma de metáfora corporal que refleja el tipo de fusión del
cuerpo y la mente … conocedor del habitus…” (Neuendorf: 2021, 226).

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“No es posible considerar como un ser humano a ese joven de dieciséis años, que
ha cometido docena de crímenes, que ha dado muerte a tantas criaturas inocentes e
indefensas, que ha robado y ha incendiado, que se ha hecho culpable de múltiples y
horrorosos delitos. No ya la maldad del hombre criminal, a quien guía el interés o
precipita la pasión, sino el instinto brutalmente destructor de la fiera sanguinaria ha
presidido cuanto ha hecho ese delincuente precoz, autor de tan execrables crímenes….
Hay que considerarle como un producto mountroso y como tal aislarle….” (Caso 1912-
Santos Godinos, Biblioteca Digital, p. 15).

Citamos aquí a modo de ejemplo, el caso de Cayetano Santos Godinos <<el Petiso
orejudo>> un asesino de niños y pirómano, cuyas atrocidades impactaron de lleno a la
argentina de la época. Sus fechorías junto a un aspecto físico dieron lugar a un sinfín de
connotaciones peyorativas hacia su persona, emociones y opinión del público general.
Lo traemos en este trabajo para demostrar el funcionamiento del abordaje de la historia
de las emociones, la ley y su lugar aquí y principalmente por ocurrir en nuestro país.
¿Existieron emociones especiales hacia este personaje por parte de la policía, del
público en general y sobre sus comportamientos? Pues según lo que hemos leído en la
fuente, era lo más próximo que había a lo mountroso, lo inhumano, lo animal, salvaje de
allí el estupor que se marcaba en los periódicos del periodo correspondiente, inicios y
primeras décadas del siglo XX.

Por otro lado, antes de continuar con nuestra autora, hemos de ubicar otro caso
emblemático de los policiales argentinos. Y es el de Carlos Robledo Puch <<el Ángel de
la muerte>> cuyas características físicas daban una opinión contraria a las acciones.
“… Le corresponde Pena de muerte. Chacal: Mato a 12 y por la espalda… Es “niño
bien”: tiene 20 años, carita de ángel, frío, feroz, cínico, entre otros, ultimo a dos
cómplices… es de familia pudiente y no le faltaba nada de lo que se consigue con
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Obtenido de:
https://www.google.com/search?q=caso+del+petiso+orejudo+recorte+periodistico&source=lnms&tbm
=isch&sa=X&ved=2ahUKEwjn3OXczonzAhUhq5UCHaLiDEYQ_AUoAXoECAEQAw&biw=1024&bih=
489&dpr=1#imgrc=2cdKeGDt7JAewM

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dinero. Tiene sólo 20 años y mató a 12 personas fríamente, sin la menor piedad…>>
(Crónica: 09/02/1972).
Carlos Robledo Puch cometió diez homicidios, robos, hurtos, y raptos. El impacto
que generó en los medios de comunicación fue porque la tradicional imagen del
delincuente caía en contradicción con el propio personaje en sí, porque su fisonomía y
su clase social impedían pensar en las criminalidades cometidas. Como ocurrió con el
caso anterior, los términos se relacionaban a lo mounstroso y diabólico, salvaje, etc.

Podemos relacionar ello con el trabajo de Barclay y de Neuendorf, en base a las


emocionalidades del investigador y de los lectores. Una gran variedad de sensaciones
diferenciaban a los sujetos – objetos de la investigación, aquí hemos visto que si bien lo
económico y cultural tenían su influencia. Entonces “… Atendiendo a los cuerpos y a la
ciencia y, cada vez más, a las materialidades como el paisaje o los entornos físicos, los
historiadores de la emoción están más comprometidos con las ciencias biológicas y
psicológicas que muchas otras ramas de la historia…” (Barclay: 2021, 29). Con esto
queremos decir que a un historiador de este campo interdisciplinario, con sentimientos y
emociones propias, su propio presente influye en las aseveraciones que realicé en
cuanto a sus análisis propios.
Indudablemente y siguiendo con estas reflexiones, puede afirmarse que leer una
fuente dentro de lo que es la historia de las emociones, no solamente deriva en
múltiples lecturas, interpretaciones y disciplinas, sino un juego permanente de
sensaciones que enlaza pasado y presente, creencias y diseños, momentos divergentes
y coincidentes, “… También los términos de las emociones evolucionan con el tiempo, y
algunas palabras se vuelven obsoletas…. Cambio de léxico emocional, o el desuso de
los descriptores claves de la experiencia corporal en las fuentes, insinúan cambios más
amplios en los sentimientos y las prácticas emocionales de las comunidades… “
(Neuendorf: 2021, 227). En nuestros casos señalados entendemos que hay
continuidades y rupturas, si bien en ciertas terminologías los crímenes tienen una
definición cuasi idéntica, las figuras representadas son otras, entendiendo por ello el
físico de los protagonistas así como las etapas históricas diferentes.
¿Estas emocionalidades también forman parte de los presupuestos establecidos por
Katie Barclay en sus trabajos, distinguiendo tiempos y espacios, propuestas y
sensaciones? En términos abstractos si, en lo real, los contextos se relacionan tanto de
los aquel periodo como el actual en esa terminología que se modifico, tanto sea de las
diversas emociones y no solamente vinculadas con lo criminal, la ira, el amor, el rencor,
o la venganza. Las claves interpretativas de la historiadora australiana giraban en torno
a la construcción de un nuevo inventario dentro del campo historiográfico que goza de
vitalidad pero que requiere ciertos ajustes. El cuerpo, la emoción, la sensorialidad no
son tópicos ajenos al investigador, dado que su presente como dijimos en determinadas
oportunidades implícitamente arma la construcción mental del especialista y los casos
que aborda o trabajase en algún momento. Lo cierto es mientras la interdisciplinariedad
persista y el campo continua creciendo, seguirán existiendo motivos para aplicar
términos esenciales.

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Consideraciones finales

La Historia de las emociones es un campo historiográfico rico en matices,


argumentos, lecturas y vínculos con disciplinas no tan próximas a las ciencias sociales y
humanísticas. Esto dio lugar a un recorrido conceptual y teórico extenso que origino en
el mundo aportes interesantes que tuvieron un abordaje particular teniendo en cuenta el
contexto investigado, los actores, que sentimientos y emociones se estudian y el país
así como el presente. Los cuerpos en sus respectivas funciones y posiciones tuvieron
relación con la interpelación ética, social, económica, política y cultural que el historiador
u otro especialista hiciera en vinculación a acciones específicas. En el caso de este
trabajo, tomamos en cuenta por un lado los trabajos de la reconocida historiadora
australiana Katie Barclay mediante tres trabajos suyos, con miradas y estudios
diferentes, en los que nos demostró el impacto de estos estudios en el mundo
anglosajón, así como el andar del nuevo materialismo y los puntos de contacto con otras
aéreas, y el ultimo de sus trabajos, de corte más reflexivo y metodológico donde plantea
esta ética del historiador y como se relaciona con sus fuentes y los actores que estudia,
lo que es muy revelador sobre lo que nosotros estudiamos y en que pensamos cuando
lo hacemos, agregando las diversas metodologías, enfoques y teorizaciones.
Por otra parte, en consonancia con uno de los hilos conductores de Barclay, nos
manifestamos interesados en la cuestión de la legalidad dentro de la historia de las
emociones, pensando por ejemplo su relación con el ultimo de los trabajos de la historia
en base a dos casos policiales de la Argentina fuertemente representativos y aquí
sintetizados como fueron el del Petizo orejudo y Robledo Puch que a nuestro entender
reflejan los cambios de criterio en algunos tópicos de la ética y la práctica del historiador
cuando investiga y al mismo tiempo, observar como la criminalidad aun siendo del
ámbito local, con sus continuidades y rupturas, ha tenido un origen y nexo en las
descripciones policiales de otros países, las generalidades y particularidades
entendemos no son productos de vacios, al contrario contienen en si elementos ajenos,
propios y una mezcla de los dos primeros. Nuestro trabajo creemos ha cumplido con el
objetivo inicial, además de ser una aproximación a este mundo tan rico y difícil al mismo
tiempo.

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Traducción de Rubén Parra Tarín.

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