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Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antá rtida e Islas del Atlá ntico Sur

Teoría de las Relaciones Internacionales (0187)


Recuperatorio Examen parcial domiciliario Unidades I y II
Fecha de entrega: 12 de octubre de 2022

Enzo García

Consignas:

1. Complete el cuadro comparativo (anexo único) indicando cómo explica cada teoría
consignada las dimensiones: unidades o actores, poder, estructura, cambio y otras
categorías relevantes para la teoría.
2. Analice el tema que seleccionó al inicio de la cursada utilizando la teoría
constructivista.

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ANEXO Ú NICO1
Cuadro comparativo. Pregunta 1.

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Las celdas del cuadro no implican un límite al contenido de la respuesta. Deben ser ampliadas en funció n de la necesidad de los contenidos de las
respuestas.

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Dimensiones
Otras categorías
Unidades (actores) Concepción del poder Estructura Cambio
relevantes para la teoría.
Teorías

Estados-nació n son las Al establecer entre los Carr sostiene que todos los Morgenthau señ ala que La aproximació n realista de
unidades depositarias del principios del realismo que intentos de establecer un existen tres tipos de acciones Carr debe ser matizada,
poder político. Son unidades la política responde a leyes orden internacional han sido políticas, aquellas que puesto que su aná lisis, si
histó ricas (Carr, 2004), objetivas que tienen su el producto del dominio de tienden a mantener el poder, bien histó rico, contiene un
ceñ idas a un tiempo y fundamento en la naturaleza una ú nica potencia. Aceptar aumentar el poder o diá logo continuo entre las
espacio específico, lo que humana, Morgenthau (1986) que las nociones de orden demostrar poder. Por posturas que denomina
significa que no han sido las establece la invariabilidad de internacional se han consiguiente, un Estado utó picas y realistas. Y es en
ú nicas unidades capaces de esas leyes de la política estructurado a partir del puede implementar: una la relació n de ambos factores
centralizar el poder político. (cará cter que puede y debe dominio de una potencia política exterior que busque que debe entenderse la
En este sentido, y debido al ser contrastado en los superior implicaría avalar el conservar el poder, evitando propuesta de este autor.
contexto de producció n de su hechos a lo largo de la “derecho del má s fuerte a cualquier cambio de la Dentro de la
obra, el propio Carr se historia). De esto se sigue asumir el liderazgo mundial” distribució n de poder en su esquematizació n de los seis
interroga sobre la que cuando el autor define a (Carr, 2004:315). Reconoce favor, es decir, una política principios del realismo
posibilidad de cambio de los la política como lucha por el el conflicto y la existencia de de statu quo; una política político que presenta
Estados-nació n como poder, la misma sería una una lucha entre Estados que exterior orientada a la Morgenthau es esencial
unidades de poder político; concepció n vá lida tanto para buscan imponerse a otros, adquisició n de una mayor destacar aquel que entiende
má s precisamente sobre su las relaciones entre los pero que no cuentan con el poder mediante un cambio al concepto de interés
naturaleza territorial al hombres como entre los mismo poder (material). Por en la estructura existente; o definido en términos de
remarcar que: “Pocas cosas Estados; es decir que sobre su parte, Morgenthau una política exterior poder. Este concepto permite
son permanentes en la este aspecto particular no entiende que en la pugna por tendiente a mostrar el poder comprender la autonomía de
historia y sería precipitado realiza distinciones entre el poder de los Estados, cada con el que cuenta, sea para la política, pero también
Realismo suponer que la unidad política interna y política uno de ellos intentará mantenerlo o incrementarlo. establece un principio de
territorial de poder es una de internacional. De manera mantener o quebrar el statu La lucha por el poder y el racionalidad. Esto implica
ellas” (Carr, 2004:309). má s precisa, el poder refiere quo (la distribució n de poder cambio de distribució n del que podemos suponer que
“al control del hombre sobre entre las naciones en un mismo a nivel internacional los estadistas piensan y
Los Estados, entonces, como las mentes y las acciones de momento particular de la se puede dar principalmente actú an en el á mbito
unidades políticas soberanas otros hombres” historia) y esto llevará a la mediante dos modelos de internacional por un interés
son iguales desde un punto (Morgenthau, 1986:43). configuració n de un equilibrio de poder: el de que se puede traducir en
de vista formal, pero se Morgenthau profundiza su mecanismo autoregulatorio oposició n directa (una poder, de manera que se
diferencian en cuanto a su definició n y establece que el de las fuerzas sociales: el nació n busca someter a otra, facilita la continuidad y el
poder (Moure Peñ ín, 2017). poder político “es una Equilibrio de poder. el equilibrio surge del aná lisis en la política exterior
relació n psicoló gica entre La conformació n de un intento de cada nació n por de las naciones. También, el
quienes ejercen y aquellos equilibrio es un fenó meno prevalecer) y el de interés definido como poder,
sobre los que se ejerce” recurrente que sirve para competencia (el implica una continuidad
(Morgenthau, 1986:43), estabilizar, aunque a su vez enfrentamiento entre dos racional que resulta
siendo los primeros quienes este resulta inestable debido naciones se da a través de independiente de otras
tienen el control de las a las características propias una tercera, la cual se busca motivaciones, preferencias o
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2) El caso que se propone abordar es el conflicto Ruso-Ucraniano, el cual se recrudeció con la invasión iniciada por la Federación Rusa
al territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022. El anuncio por parte del gobierno ruso del inicio de una “operación militar especial” en
el territorio ucraniano, con el fin declarado de anular las capacidades militares de Ucrania y garantizar la seguridad de las
autoproclamadas repúblicas populares de Donestk y Lugansk tanto como la integridad de Rusia ante la posibilidad de adhesión de
Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), dio inicio a una nueva etapa de la relación conflictiva entre ambos
Estados. Desde entonces es habitual la difusión constante de información respecto al devenir del enfrentamiento bélico, que hasta el
momento se desarrolla con desplazamientos de material y efectivos en forma masiva, bombardeos constantes sobre todo tipo de
infraestructura, ofensivas y contraofensivas, medidas de anexión formal del territorio ocupado y la reaparición de la amenaza nuclear a
escala internacional2. Por el momento la guerra continúa y, a juzgar por los últimos acontecimientos, todo apunta a que esta
conflagración no acabará en el corto plazo.
En la presentación que realizamos previamente, en otro trabajo, de este caso sosteníamos que Rusia y Ucrania se encontraban ligadas
íntimamente por profundos lazos históricos. No es nuestra intención abandonar la perspectiva histórica en el análisis de este caso, pero
a los fines de poder presentar de manera más clara y precisa las prácticas de los Estados, debemos prescindir en esta ocasión del
análisis desde la perspectiva con la que pretendíamos abarcar la multiplicidad de temporalidades intervinientes en la relación entre
estos. La propuesta que pretendemos encarar implicaría encontrar algunas claves para comprender este conflicto abordando la historia
reciente que tienen en común Rusia y Ucrania, más específicamente desde la disolución de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(URSS). Para ello también nos serviremos de la teoría constructivista.
Es el propio Alexander Wendt quien menciona la relación entre “Estados Unidos y la antigua Unión Soviética” (Wendt, 2005:8) en el
plazo inmediato al fin de la Guerra Fría. Cuando el autor evoca la relación entre EE.UU. y los Estados que surgieron luego de la

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Respecto a estos sucesos específicos del enfrentamiento militar en marcha aquí planteados existen una diversidad de fuentes informació n que resultan
inabarcables en su totalidad. Si bien no las referenciamos en el cuerpo del texto, hacia el final del documento se deja una lista con las notas periodísticas,
y sus respectivos enlaces, que han sido consultadas respecto a los eventos del plano estrictamente militar.
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disolución de la URSS, lo hace para demostrar de qué manera una confusión identitaria puede interferir en la definición de situaciones
y de intereses.
Podríamos afirmar entonces que el contexto al que refiere el autor implica una desestabilización de las identidades y, al ser las
identidades las bases de los intereses, de ello se desprende a su vez la dificultad de poder definir los intereses.
Es preciso recordar que el constructivismo enfatiza, como bien lo indica su nombre, en la construcción social de la subjetividad, y su
pretensión es la de explicar las identidades e intereses (Wendt, 2005). Dentro de la teoría de las relaciones internacionales, es a partir
de un continuo proceso interacción recíproca entre los actores que surgen las estructuras o instituciones, las cuales pueden ser definidas
como un “conjunto de identidades e intereses relativamente estable” (Wendt, 2005:9).
Esta aclaración cobra relevancia en la medida que buscaremos demostrar que, luego de la disolución de la URSS los nuevos Estados, y
en particular Rusia, afrontaron un proceso de institucionalización que quedo trunco; es decir, que buscaron interiorizar nuevas
identidades e intereses para configurar instituciones cooperativas, pero que resulto impedido por la resistencia de actores interesados
en mantener las identidades ya establecidas. A continuación, se intentará ilustrar brevemente este punto a partir de la interacción entre
los actores.
Si como afirma Saborido (2011), luego de la desintegración de la URSS, se puede considerar a Rusia el Estado que emergió como
heredero de ésta; en la medida que retuvo buena parte de sus capacidades militares, fundamentalmente el arsenal nuclear, y mantuvo el
lugar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no deja de ser menos cierto que se trataba de un nuevo Estado que se
encontraba en pleno proceso de redefinición de sus vínculos con los demás actores y de sus propios intereses. Durante la década de los
’90, Rusia intentaba entablar nuevos lazos con los Estados occidentales. La política exterior durante el gobierno de Boris Yeltsin
sostenía que, a partir de los nuevos lazos que comenzaban a forjarse entre la Federación Rusia y “Occidente” 3, sus intereses tenderían a
ser coincidentes (Saborido, 2011). No obstante, el giro pro occidental de la política exterior rusa se termino de definir claramente,
aunque pueda resultar paradójico, en los primeros años de gobierno de Vladimir Putin. A partir del año 2001 las áreas de colaboración,
en especial con EE.UU., abarcaban principalmente el apoyo logístico a operaciones militares y de seguridad en la región del Asia
3
Cuando nos referimos a Occidente estamos utilizando una expresió n que no refiere, en sentido estricto, a la ubicació n geográ fica de los países. En el
contexto de Guerra Fría el término refería a los países capitalistas liderados por EE.UU., en oposició n al bloque comunista.
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Central, sumado a la entrega de la información disponible respecto a actividades terroristas en dicha región (Saborido, 2011). Teniendo
presente estos actos, no sería desacertado afirmar que, luego de la desintegración de la URSS, las prácticas del Estado ruso tuvieron
como finalidad su integración en un sistema de seguridad cooperativo. Sin embargo, el cambio que se pretendía institucionalizar se
hallo obstaculizado por “actores interesados en mantener el papel relativamente estable de las identidades” (Wendt, 2005:20). De
modo que la apreciación tentativa según la cual “Estados Unidos […] es más probable que se resista más a las amenazas a su identidad
como ‘líder de la cruzada anticomunista’ que a las de su identidad como ‘defensor de los derechos humanos’” (Wendt, 2005:20) se
encuentra refrendada en las prácticas.
De modo que, mientras Rusia mantenía su recelo ante la expansión de la OTAN hacia Europa del Este, cada vez más cerca de sus
fronteras, igualmente suscribió el “Acta Fundacional OTAN-Rusia” en 1997 que establecía un Consejo Conjunto Permanente con el
propósito de configurar un esquema de seguridad común y global (Achcar, 2018). Por su parte, ya en 1992, el informe Wolfowitz
(denominado así por estar a cargo del subsecretario del Departamento Defensa de EE.UU.) plasmaba el peligro para la posición
dominante de EE.UU. que implicaría el resurgimiento de una potencia, aunque sea sólo con pretensiones regionales, en Europa del
Este, de manera que la política exterior estadounidense debía orientarse a “mantener a cualquier precio la disolución de la ex Unión
Soviética, acentuarla de ser necesario y, en todo caso, evitar la reconstitución de una potencia fuerte en Rusia o alrededor de Rusia” (de
La Gorce, 2018:35). Si bien “la cruzada anticomunista” ya no tenía lugar, la identificación de la amenaza continuaba ubicándose en el
espacio ruso.
Pero no fue sino hasta que la falta de resultados en la interacción entre Rusia y Occidente se hizo evidente 4, que el Estado ruso
modifico su práctica estableciendo una línea de continuidad con su pasado reciente soviético, configurando una dinámica conflictiva
principalmente con EE.UU. De esta manera, han sido las interacciones mismas entre los Estados las que han llevado a Rusia a intentar
recuperar su antigua presencia de relevancia en la escena internacional, y para esto resulta esencial restaurar su identidad de “gran
potencia” (Saborido, 2011).

4
Fundamentalmente a través de la continuació n del proyecto de expansió n de la OTAN hacia el Este, atribuido a la iniciativa estadounidense. Al respecto
se pueden consultar: Saborido, 2011; Achcar, 2018.
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Los intereses de Rusia se encuentran ligados a su identidad como potencia. Las constantes confrontaciones retóricas con EE.UU. desde
el año 2003 por la irrupción cada vez mayor de este país en la “esfera de influencia” rusa han desencadenado un proceso de
institucionalización que derivó en un esquema de seguridad competitivo (Saborido, 2011). La identificación negativa para la seguridad
entre Rusia y EE.UU. es flagrante desde ese momento, y el Estado ruso ha continuado llevando adelante políticas de poder con bases
claramente realistas. Uno de los puntos más álgidos desde entonces ha sido la denominada “guerra de los cinco días” de 2008, en la
cual Rusia invadió Georgia (Saborido, 2011), siendo la misma su primera acción militar fuera de su territorio desde la disolución de la
URSS y que puede ser entendida además como respuesta por la influencia cada vez mayor de EE.UU. en Georgia 5. Una muestra de la
determinación rusa de intervenir mediante el uso de la fuerza si considera que sus intereses se encuentran en riesgo.
Llegados a este punto, cabria consultar respecto al sitio que le corresponde a Ucrania. Si, como afirma Matos Franco (2017), el
conflicto entre Rusia y Ucrania se puede entender a partir de que: “La OTAN ha tirado por la borda la noción del equilibrio de poder
europeo sin consideración hacia Rusia, que naturalmente desconfía de aquélla pues la alianza atlántica se originó por las fantasías de
contener a Moscú” (p. 297). Esto implicaría que el Estado Ucraniano no tiene mayor injerencia en los asuntos concernientes a su
propia seguridad, simplemente debería ser considerado un Estado-tapón, es decir, un Estado débil que por encontrarse ubicado cerca de
otro más poderoso debe servir a su seguridad militar (Morgenthau, 1986). Aunque la experiencia de su historia reciente, de sus
interacciones con el Estado Ruso, en especial desde la anexión de Crimea y la crisis de Dombás, pero fundamentalmente desde el
comienzo de las hostilidades en el pasado febrero, han llevado a Ucrania a solicitar la protección de las potencias occidentales para
garantizar su propia seguridad, para preservar su independencia, su propia existencia.

Referencias bibliográficas
5
Esta afirmació n debe comprenderse a partir de la sospecha rusa de que la “Revolució n rosa”; que destituyó en 2003 al presidente de Georgia por uno
de formació n e inclinació n pro occidental, fue incitada por el gobierno norteamericano.
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ACHCAR, G. (2018). “La Alianza Atlántica marcha hacia el Este”. En RICHARD, H. et al (coord.) La nueva Guerra fría: Rusia
desafía a Occidente. Buenos Aires: Capital Intelectual.
CARR, E.H. (2004). "La crisis de los veinte años (1919-1939): una introducción al estudio de las relaciones internacionales",
Capítulos 1, 2 y 14, La Catarata, Madrid.
COX, R. (1981). “Fuerzas sociales, estados y órdenes mundiales: más allá de la teoría de las Relaciones Internacionales”, Relaciones
Internacionales, Número 24, octubre 2013 - enero 2014, GERI - UAM.
DE LA GORCE, P.M. (2018) “Contener, contener, siempre contener a Rusia”. En RICHARD, H. et al (coord.) La nueva Guerra fría:
Rusia desafía a Occidente. Buenos Aires: Capital Intelectual.
KEOHANE, R. Y J. NYE (1988). “Poder e Interdependencia. La política mundial en transición”, Capítulos 1 al 3, Grupo Editor
Latinoamericano, Buenos Aires.
KRASNER, S. (1989). “Conflicto estructural. El tercer mundo contra el liberalismo global”, Introducción y capítulos 1 y 2. Grupo
Editor Latinoamericano, Buenos Aires.
MATOS FRANCO, R. M. (2017). “Historia mínima de Rusia”. México: Editorial Turner.
MORGENTHAU, H. (1986). “Política entre las naciones. La lucha por el poder y la paz.” Primera Parte hasta pág. 68 y Cuarta Parte
completa. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires.
MOURE PEÑIN, L. (2017). “El realismo en la teoría de las relaciones internacionales: génesis, evolución y aportaciones actuales”. En
SANAHUJA, J. A. & ARENAL, C., (coord.) Teorías de las Relaciones Internacionales (pp. 61-96). Madrid: Tecnos.
SABORIDO, J. (2011). “Rusia. Veinte años sin comunismo: de Gorbachov a Putin.” Buenos Aires: Biblos.
WALTZ, K. (1988). “Teoría de la Política Internacional”, Páginas 91 a 189. Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires.
WENDT, A. (1992). “La anarquía es lo que los estados hacen de ella: la construcción social de la política de poder”, Relaciones
Internacionales, Numero 1, octubre 2005, GERI - UAM.

Notas periodísticas consultadas:

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DEL AMO, P. (16 de mayo de 2022). “Fase 1 de la Guerra de Ucrania ¿fracaso ruso?”. Descifrando la guerra. Disponible en:
https://www.descifrandolaguerra.es/fase-1-de-la-guerra-de-ucrania-fracaso-ruso/
DEL AMO, P. (12 de septiembre de 2022): “El colapso ruso en Járkov”. Descifrando la guerra. Disponible en:
https://www.descifrandolaguerra.es/el-colapso-ruso-en-jarkov/
GONZÁLEZ MÁRQUEZ, J. (8 de octubre de 2022). “Ataque al puente de Kerch”. Descifrando la guerra. Disponible en:
https://www.descifrandolaguerra.es/ataque-al-puente-de-kerch/
LOPEZ CANOREA, A. (5 de febrero de 2022). “El Tablero Ucraniano (VII): Invasión rusa de Ucrania”. Descifrando la guerra.
Disponible en: https://www.descifrandolaguerra.es/el-tablero-ucraniano-vii-invasion-rusa-de-ucrania/
LOPEZ CANOREA, A. (24 de febrero de 2022). “Guerra abierta Rusia-Ucrania. ¿Cómo ha pasado?”. Descifrando la guerra.
Disponible en: https://www.descifrandolaguerra.es/guerra-total-rusia-ucrania-como-ha-pasado/

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