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Licda.

Mirna Gamarro Meneses

Autorrealización

Las ideas de Maslow sobre la autorrealización surgieron poco tiempo después de que obtuviera el
título de doctor, cuando empezó a reflexionar sobre por qué sus dos profesores en Nueva York, la
antropóloga Ruth Benedict y el psicólogo Max Wertheimer, eran tan diferentes de los demás. Para
Maslow, estas dos personas representaban el máximo nivel de desarrollo humano, que él denominó
“autorrealización”.

Búsqueda de la persona autorrealizada de Maslow

¿Qué rasgos hacían a Wertheimer y Benedict tan especiales?

Para responder a esta pregunta, Maslow empezó a tomar notas sobre estas dos personas y confiaba
en que encontraría otras a las que también podría considerar “buenos seres humanos”. Sin
embargo, esto no le resultó tan fácil. Los jóvenes estudiantes de sus clases se ofrecieron como
voluntarios, pero ninguno de ellos parecía igualar a Wertheimer y Benedict como seres humanos
buenos, lo que llevó a Maslow a preguntarse si los estudiantes universitarios de 20 años de edad
podían alcanzar ese estado (Hoffman, 1988).

Maslow encontró una serie de personas mayores que parecían tener algunas de las características
que estaba buscando, pero cuando las entrevistó para saber qué era lo que las hacía especiales, casi
siempre lo decepcionaban. Solían parecerle “equilibrados [...] pero sin brillo, chispa, emoción,
dedicación, o sentido de la responsabilidad”. Maslow tuvo que llegar a la conclusión de que la
seguridad emocional y el equilibrio no eran condiciones suficientes para un ser humano bueno.

En su búsqueda de lo que él llamaba “personas autorrealizadas ” encontró otros obstáculos. En


primer lugar, él intentaba encontrar una combinación de rasgos de personalidad que no había
identificado claramente. En segundo lugar, muchas de las personas que él consideraba personas
autorrealizadas rechazaron participar en su búsqueda, no les interesaba mucho lo que el profesor
Maslow estaba intentando hacer. Más adelante Maslow, explicaría que ni una sola de las personas
que él identifi có como autorrealizadas aceptaría someterse a sus pruebas. Al parecer, su intimidad
era demasiado importante para ellos como para darla a conocer al mundo.

En lugar de desanimarse por la imposibilidad de encontrar personas autorrealizadas, Maslow


decidió adoptar un enfoque diferente. Empezó a leer biografías de personas famosas para ver si
podía encontrar personas autorrealizadas entre los santos, eruditos, héroes nacionales y artistas.
Mientras estudiaba las vidas de Thomas Jefferson, Abraham Lincoln (en sus últimos años), Albert
Einstein, William James, Albert Schweitzer, Benedict de Spinoza, Jane Addams y otras grandes
personalidades, Maslow de repente se iluminó. En lugar de preguntarse “¿qué es lo que hace que
Max Wertheimer y Ruth Benedict sean personas autorrealizadas?” le dio la vuelta a la pregunta y se
cuestionó, “¿por qué todos nosotros no somos personas autorrealizadas?”. Este nuevo enfoque del
problema cambió poco a poco la concepción de humanidad de Maslow y ello le permitió ampliar su
lista de personas autorrealizadas.

Una vez que aprendió a escoger las preguntas adecuadas, Maslow prosiguió su búsqueda de
personas autorrealizadas y, para facilitarla identificó un síndrome de salud psicológica. Después de
seleccionar una muestra de individuos potencialmente equilibrados, los estudió detenidamente
para construir ese síndrome de personalidad. A continuación, perfeccionó su definición inicial y

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
Licda. Mirna Gamarro Meneses

después volvió a seleccionar personas potencialmente autorrealizadas, conservando algunas,


eliminando otras y añadiendo nuevas. Entonces repitió el procedimiento completo con el segundo
grupo, con algunos cambios en la definición y los criterios de autorrealización.

Maslow (1970) continuó este proceso cíclico hasta seleccionar a un tercer o cuarto grupo o hasta
que estuvo seguro de haber transformado un concepto que al principio era vago y falto de rigor
científico en una definición precisa de la persona autorrealizada.

Criterios para la autorrealización

¿Qué rasgos poseían estas y otras personas autorrealizadas ?

En primer lugar, no sufrían psicopatologías. No eran ni neuróticos ni psicóticos, ni tenían tendencia


a sufrir trastornos psicológicos. Este es un criterio importante porque algunos individuos neuróticos
y psicóticos tienen algunos rasgos en común con las personas autorrealizadas, en concreto,
características como un agudo sentido de la realidad, experiencias místicas, creatividad y distancia
de los demás. Maslow eliminó de la lista de posibles personas autorrealizadas a todo aquel que
mostrara claros signos de psicopatologías, salvo algunas afecciones psicosomáticas.

En segundo lugar, estas personas autorrealizadas habían avanzado según la jerarquía de las
necesidades y, por tanto, vivían por encima del nivel de subsistencia y no tenían ninguna amenaza
permanente para su seguridad. Además, conocían el amor y tenían una autovaloración profunda.
Como habían satisfecho sus necesidades de niveles inferiores, soportaban más fácilmente la
frustración de estas necesidades, incluso cuando se los criticaba o despreciaba. Podían amar a un
gran número de personas, pero no tenían la obligación de amar a todo el mundo.

El tercer criterio para la autorrealización de Maslow era la aceptación de los valores B. Sus personas
autorrealizadas aceptaban e incluso exigían verdad, belleza, justicia, simplicidad, sentido del humor
y todos los demás valores B citados previamente.

El último criterio para alcanzar la autorrealización era “el aprovechamiento pleno de los talentos,
capacidades, potencialidades, etc.” (Maslow, 1970, p. 150). En otras palabras, sus individuos
autorrealizados satisfacían sus necesidades de crecimiento y desarrollo de su potencial.

Valores de las personas autorrealizadas

Maslow (1971) sostenía que las personas autorrealizadas están motivadas por las verdades eternas,
lo que él llamó valores B (del término inglés Being). Estos valores del ser son indicadores de salud
psicológica y se oponen a las necesidades insatisfechas, que motivan a las personas no
autorrealizadas. Los valores B no son necesidades en el mismo sentido que el alimento, el refugio o
la compañía. Maslow denominó a los valores B “metanecesidades ” para indicar que son
necesidades del nivel más elevado y distinguió entre la motivación que surge de necesidades
normales y las motivaciones de personas autorrealizadas, que él llamó metamotivaciones .

La metamotivación se caracteriza por una conducta expresiva más que reactiva, está relacionada
con los valores B y distingue a las personas autorrealizadas de las no autorrealizadas. La
metamotivación fue la respuesta provisional de Maslow a la pregunta de por qué algunas personas
que han satisfecho sus necesidades primarias, que pueden dar y recibir amor y que tienen confianza
y autoestima, no consiguen traspasar el umbral de la autorrealización. Las vidas de estas personas

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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no tienen sentido y acusan la falta de valores B. Solo las que viven rodeadas de estos valores son
personas autorrealizadas y solamente ellas pueden tener metamotivación.

Maslow (1964, 1970) identificó catorce valores B, pero el número exacto no es importante porque,
en última instancia, todos se funden en uno solo, o al menos todos están muy relacionados entre sí.
Los valores de las personas autorrealizadas son verdad, bondad, belleza, unidad o superación de
dicotomías, vitalidad y espontaneidad, singularidad, perfección, plenitud, justicia y orden, sencillez,
riqueza, naturalidad, alegría o humor y autosuficiencia o autonomía.

Estos valores distinguen a las personas autorrealizadas de aquellas cuyo crecimiento psicológico se
ha detenido tras satisfacer las necesidades de estima. Maslow formuló la hipótesis de que, si las
metanecesidades de las personas no se satisfacen, estas sufrirán una enfermedad existencial.

Todas las personas tienen una tendencia holística a avanzar hacia la unidad o plenitud y cuando este
avance se frustra, tienen sentimientos de incompetencia, desintegración e insatisfacción. La
ausencia de valores B genera patologías con tanta seguridad como la falta de comida genera
desnutrición.

Cuando se les niega la verdad, las personas sufren paranoias; cuando viven en entornos sórdidos,
sufren dolencias físicas; sin justicia y orden, sienten miedo y ansiedad; sin alegría y humor, se
muestran inflexibles y tristes. La privación de cualquiera de los valores B genera metapatologías ,
que equivalen a la ausencia de una filosofía de vida positiva .

Filosofía de la ciencia

La filosofía de la ciencia de Maslow y sus métodos de investigación son fundamentales para


entender cómo construyó su concepto de autorrealización. Maslow afirmaba que una ciencia sin
valores no conduce a un estudio adecuado de la personalidad humana; defendió un tipo diferente
de filosofía de la ciencia, un enfoque humanista, holístico, con valores y científicos que se preocupan
por las personas y los temas que estudian. Por ejemplo, Maslow estaba motivado para buscar
personas autorrealizadas porque idolatraba y admiraba enormemente a Max Wertheimer y Ruth
Benedict, sus dos primeros modelos de autorrealización. Pero también expresó su afecto y
admiración por Abraham Lincoln, Eleanor Roosevelt y otras personas autorrealizadas.

Maslow estaba de acuerdo con Allport en que la psicología debería dar más importancia al estudio
del individuo y dedicar menos atención al estudio de los grupos de personas. Los informes subjetivos
deberían ser más relevantes que los estrictamente objetivos, se debería permitir a las personas que
dieran información sobre sí mismas de una manera holística, en vez de adoptar el enfoque más
ortodoxo que estudia a las personas por partes.

La psicología tradicional ha trabajado con sensaciones, inteligencia, actitudes, estímulos, reflejos,


resultados de tests y construcciones hipotéticas desde un punto de vista externo. No se ha
interesado mucho por la persona en su conjunto considerada desde su propio punto de vista
subjetivo.

Cuando Maslow estudiaba en la Facultad de Medicina, quedó impresionado por la actitud


impersonal de los cirujanos que, con toda naturalidad, lanzaban partes seccionadas de los cuerpos

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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sobre una mesa. La observación de estos procedimientos tan fríos e insensibles le llevó a crear el
concepto de desacralización: el tipo de ciencia que carece de emoción, asombro, admiración y
entrega. Maslow afi rmaba que la ciencia ortodoxa no tiene rituales o ceremonias, y exigió a los
científicos que volvieran a poner valores, creatividad, emoción y rituales en su trabajo. Los
científicos deben estar dispuestos a resacralizar la ciencia o a infundirle valores humanos. Los
astrónomos no solo deben estudiar las estrellas, sino también sentir admiración por ellas; los
psicólogos no deben limitarse a estudiar la personalidad humana, sino que deben hacerlo con
placer, emoción, admiración y afecto. Maslow defendió una actitud taoísta para estudiar la
psicología, que debería ser también no obstaculizadora, pasiva y receptiva. La predicción y el control
dejarían de ser los objetivos principales de esta nueva psicología y, en su lugar, vendrían la
fascinación y el deseo de liberar a las personas de cualquier tipo de control, de modo que puedan
crecer y ser menos previsibles. La respuesta adecuada a los misterios, según Maslow, no es el
análisis sino la admiración. Maslow insistió en que los propios psicólogos deben ser personas
equilibradas, capaces de soportar la ambigüedad y la incertidumbre. Deben ser intuitivos, no
racionales, observadores y lo bastante valientes para plantear las preguntas adecuadas. También
deben aceptar que pueden equivocarse, ser imprecisos, cuestionar sus propios procedimientos y
enfrentarse a los problemas importantes de la psicología. Según Maslow, no sirve de nada hacer
bien lo que no vale la pena hacer. Es mejor hacer mal lo que es realmente importante.

En su estudio sobre las personas autorrealizadas y las experiencias cumbre, Maslow utilizó métodos
de investigación coherentes con su filosofía de la ciencia. Empezaba de manera intuitiva, con
frecuencia “jugando con fuego”, después intentaba verificar sus intuiciones usando métodos
ideográficos y subjetivos. Solía encargar a otros el trabajo técnico de recopilar pruebas. Su método
preferido era “buscar avanzando” y cuando se cansaba de un tema de estudio solía abandonarlopara
explorar otros nuevos.

Herramientas para medir la autorrealización

Everett L. Shostrom desarrolló el test de orientación personal (Personal Orientation Inventory, POI)
para intentar medir los valores y conductas de las personas autorrealizadas.

Esta prueba consta de 150 afirmaciones dobles para elegir una, del tipo: (a) “Puedo contentarme
con un resultado que no sea totalmente perfecto” frente a (b) “No soporto un resultado que no sea
totalmente perfecto”; (a) “Dos personas se llevarán mejor si cada una de ellas se preocupa por
contentar a la otra” frente a (b) “Dos personas se llevarán mejor si cada una de ellas se siente libre
para expresarse”; y (a) “Mis valores morales vienen dictados por la sociedad” frente a (b) “Mis
valores morales los determino yo”. A los encuestados se les pide que escojan la opción (a) o (b),
pero pueden dejar la respuesta en blanco si no se identifican con ninguna de las dos afirmaciones o
si desconocen el tema sobre el que trata la afirmación.

El POI se compone de dos escalas y diez subescalas. La primera escala, de competencia e


incompetencia temporal, indica la medida en que las personas viven orientadas hacia el presente.
La segunda escala, la escala de apoyo, está “diseñada para medir si las reacciones de un individuo
están orientadas hacia ‘sí mismo’ o hacia ‘los demás’”. Las diez subescalas evalúan los niveles de (1)
valores de autorrealización, (2) flexibilidad en la aplicación de valores, (3) sensibilidad a las
necesidades y los sentimientos propios, (4) espontaneidad en la expresión de sentimientos en forma
de conductas, (5) amor propio, (6) autoaceptación, (7) visión positiva de la humanidad, (8) capacidad

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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para percibir relaciones coherentes en las contradicciones de la vida, (9) aceptación de la


agresividad, y (10) capacidad para las relaciones íntimas. Los resultados elevados en las dos escalas
y las diez subescalas indican un cierto nivel de autorrealización; los resultados bajos no sugieren
necesariamente la presencia de patologías, pero ofrecen claves sobre los valores y conductas de la
persona autorrealizada.

El POI parece ser bastante resistente al fingimiento, a menos que uno conozca la descripción de
persona autorrealizada de Maslow. En su manual, Shostrom citó varios estudios en los que se pedía
a los encuestados que “fingieran bondad” o “dieran una impresión favorable” al completar el test.
Cuando los participantes seguían estas instrucciones, solían obtener puntuaciones inferiores
(alejándose de la autorrealización) a las que obtenían si respondían con sinceridad.

Esta conclusión es, sin duda, interesante. ¿Por qué las personas obtendrían puntuaciones más bajas
cuando intentan quedar bien? La respuesta se encuentra en el concepto de autorrealización de
Maslow. Las afirmaciones que podrían ser ciertas para personas que buscan la autorrealización no
tienen por qué ser socialmente deseables y no siempre se ajustan a las normas de la sociedad. Por
ejemplo, afirmaciones como: “Puedo superar cualquier obstáculo si tengo confianza en mí mismo”
o “Mi mayor responsabilidad es ser consciente de las necesidades de los demás”, pueden parecer
objetivos deseables para alguien que intente fingir autorrealización, pero una persona
autorrealizada probablemente no aprobaría ninguna de estas afirmaciones. Por otro lado, una
persona verdaderamente autorrealizada puede escoger afirmaciones como: “No siempre necesito
vivir según las normas y principios de la sociedad” o “Cuando un extraño me hace un favor, no me
siento obligado a corresponderlo”. Dado que una de las características de las personas
autorrealizadas es la no aceptación de las convenciones sociales, no es sorprendente que fracasen
los intentos de dar una buena impresión.

Resulta interesante que, al parecer, el mismo Maslow respondió a las preguntas con sinceridad
cuando completó el cuestionario. A pesar de que había ayudado a diseñar el POI, las puntuaciones
de Maslow solo mostraban una ligera tendencia a la autorrealización y no eran, ni con mucho, tan
altas como las puntuaciones de las personas totalmente autorrealizadas.

Aunque el POI ha demostrado ser razonablemente fiable y válido, algunos investigadores lo han
criticado por su incapacidad para distinguir entre personas autorrealizadas y personas no
autorrealizadas. Además, presenta dos problemas prácticos: primero, es largo; la mayoría de los
participantes necesita de 30 a 45 minutos para completarlo. Segundo, el formato de dos opciones
puede provocar antipatía en los participantes, que se sienten frustrados por la restricción de tener
que elegir entre una de las dos. Para subsanar estas dos limitaciones prácticas, Alvin Jones y Rick
Crandall crearon el índice de autorrealización resumido, que toma prestadas quince afirmaciones
del POI, las que muestran una mayor correlación con la puntuación total. Las afirmaciones de este
cuestionario se presentan con una escala Likert de seis puntos (cuyos extremos son totalmente en
desacuerdo y totalmente de acuerdo). Las investigaciones (Compton, Smith, Cornish y Qualls, 1996;
Rowan, Comption y Rust, 1995; Runco, Ebersole y Mraz, 1991) sobre esta variante del POI han
indicado que es una escala adecuada para evaluar la autorrealización. Una tercera herramienta para
medir la autorrealización es el índice breve de autorrealización (Brief Index of Self-Actualization),
creado por John Sumerlin y Charles Bundrick (1996, 1998). La primera versión de este índice
(Sumerlin y Bundrick, 1996) constaba de 40 afirmaciones con una escala Likert de seis puntos y los

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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resultados posibles estaban entre 40 y 240. El análisis factorial produjo cuatro factores de
autorrealización, pero como algunas afirmaciones estaban presentes en más de un factor, los
autores (Sumerlin y Bundrick, 1998) modificaron el cuestionario eliminando ocho afirmaciones, de
modo que ninguna de ellas estuviera presente en más de uno. Este test consta de cuatro factores:
(I) autorrealización básica, la utilización de todo el potencial del individuo; (II) autonomía; (III)
apertura a la experiencia; y (IV) tolerancia a la soledad. Las afirmaciones son del tipo “Disfruto de
mis logros” (autorrealización básica), “Tengo miedo de no estar a la altura de mi potencial” (una
afirmación de puntuación invertida que mide el grado de autonomía), “Soy sensible a las
necesidades de los demás” (apertura a la experiencia), y “Me gusta estar solo” (tolerancia a la
soledad). La fiabilidad, validez y utilidad de este índice aún no se han determinado totalmente.

El complejo de Jonás

Según Maslow (1970), todos nacemos con la voluntad de alcanzar la salud mental, es decir, la
tendencia a avanzar hacia la autorrealización; sin embargo, pocas personas lo consiguen. ¿Qué nos
impide alcanzar un alto nivel de salud mental? La evolución hacia una personalidad equilibrada
puede ser bloqueada en cada uno de los peldaños de la jerarquía de las necesidades. Si las personas
no pueden conseguir alimento y refugio, no pasarán del nivel de las necesidades fisiológicas y de
seguridad. Otros se bloquean en el nivel de las necesidades de amor y pertenencia, luchando por
dar y recibir amor, así como por desarrollar sentimientos de pertenencia.

Otros satisfacen sus necesidades de amor y mejoran su autoestima, pero no progresan en el nivel
de la autorrealización porque no llegan a aceptar los valores B.

Otro obstáculo que a menudo bloquea el avance de las personas hacia la autorrealización es el
llamado complejo de Jonás, que se puede describir como miedo de nuestra propia grandeza. El
complejo de Jonás se caracteriza por los intentos de escapar de nuestro destino, del mismo modo
que el personaje bíblico de mismo nombre intentaba huir del suyo. El complejo de Jonás, que está
presente en casi todas las personas, representa un miedo al éxito y un sentimiento de asombro ante
la belleza y la perfección.

La vida de Maslow estuvo llena de ejemplos que demostraban su complejo de Jonás. A pesar de
tener un coeficiente intelectual de 195, fue un estudiante mediocre y, cuando era un psicólogo
mundialmente famoso, con frecuencia sufría de ataques de pánico cuando le pedían que diera una
charla.

¿Por qué las personas huyen de la grandeza y la autorrealización? Maslow dio las siguientes razones.

Primero, el cuerpo humano simplemente no es lo bastante fuerte para soportar el éxtasis o la


plenitud durante mucho tiempo, del mismo modo que las experiencias cumbre y los orgasmos
sexuales resultarían agotadores si duraran demasiado tiempo. Por tanto, la intensa emoción que
acompaña a la perfección y la plenitud conlleva una sensación demoledora del tipo “esto es
demasiado” o “no puedo soportarlo más”.

Maslow citó un segundo motivo por el cual las personas huyen de la grandeza. Según él, la mayoría
de las personas tiene una ambición interior de alcanzar la grandeza, de escribir una buena novela,
de ser una estrella del cine, de convertirse en un científico famoso, etc. Sin embargo, cuando se
comparan a sí mismos con aquellos que han alcanzado la grandeza, se horrorizan de su propia

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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arrogancia: “¿quién soy yo para pensar que podría alcanzar el nivel de esta gran persona?”. Como
defensa contra estas ansias de grandeza u “orgullo pecaminoso” rebajan sus aspiraciones, se sienten
estúpidos y adoptan la actitud contraproducente de distanciarse del desarrollo pleno de su
potencial.

Aunque el complejo de Jonás se da con más intensidad en las personas neuróticas, casi todos
sentimos un cierto temor a la hora de buscar la perfección y la grandeza. Las personas admiten la
falsa modestia para ahogar la creatividad y, por tanto, se impiden a sí mismos alcanzar la
autorrealización.

Psicoterapia

Para Maslow, el objetivo de la terapia sería que los clientes adopten los valores B, es decir, que
valoren la verdad, la justicia, la bondad, la sencillez, etc. Para lograr este objetivo, los clientes deben
liberarse de su dependencia de los demás, de modo que pueda activarse su tendencia natural hacia
el crecimiento y la autorrealización. La psicoterapia no puede carecer de valores, sino que debe
tener en cuenta el hecho de que todos tenemos una tendencia intrínseca a alcanzar un estado mejor
y más enriquecedor: la autorrealización.

Los objetivos de la psicología se deducen de la posición del cliente en la jerarquía de las necesidades.
Dado que las necesidades fisiológicas y de seguridad son las primeras, las personas que funcionan
en estos niveles por lo general no estarán motivadas para realizar una psicoterapia y se esforzarán
exclusivamente por obtener alimento y protección.

La mayoría de las personas que van a una terapia han satisfecho relativamente bien estos dos
primeros niveles de necesidades, pero tienen cierta dificultad para satisfacer las necesidades de
amor y pertenencia. Por tanto, la psicoterapia es en gran medida un proceso interpersonal.
Mediante una relación interpersonal afectuosa con el terapeuta, el cliente logra satisfacer sus
necesidades de amor y pertenencia y, de este modo, adquiere sentimientos de confianza y valor
propio.

Una relación interpersonal equilibrada entre el cliente y el terapeuta es, por tanto, la mejor
medicina psicológica. Esta relación de aceptación hace sentir a los clientes que merecen recibir amor
y facilita su capacidad para establecer otras relaciones saludables fuera del entorno terapéutico.
Esta visión de la psicoterapia es prácticamente idéntica a la de Carl Rogers.

Investigación relacionada

Como acabamos de ver, uno de los aspectos más notables de la teoría de la personalidad de Maslow
es el concepto de la jerarquía de las necesidades. Algunas necesidades, como las fisiológicas y de
seguridad, son de bajo orden, mientras que las necesidades como la estima y la autorrealización son
de alto orden. En términos generales, y según la teoría de Maslow, las necesidades de bajo orden
deben ser satisfechas temprano en la vida, mientras que las de alto orden, como la autorrealización,
tienden a ser satisfechas más tarde.

Recientemente, los investigadores han puesto a prueba este aspecto de la teoría de Maslow
midiendo la satisfacción de necesidades en una muestra de 1 749 personas de todos los grupos de
edad. En este estudio, los participantes llenaron un cuestionario que preguntaba sobre la

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.
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satisfacción de sus necesidades. Estas necesidades se dividieron en dos tipos de motivación: de baja
motivación (es decir, comer y ejercicio físico) y alta motivación (es decir, honor, familia e idealismo).
Los resultados sustentaron la teoría de Maslow. Los investigadores encontraron que los motivos
más bajos eran más comunes en la gente joven, mientras que los altos eran más frecuentes en la
gente mayor. Recordemos que, para concentrarse en la satisfacción de las necesidades de orden
más alto como la estima y la autorrealización, las personas deben primero haber satisfecho las
necesidades de bajo orden. Por lo tanto, tal y como teorizó Maslow y como descubrieron Reiss y
Havercamp, si las personas pueden asegurar las necesidades más básicas temprano en su vida,
tienen más tiempo y energía para concentrarse en lograr las metas más altas de la existencia
humana más tarde en la vida.

Feist, J., Feist, G. y Roberts, T. (2014). Teorías de la personalidad. 8ª edición, Mc Graw Hill.

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