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“El mundo, por tanto, existe para el alma, para satisfacer su deseo de belleza.

Extendamos este
concepto a su límite, y yo lo llamaría finalidad última. No se puede ni pedir ni dar razones por
las que el alma busque la belleza. La belleza, en su sentido más amplio y profundo sentido, es
un expresarse del universo. Dios es la totalidad del bien. La verdad, la bondad y la belleza no
son sino distintas caras de un mismo Todo. Pero la belleza no es un final en la naturaleza; es el
heraldo de la belleza interior y eterna en lugar de un bien sólido y satisfactorio por sí solo. Por
lo tanto, (la belleza) debe mantenerse como una parte y no ya como el fin o la más alta
expresión de la causa final de la Naturaleza”

Ralph Waldo Emerson

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