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SIENDO CRISTIANOS EN MI PUEBLO

En un rincón de la oscuridad eterna,

donde la luz no alcanza a estremecer,

nace un poema que del bautismo habla,

en un sombrío lugar llamado somate bajo.

Las almas perdidas, sin rumbo ni abrigo,

buscan un renacer en ese rincón olvidado,

donde el agua sagrada, con su toque divino,

promete limpiar pecados con amor enlazado.

Sumérgete, alma errante, en este abrazo líquido,

donde el perdón se funde con las gotas benditas,

y sumerges tus penas en un océano transparente,

donde el renacimiento destella en su pureza infinita.

En somate bajo, el bautismo es un renacer,

una oportunidad para dejar atrás lo oscuro,

y emergir a la superficie con fuerza renacida,

encontrando un sol que disipa el peso del futuro.

Bautismo divino, agua sanadora sublime,

en somate bajo encuentran las almas refugio,

y en cada gota caída sobre su piel desnuda,

sienten cómo el amor les devuelve su resurgir verdugo.

Que se escuche en cada eco del viento nocturno,


en somate bajo, el bautismo es luz que irradia,

para aquellos que buscan la redención en lo profundo,

y encuentran en su renacer la esperanza más querida.

Así, en somate bajo, el bautismo es un canto,

un poema susurrado por las aguas transformadas,

que guía a las almas perdidas hacia el milagro,

de encontrarse en un renacimiento que no tiene fin ni fronteras trazadas.

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