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Auerbach, Erich (1996). “Epílogo” en Mímesis.

La representación de la realidad en la
literatura occidental. Fondo de Cultura Económica, México.
-“El tema de este libro es la representación de lo real por la representación literaria o imitación”
(p. 522).
-“Ideas directrices” (p. 522):
1. “la teoría antigua del nivel en la representación literaria” adoptada luego por toda
corriente clásica. En relación a la cual “el realismo moderno, en la forma en que se
presentó en Francia a principios del siglo XIX, se desliga por completo de aquella teoría
en tanto que fenómeno estético, en forma más completa e importante para la ulterior
conformación de la imitación literaria de la vida que la mezcla de lo sublime y lo
grotesco proclamada continuamente por los románticos”. Sthendal y Balzac eliminaron la
regla clásica de diferenciación de niveles abriendo camino al realismo moderno, que se
venía preparando desde el Sturm und Drang, “en concordancia con la realidad
continuamente cambiante y expansiva de nuestra vida”. (p. 522)
2. (…) se impuso el conocimiento de que la revolución que había tenido lugar contra la
teoría clásica de los niveles a principios del siglo XIX podía haber sido la primera en su
género: los límites que los románticos y los realistas derribaron entonces habían sido
levantados hacia fines del siglo XVI y en el siglo XVII por los partidarios de la imitación
estricta de la literatura antigua. Antes, lo mismo durante la edad media que durante el
renacimiento, hubo también un realismo serio (…): la regla de los niveles no tenía
validez universal. Por muy diferentes que sea el realismo de la Edad Media del realismo
contemporáneo, en esta manera de concebir coinciden exactamente. Y luego se hizo
patente cómo se había formado esa mentalidad artística medieval, y como y cuando se
había producido la primera brecha en la teoría clásica: había sido la historia de Cristo,
con su mezcla radical de cotidiana realidad y de tragedia la más elevada y sublime, la que
había derribado la antigua barrera estilística. (pp. 522-523)
3. Pero si comparamos las dos derrotas de la teoría de los niveles, llegaremos
rápidamente a la conclusión de que cada una de ellas se ha realizado bajo condiciones
completamente diferentes, y ha obtenido resultados distintos también por completo. La
visión de la realidad que se deduce de las obras cristianas de las postrimerías de la
antigüedad y de la Edad Media es totalmente distinta del realismo actual. Es dificilísimo
enunciar la peculiaridad del antiguo punto de vista cristiano, en forma tal que se ponga de
manifiesto lo esencial y se abarquen todos los fenómenos que se originan en él. Una
solución que em satisfizo, en general, la encontré mediante una investigación de la
etimología de la palabra “figura”, y por esto denomino “figural” el concepto de la
realidad propio del cristianismo antiguo y medieval. (…) Para la mencionada concepción,
un episodio que haya tenido lugar sobre la tierra, sin perjuicio de su fuerza real concreta
“aquí y ahora”, no solo se implica a sí mismo, sino también a otro, al que enuncia o repite
corroborándolo. La conexión entre episodios no es imputada a una evolución temporal o
causal, sino que se considera como la unidad dentro del plan divino, cuyos miembros y
reflejos son todos episodios; su unión terrenal inmediata y recíproca tiene escasa
significación, y su conocimiento es muchas veces ocioso para la interpretación. (p. 523)
-Tres ideas, ligadas, que fundamenta la investigación presentada en el libro y que dieron forma y
límites al problema original, y que a su vez contienen otros problemas resultantes de los
fenómenos históricos, los cuales guardan también relación con esas mismas ideas.
-El método:
.Se menciona ya en páginas 516-5171.
.Una historia sistemática y completa del realismo no solo hubiera sido imposible, sino
que no hubiera estado a tono con la intención, ya que el tema estaba exactamente
circunscripto por las ideas directrices: no se trataba del realismo en general, sino del
grado y género de la seriedad, del problematismo o del tragicismo en el tratamiento de los
temas realistas, de modo que las obras meramente cómicas, circunscriptas
indudablemente dentro de la zona del estilo bajo, quedaron excluidas, habiendo sido
tomadas en consideración solo incidentalmente, en tanto que contrafiguras, y como tales
también citadas a veces obra nada realistas de estilo elevado. (p. 524)
.“No he querido elaborar teóricamente y describir sistemáticamente la categoría ´obra
realista de estilo elevado y carácter serios´ (…)” (p. 524).
.El método que he empleado, es decir, presentar para cada época un cierto número de
textos, como piedra de toque de mis ideas, nos introduce directamente dentro de la
materia, de suerte que el lector se da cuenta de lo que se trata aun antes de que se le
insinúe teoría alguna. (p. 524)

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Puede compararse este procedimiento de los escritores contemporáneos con el de algunos filólogos actuales que
opinan que pueden obtenerse más conclusiones, y más decisivas, sobre Shakespeare, Racine o Goethe, por medio
de la interpretación de unos pocos pasajes de Hamlet, Fedra o Fausto, que por medio de conferencias en las que se
trate sistemáticamente de su vida y de su obra, y con ese criterio esta concebida también la presente investigación.
Me hubiera sido imposible escribir algo así como una historia del realismo europeo; abrumado por los materiales,
encausado en discusiones interminables sobre los confines de las diversas épocas, sobre la clasificación de cada
escritor en ellas, y ante todo, sobre la definición del concepto mismo de realismo, y obligado, además, por amor de
la integridad, a ocuparme de fenómenos que sólo conozco superficialmente, procurándome a la ligera los
conocimientos ad hoc complementarios, lo que a mi entender constituye una manera poco honrada de conseguir
conocimientos y de explotarlos; finalmente, las ideas guías de mi investigación, que son las que me han movido a
emprenderla, hubieran desaparecido por completo bajo la masa de datos materiales, conocidos de antiguo y que
pueden ser consultados por cualquier manual. En cambio, el método de dejarme llevar por algunos motivos,
elaborados poco a poco y sin propósito deliberad, extrayéndolos de unos cuantos textos que se me han ido
haciendo familiares y vivos en el curso de mi actividad filológica, me parece muy hacedero y fecundo, pues estoy
convencido de que los motivos fundamentales de la historia de la representación de la realidad, si los he captado
bien, habrán de hallarse en un texto realista cualquiera. (pp. 516-517)
.El método de la interpretación de textos deja a discreción del interprete una cierta
libertad. (…) En todo caso, lo que el autor afirma debe ser hallable en el texto. Mis
interpretaciones están dirigidas, sin duda alguna, por una intención determinada, pero
sólo ha tomado forma paulatinamente en contacto con el texto, habiéndome dejado llevar
por este durante buenos trechos. Los textos son también, en su gran mayoría, arbitrarios,
elegidos más bien por un hallazgo casual o por afición que siguiendo exactamente un
plan trazado a propósito. En investigaciones de esta clase uno no ha de habérselas con
leyes, sino con tendencias y corrientes, que se entrecruzan y se complementan de
diversos modos: muy lejos de mí ofrecer únicamente lo que pudiera adecuarse a mis
propósitos, en un sentido estricto; por el contrario, me he esforzado por dar espacio
suficiente a la diversidad y elasticidad de mis enunciados. (p. 524)
.Cada uno de los capítulos trata de una época, a veces relativamente breve, medio siglo,
otras mucho más larga. Entre ellos hay también huecos, es decir, épocas que no han sido
tratadas. (…) la investigación fue escrita en Estambul durante la guerra. (p. 524-525)

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