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Ministerio de Educación y Ciencias

Centro de Danzas Jeroky Paraguai

Danza
Española
Diana Ainoa Jasinski Maldonado

12mo curso

Profesora: Adriana Martínez


Escuela Regional
Incluye bailes y danzas relacionadas con los usos y costumbres de algunas
comunidades autónomas o provincias de la geografía española.

Generalmente las temáticas del repertorio regional español se relacionan


con los fenómenos de la naturaleza, las actividades económicas primarias
(agricultura, pesca, ganadería, minería, etc., la religión y la convivencia entre
aldeanos.

Los bailes definidos como folclóricos suelen llevarse a cabo con motivo de
celebraciones regionales, tanto religioso como profano, en espacios abiertos al
aire libre, por lo que son alegres y festivos. Las coreografías hacen intervenir a
grupos numerosos de hombres y mujeres y suelen realizarse con amplios
desplazamientos.

Escuela Bolera
En 1819 sube al trono de España Felipe de ANGOU nieto de Luis XIV,
creador en Francia de la Danza académica, quien lleva a España maestros
franceses, de los que enseñan la Contradanza y el Minué y conformaron la nueva
planta de maestros de las nuevas Academias de Danzas de España, generan un
intercambio en métodos de enseñanza de profesores Franceses y Españoles que
arrojaron como consecuencia la Gestación de la Escuela Bolera.

Los bailes Boleros son producto del intercambio de ideas, movimientos y


técnicas de los maestros ballet, franceses e italianos con los maestros del folclore
español, durante el último tercio del siglo XVIII y principios del XIX. Los bailes
regionales se academizan al salir de las comunidades y pequeñas poblaciones,
para trasladarse a representaciones teatrales. Este estilo de baile comenzó a
desarrollarse en Andalucía que básicamente consiste en la transformación de
ciertos bailes populares en danzas de exhibición profesional refundidos en
academias de baile, estos quedaron sometidos a estructuras fijas, eliminando así
toda improvisación del bailarín.
Los bailes que dio a conocer la Escuela Bolera o de palillos, se han
conservado intactos de técnica y nomenclatura, pero debemos mencionar dos
técnicas bien aplicadas y distintas mientras los boleros tienen Salto, vueltas,
trenzados y pasos de elevación muy difíciles y arriesgados, los Oles, Jadeos etc.,
evolucionan con pasos sencillos a ras del suelo centrándose en la gracia
desenvuelta y la picardía. Esta estilización se ha producido gradualmente y sin
tener conciencia de cuándo y de qué manera, por eso en la actualidad es difícil
catalogar que pasos son propios de la Escuela Bolera y cuales no lo son.

Escuela Flamenca
El flamenco surge en el sur de España, concretamente en la Comunidad
Autónoma Andaluza y es producto de una mezcla de culturas la gitana, la andaluza
y la árabe Se define como la conjugación de tres elementos inseparables: El cante,
el toque (guitarra flamenca) y el baile. “En el flamenco la improvisación juega un
papel fundamental sustentada con estructuras rítmicas llamadas palos o estilos”.
El origen del flamenco constituye un tema delicado, pues a diversas razas y
pueblos se les atribuye la procedencia, sin embargo, lo único claro y concreto es
que dicho arte es propiamente Andaluz.

El único dato conocido por transmisión oral es que se trata de un arte muy
antiguo y que encuentra su cuna en Andalucía, en la rivera del Guadalquivir Según
las ideas más difundidas en los principios no había baile ni guitarra, solo cante, de
modo que se ha llegado a pensar que el primer palo de la historia fue la Toná y
que esta se asentó en el triángulo formado por Triana, Jerez y Cádiz.

Hay también quien atribuye la creación de la música a los gitanos un pueblo


procedente de la India y desperdigado por su condición de errante por toda
Europa. En España entraron en el siglo XV buscando climas más cálidos de los
que hasta entonces habrían encontrado en el Continente, no tenemos que olvidar
los diferentes legados musicales que nos dejaron los judíos, los antiguos sistemas
musicales hindúes los cantos musulmanes y las canciones populares mozárabes.
El estilo flamenco se fue configurando durante el siglo XIX sobre el sustrato
de la música y la danza tradicionales de Andalucía cuyos orígenes son antiguos y
diversos. Sin embargo, es un género artístico fundamentalmente escénico.

Danza Estilizada
La Danza Estilizada es una especialidad de la Danza Española y es de libre
creación coreográfica. Su contenido estilístico está basado en las danzas
populares (folclore), la Escuela Bolera y el flamenco en el cual se combinan los
pasos de una forma creativa y original.

La ejecución profesional de estas danzas es complicada y se requiere un


alto nivel de destrezas y dominio técnico para su correcta ejecución (giros, saltos,
zapateados, utilización de castañuelas, etc.). Requiere de una buena base
académica, así como un gran conocimiento de la danza española en general, y la
Danza Clásica.

La interpretación se ejecuta normalmente con música de grandes y


conocidos compositores españoles como Manuel de Falla, Enrique Granados,
Gerónimo Giménez, Joaquín Turina, Isaac Albeniz, entre muchos otros y de
compositores extranjeros como Mauricio Ravel y Rimski korsakov, constituyen el
repertorio de la escuela Estilizada.

Estilizar o estilización es algo así como una depuración que aplicada a la


danza española supone la libre composición de coreografías que ha de hacerse
sabiamente con sensibilidad musical y un conocimiento profundo de las
especialidades del estilo español.

Formas, modos interpretación todo se utiliza, se eleva, se universaliza. Para


ello hay que valerse de los conocimientos, de la información del espíritu creativo
y hasta de la vida misma y a su vez el sentimiento debe ser capaz de comunicar,
como se inicia, se consigue y se vive una obra coreográfica ayudada por la técnica.
Autores clásicos españoles

(Camprodón, España, 1860 - Cambo-les-Bains, Francia, 1909) Compositor


y pianista español. La vida de Isaac Albéniz, sobre todo durante su niñez y su
juventud, es una de las novelas más apasionantes de la historia de la música. Niño
prodigio, debutó como pianista a los cuatro años, con gran éxito, en un recital en
Barcelona. Tras estudiar piano en esta ciudad e intentar, infructuosamente,
ingresar en el Conservatorio de París, prosiguió sus estudios en Madrid, adonde
su familia se había trasladado en 1869.

Espíritu inquieto, a los diez años se fue de casa, y recorrió varias ciudades
y pueblos de Castilla organizando sus propios conciertos. Una segunda fuga, en
1872, le llevó a Buenos Aires. Protegido por el secretario particular de Alfonso XII,
el conde de Morphy, Albéniz, consciente de sus carencias técnicas, pudo
proseguir sus estudios en el Conservatorio de Bruselas.

Año importante fue el de 1882: contrajo matrimonio y conoció al


compositor Felip Pedrell, quien dirigió su atención hacia la música popular
española, inculcándole la idea, esencial para el desarrollo de su estilo de madurez,
de la necesidad de crear una música de inspiración nacional. Fue entonces
cuando Albéniz, que hasta ese momento se había distinguido por la creación de
piezas salonísticas agradables y sin pretensiones para su instrumento, el piano,
empezó a tener mayores ambiciones respecto a su carrera como compositor.

Su estilo más característico comenzó a perfilarse con las primeras obras


importantes de carácter nacionalista escritas a partir de 1885, en especial con
la Suite española de 1886. Su ideal de crear una «música nacional de acento
universal» alcanzó en la suite para piano Iberia, su obra maestra, su más acabada
expresión. Admirada por músicos como Debussy, la influencia de esta partitura
sobre otros compositores nacionalistas españoles, entre ellos Manuel de
Falla y Enrique Granados, fue decisiva. Ella sola basta para otorgar a Albéniz un
lugar de privilegio en la música española.
Aunque cultivó variados géneros, en su obra predominan las
composiciones para piano. En su música para este instrumento se pueden
distinguir tres épocas. En la primera, que abarca desde sus composiciones de
juventud hasta aproximadamente 1880, Albéniz compone obras de carácter
romántico e intimista, influidas claramente por la música de salón. Entre las
principales piezas de dicha etapa cabe citar sus siete sonatas para piano y sus
tres Suites anciennes, además de los Seis pequeños valses.

Su etapa nacionalista española se abre con las cinco piezas que integran
los Cantos de España (Preludio, Oriental, Bajo la palmera, Córdoba, Seguidillas).
La mayoría de las composiciones de esta segunda etapa están inscritas en la
corriente de tintes andaluces denominada "alhambrismo", caracterizada por la
profusión de ritmos de danzas populares y de elementos del cante jondo, así como
por el uso de escalas modales como la frigia y ornamentaciones propias de la
escritura para guitarra; no obstante, en algunas piezas de este período también se
escuchan rasgos folclóricos de otras provincias españolas. Otras obras incluidas
dentro de este apartado son las Doce piezas características, la Suite Española y
el Concierto fantástico en La menor.

La tercera etapa creadora de Albéniz posee resonancias impresionistas, en


parte fruto de sus viajes a París y de la amistad que le unió a compositores como
Debussy, máximo representante del impresionismo musical francés. Su obra
principal de esta última época es Iberia, una síntesis de diversos estilos musicales
que debe mucho a la escritura virtuosística para piano de Franz Liszt, con ciertos
ecos guitarrísticos.

Las doce piezas que componen los cuatro cuadernos de Iberia tienen una
arquitectura compleja. La mayoría de ellas emplean ritmos característicos de
danza que se alternan con un estribillo lírico de carácter vocal o copla. El primer
cuaderno incluye las piezas Evocación, El puerto y Corpus Christi en Sevilla, esta
última eminentemente descriptiva. En el segundo cuaderno se hallan las
obras Rondeña, Almería y Triana, que de nuevo hacen mención a rincones
andaluces. El tercer cuaderno lo inicia la pieza titulada El Albaicín (en honor al
barrio granadino de igual nombre), seguida de El Polo y de Lavapiés, única pieza
de Iberia inspirada en un lugar no andaluz. Y por último Málaga, Jerez y Eritaña,
que son las tres piezas que integran el cuarto cuaderno.

Albéniz no posee una producción orquestal muy amplia, pero todas sus
obras sinfónicas están dotadas de un colorido y una armonía de gran riqueza, así
como de destacables innovaciones instrumentales. En ocasiones incluso
integraba en la orquesta instrumentos de viento de la cobla catalana. Respecto a
su música escénica, hay que citar Pepita Jiménez, basada en la novela homónima
de Juan Valera; representada en toda Europa, fue siempre la obra favorita del
compositor. En esta ópera Albéniz se aleja de la tradición wagneriana para
desarrollar un lenguaje autóctono, expresivo y lírico. En cambio, en sus
óperas Henry Clifford y Merlin, es patente su admiración por Wagner.
Palos del Flamenco

El nombre de farruca, según algunos autores, procede de la forma que en


Andalucía y en Cuba se denominan a los gallegos y asturianos recién salidos de su tierra.
También es una forma de llamar a los Franciscos en Andalucía: Farrucos. La farruca se
suele emparentar con Galicia, debido a que, en alguna de sus coplas se hace alusión a
esta tierra. Sin embargo, los elementos musicales que la constituyen pertenecen su
mayoría al complejo genérico de los tangos.

Su indemostrada relación de origen con Galicia o Asturias puede establecerse a


partir de la melodía descendente que se realiza sobre la vocal ‘a’ al final de cada copla y
para cerrar el cante, que de cierta manera tiende a imitar el melos galaico. Otra
característica del cante de la farruca es la utilización de la glosolalia, ‘con el tran-tran-tran-
tran-treiro’, lo que lleva sin duda a acordarse de tierras gallegas. Probablemente la farruca
derive de alguna tonadilla teatral o de varieté, compuesta para zarzuela, al estilo de la
que escribió el maestro José Serrano hacia 1907 en su sainete lírico ‘Alma de Dios’ que
incluye una farruca.

El compás es en de unos tangos lentos, con aire de zambra–tiento.

La tonalidad se corresponde con el modo menor

Se interpreta sobre una copla de 4 versos octosílabos que riman segundo y cuarto.

Destacan como cantaores que han interpretado la farruca, aparte de los ya citados,
Jacinto Almadén, Antonio Mairena, Revuelta, Antonio el Macareno, José Cepero (Farruca
del Canario), Juanito Maravillas, Pepe Marchena, la Niña de los Peines, Rafael Romero,
Manuel Mairena, Fosforito, José Menese, Luis de Córdoba.
Bibliografía
- https://macarenadanzasespanolas.ar/quienes-somos/las-escuelas-de-
danzas-espanolas/
- https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/albeniz.htm
- https://www.flamencopolis.com/archives/268

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