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COMENTARIO AL ECLESIASTÉS
COMENTARIO
AL ECLESIASTÉS
Introducción, traducción y notas de
José Boira Sales
C�t�
Ciudad Nueva
Madrid - Bogotá - Buenos Aires - México - Montevideo - Santiago
© José Boira Sales
ISBN: 84-9715-068-6
Depósito Legal: M-52.385-2004
cf. confróntese
ed./edd. editor, -es
p./pp. página, -as
n./nn. nota, -as a pie de página
v./vv. versículo, -os
INTRODUCCIÓN
La presente edición
Vida y obra'
3. CoNTENIDo TEOLóGico
b) El temor de Dios
e) La muerte
16. Cf. ibid., 3, 14; 7, 19; 8, bitual del temor de Dios, pues
12; 8, 13; 12, 13-14. En 12, 12-13 estas palabras del Qohélet garanti
se da más realce a este sentido ha- zan la canonicidad del libro.
Introducción 27
d) El libre albedrío
f) Concepción de la Escritura
21. lbid 7, 2.
.• 23. !bid., 12, 13-14.
22. !bid., 12, 9-10.
32 Introducción
24. Esta polémica con judíos y hecho de citar juntos a varios gnós
gnósticos tiene clara influencia ori ticos («Marción y ValentÍn», ibid.,
genista. El Alejandrino la ejerce fre 8, 24; «Marción y Maniqueo», ibid.,
L"llentementc y de un modo más 1 1 , 2) recuerda también a Orígenes,
adecuado a sus circunstancias his que cita juntos continuamente a Va
tóricas, en las que unos y otros lentín, Basílides y Marción (cf. H.
«eran considerados temibles adver DE LUBAC, Storia e spirito, Milano
sarios para la Iglesia». Además, el 1985, pp. 62-63).
1ntroducción 33
ción y lectura, fatiga que recae más sobre las potencias del
alma que sobre las del cuerpo.
De modo coherente con este pensamiento, Jerónimo cri
tica a los clérigos que se creen eruditos en las Escrituras por
el simple hecho de desear su conocimiento. Respecto a Qo
10, 1 0 (si el hierro se vuelve obtuso, y no es como antes, sino
que se altera, se robustecerá por sus [propias] fuerzas y lo
que permanezca de su fortaleza será [su] sabiduría) afirma
que quien ha abandonado por culpa propia la ciencia de las
Escrituras -que se adquiere a base de continuo aprendizaje
y lectura- creyendo que le basta con un poco de ciencia, es
como el hierro que ha perdido la agudeza. Así pues, quien
en la Iglesia quiere merecer ser llamado «hombre» (térmi
no tomado en sentido espiritual, contrapuesto a los bueyes
y ovejas que ha adquirido el Eclesiastés, cf. Qo 2, 7) ha de
poseer la ciencia de las Escrituras.
Sin embargo, esa ciencia puede llegar a hinchar si no va
acompañada de diversos requisitos: una vida moral conse
cuente con la lectura de las Escrituras, una total aceptación
de los dogmas de la Iglesia, la humildad de sentirse siem
pre en un proceso de aprendizaje -señal de verdadera sabi
duría- y la petición de la gracia de Dios.
En definitiva, para san Jerónimo el contacto con la Es
critura, adquirido a base de la lectio divina, debe tender a
un conocimiento profundo, que no se reduce a un ejercicio
técnico exegético orientado al texto como objeto de estu
dio, sino que requiere en el sujeto la purificación interior".
g) Cristo
h) La Iglesia
i) La vida cristiana
4. EDICIONES
COMENTARIO AL ECLESIASTÉS
Prefacio
56. Cf. 1 R 17, 3-7. Estas con 57. Cf. Pr 30, 15-16. La san
notaciones negativas del Ccdrón, guijuela, por su fuerte capacidad
que Jerónimo da por conocidas, y de adherirse a la piel de los ani
del Chorat (que se secó) sirven males para chupar insaciablemen
para confirmar que un torrente es te su sangre, es tipo de las cosas
algo perecedero y, por lo tanto, que nunca dicen basta, como en
bien aplicado en sentido metafóri este caso el mar.
co a la vida del hombre. 58. 1 Co 1 3, 12.9.
Comentario al Eclesiastés 1, 7-10a 57
ser que [el autor] responda que de las palabras que vienen
a continuación se quiere mostrar que el Eclesiastés no habla
de los demás animales, sino del hombre. Efectivamente dice:
No hay nada nuevo bajo el sol (lo cual hable y diga:) he
aquí que esto es nuevo. Los animales no hablan, sino sólo
el hombre, porque si los animales fueran capaces de hablar,
habría algo nuevo, [el hombre]. He resuelto la frase no hay
nada nuevo bajo el sol64•
lOh. ¿ Existe la palabra65 de la que se pueda decir: «mira,
esto es nuevo•? Ya fue en los siglos anteriores a nosotros. Sí
maco tradujo esto más claramente: ¿ Piensas que existe quien
pueda decir: «mira, esto es nuevo»? Ya fue hecho en el siglo
anterior a nosotros. Esto es acorde con las palabras anterio-
bria 1975, pp. 60-61 y lo. [ed.], 64. Jerónimo aceptaría la teo
Gregario di Nissa: Omelie sull'Ec ría de Orígenes en el caso de que
clesiaste, Roma 1990, p. 58, n. 72). «no hay nada nuevo» se refiera al
En su carta a Avito (Ep. 124, 5), hombre, pues la expresión está
Jerónimo polemiza contra la in seguida de «que hable y diga». Si
terpretación origenista al mismo «los animales fueran capaces de
texto bíblico, esta vez para refutar hablar», la expresión «no hay
la doctrina (en Princ. 3, 5, 3) que nada nuevo bajo el sol>> dicha por
afirmaba la existencia de otros éstos sería falsa, pues el hombre,
mundos que precedieron y segui creado en último lugar, sería nue
rían al presente. En esta glosa je vo respecto a todo lo creado an
ronimiana al texto alejandrino se teriormente: el sol y la tierra, el
distingue claramente el esse del mundo vegetal y el animal. Aun
fieri: el hombre habría sido crea así, Jerónimo resuelve solamente
do después de la creación del sol, la frase «no hay nada nuevo bajo
pero ya era antes que e1 sol. Sería el soh, no la anterior, que afir
una alusión a la doctrina origenis maría, según Orígenes, la preexis
ta de la doble creación del hombre tencia de los seres antes de su
y a la distinción (sobre la base de creación.
Gn 1, 26-27 y 2, 7) entre el hom 65. Jerónimo traduce el origi
bre creado y el hombre plasmado nal hebreo con excesiva literalidad:
de la tierra (el. S. LE.ANZA (ed.), verbum también significa res, ali
Gregario. . , p. 56, n. 71).
. quíd.
Comentario al Eclesiastés !, JOa-11 59
9. Qo 2, 4-14.
Comentario al Eclesiastés Il, 3-4 69
sia hay muchos más bueyes que hombres, muchas más ove
jas que siervos, esclavas y siervos nacidos en casa.
Respecto a lo que se dice al final: Más que todos los que
me precedieron en jerusalén, no se refiere a la gran gloria
de Salomón, pues como rey fue sólo más rico que su padre,
porque bajo el poder de Saúl todavía no se reinaba en Je
rusalén, ya que estaba bajo el dominio de los jebuseos, quie
nes se habían instalado precisamente en esa ciudad. Así pues,
lo que es Jerusalén y en qué sentido el Eclesiastés superó
en riqueza a todos los reyes que le precedieron en J erusa
lén, ha de ser tratado de un modo más alto 19•
8.Reuní para mí plata y oro, y los bienes de los reyes y
de las provincias. Me procuré cantores y cantoras, y los pla
ceres de los hijos de los hombres, servidores y servidoras de
vino. La Divina Escritura siempre usa las palabras «plata»
y «oro» por encima de su significado material. Así, en el
salmo 67, la paloma, que es considerada espiritualmente,
tiene las alas plateadas, muy notorias y expuestas a la vista,
pero interiormente, en la palidez del oro, esconde un signi
ficado más profundo2o.
[El Eclesiastés] reunió en la Iglesia de los creyentes los bie
nes de los reyes y de las provincias, o de las regiones; de aque
llos reyes sobre los que canta el salmista: Se han levantado los
los Setenta41• [El Eclesiastés] dice que él, una vez condena
das las delicias y los placeres, volvió para indagar sobre la
sabiduría, en la que encontró más error y necedad que ver
dadera y segura prudencia. Dice, de hecho, que el hombre
no puede conocer tan clara y puramente la sabiduría de su
creador y rey, como la conoce el mismo creador. Pues, res
pecto a las cosas que conocemos, más bien podemos opinar
que tener certeza y considerar la verdad más que saberla.
13. Y yo vi que hay más sabiduría que necedad, al igual
que hay más luz que tinieblas. Aunque yo, dice, haya visto
claramente que la sabiduría de los hombres está mezclada
con el error, y que ésta no puede penetrar en nuestros es
píritus tan puramente como está en nuestro rey y creador,
sin embargo pude conocer que, en sí misma, es grande la
diferencia entre ésta y la necedad: cuanto puede distar el día
de la noche, la luz de las tinieblas.
14. El sabio tiene sus ojos puestos en la cabeza y el necio
camina a oscuras. Y supe que todos ellos correrán una única
suerte. Quien haya llegado a ser un varón perfecto y haya
merecido que su propia cabeza fuera Cristo, siempre tendrá
puestos sus ojos en Cristo, y dirigiéndolos a lo alto, jamás
pensará en las cosas inferiores". Mientras consideraba que
entre el sabio y el necio hay tanta distancia que d uno es
asemejado al día y el otro a las tinieblas, que aquél levanta
los ojos al cielo, éste los hunde en la tierra, repentinamen
te me sorprendió este pensamiento: ¿por qué el sabio y el
necio tienen un común final? ¿Por qué las mismas plagas,
58. Os 1 O, 12 (LXX).
Capítulo 111
2. Jb 3, 17-18. 4. Cf. Mt 1 1, 1 1 .
3 . Mt 26, 24.
104 jerónimo
9-12. Mejor son dos que uno; ellos tienen una buena re
compensa de su trabajo, porque si uno se viniera abajo, el
otro levantará a su compañero. ¡Ay del que está solo! Cuan
do cayere no tendrá otro que le levante. Además, si dos duer
men, ambos están calientes; pero uno solo, ¿cómo se calen
tará? Y si alguien acometiera sobre uno de los dos, los dos
le resistirán; una cuerda triple no se romperá fácilmente.
Después de las miserias de la soledad con que es castigado
aquel que sin tener un heredero cierto se atormenta en la
búsqueda de riquezas, ahora el texto se refiere a la solida
ridad. Se dice qué tiene de bueno la unión de los amigos y
el común reposo: que la caída de uno es sostenida con la
ayuda del otro; el que tiene un amigo fiel soporta mejor las
preocupaciones cotidianas e incluso el descanso nocturno
que el que yace solo en medio de las riquezas acumuladas.
Y si un enemigo más fuerte se levantara contra uno, la de
bilidad de éste es sustentada con el alivio del amigo. Y por
mucho que difieran los dos del otro, en el momento en que
se unieran por el amor, más fuerza tendrá la unión de los
tres. Efectivamente, la verdadera caridad, no violada por
ninguna malignidad, cuanto más aumenta en número, tanto
más crece en fuerza.
Hasta aquí, esto ha sido dicho según el sentido llano [de
las palabras]. Por lo demás, puesto que anteriormente hemos
expuesto ciertos pasajes en referencia a Cristo, también el
resto ha de ser explicado en el mismo sentido. Es mejor estar
dos juntos que ser uno solo. Es mejor tener en sí a Cristo
como morador que sufrir sólo las asechanzas del enemigo.
Ciertamente, la recompensa de la unión se muestra inme
diatamente en la utilidad de la alianza. Si uno se viniera abajo,
Cristo levanta a su compañero; ¡ay de aquel que cuando caiga
108 jerónimo
cuando se sabe el querer de Dios, (cf. 1 Hen 100, 5; Hch 12, 13; Mt
hay que poner los medios para 18, 10) aunque no sabemos hasta
cumplirlo. En definitiva, nuestro qué punto era una doctrina arrai
autor da mucha importancia a las gada entre los rabinos. En la tra
obras que secundan la voluntad de dición talmúdica se hace mención
Dios, y limita la práctica de hacer de ángeles custodios para la tierra,
promesas cuando éstas agradan a naciones enteras, reyes, pero no
Dios y hay seguridad de poderlas para cada hombre.
cumplir. Según la moral cristiana, 9. La lectura del maestro he
hay obligación de cumplir lo pro breo viene a decir: «no te com
metido, pero no de hacer promc- prometas a ciegas en promesas,
sas. pues pecarás si no las cumples».
8. Alusión al ángel custodio En definitiva, con otras palabras,
que acompaña a todo hombre. repite la idea expresada pocas lí
Este testimonio de su maestro he neas más arriba: «no prometas lo
breo confirma que también entre que no puedas hacer».
el pueblo judío existía tal creencia 10. Rm 7, 15.
Comentario al Eclesiastés V. 5-6 117
2. Cf. Gn 6, 5. 4. Jn 8, 39.
3. Mt 21, 43.
126 Jerónimo
(n
lo que es bu o, pero alguna vez no puede proporcionar lo
que se le pi4e. Por eso dice: La sombra del dinero es como
la sombra de la sabiduría; es decir, tal como protege la sa
biduría, así también alguna vez protege el dinero. Sin em
bargo, para que no parezca que [el autor sagrado] ha reba
jado la sabiduría por el hecho de que la pone junto a un
bien contingente (en verdad, no está en nuestro poder tener
riquezas, a diferencia de los injustos, que suelen poseerlas
en más cantidad), muestra de modo explícito la superiori
dad de la sabiduría cuando dice: Pero sobre todo, la ciencia
de la sabiduría vivificará más al que la posee. Con lo que
afirma que es mayor la sabiduría que las riquezas, porque
vivifica al que la posee aunque carezca de riquezas.
Algunos interpretan este pasaje de otro modo: dicen que
herencia significa «buen trato», por medio del cual somos
herederos de Dios y coherederos de Cristo24• Así pues, el
Eclesiastés quiere enseñar cuán lejos están los que merecen
ver el sol de justicia25 y poseen la sabiduría y un buen trato,
de aquellos que sin sabiduría se aplicaron sólo al estudio del
modo de comportarse en la vida26• Esto lo muestra Daniel,
diciendo: Los que entienden mis palabras brillarán como las
luminarias del cielo27• O bien, tal como tradujo Teodoción:
55. Cf. Nm 16, 1 -2.3\-32. 60. Cf. Hch JO, 34; Rm 2, JI;
Coré era primo hermano de Moi Ef 6, 9; Col 3, 25; 1 P 1 , 1 7 . jeróni
sés y Aarón; envidioso de la auto mo sigue el contexto del versículo
ridad, se conjuró contra ellos. 16, donde se habla de los justos y de
También Darán y Abirón, descen los impíos. De todos modos, parece
dientes de Rubén, se sublevaron claro que este versículo es un coro
contra Moisés y Aarón. lario a las dos prohibiciones presen
56. Si S, 5. tadas en los versículos 17 y 18.
57. Cf. Ga 6, 10. 61. Consejo lleno de cristiana
58. Cf. Le 6, 30; Mt 5, 42. psicología, utilísimo al hombre de
59. Mt 5, 45. todo tiempo, pero más, si cabe, al
144 jerónimo
38. Cf. Le 16, 19-31. nimo repite aquí las mismas alu
39. Cf. Sal 73, 3ss. siones bíblicas.
40. Cf. Lv 10, 1-2. 42. Cf. Qo 2, 24-26; Qo 3,
41. Cf. 2 R 2 1 , 1-9 y 2 Cro 33, 12-13.
1-13. El sentido de este versículo es 43. Cf. Mt 5, 5-6.
el mismo que el de Qo 7, 1 6; Jcró-
162 jerónimo
todos, pero no yo, sino la gracia que está conmigo 57; y tam
bién: Su gracia no ha sido vana en mí". Por último, nadie
conoce cuándo llegará el tiempo en el cual tendrán lugar el
voluble desenlace y el fin de todas las cosas. Todo esto según
el sentido anagógico59•
Por lo demás, en una explicación más sencilla, en armo
nía con este pasaje, dice la epístola a los Romanos: Así que no
es obra del que quiere, ni del que corre, sino de Dios, que usa
de misericordia60• La siguiente frase (no es de los sabios el pan),
está diariamente confirmada con el ejemplo de muchos que,
aunque sapientísimos, están desprovistos de lo necesario.
No es de los doctos la gracia61: para que sepas que en la
Iglesia prosperan algunos que son muy ignorantes. Alimen
taron la audacia de la mente, consiguieron la volubilidad de
la lengua, pero no reflexionan sobre lo que dicen, y se con
sideran prudentes y eruditos, sobre todo cuando se ganan
la simpatía del pueblo, que más se deleita y conmueve cuan
to más dulzonas son las palabras. Por el contrario, el varón
erudito se esconde en la oscuridad y sufre persecuciones; y
no sólo está privado del favor del pueblo, sino que es pi
soteado por la penuria y la indigencia. Y esto es así porque
la incertidumbre acompaña al sucederse de los hechos y por-
batallas la sabiduría vale más que las armas d e los que com
baten. Porque aunque hubiera un solo ignorante, pequeño
y de ningún valor, a menudo, a causa de su necedad, se des
truyen grandes poderes y riquezas. En el texto hebreo se
puede leer: Y el que peca una sola vez, arruina mucha bon
dad". Por esto, también hay que pensar que por un solo
pecado muchas situaciones justas perecen; y dado que las
virtudes se relacionan mutuamente, el que tenga una las tiene
todas"; y el que peque en una cosa se somete a todos los
VICIOS.
gado a los más grandes honores y los ricos se sientan por tie
rra. He visto a los siervos montados a caballo y a los prin
cipes, como siervos, ir a pie. En lugar de nuestra versión (se
mejante a la ignorancia que surge de la faz del poderoso),
Aquila, Teodoción y los Setenta han traducido así: Como
algo no voluntario -en griego, hos akoúsion- [que surge] de
la faz del príncipe. A esto Símaco añade: El necio es puesto
con gran honor; y los ricos se sientan por tierra. Por lo tanto:
[el Eclesiastés] recuerda haber visto este mal en el mundo,
que en apariencia hace injusto el juicio de Dios: sea por ig
norancia o involuntariamente, tanto en los poderes del
mundo como en los altos cargos de la Iglesia, a menudo los
que son ricos en el hablar y en sabiduría, ricos también en
buenas obras, se sientan en un lugar oscuro, y el insensato
ocupa el primer lugar en la Iglesia. Esto sucede ante la pre
sencia de quien tiene el poder en el mundo: mientras opri
me a los poderosos y sabios y no permite que aparezcan
ante el pueblo, constituye superiores a los que conoce como
imprudentes en la iglesia; así los ciegos son conducidos por
ciegos a la fosa 17•
Este mismo sentido tiene la frase que sigue: He visto a
los siervos montados a caballo y a los príncipes, como sier
vos, ir a pie. Los que son siervos de los vicios y del peca
do, tan pegados a la tierra que los hombres los consideran
siervos, henchidos de una repentina dignidad por el diablo,
recorren las vías públicas montados en jacas18; pero el noble
o prudente, oprimido por la pobreza, avanza por el cami
no y la condición de los siervos.
[Mi maestro] hebreo interpretó que el príncipe podero
so, de cuya faz parece salir la ignorancia, es Dios, por más
que los hombres, ante esta falta de ecuanimidad de los acon
tecimientos, piensen que Él no juzga con justicia y equidad.
17. Cf. Mt 15, 14; Le 6, 39. 18. Cf. HoRActo, Epod., 4, 14.
Comentario al Eclesiastés X, 5-9 187
Sin embargo, otros consideran que hay que unir esto con
lo que se dijo antes; ese poderoso sería el mismo del que se
hablaba en los versículos anteriores: Si el espíritu del pode
roso se alza sobre ti, no desampares [tu] lugar".
Por lo tanto, no estemos tristes si en este mundo parece
mos de humilde condición, pues sabemos que los necios son
favorecidos por la faz del diablo y los ricos son echados fuera,
que los siervos poseen los distintivos de sus dueños y los
príncipes caminan en el menosprecio de los siervos. Hay que
señalar que el caballo es considerado bajo un aspecto positi
vo, como cuando se dice: La caballería es tu salvación 20•
8. El que cava una fosa, en ella caerá; y el que destru
ye el vallado, le morderá la serpiente. El sentido es en parte
sencillo y en parte misterioso21• Ciertamente, en otro lugar
el mismo Salomón dice: El que lance el lazo será atrapado
en él22; y también se dice en el salmo séptimo: Abrió un foso
y lo excavó y caerá en la fosa que hizo23• Por otro lado, el
derrumbamiento del vallado y del muro son los dogmas de
la Iglesia y la institución fundada por los apóstoles y los
profetas; quien las disolviera y quisiera descuidar, en lo
mismo en que ha sido negligente, la serpiente le herirá. De
esta serpiente se habla en el libro de Amós: Si bajare hasta
el infierno, mandaré a la serpiente y le morderá24•
9. El que quita las piedras se lastimará con ellas, y el que
corta árboles peligrará bajo ellos. También en el libro de Za
carías las piedras santas giran sobre la tierra25, pues no se
36. Esta segunda interpreta cida del hebreo significa más bien
ción encuentra también un lugar «utilidad» que «diferencia». Sin
paralelo en Olimpiodoro (cf. Eccl., embargo, toda la interpretación
1 O, 1 1 ). La fuente común podría del versículo está viciada por la
ser un fragmento recogido en la traducción in silentio. La expre
Catena Hauniense (10, 1 1 , 164- sión original significa la «ausencia
1 76) que es atribuido con bastan de encantamiento»; se quiere ex
te probabilidad a Orígenes (cf. S. presar, a modo de proverbio, que
LEANZA, Le fonti... , 182). Además si una serpiente muerde al encan
subraya la inutilidad de las pala tador antes de encantarla, éste ya
bras dirigidas a quien se resiste a no tiene ninguna ventaja. La Neo
reconocer su pecado, lectura que vulgata ha corregido la traducción:
parece más en la línea del sentido Si mordeat serpens incantatione
de la palabra amplius, que tradu- neglecta.
192 Jerónimo
bién dice: Te daré sus jóvenes príncipes y los burlones los do
minarán 45• Lee también a Daniel y encontrarás al anciano
de los días, el mismo Dios46; lee el Apocalipsis de Juan, y
encontrarás la cabeza del Salvador deslumbrante como la
nieve y blanca como la lana47• También a Jeremías, porque
era sabio y sus cabellos blancos eran señal de su sabiduría;
por eso no se le permite decir que era joven48•
Por lo tanto, ay de la tierra que tiene por rey al diablo,
deseoso siempre de cosas nuevas: Absalón, por ejemplo, que
se resiste contra su padre"; que tiene por jueces y príncipes
a quienes aman los placeres de este mundo y antes de que
llegue el día de la muerte dicen: Comamos y bebamos, que
mañana moriremos 50. Por el contrario, bienaventurada la tie
rra de la Iglesia que tiene por rey a Cristo51, hijo de buena
familia, descendiente de la estirpe de Abraham, de Isaac y
de Jacob y de todos los profetas y santos, a quienes el pe
cado no dominó, y por esto fueron verdaderamente libres.
De ellos nació Santa María, virgen más libre todavía, que no
tuvo renuevo ni descendencia por vía de parentesco, sino
que todo su fruto brotó en una flor, la que habla en el Can
tar de los Cantares: Yo soy la flor del campo y el lirio de los
27. Cf. 2 Tm 4, 2.
. autor sagrado afirma que el hom
28. Pr 28, 3.4. bre no tiene potestad sobre él. Je
29. Jerónimo alude al versícu rónimo vuelve a utilizar en su co
lo siguiente, Qo 1 1 , 5, donde se mentario la misma expresión: «el
habla del espíritu en el sentido de espíritu que todo lo dispone».
aliento de vida. Ya en Qo 8, 8 el
206 Jeránimo
las cosas. Por eso se enseña que no hay que temer lo desfa
vorable ni juzgar fácilmente a partir de los vientos y las
nubes, mencionados más arriba; el sembrador avance mar
chando con un paso continuo y deje el resultado final para
el Señor, que dice: No es obra del que quiere ni del que corre,
sino de Dios, que usa de misericordia".
6-8. Por la mañana, siembra tu semilla, y al atardecer, no
apartes tu mano, puesto que ignoras lo que agradará, si esto
o aquello; o si ambas cosas serán igualmente buenas. Dulce
cosa es la luz, y un bien para los ojos ver el sol, porque el
hombre que viva muchos años, de todo esto se alegrará, y
recordará los días de tinieblas, porque serán muchos. Todo lo
que está por llegar es vanidad. No elijas a quién harás el
bien, sino que, cuando lo hagas, nunca abandones la buena
obra. La tarde encuentre la justicia de la mañana; y el sol,
después de haber salido, acumule la misericordia de la tarde.
Efectivamente, es incierto qué obra agrada más a Dios y de
dónde se te concede el fruto de la justicia. Puede suceder
que agrade a Dios no sólo una cosa, sino ambas cosas.
En otro sentido. Esfuérzate igualmente, tanto en la ado
lescencia como en la vejez. No digas: «Mientras he podido,
he trabajado; en la vejez he de descansar». Efectivamente,
no sabes si agradarás a Dios en la juventud o en la edad
avanzada. La buena cosecha de la adolescencia no aprove
cha si se lleva una vejez disoluta. Pues el día en que el justo
se equivoque, las obras justas del pasado no podrán libe
rarlo de la muerte.
Según una u otra interpretación, si siempre haces el
bien y en cualquier edad mantienes la misma dirección,
verás a Dios Padre, dulcísima luz, verás a Cristo, sol de
del esposo las que hayan entrado con él. En efecto, si es
trecha y angosta es la senda que conduce a la vida y ancha
y espaciosa la que conduce a la muerte39, justamente, en
friada la caridad de muchos, se cierra en las plazas la puer
ta de las doctrinas.
Usemos oportunamente el siguiente versículo ( Y se le
vantará a la voz del ave, o del pájaro) cuando veamos al
pecador que se levanta mediante la penitencia ante la voz
del obispo o del presbítero. Aunque no sigamos el contex
to del capítulo, esto también puede ser aplicado, como una
excepción, a la resurrección última, cuando los muertos re
suciten ante la voz de los ángeles40• No hay que extrañarse
de que asemejemos la trompeta del ángel al pájaro, pues
cualquier voz es tenue si se compara con la de Cristo41• Por
otra parte, si no me falla la memoria, no recuerdo haber
leído nunca que el pájaro fuese considerado bajo un aspec
to negativo. Así habla el justo en el salmo décimo: En el
Señor confío; ¿cómo deds a mi alma: «Retírate al monte
como un pájaro» ?42• Y en otra parte: He estado despierto, y
soy como un pájaro solitario sobre los tejados43• También en
otro lugar: El pájaro halló su guarida44•
De modo distinto, otros consideran las puertas cerradas
en las plazas como los pasos enfermos del anciano, que está
siempre sentado y no puede caminar". Interpretan la debi
lidad de la voz de la que muele como las mandíbulas, por
que el anciano no es capaz de triturar el alimento y en cuan
to su ánimo empieza a ser presionado, apenas se percibe su
decir: Veré los cielos, obra de tus dedos 54, eso mismo Salo
món quiso intentar encontrar en esta tierra: que la mente
humana, mientras está cercada por el seto del cuerpo, pu
diera comprender la verdad, asequible sólo a Dios.
11. Las palabras de los sabios, como aguzj'ones y clavos
fijos en lo alto, fueron dadas por un solo pastor a los que
tienen grey. Para que no pareciera que, después de la ley de
Dios, surgía repentinamente un maestro temerario que rei
vindicaba para sí la doctrina de Moisés, que al principio no
la acogió espontáneamente, sino más bien con la ira divina,
y ya luego con la simple inspiración, [el Eclesiastés] dice
que sus palabras son palabras de sabios, que sirven para co
rregir a los pecadores a modo de aguijones y poner en mo
vimiento los perezosos pasos de los mortales con la aguja
punzante; y así, sean firmes, como clavos fijos en la parte
más alta y sólida, y se pronuncien no por la autoridad de
uno sólo, sino con la unión y el consentimiento de todos
los maestros. Y para que la sabiduría humana no sea des
preciada, dice que ésta ha sido concedida por un solo pas
tor. Esto es, aunque sean muchos los que enseñan, el Señor
es el único autor de la doctrina.
Este fragmento va contra aquellos que consideran que
uno es el Dios de la antigua Ley y otro el del Evangelio,
pues un solo pastor habría preparado la reunión de los pru
dentes. Pero tanto los profetas como los apóstoles son pru
dentes. Al mismo tiempo hay que notar que las palabras de
los sabios se dice que pinchan, no que palpan ni que inci
tan a la incontinencia con su mano blanda, sino que a los
que yerran y, tal como dijimos arriba, a los tardos para la
penitencia';, les causan una dolorosa herida. Así pues, si la
Jeremías Sofonías
1, 2: 48. 1, 15: 139.
1, 7: 195.
Ageo
1, 10: 86.
1, 1 : 105.
1, 1 1 : 210.
2, 20-23: 85.
1, 1 1-12: 219.
1, 14: 54. Zacarías
5, 15: 175. 1, 1 1 : 199.
6, 4: 175. 5, 7: 147.
10, 22: 210. 5, 7-8: 175.
13, 1 - 1 1 : 85. 6, 9-14: 85.
51, 9: 144. 9, 16: 187.
Lamentaciones Malaquías
3, 34: 1 12. 3, 20: 52.
4, 20: 137. 4, 2: 136, 1 67, 207,
214.
Ezequiel
Mateo
3, 1-3: 225.
2, 12: 215.
11, 12: 127.
3, 9: 87.
18, 32: 142.
5, 39: 183.
40, 22.26.31 .34: 201 .
4, 8: 1 1 2.
5, 3: 1 19, 126, 134.
Daniel 131.
5, 5:
7 , 9: 195.
S, 5-6: 161.
12, 3: 136.
5, 14: 193.
9, 24-27: 210. 5, 35: 48.
5, 39: 183.
Oseas 5, 42: 143.
6, 6: 1 1 3. 5, 45: 143.
1 O, 12 (LXX): 83. 6, 3: 183.
6, 17: 173.
Joel 6, 30: 177.
2, 13: 60. 6, 34: 63, 92.
7, 3: 146.
Amós 7, 6: 82.
9, 2.3: 187. 7, 13: 218.
Índice bíblico 235
7, 14.13: 2 1 7. Lucas
7, 14: 126. 2, 52: 75, 1 1 2.
8, 26: 177. 6, 21: 86, 93, 197.
9, 13: 1 1 3. 6, 24: 121.
9, 15: 198. 6, 24-25: 131.
9, 22: 168. 6, 25: 67, 1 3 1 .
9, 27: 48. 6, 29: 183.
10, 16: 182. 6, 30: 143, 200, 203,
10, 39: 140. 204.
1 1, 1 1 : 103. 6, 37: 141.
12, 7: 1 1 3. 6, 39: 186.
12, 29: 215. 7, 32: 87.
12, 36: 227. 8, 27-35: 1 18.
13, 12: 144. 8, 43-48: 144.
13, 24-30.38: 1 1 9. 12, 20: 50.
13, 47: 177. 12, 47: 1 1 6.
14, 3 1 : 1 77. 12, 48: 65.
15, 14: 186. 15, 4-7: 95.
16, 8: 1 77. 16, 19-31: 161.
17, 5: 48. 16, 22-26: 97.
18, 23-35: 142. 19, 10: 95.
20, 16: 60. 19, 12-15: 1 12.
2 1 , 2: 70. 19, 1 2-27: 137.
21, 9: 48. 21, 34: 79.
21, 33-39: 1 1 5. 23, 40-43: 97.
21, 43: 125.
22, 37-40: 198. Juan
22, 37.39: 199. 1, 1 : 225.
23, 37: 48. 1, 6: 127.
23, 38: 48. 4, 35: 73.
24, 12.24: 1 77. 5, 22: 153.
24, 19: 51. 5, 56: 93.
24, 2 1 .29: 213. 6, 44: 52.
24, 31: 217. 6, 56: 82.
24, 35: 51. 7, 37: 172.
24, 41: 216. 7, 38: 200.
24, 45: 82. 8, 23: 167.
25, 1-12: 216. 8, 39: 125.
25, 14-28: 137. 9, 4: 174.
25, 1 5-30: 198. 12, 31: 184.
25, 33: 183. 12, 32: 52, 54.
26, 24: 103. 13, 30: 108.
236 Índice bíblico
2 Tesalonicenses 1 Pedro.
2, 1 1 : 61. 1, 17: 143.
2, 5: 48.
1 Timoteo
3, 6: 66. 1 Juan
4, 14: 197. 4, 18: 84, 227.
5, 17: 197. 5, 19: 79.
6, 8: 93.
6, 18: 175. Apocalipsis
1, 14: 195.
2 1imoteo 10, 9: 225.
2, 20: 70. 2 1 , 1 8-27: 188.
3, 7: 149. 22, 12: 227.
ÍNDICE DE NOMBRES Y MATERIAS''.
Abraham: 64, 97, 195, 2 1 1 . ángeles: 116, 1 19, 144, 199, 209,
Adán: 125, 177. 214, 217.
adolescencia (ver vida humana). apocatástasis: 31, 64, 167, 171.
Agustín, san: 1 1 , 13, 14, 17, 18, apostolado (ver predicación).
25. Apolinar de Laodicea: 1 1 , 16, 19,
Akiba: 109. 1 1 1, 220.
alegoría: 1 77. Apuleyo: 141.
alegría (terrena, risa; espiritual): Aquila: 44, 52, 61, 62, 67, 74, 1 1 7,
36, 66-67, 82, 86, 92, 123, 127, 133, 147, 158, 186, 215.
130-131, 134, 171, 173, 1 80, Arístipo: 1 70.
197-198, 207, 212, 213. Aristóteles: 178, 193.
alma (existencia, inmortalidad): ascética cristiana (lucha interior,
27, 97, 98-99, 104, 126, 130, conversión, penitencia, recti
155-1 56, 205, 215, 221. ficación, progreso espiritual,
amor a Dios: 26, 47, 84, 165, 227. perfección, salvación): 1 O, 25,
amor al prójimo: 36, 143, 145, 35, 46, 47, 63, 65, 68, 69, 75,
199. 76, 77, 84, 88, 91, 104, 107,
anagogía: 76, 93, 137, 176. 109, 1 1 3, 126, 131 ,132, 133,
"
� Este índice no pretende ser exhaustivo. Respecto a las materias, ha
sido necesario agrupar algunos términos según un criterio de afinidad o
de oposición. Es habitual que el autor trate en un mismo comentario va
rios temas relacionados, y la mayoría de las veces los asocia a los res
pectivos opuestos. Por eso, hemos procurado reflejar en este índice esa
tendencia a agrupar y a oponer característica del libro. Respecto a los
nombres hemos utilizado los siguientes criterios: l. Todos los autores que
menciona Jerónimo (escritores eclesiásticos, autores de la antigüedad clá
sica, filósofos), ya sea de modo explícito o por medio de alusiones a sus
obras. 2. Los personajes bíblicos más citados y significativos. 3. Los au
tores modernos más relevantes para nuestro estudio.
240 Índice de nombres y maten·as
135, 136, 138, 140, 142, 156, 1 77, 182-183, 186, 187, 187-
158, 166, 171, 173, 1 74, 2 1 7, 188, 189, 190-191, 199, 200,
223, 224, 227. 203, 204, 206, 213, 214, 2 1 7,
avaricia (ver bienes terrenos). 218, 21 9-210.
cirenaicos: 170.
Baranina (maestro hebreo): 13, comida (ver bienes terrenos).
18, 62, 86, 91, 109, 1 16, 133, commaticum genus: 76, 98, 212.
1 67, 178, 185, 186, 215. consequentia verborum (ver Sa-
bebida (ver bienes terrenos). grada Escritura).
bienes terrenos (don de Dios, contemplación: 35, 76, 88, 146.
bondad, vanidad, caducidad, corrección fraterna: 133, 157-
«contemptus mundi», mundo 158.
o «siglo», avaricia, riquezas, creación (ver ciencias naturales).
comida, bebida): 15, 22-25, Creador: 29, 55, 57, 69, 77, 92,
28, 35, 43, 46, 48, 49, 50, 66- 94, 128, 134, 1 40, 143, 149,
69, 76, 80-81, 89, 91, 92, 101, 151, 205, 209, 213, 214, 221-
106, 107, 120, 121, 122-123, 222, 226.
124-125, 126, 130, 135-136, cuerpo (ver vida humana).
161, 171-1 72, 173, 180, 181, curiosidad malsana: 33, 61, 92,
183, 186, 196, 197, 212. 128, 129, 138, 141-142, 153,
Blesila, santa: lS, 16, 24, 43, 44, 162, 205, 224, 225.
173.
Brown, D.: 18, 21. Dámaso, san: 12, 15, 43.
buenas obras: 94, 105, 1 1 3, 1 1 5, David rey: 47, 72, 85, 87, 102,
1 1 8, 121, 127, 139, 143, 145, 105, 153, 218, 222.
160, 1 72, 185, 203, 207. defectus litterae: 72, 75, 82, 162,
165.
calumnia: 1 02, 1 19, 133. demonio (ver diablo).
Carnéades: 193. descanso (ver sueño).
castidad: 88, 185. Di Fonzo, L.: 15, 48, 209.
Cicerón: 1 19-120, 142, 1 81. diablo (demonio): 25, 35, 63-64,
cielo (paraíso: ver escatología). 67, 90, 108, 1 12, 1 1 8, 147,
ciencia (saber humano, erudi- 1 54, 156, 179, 183, 184, 185,
ción): 34, 61, 81, 82-83, 91, 187, 191, 1 95, 215.
137, 138, 155, 1 62, 175, 176, Dídimo Alejandrino: 11, 12, 16,
190, 191-193, 207, 215, 216, 1 8, 19, 24, 51, 53, 73, 86, 87,
222. 88, 89, 90, 94, 168, 201, 202,
ciencias naturales (alusiones al 214, 216, 217.
mundo animal y vegetal, a las Dionisio Alejandrino. 16, 20, 24,
leyes físicas, etc.): 29, 46, 51- 82, 105 .
57, 68, 70-71, 72, 94-95, 100- Dios Espíritu Santo: 32, 108, 168,
101, 120, 138, 139, 142, 173, 211.
lndice de nombres y materias 241
156, 157, 158, 160, 164-169, 164-167, 181, 185, 186, 191,
171, 177, 203, 206-207, 212, 214, 217, 223, 224.
213, 217, 220. penitencia: 60, 86, 131, 142, (ver
mujer: 73, 147-149, 174. ascética cristiana).
mundo (ver bienes terrenos). perdón: 146.
pereza: 1 90, 1 96, 205, 223.
nacimiento (ver vida humana). Pitágoras, pitagóricos: 89-90.
necedad, necio (locura, error, placer (lícito o ilícito; hedonis-
desorden, ignorancia): 26, mo, vida placentera, lujuria,
64, 69, 77, 78-79, 105, 1 13, gula, embriaguez): 48, 60,
1 1 4, 1 1 5, 126, 132, 134, 147, 66, 69, 74, 93, 1 0 1 , 122, 130,
148, 149, 1 63, 1 66, 180, 181, 147, 148, 154, 170-171, 179,
1 82, 1 84, 1 86, 1 9 1 - 1 94, 207, 185, 1 96, 197, 209, 212, 214,
212. 226.
Platón, platonismo: 46, 178, 193.
obediencia (a la voluntad de pobre, pobreza: 93, 1 1 2, 126,
Dios, a la autoridad): 1 1 3, 166, 178-179.
1 15-1 1 6, 153, 154, 172, 194, pobreza de espíritu: 36, 126, 134.
203, 224, 226. predicación (apostolado): 203,
ocupación vana (ver preocupa 205, 214, 223 (ver jerarquía).
ción). preexistencia (almas, mundo): 29,
Olimpiodoro: 19, 24, 52, 73, 168, 30, 57-58, 103, 221.
180, 191. preocupación (ocupación vana,
olvido: 59, 126, 166, 178, 180. «hinchazón»): 61, 83, 91,
Orígenes, origenismo: 12-13, 15, 122-123, 1 62, 193.
16, 19, 20, 24, 25, 28-31, 44, presciencia divina (omniscien-
46, 47, 57-58, 64, 72, 77, 82, cia): 27, 29, 30, 128, 1 99.
88, 89, 91, 96, 104, 108, 1 1 1 , presunción del espíritu («pasto
128, 144, 152, 159, 167, 180, del viento»): 62, 64, 83.
184, 191, 195, 215, 221. Procopio de Gaza: 78, 82, 89, 94,
Ovidio: 139. 96.
promesa: 1 14-115, 1 16.
paciencia: 36, 134, 173, 182. prosopopeya: 24, 100, 169-171.
«pasto del viento» (ver presun- providencia: 27, 57, 61, 94, 1 1 8,
ción del espíritu). 1 1 9, 1 55, 170-171, 206, 227.
Paula, santa: 12, 14, 16, 43. prudencia (virtud, prudencia car
paz: 91, 178-179. nal): 72, 145, 151, 175, 182,
pecado, pecador: 27, 61, 67, 83, 1 86, 192.
100, 104, 106, 109, 1 13, 1 1 4,
116-1 17, 129, 131, 134, 140, resurrección de la carne (ver es
141, 143, 144, 145, 147, 148, catología).
149, 1 5 1 , 1 54, 157, 158, 160, regeneración cíclica: 59.
244 1ndice de nombres y materias
sabiduría, sabio: 25, 26, 28, 34, temor de Dios: 25-26, 47, 52, 71,
46, 61, 64, 65, 66, 70, 77, 78- 84, 94, 1 1 7- 1 1 8 , 1 30, 143,
79, 8 1-83, 88, 126, 1 3 1 , 133, 158, 159, 1 60, 226-227.
135-137, 141, 144, 145, 146- Teodoción: 44, 52, 61, 62, 67,
147, 1 5 1 - 1 52, 174, 1 76, 180, 127, 133, 136, 155, 158, 186.
1 8 1 , 182-183, 190, 1 9 1 - 1 92, Terencio: 57.
193, 195, 200, 222, 227. tiempo: 84-91 (ver vida humana).
Sagrada Escritura (unidad de los tribulaciones: 54, 140, 143.
dos Testamentos, inspirada, tristeza (peso del día, «aflicción»,
inerrancia, «consequencia ver llanto): 62-63, 65, 86, 92, 102,
borum»): 21, 31-34, 106, 128, 125, 127, 155, 161, 1 87, 197,
201-202, 207, 225. 211.
Sagrada Escritura (fuente de sa trabajo (esfuerzo): 50, 76, 79,
biduría, alimento espiritual, 8 1 , 92, 94, 1 0 1, 104, 105,
«lectio divina»): 32-34, 46, 120, 121, 126, 161, 185, 1 90,
56, 80, 93, 126, 137, 152, 1 90, 193, 206, 207, 222, 224-225,
207, 224. 226.
Salomón, libros salomónicos: 24- tropología: 14 7, 149.
25, 26, 32, 45-46, 60, 64, 65,
72, 74, 80, 87, 147, 187, 222, utilidad: 21, 1 9 1 -192.
223, 226.
Salustio: 120, 126. Valentín: 32, !52.
santidad: 36 (ver ascética cristia vanidad (ver bienes terrenos).
na). verdad: 65, 67, 77, 95-96, 135,
Setenta: 20, 44, 47, 47, 49, 60, 61, 1 49, 1 62, 193, 203, 216, 223,
62, 67, 77, 79, 87, 129, 133, 226.
144, 146, 1 52, 153, 155, 156, vejez (ver vida humana).
158, 159, 172, 183, 184, 189, Vetus Latina: 13, 20, 47, 52, 61,
220, 221, 227. 70, 219.
«siglo» (ver bienes terrenos). vicios: 36, 46, 69, 106, 135, 141,
Símaco: 20, 33, 44, 52, 55, 58, 61, 1 44, 1 49, 154, 1 8 1 , 184-185,
62, 67, 74, 100, 1 09, 127, 1 30, 196, 212, 214.
131, 1 32, 133, 137, 1 39, 146, Victorino de Petau: 16, 19, 1 1 1 .
150, 1 54, !58, 161, 164, 165, vida humana (terrena, corporal,
184, 185, 186, 207, 215, 220, cuerpo humano, edades del
227. hombre): 26, 27, 30, 3 1 , 52,
sinceridad: 191. 55, 57, 79, 84, 92, 97, 98, 103,
Siniscalco, P.: 17. 128, 129, 137, 139, 144, 160,
Índice de nombres y materias 245
1 79, 194-195, 196, 205, 206- virtudes: 21, 26, 36, 81, 135, 141,
207, 208-209, 212, 215, 216, 166, 172-173, 181, 1 84, 191,
217, 218-221, 225 227. 196, 227.
vida monástica: 15, 24, 35. voluntad de Dios: 170 (ver obe
Virgen María: 195-196. diencia y providencia).
Virgilio: 17, 36, 53, 138, 148, 155, Vulgata: 13, 20, 127, 151, 224.
169, 183-1 84.
virginidad: 173. Zenón: 193.
ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCI Ó N . . . . . . . . 9
.............. ..... .............. .. .... .. ...... .. .
Vida y obra . . . . . .. . .
.... .. . . 11
........ ......... .......... . ..... .. ...............
BIBLIOGRAFÍA ·······························•··············•························ 39
248 Índice general
jERÓNIMO
COMENTARIO AL ECLESIASTÉS
Prefacio ................................................................................ 43
Capítulo I ........................................................................... 45
Capítulo II .......................................................................... 66
Capítulo III ........................................................................ 84
Capítulo IV ......................................................................... 102
Capítulo V .......................................................................... 114
Capítulo VI ......................................................................... 1 24
Capítulo VII ....................................................................... 129
Capítulo VIII ..................................................................... 151
Capítulo IX ........................................................................ 164
Capítulo X .......................................................................... 182
Capítulo XI ........................................................................ 200
Capítulo XII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
AGUSTÍN DE HIPONA
- Confesiones (60)
AMBROSIO DE MILÁN
- La penitencia (21)
- El Espíritu Santo (41)
ANDRÉS DE CRETA
- Homilías marianas (29)
ATANASIO
- La encarnación del Verbo (6)
- Contra los paganos (19)
- Vida de Antonio (27)
BASILIO DE CESAREA
- El Espíritu Santo (32)
CASIODORO
- Iniciación a las Sagradas Escrituras (43)
CESÁREO DE ARLÉS
- Comentario al Apocalipsis (26)
CIPRfANO
- La unidad de la Iglesia - El Padrenuestro - A Donato (12)
CrRrto m. j ERUSALFN
- El Espíritu Santo ( 1 1 )
CROMACIO DE AQUlLEYA
- Comentario al Evangelio de Mateo (58)
DIADOCO DE F6TICE
- Obras completas (47)
DiDIMO EL CIEGO
- Tratado sobre El Espíritu Santo (36)
EPIFANIO EL MONJE
- Vida de María (8)
EvAGRIO P6mrco
- Obras espirituales (28)
GREGORIO DE NISA
- La gran catequesis (9)
- Sobre la vocación cristiana (18)
- Sobre la vida de Moisés (23)
- La virginidad (49)
- Vida de Macrina - Elogio de Basilio (31)
GREGORJO MAGNO
- Regla pastoral (22)
- Libros morales/ 1 (42)
- Libros morales/2 (62)
GREGORIO NACIANCENO
- Homilías sobre la Natividad (2)
- La pasión de Cristo (4)
- Fuga y autobiografia (35)
- Los cinco discursos teológicos (30)
GREGORIO TAUMATURGO
- Elogio del maestro cristiano (10)
HILARlO DE PoJTJERS
- Tratado de los misterios (20)
jERÓNIMO
- Comentario al Evangelio de san Marcos (5)
- La perpetua virginidad de María (25)
- Comentario al Evangelio de Mateo (45)
- Comentario al Eclesiastés (64)
JuAN CRISóSTOMO
- Las catequesis bautismales (3)
- Homilías sobre el Evangelio de san Juan/1 (15)
- Homilías sobre el Evangelio de san juan/2 (54)
- Homilías sobre el Evangelio de san Juan/3 (55)
- Comentario a la Carta a los Gálatas (34)
- Sobre la vanagloria, la educación de los hijos y el matrimonio (39)
- La verdadera conversión (40)
- Sobre el matrimonio único (53)
- Diálogo sobre el sacerdocio (57)
jUAN DAMASCENO
- Homilías cristológicas y marianas (33)
- Exposición de la fe (59)
LEóN MAGNO
- Cartas cristológicas (46)
MÁXIMO EL CONFESOR
- Meditaciones sobre la agonía de Jesús (7)
- Tratados espirltuales (37)
MINUCIO FÉLIX
- Octavio (52)
NtCETAS DE REMESIANA
- Catecumenado de adultos (16)
NILO DE ANCTRA
- Tratado ascético (24)
ORíGENES
- Comentario al Cantar de los Cantares (1)
- Homilías sobre el Éxodo (17)
- Homilías sobre el Génesis (48)
- Homilías sobre el Cantar de los Cantares (51)
PEORO CRISÓLOGO
- Homilías escogidas (44)
RUFINO DE AQUILEYA
- Comencario al símbolo apostólico (56)
TERTULIANO
- El apologético (38)
- A los mártires - El escorpión - La huida en la persecución (61)
- A los paganos - El testimonio del alma (63)
Editorial Ciudad Nueva
FUENTES PATRíSTICAS
SECCIÓN TEXTOS:
6 - HERMAS, El paswr
314 págs.
8 - NovACIANO, La Trinidad
320 págs.
11 - GREGORIO DE ELVIRA, La fe
200 págs.
SECCIÓN ESTUDIOS: