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LA ILUSTRACIÓN

En libro el concepto de ilustración no se circunscribe o se limita a la definición


clásica que le dieron los filósofos modernos o ilustrados. Nuestros filósofos
plantean una definición que se relacione con una visión histórica, para
entender que es la ilustración se tiene que analizarla desde sus origines; es
decir, se tendrá que analizar desde que el mito y la razón comenzaron a
diferenciarse hasta nuestra época, ya que el mito y razón son dos formas
diferentes de entender o explicar la realidad.

Hay dos aspectos importantes (según los autores) que se vincula a la mayoría
de los filósofos ilustrados, estas ideas fueron el bebedero de las futuras
revoluciones burguesas. Nuestros filósofos dirán (1994): “Aunque ajeno a la
matemática, Bacon ha captado bien el modo de pensar de la ciencia que vino
tras él. La unión feliz que tiene en mente entre el entendimiento humano y la
naturaleza de las cosas es patriarcal: el intelecto que vence a la superstición
debe dominar sobre la naturaleza desencantada.” (pp. 60) Mas adelante,
también dirán en la misma página: “Lo que los hombres quieren aprender de la
naturaleza es servirse de ella para dominarla por completo, a ella y a los
hombres.” (pp.60)

Entonces; el primer aspecto es la idea de la dominación de la realidad, o la


naturaleza y la sociedad por medio de la razón o el conocimiento
científico propiamente dicho; el segundo aspecto, es la idea de la
desmitologizacion del mundo circundante o despejar el miedo mítico. En
la historia de la humanidad, la lucha por la dominación de la realidad primó en
contraposición a la lucha por desmitologizarla; peor, esta manía de querer
controlar todo llega a caer en el mismo error del mito: el miedo a que algo
escape a una explicación.

Este afán de dominio de la ilustración es el empeño de ser los señores de la


naturaleza, amos de una naturaleza desdivinizada; de esta forma, la razón
solamente es un instrumento que es usada de una forma pragmática, para
dominar sobre otras cosas o personas. Entonces, mito e ilustración tienen algo
en común. El mito es la dominación del mundo por medio de los dioses, los
dioses son los que dominan el universo circundante; la ilustración es la
dominación del mundo por medio de la razón humana, el hombre domina el
universo usando la razón. El principio de dominio sigue vigente en la
ilustración, y se la toma como una idealidad.

Veamos que es lo que dicen estos filósofos, en una parte de su libro, sobre el
mito y la ilustración: “El desdoblamiento de la naturaleza en apariencia y
esencia, acción y fuerza, que hace posibles tanto el mito como la ciencia, nace
del temor del hombre, cuya expresión se convierte en explicación […] Los
dioses no pueden quitar al hombre el terror del cual sus nombres son el eco
petrificado. El hombre cree estar libre del terror cuando ya no existe nada
desconocido. Lo cual determina el curso de la desmitologización, de la
Ilustración, que identifica lo viviente con lo no viviente, del mismo modo que el
mito identifica lo no viviente con lo viviente. La Ilustración es el temor mítico
hecho radical. ” (pp.70)

Se deduce de la cita que la ilustración recae en el temor mítico, miedo a que


algo escape del marco conceptual, el cual tiene como fin explicar y controlar la
realidad. Entonces, la razón pasa a forma solamente un instrumento de la
obsesión por dominar el universo. La razón ilustrada entra en contradicción con
sus mismas consignas, ya no se da una reflexión libre, la razón pasa a ser un
instrumento: es un medio no el fin. Todo este abordaje lo sintetiza paginas
posteriores a la cita anterior: “[…] La esencia de la Ilustración es la alternativa,
cuya ineludibilidad es la del dominio. Los hombres habían tenido siempre que
elegir entre su sumisión a la naturaleza y la sumisión de ésta al sí mismo Con
la expansión de la economía mercantil burguesa, el oscuro horizonte del mito
es iluminado por el sol de la razón calculadora, bajo cuyos gélidos rayos
maduran las semillas de la nueva barbarie. Bajo la coacción del dominio el
trabajo humano ha conducido desde siempre lejos del mito, en cuyo círculo
fatal volvió caer siempre de nuevo bajo el dominio […]” (pp. 85)

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