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Autor:

Autor: George
George López
López Collantes
Collantes Extensión
Extensión Profesional
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Cicatrices del Alma

1).- En un día caluroso de verano en el sur de Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna
detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró en el agua y nadaba feliz.

A). Su mamá desde la casa lo miraba por la venta, y vio con horro lo que sucedía.
Enseguida corrió hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía.

Oyéndole el niño se alarmó y miró nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado
tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos.

 Justo cuando el caimán le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba


determinada, con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo era más fuerte,
pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba.

Grupo 9:00 a 11:00am.


Autor:
Autor: George
George López
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U n señor que escuchó los


gritos se apresuró
hacia el lugar con una
pistola y mató al cocodrilo. El
niño sobrevivió y, aunque sus
piernas sufrieron bastante,
aún pudo llegar a caminar.

Cuando salió del trauma, un


periodista le preguntó al niño
cicatrices de sus piernas. El
niño levanto la colcha y se
las mostró. Pero entonces,
con gran orgullo
remango las mangas y dijo:
se

si le quería enseñar las

“P ero las que usted debe de ver son estas”. Eran las marcas de las uñas
de su mamá que habían presionado con fuerza. “Las tengo porque
mamá no me soltó y me salvó la vida”.
Moraleja: Nosotros también tenemos cicatrices de
un pasado doloroso. Algunas son causadas por
nuestros pecados, pero algunas son las huella de
Dios que no ha sostenido con fuerza para que no
caigamos en las garras del mal.

E
A B C
PRACTICA

H
F
MERCED
IDAT

LA

J
I
CALIFICADA

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¿Qué hombre tiene tan poca fé que en un momento de gran desastre y de

angustia no ha invocado a su Dios? ¿Quién no ha clamado cuando se ha

visto confrontado con el peligro, la muerte o un misterio superior a su

comprensión o experiencia normal? ¿De dónde procede este profundo

instinto, que se expresa por la boca de todos los seres vivientes en

momentos de peligro?

Agite la mano rápidamente ante los ojos de alguno, y sus párpados pestañearán. Déle a otro un
golpecito en la rodilla y la pierna dará un salto. Confronte a otro con una historia de horror y
sus labios dirán: “Dios mío”, en virtud del mismo impulso.

Mi vida no tiene que estar saturada de religión para reconocer éste gran misterio
de la naturaleza. Todos los eres que andan por la tierra, incluso el hombre, poseen
el instinto de clamar pidiendo ayuda. ¿Porqué es que poseemos este instinto, este
don?

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