Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
“Aproximación a la historia de la
sexualidad medieval desde fuentes turolenses y medievales”. En UBIETO, Agustín (ed.). V Jornadas de
Estudios sobre Aragón en el umbral del siglo XXI, Ejea 20-22 de diciembre de 2002, 1.ª ed., Zaragoza:
Instituto de Ciencias de la Educación, Universidad de Zaragoza, 2005; pp. 103-121.
Aproximación a la historia de la
sexualidad medieval desde fuentes
turolenses y valencianas*
Universidad de Zaragoza
1. DEBATE CONCEPTUAL
Nuestra pretensión en este trabajo no es otra que la de poner por escrito las
reflexiones a las que llegó el profesor Germán Navarro en su conferencia sobre
“La historia de la sexualidad medieval desde fuentes valencianas y turolenses”,
presentada para el V Curso de Historia medieval organizado por la Fundación Santa
María de Albarracín, que este año trató la temática del “Sexo y la sexualidad en la
Edad Media”. Hemos querido reproducir algunas de las ideas que se mencionaron
durante el transcurso del citado curso, celebrado el pasado mes de septiembre
de 2002, tratando de ampliar el estudio de carácter heurístico, puesto que se han
revisado nuevas fuentes enriqueciendo notablemente el corpus documental al que
inexorablemente iremos aludiendo en el desarrollo de nuestra exposición.
103
Germán Navarro Espinach y Concepción Villanueva Morte
Durante la Edad Media, a pesar de las intensas creencias religiosas y del gran
poder del clero, existe cierta promiscuidad, y el sexo impregna muchas actividades de
la vida cotidiana. Se trataba de una válvula de escape, un desahogo ante una vida corta
y sin comodidades, sometida a continuas guerras, hambre y epidemias. Contando con
esta reflexión previa exponemos el principal objetivo de este escrito, que se centra en
realizar un breve ensayo práctico acerca de la historia de la sexualidad medieval en
dos territorios hermanados por el contacto –relaciones comerciales y humanas– en
función de la proximidad y la complementariedad existente entre ambos.
Muchos y muy variados son los autores que se han dedicado a escribir sobre el
sexo y la sexualidad, y ello desde distintas disciplinas. Han sido historiadores como
Flandrin1, periodistas y psiquiatras como Foucault2, antropólogos como Godelier3,
y, más recientemente, psicólogos y sexólogos como la profesora Tiefer4, quienes
nos han facilitado las pautas para poder interpretar con criterios fundados cuál ha
sido el origen y la evolución de la sexualidad en el mundo en que vivimos.
3. M. GODELIER, «Le sexe comme fondement ultime de l’ordre social et cosmique chez les Baruya de
Nouvelle-Guinee. Mythe et réalité», en Le probléme des formes et des fondements de la domination
masculine, París, Les Cahiers du Centre d’Études et de Recherches Marxistes, 1976, pp. 1-44.
BALDWIN, J. W., The Language of Sex. Five Voices from Northern France around 1200,
Lexington, 1994.
RICHARDS, J., Sex, dissidence and damnation. Minority Groups in the Middle Ages,
London-New York, 1990.
Sex, love and marriage in medieval literature and reality: themastische Beitrage im
Rahmen des 31th International Congress on Medieval Studies and der
Western Michigan University (Kalamazoo USA, 8-12 mai 1996), Reineke-
Verlag, 1996.
CORTI, F., “Cuerpo y sexualidad en las miniaturas de las Cántigas de Alfonso X el Sabio”,
en Temas Medievales, 3 (Buenos Aires 1993), pp. 121-138.
FIRPO, A. R., “Los reyes sexuales (Ensayo sobre el discurso sexual durante el reinado
de Enrique IV de Trastámara, 1454-1474)”, en Mélanges de la Casa de
Velásquez, 20 (1984) y 21 (1985), pp. 217-227 y 145-158, respectivamente.
GARCÍA HERRERO, Mª. C., “El mundo de la prostitución en las ciudades bajomedievales”,
en Cuadernos del C.E.M.Y.R. (Centro de Estudios Medievales y Renacentistas),
4 (1996), pp. 67-100.
JIMÉNEZ MONTESERÍN, M., Sexo y bien común: notas para la historia de la prostitución
en la España moderna, Cuenca, 1994.
TEMPRANO, E., Vidas poco ejemplares. Viaje al mundo de las rameras, los rufianes y
las celestinas (siglos XVI-XVIII), Madrid, 1995.
VÁZQUEZ, F., MORENO, A., Poder y prostitución en Sevilla (siglos XIV al XX). I. La Edad
Moderna, Sevilla, 1995.
VÁZQUEZ, F., MORENO, A., Sexo y razón: una genealogía de la moral sexual en España
(siglos XVI-XX), Madrid, Akal, 1997.
De todos estos puntos de partida temáticos en los que ha habido interés por
esta cuestión, nosotros abogamos por el estudio de una historia social basada en la
división sexual del trabajo, en la que hay que distinguir y tener muy presente el asunto
de la jerarquía laboral del sexo, en la creencia de que el estudio sobre la sexualidad
humana interesa para comprender las estructuras formativas del ser humano.
En primer lugar damos pie a comentar las fuentes de carácter legislativo que
concentran su corazón principalmente desde el siglo XIII al XV. Para el reino de Aragón
contamos con la publicación de los Fueros, observancias y actos de corte del reino
de Aragón5, que reúne legislación de los siglos XIII-XVII y la primera compilación foral
realizada por el obispo Vidal de Canellas en Huesca en 12476. De esta última resulta
sugestivo reflejar dos disposiciones que versan sobre el adulterio y el estupro7.
5. P. SAVALL y S. PENEN, Fueros, Observancias y Actos de Corte del Reino de Aragón, Zaragoza,
1591 (edición facsimilar Tomos I y II, acompañada de un tomo III con estudio preliminar, traducciones,
textos complementarios e índices. Edición dirigida por J. Delgado Echeverría; editan Ibercaja y el
Justicia de Aragón, Zaragoza, 1991).
6. M.ª D. CABANES, A. BLASCO y P. PUEYO, Vidal Mayor. Edición, introducción y notas al manuscrito,
Zaragoza, Libros Certeza, 1996.
7. Delito penal que consiste en el acceso carnal de un hombre con una menor (12-18 años). Es la
traslación de lo que hoy podríamos considerar pederastia (homosexualidad con niños menores) o
pedofilia (abusos con niños).
8. Véase J. CASTAÑÉ LLINÁS, El Fuero de Teruel, Zaragoza, 1989, epígrafes: 6: “Que el padre herede
los bienes de su hijo y el hijo los de su padre”; 308: “Que los vestidos sean de la esposa después de la
desfloración o coito”; 362 y 363: “Del que viole y engendre un hijo de una mora ajena”; 364: “Del que
viole a una mujer o la rapte”; 365: “Qué mujer sea creída por violación”; 366 y 367: “Del que viole a una
casada o a una monja”; 368: “Del que coja a su mujer en adulterio”; 369 y 370: “Del que injurie a un
hombre o a una mujer”; 374: “Del que cometa adulterio”; 375: “Del bígamo que tenga dos esposas al
mismo tiempo”; 382: “De las alcahuetas”, y 386: “De la mujer que sea sorprendida con un infiel”.
Así como tampoco son nada desdeñables los asientos de los que dispone
la Suma de Fueros de Juan del Pastor11, primera edición impresa de los Fueros
de Santa María de Albarracín y de Teruel; se trata, por tanto, de una compilación
formada para servir a los fines prácticos de la vida jurídica, que también interesa
al historiador en cuanto indica la época a que pertenece cada disposición. Como
vemos, cuenta con un interesante repertorio acerca de la regulación de adulterios
y otras fornicaciones. Y el Fuero de Alfambra12, que data de los años 1174-1176,
con la última modificación realizada en 1266, alberga un aparato legal referido a la
sexualidad muy peculiar, instaurando la definición de “cornudos” y mostrando tres
categorías de mujer forzada (puta, manceba y casada).
9. C. RIBA Y GARCÍA, Carta de población de la ciudad de Santa María de Albarracín, Zaragoza, 1915.
10. A. GONZÁLEZ e I. GONZÁLEZ, “Fragmentos del fuero latino de Albarracín”, en Anuario de Historia
del Derecho Español, VIII (1931), pp. 415-495; y G. TILANDER, “El fuero latino de Albarracín”, en
Revista de Filología Española, XX (1933), pp. 278-287.
11. J. del PASTOR, Suma de fueros de las ciudades de Santa María de Albarracín y de Teruel y de
las Comunidades de las aldeas de dichas ciudades y de la villa de Mosqueruela, y de otras villas
convecinas, Valencia, Imprenta de Jorge Costilla, 1531.
Podríamos concluir este primer apartado insistiendo en que hay al menos dos
argumentos comunes al elemento legislativo: el primero es la similar composición y
tono con el que cuentan la redacción de todos estos fueros y las cartas de población,
sirviendo a la finalidad con que se ejecutan; y el segundo es que conviene señalar
las limitaciones que presenta este tipo de fuentes, ya que constituyen el reflejo de
las disposiciones teóricas que plasman las autoridades y el poder local con ánimo
de controlar y castigar los excesos sexuales; pero otra cosa bien distinta es cómo la
sociedad aplicaría esta normativa en su vida cotidiana, en la práctica real. Aunque
hay que reconocer que el derecho era la base esencial de la convivencia humana
en la Edad Media, eso no significa que la norma por sí misma fuera el espejo de la
aplicación real de los fueros en la vida cotidiana de estas gentes.
22. F. EIXIMENIS, Regiment de la cosa pública, Barcelona, Barcino, 1927; y más reciente es la edición
facsimilar de Librerías París-Valencia, Valencia, 1991.
23. Conviene recordar, no obstante, que C. Wittlin ha puesto en duda la autoría de Eiximenis de la
conocida carta-proemio, que más bien parece obra de un interpolador de finales del siglo XV;
al respecto, C. WITTLIN, “L’edició de 1499 del ‘Regiment de la cosa publica’. Les revisions i
ampliacions al text, l’endreça i al comita escrits per Francesc Eiximenis el 1383”, en Boletín de la
Sociedad Castellonense de Cultura, LXIX (1993), pp. 441-459.
24. Argumento lógico si pensamos que Eiximenis consideraba que el matrimonio era el regimiento
básico de la cosa pública.
25. J. ZUNZUNEGUI, “Concilios y sínodos medievales españoles”, en Hispania Sacra, I (1948), pp. 127-132.
26. F. R. AZNAR GIL, Concilios Provinciales y Sínodos de Zaragoza de 1215 a 1563, Zaragoza, 1982.
Esto trajo consigo el que se fuera a la caza de la prostituta fuera del recinto de
la mancebía. Así, estaba prohibido que una mujer soltera estuviera a solas en su
casa con un hombre bajo la acusación de, o bien ser una prostituta o una pecadora.
Las mujeres que residían en el burdel tenían prohibido salir de allí sin permiso, y en
el caso de ser encontradas en la ciudad o en cualquier otro lugar de su término se
les obligaba a volver y a pagar cierta cantidad de dinero que podía variar en cada
caso. De ahí que se insista en la necesidad de que éstas deberían ser recluidas
en lugar público, teniéndolas bajo supervisión y control27, imponiendo la pena de
exilio a quien de ellas osara salir de la casa de las fembras públicas y adentrarse
en la ciudad dispersándose por la plaza donde habitan las buenas28. De la misma
forma, se establece como norma para evitar el adulterio el enviar a cualquier mujer
que se encuentre a solas con un hombre casado al burdel de la ciudad. Además,
se establece como castigo a los padres que vendan a una hija para que abusen de
ella la pena de ser azotados hasta la muerte, y lo mismo para los hombres casados
que prostituyan a su esposa.
27. A.H.P.T., Secc. Concejo de Teruel, Caja 3, doc. 10, Manual de Actos, 1472-II-14, f. 47 r.
29. Véase F. J. AGUIRRE GONZÁLEZ (dir.), Catálogo de los Archivos Municipales Turolenses I, II, III y
IV, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, de 1982 a 1985.
30. IRADIEL, P., IGUAL, D., NAVARRO, G., APARICI, J., Oficios artesanales y comercio en Castelló de
la Plana (1371-1527), Castellón, Fundación Dávalos-Fletcher, 1995.
desaparición a mitad del siglo XVII; como igualmente atrayente es el léxico con
el que se denomina en las fuentes a las mujeres públicas: puta, bagassa, goça,
fembra pública, fembra peccadrius, fembres escuseres, fembra errada, dona
vil... Más interesante resulta conocer a los protagonistas de esta historia de la
sexualidad, por lo que M.ª Carmen Peris contabilizó en su estudio un total de
676 prostitutas con nombres y apellidos en Valencia entre 1367 y 1399, de entre
las cuales destaca tan sólo un 12% que indica su origen geográfico, llamando
portentosamente la atención que de todas ellas la mitad fueran castellanas. En el
mismo estudio documenta 280 hombres identificados para la misma cronología
entre rufianes (proxenetas) y clientes de las prostitutas31.
31. M. C. PERIS RODRÍGUEZ, Pobreza, marginalidad y crimen. La ciudad de Valencia (1350-1400), tesis
de licenciatura inédita, Universidad de Valencia, 1984; de la misma autora es el artículo de donde
hemos extraído los datos cuantitativos sobre “La prostitución valenciana en la segunda mitad del siglo
XIV”, en Revista d’Història Medieval, nº 1 (1990), Universidad de Valencia, pp. 179-199. En la misma
revista dedicada al tema de la ‘Violencia i Marginació en la societat medieval’ es también interesante
cotejar el artículo de V. GRAULLERA, “Los hostaleros del Burdel de Valencia”, pp. 201-213.
32. Archivo Histórico Provincial de Teruel (A.H.P.T.), Secc. Concejo de Teruel, Caja 22, doc. 1, Libro
manual de la carta de Pascual Benedito, juez de Teruel, 34 ff., fechado desde el 10 de enero hasta
el 31 de marzo de 1431.
33. A.H.P.T., Secc. Concejo de Teruel, Caja 2, doc. 5, Manual de Actos, 1465-XI-7, f. 61 r.
34. A.H.P.T., Secc. Concejo, Caja 4, doc. 15, Manual de Actos, 1483-VIII-26, f. 67 v.
35. A.H.P.T., Secc. Concejo de Teruel, Documentación en pergamino, Carpeta Azul, 4, doc. 98, 1374-II-27.
36. A.H.P.T., Secc. Concejo, Caja 1, doc. 2, Manual de Actos, 1455-VII-7, f. 41 v. Un día después se
hizo pregón público de dicha ordinación y vedamiento sobre los alcahuetes, rufianes y otros que
formaban compañía con éstos.
37. Ibídem, Caja 6, doc. 18, Manual de Actos, 1499-VI-16, ff. 45 v-46 r.
La acción del Justicia nos permite realizar al menos una tenue aproximación a
las prácticas reales de la sexualidad consideradas delictivas, frente a los hábitos
sexuales tolerados en la legalidad. Pero este tipo de noticias no sólo están
presentes en procesos incoados ante el Justicia Criminal, sino que también hay
testimonios de índole privada, de forma especial entre los protocolos notariales.
38. E. SÁNCHEZ ALMELA, “La escribanía del consell castellonense: siglos XIV-XV”, en Boletín de la
Sociedad Castellonense de Cultura, 67 (1991), pp. 147-497, concretamente los relacionados con
judiciarios y Llibres de la Cort del Justícia corresponden a pp. 483-486. F. TORRES FAUS (dir.), Cens-
guia d’Arxius de la Provincia de Castelló, Generalitat Valenciana, Consellería de Cultura, 1992, p. 85.
39. F. J. AGUIRRE GONZÁLVEZ (Dir.), Catálogo de los Archivos Municipales Turolenses (I), Teruel,
1982, pp. 118-133.
40. R. NARBONA VIZCAÍNO, Pueblo, poder y sexo. Valencia medieval (1306-1420), Valencia, 1992, p. 185.
en donde se refleja una curiosa demanda criminal por adulterio que entra en grandes
y sutiles detalles descriptivos. Se trata de un vecino de Sarrión llamado Domingo
Barrachina, quien denuncia ante el juez de la Comunidad de aldeas de Teruel a su
esposa Juana Monpon, diciendo que entre ellos fue contratado matrimonio “copula
carnale consumatum” y que por ello le debía guardar castidad y lealtad como marido
suyo que era, pero “por el espíritu del diablo” Juana había cometido adulterio con
muchos hombres de Sarrión, y señaladamente con Pascual Domingo, menor, clérigo
y párroco del pueblo, con el cual la dicha Juana fue encontrada por los jurados y
hombres de Sarrión de noche, “solo con sola” dentro de las casas de su marido.
Y “fueron vistos y trobados ensemble” y de allí sacaron los dichos hombres al
párroco y a Juana. Él en un descuido huyó, mientras que ella fue apresada. “Vieron
el lecho dentro de las dichas casas y demostrábase evidentemente que en aquel
habían yacido dos personas mayores”. Esto había sido posible porque el marido
denunciante solía ir por las noches fuera del pueblo a guardar ganado, y en otras
ocasiones ya habían aprovechado ellos para cometer el crimen del adulterio, por
muchas personas visto, puesto que incluso de día muchos otros hombres entraban
en la casa para yacer con Juana, para “faular et tocarse deshonestamente et encara
besarse”, siendo público y notorio en el pueblo que era “mujer de mala fama” que
“no temía a Dios ni a los oficiales reales”, autora de “muchos hurtos, vicios y delitos”,
según muchas y fidedignas personas lo testificaron42.
Las crónicas, la poesía y los relatos literarios constituyen otra de las vías
directas de información. El tema del amor cortés, característico de los siglos XII y
XIII, desempeña un relevante papel en el escenario medieval, un amor platónico por
el que el hombre rendía culto a la mujer de la que se había enamorado; el caballero
se empeñaba en ser merecedor de la dama, elevada a una imagen mítica que la
hacía inaccesible. Pero este amor sólo podía vivirse fuera del matrimonio, pues no
sobreviviría a la rutina diaria, y pronto encontró la oposición de la Iglesia. También
los cancioneros musicales y los romanceros de los siglos medievales reflejan muy
bien la concepción que se tenía de la sexualidad por parte del pueblo llano.
42. Archivo Notarial de Mora de Rubielos, Protocolo Notarial del siglo XV, notario Gil Abat, Sign. 612/2,
sin foliar.
4. CONCLUSIONES