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Las manifestaciones y las secuelas después del acto

Las protestas sociales suponen de enunciarse públicamente sobre un tema para expresar su
posición u obtener reconocimiento sobre el mismo, por ello se manejan con recursos que les
proporcione mayor “publicidad” o pronunciamiento haciendo que la sociedad tenga mayor
conocimiento, sin embargo muchas de las manifestaciones llegan a rebasar el límite de
expresionismo disciplinado o acertado socialmente, provocando cierto tipo de daño al
patrimonio del lugar donde se lleva a cabo dicha manifestación. El daño como forma de
protesta o expresión generalmente no es tolerado si se realiza sin motivo aparente, es por ello
que no llega a ser justificado social y culturalmente por aquellos que adoptan la posición
contraria al manifestante o solamente son “público“ además, al exigir reconocimiento de
derechos, identidad y aceptación las manifestaciones se deberían realizar de la mejor manera
(pacífica y educadamente hablando) para alcanzar un impacto más favorable de manera que el
público que tiene una posición diferente de los manifestante llegue a simpatizar o empatizar
con ellos; sin embargo las conductas destructivas o dañinas que llegan a ocasionar los
manifestantes sobre ciertas representaciones tangibles patrimoniales pueden llegar a ser
justificables debido a que se presentan razones aparentes tales como la opresión de ciertas
comunidades o movimientos, exhibido en estatuas mostrando a un líder que significó una
figura importante de cierto período, o monumentos que representan un “patrimonio” cultural
(que tiene un significado de origen e histórico representativo) para la mayoría de la población,
poniendo un ejemplo concreto de ello: en las manifestaciones feministas alrededor del mundo
generalmente se puede observar como parte de las ciudades donde se lleva a cabo las
manifestaciones terminan acogiendo daños a distintas representaciones visuales patrimoniales
como estatuas de personajes que representan al patriarcado, dándose a conocer para la
comunidad feminista como una figura de opresión, sometimiento que privó (en su tiempo) de
derecho esenciales a la mujer; otro ejemplo puede darse en algunas manifestaciones
indígenas, donde llegan a ocasionar daños en edificios y monumentos que representaron
fuerza a los invasores.

Aun así, se debería evitar provocar daños cuando se realizan las manifestaciones ya que al final
seguimos siendo parte de la construcción del patrimonio, además somos quienes continúan
construyendo la cultura para las futuras generaciones, por lo que deberíamos respetar y dar un
mejor ejemplo de manera que las manifestaciones no sean necesarias para expresar una
posición o desconformidad.

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