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CIV 346 – “CONSTRUCCION DE EDIFICIOS I”

TEMA 14-2 – CONSTRUCCION DE COLUMNAS (PARTE 2)

(Viene del Tema 14-1…)

2-2) CONSTRUCCION DEL SOPORTE DEL MOLDE

El molde tiene que quedar fijo en su sitio y resistir toda la faena de trabajo.
Para ello se hace:

 FIJACION DE LA BASE DEL CAJON


Es la primera acción puesto que el lugar establecido para la columna,
perfectamente demarcado debe recibir la base el cajón que a su vez
debe coincidir en forma y dimensiones. Hay dos formas en que los
constructores se aseguran de que una vez asentado el cajón no se
pueda desplazar ni girar:
Marco de madera, uniendo cuatro piezas de 1” de espesor (dos encima
clavadas en las dos de abajo) se construye un marco cuyas
dimensiones interiores sean [(A+e) x (B+e)] donde AxB son las
dimensiones de la columna a encofrar y “e” el espesor de las tablas
perimetrales del cajón (supuestamente uniforme). De esta manera, fijado
el marco en el lugar adecuado sobre la losa de hormigón (generalmente
se clava), el cajón del encofrado de la columna “encajará” exactamente
en su interior, quedando fijo en el sitio.
Zócalo de hormigón, otra forma de fijar la base del cajón es construir
un marco similar al caso anterior pero esta vez con las maderas de canto
(similar a un molde de ladrillos o adobes) de dimensiones interiores AxB
con 2” como altura del molde. Con el marco colocado exactamente
donde debe ser la columna, se coloca una porción de hormigón de modo
que al endurecer quedará un pequeño pedazo de columna de 2” de
altura al cual se llama zócalo. En rededor de este elemento “encajará”
(esta vez por fuera) la base del cajón del encofrado de la columna
quedando fijo en su sitio.

Imágenes que muestran la fijación de la base del cajón: izquierda con un


marco de madera que al mismo tiempo sirve de refuerzo y a la derecha
un zócalo para una columna de sección en “T”

 FIJACION DEL CAJON


Fijada la base, el cajón del encofrado de la columna queda en posición
aproximadamente vertical, solo sostenido por su peso propio. Es
necesario evitar que se incline en cualquiera de las direcciones posibles;
y como la sección es generalmente cuadrada o rectangular se fijará en
las cuatro direcciones, una por cada lado.
Hay tres formas de evitar que el cajón se incline, en todos los casos se
debe incorporar un elemento que contrarreste el empuje lateral
horizontal que por cualquier motivo pueda inclinar el cajón en cualquier
dirección.
Es obvio que habrá que estimar adecuadamente la magnitud de estos
esfuerzos para dimensionar adecuadamente los soportes necesarios,
normalmente se colocan en un solo punto por encima la mitad de la
altura del cajón de la columna puesto que la base ya está fija. A veces
se juzga usar más de un apoyo o refuerzo por cara o lado del cajón
(especialmente en columnas altas, muy voluminosas o con algún riesgo
adicional)
Apuntalamiento, es la forma más común; para controlar las cuatro
direcciones se debe colocar un puntal en cada lado con lo cual el cajón
queda impedido de moverse. Como se sabe un puntal es un apoyo que
trabaja a compresión y para mayor eficiencia y economía es adecuado
usar una inclinación de 45 a 60º en su colocación.
El extremo superior del puntal se puede apoyar y fijar (clavar) en
cualquiera de las costillas laterales del cajón, para evitar que se mueva o
se desplace hacia arriba por efecto de la presión en sentido contrario. El
extremo inferior, si se trabaja a nivel del terreno, se puede fijar
directamente a una estaca empotrada en el suelo o mejorar el caso con
alguna tabla lateral que una ambas piezas para evitar que zafe o se
mueva; otra opción es usar un larguero apoyado en estacas para mejor
oportunidad de proporcionar un apoyo continuo al puntal, fijando su
posición final con una pequeña tabla superior que una a ambos.
Cuando el molde de la columna se fija sobre una losa o superficie de
hormigón, es conveniente prever la forma de apoyo del externo inferior
de los puntales antes del colocado de concreto para tener algún
elemento fijo empotrado para tal fin, el mismo que se puede retirar
fácilmente después. Para ello, durante el vaciado de hormigón de la losa
se suelen empotrar en ella unos pequeños marcos de acero
(imaginemos un arco de fútbol) con algún pedazo de varilla residual de
la obra, de modo que sirva como marco para colocar apoyos de madera
(también de saldos) que se insertan en el hueco formado con la losa y
así tener un apoyo sólido y fijo para los puntales.
Después de vaciada la columna en cuestión se retiran los puntales y pr
consiguiente también las cuñas de madera del apoyo inferior y se
recortan los “arcos” de acero.
Flechado, resulta ser algo más barato que el apuntalamiento puesto que
una “flecha” es una pieza que trabaja a tracción, es decir un tirante y
para esto se usan piezas de madera muy esbeltas y por consiguiente
económicas, a diferencia de los puntales que sufren deformaciones
laterales por compresión en sus extremos si son piezas muy esbeltas.
Será necesario “estirar” cada uno de los lados del cajón para
contrarrestar los esfuerzos en sentido contrario, por lo que se fijan
tirantes en las cuatro caras del cajón para inmovilizarlo. Los extremos de
los tirantes se clavan directamente en las caras laterales del cajón y
para evitar giros del mismo por la asimetría resultante lo mejor es usar
dos tirantes en el mismo lado, fijando sus extremos superiores en las
caras opuestas del cajón. Repitiendo la operación para las cuatro caras
o lados se logrará el equilibrio deseado.
Los extremos inferiores de las flechas pueden clavarse directamente en
estacas fijadas en el suelo cuando se trabaja a nivel del terreno. En
apoyos sobre concreto, se actúa de la misma manera que en el caso de
los puntales, preparando con antelación los soportes de acero
necesarios y provisionales para colocar apoyos temporales de madera
donde fijar las flechas en su extremo inferior. Después del vaciado y
para iniciar el desencofrado se retiran los apoyos de la misma forma
descrita en el caso anterior.
En la primera imagen se ven apoyos en los 4 lados (flechas o puntales)
y en la segunda solo en dos lados (apoyos mixtos)

Apoyos mixtos, si analizamos las columnas que son perimetrales en un


edificio, es decir las que se ubican en los bordes de cada planta y en las
esquinas, no se podrá cumplir con la regla de apuntalar o flechar los
cuatro lados o caras del cajón del encofrado para fijarlo. Los límites del
terreno podrían ser una causa en planta baja o los límites físicos del
edificio otro motivo en los pisos superiores.
Es decir pueden haber impedimentos para colocar puntales o flechas en
las columnas de los lados externos de la construcción. Este problema se
resuelve usando un soporte “mixto” es decir que cumpla las funciones
tanto de puntal (compresión) como de flecha (tracción), de este modo
cada apoyo mixto evitará cualquier desplazamiento tanto “hacia” el
mismo como en sentido contrario de la misma dirección, haciendo
innecesario colocar cualquier tipo de apoyo o soporte en la cara opuesta
del cajón.
De ésta manera evitamos el tener que usar los lados “prohibidos” del
cajón para apoyarlo, ya que podemos resolver el problema usando solo
los lados opuestos. En el caso de columnas de borde será suficiente
colocar un apoyo mixto en el lado opuesto al borde, además de los que
se desee en las caras laterales adyacentes. En las columnas
“esquineras” o de esquina, solo se usarán los apoyos mixtos en los
lados que dan al interior del edificio dejando las que dan al exterior libres
y sin refuerzo alguno.

1) ARMADURAS
Las armaduras de las columnas son genéricamente iguales ya que constan de
barras longitudinales ubicadas y repartidas en el perímetro de la sección, que
quedan finalmente en posición vertical enlazadas por las armaduras
transversales o estribos que resultan en posición horizontal, colocados y
espaciados según se disponga en el plano. Para secciones cuadradas y
rectangulares siempre existirán barras longitudinales en las esquinas de la
sección además de las repartidas en el perímetro de la misma.

Imagen del armado de un estribo simple y varios tipos de estribos de columnas

La armadura transversal o estribo de una columna puede ser simple, es decir


un solo estribo perimetral de forma similar a la columna y dimensiones dadas
por la armadura longitudinal comprendida y por necesidad del recubrimiento
que les debe rodear, o pueden haber varios estribos colocados en diferentes
posiciones de la sección en la que se los coloca. En todos los casos,
debidamente fijados (amarrados o eventualmente soldados) a las armaduras
longitudinales.
Las especificaciones para el cálculo de columnas establecen las cuantías
mínimas (área de acero) que se deben cumplir, los diámetros adecuados que
se escogen para una mejor disposición, el número de barras que se pueden
acomodar por cada lado de la sección en función del diámetro o los diámetros
de las barras y el espacio disponible lo cual a su vez determinará los espacios
mínimos disponibles que determinarán el tamaño máximo de los agregados, las
diferencias tolerables de los diámetros de las barras que se pueden usar, etc.
El constructor debe atenerse exactamente a los planos.

3-1) CONSTRUCCION DE LAS ARMADURAS

El proceso integral del manejo de armaduras comienza en el dimensionamiento


de los planos estructurales ya que un calculista experimentado tomará las
previsiones máximas para elegir y usar en su proyecto los diámetros
adecuados, espaciamientos, longitudes, número de barras y disposición
general que tenga la mejor relación posible con la mayor economía y mejor
rendimiento en la ejecución de la obra.
La planilla exacta y bien planificada de los fierros a utilizarse y el cómputo
adecuado y ordenado del acero permiten planificar y ejecutar óptimamente el
financiamiento, la compra, el transporte, el almacenaje, el cortado, el doblado y
el colocado del acero en la obra y su secuencia, minimizando pérdidas por
pedaceo (retazos que quedan) y complicaciones innecesarias en el proyecto
que retarden y compliquen el trabajo.
 Armado de canastillos, básicamente la construcción de las
armaduras para columnas tiene dos opciones: 1) la fabricación en
banco para después trasladar los canastillos hasta su sitio para su
colocación o 2) el armado en sitio. Para ambos casos es conveniente
que las operaciones de cortado y doblado de piezas ya se hayan
ejecutado previamente para facilitar el armado, que consistirá en
colocar cada pieza en su sitio, en este caso las barras longitudinales
en su sitio rodeadas y fijadas a los estribos para dar forma al
canastillo.

Imagen del armado de canastillos y otros listos para su colocación

Obviamente la fabricación en banco resulta más cómoda, eficiente y


de resultados satisfactorios en la geometría y precisión. El trabajo en
sitio es naturalmente más dificultoso y puede requerir mayores
tiempos de ejecución además de riesgos inherentes, en cuanto a la
calidad final que en ambos casos es exigible y no hay atenuantes.
El problema de la prefabricación es el traslado de las piezas
terminadas a su sitio, lo que en algunos casos puede resultar más
complicado que la hechura y además con riesgos e imprevistos. Las
dimensiones y el peso de los canastillos resultantes puede ser un
factor determinante, así como también la limitación de espacios o
dificultades para su traslado a través de la construcción. El Ingeniero
deberá evaluar bien la situación para su caso para decidir el
procedimiento.
 Colocación de canastillos, si se optó por la prefabricación de los
canastillos, una opción válida es la intermedia de no armarlos en su
propio sitio pero sí en sectores cercanos o adyacentes (si fuera
posible) lo que elimina o alivia el tema de la manipulación y
transporte. Asumiendo que los canastillos ya construidos se los debe
colocar en su lugar empalmando sus barras longitudinales a las
espigas provenientes de la fundación o del tramo que le antecede,
esta operación se ejecuta juntando las piezas correspondientes una
al lado de la otra en toda su longitud compartida y amarándolas
fijamente con alambre negro (o de amarre). También en algunas
obras se pueden soldar.
Empalmadas las barras longitudinales correspondientes solo resta
completar el canastillo en posición perfectamente vertical y fijarlo así.
Si el encofrado ya esta listo en sus tres lados iniciales, (esté colocado
o no ya que si no lo está se lo coloca ahora) usar “galletas” o
separadores para los recubrimientos perimetrales necesarios,
facilitará el “centrado” del canastillo con respecto al cajón que le
rodea.

Colocado de canastillos armados en cajones abiertos de encofrado

Colocado el canastillo se procede a “cerrar” el cajón colocando la


cuarta cara o “tapa” y asegurando todo lo necesario (apoyos, anillos,
etc.) y verificando una vez más la perfecta verticalidad y armonía del
conjunto. Rara vez se permite armar primero el cajón completo e
introducir el canastillo por la parte superior del mismo; esto impedirá
no solo la correcta colocación del canastillo sino el adecuado
empalme necesario con las espigas. Para este caso, si se diera, es
exigible, abrir el cajón en su parte inferior para asegurar un correcto
empalme de barras.
Es necesario aclarar que la sujeción del empalme realizado de esta
manera, es decir con las barras lado a lado fijadas con alambre o
soldadura solo tiene fines constructivos para mantener las barras en
su lugar, ya que estructuralmente el acero trabajará a tracción por la
adherencia con el hormigón (por eso, debe tener la longitud
especificada para garantizar los esfuerzos máximos) y no por la clase
de sujeción del empalme que se realice.
Sin embargo de lo anterior, es necesario también aclarar que la
sujeción constructiva tiene por objeto de mantener y garantizar la
máxima proximidad posible entre los “cabos” que se empalman ya
que en los hechos no existe una colinealidad (a menos que se haga
soldadura especial resistente y a tope) por lo que la excentricidad es
inevitable y por eso se la debe minimizar.
También existe el caso en el que los tramos de una columna
“achican” su sección a medida que suben en un edificio de varios
pisos, lo cual es lógico por la disminución de cargas. Para estas
situaciones de cambio en las secciones transversales de los
canastillos, las espigas para el empalmen se doblan en su base a
objeto de reducir la sección a la que pertenecen para adecuarse a las
nuevas dimensiones. Hecho esto el empalme y restante
procedimiento se realiza normalmente. Claro está que existen
especificaciones que norman estas reducciones de sección.

2) HORMIGONADO

Esta acción para columnas tiene cierto grado de polémica ya que como es
sabido existen normas que restringen las alturas de caída libre del concreto
fresco (generalmente 1,50 m.) por razones de la segregación que se produce
en la mezcla debido al impacto de la misma al chocar contra la base. Al mismo
tiempo hay corrientes que afirman que esto puede no ser aplicable a columnas
especialmente si son esbeltas ya que el espacio en el que caería el hormigón
está confinado en una superficie relativamente chica lo cual supuestamente
impediría la dispersión de algunos elementos del hormigón reduciendo o
evitando las posibilidades o el grado de segregación.
Imagen del vaciado manual de una columna y otra de la colocación a través de
una manguera y grúa (en ambos casos por la parte superior del cajón)

Sin embargo, una regla general en la práctica de la Ingeniería es que ante la


duda se debe elegir siempre el camino más adecuado en favor de la seguridad
y calidad de los trabajos.
En éste caso, en la relación riesgo–beneficio se tiene un costo muy bajo o
insignificante en favor del beneficio, puesto que simplemente habría que abrir
una o más “ventanas”, según los límites máximos que se apliquen para la caída
libre, de modo que durante la colocación no sean excedidos.
En la práctica constructiva es muy sencillo para un carpintero abrir una ventana
en el tablero interior del cajón en el espacio comprendido entre dos costillas.
Como la “pieza” está sujetada por clavos que desde el tablero exterior la
sujetan, simplemente se tiene que aflojar los clavos (si es que ya estuvieran
fijados) aunque es preferible no colocarlos aún por el momento.
Por la abertura creada se introduce el concreto, ya sea con un canal u otro
medio hasta llegar al nivel necesario y luego se “tapa” la abertura fijándola con
sus propios clavos en sus bordes, con lo cual se puede proseguir con el
vaciado de hormigón hasta el siguiente nivel o ventana o en su caso hasta el
final planificado.
En cuanto a la consolidación es aconsejable hacerlo gradualmente de abajo
hacia arriba y por capas ya que el método de vibración por medio de una aguja
vibratoria es el más apropiado por facilidad de introducción de la misma desde
el exterior (o la ventana) por medio de su manguera. Sin embargo, deberán
regularse tanto el espesor de las capas (no más de 40 cms.) al colocarlas y
compactar cada capa antes de colocar la siguiente y garantizar la forma del
vibrado siguiendo las reglas establecidas, por lo que es bueno encargar tal
tarea a una persona informada y responsable.
Terminada la acción del colocado y consolidado, se deja el hormigón en su
proceso de endurecimiento. El desencofrado es posible a las 24 hs. si hubiera
premura pero es más recomendable a las 48. El curado por humedecimiento
externo: lo más estable y prolongado posible en el tiempo.

Imágenes del vibrado del concreto, en el primer caso con un aparato eléctrico y
en el segundo con un motor a combustión

Imágenes del desencofrado de columnas, primer caso: encofrado de madera,


segundo caso: metálico
Imágenes del curado de columnas: primera: clásico “regado” con manguera,
segunda: “forrado” de la columna con paños que se humedecen continuamente

A la izquierda tipos comunes de columnas de madera, a la derecha clásicos


tallados

Imágenes de columnas metálicas

Vistas parciales de encofrado de madera y armaduras de columnas circulares


Columnas terminadas de concreto armado: secciones circulares y cuadradas

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