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LICEO BICENTENARIO

VALLENAR
Departamento de Lenguaje
Prof. Io Reinoso- Pamela Astudillo
1° Medio
Lectura de modelamiento
NOMBRE: ______________________________________CURSO: _________FECHA:__________

Objetivos de Aprendizaje.
Analizar las características y elementos del texto expositivo.

LAS LEYES DE LA ROBÓTICA QUE QUIEREN LOS EXPERTOS EN INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Primera: Un robot no dañará a un ser humano o por inacción, permitirá que un ser humano sufra
daño.

Segunda: Un robot debe obedecer las órdenes de los seres humanos, salvo que esas órdenes
entren en conflicto con la primera ley.

Tercera: Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre
en conflicto con la primera y la segunda ley.

Así rezan las tres leyes de la robótica. Asimov las introdujo por primera vez en una de sus novelas
en 1942. A partir de ahí, todo el universo robot-ficción del científico se sirvió de estas tres leyes
para establecer el marco de las relaciones entre los humanos y las máquinas. El ser humano cre las
máquinas, las dota de lo que se cree el hombre que a él le falta: una capacidad de análisis sin
precedentes y sin interferencia emocional. Pero esa falta de sentimientos puede llevar a los robots
a plantearse la innecesaria intervención de los seres humanos en la vida que ellos controlan. El
factor humano es un factor de fallo, es el eslabón débil de la cadena. No es un padre creador, sino
un error que alcanza su redención en las máquinas. El ser humano lo sabe. Le ha otorgado a su
diseño mecánico el control de todo, incluso la capacidad última de decidir…incluso la capacidad de
autorreplicarse. ¿Para qué es necesario entonces el producto de un azar biológico? Como todo
buen dictador que desea perpetuarse en el poder, las tres leyes de la robótica garantizan, la no
rebelión de la máquina.

Con las tres leyes grabadas en lo más profundo de su cerebro cableado, el robot, ese golem
moderno, no puede llegar jamás a convertirse en Skynet, HAL 9000, replicantes rebeldes o Matrix.
Las máquinas así creadas avanzaban en su pensamiento hasta concluir, como explica Asimov, en la
ley cero: “Un robot no dañará a la humanidad o, por inacción, permitirá qye ka humanidad sufra
daño”, que amplía la idea singular del ser humano a la global de la humanidad. ¿Qué pasaría
entonces si un ser humano amenazará la supervivencia de la humanidad? ¿Lo matarían, entrando
en conflicto con la primera ley?
Una ética para los robots que vienen y los humanos que los crean

En 1942 puede que todo esto pareciera ciencia ficción, pero hoy ya no lo es. El desarrollo
tecnológico, unido al mayor conocimiento de la mente y el cerebro humano, está permitiendo una
convivencia de la bio con lo tecno que ya avanza la posibilidad de máquinas capaces de sentir,
aprender y pensar en sí mismas. La neurociencia es la nueva revolución. En ese punto es donde
comienzan habitualmente los argumentos apocalípticos de la ficción literaria y televisiva, pero la
ciencia no quiere llegar a un punto en que la humanidad deba esconderse del eficaz exterminio del
robot.

Hace unos años, en 2011, la comunidad científica establecía una serie de principios éticos por los
que debían regirse no las máquinas, sino los humanos que intervienen actualmente en el diseño y
creación de robots. Y es que por mucho poder que se le otorgue a una máquina, el último y primer
responsable de ella es, siempre, el ser humano que la crea y programa. Sin embargo, ya existen
cosas que rozan el límite de esos cinco principios: no diseñar robots exclusiva o fundamentalmente
para matar o dañar humanos; los humanos y no los robots son los responsables de lo que hagan
los robots; los robots deben diseñarse para garantizar su protección y seguridad; los robots son
objetos, y como tales no se deben diseñar para aprovecharse de usuarios vulnerables generando
dependencia o respuestas emocionales; por último, que sea posible identificar al responsable legal
de la máquina.

La preocupación no ha cesado. Al contrario. Expertos de todo el mundo en inteligencia artificial


acaban de sellar, en forma de carta abierta publicada por la revista Future of Life Institute, un pacto
para garantizar la seguridad de los humanos frente a la próxima y generalizada convivencia con
creaciones robóticas de todo tipo. Aunque parezca que estamos lejos de que un gran cerebro
electrónico tome conciencia de si mismo y, como consecuencia idee un plan para esclavizar o
exterminar a la humanidad, no está de más ir sentando las bases para evitarlo.

Gordillo, F. (enero de 2015) Las leyes de la robótica que quieren los expertos en inteligencia
artificial.

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