Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
JUVENTUD Y ADOLESCENCIA, Cuando La Pasión Despierta.
JUVENTUD Y ADOLESCENCIA, Cuando La Pasión Despierta.
Lo hemos dicho muchas veces, adolescencia no es una mala etapa de la cual los muchachos
tienen que salir pronto. La edad que comienza con la pubertad a los trece años, es el umbral
que cruzan nuestros hijos hacia el emocionante camino de su madurez física, emocional y
mental.
Despierta en ellos la pasión del descubrir su identidad plena, y es por lo tanto, una transición
muy crítica de su infancia a la vida adulta. Conviene que revisemos con atención algunos de
los aspectos mas sobresalientes que caracterizan a los adolescentes, ya que en un sentido
general, podremos ser más capaces como padres y mentores de entenderlos y guiarlos en
ésta su aventura por la vida.
Algunos estudios de psicólogos cristianos identifican con claridad seis necesidades básicas
de los adolescentes en su paso hacia la vida adulta:
Ser reconocido como una persona valiosa es una necesidad profunda de cada ser humano.
Durante la infancia, los niños no cuestionan la imagen que tienen de sí mismos, no existe
ninguna necesidad de hacerlo. Pero al llegar a la pubertad surge una gran pregunta: ¿Quién
soy?
“Cuando un adolescente no puede satisfacer una necesidad, muchas veces lo vemos
ponerse inquieto y tenso. Pronto buscará algún escape que le permita buscar su estado
interior de desequilibrio. Si nuestro adolescente teme pasar inadvertido, buscará llamar la
atención de sus compañeros, familiares, profesores, etc. Si está sobreprotegido, buscará
independencia. En la medida en la que una necesidad es satisfecha adecuadamente se
establece un temporal estado de equilibrio. Si algún chico se siente elegido por el grupo,
tomará un descanso en su necesidad de buscar aprobación.”
Lucas Leys, Adolescentes: cómo trabajar con ellos sin morir en el intento. Certeza
Durante ésta crucial etapa, los adolescentes inician una exploración que es decisiva para el
resto de sus vidas. Cada padre y madre, pastor, líder y mentor debemos saber esto con la
mayor información posible. La mayoría de las veces no estamos capacitados para enfrentar
esta etapa con nuestros hijos. Si a esto le sumamos que hoy en día los padres están cada vez
mas “ocupados” y distantes de los hijos, no es extraño que los jóvenes estén encontrando
su identificación con los más extraños y a veces nocivos modelos que miran en televisión, en
el cine, en la música, en la escuela y en la calle.
1. La búsqueda de Identidad
(Una Individualidad Sana o por el contrario, Alienación)
2. La búsqueda de Pertenencia
(Vida en Comunidad o por el contrario, Enajenación)
3. La búsqueda de Significado.
(Propósito en la Vida contra Falta de sentido)
4. La búsqueda de Realización.
(Esperanza contra Frustración)
Estas son cuatro áreas básicas que proveen el fundamento sobre el cual nosotros edificamos
nuestra perspectiva de vida.
Los padres suelen cometer el error de confundir diferencias de opinión con rebeldía. Es
importante escuchar sus opiniones con paciencia, antes de que ellos pierdan la confianza
para abrir su corazón y compartir sus ideas y sentimientos. La meta es descubrir que hay
detrás de lo que dicen. Que es lo que realmente está detrás de sus acciones y palabras,
descubrir el lenguaje de su corazón.
Llegará el momento en que los adolescentes prefieran hablar con sus amigos más que con
sus padres. Están buscando su propia identidad mediante la identificación y la
diferenciación. Esto no debe alarmarnos para levantar contra ellos reclamos y acusaciones,
es en éste momento cuando más necesitan nuestra atención y aprobación.
Es tan crítica esta etapa de la vida, precisamente porque aumenta en ellos la necesidad de
aprobación de los padres. Y es aquí cuando la percepción de dichos padres se distorsiona a
causa de la reacción tan impredecible de los hijos. Ellos entran en un proceso emocional muy
confuso que puede llevarlos a descalificar a sus padres por el hecho de no sentirse
aceptados.
Ante esto, lo natural es que empiecen a buscar otros modelos espejos donde mirarse, donde
encontrar reconocimiento y aprobación para seguir consolidando la propia identidad. Estos
nuevos “modelos” puede ser un grupo en la escuela, en el barrio, en la iglesia, o donde ellos
se sientan aceptados. Aunque para esto tengan que adoptar una vestimenta, usar cierto
lenguaje o hábitos, usar drogas o cometer delitos. Todo por la incesante búsqueda de
aprobación y significado personal.
Por ésta razón es tan fuerte en ellos la influencia de una moda ó la última “onda” que se usa
entre sus iguales. Ellos buscan satisfacer el estándar. Se visten, no con lo que les gusta, sino
con aquello que piensan les va a agradar a los demás. ¿Porqué? Por una muy sencilla razón:
Aceptación. Si en casa no la encuentran, la buscarán en cualquier otro lugar.
El gran error que cometemos en el hogar, en la iglesia y en la escuela, es que al parecer nos
preocupa mucho más los síntomas exteriores y las apariencias de éste crucial proceso. Lo
que importa a la opinión pública, a los padres, a los maestros y a la iglesia es el
comportamiento visible de los adolescentes, más que las vivencias y las presiones que
sufren.
El engaño es fácil. Si amar es sentir ¿Qué problema hay en tener relaciones sexuales fuera del
matrimonio? ¿Qué clase de prejuicios religiosos pueden impedir que ambos “gocen” de la
vida si realmente lo “sienten”?
Se empieza por un intercambio desprejuiciado de besos y caricias solo por el hecho de
gustarse (comportamiento promocionado abundantemente por los programas y películas
dirigidos a los adolescentes) y, si todo va bien y lo siguen “sintiendo”, se ponen de novios y
piensan que las relaciones sexuales ya están resguardadas por el “vínculo de amor”.
Cuando la Palabra de Dios nos instruye: “Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la
tierra, y te apacentarás de la verdad.” ¿Cómo debemos transmitir a nuestros hijos la
convicción de anclar su identidad a la verdad de Dios y no a los valores temporales de éste
mundo? Recordemos la hermosa declaración de Juan 2:17 “ Y el mundo pasa, y sus deseos;
pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”
Los valores de éste mundo son temporales y dañinos. Pero debemos aceptar que los
presenta en un empaque muy llamativo y apetitoso para los sentidos. Este asedio satánico
tiene por objetivo cautivar el corazón de nuestros hijos, quiere los oídos de ésta generación.
Y para esto utiliza toda la creatividad posible, toda la tecnología al alcance y el más absoluto
derroche económico que jamás hayamos visto.
Pareciera de pronto que Dios está en desventaja. El mundo está tan atractivo y Dios parece
tan aburrido y fuera de onda. ¿Cómo les mostramos a nuestros hijos el valor de la “perla
preciosa” (Mat.13:46) de modo que ellos se sientan atraídos hacia los brazos del Señor?