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Hace unos años nos embarcamos en este viaje llamado Universidad, llenos de ilusiones y sueños,

y empezamos a andar, como los astros que nunca se detienen, con la mirada fija en el horizonte,
con la esperanza de llegar a este día… y hoy, con satisfacción podemos decir que hemos logrado
llegar a esta primera meta, apenas un peldaño más, nos toca perseverar y sacar todo nuestro
potencial para lograr alcanzar la siguiente meta, la graduación como abogados y notarios,
profesionales en el apasionante mundo del Derecho.

En este viaje, descubrimos una nueva casa, nuestra casa: Universidad Mariano Gálvez de
Guatemala, con total orgullo podemos decir nuestra alma máter. ¡¿Y qué sería de este viaje sin
verdaderos guías?! Gracias a nuestros catedráticos que han promovido un verdadero aprendizaje
significativo en nuestras vidas, que con ahínco, creatividad y responsabilidad lograron prepararnos
en las distintas ramas del derecho. Pero sobre todo un agradecimiento a nuestros héroes
anónimos, director del campus, coordinador de facultad, oficiales, secretarias, conserjes y todo el
personal que labora en esta universidad… que ante la emergencia sanitaria provocada por el
Covid19 no desmayaron y buscaron una metodología alterna en beneficio de nuestra formación
académica; un sistema híbrido que permitió adentrarnos aún más en el aprovechamiento de las
TIC’s.

Nuestro corazón está lleno de gratitud: a Dios por permitirnos convivir y coincidir, a nuestros
padres que nunca nos han dejado solos, a nuestros cónyuges que siempre nos han apoyado, a
nuestros hijos que comprendieron que en más de una ocasión no pudimos jugar un momento más
por la necesidad de entregar un ensayo científico.

¿Y qué hubiera sido de esta aventura sin verdaderos cómplices? Gracias compañeros de clase, se
convirtieron en amigos y confidentes, el rostro de cada uno quedará impregnado en el libro de
esta historia. Cada uno tiene la misión de demostrar con acciones los valores que nos inculcaron
en esta universidad y de construir una Guatemala más justa y libre.

Recuerden amigos, a la cima no se llega superando a los demás, sino superándonos a nosotros
mismos.

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