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ISSN: 2007-9648

Número 23, Año 12


enero-junio 2023
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA, A. C.
Luis Arriaga Valenzuela, S. J. • Rector
Alejandro Anaya Muñoz • Vicerrector Académico
Rosalinda Martiń ez Jaimes • Directora de Publicaciones
Luis Javier Cuesta Hernández • Director de la División de Humanidades y Comunicación
Alberto Soto Cortés • Director del Departamento de Arte
Valeria Sánchez Michel • Directora
Clara Stern Rodriǵ uez • Coordinadora Editorial

COMITÉ EDITORIAL
Verónica Ahumada Chávez, Directora General Adjunta de Promoción Cultural de la Cultura,
Secretaría de Relaciones Exteriores / México
Karen Cordero Reiman, Historiadora del arte y curadora independiente / México
Alfonso Miranda Márquez, Museo Soumaya / México
Luis Rius Caso, cenidiap / México
Alberto Ruy Sánchez, Editorial Artes de México / México
Juan Carlos Valdez Marín, sinafo / México

Jorge Cañizares-Esguerra, Universidad de Texas / Estados Unidos


Stefano Cracolici, Universidad de Durham / Escocia
Benito Navarrete, Universidad de Alcalá de Henares / España
Jorge Rivas, Denver Art Museum / Estados Unidos
Alena Robin, Universidad Western Ontario / Canadá
Mario Sartor, Universidad de Udine / Italia
Martina Vinatea, Universidad del Pacifí co / Perú

CONSEJO DE REDACCIÓN
Ariel Arnal
Sara Gabriela Baz Sánchez
Luis Javier Cuesta Hernández
Mariá Luisa Durán y Casahonda Torack
Olga Mariá Rodriǵ uez Bolufé
Valeria Sánchez Michel
Alberto Soto Cortés
Ana María Torres Arroyo

Diseño de logotipo: José Antonio Garrido Suárez


Imagen de portada: León Muñoz Santini

NIERIKA. Revista de Arte Ibero Nierika, Año 12, Núm. 23, enero-junio de 2023, es una publicación electrónica
semestral editada por la Universidad Iberoamericana, A. C. Domicilio de la publicación: Departamento de Arte de la
Universidad Iberoamericana. Prol. Paseo de la Reforma 880, col. Lomas de Santa Fe, C. P. 01219, Ciudad de México,
tel. (55) 5950-4919, nierika.ibero.mx, www.uia.mx/publicaciones, revista.arte@ibero.mx. Directora: Valeria Sánchez
Michel. Editora: Clara Stern Rodrig ́ uez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2016-022316380100-203,
ISSN: 2007-9648, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable del diseño web y
actualizaciones: Dirección de Publicaciones de la Universidad Iberoamericana. Prol. Paseo de la Reforma 880, col.
Lomas de Santa Fe, C. P. 01219, Ciudad de México, tel. (55) 5950-4000, fecha de la última modificación: 5 de enero
de 2023. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación.
El material de esta revista puede ser reproducido sin autorización para su uso personal o en el aula de clases, siempre
y cuando se mencione como fuente el artić ulo, su autor y a Revista de Arte Ibero Nierika. Éste es un artić ulo Open
Access bajo la licencia CC BY-NC-ND. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Índice
Año 12 / Número 23 / Year 12 / Number 23
enero-junio 2023 / January-June 2023
NÚMERO DEL DÉCIMO ANIVERSARIO
10th Anniversary Issue

Nota editorial / Editorial Statement 6


Alberto Soto Cortés

Presentación / Presentation 8
Valeria Sánchez Michel

Artículos / Papers

Neomural Seguimos. Representación de la resistencia social en 17


Chile
Neomural Seguimos. Representation of Social Resistance in Chile
Nuri Sarai Valdez Cruz

Manon a tres caras. Aproximaciones visuales desde las 57


masculinidades y las feminidades
Three Perspectives of Manon. Visual Approaches from Masculinities and
Femininities
María Sicarú Vásquez Orozco y Alonso Mauricio Ortega Moctezuma

Bailarines. Identidades disruptivas en construcción 90


Male Dancers. Disruptive Identities Under Construction
Andrea Margarita Tortajada Quiroz

Las aguas y el mar. Meditaciones sobre su representación en el 118


pensamiento mesoamericano
Waters and the Sea. Meditations on their Representation in Mesoamerican
Thought
Clementina Lisi Battcock

El aire envenenado de la bella Tenochtitlan. Impresiones de servicios 156


públicos en La Patria Ilustrada
The Poisoned Air of Beautiful Tenochtitlan. Impressions of Public Services in La
Patria Ilustrada
Fabiola Hernández Flores
Comunidad / Community

Fotografía, cuerpo y masculinidades en el arte contemporáneo del 197


Caribe
Photography, Body, and Masculinities in Contemporary Caribbean Art
Kirenia Rodríguez Puerto

Mujeres artistas. Una afrenta dedicada al sistema del arte 205


Women Artists. An Affront Dedicated to the Art System
Rosalinda Ortega Márquez

Visiones ininteligibles. El poder de la ‘no clasificación’ en las artes 222


Unintelligible Visions. The Power of ‘The Unclassified’ in Art
Angela Isabel Campos Petit de Murat

Julio Ruelas y la dominación simbólica femenina 237


Julio Ruelas and Symbolic Female Domination
Valeria Parra Moranchel

Documentos / Documents

De sur a norte. Una perspectiva migratoria a partir de la gráfica 253


contemporánea
From South to North. A Migratory Perspective from Contemporary Graphics
Marisol Rojas Oliveros

Fragmentos panorámicos. Las hojas de contacto de Mariana 263


Yampolsky
Panoramic Fragments. Mariana Yampolksy’s Contact Sheets
Valeria Sánchez Michel y Claudia González Rodríguez

Entrevista / Interview

Imágenes latentes. Mariana Yampolsky ante los ojos de Alicia 278


Ahumada y David Maawad
Latent Images. Mariana Yampolsky Through the Eyes of Alicia Ahumada and
David Maawad
Rebeca Monroy Nasr
Reseñas / Reviews

Sobre Mijaíl Lifschitz. El arte y la ideología. 323


Traducido por Víctor Antonio Carrión. Quito: Edithor, 2018
About Mijaíl Lifschitz. El arte y la ideología.
Translated by Víctor Antonio Carrión. Quito: Edithor, 2018
Ángel Chávez-Mancilla

¿Bellas Artes dejando atrás el concepto de “artes mayores”? 333


The Beaux Arts Leaving Behind the Concept of “Major Arts”?
Daniela Okie Vergara

Sobre Itala Schmelz. Codigofagia: cine mexicano y ciencia ficción. 343


Ciudad de México: akal, 2022
About Itala Schmelz. Codigofagia: cine mexicano y ciencia ficción. Mexico City:
akal, 2022
Sara Gabriela Baz Sánchez

Sobre Antonio Rubial García. Caminos sin fronteras. Gente en Nueva 351
España al inicio de la era global. Ciudad de México: Editorial Raíces /
Academia Mexicana de la Historia / Universidad Iberoamericana,
2022
About Antonio Rubial García. Caminos sin fronteras. Gente en Nueva España al
inicio de la era global. Mexico City: Editorial Raíces / Academia Mexicana de la
Historia / Universidad Iberoamericana, 2022
Iván Escamilla González
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023
DOI: https://www.doi.org/10.48102/nierika-vi23.623

Nota editorial
Editorial Statement

L a Revista Arte Ibero Nierika cumple 10 años de existencia como vehículo


facilitador entre una extensa comunidad orientada hacia el arte, los estu-
dios sobre el fenómeno artístico, pero también como termómetro de las
preocupaciones y enfoques contemporáneos, aún sobre viejos temas y
problemas.

El cuerpo académico que le dio origen y aquel que hoy en día colabora en
el Departamento de Arte, además del Comité Editorial, Consejo de Redac-
ción y equipo de dirección y edición, ha trabajado para mantener a Nierika
como una propuesta académica pertinente para la divulgación científica, la
conformación de comunidades de conocimiento y el fortalecimiento de re-
des internacionales. Los estrictos procedimientos de recepción, dictamen
doble ciego, obtención de derechos y edición, brindan confianza en los
contenidos y garantizan que los debates, propuestas, hallazgos y críticas
publicadas estén a la vanguardia.

Mediante Nierika y las actividades de extensión editorial (canal de strea-


ming, presentaciones, participación en ferias, encuentros de revistas de
arte, etcétera), se facilita la vinculación entre la comunidad científica y el
público interesado en la expansión de los saberes. Este décimo aniversario
se suma al septuagésimo de la constitución del Departamento de Arte y el
octogésimo de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.

6 Alberto Soto Cortés


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Hoy aspiramos a ser más que una revista especializada en el espectro


cultural y el arte. Buscamos robustecer las tareas de escritura, la coopera-
ción académica y el diálogo entre personas, instituciones y colectividades.
Queremos ser, también, un espacio para la formación de nuevas genera-
ciones de editoras y editores a través de un programa de becarios que
aprenden, haciendo, diferentes tareas de gestión en el ámbito editorial.

Alberto Soto Cortés


Director del Departamento de Arte

Nota editorial 7
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023
DOI: https://www.doi.org/10.48102/nierika-vi23.624

Presentación
Presentation

Valeria Sánchez Michel

Esta revista está de fiesta: cumple 10 años de salir a la luz cada semestre de
forma ininterrumpida. Nierika nació como una publicación digital moderna,
de acceso libre, consciente de la importancia de difundir investigaciones
inéditas y de alta calidad académica, y diseñada para incluir entrevistas,
documentos y textos no arbitrados pero que aportan a la crítica y a la re-
flexión del arte y la cultura visual. Además, desde su primer número se
concibió para ser multilingüe e incluyó textos en inglés.

La misión que se trazó desde su origen al concebir a Nierika como un foro


académico que reflejara y estimulara el debate y los estudios del arte a
nivel nacional e internacional es algo que se ha mantenido. El trabajo y el
compromiso de quienes estuvieron al frente del proyecto han hecho posi-
ble que Nierika llegue ahora al número 23. Los 15 primeros números fue-
ron dirigidos por Dina Comisarenco Mirkin: en ellos podemos encontrar
temas que estaban a la vanguardia historiográfica como la perspectiva de
género en los estudios de arte, la interseccionalidad, la teoría crítica o la
intermedialidad en el arte, por mencionar algunos. Al mismo tiempo, desde
la revista también se contribuyó a dar visibilidad y aportar a las líneas de
investigación del Departamento de Arte: Arte y educación (núms. 6 y 18),
Arte mexicano (núms. 1, 4, 17) y Cultura visual e imaginarios globales
(núms. 3, 5, 13, 15).1

1
Todos los números de la revista pueden consultarse en: https://nierika.ibero.mx/index.
php/nierika/issue/archive.

8 Valeria Sánchez Michel


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Los números 16 y 17 fueron dirigidos por Ivonne Lonna Olvera, quien pro-
movió y logró un cambio de imagen e identidad de la revista. En este pe-
riodo la publicación cambió de nombre a Revista Arte Ibero Nierika y buscó
una renovación en su formato. El logo y el diseño de portada que tiene
desde el número 17 se debe a la propuesta y visión del reconocido ilustra-
dor y diseñador mexicano Alejandro Magallanes.

Desde 2020 la responsabilidad y el trabajo por hacer posible la publicación


de Nierika ha sido un camino que he compartido junto a Clara Stern. Nues-
tro compromiso es mantener el legado encomendado y, al mismo tiempo,
contribuir a la consolidación de la revista. Durante este periodo hemos lo-
grado la migración a la plataforma de los Open Journal Systems (conoci-
dos como ojs), con lo cual los procesos de edición y el seguimiento a cada
texto recibido se realiza de forma eficiente y bajo los mismos estándares.
Al mismo tiempo, gracias a esta plataforma logramos dar un mejor segui-
miento a la circulación que tenemos y conocer más a fondo a nuestros
lectores.

Si algo hemos buscado Clara Stern y yo durante nuestra gestión es reco-


nocer que la difusión forma parte del proceso de la propia revista. Nuestra
responsabilidad no termina al momento en que publicamos el número,
sino que hemos dado seguimiento y promovido su circulación. Es en este
sentido que hemos creado Divertimento,2 un espacio en el canal de You-
Tube del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana, en don-
de cada mes abordamos alguno de los temas o de las perspectivas que se
incluyen en cada número.

Celebrar 10 años nos permite volver la vista atrás, reconocer la trayecto-


ria y el papel que la revista ha tenido en la difusión de la investigación en
torno a la historia y los estudios del arte. Ahora toca ver al futuro, conti-
nuar el trabajo y, sobre todo, ser fiel al nombre mismo: Nierika, que pro-

2
Cada uno de los programas que conforman Divertimento están disponibles en: ht-
tps://youtube.com/playlist?list=PLaZRDyaAFIC_zNO6GPziPpRw0s3_V2zvO.

Presentación 9
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

viene del wixárika (o huichol) y significa “don de ver”. Desde la cosmovi-


sión de la cultura huichol el nierika es la mirada que sólo se alcanza
después del proceso ritual. Gracias al nierika se puede conocer aquello
que suele estar oculto. Así, nuestra revista busca presentar los trabajos
que, tras largos caminos recorridos en la investigación, nos permitan
aprender cosas nuevas, comprender y analizar desde nuevos ángulos y
enfoques o revisitar temas y artistas con nuevas miradas. Como escribiera
Dina Comisarenco en la presentación de la revista, el “concepto resulta
evocador y apropiado para una publicación dedicada a los estudios de
arte, que busca, precisamente, ayudarnos a ‘ver’ para tomar conciencia
del papel siempre decisivo, cambiante y vital que ha representado el arte
a través del tiempo”.3

También como parte de las celebraciones convocamos a un concurso


para el logo de aniversario. El estudiante José Antonio Garrido de nuestra
Maestría en Estudios de Arte ganó con una propuesta que consideramos
refleja muy bien lo que el nombre y la revista busca. La propuesta de Ga-
rrido fue plasmar y hacer visible la sonoridad del nombre Nierika. Si el
lector observa cuidadosamente el logo verá algo que asemeja constela-
ciones en cada letra, pero en realidad es el registro de la voz diagramado.
Cada letra contiene la imagen de su sonido al ser pronunciada. En ese
“don de ver” Garrido nos permite contemplar algo que siempre vive en lo
invisible, como la voz, y nos recuerda que está presente y que es necesa-
rio visibilizar incluso aquello que sólo pasa por la palabra. Este número 23
que el lector tiene en sus manos es el primero que no surge de un dossier
sino que reúne artículos de distintas temáticas. Qué mejor manera de con-
memorar 10 años que lograr un número en donde se visibilicen la diversi-
dad de temas y perspectivas que en este momento interesan a quienes se
dedican a los estudios y a la historia del arte. Abre el número un texto que
aborda la importancia de las expresiones gráficas o neomurales que se
realizan en el espacio público, surgidas de un contexto de conflicto social
en Chile en 2019. Nuri Sarai Valdez Cruz nos permite acercarnos a la im-

3
Dina Comisarenco Mirkin, “Presentación”, 4.

10 
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

portancia del arte como un medio de comunicación y de difusión en “Neo-


mural Seguimos. Representación de la resistencia social en Chile”.

La perspectiva de género en los estudios de arte permite voltear al pasado


y al fenómeno artístico con una mirada renovada para comprender y cues-
tionar la forma en que se ha construido la concepción y la visualidad de lo
femenino y lo masculino en las artes. En esta ocasión contamos con un
texto escrito a cuatro manos entre Alonso Mauricio Ortega Moctezuma y
María Sicarú Vásquez Orozco titulado “Manon a tres caras. Aproximacio-
nes visuales desde las masculinidades y las feminidades”, donde hay una
aproximación a las producciones de las artes escénicas (de suyo efímeras)
y analizar dos piezas, una de ópera y otra de ballet, que retoman la obra
literaria L’Histoire du Chevalier des Grieux et de Manon Lescaut, escrita
por Abbé Prevost en 1731.

También desde una perspectiva de género tenemos el texto de Margarita


Tortajada Quiroz quien nos entrega “Bailarines. Identidades disruptivas en
construcción”, un análisis que nos permite complejizar e ir más allá de lo
masculino y lo femenino para plantearnos la diversidad de masculinidades
en un campo como la danza que suele ser considerado femenino. El texto
de Tortajada nos permite valorar esta manifestación artística no sólo como
una práctica sino como proyecto de vida.

Por momentos, al revisar los temas de tesis de maestría y doctorado rela-


cionados con nuestra disciplina en distintas instituciones académicas pare-
ciera que los temas contemporáneos son los que tienen más auge o son
los más socorridos. Pero justo es desde la docencia y desde revistas como
la nuestra en que debemos dar visibilidad a proyectos que voltean al pasa-
do remoto para comprender el arte en otros contextos. La sección arbitrada
de nuestra revista continúa con el texto escrito por Clementina Lisi Batt-
cock, que nos permite reconocer y valorar cómo los estudios de arte nos
permiten analizar la cosmovisión mesoamericana. En “Las aguas y el mar:
meditaciones sobre su representación en el pensamiento mesoamericano”
la autora muestra cómo la representación del agua estaba relacionada con

Presentación 11
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

una idea de frontera, tanto física como simbólica, de los grandes centros
políticos. Battcock nos acerca a un complejo entramado simbólico del agua
en general y del mar en particular, tanto como un espacio clave para su
cosmovisión relacionada con la creación del mundo (en términos religio-
sos) como con una carga pragmática y política como espacio de recursos
naturales y de comercio.

Finalmente, cierra la sección de artículos el texto “El aire envenenado de la


bella Tenochtitlan. Impresiones de servicios públicos en La Patria Ilustrada”
de Fabiola Hernández Flores. La Ciudad de México durante el porfiriato se
convirtió en la imagen de la modernidad y el progreso. Sin embargo, la au-
tora nos permite complejizar en esa imagen al analizar las ilustraciones y
grabados incluidos en la publicación decimonónica dirigida por Irineo Paz.
Nos muestra cómo la propia ciudad y su representación sirvió para hacer
una crítica a la falta de servicios públicos. Concretamente Hernández Flo-
res nos muestra como el “aire envenenado” que salía de las coladeras era
prueba de la corrupción y falta de ejecución del desagüe tanto del gobierno
como por parte de los inversionistas. El análisis de las imágenes anónimas
pero algunas ya identificadas como obras de José María Villasana, Santiago
Hernández y José Guadalupe Posada permiten complejizar el discurso que
brindaba el semanario, que si bien estaba financiado por el gobierno y ha
sido reconocido como un medio alineado al discurso oficial, nos muestra
Hernández que también fue crítico.

Para nuestra sección de Comunidad lanzamos una convocatoria que


buscaba reunir textos de reflexión sobre la “Sexualidad e identidad en el
arte”. Entre las preguntas detonantes que lanzamos estaban: ¿Cómo
influye la sexualidad en el arte? ¿Cuál es el vínculo entre identidad y se-
xualidad? ¿Cómo expresa el arte esta relación? ¿Cómo se ha represen-
tado a lo largo del tiempo la sexualidad en el arte? ¿De qué manera tanto
el arte como la sexualidad subliman la experiencia humana? De las re-
flexiones que recibimos publicamos cuatro textos que se aproximan al
tema desde distintas aristas. Kirenia Rodríguez Puerto reflexiona sobre la
representación de las masculinidades en proyectos de fotografía contem-

12 
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

poránea de artistas cubanos. Rosalinda Ortega Márquez nos permite


cuestionar la forma en que el sistema artístico invisibiliza a las mujeres.
El texto de Angela Isabel Campos Petit de Murat alienta a los lectores a
centrarse en el concepto de lo ininteligible, de lo inclasificable que el arte
puede también transmitir y brindarnos. Finalmente, el último texto de esta
sección —escrito por Valeria Parra Moranchel— analiza la obra de Julio
Ruelas y propone que su producción refleja la dominación simbólica mas-
culina ante la búsqueda por la emancipación sexual, económica y moral
femenina.

En la sección Documentos la artista e investigadora Marisol Rojas Oliveros


nos permite ver en los grabados producidos por Martha Muñoz Aristzábal
cómo se visualiza la experiencia migratoria. El grabado como documento
en donde hay un proceso creativo en estrecha relación con la experiencia
tanto personal como colectiva (o del contexto). Marisol Rojas nos lleva no
sólo a valorar la producción del grabado como una manifestación artística
estética con el potencial reflexivo que puede contener.

El número cierra con dos textos que buscan sumarse a la conmemoración


por el vigésimo aniversario luctuoso de la fotógrafa Mariana Yampolsky,
cuyo acervo fotográfico es resguardado por nuestra Biblioteca Francisco
Xavier Clavigero y que en 2021 fue reconocido por la unesco como patrimo-
nio documental de México. Por un lado, en la sección de Documentos se
publica “Fragmentos panorámicos. Las hojas de contacto de Mariana Yam-
polsky”, un texto que busca tanto reivindicar de manera general la impor-
tancia de las hojas de contacto como aproximarse a la obra de la fotógrafa
a partir de ellas. Por otro lado, tenemos “Imágenes latentes. Mariana Yam-
polsky ante los ojos de Alicia Ahumada y David Maawad” de la investigado-
ra Rebeca Monroy Nasr, un texto que se publica en la sección de Entrevis-
ta y permite acercarnos tanto a la forma en que éstos trabajaron por más
de 20 años como mostrarnos la estrecha relación que tuvieron con la fotó-
grafa. Monroy nos regala un texto entrañable que permite conocer y aqui-
latar la obra de Mariana Yampolsky; al mismo tiempo, recupera una mirada
íntima y cotidiana a la relación de trabajo que tenía con sus impresores y a

Presentación 13
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

la manera en que como equipo lograban el proceso de impresión de sus


imágenes, un trabajo que resalta por su limpieza, por su calidad tonal y por
un trabajo magistral de edición, de revelado y de impresión.

Nierika cumple 10 años y esto no sería posible sin la existencia de los lec-
tores. La razón y el motor del esfuerzo que implica salir cada semestre (en
algo que parece una carrera de obstáculos contra reloj) es precisamente el
que su contenido circule y se difunda. La apuesta por crear este foro fue
precisamente reconocer en las publicaciones periódicas una manera efi-
caz por difundir el conocimiento que se genera a partir de las investigacio-
nes (considerando que los tiempos de publicación de los libros es mucho
más prolongado). La apuesta desde el inicio también fue por cobijar textos
de reflexión y de crítica. Nuestro futuro lo vislumbramos sólo en la medida
en que los lectores se expandan y se conviertan también en autores. Cons-
truir conocimiento es tarea de todos y las páginas de la Revista Arte Ibero
Nierika son el mejor espacio para ello.

14 
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Valeria Sánchez Michel


Es maestra y doctora en Historia por El Colegio de México. Ha realizado
investigaciones históricas y tiene publicaciones sobre la formación de ins-
tituciones y la construcción de la Ciudad Universitaria de la Universidad
Nacional Autónoma de México. Imparte clases a nivel superior sobre
Didáctica de la Historia y Cultura Visual. Desde 2015 es la coordinadora
nacional de la Olimpiada Mexicana de la Historia. Actualmente es profe-
sora-investigadora del Departamento de Arte de la Universidad Ibero-
americana en donde coordina la Maestría en Estudios de Arte y dirige la
Revista Arte Ibero Nierika.

Presentación 15
Nierika 20 - Año 10 - julio-diciembre de 2021

Bailarines
Identidades disruptivas
en construcción

Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Centro Nacional de Investigación,
Documentación e Información de la Danza
Cenidi Danza “José Limón”,
Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, México
http://orcid.org/0000-0003-4368-3756

Male Dancers
Disruptive Identities Under Construction

Recepción: 3 de mayo de 2022


Aceptación: 16 de junio de 2022

90
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023
DOI: https://www.doi.org/10.48102/nierika-vi23.576

Resumen
En Occidente la danza escénica es una práctica considerada femenina y
contraria a las masculinidades hegemónicas. Por tal razón, los bailarines
varones se ven obligados a superar obstáculos culturales, políticos, econó-
micos y sociales para realizar su labor, y han construido y representado
masculinidades alternativas. De esta manera, en la arena social las luchas
no se reducen a “lo femenino” y “lo masculino” enfrentados sino que, como
se estudia en este texto, también a las masculinidades diversas que bus-
can expresarse. Muchas veces, incluso, el término de masculinidades ni
siquiera se aproxima a la identidad con la que se reconocen las personas
que son consideradas biológica y socialmente hombres, pues plantean gé-
neros alternativos y disidentes que rompen con el binarismo sexo-genérico
generalizado, y los exploran y representan en una gran diversidad de for-
mas dancísticas. Aquí se retoman testimonios de creadores escénicos que
viven ese proceso artístico y político.

Palabras clave
Bailarines, danza escénica, masculinidades hegemónicas, géneros dan-
císticos alternativos, identidades disidentes

Abstract
In the West stage dance is considered to be a feminine practice that goes
contrary to hegemonic masculinities. Male dancers are thus forced to over-
come cultural, political, economic, and social obstacles by constructing and
representing alternative masculinities. As such, in the social arena, strug-
gles are not reduced to a conflict between the “feminine” and the “masculi-
ne” but, as studied in this text, to the expression of diverse masculinities.
Oftentimes, even the term “masculinities” does not come close to the iden-
tity with which those who see themselves as men, both biologically and
socially, identify with. Instead, they propose alternative and dissident gen-
ders that break with the generalized sex-gender binarism, and explore and
represent them in a great diversity of dance forms. Testimonies of perfor-
ming creatives who live this artistic and political process are taken up here.

Keywords
Male dancers, stage dance, hegemonic masculinities, alternative dance
genres, dissident identities

Bailarines 91
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Introducción

L a danza es un arte y una profesión con la dignidad de cualquier otra prácti-


ca y actividad productiva lícita y de aporte social. Sin embargo, en la socie-
dad mexicana (y muchas otras) los bailarines varones se ven obligados a
superar obstáculos culturales, políticos, económicos y sociales para reali-
zar su labor porque disiente de las masculinidades hegemónicas, las cua-
les están fincadas en estereotipos y “repetición indefinida”.1

La identidad masculina y su estereotipo tienen como referente a las mas-


culinidades hegemónicas, que son “parte de la cultura pública [y de] repre-
sentación colectiva”, 2 aunque intersecte con circunstancias sociales y cul-
turales como clase, ciclo de vida, escolaridad, etnia, religión, actividad
productiva, nacionalidad, discapacidades, etc., que cruzan a los hombres
concretos. De tal manera que la identidad masculina está en permanente
construcción, confrontándose con la sociedad a partir de las dinámicas
relacionales y las experiencias individuales y cotidianas de los sujetos;
se significa y resignifica de modo constante (y a veces contradictorio) “en
función de la trama de relaciones que se establecen consigo mismo, con
los otros [otras/es] y con la sociedad”.3 Ser “todo un hombre”, de acuerdo
con las masculinidades hegemónicas, implica vivir una posición de poder y
privilegio que, a su vez, exige obligaciones como la validación constante
de su virilidad y la competencia con los otros hombres, quienes están suje-
tos a los “juegos” de guerra creados artificialmente y asignados socialmente.

Es así que en la arena social las luchas no se reducen a “lo femenino” y “lo
masculino” enfrentados sino, en este caso, a las masculinidades diversas4
que buscan expresarse, cruzadas por una multiplicidad de realidades. Mu-
chas veces, incluso, el término de masculinidades ni siquiera se aproxima

1
Pierre Bourdieu, “La dominación masculina”, 12.
2
David Gilmore, Hacerse hombre. Concepciones culturales de la masculinidad, 18.
3
Alfonso Hernández Rodríguez, “Masculinidad ¿poder o dolor?”, 65.
4
Nombradas como masculinidades marginales, masculinidades heterodoxas, masculi-
nidades emergentes o masculinidades silenciadas.

92 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

a la identidad con la que se reconocen las personas consideradas biológi-


ca y socialmente hombres, pues plantean géneros alternativos y disidentes
que rompen con el binarismo sexo-genérico generalizado.5

Para ser considerado “un hombre verdadero” hay que cumplir parámetros
establecidos, encarnarlos y repetirlos una y otra vez, en términos sexuales,
estéticos, sociales, económicos y políticos. Hay que observar formas de ves-
timenta, prácticas y usos legítimos del cuerpo, o de lo contrario se está, como
dice Monsiváis, en “peligro” de caer en el deshonor y la desgracia, cometer
“el pecado irremisible: asimilarse a la conducta del género vencido para siem-
pre: las mujeres”,6 las débiles, las inferiores y marginales. A los varones esto
les significa discriminación, burla y violencia en todas las esferas de la vida.

Masculinidades en la danza escénica

Un camino para caer en el “deshonor” es desarrollarse como bailarines7


dentro de la danza escénica, pues existe una falsa identificación de este
arte con el género femenino y, por otro lado (o quizá por ello), implica ca-
rencia de reconocimiento social como práctica y como profesión.

¿Por qué se identifica a la mujer con la danza? Precisamente por la escé-


nica, que implica la construcción disciplinaria del cuerpo según preceptos
de la academia, y cuyo fin es el escenario, es decir, está sustentada en la
mirada y el deseo del otro. No sucede lo mismo, por ejemplo, con la danza

5
Jaime Esquivel, estudiante de la Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campo-
bello del Instituto Nacional de Bellas Artes, en su proyecto de tesis “Presencia masculi-
na. Construcción de la identidad del bailarín de danza contemporánea”, incluso utiliza el
término “masculinidades mejoradas”, en el sentido de estar más apegadas a la realidad
que viven los sujetos y sus identidades, fuera del binarismo sexo-genérico.
6
Carlos Monsiváis, “Los que tenemos unas manos que no nos pertenecen (A propósito
de lo ‘Queer’ y lo ‘Rarito’)”, 12.
7
Me refiero específicamente a los bailarines y no a otros integrantes del campo dancís-
tico (como coreógrafos y directores o artistas de otras áreas que ahí se desarrollan),
pues son los sujetos con menor poder en dicho campo, a pesar de que es el grupo
mayoritario que lo compone.

Bailarines 93
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

tradicional que tiene alto estatus y es una práctica para los varones, debido
a su prestigio y propósito: hablar con los dioses.

La identificación danza-mujer tiene su referente en la arbitraria construc-


ción del género femenino y en procesos culturales e históricos que adjudi-
can valores y circunstancias comunes a ese arte y a las mujeres (el silen-
cio, la sensibilidad, el cuerpo, la irracionalidad, la vulnerabilidad de estar
sobre un foro, el dominio de la mirada sobre ella, la extendida idea de que
es una práctica subalterna, improductiva y propia para débiles). Todo esto
le da un bajo estatus a la danza dentro de las artes: el uso del cuerpo (sin
mediación de instrumentos), su carácter efímero, el énfasis en la aparien-
cia y en el cultivo de la corporalidad (que a diferencia de los deportes,
considerado un “laboratorio de masculinización”,8 no implica, aparente-
mente, combate ni ruptura de “récords”).

Es contrario a la lógica de las masculinidades hegemónicas exponerse a


la mirada del otro. De hecho, como dice Luce Irigaray, “el reinado del
ojo y la mirada” es “esencialmente patriarcal y se refiere en gran medida a
la modalidad masculina de expresar el deseo”, pues “el ojo, más que los
demás sentidos, objetiva y domina; distancia y mantiene la distancia”, res-
tando poder a las relaciones corporales.9 Y en la danza, uno de los senti-
dos primordiales es precisamente el tacto.

Como señala Bourdieu, los “usos legítimos” del cuerpo masculino, aquellos
que establecen el “vínculo entre el falo y el logos”, son “hacer frente, en-
frentar, mirar a la cara, a los ojos, tomar la palabra”,10 y no mostrarse vul-
nerable ante los demás, rompiendo su “estatus no corpóreo, desencarna-
do” del que gozan los hombres. El “yo masculino”, dice Judith Butler, es
como “un alma no corpórea”.11

8
Fernando Chezes Fernández, “¿Qué implica ser bailarín hombre en cuanto a su mas-
culinidad y a su feminidad?”, 218.
9
Luce Irigaray cit. en Oyarzún, “Identidad femenina, genealogía mítica, historia: Las
manos de mamá”, 61.
10
Bourdieu, “La dominación masculina”, 45.
11
Judith Butler, “Variaciones sobre sexo y género: Beauvoir, Witting y Foucault”, 311.

94 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

La falta de prestigio y reconocimiento a esta profesión afecta a todos/as/es


los/as/es sujetos que se desarrollan en el campo de la danza escénica,
pero de manera muy especial a los varones, quienes se ven impedidos a
cumplir su labor de proveedores y protectores (e incluso a sobrevivir), y
tienen que recurrir a todo tipo de estrategias para sostener su vida produc-
tiva y su deseo.12

Otro aspecto más es la preferencia sexual que, independientemente de la


que sea, es considerada “extraña” (homosexual por lo menos), por el he-
cho de que los varones se desarrollan en ese mundo “femenino”.

Sin embargo, la danza escénica reproduce “lo femenino” y “lo masculino”


hegemónicamente concebidos en su hacer. Tanto en el proceso formativo
como sobre el foro, esta danza reproduce los estereotipos de hombres y
mujeres, sus movimientos y conductas culturalmente asignadas, la división
sexual del trabajo y los usos legítimos de sus cuerpos. De tal manera que
a los varones se les demanda dominio, poderío y agresividad, utilizar más
espacio y energía, moverse hacia adelante, mirar de frente.13 Así elaboran
las metáforas e imágenes masculinas, mostrándose como heterosexuales,
como conductores y soportes de la acción, luciendo poder y haciendo uso
de la violencia; lo cual, cuando el cuerpo se vuelve “espectáculo”, es un
mecanismo de protección del cuerpo, y evita que lo alcance la mirada del
deseo y lo convierta en objeto.

Así que también en un mundo supuestamente “femenino” se enarbolan


las masculinidades hegemónicas, siempre en relación con el desarrollo
de una conciencia del cuerpo, sus fronteras y operaciones. Cada género
dancístico tiene sus estrategias para la representación de “lo femenino” y

12
La gran mayoría de los bailarines no vive de bailar, sino de impartir clases y/o realizar
todo tipo de trabajos que pueden ir desde la hojalatería hasta la lectura del Tarot. Véase
Margarita Tortajada, “Estudio comparativo. Voces de estudiantes y bailarines/as profe-
sionales de México. 1ª y 2ª partes”.
13
Ted Polhemus, “Dance, Gender and Culture”, 5.

Bailarines 95
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

“lo masculino”, y también sus disidencias. En el caso de la danza clásica,


que crea movimientos estilizados, bellos y delicados, según las reglas de
la academia, reproduce estereotipos, como sucede en el pas de deux del
ballet romántico. Ahí los contrastes son evidentes: los varones manipulan
a las bailarinas, sus movimientos son más expansivos y agresivos, sus
saltos y giros no requieren soporte, abarcan más espacio en sus despla-
zamientos. Sin embargo se han hecho planteamientos que miran de ma-
nera crítica y burlona esas ideas, cuestionando las masculinidades hege-
mónicas.14

En la danza moderna, que en México estuvo cargada de nacionalismo y


símbolos de mexicanidad, se expresaron las masculinidades hegemóni-
cas, como sucede en la obra cumbre de ese movimiento, Zapata (1953),15
canto al héroe, al hombre, al macho. En la danza contemporánea el cuerpo
ha actuado más explícitamente, incluso en términos de desnudez, y tam-
bién ha hecho planteamientos abiertamente en defensa de la diversidad
sexual.16 En la danza posmoderna, que ha trabajado, evidenciado y cues-
tionado las diferencias de género, aparecen múltiples representaciones y
lenguajes.17

14
Desde el siglo xx existen bailarines y coreógrafos de ballet que han trabajado en este
sentido. Un ejemplo es Nijinsky (véase Tortajada, “Masculinidades alternativas: cons-
trucción en la danza de Nijinsky y Limón”), y desde los años setenta Les Ballets Trocka-
dero de Monte Carlo. En México es importante mencionar al coreógrafo Jorge Cano,
que en 1955 estrenó Fuego muerto, la primera obra con temática homosexual que se
conoce dentro del ballet en el país, y que causó revuelo entre la audiencia y la crítica.
15
Veáse Tortajada Quiroz, “60 años de Zapata, danza y símbolo”.
16
El primer grupo que surgió con esta tendencia fue La Cebra Danza Gay (1995), dirigida
por José Rivera, que se ha mantenido por casi tres décadas reivindicando la diversidad.
17
Hay numerosos ejemplos sobre este aspecto, como la obra Muxe (2007) de Jaime
Razzo, que se vale de la danza butoh para representar al muxe oaxaqueño (véase Tor-
tajada Quiroz, “Muxe: nacionalismo posmoderno y butoh mexicano”), o varias de las
creadas por Miguel Mancillas, director de Antares Danza Contemporánea (véase Torta-
jada Quiroz, “Antares, de danza implacable y colisiones”), o creadores como Lukas
Avendaño y Rodrigo Angoitia (véase Alonso Alarcón, “Masculinidades polimórficas en la
coreografía contemporánea mexicana”), entre otros.

96 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Por su parte, la danza folclórica fundamentalmente reproduce las imáge-


nes predominantes de hombres y mujeres “muy mexicanos”, y apela al
orgullo, la cultura y tradiciones nacionales; generalmente utiliza vestuarios
que protegen más el cuerpo de la mirada del otro, razones por las que los
bailarines gozan de mayor aceptación entre las audiencias. Pero también
ha sido ámbito para reivindicar la diversidad sexual, reflexionar sobre el
significado de ser hombre y plantear otras formas y usos del cuerpo.18

En todos estos géneros dancísticos académicos, así como en sus pro-


puestas ortodoxas y en las innovadoras que cuestionan los estereotipos,
evidentemente también se cruzan concepciones de clase, etnia, aparien-
cia, estética, virtuosismo, prestigio, capacidades físicas y artísticas.

Otros géneros, otros/as/es sujetos/as/es

Además de los géneros dancísticos mencionados, existen otras formas es-


cénicas de la danza que nacieron fuera del medio académico y que muchas
veces son consideradas “frívolas” o “comerciales”. Algunas de ellas provie-
nen de las comunidades LGBTTTIQ+ negras y latinas que se mantenían
apartadas, invisibles, en situación precaria, pero que optaron por usar su
cuerpo y expresividad como un grito. Un grito hecho carne convertido en
danza. Esas formas han migrado a México y se están reelaborando. Aquí
me refiero a la cultura ball19 y al mundo drag,20 pero también al pole dance21

18
La danza folclórica mexicana ha mostrado una gran apertura a la experimentación.
Aquí sólo dos ejemplos: la compañía México de colores, dirigida por Carlos Antúnez,
fundada en 2011, que se vale del humor y el travestismo, y el espectáculo Hablando al
chile de hombre a hombre (2018), dirigido por Juan Carlos Palma, que reflexiona sobre
la identidad masculina en el contexto mexicano.
19
La cultura ball o ballroom (y otros términos semejantes), surgió dentro de las comu-
nidades LGBTQ negras y latinas en el Harlem neoyorquino de los años sesenta. Son
espectáculos y/o concursos en los que se valen del travestismo, y en sus orígenes fue-
ron clandestinos.
20
Pertenece a la cultura ball. Uso del travestismo, realizado principalmente por varones
que exageran rasgos del género contrario, al imitar a personajes del espectáculo o crear
los propios.
21
Surgido a finales del siglo pasado en ciudades europeas. También es llamado danza

Bailarines 97
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

e incluso al burlesque22 (este último con larga y a veces “escandalosa” his-


toria).

Aunque en sus inicios estuvieron apartados del mundo académico, han


sido adoptados y enriquecidos por los bailarines de ese campo, especial-
mente por quienes encontraron un refugio para mostrarse libres de los
estereotipos de la masculinidad exigida por el ballet, la danza moderna,
contemporánea y folclórica. Así lo señalan varios testimonios de bailarines
que se encuentran en la segunda década de su vida, como Giovanni,23
quien afirma que:

El cuerpo no miente y en la escuela de danza no podía mostrarme


“masculino”. Sobre todo las maestras criticaban mi peinado, vesti-
menta, maquillaje; me mandaban a hacer dietas para subir de peso
y ganar volumen muscular. Decían que independientemente de mi
sexualidad debía mostrarme fuerte, viril en el foro, pues sólo así
podría trabajar en una compañía. Me pedían que por lo menos fuera
“más neutral”. Una maestra me sacó de clase un día porque tenía
las uñas pintadas; otra me criticaba porque mi calidad de movimien-
to era demasiado suave, como una mujer; otra que sólo estaba en
la flojera. “Tienes que ser más varonil, si no esto no va a funcionar”,
me decía una maestra. “Los hombres deben ser masculinos y las
mujeres femeninas”, me decía otra.

Yo estaba en crisis y descubrí el burlesque, en donde sí puedo ser


yo. En mi escuela y con mis maestras me hacía falta algo: yo quería
ser libre y mostrar mi sexualidad sin tapujos, y no me lo permitían.

del tubo, pues sobre esa estructura el/la intérprete ejecuta movimientos acrobáticos. En
el caso de los centros nocturnos, especialmente los table dance, los espectáculos están
cargados de erotismo.
22
Arte escénico surgido en el siglo xix en Eur opa, cuyo fin es most r ar diver sos espect á-
culos parodiando situaciones e incluso formas artísticas. A la manera del teatro de varie-
dades, presenta números de magia, malabarismo, canto, danza de diversos géneros,
monólogos o diálogos, música, circo y otros.
23
Tortajada Quiroz, Entrevista con Giovanni Gutiérrez.

98 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Figura 1. LaggiO, octubre de 2021, Instagram @zonacool,


Facebook @queerexotic.

Yo vengo de Veracruz y en realidad había visto burlesque desde el


carnaval del puerto, que es burlesque callejero, así que era algo
familiar para mí. Ahora todo el tiempo creo personajes nuevos, casi
siempre femeninos (me salen mejor). También hago masculinos
(aunque me tengo que esforzar más), pero son míos. Por eso digo
que los movimientos no mienten jamás.

El burlesque es un juego escénico con el público, y mezcla discipli-


nas en el espectáculo. Para hacerlo, tienes que quitarte prejuicios y
burlarte de todo. No se trata de “jotear para el público”, sino dar un

Bailarines 99
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

espectáculo de danza, circo, canto, tocar instrumentos musicales,


hacer imitaciones. Es divertido y siempre hay ideas y movimientos
diferentes para compartir.

Las críticas que recibí en la escuela en realidad me fortalecieron


para el burlesque, porque este medio es duro, exigente, competiti-
vo. Así que aprendí a defenderme y me convertí en LaggiO [La Gío]
(figura 1).

Aunque esa propuesta es en la que se desarrolla, Giovanni mantiene un


entrenamiento en técnicas académicas, pues las considera su base forma-
tiva y le garantizan hacer un trabajo de calidad, pues de lo contrario “termi-
nas haciendo cualquier cosa”. Su entrenamiento no es rutinario, sino en
función de los requerimientos específicos de los montajes y personajes
que interpreta; por ello recurre al ballet, jazz, flamenco, danza contemporá-
nea, folclórica y “lo que se necesite”.

Su espacio de trabajo son las instituciones públicas de difusión de la cultu-


ra de la Ciudad de México y otros estados; imparte clases de burlesque o
de cabaret y da talleres infantiles, en los que ha descubierto que “lxs niñxs
tienen otro rollo y expectativas del mundo”. Además hace coreografía, par-
ticipa en diversos proyectos, baila en “un antro”, domina la danza en taco-
nes (high heels dance) “desde hace diez años” y nunca se ha lesionado
(“me lesioné más en la escuela de danza académica”). Forma parte de un
colectivo de diez personas que se muestra incluyente: a diferencia
de la danza académica y también de los espacios “comerciales”, éste pro-
mueve la participación de todxs: “hombre, mujer, alto, bajo. Un rollo de la
belle epoque”. Muchas veces entran a esos espacios comerciales porque
“te da dinero rápido con videos, televisión, hostess en eventos”, y con esos
ingresos, “puedes hacer lo artístico”.

Aquí en el burlesque hay mucha competencia y mala onda; los bai-


larines son elegidos por lo bonito, blanco, virtuoso, pero te puedes
transformar. En el show te haces drag y te pones hermosa aunque

100 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

seas horrible. Debido a la pandemia hay más solidaridad y compa-


ñerismo. Eso faltaba: un pinche golpe de muerte para valorar lo que
tenemos.

En la sociedad los bailarines son marginales. No tenemos un sindi-


cato como los actores o músicos; no tenemos apoyos sustantivos.
Pero yo tengo una vocación a prueba de hambre: hacer danza por-
que amas hacer danza, la que te guste.

La subcultural del ballroom es otra alternativa. Voguear,24 competir, mostrar-


se, provocar, vivir libremente la sexualidad en la pasarela. Es una forma de
resistencia, pero también una propuesta dancística; es una reafirmación del
yo corpóreo y la manera de romper con concepciones binarias que preten-
den encerrar a los/as/es bailarines/as. Al respecto, Obed declara (figura 2):25

He hecho varias danzas como hip hop, jazz, Broadway, géneros que
me aportan para hacer lo que me gusta y que al público le pueden
fascinar, pero sentí que el vogue se adecuaba a mí, y se ha conver-
tido en la manera de expresarme. Es mi forma de bailar, algo feme-
nina, y con la que he aprendido a contrarrestar la parte masculina.
El vogue me permite hacer la explosión de la peculiaridad de mi
movimiento y hacerlo de forma estética. Lo siento y lo disfruto más
que otras formas.

Sin embargo, no he dejado la formación académica porque me


construye técnicamente, me fortalece e impide que me lesione. La
escuela me aporta la técnica, porque en el vogue todavía hay fallas
en ese aspecto; es muy joven en México. Puede haber riesgos para
el cuerpo si no tienes un buen entrenamiento o conciencia corporal.

24
El vogue o voguing tomó el nombre de la revista de modas del mismo nombre. Re-
produce movimientos y poses de modelos en la pasarela. Su ejecución se ha vuelto
cada vez más demandante y versátil al momento de realizar las competencias de varias
categorías y ante jueces expertos.
25
Quiroz Tortajada, Entrevista con Obed Barrón.

Bailarines 101
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Figura 2. Obed en «Obeja Lova en Máquina Tragamonedas», octubre de 2021.

102 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Son detalles que faltan, pero aun así está bien estructurado y se le
puede añadir lo académico. A mi el ballet y la danza contemporánea
me han dado alineación, trabajo en diferentes niveles, saber cuidar
mi cuerpo; son armas para aplicarse, pero hay que respetar las cua-
lidades del movimiento del vogue. Sobre todo me ha ayudado con la
proyección escénica, que es el factor que más se evalúa en la co-
munidad ballroom.

El vogue nació por la necesidad de mostrar rebeldía y hacerse valer


ante los ojos de los demás. Eso me atrapó. Así lo siento. Las comu-
nidades que crearon el vogue eran reprimidas y han sufrido represa-
lias por ser como son: negros, latinos, trans.

Pertenezco a la comunidad de vogueros porque me identifico con su


historia, y aunque no vivimos en las mismas condiciones de cuando
surgió, seguimos siendo juzgades y tratan de invalidarnos.

He sufrido discriminación por ser bailarín o por ser sujete no binaria,


agénero. Frente a esas normatividades de cómo ser hombre o mu-
jer, en el ballroom he tratado de encontrar un punto medio en mi
género o agénero, y me siento cómode conmigo misme. No he lo-
grado tener la apariencia que deseo, pero sí he descubierto mi iden-
tidad, y validarla. Desde hace tiempo quería expresarme de manera
personal sin tener que cubrir estándares ni las expectativas que los/
as demás tienen de mí. Ahora estoy orgullose. Mi comunidad es la
LGBT, pero sobre todo es la comunidad ballroom, en la que buscan
salirse de la norma y encontrase a sí mismes, expresarse y que el
mundo les respete. Son gente que me entiende y me apoya.

Afirma que fuera de su comunidad sufre de discriminación, pero el colecti-


vo le ha fortalecido y le ha dado las armas para “defenderse”. Ello debido
a que tienen espacios para al diálogo, en donde intercambian opiniones y
debaten sobre su realidad y la del país.

Hemos aprendido a defendernos, a hacer escuchar nuestras voces

Bailarines 103
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

porque somos ciudadanes, pagamos impuestos y somos sujetos de


derecho. Nos tienen que respetar. Legalmente tenemos derechos
como cualquiera.

Soy parte de la House of Loba (como el animal feroz, segura en la


pista, arrasa y es como una “vestida”). No tenemos un espacio fijo,
pero es una comunidad solidaria. También hay mujeres y acogemos
todas las feminidades. Hay diversidad, pero no hombres heterosexua-
les (aunque sí en otras houses, y son respetados).

Hace poco toda mi house nos fuimos a hacer prácticas públicas a


Toluca y hubo gente que nos quiso cuestionar y detener. Teníamos
bocinas y estábamos haciendo las categorías del ballroom (una de
ellas es el vogue). Entonces un policía nos pidió que nos fuéramos
o por lo menos que nos vistiéramos “adecuadamente”, porque mu-
chas señoras se estaban quejando. Le explicamos al policía y a las
señoras lo que hacíamos y los invitamos a platicar. Muchas perso-
nas se acercaron a mirar, grabar, pedir fotos.

En otra práctica pública masiva que hicimos en un espacio de los


brake dancers, uno de ellos llegó y pateó a una chica. Le dijo que no
era el lugar para hacer “esas cosas” porque había niños presentes.
Fue indignante que hubiera recurrido a la violencia.

Hay un antes y un después de conocer a mi comunidad. Muchos


que eran homofóbicos han acabado aceptando otras formas de ex-
presión y de orientación sexual. Aceptan a los demás y se aceptan
a sí mismos. Eso es importante para evitar la violencia. En mi caso,
fui buleado desde la primaria y secundaria porque les parecía que
yo era un niño maricón. Después, en la prepa, por dedicarme a la
danza me señalaron y me dijeron que desperdiciaba mi vida y que
bailar no me iba a dar para comer. Yo no voy a discutir con alguien
a quien no le interesa aprender ni tratar de entender lo que hago. Es
imposible hablar porque imponen juicios antes de preguntar.

104 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Lo que sí es un hecho es que vivir de la danza escénica es difícil.


Las instituciones no respetan la profesión y no pagan lo justo. No
podemos regalar nuestro trabajo. En el vogue se me han abierto
muchas puertas que me han permitido obtener ingresos, aunque no
fijos, pero sí mayores a los de la danza académica. En las prácticas
públicas, además de difundir el vogue se hacen cooperaciones vo-
luntarias, pero también hay demanda de exhibiciones y de clases
(como las que recientemente dimos Las lobas en Pachuca), shows,
comerciales, películas, castings.

Me encuentro en un punto en el que me siento cómode con lo feme-


nino y masculino en mi danza. Me hace sentir bien conmigo misme.
Al explorar los dos lados, más me conozco a mí misme y puedo
expresar quien soy, la persona que quiero ser. Vivo un proceso de
construcción de identidad permanente y hago un trabajo de intros-
pección muy grande. Hay muchas cosas con las que no estoy de
acuerdo con el sexo que se me asignó socialmente. Antes de este
análisis, sabía que yo no estaba mal y no dejé que me afectara, pero
ahora sí soy quien quiero ser.

Para Alexis26 construirse como drag queen ha sido su manera de reafirmar-


se artística y personalmente (figura 3):

Mi personaje es Zymalia, una serpiente endémica de Nueva Guinea


que es exótica, rara, muy deseada por los cazadores y coleccionistas,
y así me siento yo: rara y exótica, lo que quieres tener pero no pue-
des. Hago lipstick [reproducción de una canción sólo con los labios],
pero yo no imito. Me aprendo canciones con base en mi personaje.

El drag es creerte tu personaje, lo que quieres mostrar al público. Mi


show está basado en la danza; utilizo sólo las bases de lo académico
con el fin de mejorar mis posibilidades físicas y expresivas. Me des-

26
Tortajada Quiroz, Entrevista con Alexis Córdoba.

Bailarines 105
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

lindé de la danza académica porque la sentía forzada: en la escuela


o eres hombre o eres mujer; no hay más y a mí me gusta poder fluir
entre ambos géneros, descubrir otras formas de movimiento. En la
escuela los hombres son hombres; no hay otra alternativa y una bus-
ca la manera de desarrollarse y explorar más movimientos. Es un reto
y con el drag he explorado muchas cosas, aunque aplico lo que me
enseñaron en la escuela (postura, respiración, rotación de piernas,
extensiones, giros). Así que la técnica sólo es para fortalecer mi cuer-
po, no para expresarme. La técnica la he desarrollado para lo que yo
quiero hacer.

Además de ballet y contemporáneo, tomé clases de jazz, jazz funk,


hip hop, reguetón, acrobacia, hice vogue; todo lo utilizo en mis co-
reografías, las que son para mí y las que hago para mis bailarines.
Conozco drag queens que jamás han tomado una clase de danza
pero están bailando, y se ve la diferencia en la técnica. Yo sí la uso.

Fuera de la comunidad LGBT sí hay discriminación y el deseo de


sobajar a las personas. Aquí no. Aquí somos lo que somos, pode-
mos ser auténticas. Hemos roto con el pensamiento heteronormati-
vo. Antes me afectaban las críticas, chiflidos, burlas y demás formas
de ataque y discriminación en la calle; como que te llamen joto o
maricón, pero poco a poco las ofensas y el mismo personaje me han
empoderado. Yo lo uso a mi favor. Creo que en el fondo los violentos
quieren hacer lo que yo hago y se detienen por miedo a la crítica.

Sí ha sido difícil, pero ahora estoy en un lugar donde me siento se-


gura, estable, a gusto. No me oculto, no me visto de macho para
evitar las ofensas. Eso sería una forma de reprimirme, de vivir en la
mentira. Mejor asumirlo: sí, soy joto y qué.

Mi familia y amigos me han apoyado mucho, aunque cuando decidí


dedicarme al drag mi mamá pensó que me iba a convertir en teibole-
ra, pero hasta me acompañó a comprar una peluca. Sin embargo,
hay muchos casos de bailarines que son discriminados, corridos de

106 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Figura 3. Matías Alva Hernández, Zymalia, octubre de 2021, Instagram @izan_matias.

Bailarines 107
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sus casas o reciben burlas de sus propios amigos. Eso sólo por de-
dicarse a la danza y no convertirse en abogados o doctores. En el
drag hay muchas historias al respecto; por ejemplo, cuando los vie-
ron vestidos de mujer. Eso no sólo le sucede a los bailarines gays,
sino también a los heterosexuales. A muchos de ellos los siguen ta-
chando de jotos, sólo por dedicarse a la danza. Lo ven en automáti-
co: danza igual a homosexualidad.

Al mundo drag han llegado bailarines de toda la vida de danza con-


temporáneo o de la Compañía Nacional de Danza [del Instituto Na-
cional de Bellas Artes], buscando algo más libre, porque yo creo que
el drag te ayuda a expresarte más plenamente. Con esa formación
académica o sin ella somos artistas, y cada quien expresa lo que
quiere y tiene. Exploramos nuestra feminidad, nos ayudamos, hace-
mos trueque y cada quien aporta algo; nos llamamos hermanas en-
tre dragas, y hay de cualquier género y preferencia sexual. Entre
nosotras nos podemos hacer pedazos, pero si alguien externo quie-
re dañar a una hermana (sobre todo un heterosexual) la defende-
mos y protegemos.

Gracias a la televisión y el cine se ha popularizado el drag. Muchas


veces voy en el metro maquillado, los niños me piden fotos y me
siento bien, pero también está la parte desagradable de las miradas
y burlas. Aprendes a sobrellevarlo, a hacerle frente, ignorarlo. Vale
la pena.

En el drag tenemos trabajo y público. Falta mucho por cubrir en el


país, pues sólo estamos en ciudades grandes. Hay que crecer como
comunidad y desarrollarnos como artistas. En mi caso vivo del drag,
bailo, hago show, hosteo [recibir al público y tomarse fotos con ves-
tuario], es mi trabajo y mi manera de expresarme. He aprendido a
adaptarme a la sociedad, he cambiado de círculo de amigos.

108 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Figura 4. Salvador Fierros, Diego, abril de 2022.

Bailarines 109
Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Un cuarto testimonio lo da Diego,27 quien partió de los deportes a la danza.


Se acercó al mundo del fitness28 cuando era un adolescente y se capacitó
como instructor. Más tarde tomó clases de ballet (“madre de todas las artes
de la danza”, según sus palabras), danza contemporánea, jazz funk, re-
guetón. Todo ello acompañado de su entrenamiento como taekwondoin
(hasta llegar a cinta negra 3º dan), la carrera de diseño gráfico y la maes-
tría en administración de negocios. Toda esa formación lo llevó a estable-
cer su propio estudio y tomar clases que él mismo ofertaba. Uno de ellos
fue el pole dance, que tomó como una práctica deportiva.
Cuando tienes bases y preparación de danza es menos complicado
que haya un progreso en el pole. Es gimnasia en una barra vertical.
Me costó trabajo agarrarle gusto porque es una disciplina que duele,
por los enganches que ocupas en el cuerpo. Andas moreteado toda
la vida.

Tiempo después tomé un taller de exotic pole y me enamoré. El cora-


zón me dijo: “De aquí eres, no lo dejes, no lo sueltes”. Es una varian-
te del pole, pero tiene mucho de tabú. Está asociado a las streappers,
y cuando le dices a la gente que lo practicas o te ven bailar se espan-
tan, porque se centra en la sensualidad y seducción.

Me enamoré de ese estilo porque, como sucede con otros, es una


forma de comunicación y de arte, es una terapia e impactas tanto a
hombres como a mujeres. Hablo sobre todo de ellas porque el traba-
jo que hago desde los 15 años es con mujeres. Y con el exotic pole
las veo desarrollar su sensualidad, autoestima, seguridad, proyec-
ción, hasta al caminar. En mi estudio también hay tres varones; se les
facilitan los ejercicios de fuerza, pero no así la flexibilidad y la línea
estética que se pide. Con las mujeres sucede al revés. Ellos además

27
Tortajada Quiroz, Entrevista con Diego Cervantes.
28
La acepción que aquí se señala es fitness como actividad física continuada y progra-
mada; un entrenamiento que busca la salud y bienestar a través de prácticas corporales
deportivas e incluso artísticas (en las que están incluidas el yoga, la danza, diversos
deportes y otros).

110 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

tienen sus trabajos como abogados o contadores, y deben cumplir.


Pero ambos, ellos y ellas se empoderan con el pole, les sirve en lo
físico y lo emocional.

Cuando estaba en la universidad me llamaba la atención la danza


académica, pero me gustaba mucho mi carrera y era muy absorben-
te, así que era una cosa o la otra. Mis papás siempre me dieron apo-
yo y me decían: “Si quieres meterte a la danza, pues dale”, pero de-
cidí concentrarme en el diseño.

Siempre he estado involucrado en el mundo fitness, porque mis dos


hermanos mayores son maestros de taekwando y tienen gimnasios.
Cuando yo abrí mi estudio no le dije a nadie ni pedí ayuda, y me ha
ido bien. Desde los 15 años doy clases, primero de fitness, y luego fui
maestro en un kínder, en donde daba una fusión de baile fitness y
técnica de jazz.

Desde que tengo el estudio tomo las clases de los y las instructoras,
y yo doy las de exotic pole y sexy chair. He creado mi propia versión
de esos dos estilos, siempre pensando en estimular la sensualidad de
las mujeres a través de la coreografía. Hago adecuaciones, en fun-
ción de lo que sienten mis alumnas, gracias a la experiencia que ten-
go como bailarín y maestro. He desarrollado una manera de enseñar
y una técnica, pero siempre teniendo fuentes de inspiración y hacien-
do fusiones.

Yo me considero bailarín, un bailarín de exotic pole. Ésa es mi profe-


sión, aunque no tenga un título como tal. Considero que más que un
documento, lo que vale es el impacto que se tiene en el público y lo
que tú puedes generarle. Me encanta subir al escenario, transformar-
me según un personaje. Lo disfruto mucho. El pole funciona de ma-
nera organizada, aunque todavía no es considerado deporte olímpi-
co. La federación mexicana promueve las competencias oficiales y
establece los movimientos obligatorios, según el nivel en el que se

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participe, el número de segundo que hay que mantener una posición,


los ángulos de flexibilidad, la ropa que debe usarse, etc. Es gimnasia.

Pero lo que yo hago no es eso (no nada más). Yo hago pole art y ahí
hay toda la libertad del mundo. También hay categorías, y yo participo
en las exóticas. Además presento mis coreografías en teatros, disco-
tecas u otros espacios. Al público le causa un impacto ver a alguien
en el pole con tacones de 25 cm, pero si le sumas que eres hombre,
ya ni te cuento. Todavía esta sociedad machista no está preparada
para digerirlo y muchas veces te nombran con insultos. Pero cuando
la gente entiende lo que es el exotic pole y reconocen sus aspectos
atlético y artístico la apreciación es diferente, y hay respeto.
Hace unos días estaba en una fiesta en tacones de 25 cm con botas
que me llegaban debajo de la pompa y un chavo se me acercó y me
dijo: “Te admiro. Ojalá algún día pueda ser como tú y salir a la calle
como tú lo estás haciendo, sin que me importe la opinión de los
demás”. Ese comentario se debió a que hay personas que la pasan
mal y no pueden sacudirse los estereotipos. Nos falta mucho cami-
no por recorrer.

Puedo decir que yo sí vivo de la danza. Aunque al principio fue com-


plicado, mi estudio funciona bien. Lo que hago me hace feliz, tam-
bién mis clases, coreografías y estudiantes.

Un claro contraste aparece en el testimonio de Diego (figura 4), quien ha


tenido una sólida formación deportiva, además de contar con estudios de
posgrado que le han dado herramientas para establecer su propia empre-
sa: un estudio de danza y fitness. De esa manera, ha edificado su propio
espacio, que es su modo de vida, pero también su refugio para crear libre-
mente. Lo hace en estilos que son muy nuevos y que provocan escándalo
y críticas desde ámbitos del deporte y el arte, aunque tenga elementos de
ambos.

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Reflexiones finales

En los cuatro testimonios se señala el apoyo que han recibido de sus fami-
lias (algo no muy común en la danza y menos en los géneros que han
elegido) y hacen referencia a la aceptación gradual que va teniendo su
actividad por parte de diversas audiencias, en especial de hombres y mu-
jeres heterosexuales. Sin embargo, Alexis señala que quizá ven a sus co-
munidades “como un museo” y acuden porque “les gusta la fiesta y ven lo
que hacemos”; Giovanni asegura que la aceptación se debe a “la moda”,
pero también a la apertura social hacia la diversidad; Diego confía en que,
con el tiempo y perseverancia, ganarán respeto de parte de los diferentes
públicos.
En todos los casos se saben afortunados/as/es porque su propuesta
artística es una profesión que les permite vivir y emprender nuevos proyec-
tos. Están conscientes de que están viviendo y laborando en espacios “fue-
ra de la norma”, porque sus profesiones no se ajustan a lo que socialmente
es aceptado como una actividad “masculina”, pero se consideran privilegia-
dos/as/es por realizarla. Saben que están abriendo nuevos caminos labora-
les y creativos, y para ello deben vencer muchos obstáculos y prejuicios.

Giovani, Obed, Alexis y Diego coinciden al opinar que la sociedad mexica-


na es machista, conservadora, hipócrita y violenta, lo que les podría impe-
dir desarrollar su danza. Ésta, en los ámbitos del burlesque, el vogue, el
drag y el exotic pole, les ha dado una conciencia, un refugio, un espacio de
desarrollo profesional, los ha empoderado y permitido construir sus identi-
dades. Giovani, Obed y Alexis pertenecen a comunidades de apoyo y de
trabajo que tejen redes de solidaridad y protección (Alexis incluso es ma-
dre de una casa, la House of Ninfas), discuten su circunstancia, se sitúan
como colectivo en la sociedad y el campo de la danza. Diego, por su parte,
vive esa protección dentro de su estudio, con instructores/as, alumnos/as
e integrantes de la comunidad del pole.

A través de sus testimonios se percibe que han pasado por procesos de


reflexión para definir quiénes son y construir su identidad. En tres casos

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mencionan que lo han hecho en colectivo, con grupos de apoyo y diálogo,


creando comunidades que defienden sus espacios, actividades y dere-
chos. Son las estrategias que han desarrollado para sobrevivir, crear, com-
partir y luchar como artistas y ciudadanos/as/es.

En todos los casos han optado por la danza escénica, pero no académica,
porque rechazan el binarismo y estereotipos que reproduce. Practican for-
mas híbridas en las que se incorporan elementos de la cultura corporal
popular proveniente de varios contextos y realidades, además del deporte,
la danza académica y el espectáculo generalmente visto como “frívolo”,
antes que artístico. Pero ellos/as/es lo reivindican como un arte escénico,
con el mismo valor de la danza académica, pero con mayor libertad.
Así como las formas dancísticas que practican están construyéndose a
partir de propuestas individuales y colectivas, y se están modificando
continuamente, lo mismo sucede con su identidad que no puede atraparse
en un solo término, ni dentro del binarismo sexo-genérico, pero que es
disidente, disruptiva, desatada.29 Así, es un hecho que no hay una identi-
dad masculina. Como señala Núñez Noriega, la categoría de género se
construye en dinámicas socioculturales y de poder, en este caso “en los
humanos biológicamente machos y socialmente ‘hombres’ (en sus cuer-
pos, identidades, subjetividades, prácticas, relaciones, productos) y en la
organización social toda”.30 De tal forma que todo ello (identidad, aparien-
cia, subjetividad, postura política, etc.) está en constante transformación y
construcción, y con los bailarines se hace de manera concreta en sus cuer-
pos y sus representaciones, en los micropoderes que ejercen o sufren,
desde su lugar de enunciación que siempre tiene una dimensión ética,
estética y política.

29
Un término que podría acercarse a la realidad que viven es el de masculinidades
desatadas, antitético del “hombre-nudo” del que habla la escritora Herdis Moellehave en
su novela Le, cit. en Elisabeth Badinter, XY La identidad masculina, 158.
30
Guillermo Núñez Noriega, “Los estudios de género de los hombres y las masculini-
dades: ¿qué son y qué estudian?”, 11.

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Entrevistas

Tortajada Quiroz, Margarita. Entrevistas con Giovanni Gutiérrez (11 de oc-


tubre de 2021), Alexis Córdoba (12 de octubre de 2021), Obed Barrón
(13 de octubre de 2022) y Diego Cervantes (9 de noviembre de 2021),
Ciudad de México, vía Zoom.

Fuentes electrónicas

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http://issuu.com/interdanza_n__m.3_?e=9131439%2F5420960
Tortajada Quiroz, Margarita. “Antares, de danza implacable y colisiones”. En
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Guzmán, 239-259. Ciudad de México: INBAL, 2017. Disponible en www.
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116 Andrea Margarita Tortajada Quiroz


Nierika 23 - Año 12 - enero-junio de 2023

Margarita Tortajada Quiroz


Doctora en Ciencias Sociales (UAM), maestra en Educación e Investiga-
ción Artísticas (INBAL - SEP) y licenciada en Ciencia Política (UNAM).
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Conjunta su experiencia
dancística y formación académica en numerosos artículos y 15 libros que
reflexionan sobre aspectos teóricos, políticos e históricos de la danza. Ha
sido pionera en los estudios de género dentro de este arte en México. For-
ma parte del cuerpo docente de la Maestría en Investigación de la Danza
del Cenidi Danza, la Maestría en Artes Escénicas de la Universidad Vera-
cruzana y el Doctorado en Artes (Artes Visuales, Artes Escénicas e Inter-
disciplina) DAVEI del INBAL. Es coordinadora de Danza del Colectivo Mu-
jeres en el Arte, A. C. e integrante de comités de evaluación artística y
académica de diversas instituciones oficiales e independientes.

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