El concepto de “canon” hace alusión a las proporciones perfectas o ideales
del cuerpo humano y se refiere a las relaciones armónicas entre las distintas partes de una figura. Este incluye una serie de normas para hacer que un modelo fuera bello de acuerdo a los preceptos de la época. Normalmente estos cánones se mantienen de tal manera que llegan a formar parte de la identidad de una escuela o incluso de un periodo artístico. Cuando hablamos de canon nos estamos refiriendo a las medidas del cuerpo humano, el canon de la figura humana cambia según la ubicación la ubicación geográfica de la persona, por ejemplo, las medidas de la figura humana de un norteamericano son distintas a la de un sudamericano y este a su vez de un asiático. Diversas miradas de la figura humana a través del tiempo nos muestran ideales distintos de belleza idealizada creada por los escultores griegos que buscaban una mayor perfección en sus obras mediante la armonía de las matemáticas. Los cánones griegos marcaron tanto la escultura y la pintura de su época como las de casi todo el arte en Europa incluso hasta la actualidad, con excepción del arte románico y gótico. Fideas es el primer gran escultor griego, y aquel que comienza a marcar cánones a sus figuras, estas poseen siete cabezas de alto. Los griegos empiezan a mostrar una preocupación por crear una musculatura real, a pesar de que resultan un poco artificiales aún. Los rostros son estáticos y todos muy similares, aunque la mayoría ya poseen sonrisa, tal y como se puede apreciar en su creación monumental denominada Apolo Parnopios, que es una escultura representativa de una de las divinidades principales de la mitología greco-romana y uno de los dioses olímpicos. Otro de los desarrolladores más citados es Policleto, quien también es un escultor clásico de origen griego, que data del siglo V a. C. este comienza a utilizar muchas más proporciones matemáticas, al tiempo que se afana más en mostrar una musculatura fuerte y rotunda que se asemeje más a los atletas, por lo tanto, Policleto marca de manera precisa los principales músculos dándoles volumen. Una de sus obras más representativa es la de Doríforo, cuyo significado es, portador de lanza es una escultura de bronce con 2,13 metros de altura y que se ve profundamente marcado por el canon de belleza masculina. Sin embargo escultores como Lisipo cambió el canon a 8 cabezas de altura, con lo que las figuras aparecen más esbeltas y delicadas, intentando que el cuerpo no tenga una musculatura tan pronunciada o excesiva, sino que sea o se aprecie más real. como podemos apreciar en su obra Apoxiomeno. Seguidamente tenemos a Praxíteles cuyo escultor por añadir la curvatura del cuerpo como un valor para la belleza. La curvatura y la posición del cuerpo realzan la belleza y le dan movimiento. Sin conocer el concepto, ya los egipcios utilizaron el canon para la figura humana, pero en lugar de tomar la cabeza como módulo, lo hicieron con el puño, de forma que, un cuerpo era bello si era de alto 18 veces el tamaño del puño, distribuido proporcionalmente en distintas partes del cuerpo (dos para el rostro, diez desde los hombros a la rodillas y seis desde éstas hasta los pies). En la Era Contemporánea, el arquitecto Le Corbusier creó un nuevo canon de proporciones humanas al que denominó modulor (2,26 metros de altura), para aplicar tanto en la construcción de edificios como en el diseño de mobiliario y objetos comunes. En fin, como podemos observar los cánones han sido una herramienta netamente necesaria a través de la historia como un concepto que institucionaliza, que fija normas en un contexto cultural que se extienden a las conductas y acciones, debido a que el hombre en su búsqueda de la perfección ha buscado las proporciones perfectas o ideales del cuerpo humano y las relaciones armónicas entre las distintas partes de una figura que a través de sus creaciones le dan la posibilidad de acercarse cada vez más a la realidad, por la cual el artista interioriza creando su propio canon de belleza humana y anatómica, como lo es en el caso de “El Hombre de Vitruvio” de Leonardo da Vinci, conocido también como el Canon de las proporciones humanas, destacándose como una creación representativa de un modelo de belleza artística.