Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
21
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
1 Ver: Girvan, Norman 2011 “¿Está el Caribe más lejos de Cuba de lo que Cuba está
del Caribe?” en <http://www.normangirvan.info/girvan-caribbean-cuba>.
2 Pogolotti, Graziella 2011 “¿Qué es el Caribe?” en <www.cubarte.cult.cu>.
3 La Cátedra Honorífica de Estudios del Caribe de la Universidad de La Habana,
fundada en diciembre de 2004, ha promovido el debate en torno a la naturaleza del
22
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
23
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
Por ello, el autor de tan visitado texto asevera que las palabras,
como todo lo humano, siempre están cargadas de historias, así como
los conceptos y, por lo tanto, de ideologías y de discursos, también de
imaginarios. Y se responde:
5 Ídem.
6 Martí, José 1975 “Nuestra América (El Partido Liberal, México, 30 de enero de
1891)” en Martí, José Obras Completas (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales)
Tomo 6: 15-23.
7 El New World Group se conformó por estudiosos reunidos en la recién fundada
Universidad de las West Indies, en el Caribe anglófono, motivados por las transfor-
maciones en la vida política, económica e intelectual de la región que alcanzaba su
24
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
25
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
26
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
27
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
Y continúa señalando:
Sin embargo, nuestra elección de los límites no es, por este hecho,
carente de fundamento. Entonces, lo que estamos tratando de abarcar
dentro de nuestro esquema es el fundamento cultural, social, político y
económico de la ‘plantación de azúcar’, una variante del pensamiento
colonial. De ahí que a veces incluimos a Carolina y Caracas con Kings-
ton y Chacachacare, Corentyne y Camagüey; Recife con Paramaribo,
12 Ortiz, Fernando et al. 1936 Geografía Universal: Antillas, bajo la (Barcelona: Mon-
taner y Simón) Vol. XIX: 10-11, dirección de P. Vidal de la Blache y L. Gallois. Citado
por García Muñiz (2009: 27).
13 Moreno Fraginals, M. 2009 Orbita de Manuel Moreno Fraginals (La Habana: s/d)
p. 168.
28
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
14 Best, Lloyd 1966 “Independent Thought and Caribbean Freedom”, Ponencia pre-
sentada en la Conferencia de asuntos caribeños, Montreal.
15 Girvan, Norman 2000 “Reinterpretar el Caribe” en Revista Mexicana del Caribe,
N° 7.
16 Glissant, Édouard 2002 Introducción a una poética de lo diverso (Barcelona: Planeta).
29
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
30
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
31
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
32
Milagros Martínez Reinosa y Félix Valdés García
De igual modo coincide con aquellos que llevan sus límites desde los
Estados Unidos hasta la América del Sur. “Si partimos de un criterio
geográfico, el Caribe estaría comprendido por las Antillas Mayores y
Menores, y por los territorios que bordean el Mar Caribe, quedando
entonces excluidos aquellos que miran para el Golfo de México: así
como las Bahamas, Barbados, Guayana, Cayenne y Surinam, nacio-
nes que generalmente son consideradas caribeñas. Por otra parte,
Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, que tomamos como
naciones centroamericanas, quedarían incluidas como caribeñas,
mientras que El Salvador no lo sería. Tampoco sería la Ciudad de
Panamá, que da al Pacífico, aunque sí lo sería Colón, junto al lado
caribeño del Canal. Si en vez de seguir el criterio geográfico segui-
mos uno socioeconómico, estudiar el Caribe en los términos de la
Plantación América, es decir, las partes del continente americano
donde se desarrolló una economía de plantación esclavista. No obs-
tante, si uno fuera a seguir estrictamente este criterio, el Caribe in-
cluiría, además de las Antillas, una gran parte de los Estados Unidos
y el Brasil, así como las regiones costeras del norte de América del
Sur y la franja occidental del antiguo Virreinato del Perú, la cual
mira hacia el Pacífico”24.
Otros escritores proponen llevarlo hasta Ecuador, como el colom-
biano Oscar Collazos, quien dice que:
33
EL GRAN CARIBE EN EL SIGLO XXI
sus YO y sus OTROS, desde sus ayer y su ahora, también desde sus
proyectos de desarrollo”26.
Recientemente, la intelectual cubana Graziella Pogolotti rema-
taba este debate con ciertas valoraciones que bien podrían ser co-
rolario del presente análisis. La escritora afirmaba que el Caribe ha
empezado a reconocerse a partir de una construcción cultural, como
obra de poetas, narradores, pintores y músicos. “Poco a poco, acá y
allá, con las herramientas forjadas en la tradición occidental, em-
pezaron a traducir en imágenes su entorno inmediato para forjarse
una gran familia que saltó por encima de las barreras de la balcani-
zación. La mirada de los escritores traspasó las fronteras coralinas
de las islas”.
Graziella considera que a ello se le suma la Academia que advir-
tiera un filón en el universo que estaba cobrando forma, para abrir
cátedras en universidades, organizar congresos, tesis de doctorado,
con el peligro de sus propios mecanismos internos que conducen a
la forja de modelos, modas y escuelas de pensamiento que rehúyen la
complejidad y no escapan a cierta visión inconscientemente folklori-
zante, “percibida como imagen congelada y no como fuente viva de
creación popular”. Y afirma: “Poroso entre las aguas del Atlántico y
del Golfo de México, el arco antillano, entorno del Caribe, es frágil
y vulnerable. Nunca hemos guerreado entre nosotros después de la
colonización. Hemos sido, en cambio, campo propicio para dilucidar
conflictos entre potencias situadas en Europa y Estados Unidos”. Y
finaliza aseverando, que a pesar de tantas diferencias que parecen se-
pararnos, nuestra voluntad de ser y resistir ha ido forjando una cul-
tura con rasgos reconocibles. Acertadamente apunta que: “No nos ha
separado el odio, sino el insuficiente conocimiento mutuo”.
Sirva el presente esbozo al conocimiento de unos y otros, al que-
branto de nuestras miras disciplinares, así como pretexto para conti-
nuar esa inquietante búsqueda de nuestra realidad, “ese viaje de con-
quista mutua de nuestra mismidad colectiva” al que nos conminara
Norman Girvan, en esta región que nos une y nos distingue.
34