Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Entrevista A German Berríos
Entrevista A German Berríos
Es presumible que la mayoría de los que lean este texto conozcan la formación y
méritos del profesor Berrios, no obstante, nunca está de más repasar muy brevemente
una de las biografías más impresionantes en la psiquiatría actual. Germán E. Berrios,
nacido el 1940 en Tacna (Perú) estudió medicina y filosofía en la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos y posteriormente realizó estudios de psicología, filosofía e
historia en la Universidad de Oxford además de las residencias en Neurología y
Psiquiatría. Ha sido Jefe del Departamento de Neuropsiquiatría de la Universidad de
Cambridge (del 1977 al 2007) y condecorado doctor honoris causa por varias
universidades, entre ellas, la Universidad de Heidelberg y la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos y la Universidad Autónoma de Barcelona. La cantidad de
honores, reconocimientos y su formación junto a nombres excepcionales de distintos
campos de la Psiquiatría darían para un artículo aparte.
Entrevista
Es muy fácil. Como muy bien lo sabes tú, y yo, porque tengo un libro sobre memoria,
que es un área que me fascina. Es muy fácil en la memoria autobiográfica el reconstruir
el pasado. En la universidad me pidieron que escriba un libro sobre mi vida. Estoy
resistiéndome. No quiero hacerlo por eso, porque soy consciente de que muchas cosas
de las que me han pasado a mí, desde muy joven, han sido efectos del azar, han sido
accidentes. Ha habido vaivenes y me he movido entre esos vaivenes no por diseño
sino porque no había otra cosa que hacer. Por lo tanto esto ha hecho que haya ido
acumulando conocimiento. Algunas veces, no muchas, he trabajado un área
específicamente porque me daba las herramientas conceptuales necesarias para
manejar el tema. Pero en general ha sido efecto del azar. Por ejemplo, tener
psicoanálisis personal con una de las figuras más brillas del psicoanálisis británico,
Harry Guntrip, fue totalmente al azar. Fue porque me ofrecieron un profesorado en la
universidad de Leeds, el catedrático que era un gran hombre quería que trabajar con él,
y me encontré que una de las condiciones que el ponía para los profesores jóvenes era
que tuvieran psicoanálisis personal. Estuve 3 años y medio, y lo completé en ese
tiempo, de ahí ya me vine a Cambridge. Pero si no hubiera ido a Leeds nunca se me
habría ocurrido siquiera buscarme un psicoanalista. Eso me abrió un mundo del
lenguaje, de la hermenéutica del psicoanálisis, que me ha servido mucho y he seguido
cultivando. Con las matemáticas estadísticas fue lo mismo. Resulta que M. Hamilton, el
catedrático al que me refiero, una de las figuras más brillantes de la psiquiatría mundial,
fue el hombre que introdujo las matemáticas a la psiquiatría, y a la psicología dicho sea
de paso. Fue presidente de la asociación psicológica británica y fellow de ésta, como
ahora lo soy yo (que para mí es un gran honor). Otra condición que él tenía era que
uno aprendiera estadísticas. Yo tenía buenas matemáticas de Oxford pero no tenía un
nivel muy alto de estadísticas médicas, y en ese periodo él me dio 200 tutoriales sobre
eso. Me convertí en uno de los estadísticos británicos. La gente cree que es otra
persona, con mucha frecuencia me han preguntado si tengo un hermano que hace
estadísticas o un hermano que hace historia. No no, soy el mismo! Así que son azares,
no hay diseño. Me hubiera gustado decir mira, en el día 1, estas son las cosas que voy
a hacer porque son necesarias. En ese momento yo no sabía que eran ni siquiera
necesarias. Esta es la respuesta más honesta que te puedo dar.
Esa es una muy buena pregunta. La respuesta de nuevo es que fue de nuevo azar.
Porque si yo hubiera hecho neurología en París, que muy bien podría haberla hecho,
hubiera tenido menos problemas conceptuales con la neurología. Porque la neurología
francesa está muy unida a la psiquiatría, hay una especie de neuropsiquiatría (sobre la
que yo escrito y publicado mucho). Mientras que la neurología británica,
tradicionalmente, desde 1864-1865, a mediados del XIX, ya es una neurología que yo
llamo periférica, en el sentido de que se preocupa del movimiento y la sensación, pero
no tiene ningún interés en las funciones corticales superiores básicamente. Entonces,
porque hice neurología en Oxford, aprendí mucho esto. Y estaba terminando yo mi
residencia en neurología y fui a hablar con el catedrático y le dije que quería aprender
sobre funciones corticales altas, un poco de lenguaje, lóbulo parietal. Mira, me dijo, la
neurología británica es periférica, si tú quieres aprender esto tienes que hacer
psiquiatría. Y estuvo errado, porque los psiquiatras no tienen ni idea de estas cosas, en
Inglaterra tampoco. Entonces él mismo, porque me quería mucho, llamó al catedrático
de psiquiatría. En esa época, años 60, era muy fácil hacer eso: “tengo un chico que ha
terminado neurología y está preocupado por esto…”. Al catedrático de psiquiatría le
encantaba tener gente de neurología, porque los psiquiatras con formación neurológica
son mucho mejores. Entonces dijo “que venga, que venga” y al día siguiente que lo fui
a ver ya me estaba ofreciendo la residencia completa en psiquiatría. Así que fue así.
La neurología británica siempre fue limitada. Por poner un ejemplo concreto, hay una
figura brillante, conceptual-filosófica de la neurología británica que se llama Jackson
Hughlings. Jackson ha influido a todo el mundo menos en Inglaterra. Jackson es uno de
esos santos que tienen en Inglaterra que no ha influido a nadie, porque encontraba las
ideas de Jackson muy complejas. Freud, Janet, Henry Ei… todo el mundo en el
continente fue muy influenciado por Jackson excepto los británicos, que son
extremadamente empíricos. Fui a la psiquiatría y me encontré que no tenía
psicopatología. Que los grandes psicopatólogos alemanes, que habían llegado a
Inglaterra escapados, porque eran todos judíos, como Mayer Gross y Goodman,
estaban todos viejitos, jubilados o muriéndose, y que la psicopatología británica
comenzaba a disolverse, a desaparecer. Antes de la llegada de los psiquiatras
alemanes a Inglaterra, en los años 30, había muy poca psicopatología en Inglaterra.
Nunca ha construido una psicopatología. La gran contribución de Inglaterra a la
psiquiatría ha sido organización de hospitalización, parte administrativa, ese tipo de
cosas. Pero nunca ha sido conceptual, desde John Locke está en el pensamiento
británico este empirismo a ultranza, a raja tabla, en el que no penetran las ideas. Y ese
siempre ha sido mi problema toda la vida, que he tenido que tener como el Doctor
Jekyll, dos caras en el mundo inglés. Para poder probar mi bona fides he hecho mucha
investigación neurológica dura. A través de trabajos en enfermedad de Huntington,
Parkinson y demencia me establecí como un investigador cerebral, neurocientífico, y
tenía que hacer historia de la filosofía casi a escondidas el fin de semana. Porque en
Cambridge, de nuevo, la gente no entendía. Mi primer profesorado fue en
neuropsiquiatría, obviamente en Cambridge. Fue mucho más tarde que se sugirió, que
como yo había cubierto tantos espacios era mejor cambiar el nombre de mi cátedra y
llamarla Epistemología de la Psiquiatría, porque incluye Historia, Filosofía y análisis
empírico. Y tenían razón, en esto los británicos son muy prácticos.
¿Cree que existe alguna manera de insuflar esta inquietud por varias perspectivas
filosóficas, históricas, psicológicas, biológicas… a estudiante de psiquiatría clínica o
psicología clínica?
Me han permitido hacer lo que he hecho y estoy muy agradecido a los ingleses, llevo
más de 50 años en Inglaterra. Aunque he tenido siempre líos cuando todavía no era
catedrático, era profesor asociado. Recuerdo mucho, no voy a mencionar nombres,
pero gente absolutamente famosa en el mundo, llamarme y decirme “oye Germán, ¿por
qué estás haciendo estas cosas?, tú tienes una mente privilegiada, ¿por qué no te
dedicas a investigar esquizofrenia o enfermedad bipolar que estoy seguro que en 5
años vas a encontrar algo importante?, ¿por qué te dedicas a estas cosas?”. Era difícil,
sin ofender, decir que estas cosas para mí son más importantes en la psiquiatría que
hacer más neuroimagen. Hacer neuroimagen es una de las cosas más aburridas del
mundo. Tú no haces neuroimagen en realidad, hay protocolos, algoritmos que lo hacen
por ti. Tú no haces nada. Antes era peor, ahora están obteniendo unos números más
altos, pero antes estadísticamente era tonto. Sin embargo, es la gran industria. En
estos momentos no puedes hacer ninguna investigación en el dedo gordo del pie si no
le pones neuroimagen o alguna investigación de ese tipo. Resulta aburrido. Primero,
porque es repetición de lo mismo, las probabilidades de encontrar cosas nuevas son
mínimas. Y segundo, si es conceptualmente erróneo y tú sabes en un principio que no
vas a encontrar nada, excepto que vas a hacer un par de artículos para Science o lo
que fuere, y bueno para el curriculum. Llega un momento en el que te haces la
pregunta ¿estoy trabajando para mi curriculum o estoy trabajando realmente porque
quiero descubrir algo?
¿Qué tipo de formación recomendaría a un psiquiatra novel para llegar a poder hacer esta
calibración que usted defiende de la Psicopatología Descriptiva?
Yo creo que son conceptos históricos, que se refieren a la forma en que ciertos
síntomas viajan juntos, básicamente. El concepto de enfermedad, que ha sido muy útil
a la medicina general, solo viene a la psiquiatría en el siglo XIX. Hay que ser muy claro
al respecto. Hasta finales siglo XVIII los grandes nosólogos ponían en sus listas
síntomas más bien que enfermedades. La alucinación, por ejemplo, es una enfermedad
para un nosólogo del XVIII. El delirio es una enfermedad, y así sucesivamente. La idea
de que la alucinación sola no es una enfermedad sino que tiene que estar asociada con
el delirio entre otros síntomas, es totalmente la invención del siglo XIX, y es porque
viene de la influencia de la medicina, y en la medicina los signos y los síntomas
constituyen un clúster, un grupo. De modo que yo creo que una de las cosas que
probablemente pasen, en los próximos 20-30 años, que más y más la gente se va a
desilusionar con el concepto mismo de enfermedad. Los genetistas por ejemplo, gente
trabajando a nivel ciencias básicas en psiquiatría, la mayor parte piensan que la unidad
de análisis tiene que ser el síntoma. El síntoma tiene de todo, tiene su genética y todo
lo demás (dimensión social, psicológica, histórica, etc.). Si observas estudios de
genética en esquizofrenia, que son típicos, dicen que han cogido 200 esquizofrénicos…
Nick Craddock, que va a hablar mañana aquí, tuvimos una reunión hará 3 años y
hablamos sobre esto. Se dice que todos los síntomas de la esquizofrenia son
responsable por la misma cantidad de la varianza, en otras palabras, son 5 síntomas
importantes, cada uno de ellos lleva el 20% de la varianza. ¿Cuál es la respuesta? NO,
uno o dos llevan toda la varianza y el resto está ahí de adorno. Entonces, ¿qué carajo
está pasando acá? Lo obvio es que estas enfermedades siempre se presentan como
enfermedades y que todos los síntomas son responsables, pero hay un par de
síntomas que están haciendo todo el trabajo. Ya ha habido una serie de artículos
publicados en el British Journal (of Psychiatry), de Nick Craddock y otros, que tal vez
sea el momento de comenzar a analizar síntomas más bien que trastornos o
enfermedades.