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Leonardo Boff
INTRODUCCCIÓN
El artículo base para el ensayo que presentamos tiene por título “Trinidad” y es una
reflexión-artículo del reconocido teólogo y ecologista de la Liberación Leonardo
Boff, publicado en el Tomo I de Mysterium Liberationis. Este es un libro donde
fueron recogidos, de manera sistemática, los Conceptos Fundamentales de la
Teología de la Liberación, bajo la dirección de Ignacio Ellacuría y Jon Sobrino,
publicado en la Editorial Trotta, en el año de 1990.
Con el autor del artículo podemos decir que la afirmación más trascendental del
cristianismo sea esta: “En el principio no está la soledad del uno, sino la comunión
de tres personas eternas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; en el primer principio rige la
comunión” (Boff, 1990, p. 513). Podemos entonces indicar, como punto de partida,
que al adentrarnos en el tema trinitario, nos acercamos a una nueva manera de
comprender a Dios que está en comunión y que es esa comunión la que constituye la
esencia de Dios y a la vez la dinámica concreta de cada ser de la creación.
Terminados esos dos apartados que son, dentro de la estructura del artículo, la parte
introductoria, el autor aborda los datos reguladores de la fe trinitaria, partiendo así,
en el tercer apartado con el titilo: Las dos manos del Padre: el Hijo y el Espíritu
Santo. A la luz de los textos de la Escritura, especialmente los del Nuevo
Testamento, pero algunas veces remitiendo la mirada al Antiguo Testamento, se
presenta la manera como se ha revelado la Santísima Trinidad, haciendo énfasis de
los dos caminos que son claves para entender el misterio del Dios Trinidad: el
camino de la historia y el camino de la Palabra. Queda claro en el artículo que el
Misterio Trinitario es una realidad revelada en el Testamento Cristiano. Es en Jesús
donde vamos a encontrar la revelación del misterio trinitario. Es él quien revela la
verdad del Padre, él se revela como verdad de Hijo y también revela la verdad del
Espíritu Santo. Y es a la luz de la conciencia trinitaria heredada de Jesús y
condensada en el Segundo Testamento, como a partir de allí los cristianos leemos,
también, el Antiguo Testamento, a la luz de la revelación hecha por Jesús. Pero para
hacer lectura del Primer Testamento, se necesita la orientación de una hermenéutica
clara para no desfasar su lectura.
En el sexto apartado del artículo, se nos presenta un estudio sobre las distintas
personas de la Trinidad. En éste apartado el Boff se dedica a mirar a cada una de las
Personas de la Trinidad en su particularidad, tratando de indicar como esa
particularidad enriquece la comunión trinitaria. El Padre es presentado en su
misterio insondable, que en definitiva es el último horizonte de todo. En él se origina
todo. Todo lo contiene él. El Hijo como misterio de comunicación y de liberación
integral. Por ello el Hijo se manifiesta como la expresión absoluta del Padre. El
Hijo, por el misterio de la Encarnación verbificó al universo entero y lo introdujo en
el seno mismo de la comunión trinitaria. El Espíritu Santo, motor de la creación
hacia el reino de la Trinidad. En este sentido el misterio trinitario, en perspectiva de
la liberación, nos recuerda que el Espíritu conduce todo lo creado a su plenitud
escatológica.
Para hablar de la Trinidad queda más que claro que “nuestras palabras esconden más
que revelan” (Ibíd., p. 530). Por ello es importante ratificar con el autor, que la
experiencia trinitaria, más que ser una cuestión de intelectualidad ha de ser una
experiencia vivencial y existencial. Esto coloca el dogma trinitario en clave de
liberación y sirve de fuerza para una teología latinoamericana trinitaria.