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La concepción contemporánea de la educación difiere de la antigua Grecia y Roma en que ahora se considera un derecho universal y responsabilidad del Estado, mientras que antes estaba limitada a ciertas clases y familias. También, la educación actual enfatiza el acceso al conocimiento y participación ciudadana, al contrario de los enfoques previos en virtudes individuales y habilidades específicas. Aun así, filósofos como Aristóteles reconocieron la importancia de educar a todos para el bien común, adelantándose a ideas modernas
La concepción contemporánea de la educación difiere de la antigua Grecia y Roma en que ahora se considera un derecho universal y responsabilidad del Estado, mientras que antes estaba limitada a ciertas clases y familias. También, la educación actual enfatiza el acceso al conocimiento y participación ciudadana, al contrario de los enfoques previos en virtudes individuales y habilidades específicas. Aun así, filósofos como Aristóteles reconocieron la importancia de educar a todos para el bien común, adelantándose a ideas modernas
La concepción contemporánea de la educación difiere de la antigua Grecia y Roma en que ahora se considera un derecho universal y responsabilidad del Estado, mientras que antes estaba limitada a ciertas clases y familias. También, la educación actual enfatiza el acceso al conocimiento y participación ciudadana, al contrario de los enfoques previos en virtudes individuales y habilidades específicas. Aun así, filósofos como Aristóteles reconocieron la importancia de educar a todos para el bien común, adelantándose a ideas modernas
La concepción contemporánea de la educación como un derecho de todas las
personas y una responsabilidad del Estado difiere de la educación en la antigua Grecia
y Roma en varios aspectos: Universalidad: En la actualidad, se reconoce que la educación es un derecho de todas las personas, independientemente de su origen social, género, raza o cualquier otra característica. En contraste, en la antigua Grecia y Roma, la educación estaba reservada principalmente para ciertas clases sociales privilegiadas, excluyendo a las mujeres, los esclavos y los extranjeros. Enfoque político-social: La concepción contemporánea de la educación destaca su importancia para la democracia social participativa, es decir, para el desarrollo de ciudadanos informados y críticos que puedan participar activamente en la sociedad. En las antiguas Grecia y Roma, aunque también se valoraba la educación en el ámbito de la polis y la formación ciudadana, su enfoque estaba más orientado hacia el desarrollo de habilidades retóricas y virtudes individuales, en lugar de fomentar la participación política y social en toda la población. Responsabilidad del Estado: En la actualidad, se considera que el Estado tiene la responsabilidad de garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los ciudadanos. En contraste, en las antiguas Grecia y Roma, la educación no era vista como una responsabilidad exclusiva del Estado, sino que recaía en las familias y las instituciones sociales, como los maestros y filósofos. Acceso al conocimiento: En la concepción contemporánea de la educación, se enfatiza el acceso al conocimiento y la comprensión de la cultura y las culturas diversas como elementos fundamentales. En la antigua Grecia, se valoraba la educación en campos como la filosofía, la música y la poesía, pero estaba más centrada en la formación de virtudes y habilidades específicas. En Roma, la educación se enfocaba más en aspectos prácticos y militares. En resumen, la concepción contemporánea de la educación como un derecho universal y una responsabilidad del Estado difiere de la educación en la antigua Grecia y Roma, que estaba más limitada a ciertas clases sociales y tenía un enfoque diferente en términos de acceso, propósito y responsabilidad.
Las ideas de Aristóteles, Platón y Sócrates pueden relacionarse con la concepción de
la educación como un proceso social históricamente construido y éticamente conducido. Aristóteles consideraba que la educación era esencial para el desarrollo humano y la formación de ciudadanos virtuosos. Creía que la educación debía cultivar el carácter y las habilidades de las personas, permitiéndoles vivir una vida plena y contribuir al bienestar de la comunidad. Además, sostenía que la educación debía ser accesible para todos los ciudadanos, ya que consideraba que todos tenían el potencial de alcanzar la excelencia moral e intelectual. Platón también abordó la importancia de la educación y su relación con la formación ciudadana. En su obra "La República", propuso un modelo de educación basado en la búsqueda de la verdad y la formación de guardianes filósofos. Creía que la educación debía formar a los individuos en virtudes como la justicia y la sabiduría, y que solo aquellos que habían sido educados adecuadamente podrían gobernar de manera justa y eficiente. Sócrates, por su parte, enfatizaba el poder del pensamiento crítico y el diálogo como herramientas educativas. Creía en la importancia de cuestionar las creencias establecidas y buscar la verdad a través del razonamiento y el debate. Para él, la educación no era solo una transferencia de conocimientos, sino un proceso de autoconocimiento y descubrimiento. Estas ideas de los filósofos griegos pueden relacionarse con la concepción moderna de la educación como un proceso social construido y éticamente conducido. Tanto Aristóteles, Platón como Sócrates reconocieron la importancia de la educación en la formación de individuos éticos y ciudadanos responsables. Además, sus ideas sobre el pensamiento crítico, la búsqueda de la verdad y el diálogo se alinean con la idea de educar para pensar y decidir conscientemente, y educar para hacer opciones fundamentadas con argumentos teóricos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las concepciones de la educación en la antigua Grecia estaban restringidas a ciertos grupos privilegiados y no abarcaban la concepción moderna de la educación como un derecho de todas las personas, independientemente de su origen social o género. En este sentido, la concepción moderna de la educación como un derecho universal y una condición fundamental para la democracia social participativa amplía y supera las ideas de los filósofos griegos al incluir a todos los individuos y promover la igualdad de oportunidades.
Los ideales de San Agustín y Santo Tomás de Aquino no abordan directamente la
educación como un derecho y una responsabilidad del Estado, coinciden en la importancia de la educación para el desarrollo humano y moral. Ambos enfatizan la necesidad de educar para buscar la verdad, comprender la realidad y tomar decisiones fundamentadas. Estos aspectos se relacionan con la concepción contemporánea de la educación como un proceso social e históricamente construido, éticamente conducido y orientado hacia la formación de ciudadanos críticos y participativos en una sociedad democrática.