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Prólogo

Los donantes de órganos que deciden donar en vida, no sólo dan


muestra de su alta generosidad, sino ante todo de su valentía.
Este Manual va dirigido a ustedes, que han decidido donar un riñón
para que otra persona recupere la salud, ya que el valor del acto que
ejercen es invaluable y tanto los médicos que prepararon este mate-
rial, como el Patronato de Trasplante y Vida, I.A.P. que lo promueve,
decidimos editarlo con el objeto de ofrecer una herramienta de apoyo
a ustedes los donantes que merecen estar bien informados.
Donar un riñón les permite trascender en la vida de otra persona que
necesita de ustedes.
Han pasado 18 años en que tuve la gracia de recibir un riñón de mi
hermana Luli, y como lo dije anteriormente, ella fue muy valiente al
hacerlo, su solidaridad fue notable; mamá de dos hijos y esposa de una
persona que supo apoyarla en su decisión. Este acto de generosidad
me brindó una nueva oportunidad de vida.
Recibir un trasplante no es fácil, representa incertidumbre al poner
en riesgo la salud de un ser querido que nos regala la donación, trae
consigo además de agradecimiento una importante responsabilidad.
El regalo de la donación no se paga ni con todo el dinero del mundo, se
paga respondiendo con el cuidado que debe darse al órgano recibido,
con la toma de conciencia de lo que esto significa y la disciplina que
debe adquirirse al llevar una vida sana y no olvidar que los medica-
mentos inmunosupresores son complemento imprescindible para el
buen funcionamiento del trasplante.
Hoy mi mensaje a ustedes es de enorme gratitud, por creer en el
procedimiento del trasplante de órganos y tejidos para colaborar en la
recuperación de la salud de su ser querido, o por el altruismo anónimo
de ayudar al prójimo.
La vida nos manda pruebas fuertes, que nos llenan de experiencias
valiosas y que sin duda, nos permiten llegar a ser mejores personas.
Gracias.

Carolina Silva de Navarro


Presidente Patronato
Trasplante y Vida, I.A.P.
Diciembre 2014

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Agradecimientos

La elaboración del presente Manual del Donante (Donación de riñón


en vida) ha sido posible gracias a la generosa y altruista disposición de
los médicos integrantes del Consejo Consultivo de Trasplante y Vida,
I.A.P. quienes han aportado su conocimiento y experiencia en benefi-
cio de la promoción de la cultura de donación y trasplante de órganos.

Queremos hacer patente el agradecimiento del Patronato para:

Dr. Alejandro Rossano García, quien es Secretario de la Sociedad


Mexicana de Trasplantes y forma parte del cuerpo médico del Hospital
General de México Dr. Eduardo Liceaga, donde está a cargo de la Coor-
dinación General de Trasplantes.

Dr. Pedro San Cristóbal Zepeda, quien es Coordinador de Investigación


de Trasplantes y forma parte del cuerpo médico del Hospital General
de México Dr. Eduardo Liceaga. Profesor de Postgrado UNAM. Investi-
gador Nacional nivel IIB SSA.

Dr. Samuel Zaltzmann Girshevich, quien tiene más de cincuenta y cua-


tro años de experiencia en la realización de trasplantes de riñón y ha
participado en más de 800 cirugías de trasplante de riñón, de las cua-
les 472 han sido en niños y niñas, la mayor parte con resultados favo-
rables para la recuperación de la salud de sus pacientes.

Una precisión de términos

¿Hablar de Donante o llamarle Donador?


En realidad podemos hacer un uso indistinto de ambas palabras.

Donante: participio activo del verbo “donar”: que ha donado algo.


Persona que voluntariamente cede un órgano, sangre, etc.,
destinados a personas que lo necesitan (RALE).
Donador: adjetivo: que hace donación.

En cualquier caso, podemos denominar indistintamente a la persona


que regala vida a través de la donación de órganos y tejidos para fines
de trasplante.

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Bases legales de la donación en México

La Ley General de Salud en su artículo 333 especifica los requisitos del


donante para realizar trasplantes entre personas vivas:

* “Artículo 333”.- Para realizar trasplantes entre vivos, deberán cum-


plirse los siguientes requisitos respecto del donante:

I. Ser mayor de edad y estar en pleno uso de sus facultades mentales;


II. Donar un órgano o parte de él que al ser extraído su función pueda
ser compensada por el organismo del donante de forma adecuada
y suficientemente segura;
III. Tener compatibilidad aceptable con el receptor;
IV. Recibir información completa sobre los riesgos de la operación y las
consecuencias de la extracción del órgano o tejido, por un médico
distinto de los que intervendrán en el trasplante;
V. Haber otorgado su consentimiento en forma expresa, en términos
de los artículos 322 y 323 de esta Ley, y
VI. Los trasplantes se realizarán, de preferencia, entre personas que
tengan parentesco por consanguinidad, civil o de afinidad. Sin em-
bargo, cuando no exista un donador relacionado por algún tipo de
parentesco, será posible realizar una donación, siempre y cuando
se cumpla con los siguientes requisitos:
a) Obtener resolución favorable del Comité de Trasplantes de la ins-
titución hospitalaria, donde se vaya a realizar el trasplante, previa
evaluación médica, clínica y psicológica;
b) El interesado en donar deberá otorgar su consentimiento expre-
so ante Notario Público y en ejercicio del derecho que le concede la
presente Ley, manifestando que ha recibido información completa
sobre el procedimiento por médicos autorizados, así como precisar
que el consentimiento es altruista, libre, consciente y sin que me-
die remuneración alguna. El consentimiento del donante para los
trasplantes entre vivos podrá ser revocable en cualquier momento
previo al trasplante.
c) Haber cumplido todos los requisitos legales y procedimientos es-
tablecidos por la Secretaría, para comprobar que no se está lucran-
do con esta práctica.

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Asimismo, para realizar trasplantes entre vivos, cuando el receptor
y/o el donador sean extranjeros, deberá además de cumplir lo pre-
visto en el presente artículo y demás disposiciones aplicables, acre-
ditar su legal estancia en el país con la calidad migratoria específica
que corresponda, y el establecimiento en el que se vaya a realizar
el trasplante, deberá inscribir al paciente al Registro Nacional de
Trasplantes con una antelación de al menos quince días hábiles si
se trata de un trasplante entre familiares por consanguinidad, civil
o de afinidad hasta el cuarto grado.
Cuando no exista el parentesco a que se refiere el párrafo anterior,
el receptor del órgano deberá tener un historial clínico en el país de
al menos seis meses. Los establecimientos de salud en los que se
realicen trasplantes a los que se refieren los dos párrafos anteriores
deberán constatar que no existan circunstancias que hagan presu-
mir una simulación jurídica o comercio de órganos y tejidos.

* Fuente: Ley General de Salud. Cámara de Diputados del H. Congre-


so de la Unión. Última reforma publicada en DOF con fecha 4 de Junio
de 2014.

Estas disposiciones se complementan con el Reglamento de la Ley


General de Salud en materia de trasplantes, publicado en DOF con
fecha 23 de marzo de 2014.

El Registro Nacional de Trasplantes a que alude el artículo 333 de la


Ley General de Salud, forma parte del Centro Nacional de Trasplantes
(CENATRA), que es el órgano rector en México para la atención de los
asuntos relacionados con el tema de trasplantes.

www.cenatra.gob.mx

En México la donación de órganos y tejidos debe ser totalmente altruista.


No permitas ni fomentes el tráfico de órganos.
Regala vida y actúa con ética en esta decisión

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Testimonio de una persona donante

Mi nombre es Irasema Acevedo Rivas. Tengo 48 años, soy esposa de un


gran hombre y mamá de tres maravillosos hijos.
En 2012, mi hermano mayor y único varón en una familia de 6 her-
manos, se acercó a nosotras y nos pidió ayuda porque necesitaba un
riñón para poder vivir.
Él tuvo una enfermedad congénita y sus riñones se fueron atrofian-
do, ya no le servían. Hasta ese momento, no habíamos hecho concien-
cia de la gravedad de su enfermedad, no hablaba de eso. Y por esa
razón no teníamos ni idea de lo que le podía ocurrir. Nos causó conmo-
ción su diagnóstico y más su petición de ayuda. Necesitaba que alguna
de las hermanas le donara un riñón para que pudiera seguir viviendo.
Todo fue muy sorprendente, sin embargo nunca dudamos en apo-
yarlo. Debo reconocer que todo el tema fue un parteaguas en la fami-
lia, nunca pensé en verme involucrada en una situación de trasplante
de órganos.
Dos de las hermanas fuimos seleccionadas porque las dos éramos
compatibles. Fui la finalista, mis hábitos y condición física fueron de-
terminantes para que el médico me eligiera como donante. He cui-
dado siempre mi salud, hago ejercicio regularmente y mantengo una
sana alimentación.
No tuve dudas, de mi ayuda dependía la vida de mi hermano. Lo más
difícil y doloroso fue ver la preocupación de mis hijos y de mi esposo,
estaban muy angustiados, temían por mi vida y sé que la pasaron muy
mal.
En Octubre del 2012 se hizo el trasplante. ¡Todo el procedimiento fue
un éxito! No me canso de agradecer a la vida por el regalo que pude
dar a mi hermano, un riñón le devolvió la salud.
Gané algo invaluable, pude transmitir a mis hijos la hermandad que
se deben en cualquier situación.
Por esta razón formo parte del Patronato de Trasplante y Vida, I.A.P.,
e invito a todos a apoyar una causa tan noble y hacer conciencia que
todos podemos regalar vida.
Lo desconocido nos crea muchas dudas y miedos. Por tal motivo
hemos generado este Manual, que seguramente permitirá responder

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algunas de las preguntas y resolver las preocupaciones que tienen las
personas donantes de riñón en vida, para un trasplante.
De antemano felicito y celebro su decisión para donar y espero que
este Manual del Donante le ayude a entender mejor todo el procedi-
miento y a recuperarse más fácilmente, con la fortaleza que representa
estar colaborando para la restitución de la salud de un ser querido.

Atentamente,
Irasema Acevedo Rivas
Vocal Patronato Trasplante y Vida, I.A.P.
Octubre 2013

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Introducción General

I. Donación de órganos
La donación de órganos es una decisión altruista, con la cual usted ayu-
dará a mejorar la calidad de vida de otra persona. El ser donante vivo
de un riñón es una decisión libre, reflexionada y personal, por lo que
nadie debe ejercer presión para que pueda tomar esta resolución.
Si usted decidió ser donante, deberá entrar a un proceso de evalua-
ción con el fin de valorar el beneficio, para ver si está usted en perfecta
salud y que el riñón es el adecuado para la persona que lo va a recibir.
El estudio global en la evaluación del donante potencial vivo debe
ser acucioso, completo y persigue cuatro objetivos:

a. La identificación de la mejor compatibilidad entre donante y re-


ceptor mediante una evaluación inmunológica completa, espe-
cialmente cuando hay varios donantes potenciales.
b. Una valoración médica completa que asegure que el donante
está sano, que tiene dos riñones con función perfecta y que –en
caso de familiares consanguíneos- no existe ningún signo de la
enfermedad que causó la insuficiencia renal en el receptor, o
cualquier otro padecimiento que pudiese incrementar el riesgo
anestésico-quirúrgico o que favorezca el desarrollo de insufi-
ciencia renal en el donante, posterior a la donación.
c. Identificar enfermedades que potencialmente podrían transmi-
tirse o afectar al receptor, como padecimientos tumorales e in-
fecciosos (enfermedad por citomegalovirus, inmunodeficiencia
adquirida, hepatitis, hongos, etc.), es decir, que el donante debe
estar completamente sano.
d. El estudio de la anatomía renal que hará posible la nefrectomía
(extracción del riñón del donante) y la realización de las anasto-
mosis vasculares y urinarias (unión de vasos sanguíneos y uré-
teres) de manera exitosa y con las menores complicaciones po-
sibles, ya que el donante debe correr con el menor número de
riesgos posible.

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El Riñón
El cuerpo contiene dos riñones, que son órganos en forma de frijol del
tamaño aproximado de un puño. Los riñones se localizan por debajo
de las costillas y en la parte posterior del abdomen es decir cerca de la
espalda y forman parte del sistema urinario, encargado de la produc-
ción de orina, mediante la cual se eliminan los desechos del organismo.

MANUAL DEL DONANTE DE UN ORGANO.


GUIA PRACTICA PARA EL PACIENTE.
MANUAL DEL DONANTE DE UN ORGANO.
GUIA PRACTICA PARA EL PACIENTE.

PEDRO SAN CRISTOBAL

PEDRO SAN CRISTOBAL

Foto: Pedro San Cristobal

¿Por qué son importantes los riñones?


Los riñones son importantes ya que contribuyen a:
ü Mantener el equilibrio de agua y electrolitos como sodio, pota-
sio, fosfatos y bicarbonato en el cuerpo.
ü Evitar la acumulación de desechos y toxinas en el organismo.
ü Producir hormonas que ayudan a mantener una presión arterial
correcta, a tener los huesos fuertes (vitamina D) y otra hormona
que estimula la producción de glóbulos rojos.

Como ya se mencionó, una de las funciones principales del riñón es


la producción de orina, con el fin de eliminar los desechos del orga-
nismo y evitar la acumulación de los mismos. El riñón está compues-
to de miles de nefronas, que son las unidades anatómicas especiales,
encargadas de la filtración del agua y sales. Una vez formada la orina,
se transporta a través de los uréteres hacia la vejiga, en donde se al-
macena. Unos músculos se relajan y otros se contraen, produciendo el

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mecanismo de la micción, que es el nombre técnico para denominar la
salida de la orina a través de la uretra.
Cuando los riñones dejan de funcionar de manera irreversible, se
presenta una enfermedad llamada insuficiencia renal crónica o enfer-
medad renal terminal, la cual requiere tratamiento inmediato.
Los diferentes tratamientos que sustituyen la función renal son la
diálisis peritoneal o la hemodiálisis. Ambos son procedimientos tem-
porales con la intención de mantener al paciente con vida en lo que se
realiza un procedimiento definitivo de la función renal, a través de un
trasplante.
El trasplante de riñón ofrece una solución a largo plazo. Consiste
en colocar un riñón sano en el cuerpo de la persona con insuficiencia
renal, el cual restaura las funciones perdidas por la enfermedad. Un
solo riñón sano puede realizar la función de los dos riñones enfermos
y mantener a la persona con vida en condiciones normales.
Realizar un trasplante, aumenta la calidad de vida del paciente, y res-
taura su condición de salud ya que la persona no requiere de otros
tratamientos molestos y permanentes. La única diferencia con una
persona sin trasplante es que debe tomar cotidianamente unos me-
dicamentos, durante toda su vida, para impedir el rechazo del órgano
trasplantado.

II. Trasplante de riñón

Debido a que una persona puede vivir normalmente con un solo riñón,
una persona viva puede donar un riñón sano a otra que haya perdido
su función renal. A la persona que dona el órgano se le conoce como
donante vivo y al que lo recibe se le conoce como receptor. Los donan-
tes vivos de riñón no presentan un mayor riesgo de enfermedad renal
y pueden mantener su estilo de vida y actividades tal como lo hacían
antes de la donación, excepto por ligeros cuidados como revisiones
clínicas rutinarias.
La selección del donante y la información sobre el trasplante la pro-
porciona el médico nefrólogo con el cirujano de trasplantes, a la fami-
lia del paciente urémico acompañado de preferencia por un psicólogo,
un profesional del área de trabajo social y personal experto en nutri-
ción clínica.

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Los requisitos para ser donante de riñón son:
a) Ser un familiar consanguíneo del paciente con un Acta de Naci-
miento que compruebe esta relación.
b) Existen donantes voluntarios altruistas que no son consanguí-
neos. Se les conoce como “donante vivo no relacionado” ó ´”do-
nante afectivo”. Hay que estar seguro que la donación es volun-
taria, que han tomado su decisión libremente, sin presiones y
exentos de una coerción comercial, como sería la compra-venta
de órganos. La carta de consentimiento deberá estar certificada
con testigos ante Notario Público.
c) Edad: 18 a 60 años. También es importante tomar en cuenta la
edad biológica, que puede tener variación con la edad cronoló-
gica por múltiples causas.
d) Grupo sanguíneo ABO idéntico o compatible.
Compatibilidad para donación

Grupo sanguíneo Grupos sanguíneos


del Donante que pueden recibir el órgano
O A todos los grupos: O, A, B, AB
A A los grupos A y AB
B A los grupos B y AB
AB Sólo al grupo AB

e) Prueba cruzada negativa (suero del receptor y linfocitos del do-


nante). La prueba cruzada debe tener una antigüedad menor de
un mes.
f) Se investigará tipo HLA aceptando al donante con mejor histo-
compatibilidad (esto es, el más parecido).
g) Deseo voluntario de donar el riñón. Al platicar acerca de la do-
nación del riñón se informa al donante y al receptor de los ries-
gos que existen para ambas partes y de las posibilidades de la
calidad de vida para el receptor cuando el trasplante es exitoso.
Así mismo, se le debe informar al receptor sobre el riesgo de la
pérdida temprana o tardía del injerto y la imposibilidad de pre-
decir los resultados a largo plazo del trasplante, especialmente
si el receptor no toma los medicamentos prescritos para evitar
el rechazo del injerto (medicamento inmunosupresor que la
persona trasplantada debe tomar durante toda su vida).
h) Se debe firmar un consentimiento perfectamente bien informado.
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III. Evaluación del donante vivo

El donante debe tener la edad legal que le permita expresar su con-


sentimiento.
La historia médica debe incluir los antecedentes, entre ellos espe-
cialmente la presencia de hipertensión, enfermedad renal y padeci-
mientos que pudieran comprometer en el futuro la función renal del
donante, como la diabetes. También se debe investigar sobre enfer-
medades crónicas que incrementen el riesgo anestésico, alergias o
medicamentos tomados con regularidad como anticonceptivos orales
los cuales deben ser suspendidos antes de la donación. El abuso del
alcohol, tabaco y drogas adictivas podrían obligar a la exclusión del
donante potencial.
Además es importante la investigación de la historia social, ya que no
es deseable la donación de un riñón en personas cuyas ocupaciones o
pasatiempos tienen un gran riesgo de traumatismos, como en depor-
tes de contacto, el uso de la motocicleta, entre otros. Tener planes de
embarazos futuros no contraindica la donación en mujeres en edad
reproductiva, siempre y cuando se compruebe también que estén per-
fectamente sanas.
Es conveniente conocer la enfermedad original del receptor, puesto
que hay líneas particulares de investigación que es conveniente llevar
a cabo por la necesidad de descubrir una enfermedad subclínica en
el donante. Tal es el caso de las nefropatías hereditarias, que pue-
den no ser evidentes en hermanos más jóvenes, como la enfermedad
poliquística renal y el síndrome de Alport. En el caso de la primera,
aunque es preferible la donación de fallecido, es posible considerar un
donante vivo relacionado pero mayor de 30 a 40 años, ya que en esta
etapa de la vida la enfermedad latente puede descartarse por medio
de una urografía excretora con cortes tomográficos o mediante ultra-
sonografía. Es difícil que la enfermedad poliquística se haga evidente
después de los 50 años, pero no imposible, por lo que siempre resulta
conveniente explicar al donante del órgano sobre este riesgo.
En caso de sospecha de diabetes mellitus deben efectuarse pruebas
de tolerancia a la glucosa, glucosa-cortisona, hemoglobina glicosilada
o cuando menos dos de ellas, para detectar cualquier evidencia de
diabetes subclínica en el donante. En receptores con nefropatía por
reflujo, debe descartarse dicho problema en el donante familiar. Por
otra parte, se ha descrito la existencia de cierta tendencia familiar de
glomerulonefritis focal y segmentaria primaria, la cual se asocia en al-
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gunos casos a HLA, Drw8 y la donación por un portador de este marca-
dor podría teóricamente, aumentar el riesgo de que esta enfermedad
se desarrolle en el futuro en el riñón remanente del donante.
La posibilidad de recurrencia de la enfermedad original en el riñón
trasplantado del receptor debe ser informada tanto al receptor como
al donante potencial (cistinosis, glomerulonefritis membranoprolifera-
tiva, así como la glomerulonefritis del trasplante).
La exploración física completa del futuro donante debe ser realizada
tanto por el nefrólogo como por el cirujano, incluyendo la toma de la
tensión arterial en dos o tres ocasiones diferentes.
Antes de iniciar la evaluación completa se debe determinar el gru-
po sanguíneo, los antígenos de histocompatibilidad y se deben hacer
pruebas cruzadas de linfocitoxicidad. Generalmente la incompatibi-
lidad receptor-donante en el sistema ABO es causa de rechazo irre-
versible; aunque ocasionalmente algunos grupos de investigadores
han informado de trasplantes exitosos entre donantes de tipo A2 en
receptores O, esto se debe a la baja expresión de los determinantes
antigénicos de A en los riñones de pacientes con subgrupo A2, compa-
rados con A1. Pero este tipo de incompatibilidad para donar puede ser
peligrosa cuando no se realiza su control en centros de trasplantes que
puedan decidir sobre el éxito o el fracaso cuando existen estos proble-
mas. Estos centros son muy especializados.
La mayoría de los estudios del donante pueden realizarse como pa-
cientes externos incluyendo los exámenes preoperatorios necesarios
para cualquier cirugía mayor; biometría hemática, química sanguínea,
electrolitos séricos, así como pruebas de funcionamiento hepático, se-
rología para hepatitis B y C, citomegalovirus y VIH, tiempos de coagula-
ción, electrocardiograma y radiografía de tórax, entre otras a juicio del
médico nefrólogo y del cirujano de trasplantes.
En este punto son de interés especial los estudios específicos para
la evaluación de la función renal como examen general de orina valo-
rando la densidad urinaria pH, ausencia de proteinuria, hematuria u
otras alteraciones del sedimento urinario. La evaluación de la función
renal también incluye la medición de la filtración glomerular mediante
la determinación de la depuración de creatinina y/o la gammagrafía
con DTPA. Adicionalmente el ultrasonido renal y la urografía excretora
detectan el mayor número de anormalidades cuya presencia contra-
indica la donación. Las anormalidades unilaterales menores no ne-
cesariamente afectan la sobrevida del injerto, ni la función del riñón

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remanente en el donante y siempre debe escogerse la nefrectomía
para donación con el riñón portador de dicha anormalidad.
Tradicionalmente la decisión para usar el riñón izquierdo o derecho
para el trasplante se ha basado en los hallazgos morfológicos obteni-
dos en la urografía excretora y la arteriografía. En algunos centros de
trasplante se sugiere agregar a estos parámetros la gammagrafía renal
funcional con 99Tc-DTPA para determinar la filtración glomerular en
cada riñón por separado. En caso de disparidad—15mL/min, el lado
seleccionado para la donación debe ser determinado con bases fun-
cionales, dejando en el donante el riñón que tenga una depuración
mayor.
Cuando la función renal es similar o casi similar en ambos riñones, la
elección dependerá de factores anatómicos. En términos generales se
prefiere el riñón izquierdo por la mayor longitud de su vena renal y el
derecho en caso de multiplicidad de arterias renales del lado izquier-
do; las duplicaciones de la arteria renal no necesariamente contraindi-
can la donación, pero si pueden prolongar el tiempo de la cirugía del
donante y de la isquemia del injerto. El éxito depende de la destreza
del equipo de cirujanos.
Cuando el donante es mujer en edad fértil, se prefiere el riñón de-
recho, ya que el riñón izquierdo está más protegido de la presión ab-
dominal durante el embarazo; lo mismo ocurre cuando los recepto-
res son niños muy pequeños y el trasplante debe ser intraperitoneal,
puesto que es más fácil usar el riñón derecho cuando la vena renal se
tiene que anastomosar a la vena cava inferior del receptor. Finalmente
hay que insistir en que debe utilizarse el riñón más pequeño, con me-
nor función o con cualquier anormalidad anatómica, de manera que el
donante conserve el mejor riñón.
Si no hay contradicciones después de la evaluación del donante, en
el estudio final previo al trasplante se deben repetir las pruebas cru-
zadas de linfocitotocixidad durante la semana anterior al trasplante. Si
hay varios familiares disponibles como posibles donantes, la selección
final se hace con base en la mejor histocompatibilidad. En primer lugar
la elección será con el familiar que tenga el HLA idéntico; en caso de
que existan varios familiares igualmente compatibles (compartiendo
solo un haplotipo), se escogerá a quien produzca la menor estimula-
ción de los linfocitos en el cultivo mixto, siempre y cuando esta prueba
se pueda llevar a cabo; ya que son muy pocos los centros de trasplan-
tes donde se realiza.

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IV. Contraindicaciones para la Donación Renal

En términos generales el donante no debe ser mayor de 65 años de


edad, aunque en algunos casos si el estado físico es excelente, esta re-
gla puede romperse; no debe tener historial de enfermedad progresi-
va, como diabetes mellitus. Los hábitos personales como tabaquismo,
abuso de alcohol, de drogas adictivas y la obesidad extrema pueden
interferir significativamente con la salud del donante, por lo cual se
necesita de una evaluación profunda. La historia de nefrolitiasis es una
contraindicación, ya que la formación de cálculos a corto o largo plazo
puede condicionar en ocasiones la pérdida de un riñón único. En nues-
tra experiencia la hipertensión leve y controlada o de origen emocional
no es contraindicación para la donación en el trasplante.
En casos con herencia familiar documentada de padecimientos
como enfermedad poliquística renal, diabetes en ambos padres, nefri-
tis hereditaria o enfermedades de la colágena, los donantes en estas
familias pueden ser aceptados pero se les debe explicar la posibilidad
de desarrollo de la enfermedad en ellos, con el paso del tiempo.
Lo ideal es que los dos riñones del donante sean anatómica y fun-
cionalmente normales; sin embargo, debe individualizarse cada caso
y aceptar que las alteraciones anatómicas menores no son contraindi-
cación absoluta y algunas pueden corregirse durante el trasplante. Las
razones más frecuentes de rechazo del donante son indecisión para la
donación, pruebas cruzadas positivas, hipertensión, anomalías anató-
micas, procesos infecciosos activos, presencia de procesos malignos
que pudieran producir metástasis, etc. Finalmente hay que conside-
rar que una selección cuidadosa del donante y una técnica quirúrgica
apropiada, se reflejan en un estado saludable del paciente trasplanta-
do a largo plazo.

V. Nefrectomía del Donante Vivo

El grupo quirúrgico encargado de realizar la nefrectomía del donan-


te vivo, tiene la tarea más difícil en el trasplante clínico, ya que debe
operar a una persona sana que espera salir del hospital en condiciones
óptimas de salud y solo con una cicatriz quirúrgica. Además tanto la fa-
cilidad de la cirugía del receptor, como la función temprana del injerto,

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dependen de la anatomía renal intacta y de la calidad de la preserva-
ción renal. Por estas razones la nefrectomía del donante vivo debe ser
realizada por un cirujano calificado y experimentado.
Es necesario informar al donante antes de obtener su consentimien-
to, sobre el tipo de cirugía que se va a realizar y de las posibles compli-
caciones, así como del dolor en la herida quirúrgica y la necesidad de
evitar labores manuales pesadas en las 6 a 12 semanas posteriores a
la cirugía.
Hay que explicarle al donante, aunque la cirugía sea exitosa, que
debe ser vigilado en el futuro por un médico nefrólogo que lo aconseje
sobre el cuidado de su persona, la dieta a seguir, los análisis periódi-
cos que debe realizarse para vigilar la función renal, evitar la ingesta
de medicamentos tóxicos, así como evitar los deportes extremos, que
pudieran producir un trauma, cuya consecuencia fuera daño al órgano
que era doble y ahora será único.

VI. Hospitalización y cirugía

Los preparativos de la cirugía incluyen las indicaciones de horario y


lugar, así como posibles indicaciones médicas especiales. Los médicos
y las enfermeras de trasplantes pueden contestar cualquier pregunta
que usted tenga con respecto a estos temas. De manera general, se le
pide no comer o beber nada 12 horas antes de la cirugía. Además, no
debe consumir o utilizar ningún medicamento que no haya sido eva-
luado o prescrito por el médico de trasplantes, al menos una semana
antes de la cirugía.
La admisión se realiza -usualmente y dependiendo del hospital y
respectivo programa- un día antes del procedimiento. Se le propor-
cionan una bata y medias de comprensión para evitar la aparición de
coágulos de sangre en las piernas. La cirugía de los donantes tiene una
duración de entre 2 ó 3 horas y la operación del receptor dura unas 3
horas. El tiempo de estancia en el hospital del donante suele ser me-
nor a 3 días, dependiendo de su evolución.

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VII. Técnica Quirúrgica

Actualmente, la cirugía laparoscópica ha remplazado en muchos cen-


tros de trasplante a la cirugía de abdomen abierto. La única contrain-
dicación relativa para la laparoscopia es el antecedente de cirugía ab-
dominal alta. Su uso depende de la experiencia del equipo quirúrgico
de trasplante.
Es una técnica desarrollada a partir de los años ochenta del siglo XX
y que consiste en realizar 3 ó 4 cortes muy pequeños usualmente 2 de
5 mm y 2 de 10mm en el abdomen y a un costado, para insertar a tra-
vés de la pared abdominal “tubos” trocares laparoscópicos delgados
por los cuales se trabaja con los instrumentos quirúrgicos especiales.
Se utiliza una cámara de video, por lo que todo se puede observar en
un monitor. Esto presenta muchas ventajas, ya que se ofrece menor
contacto con los órganos internos y por lo tanto menor riesgo de trau-
ma, infección y sangrado. Debido al uso de esta técnica, muchas de las
complicaciones que usualmente se producen en el post-operatorio dis-
minuyen de manera importante. Su aplicación produce menos dolor,
menor tiempo de hospitalización y una cicatriz mínima. Al utilizar me-
dicamentos menos fuertes para controlar el dolor, disminuye también
la fatiga y el sueño. Hacia el final del procedimiento, uno de los cortes
se agrandará un poco más para sacar el riñón y se colocará un catéter
en la vejiga para drenar la orina producida y evaluar la toma de deci-
siones en el donante y en el receptor, de acuerdo con los marcadores
urinarios: sodio, potasio, creatinina, entre otros.
Ante todo, su seguridad es lo más importante, por lo que dentro
del quirófano se toman las mejores decisiones para mantener a salvo
al donante y al receptor.

VIII. Cuidados post-operatorios y seguimiento

La decisión para utilizar el tipo de cirugía laparoscópica depende prin-


cipalmente de la experiencia del equipo quirúrgico de trasplante y se
está convirtiendo en la primera elección en la mayoría de los centros
de trasplante en el mundo. Este procedimiento favorece a que la recu-
peración del paciente sea en menor tiempo y menos dolorosa.

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Al despertar de la cirugía, es probable que se sienta cansado/a, con
cierta debilidad y algo de dolor. Esto es normal, por lo que personal
de enfermería estará muy cerca de usted para revisarle, darle medica-
mento y hacer que se sienta lo más confortable posible.
Conforme usted se sienta mejor, se le ofrecerá una dieta de líquidos
claros que irá progresando paulatinamente hasta que pueda regresar
a su alimentación normal. Así mismo, se recomienda poco a poco in-
crementar su actividad hasta que logre caminar por sí mismo/a. Si no
existe complicación, el catéter que le fue colocado durante la cirugía, si
es posible se podrá retirar al día siguiente de la cirugía.
Una vez que su alta se realice, recibirá indicaciones del cuidado que
deberá seguir en casa. Le recomendamos contactar a su equipo médi-
co en caso de cualquiera de los siguientes síntomas:

q Fiebre mayor de 37.9 C


q Malestar general por más de 4 horas
q Cansancio excesivo
q Tos con flemas, expectoración sucia
q Disnea (dificultad en la respiración)
q Disuria (ardor al orinar)
q Náuseas o vómitos frecuente
q Palpitaciones o arritmias
q Edema (hinchazón) en los tobillos, en los pies o en los párpados
q Si deja de orinar, orina menos o nada

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20
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IX. Complicaciones Potenciales del Donante

La experiencia en los últimos treinta años sugiere que la donación de


un riñón es un procedimiento seguro, con muy pocas complicaciones
a corto y largo plazo; sin embargo, existen ciertos riesgos relacionados
con la evaluación pre-operatoria y el procedimiento quirúrgico, -como
en toda intervención quirúrgica- además de algunas probables com-
plicaciones a largo plazo en portadores de un solo riñón.
En estudios realizados con medio de contraste, el riesgo de anafilaxis
se estima de 1:100,000 y el de complicaciones cardiacas o neurológicas
posteriores a la arteriografía femoral es 0.55%, con un riesgo de morta-
lidad de 0.03%. En donantes jóvenes, el riesgo es aún menor. Es decir,
aunque la cirugía es muy segura, nadie puede asegurar la ausencia de
complicaciones.
La muerte por donación de riñón es extremadamente rara. Se re-
portan mínimos casos debidos a embolismo pulmonar, hemorragias
que pueden requerir reexploración quirúrgica, infecciones quirúrgicas,
sepsis, infarto agudo del miocardio, hepatitis, insuficiencia renal. Estas
complicaciones son potencialmente evitables con una técnica quirúr-
gica escrupulosa y cuidados adecuados antes y después de la cirugía.
Las complicaciones menores pueden ocurrir entre el 10% y 20% de
los casos por infección de la herida, complicaciones pulmonares raras,
problemas ventilatorios, infección de vías urinarias consecutivas a la
cateterización vesical; por esto último es recomendable hacer un uro-
cultivo antes que el donante sea dado de alta del hospital.
En las pp. 20-21 previas, se describe una ruta crítica que la mayoría
de los centros de trasplante llevan a cabo al evaluar al donante vivo
relacionado. Es un resumen de lo dicho anteriormente, en forma de
diagrama de flujo.
Esta secuencia de acciones y procesos, puede variar dependiendo
del cirujano y/o del centro de trasplantes donde se realice la cirugía.
Las variaciones también dependen de la realización de la cirugía en
instituciones privadas o del sector público.

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X. Aspectos emocionales del donante de órgano sólido1

Cuando hablamos de un donante vivo relacionado, es difícil compren-


der todo lo que encierra esta palabra, un donante es “una persona
sana que se someterá a una intervención quirúrgica que no necesita,
que lo hará perder un órgano vital para salvar la vida de un familiar
cercano”.
Un donante vivo relacionado, es un familiar con cualquier tipo de
consanguinidad, que se encuentra dispuesto a donar órganos y/o teji-
dos, para salvar la vida de su paciente. En el caso de los niños se obser-
va una mayor disposición de la familia para donar, especialmente por
parte de los padres, ya que ansían la recuperación de su hijo o hija. En
el caso de los adultos, se tienen menor respuesta para la donación de
este tipo, por lo que será importante sensibilizar a las personas para
ampliar y fortalecer la donación de órganos y tejidos para fines de tras-
plante.
La donación de vivo relacionado es la principal fuente de órganos
para trasplante, ya que ofrece mejores resultados en cuanto a la so-
brevida y aceptación del injerto, respecto a la donación de persona
fallecida o la donación de vivo no relacionado.
Otra vía de donación es la de donante vivo no-relacionado, que se da
a través de la donación de una persona que no comparte lazos consan-
guíneos, que puede ser alguna amistad, la pareja o un desconocido.
Desde el punto de vista emocional, el donante –sea relacionado o
no-relacionado– debe llenar los siguientes requisitos:

Ø Debe tener un conocimiento claro y preciso de las posibilidades


que se llegaran a presentar complicaciones quirúrgicas y para su
paciente, es decir, que se debe informar claramente, del riesgo
de la donación, de lo que puede significar vivir con un solo riñón
y la posibilidad de que su sacrificio pueda resultar inútil.
Ø Debe estar libre de toda presión externa. Esto implica el cono-
cimiento pleno de la dinámica familiar que lleva una persona a
1
El material relacionado con el inciso “X. Aspectos emocionales del donante de ór-
gano sólido” ha sido elaborado por el Mtro. en Psicoanálisis Javier Hernández Moraira,
Lic. en Psicología, UNAM. Psicólogo del Servicio de Nefrología del Instituto Nacional
de Pediatría.

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ofrecerse como donante, evitando, en los posible que la familia
presione o manipule a los posible donantes.
Ø Asegurar una valoración psicológica y especializada sobre su es-
tabilidad mental y emocional, en especial depresiones previas.
Es importante explorar las reacciones que el donante ha enfren-
tado ante las diversas pérdidas en su vida, ya que la donación va
a implicar una pérdida más, por lo que la forma de afrontar este
tipo de situaciones, puede anticipar la manera en que asumirá la
pérdida del órgano o tejido que ha decidido donar.
Ø El donante propuesto, no debe de presentar un grado exagerado
de ansiedad antes de la cirugía, ya que esta condición puede
hacer dudar a los médicos a cargo del procedimiento sobre po-
sibles complicaciones médico-quirúrgicas y para la recuperación
posterior.

En un primer momento de la enfermedad, los familiares fueron im-


pactados, al igual que el paciente, por todo lo que implica una enfer-
medad crónica (el diagnostico, la hospitalización, el tratamiento, etc.).
Cuando se llega a considerar al paciente como receptor de órgano, la
familia se ha involucrado de tal forma con la enfermedad del paciente
como jamás se lo imaginaron y con mayor intensidad cuando se inicia
la selección del donante potencial, ya que no se sabe cuál de los miem-
bros de la familia resultará compatible. Esto genera una sensación de
incertidumbre y ansiedad en los familiares, pues la decisión de donar
no es nada fácil. Por un lado está el deseo de ver a su paciente resta-
blecido, haciendo una vida normal. Pero por otra parte, está el tiempo
que hay que invertir, las molestias físicas, los riesgos y el miedo a una
intervención quirúrgica mayor, así también, no se puede garantizar
cuánto tiempo va a durar la donación o si más tarde pudiera sufrir al-
gún padecimiento la persona donante por la falta del órgano donado.
Una vez libradas las dificultades, el donante comienza su prepara-
ción para el acto quirúrgico, este periodo pre-trasplante aparece re-
vestido de magia, esperanza y peligro. Surgen las fantasías y los miedos
alrededor del acto quirúrgico, que aunque se presume será seguro, no
disminuye los riesgos de ser sometido a cualquier tipo de intervención
médica.
Durante ese período pre-trasplante, también se debe trabajar en la
aceptación psíquica de la donación. Es frecuente que el donante pre-

24
sente diversos estados de ánimo relacionados con el proceso de duelo
que significa la pérdida del órgano que se ha decidido donar. Puede
sentirse impactado/a por la idea de la pérdida misma, puede presentar
negación de la donación, enojo, rebelión, depresión y angustia. La re-
comendación terapéutica es importante para vivir todas estas etapas
y continuar un seguimiento de las posibles emociones que surjan en
este proceso.
El donante es admirado y valorado por su generosidad, pero después
del trasplante esto disminuye, debido a que los cuidados son dirigidos
hacia el receptor. Es entonces cuando el donante puede sentirse triste
o que no ha recibido nada a cambio de lo que donó. A pesar de que en
un primer momento hay un incremento en la autoestima, después del
trasplante existen incidencias de depresión por la pérdida vivida.
Otro factor que puede afectar a los donantes son los motivos para
donar, ya que las motivaciones basadas en la culpa pueden influir ne-
gativamente para que la relación donante-receptor se convierta en ti-
ránica, de dominio, chantaje, dependencia u otras desviaciones de la
relación familiar.
La relación que el donante establezca con el receptor después del
trasplante, será decisiva en la aceptación y el desarrollo de la rehabi-
litación, así como también en la calidad de vida de ambas personas.

GLOSARIO2

Anastomosis: refiere a la unión de unos elementos anatómicos con otros


de la misma estructura; generalmente tubos como arterias, venas,
esófago, uréteres, etc.
Anafilaxis: reacción alérgica del organismo contra un elemento externo
(por ejemplo, medicamento o alimento).
Cistinosis: enfermedad metabólica donde el paciente retiene cistina.
Cistina: aminoácido presente en la configuración de las moléculas de
proteína.
Citomegalovirus: virus que puede infectar al organismo.
Curva de natriuresis: medición de la eliminación de sodio por la orina.
Sodio: elemento químico –NA- presente y necesario en el organismo
humano.

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Elaborado con aportaciones del Dr. Samuel Zaltzmann y el Diccionario de la Real Aca-
demia de la Lengua Española.

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DPTA (diálisis peritoneal intermitente ambulatoria): proceso terapéutico
sustituto de la función renal, para que en dicho procedimiento salgan
las toxinas de la sangre.
Donante: persona que voluntariamente cede un órgano, sangre, etc. des-
tinados a personas que lo necesiten.
Drw8: haplotipo.
Enfermedad poliquística renal: que presenta quistes en los riñones.
Glomérulo: parte del riñón que filtra la sangre y al filtrarla produce la ori-
na, la cual se procesa en los tubos renales.
Glomerulonefritis (focal, segmentaria, primaria, membranoproliferativa,
del trasplante): inflamación de los glomérulos, parcial o total (gene-
ralizada).
Haplotipo: en genética es una combinación de alelos de diferentes loci de
un cromosoma que son transmitidos juntos.
Loci: posición fija de un cromosoma, que puede ser un gen o un mar-
cador.
HLA: Antígeno de histocompatibilidad que se encuentra en las membra-
nas celulares y sirven para diferenciar a un individuo de otro.
Hematuria: pérdida de glóbulos rojos de la sangre por la orina.
Nefrectomía: extracción del riñón.
Nefrolitiasis: piedras o calcificaciones en los riñones.
Nefropatías: enfermedades de los riñones.
Paciente urémico: con insuficiencia renal, que retiene lo que normalmen-
te elimina el riñón por la orina, como la urea o la creatinina.
Proteinuria: pérdida de proteínas por la orina.
Pruebas de linfocitotoxicidad: se realizan para buscar compatibilidad de
los linfocitos entre donantes y receptores de órganos.
Quistes: formaciones esféricas rellenas de líquidos producidos por el pro-
pio organismo.
Sepsis o septicemia: respuesta sistémica del organismo ante una infec-
ción, con finalidad eminentemente defensiva, provocada por una in-
fección grave.
Síndrome de Alport: enfermedad hereditaria generalmente acompañada
de enfermedad renal, con problemas de sordera y/o afecciones ocu-
lares.
Trasplante: acción y resultado de trasplantar, que significa, implantar en
un cuerpo enfermo un órgano sano o parte de él, proveniente de otra
persona.

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