La Primera Guerra Mundial, que tuvo lugar entre 1914 y 1918, fue un

conflicto de proporciones catastróficas que transformó significativamente el

escenario político global y tuvo un impacto duradero en la organización
política, las fronteras y la soberanía tanto en México como en el mundo
entero.

En primer lugar, la Primera Guerra Mundial generó una serie de ideas y

cambios políticos relevantes. Uno de los conceptos más importantes que
surgieron fue el nacionalismo exacerbado, que llevó a muchas naciones a
buscar su independencia y autodeterminación. Esto se reflejó en la
desintegración de imperios como el austrohúngaro y el otomano, así como en
el surgimiento de nuevos estados y naciones, como Polonia y
Checoslovaquia. En el caso de México, aunque ya había alcanzado su
independencia en el siglo XIX, el nacionalismo se fortaleció como resultado
de la guerra, consolidando la identidad nacional mexicana.

Además, la Primera Guerra Mundial tuvo un profundo impacto en la creación

de la Liga de Naciones. Esta organización internacional, concebida con la
intención de mantener la paz y prevenir futuros conflictos, reflejó un cambio
significativo en la percepción de la soberanía estatal. La Liga de Naciones
buscaba fomentar la cooperación entre las naciones y resolver disputas de
manera diplomática, lo que representó un intento de limitar la autonomía de
los Estados en aras de un bien común global. Aunque la Liga de Naciones no
pudo evitar la Segunda Guerra Mundial, sentó las bases para la creación de la
ONU, que sigue siendo un actor importante en la política mundial.