2015) yo la amaba, si no era mía no podía ser de nadie
más; no hice nada malo, solo le di lo que ella merecía ”
El feminicidio es un problema complejo que requiere abordajes
multidisciplinarios. La psicología, junto con otras disciplinas como el derecho, la sociología y el trabajo social, desempeña un papel crucial en la comprensión, prevención e intervención en casos de feminicidio, y está estrechamente vinculado a factores sociales, culturales y psicológicos.
Desde la perspectiva psicológica, se ha investigado ampliamente sobre los
factores que contribuyen al feminicidio. Estos factores pueden incluir, roles de género rígidos, creencias patriarcales, violencia doméstica, abuso sexual, trastornos de personalidad, desigualdad de género.
La desigualdad de género y la discriminación contra las mujeres en la
sociedad pueden generar sentimientos de resentimiento, inferioridad o amenaza en algunos hombres. Estos sentimientos pueden manifestarse a través de comportamientos violentos como una forma de ejercer poder y control sobre las mujeres.
Se puede decir que tiene rasgos psicopáticos, cuya principal característica
es el odio hacia la mujer, lo cual se manifiesta a través del desprecio de la misma y la necesidad de sentirse superior a ella, es una persona celosa, dominante y controlador que de manera constante, amenaza y coacciona a una mujer para demostrar y sentir que tiene el poder absoluto sobre ella.
Cuando hablamos de los rasgos psicológicos de un maltratador hablamos
de un asesino cuya sensación de inseguridad psicológica hacia sí mismo lo lleva a culpar a la mujer de sus propios males. Algunos hombres tienen antecedentes de problemas de salud mental subyacentes, como trastornos de personalidad, trastornos de la ira, trastornos de personalidad narcisistas y generalmente tienen antecedentes de violencia dentro y fuera de su entorno familiar, quizás el historial de abuso o trauma durante la infancia puede contribuir al desarrollo de conductas violentas en la edad adulta y puede afectar negativamente la capacidad de empatizar y regular las emociones. Ahora si lo vemos desde la perspectiva de una posible víctima de feminicidio puede tener un impacto significativo en la vida de una mujer. La experiencia de enfrentar la amenaza de violencia extrema puede generar un profundo temor, estrés y trauma psicológico.
Puede perder la confianza y la sensación de seguridad personal. Las
mujeres pueden sentirse constantemente en peligro, incluso en situaciones cotidianas. Pueden desarrollar una mayor desconfianza hacia los demás, especialmente hacia los hombres.
Las mujeres que han sobrevivido a una tentativa de feminicidio pueden
experimentar cambios en su comportamiento. Pueden volverse más cautelosas, hipervigilantes y evitar situaciones o lugares que consideran riesgosos. También pueden mostrar dificultades para conciliar el sueño, cambios en el apetito y problemas de concentración
Para finalizar desde la perspectiva de la víctima acerca del feminicidio es
una realidad trágica y angustiante. El feminicidio es una manifestación extrema de la violencia de género y la desigualdad sistémica que enfrentan las mujeres en muchas sociedades.