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UNIVERSIDAD DE LAS AMÉRICAS

ASIGNATURA: REDACCIÓN TÉCNICA I


HORARIO: SABATINO. AULA: B-14
CATEDRÁTICO: LIC. ARNOLDO ANTONIO MUÑOZ CASTILLO.

UNIDAD II: LA EXPOSICIÓN ORAL. EL FORO.


TEMA:

LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN NICARAGUA

INTEGRANTES:
 LORENA RODRÍGUEZ MONTENEGRO

FECHA: 05 DE JUNIO DEL 2021.


Violencia Intrafamiliar.

La violencia intrafamiliar, es una forma de violación a los


derechos humanos y debe entenderse como cualquier acción o
conducta que de manera directa o indirecta causare daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico y patrimonial, al cónyuge
o conviviente o sobre las hijas e hijos del cónyuge o conviviente
o sobre ascendiente o discapacitados que convivan con él o ella
o que se hallen sujetos a tutela de uno u otro.

La violencia intrafamiliar también es conocida como violencia


doméstica, y es la que se da entre los miembros de una misma
familia.

La violencia intrafamiliar no se genera de forma espontánea,


esta avanza gradualmente.

Lo más lamentable es que este tipo de violencia muchas veces


es callada por vergüenza o temor.

Es así como los miembros de la familia sufren en silencio,


generando grandes consecuencias. Se hacen incapaces de
establecer o mantener relaciones afectivas, sufren problemas de
autoestima incluso pueden llegar hasta la muerte.

Cuando ocurre violencia intrafamiliar, es un indicador de que se


necesita ayuda profesional.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, el 35 % de


las mujeres del mundo han sufrido algún tipo de violencia
intrafamiliar.

Las familias que presentan este tipo de violencia, deben contar


con la orientación de un psicólogo.
Causas de la violencia intrafamiliar

Los factores que originan la violencia intrafamiliar pueden ser


muy variados.

 La intolerancia es uno de esos factores o causas.


 Cuando las personas no son educadas para tolerar, para
aceptar, terminan volcándose violentamente contra otras.
 De igual forma la falta de control de los impulsos es otras
de las causas.
 Cuando no se ha tenido un buen desarrollo de vínculos
afectivos, las personas no son capaces de establecerlos,
por lo tanto, adoptan conductas agresivas.
 Otra de las causas es la incapacidad de resolver
problemas.
 El alcohol, el consumo de drogas.

Todas estas causas pueden evitarse o corregirse con la ayuda de


un psicólogo.

Algunas expresiones de la violencia son:

 Las amenazas.
 Los insultos.
 Culpabilizar a la pareja de todo lo malo que ocurre en
casa.
 Las humillaciones.
 El rechazo.
 La ridiculización de las opiniones en público o privado.
 La desvalorización o el desprecio por el aspecto o condición
física.
 El impedimento o la prohibición de tener amistades o
contacto con familiares.
 El control de la correspondencia y las llamadas telefónicas
(aislamiento).
 El impedimento del acceso al dinero o la obligación de
rendir cuentas de todos los gastos.
 Ejercer el control de los recursos económicos y no cubrir
las necesidades básicas de la persona.
 La destrucción de objetos, particularmente de aquellos que
tienen especial valor sentimental.
 Los empujones.
 Los golpes.
 El estrangulamiento.
 La coacción para mantener relaciones sexuales.
 Forzar a realizar actos sexuales humillantes o denigrantes.

A través de la violencia intrafamiliar se pone en riesgo a los


individuos de diferentes formas, algunas son más fácil de
detectar que otras.

Los diferentes tipos de violencia doméstica o


intrafamiliar son:

a) Violencia física: Son las acciones, comportamientos u


omisiones que amenazan o lesionan la integridad corporal de
una persona. Se ejecuta con el miedo y la agresión, es así como
el agresor paraliza a su víctima. Se causan daños corporales
tanto con golpes como con objetos. En ocasiones se hace uso de
armas. Maltrato infantil, maltrato a adultos mayores y
minusválidos.

b) Violencia sexual: Son las acciones que obliga a una persona


tener o mantener contacto sexual, a participar en ellos,
mediante la fuerza, intimidación, coerción, chantaje, soborno,
manipulación, amenaza o cualquier mecanismo que anule o
límite la voluntad personal. Se puede dar el incesto, embarazos
no deseados, prohibición de uso de anticonceptivos, etc.

c) Violencia psicológica: Es la acción u omisión directa o


indirecta, cuyo propósito sea controlar o degradar las acciones,
comportamientos, creencias y decisiones de otras personas, por
medio de intimidación, manipulación, amenaza directa o
indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra conducta u
omisión que produzca un perjuicio en la salud psicológica, la
autodeterminación, el desarrollo integral y las posibilidades
personales. Este tipo de violencia afecta la autoestima de la
víctima.

d) Violencia patrimonial y económica: Es la acción u omisión


que implique un daño, pérdida, sustracción, destrucción,
retención o distracción en los bienes muebles o inmuebles,
objetos, documentos personales, valores, derechos
patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer
sus necesidades, bienes de una mujer y los recursos propios o
compartidos en el ámbito familiar o de pareja.

También constituye violencia patrimonial y económica el control


de los bienes y recursos financieros, manteniendo así el dominio
sobre la mujer, la negación de proveer los recursos necesarios
en el hogar, el desconocimiento del valor económico del trabajo
en las labores propias del hogar y la exigencia para que
abandone o no inicie un trabajo remunerado.

Consecuencias de la violencia intrafamiliar.

 Homicidio
 Lesiones graves
 Embarazo no deseado
 Abortos
 Estrés
 Vulnerabilidad a las enfermedades
 Suicidio
 Problemas de salud mental
 Ausencia de Autoestima
 Ser víctima de violación o abuso sexual conlleva los
siguientes sentimientos: Temor, Culpa, Desvalorización,
Odio, Vergüenza, Depresión, Asco, Desconfianza,
Aislamiento, Marginalidad y Ansiedad
 Ser diferente (se sienten diferentes a los demás)
 Dependencia y sometimiento
 Incertidumbre
 Tienen poco o nulo margen en la toma de decisiones con lo
que respecta a la vida de pareja y a la suya propia
 Padecen a veces trastornos alimentarios severos como
anorexia o bulimia
 Trastornos del sueño
 Frecuentes trastornos de alcoholismo y de ludopatía.

¿Por qué aguanta? ¿Por qué no se


separa?

Esas son las preguntas que oímos continuamente cuando se


habla de este tema. Es difícil de entender si no se tiene en
cuenta el proceso que lleva a una mujer a adquirir el síndrome
de la mujer maltratada. La conducta violenta, tanto en el
terreno físico como en el psíquico va causando un deterioro
psicológico en la mujer que desde el punto de vista conductual
se manifiesta en una auténtica sumisión a los deseos y órdenes
del agresor. 
El agresor llega a tener un control y dominio de la mujer que
hace que cada vez sea más inflexible, por lo cual la violencia
continúa su ciclo de intensidad creciente, y la mujer llega a
perder su propia identidad para convertirse en una posesión
más.

Y en la posesión peor tratada (ya quisieran muchas mujeres que


sus parejas las cuidaran tan bien como cuidan a sus coches,
por ejemplo). Y por supuesto tampoco ayuda a la víctima
a decidirse a romper esta situación la falta de apoyo jurídico
existente (tener que abandonar su hogar, tener que seguir
manteniendo una relación con el maltratador si tiene hijos…)

Una de las mayores barreras que se han interpuesto en el


avance de nuestro conocimiento sobre las consecuencias reales
del trauma doméstico, ha sido la propensión tan extendida
a culpar a la esposa maltratada de su propia desdicha. Tanto se
ha repetido que ella misma ha llegado a creerlo.

Factores que mantienen enganchadas a las mujeres


maltratadas:

 El amor romántico como adicción y dependencia.


 La creencia mágica de que él cambiará.
 El miedo, tanto a cómo le hace sentirse como a lo que pueda
hacer el maltratador si ella no se sigue mostrando sumisa.
 La convivencia: “Él es el bueno y yo soy la mala. Si me trata
así es para mejorarme”.
 La dependencia económica y el aislamiento social.
 
Además de serios daños físicos, la violencia familiar causa en
las víctimas trastornos emocionales que serán más profundos y
duraderos cuanto más tiempo dure la relación:
 Baja autoestima.
 Interiorización del machismo, dependencia del varón y en
general de todas las figuras de autoridad.
 Tienen depresión profunda: falta total de esperanza, se
sienten sin fuerzas, respuestas emocionales muy limitadas,
altos niveles de autocrítica y baja autoestima.
 Tienen miedo, estrés, conmoción psíquica aguda, ansiedad y
desorientación.
 Incomunicación y aislamiento provocado por el continuo
desamparo social.
 Tienen sentimientos de subordinación, dependencia y
sometimiento.
 Sentido de culpabilidad. Ellas mismas se sienten culpables
de la situación.
 Están desmotivadas y tienen una profunda ausencia de
esperanza.
 Incertidumbre, dudas e indecisiones por bloqueo emocional.
 Impotencia/indecisión: Carecen de poder interior para
superar los problemas.
 Se crea el “síndrome de la mujer maltratada”, que es parecido
al síndrome de Estocolmo, donde uno se identifica con la
figura de poder y de valor, en este caso el marido.
 Vivencia y transmisión de roles sexistas.
 Tienen poco o nulo margen en la toma de decisiones con lo
que respecta a la vida de pareja y a la suya propia.
 Padecen a veces trastornos alimentarios severos como
anorexia o bulimia.
 Trastornos del sueño.
 Irritabilidad y reacciones de indignación fuera de contexto.
 Frecuentes trastornos de alcoholismo y de ludopatía.
 Baja interiorización de valores sociales y democráticos.
Las víctimas de cualquiera de los tipos de violencia intrafamiliar
sufren daños físicos, emocionales y psíquicos.

Es por ello que ante las señales de violencia intrafamiliar hay


que acudir por ayuda de expertos.

Se hace necesario que los agresores puedan aprender a


gestionar sus emociones, controlar sus impulsos y superar la
intolerancia a tiempo.

Las víctimas también necesitan ayuda, para superar las


consecuencias y desarrollar una vida plena, mediante la
superación de los estragos originados por la violencia
intrafamiliar.

Por eso es importante buscar ayuda con un psicólogo experto.

En el marco de la actual pandemia global del COVID-19,


distintos organismos (ONU Mujeres 2020; UNICEF, 2020;
UNFPA, 2020), han alertado que la violencia contra las mujeres
y las niñas puede empeorar como resultado del confinamiento y
el aumento de la agresividad por el estrés emocional y
económico que se vive en la mayoría de los hogares a nivel
mundial.

La crisis generada por el COVID-19 está dejando en evidencia


otra pandemia de carácter social y silenciosa: la violencia de
género.  

La violencia de género constituye una amenaza primordial para


la vida y el bienestar de las mujeres y las niñas en todo el
mundo y, en especial, en América Latina donde cada 2 horas,
una mujer es asesinada únicamente por el hecho de ser mujer,
lo cual convierte a la región en el segundo lugar, después de
África, con el mayor índice de feminicidios a nivel global.

Al menos 1 de cada 3 mujeres en América Latina ha


experimentado violencia física o sexual; la Organización de
Naciones Unidas (ONU) ha alertado que la ausencia o el cierre
de servicios de atención a víctimas de violencia de género antes
y durante la pandemia del COVID-19 deja a las mujeres y niñas
más expuestas a la violencia intrafamiliar y sin acceso a redes
de apoyo institucional, comunitario y familiar (ONU, 2020).

En crisis como la que vivimos en la actualidad, los gobiernos


deben garantizar la protección de los derechos de las mujeres y
niñas estableciendo medidas efectivas para prevenir y mitigar la
violencia. Por ello, tomado en consideración las propuestas y
señalamientos de organizaciones feministas e instituciones
internacionales como ONU Mujeres, entre otras, es
imprescindible que se tomen en cuenta las siguientes
recomendaciones:

1. Crear y fortalecer los centros de apoyo y líneas de atención


telefónica para las víctimas de violencia intrafamiliar durante
y después de la pandemia de COVID-19 asegurando un
seguimiento adecuado y oportuno de los casos por parte de
las autoridades e instituciones relevantes.
2. Incluir a las asociaciones y grupos de mujeres, especialmente
aquellas que trabajan en temas de violencia de género en los
espacios de toma de decisión creados para dar respuesta a la
pandemia.
3. Agilizar mecanismos efectivos de prevención y mitigación
integral de la violencia considerando el aumento del
desempleo, la incertidumbre, la sobrecarga de tareas
reproductivas (domésticas, cuidado y crianza), el
hacinamiento, el consumo problemático de alcohol, drogas, y
el empobrecimiento.
4. Crear campañas de prevención, concientización y atención
sobre la violencia intrafamiliar con recomendaciones y
procedimientos concretos de auxilio en el marco de la crisis
por el COVID-19. Por ejemplo, las medidas a tomar por parte
de las mujeres y sus hijos e hijas en caso de violencia
intrafamiliar como casas de resguardo, números telefónicos
de vecinas y vecinos, amigos o familiares; el establecimiento
de códigos de alarmas y centros de ayuda implementados en
tu comunidad.      
5. Proveer mecanismos adecuados de apoyo, seguimiento y
atención a la salud mental y socioemocional para personas,
familias, comunidades y personal de salud con el fin de evitar
y enfrentar el aumento de la violencia contra las mujeres y
las niñas antes, durante y después de esta crisis.

Es necesario insistir a nuestras autoridades que aplique “mano


dura” contra la violencia machista, arraigada en nuestras
culturas, implementando Leyes, Convenios y Tratados
Internacionales que regulen la violencia intrafamiliar o
doméstica, Leyes como la Ley N°779, Ley integral contra la
violencia hacia las mujeres, Ley N°870, Código de Familia, Ley
N° 641, Código Penal. Para poner un ALTO a esta pandemia que
es la Violencia Intrafamiliar, que lo único que ha generado es
orfandad, dolor y luto a las familias nicaragüenses.
¿Qué debo hacer para salir de esta situación?

 Llamá a la Comisaría de la Mujer y la Niñez o a la Policía, o al


Ministerio de la Familia para pedir ayuda.

 Acordá con las vecinas y vecinos, amistades y familiares


próximos una señal para que llamen en caso de que necesités
ayuda.

 Si el ataque es inevitable protégete con los brazos la cara y la


cabeza.

 Abrí puertas y ventanas y hacé todo el ruido posible.

 Gritá y pedí socorro.

 Enseñá a tus hijos e hijas a buscar ayuda y protegerse


cuando comiencen los episodios violentos.

 Buscá amparo en las leyes que protegen a la mujer y sus


hijos e hijas para no quedarse sin casa.

 Si la decisión es salir de la casa es importante que busqués


información sobre los albergues o instituciones a las que
podés acudir con tus hijos e hijas.
Preguntas que se pueden plantear en el Foro:

 ¿Qué pierdo con vivir en un hogar


violento?

 ¿Qué pierden mis hijos e hijas con crecer


en una familia violenta?

 ¿Qué aprenden mis hijas e hijos sobre las


relaciones de pareja?

 ¿Que aprenden mis hijas sobre cómo ser


mujer?

 ¿Qué aprenden mis hijos sobre cómo ser


hombre?

 ¿Cómo estaré en cinco años?

 ¿Qué quiero?

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