Está en la página 1de 7

LÍRICA CULTA CORTESANA DEL SIGLO XV: LOS CANCIONEROS

Es un arte literario desarrollado en las cortes durante los siglos XIV y XV que conservamos gracias a CANCIONEROS que, a
modo de antología, recogían la producción de estos poetas. Los cancioneros más importantes son el de Baena, el de Stuñiga y el Cancionero
General de Hernando del Castillo.
En estas recopilaciones predomina la POESÍA CULTA que revela una fuerte influencia trovadoresca y provenzal. Se trata de
breves canciones líricas, ingeniosas composiciones de estilo ligero y metros cortos (octosílabo), destinadas al canto. Sus temas, amorosos o
satíricos, siguen reflejando los tópicos provenzales, en especial, el del AMOR CORTÉS (amor-servicio, actitud esquiva de la dama, turbación
del poeta en su presencia, sufrimiento gozoso, deseo de la muerte liberadora)
Sin embargo, a medida que avanza el siglo, se nota la INFLUENCIA ITALIANA de Dante y Petrarca, y el gusto por la imitación de
la literatura clásica latina. Un ejemplo de dicha influenia son los decires o poemas de carácter didáctico y doctrinal, de desarrollo alegórico,
y frecuentes alusiones mitológicas, escritos en un lenguaje culto plagado de latinismos.
En ese mundo cortesano pocos poetas escapan a la tentación de cantar al amor. Entre ellos no podían faltar las tres grandes
personalidades literarias del XV: el marqués de Santillana, Juan de Mena y Jorge Manrique.
El predominio de la poesía cortesana no debe hacer olvidar la importancia de la poesía satírica de fuerte contenido social, como la de
las Danzas de la Muerte, las coplas de la Panadera y las Coplas de Mingo Revulgo.

EL MARQUES DE SANTILLANA (1398-1458)

Ínigo López de Mendoza, marqués de Santilllana es del Diálogo de Bías contra Fortuna (reflexión sobre la
el modelo del nuevo tipo de poeta del siglo XV. Es, junto con fugacidad de los bienes mundanos) y del Doctrinal de Privados
Manrique, el prototipo del caballero-escritor, aficionado por (severo juicio de don Álvaro de Luna, valido de Juan II).
igual a las armas y a las letras. Su vida palaciega y cortesana
no le impidió adquirir una vasta cultura y reunir una biblioteca
famosa en su época. Pero también, participó muy activamente
en las contiendas políticas de su tiempo, y en especial en la que
el bando nobiliario sostuvo contra don Álvaro de Luna, privado
del rey Juan II de Castilla.
Su poesía y sus ideas literarias apuntaron en dos
direcciones: la tradición lírica medieval y las novedades
procedentes de Italia. Así, si en sus Canciones y decires y en
sus Serranillas integra con gracia y viveza lo popular y lo
culto, en sus obras de influencia italiana ambiciona imitar a
Dante y Petrarca.. Asimismo, a él le debemos la introducción
del soneto en nuestra literatura con sus Sonetos fechos al
itálico modo. Es autor de la Comedieta de Ponza (sobre la
derrota naval sufrida por Alfonso V el Magnánimo de Aragón),

JUAN DE MENA (1411-1456)

Fue uno de los mayores latinistas de su tiempo. Su Divina Comedia de Dante. Su lenguaje toma como modelo a
obra más importantes fue El Laberinto de la Fortuna o Las los clásicos latinos; de ahí, la abundancia de cultismos y de
trescientas. Es un extenso poema formado por coplas de arte referencias mitológicas, el continuo uso del hiperbatón y la
mayor en versos dodecasílabos, que sigue el modelo de la complejidad sintáctica oracional.

JORGE MANRIQUE (1440-1479)

orge Manrique nació,en la localidad palentina de de 1479.


Paredes de Nava, hacia 1440. Era hijo de don Rodrigo
Manrique y de doña Mencía de Figueroa, prima del Marqués
de Santillana.Su familia participó de modo muy activo en las
contiendas nobiliarias de su tiempo. Bajo el reinado de Juan
II (1406-1454), combatieron los Manrique al condestable don
Álvaro de Luna, hombre de confianza del monarca y firme
partidario de reforzar el poder de la Corona en detrimento de
los nobles. En ese ambiente guerrero y de intrigas políticas
se educó nuestro poeta. Pero, influido por el refinamiento de la
vida cortesana del XV o, quizás, por el ejemplo cercano de su
tío, el famoso poeta y dramaturgo Gómez Manrique, debió de
frecuentar también los círculos artísticos de la época: de ahí
sus contactos con las letras. Esa compartida afición a las
armas y a la literatura ha forjado de él, como en Garcilaso, la
una de las frecuentes acciones guerreras en las que intervino (el
asalto al castillo de Garcimuñoz, en poder de las tropas rebeldes
del marqués de Villena) perdió la vida Jorge Manrique en abril
Es un poeta de producción reducida: unas cincuenta composiciones, la mayoría de las cuales son poesías
amorosas, de influencia trovadoresca y carácter cortesano, que revelan la habilidad técnica e imaginación
metafórica. Jorge Manrique sería uno más de entre los numerosos poetas recogidos en los cancioneros, de no haber
compuesto las Coplas por la muerte de su padre, una de las grandes poéticas de nuestra historia literaria.

COPLAS DE JORGE MANRIQUE POR LA MUERTE DE SU PADRE

La elegía que Manrique compuso tras la muerte de su padre, ocurrida en 1476, es una de las composiciones
funerales más perfectas y emotivas de la lírica castellana. Es un poema didáctico-moral en el que el autor, tras la
muerte del maestre don Rodrigo Manrique, evoca y ensalza su figura.

Métrica.Esta obra está formada por 40 coplas de dos sextillas de pie quebrado (es decir, doce versos
agrupados en dos sextillas). Los versos son octosílabos, salvo el 3.º y el 6º que son tetrasílabos. La rima es
consonante y se distribuye de la siguiente forma: 8a8b4c8a8b4c / 8d8e4f8d8e4f. También llamadas estrofas
manriqueñas, éstas proporcionan un ritmo solemne y sereno, adecuado a la gravedad del asunto tratado. En general,
en cada estrofa se desarrolla una idea completa en sí misma.

Estructura. La obra presenta una estructura tripartita:


1ª Coplas I al XIV: consiste en una exposición doctrinal, en la que reflexiona sobre la fugacidad de la vida
humana y la inconsistencia o inestabilidad de los bienes de este mundo, sujetos a la acción destructora e
implacable de la fortuna, el tiempo y la muerte.
2ª Coplas XV a XXIV: como refuerzo a esa previa exposición doctrinal, se aduce el ejemplo de relevantes
personalidades del pasado, víctimas todas ellas de esos tres agentes y en los que Manrique emplea la interrogación
retórica del ubi sunt (¿Dónde están?)
3ª Coplas XXV a XL: se centra en la vida de su padre. El poeta elogia su personalidad, relata la visita de la
muerte y la aceptación resignada y confiada de don Rodrigo.

Temas. El poema lo configura un conglomerado de motivos extraídos del caudal tradicional. Son tópicos
que expresan verdades universalmente aceptadas en la Edad Media. Jorge Manrique, desde su propia experiencia
humana, recrea de forma personalísima esos temas y el resultado es una obra que nos conmueve por su
autenticidad y emoción:

1. El mundo es un lugar de tránsito en el que el hombre tiene la oportunidad, con sus buenas obras, de
conseguir la salvación de su alma. Por eso se debe renunciar a los bienes terrenales (el poder, la riqueza, los
placeres de la vida cortesana...), que son engañosos, fugaces e inestables. Se trata del TÓPICO DEL
MENOSPRECIO DEL MUNDO (de contemptu mundi), de gran raigambre en la tradición cristiana medieval.

2. LA RUEDA DE LA FORTUNA. La fortuna es un azar ciego que desencadena las tragedias humanas.
Se la representa como una RUEDA presurosa e inestable que reparte caprichosamente la felicidad y la desgracia: se
trata de una interpretación pagana, acorde con el resurgir de la Antigüedad clásica.

3. LA FUGACIDAD DE LA VIDA. El tiempo es fugaz, carece de consistencia. El presente es imposible


retenerlo, y cuando queremos darnos cuenta, ya no existe; por lo tanto, todo queda reducido a pasado. Como el
mundo es efímero, es inútil que el hombre deposite sus esperanzas en los frágiles cimientos de lo terrenal.
4. En el tratamiento literario de LA MUERTE Jorge Manrique recoge toda una tradición que reiteradamente
había venido destacando: su poder igualatorio, su sentido democrático (la muerte no establece diferencias, ni respeta
jerarquías); su aparición imprevisible, de forma solapada e inoportuna; su poder destructor, aniquilador de la
vida; su carácter ineludible; su imagen macabra, que inspira angustia y terror; y, por último, su implacable
crueldad (la muerte se ensaña sin conmoverse ante los rostros desencajados de sus víctimas). Pero Manrique supera
esa concepción aterradora haciéndole recobrar su sentido trascendente. Si la muerte es una realidad que escapa a la
voluntad humana, el hombre debe aceptarla con serenidad, como un hecho natural, y, además, considerarla como la
liberación de las penalidades terrenas, y, a la vez, como la puerta de acceso a la eternidad tras una vida heroica y
virtuosa.

5. El tópico del UBI SUNT. Para ejemplificar la fugacidad de los bienes mundanos recurre a la convención
retórica del ubi sunt (¿dónde están?), consistente en preguntar por el paradero de poderosos personajes del pasado
inmediato; pero la respuesta es el silencio. Ese silencio representa lo que queda de ellos, a lo que han sido reducidos
por esos tres agentes incansables (fortuna, tiempo y muerte): a la nada.
7. El tema de la FAMA es, como el de la fortuna, de raigambre clásica. Para el ser humano conseguir que, tras
la muerte física, su nombre perdure en la memoria de los que le sobreviven es una forma de prolongar la propia vida,
de retrasar la inexcusable cita con la muerte. El concepto manriqueño de la fama se inscribe dentro de un sentido
cristiano. Para él la fama es: a la consecuencia de una vida de honor, ejemplar y modélica, virtuosa y heroica; b la
única defensa que el hombre puede esgrimir ante los ataques de la Fortuna, el Tiempo y la Muerte.; c un consuelo
para los que aún quedan en este mundo y d el medio para alcanzar la salvación eterna, que es la meta de todo
cristiano.

Estilo. . En las Coplas Jorge Manrique olvida el lenguaje artificioso y conceptista de su poesía amatoria,
heredero del virtuosismo provenzal; prescinde del estilo de moda en la época, el latinizante de Juan de Mena; y, con
un espíritu casi renacentista, depura el idioma de cultismos, hipérbatos y adjetivos innecesarios.

Trascendencia. Las Coplas gozarón de gran éxito y fueron traducidas en los siglos XV y XVI a todas las
lenguas cultas, incluso el latín, y fueron glosadas por numerosos y destacados poetas como Jorge de Montemayor.
El interés por la obra se ha mantenido en los siglos posteriores. La estrofa manriqueña fue ensayada por los románticos,
como Zorrilla y Espronceda, y por los modenistas, como Ruben Darío y Amado Nervo. En el siglo XX, Antonio
Machado expresó su admiración por el poeta y su obra: Entre los poetas míos / tiene manrique un altar.

LA SÁTIRA
La situación de anarquía política y el clima de corrupción moral que imperan en el reinado de Enrique IV
de Castilla propician el auge de la poesía satírica, que se cultiva bajo dos modalidades: una social y otra política:
a La sátira social tiene su manifestación más importante en la Danza de la Muerte, género muy difundido
por Europa desde mediados del siglo XIV.Tres rasgos fundamentales la caracterizan: su carácter ritual, su sentido
democrático e igualador y, por último, su imagen macabra, que inspira pesadilla y zozobra.
b Frente al carácter colectivo de la anterior, la sátira política vierte una crítica violenta y personal contra
miembros de la corte (el rey, nobles, damas, escritores...). Tres obras anónimas, de escaso valor literario, representan
esta tendencia: las Coplas del Provincial, las Coplas de Mingo Revulgo y las Coplas de ¡Ay, panadera!
POESÍA AMOROSA

LA VAQUERA DE FINOJOSA

Moça tan fermosa do vi la vaquera Non creo las rosas


non vi en la frontera de la Finojosa. de la primavera
como una vaquera En un verde prado sean tan fermosas
de la Finojosa. de rosas e flores, nin de tal manera,
Faziendo la vía guardando ganado fablando sin glosa3,
del Calatraveño con otros pastores si antes supiera
a Santa María la vi tan graciosa de aquella vaquera
vencido el sueño que apenas creyera de la Finojosa.
por tierra fragosa1 que fuese vaquera Marqués de Santillana, Serranillas

perdí la carrera2, de la Finojosa.

1 Fragosa: difícil. 2 Perdí la carrera: me equivoqué de camino, me perdí. 3 Fablando sin glosa: hablando con sencillez.

4. ¿En qué se diferencia esta serranilla de las canciones de serrana de la lírica popular? Analiza la métrica: medida de los
versos, clase de rima y su distribución.
POESÍA DIDÁCTICO-MORAL: LAS COPLAS DE JORGE MANRIQUE

I III VI
Recuerde1 el alma dormida Nuestras vidas son los ríos Este mundo bueno fue
avive el seso e despierte que van a dar en la mar, si bien usásemos dél
contemplando que es el morir; como debemos,
cómo se pasa la vida, allí van los señoríos porque, según nuestra fe,
cómo se viene la muerte derechos a se acabar es para ganarse aquel
tan callando, e consumir; que atendemos.
cuán presto se va el placer; allí los ríos caudales, Aun aquel Fijo de Dios,
cómo, después de acordado, allí los otros medianos para sobirnos al cielo,
da dolor; e más chicos; descendió
cómo, a nuestro parecer, i llegados, son iguales a nascer acá entre nos,
cualquiera tiempo pasado los que viven por sus manos y a vivir en este suelo
fue mejor. e los ricos. do13 murió.
II V VII
Pues si vemos lo presente Este mundo es el camino Si fuese en nuestro poder
cómo en un punto6 se es ido para el otro, que es morada hacer la cara hermosa
e acabado, sin pesar; corporal,
si juzgamos sabiamente, mas cumple tener buen tino como podemos hacer
daremos lo non venido para andar esta jornada el alma tan gloriosa,
por pasado. sin errar. angelical,
Non se engañe nadi8, no, Partimos cuando nascemos, ¡qué diligencia tan viva
pensando que ha de durar andamos mientras vivimos, toviéramos toda hora
lo que espera y llegamos e tan presta,
más que duró lo que vio, al tiempo que fenecemos; en componer la cativa,
pues que todo ha de pasar así que, cuando morimos, dejándonos la señora
por tal manera. descansamos. descompuesta.
Jorge Manrique, Coplas
1 Recuerde: despierte. 2 Avive el seso: aguce la inteligencia, reflexione. 3 Cuán presto: qué pronto. 4 Acordado: alcanzado, satisfecho. 5 Lo presente: el
tiempo presente. 6 En un punto: en un instante. 7 Lo non venido: el tiempo futuro. 8 Nadi: nadie. 9 Pues que: puesto que. 10 Ríos caudales: ríos
caudalosos. 11 I: allí. 12 Atendemos: esperamos. 13 Do: donde. 14 La cativa: la cautiva, es decir, la cara. 15 La señora: el alma.

5. Esta famosa elegía comienza con unas reflexiones generales sobre la vida, el tiempo y la muerte. Lee las siguientes
estrofas y contesta a las cuestiones.
a ¿En qué rasgos lingüísticos se manifiesta el tono exhortatorio de la copla I? A través de una anáfora nos invita el
autor a reflexionar sobre cuatro realidades. ¿Cuáles? ¿De qué modo se le presenta la muerte al ser humano?
b La copla I finaliza con una sentencia. Explica su significado.
c Es inútil que el hombre deposite su confianza en el tiempo (copla II). ¿Por qué? ¿De qué modo llega Jorge
Manrique a esa conclusión? ¿De qué premisa parte? ¿Cómo desarrolla su razonamiento?
d ¿Hay alguna licencia métrica en la palabra gloriosa (copla VII, verso 5)? Razona la respuesta.
e La copla III comienza con una metáfora de origen bíblico. ¿Cuál es? Identifica los términos real e imaginario.
¿Dónde radica el acierto de la imagen? A partir de esa metáfora se desarrolla una alegoría: ¿qué elementos se corresponden
con el término real y con el imaginario?
f En la segunda sextilla (de la copla III) incorpora el poeta un motivo muy arraigado en la tradición literaria
medieval: el poder igualatorio de la muerte. Ahora bien, su tratamiento es distinto al de la Danza de la Muerte. ¿Dónde está
la diferencia?
g En las coplas V, VI y VII se nos ofrece, como dice Pedro Salinas, «una valoración del mundo conforme a la
doctrina cristiana». Justifícalo. Comenta también la alegoría con la que nuestro poeta explica esa visión del mundo. Estas
coplas desarrollan el tópico del menosprecio del mundo. Léelas y responde a las preguntas. a En la primera copla formula
Manrique, de modo genérico, el tópico del menosprecio del mundo. ¿En qué consiste?
h En las siguientes estrofas enumera el poeta los bienes mentirosos que ciegan al hombre y lo apartan del camino de
la salvación. ¿Qué bienes son esos? ¿Con qué imágenes pone de manifiesto su fugacidad? ¿Qué agentes son los responsables
de la falta de solidez de cada uno de esos bienes mundanos?

VIII XI IX
Ved de cuán poco valor Los estados e riqueza, Decidme: la hermosura,
son las cosas tras que andamos que nos dejan a deshora la gentil frescura y tez
y corremos, ¿quién lo duda?, de la cara,
que en este mundo traidor, non les pidamos firmeza, la color e la blancura,
aun primero que muramos1 pues que son de una señora cuando viene la vejez,
las perdemos. que se muda, ¿cuál se para?3
dellas deshace la edad2, que bienes son de Fortuna Las mañas e ligereza
dellas casos desastrados que revuelve con su rueda e la fuerza corporal
que acaescen, presurosa, de juventud,
dellas por su calidad, la cual non puede ser una5 todo se torna graveza
en los más altos estados ni estar estable ni queda cuando llega al arrabal
desfallescen. en una cosa. de senectud.
XIII
Los placeres e dulzores X
desta vida trabajada Pues la sangre de los godos, XIV
que tenemos, y el linaje e la nobleza Esos reyes poderosos
non son sino corredores6, tan crescida, que vemos por escripturas
e la muerte, la celada ¡por cuántas vías e modos ya pasadas
en que caemos. se pierde su grand alteza con casos tristes, llorosos,
Non mirando a nuestro daño, en esta vida! fueron sus buenas venturas
corremos a rienda suelta Unos, por poco valer, trastornadas;
sin parar; por cuán bajos e abatidos así que no hay cosa fuerte,
desque vemos el engaño que los tienen; que a papas y emperadores
y queremos dar la vuelta otros que, por non tener, e perlados,
no hay lugar. con oficios non debidos assí los trata la muerte
se mantienen. como a los pobres pastores
de ganados. Jorge Manrique, Coplas
1 Aun primero que muramos: antes de que muramos. 2 La edad: el paso del tiempo. 3 ¿Cuál se para?: ¿en qué quedan?, ¿qué queda de ellas? 4 Estados: el
estamento nobiliario. 5 Una: constante. 6 Corredores: soldados que, en la batalla, uno de los bandos contendientes lanza como señuelo con el objeto de
atraer al enemigo y así hacerlo caer en una emboscada. 7 Desque: en cuanto, cuando. 8 Perlados: prelados.

a En la primera copla formula Manrique, de modo genérico, el tópico del menosprecio del mundo. ¿En qué consiste?
b En las siguientes estrofas enumera el poeta los bienes mentirosos que ciegan al hombre y lo apartan del camino de la
salvación. ¿Qué bienes son esos? ¿Con qué imágenes pone de manifiesto su fugacidad? ¿Qué agentes son los
responsables de la falta de solidez de cada uno de esos bienes mundanos?

7. Observa cómo trata Manrique el tópico del ubi sunt en estos versos. Léelos y responde a las cuestiones.

XVI XVII XVIII


¿Qué se hizo el rey don Juan? ¿Qué se hicieron las damas, Pues el otro, su heredero,
Los Infantes de Aragón, sus tocados e vestidos, don Enrique, ¡qué poderes
¿qué se hicieron? sus olores? alcanzaba!
¿Qué fue de tanto galán, ¿Qué se hicieron las llamas ¡Cuán blando, cuán halaguero
qué de tanta invención de los fuegos encendidos, el mundo en sus placeres
que trajeron? de amadores? se le daba!
¿Fueron sino devaneos? ¿Qué se hizo aquel trovar, Mas verás cuán enemigo,
¿Qué fueron sino verduras las músicas acordadas cuán contrario, cuán cruel
de las eras que tañían? se le mostró
las justas e los torneos, ¿Qué se hizo aquel danzar, habiéndole sido amigo,
paramentos, bordaduras aquellas ropas chapadas ¡cuán poco duró con él
e cimeras? que traían? lo que le dio!
XIX XX XXI
Las dádivas desmedidas, Pues su hermano el inocente4 Pues aquel gran Condestable5
los edificios reales que en su vida sucesor maestre que conocimos
llenos de oro, le hicieron, tan privado,
las vajillas tan fabridas; ¡qué corte tan excellente non cumple que dél se hable,
los enriques3 e reales tuvo e cuánto gran señor mas sólo cómo lo vimos
del tesoro, le siguieron! degollado.
los jaeces, los caballos Mas, como fuese mortal, Sus infinitos tesoros,
de sus gentes e atavíos metióle la muerte luego sus villas e sus lugares,
tan sobrados, en su fragua. su mandar,
¿dónde iremos a buscallos? ¡Oh juicio divinal, ¿qué le fueron sino lloros?
¿Qué fueron sino rocíos cuando más ardía el fuego, ¿qué fueron sino pesares
de los prados? echaste agua! al dejar?
Jorge Manrique, Coplas

1 Juan II. 2 Hijos de Fernando I el de Antequera. 3 Enrique IV. 4 El príncipe Alfonso, hermano de Isabel la Católica. 5 Don Álvaro de Luna.

a Guiado por un propósito ejemplificador, recurre el poeta a la convención retórica del ubi sunt. ¿En qué consiste?
Analiza su fórmula estilística en las coplas XVI y XVII.
b Además introduce significativas innovaciones en el tratamiento del tema: en la búsqueda de personajes
ejemplares no sólo restringe el contorno histórico sino también el área geográfica y el número. ¿Por qué motivo? ¿Qué
pretende con ese criterio de reducción radical?
c ¿A cuántos personajes ilustres cita Jorge Manrique en estos versos? ¿Quiénes son? ¿En qué orden los presenta?
¿De qué modo humaniza a esas personalidades?
d El poeta identifica aquí los bienes engañosos de este mundo con realidades concretas de su época. ¿Cuáles?
Comenta también las metáforas con que se visualiza la fugacidad de esos bienes mundanos. ¿Qué imagen de la muerte nos
sugieren?
e La única referencia amorosa de toda la elegía está en la copla XVII. ¿En qué versos? La visión que del amor nos
ofrece aquí el poeta ¿coincide con la de la poesía cortesana de la época?
f Analiza la métrica de la copla XX: estructura, medida de los versos, licencias poéticas, clase de rima y su
distribución.
8. La última parte de las Coplas comienza con el elogio de don Rodrigo.
XXVI XXVII XXVIII
Amigo de sus amigos, En ventura, Octaviano, Antonio Pío, en clemencia;
¡qué señor para criados Julio César, en vencer Marco Aurelio, en igualdad
e parientes! e batallar; del semblante;
¡Qué enemigo de enemigos! en la virtud, Africano; Adriano, en elocuencia;
¡Qué maestro de esforzados Aníbal, en el saber Teodosio, en humanidad
e valientes! e trabajar; e buen talante.
¡Qué seso para discretos! en la bondad, un Trajano; Aurelio Alexandre fue
¡Qué gracia para donosos! Tito, en liberalidad en disciplina e rigor
¡Qué razón! con alegría; de la guerra;
¡Qué benigno a los sujetos! en su brazo, Aureliano; un Constantino, en la fe;
¡A los bravos e dañosos, Marco Atilio, en la verdad Camilo, en el grand amor
qué león! que prometía. de su tierra.
Jorge Manrique, Coplas
a El personaje de don Rodrigo es un compendio de virtudes caballerescas: el padre del poeta se erige así en
arquetipo del héroe medieval. Señala esas cualidades en la copla XXVI: ¿de qué modo las realza?
b A ese fin laudatorio responde el recurso de la enumeración panegírica, con el que, a manera de listado o
inventario, se nombran las excelencias del fallecido. Analiza los dos procedimientos con que se manifiesta ese recurso en las
coplas XXVI, XXVII y XXVIII.

9. La obra termina con la muerte de don Rodrigo y la fomulación de la doctrina de las tres vidas.
XXVI XXXIII XXXVII
Amigo de sus amigos, Después de puesta la vida E pues vos, claro varón,
¡qué señor para criados tantas veces por su ley tanta sangre derramaste
e parientes! al tablero; de paganos,
¡Qué enemigo de enemigos! después de tan bien servida esperad el galardón
¡Qué maestro de esforzados la corona de su rey que en este mundo ganaste
e valientes! verdadero; por las manos;
¡Qué seso para discretos! después de tanta hazaña e con esta confianza
¡Qué gracia para donosos! a que no pudo bastar e con la fe tan entera
¡Qué razón! cuenta cierta, que tenéis,
¡Qué benigno a los sujetos! en la su villa de Ocaña partid con buena esperanza,
¡A los bravos e dañosos, vino la muerte a llamar que estotra vida tercera
qué león! a su puerta, ganaréis».
XXVII XXXVI XXXV
En ventura, Octaviano, El vivir que es perdurable No se os haga tan amarga
Julio César, en vencer non se gana con estados la batalla temerosa
e batallar; mundanales, que esperáis,
en la virtud, Africano; ni con vida delectable pues otra vida más larga
Aníbal, en el saber donde moran los pecados de la fama gloriosa
e trabajar; infernales; acá dejáis.
en la bondad, un Trajano; mas los buenos religiosos Aunque esta vida de honor
Tito, en liberalidad gánanlo con oraciones tampoco no es eternal
con alegría; e con lloros; ni verdadera,
en su brazo, Aureliano; los caballeros famosos, mas con todo es muy mejor
Marco Atilio, en la verdad con trabajos e aflicciones que la otra temporal
que prometía. contra moros. perecedera.
XXVIII XXXVIII
Antonio Pío, en clemencia; XXXIV —«Non tengamos tiempo ya
Marco Aurelio, en igualdad Diciendo: —«Buen caballero, en esta vida mesquina
del semblante; dejad el mundo engañoso por tal modo,
Adriano, en elocuencia; e su halago; que mi voluntad está
Teodosio, en humanidad vuestro corazón de acero conforme con la divina
e buen talante. muestre su esfuerzo famoso para todo;
Aurelio Alexandre fue en este trago; e consiento en mi morir
en disciplina e rigor e pues de vida y salud con voluntad placentera,
de la guerra; fecisteis tan poca cuenta clara e pura,
un Constantino, en la fe; por la fama, que querer hombre vivir
Camilo, en el grand amor esfuércese la virtud cuando Dios quiere que muera
de su tierra. para sufrir esta afrenta es locura». Jorge Manrique, Coplas
que vos llama.

a ¿Cuándo y cómo le llega la muerte al Maestre don Rodrigo? (copla XXXIII). Explica el significado de la repetición del
adverbio después al comienzo de tres secuencias sucesivas (anáfora). Compara el contenido de esta estrofa con los versos
finales de la copla XX.
b ¿Cómo se comporta la muerte con don Rodrigo? ¿A qué le exhorta? (copla XXXIV).
c En las coplas XXXV, XXXVI y XXXVII se desarrolla la doctrina de las tres vidas. ¿Cuáles son? ¿De qué modo se
caracteriza a cada una? ¿Cómo se alcanza la tercera?
d Una vez terminado el exhorto de la muerte, el moribundo toma la palabra (copla XXXVIII). ¿Qué actitud adopta?

También podría gustarte