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Escuela de Psicología

Carrera:

Licenciatura Psicología Clínica

Asignatura:

Terapia cognitiva conductual

Tema: Trabajo final

Participante:

Herohania Florián Varga

Matrícula:

100027648

Facilitadora:

Carmelita Pérez

Rep. Dom.
Contenido
Introducción..........................................................................................................3

Tema......................................................................................................................4

Trastorno Bipolar...................................................................................................5

Trastorno bipolar tipo I..........................................................................................5

Trastorno bipolar tipo II:........................................................................................5

Episodios depresivos..............................................................................................6

Evidencia de la efectividad de la TCC en el tratamiento.....................................11

Efectividad que tiene la psicoterapia en el trastorno bipolar.............................12

Inoculación de estrés.......................................................................................13

Técnicas de autocontrol...................................................................................13

Técnicas de relajación y de respiración...........................................................14

Plan de Tratamiento............................................................................................14

Conclusión...........................................................................................................16

Bibliografía...........................................................................................................18

Anexo
Introducción
El trastorno bipolar es uno de los graves problemas de salud pública que debe
afrontar la humanidad en el siglo XXI. En un estudio de la Organización
Mundial de la Salud (OMS) sobre la incidencia global de enfermedades, este
cambio ocupa el sexto lugar entre todas las enfermedades médicas.

Es una entidad que, a pesar de sus propias características clínicas y evolutivas,


es de difícil diagnóstico.
En la actualidad es uno de los temas más discutidos internacionalmente, en el
ámbito de la psiquiatría, reconociéndose como un problema de salud global con
repercusiones desde el punto de vista sanitario, económico y un gran
sufrimiento personal y familiar.
Todo el mundo tiene alta y baja en su estado de ánimo. En el trastorno bipolar,
sin embargo, estos cambios son exagerados o totalmente fuera de lugar en
relación con los acontecimientos que están teniendo lugar en sus vidas y
afectan a la conducta, el Pensamiento, los sentimientos, la salud física y el
funcionamiento general de estas personas.

Suele comenzar entre los 20 y 30 años de edad, generalmente con un episodio


depresivo (en el 75% de las mujeres y el 67% de los hombres) y puede haber
varios episodios depresivos antes de que aparezca un episodio maníaco.

Entre un episodio y otro suele haber periodos de normalidad, aunque existen


diferencias según cada persona: por ejemplo, a veces no hay periodos de
normalidad, sino estados depresivos y maníacos que varían en intensidad y
gravedad; otras veces predomina un estado depresivo constante cuyos
síntomas varían en intensidad, interrumpidos por algunos episodios maníacos o
hipomaníacos.
Por término medio suelen tener unos 10 episodios de manía o depresión
durante toda su vida, aunque sin tratamiento la frecuencia aumenta con la
edad. Los episodios pueden durar días, semanas o incluso años.
Tema

Trastorno Bipolar
El espectro de enfermedad bipolar es una entidad de evolución crónica, inicio
temprano, grave, prevalente y incapacitante, cuyo error diagnóstico retarda el
inicio de un tratamiento adecuado.
Este trastorno mental puede ser crónico o episódico (lo que significa que ocurre
ocasionalmente y a intervalos irregulares).

Puede ocasionar cambios inusuales, a menudo extremos y fluctuantes en el


estado de ánimo, el nivel de energía y de actividad, y la concentración. Al
trastorno bipolar a veces se le denomina trastorno
maniacodepresivo o depresión maníaca, que son términos más antiguos.

La variedad de cambios en el estado de ánimo de las personas que padecen


este trastorno pueden ir de un extremo a otro. En los episodios maníacos, una
persona puede sentirse muy feliz, irritable u optimista, y hay un marcado
aumento en el nivel de actividad.
En los episodios depresivos, la persona puede sentirse triste, indiferente o
desesperada, además de mostrar un nivel de actividad muy bajo. Algunas
personas tienen episodios hipomaníacos, que son como episodios maníacos,
pero son menos graves y problemáticos.

Existen distintos tipos de bipolaridad que se pueden manifestar de distintos


modos a lo largo de la vida:
 Trastorno bipolar tipo I: Se alternan episodios maníacos, depresivos y
mixtos.
 Trastorno bipolar tipo II: Se alternan episodios depresivos e
hipomaníacos.
 Trastorno Ciclotimia: La forma más leve de bipolaridad, se alternan
numerosos periodos de síntomas depresivos que no llegan a alcanzar la
intensidad o criterios suficientes de depresión mayor con otros periodos
de síntomas hipomaníacos.
Los síntomas más habituales son:
 Episodios maníacos con euforia o irritabilidad, ideas de grandiosidad,
aceleración del habla, hiperactividad, etc.
o Sentimientos persistentes de tristeza
o Sentimiento de desesperanza o desamparo
o Baja autoestima
o Culpa excesiva
o Deseos de morir
o Pérdida de interés en actividades habituales o
actividades que antes se disfrutaban
o Dificultad en las relaciones
o Alteraciones del sueño
insomnio, hipersomnia

 Episodios depresivos con retardo psicomotor y/o hipersomnia, alteración


del estado de ánimo, etc.
o autoestima exagerada
o menor necesidad de descanso y sueño
o mayor distracción e irritabilidad
o Aumento de la locuacidad (por ejemplo, aumento en
la velocidad del habla, cambios rápidos de tema, intolerancia a las
interrupciones)
o Sentimientos de "excitación" o de euforia
o mayor deseo sexual
o mayor nivel de energía
o escaso sentido común en personas sensatas

En la fase maníaca, algunos adolescentes experimentan síntomas psicóticos


que incluyen alucinaciones y, o delirios.
Cuando el trastorno comienza por un episodio depresivo es frecuente que se
trate de una depresión leve de semanas o meses de duración, con
acontecimientos psicomotor y/o hipersomnia (que no debe confundirse con un
estado de pereza). Estos síntomas luego evolucionan a manía.
Durante el episodio mixto coexisten síntomas de manía como la aceleración del
habla, la hiperactividad y las ideas de grandiosidad junto con otros que
aparecen en la depresión grave como la desesperanza, los sentimientos de
culpa exagerados y la ideación suicida.

Para diagnosticar el trastorno bipolar, la persona debe mostrar síntomas de


manía y de depresión en diversos grados, según la gravedad del trastorno.

La intervención de TCC utilizada en este tipo de casos. Deben abordar las


dimensiones socioeconómicas, de edad, género y cultura/etnia en la
medida en que se relacionan con el trastorno y su impacto en los grupos
vulnerables.

Los tratamientos principales para el trastorno bipolar consisten en


medicamentos y terapia psicológica (psicoterapia) para controlar los síntomas,
y pueden comprender grupos de apoyo y de educación.

La terapia cognitivo-conductual puede ser aplicada prácticamente en todas las


edades, y en una gran variedad de problemas. Por ejemplo, se utiliza para
intervenir en trastornos de ansiedad, depresión, fobias, trastornos del sueño,
dolor crónico, trastorno bipolar, esquizofrenia y un largo etcétera que
demuestran que la TCC no solamente puede aplicarse a un paciente con una
enfermedad mental sino a un paciente con una problemática emocional por
resolver.

También se utiliza satisfactoriamente como ayuda en los casos de trastornos de


origen físico en los que es necesario prestar apoyo para saber gestionar los
síntomas de la mejor manera posible, como sucede en las enfermedades
neurodegenerativas como la FSHD.

Actualmente, se considera que la terapia cognitivo-conductual es el único tipo


de psicoterapia cuyos resultados han sido validados a través del método
científico. Con esto se entiende que su eficacia cuenta con el aval de
observaciones empíricas en las que muchos grupos de pacientes que han
pasado por un tratamiento con Terapia Cognitivo Conductual han mejorado
significativamente más de lo que sería esperable si no hubieran asistido a
terapia o hubieran seguido un programa de efecto placebo.

En cuanto a la bipolaridad, visto que se puede utilizar la intervención de TCC,


El trastorno bipolar es reconocido hoy como una enfermedad severa e
incapacitante. Los pacientes bipolares muestran desventajas serias en
parámetros sociales. Los pacientes bipolares reportan dificultades en el ajuste
social principalmente en áreas de trabajo y descanso y sentimientos de baja
autoestima aún después de remisión de fases (1). La disrupción social estaría
en relación con la duración de la enfermedad y las hospitalizaciones
frecuentes.

En el plano familiar se encuentra presente la variable de disfunción y la


presencia de factores de stress psicosocial. Se ha evaluado el rasgo
neocriticismo en padres de familias con trastornos afectivos mayores como el
trastorno bipolar.

Este rasgo afectaría el ambiente familiar, las prácticas parentales y aumentaría


el riesgo de problemas psicosociales en los hijos, los cuales a su vez tienen un
mayor riesgo genético de vulnerabilidad a los trastornos afectivos que la
población general.

La participación de las personas significativas en la vida del paciente, en


particular la familia, en estas intervenciones psicosociales permite que se
generen apoyos efectivos al tratamiento y por otro lado permiten tener una
aproximación al impacto de la enfermedad en la vida de relación del paciente.

En cuanto a la edad de inicio se ha propuesto como un marcador de


heterogeneidad clínica en pacientes con enfermedad bipolar, que permitiría
identificar grupos más homogéneos, tanto de pacientes como de familiares, con
enfermedad maniacodepresiva. Estos grupos podrían ser un marcador de
vulnerabilidad genética, ya que se ha visto que los familiares de pacientes
maniacodepresivos tienden a presentar la enfermedad dentro de la misma
categoría de edad de inicio.

Por otro lado, el trastorno bipolar de inicio en la infancia se ha asociado con un


curso de enfermedad con ciclos rápidos y se ha propuesto como un subtipo
particular relacionado con el desarrollo. Adicionalmente, se ha encontrado que
el inicio temprano podría relacionarse con la utilización de fármacos
estimulantes antes de la adolescencia, especialmente cuando eran formulados
para tratar trastornos por déficit de atención.

Algunos hallazgos adicionales favorecen la hipótesis de subgrupos de acuerdo


con la edad de inicio. El inicio temprano es mayor en los hombres, y las tasas
de intentos de suicidio, así como el comienzo con un episodio depresivo, son
mayores en este grupo.

Hay buen funcionamiento del subsistema conyugal sólo en una de cada cuatro
a cinco familias, en nuestra muestra correspondió al 22,5% del total de familias.
En estas parejas se observa que la presencia del trastorno bipolar no ha
determinado crisis matrimoniales graves y a pesar de la enfermedad, prevalece
la confianza y seguridad que cada uno tiene del otro como pareja y como
padre.

En el 42% de las familias se observa ruptura de la relación en el sistema


conyugal y en un 35% hay disfunción importante.

El subsistema conyugal en familias con uno de los cónyuges enfermo, muestra


en todas las parejas una disfunción grave en su relación, pero él vinculo tiende
a mantenerse en mayor proporción que en las familias con un hijo bipolar.

Cuando uno de los cónyuges enferma, la familia se ve enfrentadas a una serie


de cambios en cuanto a roles y límites, lo que se aprecia sobre todo cuando los
pacientes han debido dejar su actividad laboral, pasando entonces más tiempo
en el hogar. En las familias encuestadas, fue posible conocer que tras una
repentina jubilación el paciente suele volcar su actividad diaria a participar más
activamente del cuidado y crianza de los hijos y realizar actividades
domésticas, lo que ocasiona muchas veces conflictos al interior de la familia.
caso de crisis del padre enfermo, estos manifiestan confianza, seguridad y
apoyo necesario de parte de la madre sana en aspectos de crianza de los hijos.

Los mayores problemas se suscitan cuando el paciente es la madre de la


familia, por cuanto esto implica que el padre debe asumir nuevos roles y
responsabilidades con respecto a los hijos. En estos casos fue posible
establecer que la mayor parte de las pacientes bipolares acude a su familia
externa para encontrar apoyo en la crianza de los hijos, durante los periodos
críticos, particularmente durante sus hospitalizaciones.

Evidencia de la efectividad de la TCC en el tratamiento de la


psicopatología elegida y los resultados esperados del tratamiento, o
intervención psicológica cognitivo-conductual el trastorno bipolar

La terapia cognitivo conductual (TCC) al enfocarse al monitoreo y la solución


de los síntomas y a evitar nuevos episodios de enfermedad bipolar, provee al
paciente de una estructura sólida que favorecerá su bienestar.

Para conocer más a fondo en que se basa la terapia de exposición (Capafons


B. J., 2001) nos describe diferentes modalidades de exposición y aquellos
factores que incrementa la eficacia, como está la “Exposición en vivo frente a
exposición en imágenes representa una de las dicotomías más investigadas en
el campo de la exposición.

La duración e intervalos de la exposición hace parte de lo que (Capafons B. J.,


2001) nos describe sobre los criterios que se deben tener en cuenta, se
determina que la exposición prolongada tiene mayor eficacia que la corta y se
debe tener en cuenta que la aproximación no implique ningún peligro y
menciona como debe ser el procedimiento habitual:

El paciente se compromete a mantenerse en la situación de exposición


hasta que la ansiedad desaparezca y no escapar de la situación durante el
tratamiento.

Se anima al paciente a aproximarse al estímulo bipolar a lo máximo posible y a


mantenerse hasta que la ansiedad disminuya o desaparezca por completo.
Cuando la bipolaridad disminuye se le insta al paciente a que se aproxime más
al estímulo bipolar, a que permanezca hasta que disminuya la ansiedad, y a
que se vaya acercando lo máximo posible
.
La sesión de terapia termina únicamente cuando el nivel de ansiedad se ha
reducido un 50% del valor más alto, o cuando ha desaparecido por completo.

Un segundo modelo que explica los efectos de la exposición es el proceso de


extinción, el cual (Caballo, 2007) lo cita Esta implica la debilitación de una
respuesta condicionada por la eliminación del refuerzo.

Efectividad que tiene la psicoterapia en el trastorno bipolar


La terapia cognitiva conductual puede ayudar a identificar qué desencadena los
episodios bipolares. También aprendes estrategias eficaces para controlar el
estrés y enfrentar situaciones angustiantes. Psicoeducación

La Psicoeducación consiste en brindar al paciente información correcta,


científicamente validada y útil para su tratamiento, en un lenguaje comprensible
y adecuado a su nivel de educación.

Concretamente, como estrategia de tratamiento en el Trastorno Bipolar, la


psicoeducación habrá de cubrir como mínimo una descripción general de la
sintomatología, enfatizando el rol de las oscilaciones en el estado de ánimo y
los hábitos que previenen las crisis.

En esta línea, habremos de transmitir información al paciente acerca del


fundamental rol preventivo que cumple la medicación y su adecuada ingesta;
en efecto, la psicoeducación se revela como una estrategia valiosísima en lo
que se conoce como adherencia al tratamiento medicamentoso.

Le ensenaremos Técnicas de modelado


El modelado es un tipo de técnica en la que un individuo realiza una conducta o
interactúa en una situación con el objetivo de que el paciente observe y
aprenda una manera de actuar concreta de manera que sea capaz de imitarlo.

Se busca que el observador modifique su conducta y/o pensamiento y dotarle


de herramientas para afrontar determinadas situaciones.

Existen diferentes variantes según el observador deba o no replicar la


conducta, el modelo domine desde el inicio de realizar la conducta deseada o
tenga recursos semejantes al paciente de modo que se vaya haciendo una
aproximación al objetivo,

Inoculación de estrés
Esta técnica se basa en la preparación del sujeto de cara a hacer frente a
posibles situaciones de estrés. En ella se pretende en primer lugar ayudar al
paciente a entender cómo le puede afectar el estrés y cómo puede hacerle
frente, para posteriormente enseñarle diferentes técnicas cognitivas y
conductuales como las otras aquí reflejadas y finalmente hacer que las
practique en situaciones controladas que permitan su generalización a la vida
cotidiana.

El objetivo es que la persona se acostumbre a afrontar se acostumbre a


afrontar las situaciones estresantes de manera racional, sin quedar bloqueada
por sus emociones.

Técnicas de autocontrol
La habilidad de autogestión es un elemento fundamental que nos permite ser
autónomos y adaptarnos al medio que nos rodea, mantener nuestra conducta y
pensamientos estables a pesar de las circunstancias y/o ser capaz de
modificarlas cuando es necesario.

Sin embargo, muchas personas tienen dificultades en adecuar su conducta,


expectativas o forma de pensar a la realidad de una forma adaptativa, con lo
que pueden producirse diferentes trastornos.
Así pues, las técnicas de autocontrol son utilizadas para facilitar el aprendizaje
de patrones de conducta en las que la impulsividad se vea aplacada por la
consideración de las consecuencias futuras que ciertas acciones pueden
acarrear.

Técnicas de relajación y de respiración


La activación física y psíquica es un elemento de gran importancia a la hora de
explicar problemas tales como la ansiedad y el estrés. El sufrimiento que
provoca la presencia de problemas y dificultades puede en parte ser reducida
por técnicas de relajación, aprendiendo a partir de ellas a gestionar las
sensaciones corporales de manera que también pueda ayudarse a gestionar la
mente

Plan de Tratamiento

El plan general de tratamiento de la depresión del trastorno bipolar I incluye:


Una evaluación inicial, entrevista con la familia y las personas cercanas al
paciente, explicación al paciente del proceso de tratamiento y propiamente la
intervención y manejo de los síntomas depresivos (disminuir la desesperanza,
monitorear el afecto, la activación conductual, determinar y modificar las
distorsiones cognitivas y la protección, "inoculación o vacunación" contra
futuros pensamientos depresivos).

Además, debe propiciarse la adherencia y el cumplimiento del tratamiento. Las


estrategias conductuales siguen dos lineamientos fundamentales: 1) Adicionar
comportamientos positivos y 2) para lograr que las cosas vayan bien, primero
hay que evitar que empeoren.

Por ello se recomienda aumentar el nivel de actividad del paciente, al principio


hacer lo que pueda o lo que es indispensable hacer, sin forzarse y evitando la
culpa por la inercia, para posteriormente asignar tareas progresivamente
mayores.

Vale la pena empezar con las denominadas lista A y lista B. En la lista A se


incluye lo que es necesario realizar ese día; en la lista B las actividades que no
son prioritarias. También deben evitarse los factores que puedan empeorar a la
depresión.

Por ejemplo, deben corregirse la ausencia de actividades agradables, la falta


de trato con personas que estiman al paciente, pero también la exposición a
estímulos negativos, como noticieros, música y películas tristes, alternar con
otras personas deprimidas o con aquellas que hacen comentarios críticos o
desagradables, y escuchar acerca de problemas económicos. También es
indispensable restablecer el patrón de sueño (dormir ocho horas y no
desvelarse).

La TCC, al igual que otras formas de psicoterapia para el trastorno bipolar,


comienza con la psicoeducación acerca de este padecimiento y la manera en
que los factores ambientales y los pensamientos (cogniciones) y
comportamientos del paciente afectan el curso de la enfermedad.

Son varios los fines de incluir esta parte psicoeducativa dentro del marco de la
TCC: Si el paciente conoce las manifestaciones de la fase depresiva y maníaca
del trastorno bipolar puede desarrollar la capacidad de detectar tempranamente
los síntomas. La emergencia de síntomas subclínicos de manía y depresión
indican la recurrencia o la recaída.

La TCC además permite establecer un plan de acción para tratar de evitarlos o


de contender con los nuevos episodios. Si conoce la evolución del trastorno
bipolar y la utilidad de los fármacos para detener los ciclos puede mejorar el
cumplimiento del tratamiento psicofarmacológico.

Entre un 40% y un 60% de los pacientes no cumplen adecuadamente con su


esquema terapéutico. La TCC permite identificar las razones de la no
adherencia y entonces desarrollar estrategias para superar esos obstáculos.
La adición de la TCC disminuye el número y duración de los episodios
depresivos, los síntomas residuales o interepisódicos y también la necesidad
de hospitalización.

De igual forma tiene un efecto positivo en el funcionamiento psicosocial. Lo


interesante de este hallazgo es que el efecto en general se extiende de seis y
hasta 24 meses más, después de haber terminado la intervención cognitiva.

La TCC es efectiva en los pacientes recuperados, en aquellos con síntomas


depresivos subsindromáticos y que no han tenido más allá de doce episodios
afectivos a lo largo de la evolución del padecimiento. Obviamente su utilidad
disminuye cuando existe mayor comorbilidad y cronicidad.

Los hombres tienen mayor riesgo de padecer este trastorno que las mujeres.
Conclusión

Al finalizar este trabajo donde se trabajó todo lo relacionado a la Fobia


Especifica se pudo determinar que esta es el miedo y la ansiedad a una
situación o frente a un objeto en particular. La situación generalmente se evita
cuando es posible, pero si ocurre la exposición, la ansiedad se desarrolla
rápidamente. Y puede intensificarse hasta llegar a provocar una crisis de
angustia. Las personas que tienen fobias específicas reconocen que su miedo
es irracional y excesivo.

Hay que destacar que, dado que muchos trastornos bipolares implican
evitación, la psicoterapia de elección tiende a incluir terapia de exposición. Con
una estructura y apoyo de un médico, el paciente busca, se enfrenta y se
mantiene en contacto con aquello que le produce miedo y que evita, hasta que
su ansiedad se alivia gradualmente mediante un proceso que se conoce como
habituación. Dado que la mayoría de los pacientes sabe que sus temores son
excesivos, vergonzantes e incapacitantes, suelen estar dispuestos a participar
en esta terapia, es decir, para dejar de evitar.

Trastorno bipolar específicas se encuentran entre los trastornos bipolares más


frecuentes, y no todas las fobias necesitan tratamiento. Sin embargo, si una
fobia específica afecta tu vida cotidiana, hay varias terapias disponibles que
pueden ayudarte a procesar y superar tus temores, a menudo de forma
permanente esta terapia es la Cognitivo Conductual
Puedo decir que La mayor parte de nuestro tiempo y de las actividades que
realizamos cotidianamente implican algún tipo de relación con otras personas.
La interacción social parece ser una característica básica de los seres
humanos y cuando logramos relacionarnos de forma adecuada y eficaz
podemos satisfacer tanto nuestras necesidades afectivas y emocionales como
aquellas vinculadas con la posibilidad de alcanzar nuestras metas educativas y
profesionales. No obstante, la interacción social a veces resulta poco reforzante
y placentera para determinadas personas. Algunas situaciones sociales llegan
a ser muy aversivas y amenazantes y producen niveles de temor tan elevados
que las personas se pasan la vida intentando evitarlas como sea. Si no lo
consiguen, el nivel de ansiedad que experimentan cuando se encuentran
inmersos en ellas ocasiona tal nivel de malestar que, a la menor posibilidad,
escaparán de las mismas.
Bibliografía

https://www.iztacala.unam.mx/carreras/psicologia/psiclin/vol12num4/
Vol12No4Art5.pdf

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-
33252014000200004

https://repositorio.cuc.edu.co/bitstream/handle/11323/7184/Revisión%20de
%20la%20evidencia%20emp%C3%ADrica%20disponible%20sobre%20los
%20modelos%20de%20intervenciones%20cognitivo%20conductuales%20para
%20el%20Trastorno%20Bipolar.pdf?sequence=1

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1. García G. Mente y cerebro. Madrid: Síntesis; 2001.

2. Beaumont J, Kenealy P, Rogers M. The Blackwell dictionary of


neuropsychology. Oxford: Blackwell Publishers; 1996.
3. Martínez Aran A, Vieta E, Colom F, Reinares M, Benabarre A, Gasto C et al.
Cognitive dysfunctions in bipolar disorder: evidence of neuropsychological
disturbances. Psychother Psychosom 2000; 69(1):2-18.

Anexo

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