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UNIVERSIDAD NACIONAL SAN CRISTÓBAL DE HUAMANGA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA PROFESIONAL DE TRABAJO SOCIAL

ENFOQUE DE LOS DERECHOS HUMANOS EN


LA SALUD MENTAL

ASIGNATURA: Salud Mental

SIGLA: PS-541

DOCENTE: HURTADO AMBROCIO, Olga

INTEGRANTES:

● BARBOZA QUISPE, Karen Magaly


● CAMPOS DAVILA, Delsy Raquel

AYACUCHO-PERÚ

2021
INTRODUCCIÓN

La llamada Salud Mental constituye un ámbito por demás complejo, con un sinnúmero de
problemáticas, muchas de ellas extensivas al campo de la salud en general. Una de estas dificultades
gira en torno a su delimitación, por cuanto la misma antinomia Cuerpo – Mente (ya caída
epistemológicamente), no parece hoy día ser operante en el abordaje de los problemas de salud, sean
estos de manifestación preponderantemente orgánica o mental

Asimismo, al definirse el derecho a la salud como elemento prioritario para el respeto del derecho a la
vida, éste resulta inseparable del acceso a los servicios de salud mental para aquellas personas que en
algún momento de su vida padecen psíquicamente.

Todas las normas mencionadas en el siguiente trabajo establecen obligaciones y pautas orientadas
relativamente a las políticas que están implementadas a favor de las personas con discapacidad , las
cuales requieren ser observadas por el Estado y que estas sean cumplidas o aplicadas sin vulneración .

Por otro lado, en nuestro país, carecemos de información sistemática y actualizada sobre la cantidad y
gravedad de las dolencias en Salud Mental o sobre las estrategias que se emplean para su mitigación,
dado que en los medios políticos, académicos o científicos no se han promovido estudios de corte
epidemiológico que abarcaran a importantes muestras poblacionales. Si bien no se halla difundida una
cultura del registro y la sistematización de información, que facilite rápidas estimaciones sobre la
distribución de las problemáticas de Salud Mental, se cuenta con estudios aproximados que señalan el
crecimiento en la incidencia de fenómenos tales como la violencia, la depresión, los suicidios, el
tabaquismo y el alcoholismo.

1. ENFOQUE DE LOS DERECHOS HUMANOS EN LA SALUD MENTAL

“El cuidado de la salud mental debe realizarse con enfoque de género, interculturalidad y de derechos
humanos”
En nuestra condición de seres humanos, nuestra salud y la de nuestros seres queridos es un asunto de
preocupación cotidiana. Cualesquiera que sean nuestra edad, género o antecedentes étnicos y
socioeconómicos, consideramos que la salud es nuestro bien más básico y fundamental.

Por otra parte, un mal estado de salud nos puede privar de asistir a la escuela o al trabajo, de cumplir
con nuestras responsabilidades familiares o de participar plenamente en actividades comunitarias.
Asimismo, estaríamos dispuestos a realizar numerosos sacrificios, si estos nos garantizaran que
nosotros y nuestras familias vamos a vivir una vida más larga y saludable.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la definición de salud es un estado de completo


bienestar físico, mental y social, y no la simple ausencia de enfermedad. Este enfoque holístico es
relativamente novedoso e indica un cambio en la manera de entender “el derecho a un nivel de vida
adecuado que asegure la salud y el bienestar”, consagrado por primera vez hace 70 años en la
Declaración Universal de Derechos Humanos.

“Todos los seres humanos nacen libres en dignidad y derechos.” Declaración Universal de los
Derechos Humanos, art.1.

Los derechos humanos son universales, políticos, civiles, económicos, sociales y culturales.
Pertenecen a todos los seres humanos, incluyendo a las personas con distintas capacidades. Las
personas con discapacidad deben gozar de sus derechos y libertades fundamentales en términos de
igualdad con las demás en sociedad, sin discriminación de ningún tipo.

¿Esto se cumple con las personas con discapacidad psicosocial?

Las personas con problemas de Salud Mental son objeto de discriminación generalizada, de exclusión
social, de estigma y, en muchas ocasiones, no se respeta su autonomía, voluntad y preferencias.

Nuestro colectivo forma parte de un grupo poblacional con altos niveles de exclusión social: las
personas con discapacidad. Para proteger los derechos de estas personas fue necesario crear de forma
explícita un instrumento de defensa: “La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad”.

1.1. Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad:

La Convención no establece ningún derecho nuevo para las personas con discapacidad; más bien
profundiza en lo que significan los derechos humanos existentes y aclara las obligaciones de los
Estados partes de proteger y promover los. Para garantizar un entorno propicio en el respeto a los
derechos de las personas con discapacidad, la Convención incluye también artículos sobre la toma de
conciencia, la accesibilidad, las situaciones de riesgo y emergencias humanitarias, el acceso a la
justicia, la movilidad personal y la habilitación y rehabilitación, entre otros. Fue elaborado por
profesionales en colaboración con personas de distintas capacidades y sus familiares. El tratado se
firmó por más de 170 países y contiene 50 artículos que sientan las bases para la inclusión y completa
ciudadanía de las personas con discapacidad incluidas, lógicamente, las que tienen problemas de salud
mental.

2. DERECHOS HUMANOS EN LA SALUD MENTAL EN PERÚ

En el ámbito internacional, la programación 1891 “ como el año internacional de los impedidos” por
las Naciones Unidas, significó un importante avance político hacia el tratamiento de la discapacidad
desde la perspectiva de los derechos humanos. A partir de entonces, la filosofía de participación plena
constituye el marco del desarrollo de la normatividad internacional a favor de las personas con
discapacidad.

En este sentido, el programa de “acción mundial para la salud de los impedidos” aprobado por la
asamblea general de las naciones unidas en su resolución 37/52 del 3 de diciembre de 1892 introduce
el principio de “igualdad de oportunidades” como un ámbito nuevo de intervención, así como el
reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad y de sus organizaciones de
participar en la toma de decisiones en los asuntos de su interés.

No obstante el gran avance de la normatividad internacional referida a la defensa y promoción de los


derechos humanos de las personas con discapacidad, siguen existiendo grandes problemas respecto a
su vigencia y respeto. esta situación adopta dimensiones mayores al tratarse de las personas con
discapacidad por trastornos mentales por ser las más vulnerables dentro de este sector poblacional , lo
que refleja en violaciones constantes a sus derechos fundamentales , entre ellos: el derecho a la
libertad personal, el derecho al trato digno el derecho a la identidad , el derechoa manifestar su
consentimiento informado , el derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva, etc.

Al respecto, los “principios para la protección de los enfermos mentales y para el mejoramiento de la
atención de la salud mental , adoptadas por la asamblea general de las de las Naciones Unidas en su
resolución 46/119 de 17 de diciembre de 1991 establecen directrices claras sobre la protección de los
derechos fundamentales de las personas con discapacidad mental, así como para establecimiento de
instituciones psiquiátricos y para la atención de salud mental.

Estos principios establecen que todas las personas que padezcan una enfermedad mental, o que estén
atendidas por esta causa, tienen derecho a no ser discriminadas por este motivo y al respecto de su
dignidad . En este sentido , tienen derecho a la protección contra la explotación económica, sexual o
de otra índole , el maltrato físico o el trato degradante .
Asimismo todas las personas que padezcan una enfermedad mental tienen derecho a ejercer todos los
derechos civiles, políticos, civiles,económicos, sociales y culturales reconocidos en la Declaración de
los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de derechos económicos Sociales y culturales , pacto
internacional de los derechos civil y político, etc.

Adicionalmente, señalan la importancia que tiene el que el que todo paciente sea tratado y atendido,en
la medida de lo posible, en comunidad que vive . Asimismo , se establece el derecho que tienen los
pacientes de ser tratados en un ambiente lo menos restrictivo posible.igualmente cabe resaltar el
derecho que tienen las personas con discapacidad mental a no recibir tratamiento sin su
consentimiento informado , ni a ser internado o retenidos en una institución psiquiátrica , salvo en los
casos en que esto sea necesario para proteger la salud o seguridad de la persona que se trate o de otras
personas , así como sus derechos básicos y libertades fundamentales , conforme a las limitaciones
establecidas por la ley.

En relación a las personas con discapacidad por trastorno mental que se encuentran internados en una
institución psiquiátrica , debe ponerse especial énfasis al respecto de su derecho a tener vida privada ,
a la libertad de comunicación , a la libertad de religión o creencias . del mismo modo , tiene derecho a
contar con instalaciones para actividades de recreo y esparcimiento , instalación educativas, etc

Estos principios , deben interpretarse en concordancia con las disposiciones contenidas en las normas
uniformes , las cuales están orientadas a lograr la participación activa de las personas con
discapacidad en sus respectivas comunidades , así como su desarrollo integral en las condiciones de
igualdad.

En el mismo sentido , la “Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de


Discriminacion Contra personas con Discapacidad” ratificada por el perú mediante resolución
legislativa Nº27484, publicada en el diario oficial “ El Peruano” el 18 de junio de 2001 , establece el
compromiso de los estados parte de trabajar prioritariamente en las de detección temprana e
intervención, tratamiento rehabilitación , educación , formación , ocupacional y el suministro de
servicio globales para asegurar un nivel óptimo de independencia y calidad de vida para las personas
con discapacidad.

Todas estas normas establecen obligaciones y pautas orientadas relativamente a las políticas que
deben implementar los Estados a favor de las personas con discapacidad , las cuales requieren ser
observadas por el Estado peruano .

En el Perú, la constitución política del Estado consagra en su artículo 7º que “ toda personas
incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental tiene derecho al
respeto de su dignidad y aun régimen legal de protección , atención readaptación y seguridad”
Asimismo, en la Ley General de la Persona con Discapacidad , Ley Nº27050, norma de desarrollo
constitucional emitida el 6 de enero 1999, establece los lineamientos orientadores de la labor de las
entidades del Estado en materia de discapacidades , con el objetivo de que puedan desarrollarse en
condiciones que garanticen el principio de igualdad de oportunidades y su plena integración en la
sociedad.

LEY Nº 30947, LEY DE SALUD MENTAL, tiene por objeto establecer el marco legal para
garantizar el acceso a los servicios, la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación en salud
mental, como condiciones para el pleno ejercicio del derecho a la salud y el bienestar de la persona, la
familia y la comunidad. La atención de la salud mental considera el modelo de atención comunitaria,
así como el respeto ineludible a los derechos humanos y dignidad de la persona, sin discriminación, y
el abordaje intercultural, que erradique la estigmatización de las personas con problemas en su salud
mental.

En nuestro país, los problemas de salud mental se han visto agravados de una manera muy
significativa debido a factores socioeconómicos y culturales , como delincuencial el creciente
consumo de sustancia adictivas , las altas tasas de desempleo , las limitaciones en la educación y la
grave situación de pobreza en que vive la mayoría de los peruanos.

Es preciso señalar, que un importante número de las víctimas que la violencia política desatara en
1980 dejó en nuestro país, adquirió diversas formas de discapacidad física, mental y sensorial.

La Defensoría del Pueblo, de acuerdo con su mandato constitucional de defensa de los derechos
fundamentales de la persona y la comunidad, brinda atención prioritaria desde el inicio de sus
funciones a la labor defesa de los derechos de aquellos sectores de población que se encuentran en
mayor estado de vulnerabilidad, encontrándose en ellas las personas con discapacidad. Sin embargo,
en el caso específico de las personas con discapacidad por trastornos mentales, hemos recibido un
reducido número de quejas. Esta situación no hace sino que evidencia el desconocimiento de los
derechos que asisten a este sector de la población, tanto por parte de las propias personas con
discapacidad como de sus familiares, así como sobre a dónde acudir frente a su vulneración.

Se sabe que la atención a la población con discapacidad por trastornos mentales, en especial la que se
encuentra internada en centros psiquiátricos, dista mucho de los estándares contemplados en los
instrumentos internacionales que la vinculan a los derechos humanos.

Al respecto, debemos llamar la atención sobre la situación de aquellas personas con discapacidad por
trastornos mentales que se encuentran recluidas en los centros penitenciarios del país. Pues según el
informe defensorial sobre la situación del establecimiento penitenciario de régimen cerrado ordinario
de Lurigancho , se ha podido constatar la existencia la existencia en dicho penal de al menos 23
internos que tienen discapacidad mental. De estos. 15 tienen esquizofrenia, 3 tienen retardo mental y 5
otro tipo de discapacidades por trastornos mentales.

Los internos psiquiátricos se encuentran en un ambiente ubicado en el sótano del penal, el cual
presenta graves filtraciones que producen el deterioro de su estructura, a tal punto que el área
destinado al comedor ha sido reubicado en el área del pasadizo que a su vez es utilizado como
ambiente de terapia.

Los internos con problemas mentales requieren de una alimentación especial, debido a los frecuentes
cuadros de depresión que presentan. Esto, sin embargo, no se cumple, hecho que agrava su estado de
salud, originando cuadros de TBC.

2.1. DERECHOS EN LA SALUD MENTAL

● Derecho a la salud mental


Artículo 7
En el marco de lo establecido por el artículo 7 de la Constitución Política del Perú, toda
persona, sin discriminación alguna, tiene derecho a gozar del más alto nivel posible de salud
mental. El Estado garantiza la disponibilidad de programas y servicios para la atención de la
salud mental en número suficiente, en todo el territorio nacional; así como el acceso a
prestaciones de salud mental adecuadas y de calidad, incluyendo intervenciones de
promoción, prevención, recuperación y rehabilitación.
● Derecho al acceso universal a los servicios de salud mental
Artículo 8.
8.1 Toda persona tiene derecho a acceder libre y voluntariamente a servicios de salud mental
públicos, y a los privados correspondientes, y a recibir atención oportuna de acuerdo al
problema en salud mental. Los servicios de salud incluyen el diagnóstico, tratamiento,
recuperación, rehabilitación e inserción social.
8.2 Los servicios de salud públicos priorizan la atención a los menores de edad, mujeres
víctimas de violencia, personas en situación de pobreza, pobreza extrema o vulnerabilidad, así
como víctimas de eventos naturales catastróficos.
● Derechos en el ámbito de los servicios de salud mental
Artículo 9
Además de las disposiciones generales establecidas en la Ley 26842, Ley General de Salud, y
en la Ley 29414, Ley que establece los derechos de las personas usuarias de los servicios de
salud, en el ámbito de la salud mental, toda persona tiene derecho a:
1. Ser atendido por su problema de salud mental en el establecimiento de salud más cercano a
su domicilio, protegiendo la vinculación con su entorno familiar, comunitario y social.
2. Recibir información necesaria sobre los servicios de salud a los que puede acceder y los
requisitos necesarios para su uso, previo al sometimiento a procedimientos diagnósticos o
terapéuticos.
3. Recibir información completa, oportuna y continuada sobre su estado de salud mental, en
términos comprensibles, incluyendo el diagnóstico, pronóstico y alternativas de tratamiento;
así como sobre los riesgos, contraindicaciones, precauciones y advertencias de las
intervenciones, tratamientos y medicamentos que se prescriban y administren.
4. Obtener servicios, medicamentos y productos sanitarios adecuados y necesarios para
prevenir, promover, conservar o recuperar su salud, según lo requiera, garantizando su acceso
en forma oportuna, continua, integral y digna.
5. Acceder a servicios de internamiento u hospitalización como recurso terapéutico de carácter
excepcional.
6. Acceder a servicios de internamiento u hospitalización en ambientes lo menos restrictivos
posibles que correspondan a su necesidad de salud, a fin de garantizar su dignidad y su
integridad física.
7. Otorgar su consentimiento informado, que implica la aceptación libre, sin persuasión indebida
y otorgada por una persona con problemas de salud mental, o por sus representantes, según
sea el caso, después de habérsele proporcionado información precisa, suficiente y
comprensible sobre el diagnóstico, tratamiento, medidas alternativas posibles y efectos
secundarios y riesgos.
8. Ser informado sobre su derecho a negarse a recibir o continuar el tratamiento y a que se le
expliquen las consecuencias de esa negativa.
9. Recibir la protección correspondiente de los servicios del Estado contra el abandono por
parte de la familia, mediante la implementación de acciones de fortalecimiento de la
vinculación familiar y comunitaria y de protección residencial transitoria.
10. Contar con acceso al tratamiento de mayor eficacia y en forma oportuna, a través del uso
pleno de sus respectivos seguros, incluida la protección financiera en salud del Estado,
cuando corresponda.
11. Recibir tratamientos de eficacia o mecanismos de acción científicamente comprobados o
cuyas reacciones adversas y efectos colaterales le hayan sido advertidos.
12. Recibir tratamiento lo menos restrictivo posible, acorde con el diagnóstico que le
corresponda.
13. No ser privado de visitas durante el internamiento u hospitalización cuando estas no estén
contraindicadas por razones terapéuticas y nunca por razones de sanción o castigo.
14. Recibir la medicación correspondiente con fines terapéuticos o de diagnóstico y nunca como
castigo o para conveniencia de terceros.
15. La libertad de movimiento y comunicación con el interior y exterior del establecimiento,
siempre y cuando sea compatible con el tratamiento programado. Igual derecho asiste a su
representante, de ser el caso.
16. Autorizar o no la presencia de personas que no estén directamente relacionadas con la
atención médica, en el momento de las evaluaciones.
17. Ser escuchado y recibir respuesta por la instancia correspondiente cuando se encuentre
disconforme con la atención recibida. Para estos efectos, el servicio de salud debe contar con
mecanismos claros para la recepción, tratamiento y resolución de quejas, conforme a ley.
18. Permitir que su consentimiento conste por escrito cuando sea sujeto de investigación para la
aplicación de medicamentos o tratamientos.
19. No recibir método de anticoncepción sin previo consentimiento informado, emitido por la
persona cuando no se encuentre en situación de crisis por el problema de salud mental
diagnosticado.
20. Tener acceso a servicios de anticoncepción, independientemente de su diagnóstico clínico,
incluido el retardo mental, y contar con el apoyo pertinente del servicio para el ejercicio de su
capacidad para obrar y la defensa de sus derechos.
21. No ser discriminado o estigmatizado por tener o padecer, de manera permanente o transitoria,
un problema de salud mental.
22. Recibir efectiva rehabilitación, inserción y reinserción familiar, laboral y comunitaria, en los
servicios de atención comunitaria en salud mental, así como rehabilitación psicosocial o
laboral.
23. Ser atendido con respeto a su dignidad, autonomía y necesidades, conforme a lo dispuesto
por la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

● Atención por los seguros de salud


Artículo 10.
10.1 Los seguros de salud públicos y privados deben cubrir la atención en salud mental dentro
de sus planes, incluyendo el tratamiento ambulatorio o el internamiento u hospitalización, así
como el acceso a medicamentos y productos sanitarios adecuados y de calidad, con excepción
de los seguros con póliza de naturaleza específica.
10.2 Las compañías privadas que ofrecen seguros de salud están obligadas a brindar cobertura
para el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación en salud mental, de acuerdo a las necesidades
de las personas con los problemas de salud mental registrados en el Capítulo de Trastornos
Mentales y del Comportamiento de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud vigente al momento de la atención de salud, con la
frecuencia, cantidad y duración necesaria.
10.3 Las personas en condición de pobreza o pobreza extrema con discapacidad mental que
no cuenten con seguros deben ser incluidas en el Seguro Integral de Salud (SIS), de acuerdo a
un plan progresivo de atención o prestaciones.
● Atención por problemas de salud mental de las personas privadas de su libertad en
establecimientos penales
Artículo 11.
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en coordinación con el Ministerio de Salud
tienen la responsabilidad de velar por la salud mental de las personas privadas de su libertad.

3. VULNERACIÓN DE DERECHOS EN LA SALUD MENTAL

Se entiende que se vulneran nuestros derechos cuando se limita el pleno ejercicio de los mismos
reconocidos por la Convención de la ONU. A menudo, las violaciones de derechos son el resultado de
prácticas erróneas o de políticas o leyes que no se han aplicado de forma adecuada. En otras
ocasiones, las violaciones de los derechos humanos ocurren sin ninguna intención de causar daño y
sin que exista conciencia. Por ello esta situación de vulneración de derechos se da en muchas esferas
de sus vidas, incluida la que se relaciona con la atención que reciben en los servicios públicos de salud
y apoyo social.

Esta situación se ve agravada por la falta de denuncias ya que:

● En la mayoría de los casos la persona que lo sufre no tiene conciencia de que se están
vulnerando sus derechos.
● Existen especiales barreras para acceder a la justicia.
● Carecen de una cultura de denuncia.
● Falta de credibilidad.
● No denuncian para evitar el propio sufrimiento que conlleva recordar esa injusticia.
● A veces la denuncia se percibe como “rebeldía”, “manifestación de síntomas”, “ataque al
recurso o a los profesionales”, etc.

Vulneraciones en Salud Mental.

Las personas con discapacidad psicosocial o problemas de salud mental se enfrentan a una variedad
alarmante de abusos de derechos en nuestro país.

3.1. Vulneración de derechos en relación a la maternidad y paternidad

● Esterilizaciones forzosas. Las sufren un centenar de personas con discapacidad al año.


● Abortos coercitivos.
● Pérdida de la custodia de los hijos/as.
● Denegación del certificado de idoneidad para adoptar.
● Se desaconseja de forma expresa la maternidad/paternidad.
● Falta de apoyo y seguimiento en caso de embarazo.
● Ideario común y extendido sobre todo de ser “malas madres”.

3.2. Vulneración de derechos en relación al tratamiento farmacológico

El Tratamiento farmacológico supone una vulneración de derechos cuando se suministra de manera:

● Excesiva: sobremedicación.
● Obligatoria, forzosa, sin autorización.
● No se respeta la autonomía, voluntad y preferencia.
● Sin información.
● Con el fin de enlentecer, obnubilar para facilitar el trabajo de los profesionales. Contención
farmacológica.

3.3. Vulneración de derechos en relación a la salud

El estado de salud de las personas con discapacidad psicosocial se ve afectado negativamente por
vulneraciones como:

● Diagnóstico overshadowing: atribución errónea de síntomas físicos a su problema de salud


mental. No se realizan las pruebas pertinentes a su dolencia.
● Derivación a psiquiatría sin filtros al acudir a urgencias.
● No se proporciona información sobre las interacciones con otros medicamentos o sobre
efectos secundarios.

3.4. Vulneración de derechos en relación a la violencia de género

Existe una mayor probabilidad de sufrir violencia de género en mujeres con problemas de salud
mental (el 75% lo han sufrido) puesto que:

● Existen barreras que impiden el acceso a los recursos destinados a las mujeres víctimas de
violencia de género.
● Falta de credibilidad en sus testimonios.
● En algunas ocasiones no se actúa para no descompensar (no agravar).
● Invisibilidad de los efectos psicológicos de la violencia de género.
● Con frecuencia se dan situaciones de abuso sexual y otro tipo de violencia en lugares de
custodia de personas con problemas de salud mental.
3.5. Vulneración de derechos en relación a la sexualidad

Algunos medicamentos producen falta de deseo y disfunción sexual; esto se puede convertir en una
vulneración de derechos cuando hay:

● Inexistencia de información sobre los efectos secundarios de la medicación.


● Ausencia de escucha profesional sobre aspectos relacionados con la impotencia y la fertilidad.
● Consideración de seres asexuales. La sexualidad es un tema tabú. Resistencia por parte de los
profesionales de salud mental a que dejen la medicación para recuperar la libido.

3.6. Vulneración de derechos en relación al empleo

Existe una elevada tasa de desempleo de las personas con problemas de salud mental. El 84% están
desempleadas. Se vulneran los derechos puesto que se producen:

● Despidos.
● Exclusión de procesos de selección.
● Discriminación, incluso en empleos reservados para personas con discapacidad.
● Dificultades para encontrar un entorno laboral abierto, inclusivo y accesible.
● Falta de medidas para acceder y mantener un empleo (adaptación de puesto a sus
necesidades).
● Estigma como resultado de estereotipos y prejuicios mantenidos.

3.7. Vulneración de derechos en relación a las medidas coercitivas

Se refiere a aquellas medidas adoptadas con la finalidad de controlar y reducir conductas peligrosas
hacia sí mismo o hacia los demás.

Actualmente entre las medidas y tratamientos coercitivos “legales o formales” se incluyen:

● Tratamientos involuntarios.
● Contención.
● Aislamiento terapéutico.

3.7.1. Tratamientos Involuntarios

Se contemplan dos formas de tratamientos que se realizan de manera forzosa y en contra de la


voluntad de la persona:

● Ingresos Involuntarios: En ocasiones los internamientos se producen contra la voluntad de


las personas, por orden del juez. A veces de manera abusiva “por si se pone peor”.
● TAI Tratamiento Ambulatorio Involuntario: Se trata de una medida judicial para forzar a
personas con discapacidad psicosocial a seguir un tratamiento o asistencia comunitaria. En
ocasiones se utiliza como condición para salir de un internamiento involuntario y otras como
condición para no ser internado.

Ambas formas de tratamiento involuntario suponen una vulneración de derechos puesto que
existe:

● Medidas impositivas.
● Escasez de información con garantías de compresión.
● Falta de información sobre sus derechos.
● Falta de acceso a asistencia jurídica y representación.

3.7.2. Contención.

La contención puede ser

● Contención mecánica: Consiste en atar a una persona a la cama con correas, sujetándola de
la cintura, muñecas y tobillos, para impedir que se mueva libremente.
● Contención farmacológica: Consiste en suministrar fármacos que se dan a las personas.

Es una vulneración de derechos en toda regla:

La persona puede permanecer atada durante horas o incluso días dependiendo de la decisión del
personal sanitario. Puede causar daños psicológicos, hematomas, fracturas, atrofia muscular, coma,
asfixia por aspiración, problemas dérmicos y respiratorios, deshidratación, incontinencia, autolesiones
y muerte. Destruye la confianza en el sistema de salud mental. Efectos secundarios de los fármacos
suministrados sin consentimiento.

3.7.3. Aislamiento Terapéutico.

Se trata de una medida de castigo, control y poder que consiste en el confinamiento involuntario de
una persona en una habitación a solas. Conlleva una experiencia traumática para quien lo sufre.

También se dan casos de restricción de acceso al aire libre, impedimento a la participación en


actividades externas, aislamiento telefónico.

3.8. Vulneración de su derecho de la identidad


Esta situación se presenta tanto en aquellas personas con discapacidad por trastornos mentales que
viven con sus familia, como en aquellas que deambulan por las calles, o también en las internadas en
establecimientos psiquiátricos y que se encuentran en situación de abandono.

Ejemplo de ello son los cerca 180 pacientes internados en el Hospital Víctor Larco Herrera, los cuales
no cuentan con el Documento Nacional de Identidad.

3.9. Concentración en Lima de los servicios de atención psiquiátrica ofrecidos por los
establecimiento de salud

La mayor parte de los servicios de salud mental de régimen cerrado se encuentran concentrados en la
ciudad de Lima; las excepciones de Piura y Cerro de Pasco (Huariaca). Esta política del sector salud
no permite una efectiva atención a los pacientes con trastornos mentales severos que viven en
diferentes departamentos del país, y que deben ser derivados necesariamente a los establecimientos
ubicados en dicha ciudad.

CONCLUSIONES

El desarrollo de la política y la legislación específica en salud mental en nuestro país, ha demorado en


incorporar la normativa internacional y los avances conceptuales derivados del cambio de paradigmas
de las ciencias de la salud y de la experiencia internacional, con sistemas innovadores de atención de
salud mental que integran el respeto de los derechos humanos de los usuarios a intervenciones
multimodales desde la atención primaria de salud con base comunitaria.
Consecuentemente, a pesar de la alta contribución de las enfermedades neuropsiquiátricas a la carga
de enfermedad en el país, no se cuenta con los recursos materiales, humanos ni organizacionales, que
permitan responder oportunamente a las necesidades de atención emocionales y mentales de las
personas y limita la discapacidad, así como protegerlas de la vulneración de sus derechos y su
dignidad y del empobrecimiento frente a la enfermedad crónica. El resultado es una gran brecha de
atención tanto en términos de acceso y disponibilidad, como en términos de calidad y aceptabilidad.

RECOMENDACIÓN

● Programas de apoyo familiar ubicados en la comunidad que proveen asistencia a las familias
de los individuos con discapacidades mentales que no puedan trabajar. En cualquier sociedad,
el apoyo familiar es una de las maneras menos costosas y más prácticas de apoyar la
integración comunitaria
● Seguimientos necesarias para asegurarse que las personas con discapacidades mentales y los
miembros de sus familias tengan acceso a los mismos servicios médicos, sociales y
educativos disponibles para otros ciudadanos peruanos
● Proveer atención para las personas con enfermedades psiquiátricas agudas en los hospitales
generales en todo el país.
● Establecer un sistema de supervisión y monitoreo de los derechos humanos para los servicios
de salud mental, tanto en las instituciones como en la comunidad.
● Apoyar la capacitación en derechos humanos, así como en la toma de conciencia sobre la
discapacidad, entre profesionales de la salud y otras personas que atiendan a las personas con
discapacidades mentales, a través de la implementación de la Ley 27741 que establece la
política educativa en derechos humanos y un Plan Nacional para su difusión y enseñanza.
● Promover la participación de la comunidad, que debe saber más acerca de cómo cuidar su
salud mental y cuándo demandar servicios. El ejercicio de ciudadanía, que pasa por conocer
cuáles son sus derechos humanos, en particular los alcances y significado del derecho a la
salud, es inherente a la protección de los derechos humanos y la promoción de la salud
mental.
● Instaurar desde ya mecanismos de participación de todos los actores interesados, incluyendo a
los usuarios y sus familiares en el planeamiento e implementación de políticas, monitoreo y
provisión de servicios, incluyendo una revisión periódica de la situación de derechos humanos
de los usuarios.

BIBLIOGRAFÍA

● Feafes SM Extremadura (2020): Guía Salud Mental y Mujer: Tus derechos son los míos.
● Confederación Salud Mental (2020): Informe sobre el estado de los Derechos Humanos en
Salud Mental: 2019.
● Consejería de Salud y Bienestar Social (2012): Derechos Humanos y Salud Mental
● ONU (2006): Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD).
● La Convención Interamericana sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra las Personas con Discapacidad, 7 de Junio de 1999, A.G./Res. 1608, entrada en vigor el
4 de septiembre del 2001 [en adelante Convención Interamericana sobre Discapacidad]. El
Perú ratificó la Convención Interamericana sobre Discapacidad el 30 de agosto del 2001.
● https://busquedas.elperuano.pe/normaslegales/ley-de-salud-mental-ley-n-30947-1772004-1/
● Recomendación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos Sobre la Promoción y
Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad Mental, COM. INTER. D.H.,
111ª Ses., el 4 de abril de 2001 [en adelante CIDH Recomendación].

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