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Robots, ¿la nueva revolución del siglo XXI?

La industria avanza a pasos de gigante | Corbis

El futuro ya está aquí. Los límites de la robótica son superados cada día. La industria
del siglo XXI nos permite soñar un mundo nuevo, donde la única frontera entre
nosotros y nuestros sueños sea únicamente nuestro propio esfuerzo. Con el mismo
espíritu de la revolución industrial del siglo XVIII, los investigadores de nuestra era
amplían nuestros horizontes, ofertándonos un sinfín de nuevas posibilidades. Hoy
más que nunca, David vence a Goliat.
Y es que numerosos son los inventos que permiten embaucarse a los pequeños
empresarios en proyectos que, años atrás, hubieran necesitado una gran cantidad
de medios y apoyo. Es, por ejemplo, el caso de Momentum Machines, que es
capaz de cocinar cerca de 360 hamburguesas a la hora. Tal y como resaltan sus
creadores, esta máquina consigue "democratizar el acceso a una alta calidad y
capacidad de comida rápida a cualquier empresario, por pequeño que sea su
negocio. Momentum Machines ofrece a todos los restaurantes hamburguesas
gourmet a un precio de comida rápida", resaltan sus creadores.
La máquina se encarga de cortar la cebolla, los tomates, los pepinillos, picar la
carne, tostar el pan... Es capaz de realizar todas las funciones, únicamente hay
que añadirle los ingredientes.

Momentum Machine

Los creadores tratan ahora de ofrecer nuevas opciones al Momentum Machines que
permitan al cliente personalizar la hamburguesa a su gusto. Esto abarca tanto los
métodos de cocina como en el propio proceso de picado de la carne, así como
nuevas salsas.

"A casa, por favor"

Tras la fuerte inversión realizada por Google en su modelo de vehículo autopilotado,


la compañía trata ahora de rentabilizar lo máximo posible el proyecto. Una de las
vías que se plantea Google es crear su propia flota de taxis robotizados.
El exitoso buscador de internet estaría ahora en plenas negociaciones con distintos
proveedores de piezas y componentes automovilísticos con la clara intención de
configurar su propio vehículo autodirigido. Si la compañía estadounidense da luz
verde al proyecto, en un futuro no muy lejano podríamos estar disfrutando de taxis
autopilotados para desplazarnos en nuestra vida diaria.
Hasta el momento, los coches autónomos de Google están en fase de
experimentación, con lo que obliga a que haya una persona al volante; sólo por si
acaso. Por ahora, el precio del prototipo asciende a cerca de 110.000 euros -
150.000 dólares.
Asimo, el sueño de la inteligencia artificial

El popular robot de Honda, todavía en fase de experimentación, es uno de los


autómatas más desarrollados hasta el momento. A pesar de los problemas y
deficiencias que están por resolver, el prototipo desarrollado por Honda trata de
acercarse al autómata definitivo.
Uno de los objetivos que persiguen los investigadores es aportar las facultades y
tecnología necesarias para que Asimo pueda acudir a zonas radiactivas y asistir a
las víctimas de una catástrofe.
El uso comercial pensado por la compañía está enfocado a ofrecer un robot capaz
de ayudar a mejorar la autonomía de aquellas personas que sufran algún tipo de
discapacidad.

Además de las habilidades de movilidad con las que cuenta Asimo -como agarrar
cosas, subir escaleras o correr-, Honda se ha centrado también en aspectos
relacionados con la inteligencia artificial. Asimo es capaz de establecer
estrategias simples para resolver problemas o asociar y combinar datos, todo ello
con el objetivo de dotarle de la capacidad de tomar decisiones en un futuro cada
vez más cercano.

El origen de la palabra robot proviene de una obra de teatro checa publicada


en 1920 y titulada Robots Universales Rossum, del autor Karel Capek. La
obra tuvo tanto éxito que popularizó en todo el mundo la palabra robota, que
en checo significa “trabajo forzado”.

Sin embargo, el origen de los primeros robots autómatas es mucho más


antiguo y se remonta miles de años en la historia. En este artículo repasamos
los momentos clave en el desarrollo de la robótica.

Historia antigua de la robótica


Hace miles de años, los antiguos egipcios ya desarrollaron modelos
matemáticos muy avanzados y construyeron automatismos muy sofisticados,
como el reloj de agua. Los relojes pueden considerarse las máquinas antiguas
más perfectas, muy cercanas al concepto de automatismo y, por tanto, a la
robótica.

Siglos después, en la Antigua Grecia, el ingeniero y matemático Arquímedes


descubrió el poder de las palancas, las poleas y los planos inclinados en siglo
III a.C.. Con estos mecanismos, capaces de actuar como brazos y manos
humanas, diseñó un prototipo capaz de sacar del agua un barco hundido.

Durante la Edad Media se crearon los primeros autómatas: máquinas que


imitaban el movimiento de un ser vivo. Uno de los más famosos fue el
hombre de hierro de Alberto Magno, creado en el siglo XIII: se trata del
primer androide de la historia, construido de hierro, cristal y cuero; era capaz
de andar, atendía la puerta del monasterio y se encargaba de entretener a los
visitantes.
El Automa Cavaliere fue un autómata de forma humana diseñado por
Leonardo da Vinci alrededor del año 1495. Desarrollado en una armadura
completa, podía sentarse y levantarse, mover brazos y piernas, y era el mayor
entretenimiento de las cortes reales italianas.

Un hito determinante para el desarrolló de la robótica y la programación en


general ocurrió en el siglo XVII. El filósofo y matemático alemán Gottfried
von Leibniz desarrolló el sistema binario como base para el cálculo
automático, sentando definitivamente las bases de la computación y el
lenguaje máquina de ceros y unos.

Siglo XX: los inicios de la robótica moderna


El siglo XX ha supuesto un antes y un después en la robótica: en un solo
siglo hemos pasado de fabricar robots mecánicos que se impulsan con el
movimiento, hasta crear todo un universo de robots digitales e inteligencia
artificial.

En 1937, Bill Taylor, un joven estudiante británico de 21 años, diseñó un


robot inspirado en los juguetes de mecano que acabó utilizándose para
recoger y colocar mercancías en la industria. El robot fue bautizado como
Gargantúa y fue el primero de muchos otros robots de uso industrial que se
utilizaban para pintar, cortar y separar productos, etc. En la Feria Industrial
de Nueva York de 1939 se presentaron más de veinte prototipos de robots
para uso industrial y doméstico.

Coincidiendo con el apogeo de la robótica moderna, el escritor de ciencia


ficción Isaac Asimov publicó Yo Robot (1950), una colección de relatos
protagonizados por robots inteligentes. En su obra, Asimov desarrolla las
llamadas “leyes de la robótica”, que limitan el funcionamiento de los robots
para que no supongan una amenaza para los humanos.
A principios de 1960, la compañía estadounidense Unimation desarrolló el
primer robot de transferencia programable: se considera el embrión del robot
industrial tal y como lo conocemos hoy en día.Este diseño inspiró a General
Motors para crear las primeras cadenas de montaje automatizadas para
fabricar automóviles. Son los llamados robots colaborativos: aquellos que
trabajan junto al hombre para realizar una misma tarea.

A partir de entonces aparecieron nuevos robots en otros ámbitos industriales:


robots especialistas en soldadura, en inyección de plástico, en mezcla de
alimentos… La evolución de la tecnología permitió automatizar ámbitos y
sectores antes inimaginables.

La década de 1980 marca el inicio de la robótica inteligente: se empieza a


investigar para dar mayor capacidad de actuación a los robots. Una década
más tarde, con la aparición del Big Data y el Internet de la Cosas (IoT),
aparece la inteligencia artificial.

Siglo XXI: la era de la inteligencia artificial


Hoy en día estamos rodeados de robots en todos los ámbitos de nuestra vida:
aspiradores autónomos, entrega de paquetes a través de drones, vehículos sin
conductor, robots educativos en las aulas, robots cirujanos en los
hospitales…

Se dice que estamos en la Cuarta Revolución Industrial, basada en el


desarrollo de la Inteligencia Artificial (AI) y el funcionamiento autónomo de
las máquinas. Como toda revolución, transformará nuestra forma de vida y
supondrá una digitalización de todos los procesos de la actividad humana.

Todavía es pronto para saber hasta dónde llegaremos con esta nueva
revolución. Lo que sí es seguro es que el futuro está ligado al desarrollo y la
evolución de la robótica: una relación de colaboración entre robots y
personas para potenciar la humanidad del futuro.

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