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EL VALOR DE LA DOCTRINA

1. El conocimiento doctrinal proporciona lo necesario para una exposición autorizada y sistemática de la


verdad.
Con frecuencia se oye decir lo siguiente: “No importa lo que uno cree mientras se haga lo recto”. Esta es una
forma de descartar la doctrina, restándole toda importancia con relación a la vida. Pero toda persona tiene su
teología, lo sepa o no; las acciones y conducta del hombre están influidas por lo que cree. Por ejemplo, habría
mucha diferencia entre el comportamiento de una tripulación que supiera que su embarcación se dirigía a un
destino definido, y otra que se diera cuenta que navegaba a la deriva, sin dirección o destinos fijos.
La vida del hombre es un viaje a la eternidad, y tiene gran importancia el que uno crea que se trata de
un viaje sin destino ni significado, o que uno esté convencido que ha sido planeado por el Creador del
hombre, y que tiene como destino el cielo.

2. El conocimiento doctrinal es esencial para el desarrollo completo del carácter cristiano.


Sólidas creencias desarrollan un carácter sólido, y asimismo creencias bien definidas forman también
convicciones claras, bien definidas.
Naturalmente que las creencias doctrinales de una persona no constituyen su religión, de la misma manera
que su espina dorsal no es su personalidad. Pero una sólida espina dorsal es parte necesaria del hombre,
como así también un sistema definido de creencias es una parte esencial de la religión del hombre. Se ha
dicho con propiedad que “el hombre no tiene que llevar la espina dorsal delante de sí, pero debe ser dueño
de una espina dorsal, y recta, pues de lo contrario será un creyente flexible, y jorobado”.
Un creyente francés de la Iglesia Unitaria manifestó en cierta oportunidad lo siguiente: “La pureza del
corazón y de la vida es más importante que la opinión correcta.” A lo que otro predicador francés respondió:
“La sanidad es más importante que el remedio, pero sin el remedio no habría sanidad”. Indudablemente es
más importante vivir la vida cristiana que conocer simplemente la doctrina cristiana, pero no habría
conocimiento experimental cristiano, si no hubiera doctrina cristiana.

3. El conocimiento doctrinal protege del error.


Se dice con frecuencia que las estrellas aparecieron antes que la ciencia de la astronomía, que las flores
existieron con anterioridad a la botánica, que la vida existió antes que la biología, y Dios antes que la teología.
Ello es indudable. Pero el hombre, debido a su ignorancia, concibió ideas supersticiosas con respecto a las
estrellas, y el resultado fue la falsa ciencia de la astrología. El hombre se forjó conceptos falsos con respectos a
las plantas, atribuyéndoles virtudes que no poseían, y el resultado fue la hechicería. El hombre por su ceguera
se formó ideas erróneas de Dios, y el resultado fue el paganismo con su deducción de supersticiones y
corrupción.
Pero vino la astronomía sustentando principios correctos con referencia a los cuerpos celestes,
poniendo al descubierto los errores de la astrología; apareció la botánica con informaciones correctas
relativas a las plantas, sacando a luz los errores de la hechicería. De igual manera las doctrinas de la Biblia
ponen al descubierto las ideas falsas con respecto a Dios y su camino.
“Que nadie piense que un error doctrinal es un mal práctico insignificante”, declaró en cierta oportunidad el
famoso teólogo D.C. Hodge. Y añadió: “Ningún camino a la perdición ha sido más transitado que el de la
doctrina falsa. El error es coraza sobre la conciencia, y venda sobre los ojos”. (Mateo 22:29; Gálatas 1:6-9; 2
Timoteo 4:2-4).
El conocimiento doctrinal es parte necesaria del bagaje del maestro cristiano.

3. LA CLASIFICACIÓN DE LA DOCTRINA
La teología se divide en varios ramos, a saber:

1… Teología Exegética:
Teología Exegética (vocablo que en el idioma griego significa “extraer”; en este caso, la verdad) procura
establecer el significado verdadero de las Escrituras. Este ramo de la teología requiere conocimientos de los
idiomas originales en los cuales fueron escritas las Sagradas Escrituras.

2 Teología Histórica:
2
Investiga la historia del desarrollo de la interpretación doctrinal. Encierra el estudio de la historia eclesiástica o
de la iglesia.

3 Teología Dogmática:
Constituye el estudio de los asuntos fundamentales de la fe, según los enuncian los credos de la iglesia.

4 Teología Bíblica:
Sigue el progreso de la verdad a través de los diversos libros de la Biblia, y describe la forma como cada uno
de los escritores presentan las doctrinas importantes.

5 Teología Sistemática:
En este ramo de estudio, las enseñanzas bíblicas con respecto a Dios y el hombre están organizadas por
temas, de acuerdo con un sistema definido. Por ejemplo, los versículos o pasajes que se relacionan con la obra
de Cristo están clasificados bajo el título de Doctrina de Cristo.

¿DIOS EXISTE?
En ninguna parte las Sagradas Escrituras tratan de demostrar la existencia de Dios mediante pruebas
metódicas o convencionales. Se la asume como prueba evidente, como creencia natural para el hombre. En
ninguna parte las Sagradas Escrituras enuncian una serie de pruebas de su existencia como condición
preliminar para la fe. Declaran el hecho y piden al hombre que se embarque en una aventura de fe.
Hebreos 11:6 "Es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay,"

DIOS
DIOS NO ES MEDIBLE
DIOS NO ES CUANTIFICABLE
DIOS NO TIENE PRINCIPIO
DIOS NO TIENE FIN.
ANTES QUE EXISTIESE EL TIEMPO DIOS ERA, Y NUNCA EXISTIRÁ UN TIEMPO EN EL QUE ÉL NO EXISTA.
POR TANTO NO PODEMOS DECIR QUE DIOS EXISTE, PORQUE:
DIOS ES
¿QUIEN ES DIOS?
DIOS ES:
ES UNA PERSONA, ES ESPÍRITU, ES INFINITO ETERNO E INMUTABLE EN SU SER, SABIDURÍA, PODER,
SANTIDAD, JUSTICIA, BONDAD Y VERDAD
ASEIDAD: LA ASEIDAD DE DIOS SIGNIFICA: LA EXISTENCIA DE DIOS POR SÍ MISMO.
ANTROPOPÁTICA: ES ATRIBUIR A DIOS PASIONES DEL HOMBRE.

DIOS ME CONOCE
“CONOCER”, CUANDO SE EMPLEA RESPECTO A DIOS ES UN VOCABLO QUE EXPRESA GRACIA SOBERANA, QUE
INDICA QUE DIOS TOMÓ LA INICIATIVA DE AMAR, ELEGIR, REDIMIR, LLAMAR Y PRESERVAR.
YO LE CONOZCO A ÉL PORQUE ÉL ME CONOCIÓ PRIMERO.
ESTAMOS ESCULPIDOS EN LAS PALMAS DE SUS MANOS
(ISAÍAS 49:16)
ESTAMOS SIEMPRE PRESENTE EN SU MENTE
(SALMO 139:18)
¿CÓMO PUEDO CONOCER A DIOS?
EL CONOCER A DIOS ES CUESTIÓN DE TRATO PERSONAL (ZACARÍAS 13:9)= AQUÍ ES CUANDO ESTAMOS EN EL
MOLDE DE DIOS.
EL PRIMER PASO PARA CONOCER A DIOS ES OIRLE. (1Samuel 3:10)
EL CONOCER A DIOS ES CUESTIÓN DE COMPROMISO PERSONAL=PARA LLEGAR A CONOCER A UNA PERSONA
HAY QUE ACEPTAR PLENAMENTE SU COMPAÑÍA, COMPARTIR SUS INTERESES, IDENTIFICARSE CON SUS
ASUNTOS. (SALMO 34:8)

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EL CONOCER A DIOS ES CUESTIÓN DE GRACIA
ES UNA RELACIÓN EN LA QUE LA INICIATIVA PARTE INVARIABLEMENTE DE DIOS, COMO DEBE SERLO, POR
CUANTO DIOS ESTÁ TAN COMPLETAMENTE POR ENCIMA DE NOSOTROS (GÁLATAS 4:9)
A DIOS LO CONOCEMOS POR LA FE PORQUE PRIMERAMENTE ÉL NOS ELIGIÓ POR GRACIA.
DIOS NUNCA A CERRADO LA PUERTA A LA PERSONA QUE TENGA EL INTERÉS DE BUSCARLE
SEA CRISTIANA O NO, EN EL CRISTIANO ES SU DEBER O RESPONSABILIDAD ANTE SU DIOS YA REVELADO
BUSCAR UNA RELACIÓN MÁS PROFUNDA. AUNQUE EL HOMBRE A BUSCADO A DIOS POR VÍAS NO
ESTABLECIDAS, AÚN ASÍ, ÉL VE LA INTENCIÓN DE LA PERSONA, MIRA SUS BUENAS OBRAS (Hechos 10:30-31).
NO PODEMOS CONOCER A DIOS A MENOS QUE ÉL MISMO NOS HABLE Y NOS DIGA COMO ES.

Lucas 10:22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el
Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Juan 10:27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,


Juan 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
Juan 10:29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi
Padre.
Juan 10:30 Yo y el Padre uno somos.
DIOS
Vivimos en un universo cuya inmensidad presupone un poderoso Hacedor, y cuya belleza, designio y orden
señala la presencia de un sabio Legislador. Pero, ¿quién hizo al Hacedor? Podemos remontarnos en el tiempo,
pasando del efecto a la causa, pero no podemos continuar retrocediendo para siempre sin admitir un ser
“eterno”. Ese ser eterno es Dios, la causa y manantial de todo lo bueno que existe.

Dios: Dios existe, y puede ser conocido. Estas dos afirmaciones forman la base y la inspiración de todas las
religiones. La primera es una afirmación de fe, la segunda de la experiencia. Como la existencia de Dios no
está sujeta a demostración científica, debe ser un postulado de la fe; y dado que Dios trasciende toda su
creación, sólo podemos conocerlo en la medida en que se revela a sí mismo.
Hebreos 11:6 "Es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay,"
La religión cristiana se distingue en que afirma que se puede conocer a Dios como Dios personal solamente en
la revelación que de sí mismo hace en las Escrituras. La Biblia no fue escrita para probar que Dios existe, sino
para revelarlo por medio de sus actos. Por ello la revelación bíblica de Dios es de naturaleza progresiva, y
alcanza su plenitud en Jesucristo, su Hijo.

LA EXISTENCIA DE DIOS.
¿Cómo sabemos que Dios existe? La respuesta se puede dar en dos partes:
Primera,
Todo ser humano tiene un sentido interno de Dios.
Segunda,
Creemos en la evidencia que se halla en la Biblia y en la naturaleza.
Toda persona, en todas partes, tiene un sentido hondo e interno de que Dios existe, que es su criatura, y que
él es su Creador. Pablo dice que incluso los gentiles que no creen han «conocido a Dios» pero no le honraron
como Dios ni le dieron gracias
(Ro 1:21). Dice que los perversos incrédulos «cambiaron la verdad de Dios por la mentira»
(Ro 1:25), implicando que activamente o a propósito ellos han rechazado algo de la verdad en cuanto a lo que
sabían respecto a la existencia y carácter de Dios. Pablo dice que «lo que se puede conocer acerca de Dios es
evidente para ellos», y añade que esto es así «pues él mismo se lo ha revelado» (Ro 1: 19).

Sin embargo la Biblia también reconoce que algunos niegan este sentido interno de Dios e incluso niegan que
Dios exista. «El necio» dice en su corazón: «No hay Dios» (Sal 14:1; 53:1).
El malo primero «alaba al ambicioso y menosprecia al Señor» Y luego en su orgullo repetidamente piensa
que «no hay Dios» (Sal 10:3-4).
Estos pasajes indican que el pecado lleva a las personas a pensar irracionalmente y negar la existencia de
Dios,
Hebreos 11:6 "Es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay,"
Este pasaje constituye el punto inicial de la Biblia en lo que respecta a los tratos del hombre con Dios.
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El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Ro 8:16), y llegamos a conocer
a Jesucristo que vive en nuestros corazones
Efesios 3:17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados
en amor,
Filipenses 3:10 A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,
llegando a ser semejante a él en su muerte,
Colosenses 1:27 A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y
vendremos a él, y haremos morada con él.
La intensidad de esta consciencia en el creyente es tal que aunque no hayamos visto a nuestro Señor
Jesucristo, en verdad le amamos (1 P 1:8).

Los argumentos para demostrar la existencia de Dios son complementarios. Tomados separadamente,
ninguno de ellos puede considerarse como concluyente, pero todos juntos corroboran de una manera
formidable el hecho de que hay un ser supremo. Los argumentos principales se basan en la verdad observable
en el universo. Cada efecto tiene una causa y la causa tiene un ser mayor que el efecto. Por ejemplo:
Al ver una casa, se puede preguntar cuál fue la causa de la casa. ¿Se originó en sí mismo o fue ideado por un
arquitecto y construido por una empresa?

El Dr. Kuyper
"El intento de probar la existencia de Dios, puede, o bien resultar inútil, o innecesario. Inútil, si el investigador
cree que Dios es galardonador de los que le buscan. E innecesario si se intenta forzar a una persona que no
tiene esta pistis (fe) haciéndola que por medio de argumentos llegue al convencimiento en sentido lógico".

El cristiano acepta por la fe la verdad de la existencia de Dios. Pero no por una fe ciega; sino por una fe que se
basa en la evidencia, y la evidencia se funda, ante todo, en la Escritura como Palabra inspirada por Dios, y
luego, en la revelación de Dios en la naturaleza.
MATEO 28-1-6 Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María
Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor,
descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un
relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como
muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a
Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue
puesto el Señor.
LA FE REQUIERE LA EVIDENCIA LA EVIDENCIA ES SU REVELACIÓN

Esta revelación de Dios es la base de nuestra fe en la existencia de Dios, y la hace completamente razonable.
Debe hacerse notar, sin embargo, que únicamente por la fe aceptamos la revelación de Dios y alcanzamos la
verdadera comprensión de su contenido. Jesús dijo: "El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la
doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta". Juan 7: 17.
Oseas tenía en su mente este conocimiento intensivo que resulta de la íntima comunión con Dios, cuando
dijo:
"Y conoceremos y proseguiremos en conocer a Jehová". Oseas 6: 3.
El incrédulo no tiene el verdadero conocimiento de la Palabra de Dios.

Pablo: dice
1 Corintios. 1: 20 y 21."¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció
a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación".

DIVERSOS ARGUMENTOS DE LA EXISTENCIA DE DIOS


I… Argumento basado en la creación llamado cosmológico.
El apóstol Pablo dice que los paganos no tienen la revelación especial de la palabra divina pero no tienen
excusa
Romanos 1:20 Porque las cosas invisibles de él, (Dios) su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa.
Salmos 19:1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
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Los científicos están de acuerdo en afirmar que el universo tuvo un principio y que la materia no es eterna.
Pero ¿Cómo llegó a ser? ¿Acaso se originó en sí mismo? ¿A qué se debe su existencia? No existe teoría que
pueda explicar satisfactoriamente la creación del universo. No importa cuán larga sea la cadena, debemos
contar siempre con un comienzo o un eslabón del que ella depende. Si hay una creación, hay también un
Creador. ¿Quién es el creador? sin duda que tiene que ser alguien infinitamente inteligente y poderoso.

II… Argumento basado en el designio del universo, llamado teleológico.


Es obvio que hay diseño, orden y simetría en el universo
En plantas, animales y seres humanos. La tierra gira sobre su eje en 24 horas y hace su órbita alrededor del sol
una vez al año. El cuerpo humano es una maravilla en su diseño y orden
Ocho sistemas en el organismo humano funcionan en perfecta armonía. Todo esto no pudo ser producto de
un accidente. Por ejemplo: El ojo consiste de varias partes que están coordinadas perfectamente con el fin de
recibir impresiones de objetos por la luz exterior y comunicar esas imágenes al cerebro. Es evidente que la luz
y el ojo están directamente relacionados, hechos el uno para el otro
El hecho de que hay diseño en todas partes del universo implica que hay designio en el mismo y este
tiene un diseñador. Así como hubo una mente detrás del diseño de un reloj, lo mismo ocurre con el mundo
en que vivimos, con la diferencia de que la mente que diseñó el mundo es infinitamente superior a la mente
que diseñó el reloj.

III… El argumento antropológico, basado en la naturaleza moral del hombre


Toda persona tiene un sentido de justicia y una conciencia que le aprueba si cumple su norma de valores o le
castiga si la viola. Siente una voz interior que le dice, “Debo hacer esto o aquello”, dándose cuenta que tendrá
que rendir cuenta a una autoridad superior algún día. La biblia lo llama “La ley escrita en sus corazones”
Romanos 2:15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y
acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,
El remordimiento es evidencia de esa naturaleza moral. ¿De dónde viene la conciencia? Su existencia implica
que el hombre es obra de un legislador y Juez, un ser personal y moral. Nos vemos obligados a creer que
existe un Dios

IV… El argumento basado en la creencia universal en lo sobrenatural.


Se observa que la humanidad instintivamente cree en la existencia de un ser sobre natural o en dioses. La
constitución del hombre es tal, que en la hora de la aflicción, del desastre o de gran peligro, ora o busca a
Dios. ¿De dónde viene este instinto religioso? Es evidente que el mismo Dios que creó al hombre también le
dio una naturaleza religiosa. Es el pecado que ha degenerado la visión de un solo Dios y ha desembocado en el
politeísmo (creencia de muchos dioses) y la idolatría

V… El argumento basado en la experiencia del creyente


Son millones de creyentes que han testificado que tienen una experiencia real con Dios, que han sentido la
presencia y poder de Dios en sus vidas. Dios les ha dado una nueva vida moral, paz, seguridad, ha contestado
sus oraciones y ha tomado las riendas de su vida. ¿Son víctimas de alucinaciones, o son dementes? Al
contrario los creyentes forman un elemento estable y de gran beneficio en la sociedad. ¿Son las respuestas a
la oración meras coincidencias? Alguien a replicado. “Puede ser, pero es extraño que las coincidencias ocurran
cuando oro y no cuando no oro”

Nombres de Dios que revelan su naturaleza.


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En tanto que la Biblia registra diversos nombres de Dios, también nos habla del nombre de Dios, en singular,
como por ejemplo, en las siguientes declaraciones.
"No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano", Éxodo 20: 7;

"Cuán grande es tu nombre en toda la tierra", Salmo 8: 1; "Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu loor",
Salmo 48: 10;
"Su nombre es grande en Israel", Salmo 76: 1;

"Torre fuerte es el nombre de Jehová: a El correrá el justo y será levantado", Prov. 18: 10.

En estos ejemplos "el nombre" da a entender la plena manifestación de Dios en las relaciones con todo su
pueblo, o con una sola persona, de manera que se convierte en sinónimo de Dios.
Este empleo se debe al hecho de que en el pensamiento oriental, el nombre jamás se consideraba como un
mero vocablo; sino como la definición de la naturaleza de la cosa designada.
A la pregunta de Moisés acerca de su identidad, Dios contestó, (Éxodos 3:14) “Yo soy el que soy”, este
nombre indica que Dios tiene existencia en sí mismo. Los nombres que se dan a Dios a través de la escrituras
son revelaciones de su naturaleza y por lo tanto son muy importantes. Pearlman dice: “El adorar a Dios
significa invocar su nombre”

2Samuel 22:50 Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre.

Entonces, en el sentido más general del vocablo, el nombre de Dios es su propia revelación. Se designa El, no
como existe en las profundidades de su Ser divino, sino como se revela en sus relaciones con el hombre. Los
nombres de Dios no son de invención humana, sino de origen divino, aunque los vocablos se han pedido
prestados al lenguaje humano y se derivan de relaciones humanas y terrenales. Son antropomórficos y
señalan un condescendiente acercamiento de Dios al hombre.
Los nombres de Dios constituyen una dificultad para el pensamiento humano. Dios es el Incomprensible,
infinitamente superior a todo lo que es temporal; pero en sus nombres desciende a todo lo que es finito y se
hace semejante al hombre. Por una parte no podemos nombrarle y por la otra tiene muchos nombres.
Debe recordarse que son de invención humana y que nada nos descubren del íntimo Ser de Dios. Pero a la
ves fueron dados por Dios mismo con la seguridad de que contienen en cierta medida una revelación del Ser
de Dios.
Tal cosa fue posible por el hecho de que el mundo y con él todas sus relaciones fue ideado para que
constituyera una revelación de Dios. Debido a que el Incomprensible se revela en sus criaturas, resulta posible
para el hombre nombrarlo como si se tratara de una criatura. Para darse a conocer al hombre, Dios ha
descendido hasta el nivel del hombre para acomodarse a su conciencia limitada y finita, y para hablarle en el
lenguaje humano.
El Dr. Bavinck
Funda su división de los nombres de Dios sobre esta amplia concepción; distinguiendo entre
(Nombres propios), (nombres esenciales o atributos),
(Nombres personales, como Padre, Hijo, y Espíritu Santo).

1) ADONAI, Significado: El Señor, Mi gran Señor. Aplicación: Dios es el Amo y Señor majestuoso. Dios es
nuestra autoridad plena. Referencias bíblicas: Salmo 8; Isaías 40: 3-5, Ezequiel 16:8; Habacuc 3:19.

Comentario: Adonai (plural) deriva del singular Adon (Señor). Este término se expresaba para reemplazar a
YHWH (que se consideraba demasiado sagrado como para ser pronunciado).

2) EL, Significado: El fuerte. Aplicación: Él es más poderoso que cualquier Dios falso. Dios vencerá todos los
obstáculos. Nosotros podemos depender de Dios. Referencias bíblicas: Éxodo 15:2; Números 23:22,
Deuteronomio 7:9 (Marcos 15:34).

Comentario: Aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento (incluyendo las formas compuestas).
Nombre semítico genérico para Dios, utilizado por otras culturas para referirse a sus deidades. Él se emplea en
nombres propios compuestos tales como Isra-el (el que lucha con Dios), Bet-el (casa de Dios), y El-iseo (Dios es
salvación).

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3) EL ELOHE ISRAEL, Significado: Dios el Dios de Israel. Aplicación: El Dios de Israel es totalmente distinto de
todos los dioses falsos y es único; nadie es como Él. Referencias bíblicas: Génesis 33:20; Éxodo 5:1, Salmo
68:8; Salmo 106:48

Comentario: Es el nombre del altar que Jacob (Israel) erigió después de su enfrentamiento con Dios y de la
bendición de Dios sobre él (Génesis 32:24-30; Génesis 33:19,20).

4) EL EYÓN, Significado: El Dios Altísimo. Aplicación: Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra
confianza. El Elyón tiene supremacía sobre todos los Dioses falsos. Referencias bíblicas: Génesis 14:17-22;
Salmo 78:35; Daniel 4:34 (Hechos 16:17)

Comentario: Melquisedec, el rey de Salem (Jeru “Salem”) y sacerdote del Dios Altísimo, se refirió en dos
oportunidades a Dios como “El Elyón” cuando bendijo a Abraham.

5) ELOHIM, Significado: El Creador todopodero. Aplicación: Dios es el creador todo poderoso del universo.
Dios conoce todo, crea todas las cosas y está en todas partes en todo momento. Es el plural de “El”.
Referencias bíblicas: Génesis 1:1-3; Deuteronomio 10:17, Salmo 68 (Marcos 13:19).

Comentario: Forma plural de El. Este nombre generalmente se asocia a Dios en relación con su creación.
Algunos utilizan la palabra plural “Elohim” como prueba de la Trinidad (Génesis 1:26). Elohim también se
emplea para referirse a los dioses falsos e incluso a los jueces humanos (Salmo 82:6,7; Juan 10:34).

6) EL OLAM, Significado: El Dios Eterno. Aplicación: Él es el Principio y Fin, el que lleva a cabo sus propósitos a
través de las edades. El da fuerzas al fatigado. Referencias bíblicas: Génesis 21:33; Salmo 90:1,2, Isaías 40:28
(Romanos1:20).

Comentario: Jesucristo posee atributos eternos. Él es el mismo ayer, hoy y para siempre (Hebreos 13:8). Él
obtuvo para nosotros la redención eterna (Hebreos 9:12).

7) EL-ROI, Significado: El Dios que me ve. Aplicación: No existe ninguna circunstancia de nuestra vida que
escape de su conocimiento y cuidado paternales. Dios nos conoce a nosotros y a nuestros problemas.
Referencias bíblicas: Génesis 16:11-14; Salmo 139-7-12.

Comentario: Agar llamó al Señor con este nombre junto al pozo de agua en el desierto. Dios conoce todos
nuestros pensamientos y sentimientos. Jesús conocía los pensamientos de aquellos que lo rodeaban, lo que
demostraba que Él es El-Roi (Mateo 22:18; 26:31,34; Lucas 5:21-24).

8) EL-SHADDAI, Significado: El todo suficiente, El Dios de las montañas, Dios Todopoderoso. Aplicación: Dios
es la fuente inagotable de toda bendición. Dios es Todopoderoso. Nuestros problemas no son demasiado
grandes como para que Dios no los pueda manejar. Referencias bíblicas: Génesis 17:1-3; 48:3; 49:25, 35:11,
Salmo 90:2.

Comentario: Algunos eruditos sugieren que el Shaddai se refiere al poder de Dios manifestado en su juicio.
Otros proponen que el Shaddai significa “Dios de las montañas”. Dios se refiere a sí mismo como “El Shaddai”
cuando confirma su pacto con Abraham.

9) EMANUEL, Significado: Dios con nosotros “YO SOY”. Aplicación: Jesús es Dios entre nosotros. En Él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Referencias bíblicas: Isaías 7:14; 8:8-10 (Mateo 1:23).
Comentario: Este nombre indica que Jesús es más que un hombre. Él también es Dios. Isaías dijo que el niño
que iba a nacer de la virgen sería llamado “Emanuel” (Isaías 7:14, 9:3). Él es el resplandor de la gloria de Dios y
la representación exacta de su naturaleza (Hebreos 1:3).

10) JEHOVÁ, Significado: “YO SOY”, el que es autoexistente. Aplicación: Dios nunca cambia. Sus promesas
nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Es necesario que le obedezcamos. Referencias
bíblicas: Éxodo 3:14; 6:2-4, 34:5-7; Salmo 102.

Este nombre Yahweh, es el que especialmente fue desplazando poco a poco a los otros primeros nombre,
pues en éste Dios se reveló como el Dios de gracia. Siempre. Se ha considerado que este es el más sagrado y el
más característico de los nombres de Dios, el nombre incomunicable. Los judíos tenían temor supersticioso de
usado, ya que leían el Lev. 24: 16 "Y el que pronunciare el nombre Yahweh, irremisiblemente ha de morir". De
consiguiente al leer la Santa Escritura sustituían este nombre por 'Adonaí o por Elohim. Y los masoretas,
aunque dejaban intactas la consonantes le asignaban las vocales de estos nombres y más frecuentemente las
de 'Adonaí.

También este es el nombre personal de Dios. Por lo general se refiere al Dios del pacto, El Dios que actúa con
gracia y amor. El vocablo Yahveh tiene relación con el verbo hebreo “ser” o “existir”; se define en Éxodo 3:14
“Yo soy el que soy” o “yo seré el que seré”, pero significa mas que existencia. Dios tiene existencia en sí
mismo y esta existencia es siempre activa y presente. Yahveh es el eterno y siempre está activamente entre su
pueblo. Con esta interpretación el nombre apunta a la inmutabilidad de Dios. No obstante, no se refiere a la
inmutabilidad del Ser esencial de Dios, sino a la inmutabilidad de la relación que tiene con su pueblo. El
nombre contiene la seguridad de que Dios será para el pueblo del tiempo de Moisés, lo que fue para sus
padres, Abraham, Isaac y Jacob. Insiste en la fidelidad del pacto de Dios usando su nombre por excelencia,
Éxodo 15:3 Isaías 42:8

Comentario: Un traductor alemán del siglo XVI escribió el nombre YHVH (YHWH) utilizando las vocales de
Adonai debido a que los textos judíos antiguos que estaba traduciendo tenían las vocales de Adonai debajo
de las consonantes de YHVH. Al hacerlo ideó el nombre YaHoVah

11) JEHOVÁ JIREH, Significado: El Señor proveerá. Aplicación: Así como Dios proveyó un carnero como
sustituto de Isaac, Él proveyó a su hijo Jesús como el sacrificio definitivo. Dios suplirá todas nuestras
necesidades. Referencias bíblicas: Génesis 22:13, 14; Salmo 23 (Marcos 10:45; Romanos 8:2)

Comentario: Conocido también como YHWH o Yahvé-Jireh. Abraham llamó “el Señor proveerá” al sitio donde
Dios le proveyó un carnero para que lo sacrificara en lugar de su hijo Isaac. Jesús dijo que Él era el pan de vida
y que todo el que fuera a Él hallaría provisión (Juan 6:35).

12) JEHOVÁ MEKADDESH, Significado: El Señor que santifica. Aplicación: Dios aparta un pueblo escogido,
santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar.
Referencias bíblicas: Éxodo 31:12, 13 (1 Pedro 1:15,16; Hebreos 13:12; 1 Tesalonicenses 5:23,24).
Comentario: Se conoce también como Yahvéh-Mekaddesh. Nosotros hemos sido apartados, hechos santos y
redimidos por la sangre de Jesucristo, nuestro Jehová-Mekaddesh. Por lo tanto, debemos continuar viviendo
una vida santa y que agrade a Dios (1 Pedro 1:13-25).

13) JEHOVÁ-NISSI, Significado: El Señor es mi bandera Aplicación: Dios nos da la victoria contra la carne,
contra el mundo y contra el diablo. Nuestras batallas son sus batallas de la luz contra las tinieblas y del bien
contra el mal. Referencias bíblicas: Éxodo 17:15,16; Deuteronomio 20:3,4, Isaías 11:10-12 (Efesios 6:10-18)

Comentario: También se conoce como Yahvéh-Nissi. Nombre del altar que edificó Moisés después de derrotar
a los amalecitas en Refidim. Isaías profetiza que la “raíz de Isaí” (Jesús) se levantará como un estandarte para
los pueblos (Isaías 11:10)

14) JEHOVÁ-RAFA, Significado: El Señor sana Aplicación: Dios ha provisto en Jesucristo la sanidad definitiva
para la enfermedad espiritual, física y emocional. Dios puede sanarnos. Referencias bíblicas: Éxodo 15:25-27;
Salmo 103:3, 147:3 (1 Pedro 2:24).

Comentario: Se conoce también como Yahvéh-Rafa. Jesús demostró que Él era Jehová-Rafa al curar a los
enfermos, a los ciegos, a los paralíticos, y al echar fuera demonios. Jesús también sana a su pueblo del pecado
de la injusticia (Lucas 5:31,32).

15) JEHOVÁ-ROHI, Significado: El Señor es mi pastor Aplicación: El Señor protege, provee, dirige, guía y cuida a
su pueblo. Dios nos cuida tiernamente como un pastor poderoso y paciente. Referencias bíblicas: Salmo 23:1-
3, Isaías 53:6 (Juan 10:14-18; Hebreos 13:20; Apocalipsis 7:17).

Comentario: Conocido también como Yahvéh-Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las
personas.

16) JEHOVÁ-SABAOT, Significado: El Señor de los Ejércitos Aplicación: El Señor de las huestes celestiales
cumplirá siempre sus propósitos, aun cuando fracasen las huestes de su pueblo terrenal. Referencias bíblicas:
1 Samuel 1:3; 1 Samuel 17:45; Salmo 46:7, malaquías 1:10-14 (Romanos 9:29).

Comentario: Conocido también como Yahvéh-Sdabaot. Muchas versiones españolas de la Biblia traducen
Sabaot por Todopoderoso. Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las personas. “Jehová-
Sabaot” se traduce a menudo El Señor Todopoderoso. Sabaot también se traduce como Huestes o Ejércitos
celestiales.

17) JEHOVÁ-SHALOM, Significado: El Señor es paz Aplicación: Dios derrota a nuestros enemigos para darnos
paz. Jesús es nuestro Príncipe de paz. Dios da paz y armonía interior. Referencias bíblicas: Números 6:22-27;
Jueces 6:22-24, Isaías 9:6 (Hebreos 13:20).

Comentario: También se conoce como Yahvéh-Shalom. Nombre del altar que Gedeón edificó en Ofra como
recordatorio del mensaje de Dios “Paz a ti”. Isaías nos dice que el Mesías también será conocido como el
“Príncipe de Paz”, nuestro Jehová-Shalom (Isaías 9:6).
18) JEHOVÁ-SHAMMAH, Significado: El Señor está presente. El Señor es mi compañero. Aplicación: La
presencia del Señor no está limitada o circunscripta al tabernáculo o al templo, sino que es accesible para
todos los que lo aman y lo obedecen. Referencias bíblicas: Ezequiel 48:35; Salmo 46 (Mateo 28:20; Apocalipsis
21).

Comentario: Conocido también como Yahvéh-Sama. Dios le reveló a Ezequiel que el nombre de la nueva
Jerusalén será “el Señor está presente”. El Espíritu de Dios mora en nosotros por medio de Jesucristo (1
Corintios 3:16).

19) JEHOVÁ-TSIDKENU, Significado: El Señor nuestra justicia. Aplicación: Jesús es el rey que vendría del linaje
de David, y es quien nos imparte su justicia. Referencias bíblicas: Jeremías 23:5,6; 33:16; Ezequiel 36:26,27 (2
Corintios 5:21).

Comentario: Se conoce también como Yahvéh-Tsidkenu. Todas las personas pecan y están destituidas de la
gloria de Dios, pero Él gratuitamente nos hace justos por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22,23). Dios
promete enviar a un rey que reinará sabiamente y que hará lo que es justo y recto. La gente vivirá segura
(Jeremías 23:5,6).
20) JAH, Significado: “YO SOY”, el que es auto existente. Aplicación: Dios nunca cambia. Sus promesas nunca
fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Dios promete su presencia continua. Referencias bíblicas:
Éxodo 3:14; 15:2; Salmo 46:1, 68:4; Isaías 26:4.

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Comentario: Forma abreviada de Yahvéh. Se utiliza a menudo en combinación con otros nombres o frases.
Aleluya significa “Alabanza a Jah (el Señor)”; Elías quiere decir “Dios es Jah (el Señor)”; y Josué significa “Jah (el
Señor) es mi salvación”.

21) JHWH/YHVH, Significado: “YO SOY”, el que es autoexistente. Aplicación: Dios nunca cambia. Sus promesas
nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Referencias bíblicas: Éxodo 3:14; Malaquías 3:6.

Comentario: Nombre de Dios revelado a Moisés. También se le denomina tetragrama (“cuatro letras”).
Aparece alrededor de 6800 veces. En las versiones españolas de la Biblia se traduce “Jehová” o “Señor”, en
este último caso se debe a que se convirtió en práctica común que los Judíos dijeran “Señor”, en este último
caso se debe a que se convirtió en práctica común que los judíos dijeran “Señor” (Adonai) en vez de
pronunciar el nombre (YHWH (YHVH).

ATRIBUTOS DE DIOS ALGUNAS DIVICIONES

Se han usado varios métodos diferentes para clasificar los atributos de Dios. En este estudio adoptaremos la
clasificación que probablemente es la que más comúnmente se usa:
Los atributos incomunicables de Dios (es decir, los atributos de Dios que no comparte ni «comunica» a
otros),
Y los atributos comunicables de Dios (los que Dios comparte o nos «comunica»).

Ejemplo de los atributos incomunicables de Dios serían su eternidad (Dios ha existido por toda la eternidad,
pero nosotros no), inmutabilidad (Dios no cambia, pero nosotros sí), u omnipresencia (Dios está presente en
todas partes, pero nosotros estamos presentes solo en un sitio a la vez). Ejemplos de los atributos
comunicables
Serían el amor (Dios es amor, y nosotros también podemos amar), conocimiento (Dios tiene conocimiento, y
nosotros igualmente podemos tener conocimiento), misericordia (Dios es misericordioso, y nosotros también
podemos ser misericordiosos), o justicia (Dios es justo y nosotros, también, podemos ser justos).
Esta clasificación de atributos de Dios en dos categorías principales es útil, y la mayoría de las personas tiene
un sentido inicial de cuáles atributos específicos se deben llamar incomunicables y a cuáles se les deben
llamar comunicables.
Así que tiene sentido decir que el amor de Dios es comunicable pero su omnipresencia no.
Sin embargo, al reflexionar un poco más nos damos cuenta de que esta distinción, aunque útil, no es perfecta.
Eso se debe a que no hay atributo de Dios que sea completamente comunicable, ¡y no hay atributo de Dios
que sea completamente incomunicable!

Por ejemplo, la sabiduría de Dios por lo general se diría que es un atributo comunicable, porque nosotros
también podemos ser sabios. Pero nunca seremos infinitamente sabios como Dios lo es. Él nos da su
sabiduría hasta cierto punto, pero nunca por completo. De modo similar, podemos tener una parte del
conocimiento de Dios, sin embargo nunca lo tendremos por completo, porque los pensamientos de Dios
son más altos que los nuestros,

OTROS DIVIDEN LAS PERFECCIONES DIVINAS EN


ATRIBUTOS INMANENTES O INTRANSITIVOS, Y EMANENTES O TRANSITIVOS.

Strong combina esta división con la precedente cuando habla de atributos absolutos inmanentes y relativos o
transitivos. Los primeros son aquellos que no se proyectan ni operan fuera de la esencia divina sino que
permanecen Inmanentes, tales como la inmensidad, la simplicidad, la eternidad, etc., y los segundos son
aquellos que irradian y producen efectos externos de Dios, como la omnipotencia, la benevolencia, la justicia,
etc.

ALGUNOS HABLAN DE ATRIBUTOS NATURALES Y MORALES.


De los primeros son, por ejemplo, la propia existencia, la simplicidad, la infinidad, etc., y pertenecen a la
naturaleza constitucional de Dios, distinguiéndose de su voluntad.

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Los atributos morales, son, por ejemplo, la verdad, la bondad, la misericordia, la justicia, la santidad, etc., que
caracterizan a Dios como Ser moral. La objeción a Esta clasificación es que los designados como atributos
morales son en efecto, tan verdaderamente naturales (es decir, originales) en Dios, como lo son los otros.

Otros distinguen entre atributos absolutos y relativos.


Los primeros corresponden a la esencia de Dios considerado en sí mismo, en tanto que los segundos
corresponden a la esencia divina en relación con su creación. En la primera clase quedan incluidos.
Atributos como la existencia propia, la inmensidad, la eternidad; y en la segunda
Otros atributos como la omnipresencia y la omnisciencia.
Esta división parece fundarse sobre la hipótesis de que podemos adquirir algún conocimiento de Dios, tal
como es en sí mismo, sin tomar en cuenta para nada las relaciones que mantiene con sus criaturas. Pero esto
no es así, y por consiguiente propiamente hablando, todas las perfecciones de Dios son relativas, y señalan lo
que Él es en relación con el mundo.
ATRIBUTOS INCOMUNICABLES (DIOS COMO SER ABSOLUTO)

Ha sido muy común en la teología, hablar de Dios como del Ser Absoluto. Al mismo tiempo resulta que el
término "absoluto" es más característico de la filosofía que de la teología. En la metafísica, el término "el
Absoluto" es una designación para la última base de toda existencia; y se piensa a veces que el Absoluto de la
filosofía y el Dios del teísmo son uno y el mismo. Pero eso, no necesariamente es así. De hecho, resulta
imposible igualar el concepto usual del Absoluto con el Dios de la Biblia y de la Teología Cristiana. El término
"absoluto" se deriva del latín absolutus, vocablo compuesto de ab, (desde) y 'Volveré (soltar), lo que indica
una condición de libertad, o libre de limitaciones e impedimentos. Este pensamiento fundamental se elaboró
en diversas maneras, y así fue como el Absoluto se consideró como aquel que está libre de todas las
condiciones (El Incondicionado, o El que existe por sí mismo); libre de todas las relaciones, (El Irrelacionado);
libre de todas las imperfecciones (El Perfecto); libre de todo fenómeno de diferencia o distinción, tales como
materia y espíritu, Ser y atributos, sujeto y objeto, apariencia y realidad, (La Realidad, o Ultima Realidad).

La respuesta a la pregunta sobre que si el Absoluto de la filosofía puede identificarse con el Dios de la
teología, depende del concepto que uno tenga del Absoluto.

LA PROPIA EXISTENCIA DE DIOS

Dios existe por sí mismo. La base de su existencia se encuentra en el mismo. A veces, esta idea se expresa
diciendo que El es causa sui (su propia causa); pero esta expresión difícilmente puede ser acertada, puesto
que Dios no tiene causa; El existe por la necesidad de sí propio y por tanto, necesariamente. El hombre, al
contrario, no existe necesariamente, y tiene la causa de su existencia fuera de sí mismo, La idea de la propia
existencia de Dios se expresaba generalmente por el vocablo aseitas, que significa que tiene su origen en sí
mismo, pero los teólogos reformados casi generalmente sustituyeron esta expresión por el vocablo in
dependen tia (independencia) , que expresa que Dios no es solamente independiente en su Ser, sino que
también lo es en todo posible aspecto: en sus virtudes, decretos, obras, etc.

LA INMUTABILIDAD DE DIOS

La inmutabilidad de Dios es necesaria concomitante de su Aseidad. La inmutabilidad es aquella perfección por


medio de la cual, Dios se despoja de todo cambio no solamente en su Ser, sino también en sus perfecciones,
propósito y promesas. En virtud de este atributo queda exaltado sobre todos los sucesos, y está libre de todo
aumento o disminución, de todo crecimiento o decadencia en su Ser y en sus perfecciones. Su conocimiento y
planes, sus Principios morales y voliciones permanecen para siempre los mismos. Hasta la razón nos enseña
que ningún cambio es posible en Dios, puesto que todo cambio conduciría a mejor o a peor. Pero en Dios, que
es la
absoluta Perfección, son imposibles por igual las mejoras o las deterioraciones. Esta inmutabilidad de Dios

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claramente se enseña en pasajes de la Escritura como los siguientes: Ex 3:14; Sal 102: 26 28; Isa. 41:4; 48:12;
Mal 3:6; Rom. 1: 23; Heb. 1: 11 y 12; Santo 1: 17.
Al mismo tiempo hay muchos pasajes de la Escritura que Aparentemente atribuyen cambios a Dios.
¿No es El a quien se le representa revelándose? Y ocultándose, viniendo y regresando, arrepintiéndose y
cambiando de intención, tratando al hombre antes de su conversión de un modo, y después de su conversión
de otro modo? Compárese Ex 32: 10 14; Jonás 3: 10; Prov. 11: 20; 12: 22; Salmo 18: 26 y 27. La objeción así
implicada se basa hasta cierto punto en falta de comprensión. La inmutabilidad divina No debe entenderse
como si implicara inmovilidad, como si en Dios no hubiera movimiento. Y si la Escritura dice que Dios se
arrepiente, que cambia de intención, y que muda sus relaciones con los pecadores cuando estos se
arrepienten, debemos recordar que esta es únicamente una manera antropopática de hablar. En realidad, el
cambio no se efectúa en Dios sino en el hombre, y en las relaciones de éste con Dios. Es importante mantener
la inmutabilidad de Dios en contra de la doctrina de los Pelagianos y de los Arminianos que enseñan que Dios
está sujeto a cambio, no ciertamente en cuanto a su Ser, pero sí en cuanto a su conocimiento y voluntad, en
forma tal que sus decisiones en gran parte dependen de las acciones del hombre;

LA INFINIDAD DE DIOS
La infinidad de Dios es aquella perfección suya por medio de la cual queda libre de todas las
limitaciones. Al atribuirla a Dios negamos que haya o pueda haber algunas limitaciones para el Ser Divino o
para sus atributos. En la infinidad se implica que Dios no puede estar limitado por el Universo, por el tiempo
espacio del mundo, o confinado al Universo.
La infinidad de Dios debe concebirse como intensiva, y no debe confundirse con la extensión Ilimitada
como si Dios se expandiera por todo el Universo, una parte de su Ser tocándonos aquí y otra a los de más allá,
porque Dios no tiene Cuerpo y, por lo tanto, no tiene extensión.

SU ETERNIDAD
La infinidad o Infinitud en relación con el tiempo se llama eternidad. La forma en que la Biblia describe
la eternidad de Dios es simplemente diciendo que su duración abarca edades sin fin.
Sal 90: 2; 102: 12; Ef. 3: 21. Debemos recordar, sin embargo, que al hablar así, la Biblia usa el lenguaje
popular, no el de la filosofía. Generalmente, concebimos la eternidad de Dios' de la misma manera, es decir,
como duración infinita prolongada tanto hacia el pasado como hacia el futuro. Pero ese solamente es un
modo popular y simbólico de representar lo que en realidad trasciende el tiempo y difiere de él
esencialmente. La eternidad en el estricto sentido de la palabra se adscribe a lo que trasciende todas las
Limitaciones temporales. Que esto se aplica a Dios en ese sentido es lo que declara II Pedro 3: 8.
“El Dr. Orr, dice el tiempo", "estrictamente tiene relación con el mundo de objetos que existen en sucesión.
Dios llena el tiempo; está en cada parte de él, pero su eternidad, sin embargo, no es este existir en el tiempo.
La eternidad es, más bien, lo que hace contraste con el tiempo" Nuestra existencia queda dividida por días,
semanas, meses y años; no así la existencia de Dios. Nuestra vida está dividida en pasado, presente y futuro;
pero en la vida de Dios no cabe semejante división. Él es el eterno "Yo soy".
Eternidad puede definirse como aquella perfección divina por medio de la cual El se eleva sobre todas las
limitaciones temporales) todas las sucesiones de momentos) y goza de la plenitud de su existencia en un
indivisible presente.

SU INMENSIDAD
La infinitud de Dios puede también contemplarse con relación al espacio, y entonces se llama su
inmensidad. Puede definirse como aquella perfección del Ser divino por medio de la cual trasciende todas las
limitaciones espaciales) y sin embargo está presente en cada sitio del espacio con todo su Ser.
Añadimos, para ponernos en guardia contra la idea de que Dios está difuso por todo el espacio, de modo que
una parte de su Ser está presente en este lugar y otra parte en algún otro lugar. Distinguimos tres modos de
estar presente en el espacio.
Los cuerpos están en el espacio en forma circunscripta, porque están rodeados por Él; los espíritus finitos
están en el espacio en forma conclusiva o fija, puesto que no pueden Estar en todas partes, sino solamente en
un lugar definido, y a diferencia de los dos Anteriores, Dios está en el espacio y lo llena en forma plena,
porque llena todo sitio o lugar.

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No está ausente de ninguna parte del espacio, ni más presente en un lugar que en otro.
LA UNIDAD DE DIOS

Este atributo insiste sobre la unidad y la unicidad de Dios, el hecho de que él es


Numéricamente uno (unidad) y que en su carácter es único (unicidad). Implica que no hay sino un solo Ser
Divino, que la naturaleza del caso exige que haya solamente uno, y que todos los otros seres tiene su
existencia de Él, por El y par El.

ATRIBUTOS COMUNICABLES (DIOS COMO ESPÍRITU PERSONAL)

Si los atributos discutidos en el capítulo anterior señalaron la importancia del Ser absoluto de Dios, los que
ahora tenemos que considerar insisten sobre su naturaleza personal. En los atributos comunicables, Dios
sobresale como un Ser moral, consciente, inteligente, libre; un Ser personal en el más alto sentido de la
palabra.
La personalidad humana para poder explicarse exige un Dios personal. El hombre no existe por sí mismo ni es
eterno; sino un ser finito con principio y fin. La causa reconocida debe ser suficiente para explicar
satisfactoriamente los efectos. Puesto que el hombre es un sujeto personal, el poder que lo formó debe ser
también personal.
La creación en general da testimonio de la personalidad de Dios. En toda su estructura y constitución
revela los más claros trazos de una inteligencia infinita, de las emociones más profundas, sublimes y tiernas, y
de una voluntad que tiene que ser todopoderosa.
La naturaleza moral y religiosa del hombre también señala la personalidad de Dios. Dotado de naturaleza
moral, el hombre tiene impreso el sentido de obligación hacia lo que es justo, y esto necesariamente implica
la necesidad de un Supremo Legislador. Además, su naturaleza religiosa constantemente lo impele a buscar
comunión personal con algún Ser superior

LA ESPIRITUALIDAD DE DIOS
La Biblia no nos proporciona una definición de Dios. La aproximación más cercana a eso,
Se encuentra en las palabras de Cristo a la mujer samaritana, "Dios es Espíritu", Juan 4: 24.
Al menos ésta es una declaración encaminada a decirnos en una sola palabra lo que Dios es.
El Señor no dijo simplemente que Dios es un espíritu; sino que es Espíritu.
Por medio de la enseñanza de la espiritualidad de Dios, la teología insiste en el hecho de que Dios tiene un
Ser real, enteramente original y distinto del mundo, y que este Ser, verdadero o real, es inmaterial, invisible, y
sin composición o extensión.
Ciertamente la Biblia habla de las manos, de los pies, de los ojos, de los oídos, de la boca y la nariz de Dios,
pero al hacerlo habla de El antropomórfica o figurativamente, puesto que El trasciende nuestro conocimiento
humano,
Él no tiene ninguna de las propiedades que
Pertenecen a la materia, y que no puede ser discernido por los sentidos corporales. Pablo habla de Él, como
del "Rey eterno, inmortal, invisible" (1 Tim. 1: 17), y en otra vez como
"Rey de reyes, y Señor de señores, El único que tiene inmortalidad, que habita en luz
Inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el
imperio sempiterno", I Tim. 6: 15 y 16.

ATRIBUTOS INTELECTUALES
Se representa a Dios en la Escritura como Luz y por tanto como Perfecto en su vida intelectual. Esta categoría
abarca dos perfecciones divinas, es decir, el conocimiento y la Sabiduría de Dios.

EL CONOCIMIENTO DE DIOS
El conocimiento que Dios tiene puede definirse como aquella perfección divina por medio de la cual, El, en
una manera completamente única, se conoce y conoce todas las cosas posibles y actuales en un acto
sencillísimo y eterno. La Biblia testifica abundantemente del conocimiento de Dios, por ejemplo en

1 Samuel 2: 3; Job 12: 13; Salmo 94: 9; 147: 4; Isa. 29:15; 40: 27 y 28.

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LA SABIDURÍA DE DIOS
La sabiduría de Dios puede considerarse como un aspecto particular de su conocimiento. Es del todo evidente
que conocimiento y sabiduría no son la misma cosa, aunque si están íntimamente relacionados. No siempre se
encuentran juntos. Un hombre inculto puede sobrepasar en sabiduría a un erudito. El conocimiento se
adquiere por medio del estudio, pero la sabiduría es el resultado del conocimiento intuitivo de las cosas. El
primero es teórico, en tanto que la segunda es práctica, y hace del conocimiento su servidor para algunos
propósitos determinados
La sabiduría de Dios es su inteligencia, tal como se manifiesta en la adaptación de los medios a los fines. Esto
señala el hecho de que Dios siempre lucha por los mejores fines posibles y escoge los mejores medios para la
realización de sus propósitos.
H. B. Smith definen la sabiduría divina como "aquel atributo de Dios por medio del cual Dios mismo produce
los mejores resultados posibles con los mejores medios posibles". Podemos llamarla aquella perfección de
Dios por medio de la cual El aplica su conocimiento a la obtención de sus fines conforme a la manera que más
lo glorifique.
Romanos 11: 33; 14: 7 y 8; Efesios 1: 11 y 12; Colosenses 1:16.

LA VERACIDAD DE DIOS
En el Nuevo Testamento. Esto ya apunta al hecho de que se incluye una variedad de ideas, tales como verdad,
veracidad y fidelidad. Cuando a Dios se le llama verdad, hay que entenderlo en su más comprensivo sentido.
El es la verdad, primero que todo en sentido metafísico, es decir, que en El la idea de la Divinidad está
perfectamente cumplida; El es todo lo que como Dios debiera ser, y en ese concepto se le distingue de todos
los llamados dioses El es también la verdad en un sentido ético, y como tal se revela como realmente es, de
modo que su revelación es fidedigna en absoluto,
Núm. 23: 19; Romanos 3: 4; Hebreos 6: 18.
Finalmente, Él es la verdad también en un sentido lógico, y en virtud de esto, conoce las cosas como
realmente son y ha constituido la mente del hombre de tal manera que hasta el último de ellos pueda conocer
no únicamente las apariencias sino también la realidad de las cosas. De este modo resulta que la verdad de
Dios es la base de todo conocimiento.
En vista de lo antedicho podemos definir la veracidad o verdad de Dios como aquella perfección de su Ser en
virtud de la cual cumple perfectamente la idea de la divinidad, es perfectamente digno de nuestra confianza
en su revelación y ve todas las cosas como en realidad son.

ATRIBUTOS MORALES
Los atributos morales de Dios se consideran generalmente como las más gloriosas perfecciones divinas. Con
esto no queremos decir que algunos de los atributos de Dios sean en sí mismos más gloriosos y más perfectos
que otros, sino que en relación con el hombre las perfecciones morales de Dios brillan con un esplendor
inconfundible

LA BONDAD DE DIOS
La bondad de Dios no debe confundirse con su ternura, ya que esta expresa un concepto más restringido.
Jesús le dijo al joven rico no hay nadie bueno sino solo uno, Dios Marco 10:18
Pero, puesto que Dios es bueno en sí mismo, también es bueno para con todas sus criaturas, y puede por lo
tanto, denominarse: fons omnium bonorum (La fuente de todo bien). Él es fuente de todo bien y así se le
representa de diversos modos en toda la Biblia. El poeta canta: "Porque contigo está la fuente de la vida; en tu
luz veremos la luz". Salmo 36: 9.
Y no solamente eso, sino que Dios es también el summum bonum, (el supremo bien para todas sus criaturas),
aunque en diferentes grados,

EL AMOR DE DIOS.
Cuando la bondad de Dios se manifiesta hacia sus criaturas racionales asume el más alto carácter de amor, y
este amor también se distingue. Para distinguirlo de la bondad de Dios en general, puede definirse como
aquella perfección de Dios que lo impele eternamente a comunicarse. Pues que Dios es absolutamente bueno
en sí mismo, su amor no puede hallar perfecta satisfacción en ningún objeto que carezca de absoluta
perfección. El ama a sus criaturas racionales a causa de sí mismo, o para expresarlo en otra forma: Se ama en
ellas; las virtudes de Él, las ama en ellas; el trabajo de Él, lo ama en ellas; los dones de Él, los ama en ellas. Ni
siquiera retira completamente su amor del pecador en su presente estado pecaminoso, aunque el pecado de
este es una abominación delante de Él, puesto que Dios reconoce, aun en el pecador, la imagen impresa del
mismo Dios,

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Juan 3: 16; Mateo 5: 44 y 45. Al mismo tiempo, Dios ama a los creyentes con un amor especial, puesto
que los contempla como sus hijos espirituales en Cristo. A ellos se comunica El, en el sentido más pleno y rico,
con toda la plenitud de su gracia y misericordia.
Juan 16: 27; Romanos 5: 8; 1 Juan 3: 1.

LA GRACIA DE DIOS, "GRACIA” ES UNA TRADUCCIÓN DEL HEBREO CHANAN, Y DEL GRIEGO CHAM.
Según la Escritura, la gracia se manifiesta no sólo por Dios, sino también por los hombres, y en este último
caso denota el favor que un hombre muestra a otro. en lo general puede decirse que la gracia es el regalo
gratuito de la generosidad para alguien que no tiene derecho a reclamarlo. Este es el caso singular donde al
hablar de gracia se hace referencia a la gracia de Dios. Su amor para el hombre siempre es inmerecido.
La biblia generalmente habla de la gracia para significar la inmerecida bondad o amor de Dios para
quienes se han hecho indignos de ella por naturaleza bajo la condenación. La gracia de Dios es manantial de
todas las 'bendiciones espirituales concedidas a los pecadores. Eso es lo que leemos en Efesios 1: 6 y 7; 2: 7 9;
Tito 2: 11; 3: 4 7. En tanto que la Biblia con frecuencia habla de la gracia de Dios como gracia salvadora,
también la menciona en un sentido más práctico para los pecadores.
Por gracia fue que el camino de la redención se abrió para ellos, Romanos 3: 24; Corintios 8: 9;
Por gracia salió el mensaje de redención para todo el mundo, Hechos 14: 3.
Por gracia los pecadores reciben el don de Dios en Jesucristo, Hechos 18: 27; Efesios 2: 8
Por gracia son justificados; Romanos 3: 24; 4: 16; Tito 3: 7; enriquecidos con dones espirituales,
Juan 1: 16; Corintios 8: 9; Tesalonicenses 2: 16, y definitivamente heredan la salvación.

LA SANTIDAD DE DIOS
La palabra hebrea para "ser santo", es quadash, derivada de la raíz qad, que significa cortar o separar. Es una
de las más prominentes palabras religiosas del Antiguo Testamento, y se aplica ante todo a Dios. La misma
idea ha sido traída por las palabras que encontramos en el Nuevo Testamento hagiazo y hagios. Ya se ve por lo
anterior que no es correcto pensar que la santidad fundamentalmente es una cualidad moral o religiosa como
generalmente se hace.
Su idea básica es la posición o relación entre Dios y alguna persona o cosa.
El es santo en cada cosa que lo revela, en su bondad y gracia, tanto como en su justicia e ira. La santidad
divina puede llamarse propiamente la "majestuosa santidad" de Dios y a ella se refieren pasajes como los
siguientes: Ex 15: 11; I Sam. 2: 2; Is. 57: 15; Os. 11: 9.
LA JUSTICIA DE DIOS
La idea fundamental de la justicia es la de estricta adhesión a la ley. Entre los hombres presupone que hay una
ley a la cual deben conformarse. Se dice a veces que no podemos hablar de justicia en Dios, porque no hay ley
a la cual El esté sujeto. Pero aunque no hay ley que esté por encima de Dios, hay ciertamente una ley que está
en la naturaleza esencial de Dios. Y ésta constituye el modelo más elevado que es posible, por medio del cual
todas las otras leyes tienen que ser juzgadas.
Se ha hecho por regla general, una distinción entre la justicia absoluta de Dios y la relativa.
La primera es aquella rectitud de la divina naturaleza, en virtud de la cual Dios es infinitamente justo en sí
mismo,
mientras que la segunda es aquella perfección de Dios por medio de la cual El se mantiene en contra de toda
violación de su Santidad y deja ver en todo sentido que El es Santo. La justicia se manifiesta, especialmente,
en darle a cada uno lo que le corresponde, conforme a sus merecimientos.

ATRIBUTOS DE SOBERANÍA
La soberanía de Dios se presenta en la Escritura un tono muy enfático. Se le presenta como el Creador y su
voluntad como causa de todas las cosas. En virtud de su obra creativa le pertenecen los cielos, la tierra y todo
lo que ellos contienen. Reviste plena autoridad sobre los ejércitos del cielo y los habitantes de la tierra.
Sostiene todas las cosas con su omnipotencia y determina la finalidad que cada uno está destinado a servir.
Gobierna como Rey en el más absoluto sentido de la palabra y todas las cosas dependen de Él y le sirven a Él.
Dos atributos que merecen atención
(1) la soberana voluntad de Dios,
(2) el soberano poder de Dios.

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LA SOBERANA VOLUNTAD DE DIOS
La Biblia emplea diversas palabras para señalar la voluntad de Dios, es decir, los vocablos hebreos chaphets,
tsebhu, ratson, y los griegos, boule y thelema.
La importancia de la voluntad divina se hace visible de múltiples modos en la Escritura. Se le presenta como la
causa última de todas las cosas. Todas las cosas se originan de ella: la creación y la preservación, Sal 135:6;
Jer. 18:6;
Apoc. 4: 11; el gobierno, Prov. 21: f; Dan 4: 35; la elección y la reprobación, Rom. 9: 15 y 16; Efesios 1: 11;
Los sufrimientos de Cristo, Luc. 22: 42; Hech. 2: 23;
La regeneración, y la santificación, Fil 2: 13;
Los sufrimientos de los creyentes, 1 de Pedro 3: 17,
La vida del hombre y su fin, Hech. 18: 21; Rom. 15: 32; y hasta las cosas más pequeñas de la vida, Mat. 10:
29.
De aquí que la teología cristiana siempre ha reconocido que la voluntad de Dios es la causa última de todas las
cosas

EL SOBERANO PODER DE DIOS


La soberanía de Dios encuentra expresión no solamente en; la divina voluntad sino también en la
omnipotencia, es decir, el poder de ejecutar su voluntad. El poder en Dios puede llamarse la energía efectiva
de su naturaleza, o sea, aquella perfección de su Ser por medio de la cual El es la causalidad más alta y
absoluta. Se acostumbra distinguir entre una
potentia Dei absoluta (el absoluto poder de Dios) y una potentia Dei ordinata (el poder dirigido de Dios).
El punto de vista más generalmente aceptado ha sido expresado por Charnock de la manera siguiente:
Poder absoluto es aquel poder por medio del cual Dios puede hacer lo que no quiere hacer, pero que sería
posible que lo hiciera;
Poder dirigido es aquel poder por medio del cual Dios hace lo que ha decretado hacer, es decir lo que Él ha
ordenado o dispuesto que se haga; y estos no son poderes distintos, sino uno y el mismo poder.

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Confesión De Westminster >

CAPITULO 2: DE DIOS Y DE LA SANTISIMA TRINIDAD


I. No hay sino un solo Dios, (1) el único viviente y verdadero, (2) quien es infinito en su ser y perfecciones; (3)
espíritu purísimo, (4) invisible, (5) sin cuerpo, miembros (6) o pasiones; (7) inmutable, (8) inmenso, (9) eterno,
(10) incomprensible, (11) todopoderoso, (12) sabio, (13) santo, (14) libre, (15) absoluto, (16) que hace todas
las cosas según el consejo de su propia voluntad, que es inmutable y justísimo (17) y para su propia gloria. (18)
También Dios es amoroso, (19) benigno y misericordioso, paciente, abundante en bondad y verdad,
perdonando toda iniquidad, transgresión y pecado, (20) galardonador de todos los que le buscan con
diligencia, (21) y sobre todo muy justo y terrible en sus juicios, (22) que odia todo pecado (23) y que de
ninguna manera dará por inocente al culpable,

1. Deut.6:4; 1 Cor.8:4, 6. 2. 1Thes. 1:9; Jer.10:10. 3. Job 11:7, 8, 9 y Job 26:14.


4. Jn.4:24. 5. 1 Tim.1:17. 6. Deut. 4:15, 16; Lk.24:39; Jn.4:24. 7. Acts. 14:11, 15.
8. Jas.1:17; Mal. 3:6. 9. 1Ki 8:27; Jer.23:23, 24. 10. Ps. 90:2; 1 Tim.1:17.
11. Ps. 145:3. 12. Gen.17:1; Rev.4:8. 13. Rom. 16:27. 14. Is. 6:3; Rev. 4:8.
15. Ps.115:3. 16. Ex. 3:14. 17. Eph. 1:11. 18. Prov.16:4; Rom.11:36. 19. 1Jn.4:8, 16.
20. Ex. 34:6, 7. 21. Heb. 11:6. 22. Neh.9:32, 33. 23. Ps. 5:5, 6. 24. Neh.1:2, 3; Ex. 34:7.

II. Dios posee en sí mismo y por sí mismo toda vida, (1) gloria, (2) bondad (3) y bienaventuranza; (4) es
suficiente en todo, en sí mismo y respecto a si mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que
El ha hecho, (5) ni derivando ninguna gloria de ellas, (6) sino que solamente manifiesta su propia gloria en
ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas. Él es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son
todas las cosas, (7) teniendo sobre ellas el más soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre
ellas toda su voluntad. (8) Todas las cosas están abiertas y manifiestas delante de su vista; (9) su conocimiento
es infinito, infalible e independiente de toda criatura, (10) de modo que para El no hay ninguna cosa
contingente o incierta. (11) Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras y en todos sus mandatos.
(12) A Él son debidos todo culto, adoración, servicio y obediencia que tenga a bien exigir de los ángeles, de los
hombres y de toda criatura.

1. Jn.5:26 2. Acts 7:2 3. Ps.119:68 4. 1 Tim. 6:15; Rom.9:5 5. Acts 17:24, 25


6. Job 22:2, 3 7. Rom. 11:36 8. Rev. 4:11; Dan. 4:25, 35; 1Tim.6:15 9. Heb. 4:13
10. Rom.11:33, 34; Ps.147:5 11. Acts 15:18; Ezek11:5 12. Ps.145:17; Rom.7:12
13. Rev. 5:12, 13, -14

III. En la unidad de la Divinidad hay tres personas de una sustancia, poder y eternidad; Dios Padre, Dios Hijo y
Dios Espíritu Santo. (1) El Padre no es engendrado ni procede de nadie; el Hijo es eternamente engendrado
del Padre, (2) y el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo.

1. 1Jn.5:7; Mat. 3:16, 17 y 28:19; 2Cor.13:14. 2. Jn.1:14, 18. 3. Jn.15:26; Gal. 4:6.

TRINIDAD (HISTORIA)

El Dios cristiano es Dios-Trinidad. Este término es tardío no sólo cronológicamente (aparece en Oriente
con Teófilo de Antioquía, como trias, "tríada", y en Occidente con Tertuliano, como trinitas, "trinidad"), sino
también conceptualmente, ya que fue elaborado tras una profunda reflexión en el debate interior de la
comunidad eclesial y por las dificultades y controversias entre ésta y los interlocutores del momento, sobre
todo el judaísmo y el helenismo. Tanto trias como trinitas designan en el contexto histórico-eclesial en que
figuran en el léxico teológico no tanto el concepto de unidad en Dios (expresado por monarchia), sino más
bien la peculiaridad del Dios cristiano (es decir Trinidad) respecto al monoteísmo hebreo.

Así pues, en el momento de aparecer la palabra Trinidad no dice cuál es la relación entre la unidad de Dios y la
trinidad de Dios, como ocurrirá luego, sino más bien el paso de la reflexión creyente de la paradoja
cristológica a la trinitaria. Decir Trinidad significa decir el único Dios de Abrahán, Isaac, Jacob, Padre de
nuestro Señor

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Jesucristo, el cual manifiesta y envía al Espíritu Santo como don procedente del Padre por medio del Hijo. La
literatura del Nuevo Testamento, que no habla formalmente de Trinidad, presenta la obra de salvación ligada
a Jesús, como el gran Revelador del Padre y camino de acceso a la comunión con él en la santificación del
Espíritu Santo, el cual -sobre todo en la perspectiva de Juan- introduce en la verdad que es Jesucristo. Dios
resulta ser entonces un circuito de amor en el cual se insertan los hombres gracias al misterio pascual de
muerte, resurrección y glorificación. El Nuevo Testamento por su parte nos presenta al Padre y al Hijo unidos,
pero distintos: el Logos, que desde la eternidad se dirige al Padre (Jn 1,1), lo recibe todo de él (Jn 6,23; 13,3;
8,18). Si el Padre es iniciativa y principio, el Hijo es receptividad y acogida. Así también el Espíritu Santo es otro
Paráclito, que procede del Padre y es "llevado" por el Hijo que lo posee en sobreabundancia (Jn 4,18; Hch
2,33; 10,38) y lo da sin medida (Jn 7 39), pero al mismo tiempo el Espíritu Santo se distingue del Padre y del
Hijo.

La primitiva confesión de fe expresada en los símbolos era más bien cristológica. La paradoja del cristianismo
era la cruz y la resurrección de Jesucristo. Al principio prevalecieron las fórmulas binarias con una fuerte
connotación soteriológica y escatológica. Por eso, se veía siempre a Dios-Padre según la novitas traída por
Jesucristo (1 Cor 8,6; 1 Tim 6,13). De este modo el acontecimiento Jesucristo queda inserto en la única
divinidad de Dios; el hecho de que Dios sea Dios se capta por tanto a través de Jesús. Él, como acontecimiento
escatológico, revela al mismo tiempo lo que es Dios, lo que es la historia y lo que es el hombre.

La inteligencia trinitaria de] acontecimiento Cristo aparece muy pronto en la profesión de fe y, si se refiere a la
fórmula bautismal ternaria (Mt 28,19), no es para una reflexión sobre la Trinidad en sí misma, sino gracias a la
confesión del Espíritu Santo junto con el Padre y el Hijo, que completa precisamente el artículo cristológico, En
efecto, el «ser en Cristo» se hace posible por el ser en el Espíritu Santo para tener acceso al Padre (Rom 8,14-
17). El Dios cristiano a partir del misterio de Pascua no puede concebirse más que como Padre, Hijo y Espíritu
Santo, es decir, como acontecimiento trinitario.

En la lucha por la ortodoxia, la reflexión teológica por una parte y por otra parte las herejías y el desarrollo
dogmático que encuentra su expresión más alta en los concilios, llevan, aunque de manera distinta, a pensar
en los acontecimientos salvífico-escatológicos, centrados en la muerte-resurrección de Jesús, de forma refleja,
en relación con la realidad de Dios en sí mismo. La referencia del acontecimiento Cristo a la Trinidad pone de
relieve cómo la salvación está ligada al ser eterno de Dios, con lo que se considera a la Trinidad como el
misterio principal de la fe, privilegiando las categorías de esencia y de ser aunque llevando a cabo una
purificación del lenguaje, que hace pensar no tanto en la helenización como en una deshelenización del
cristianismo.

Autores como Tertuliano, Atanasio, Orígenes, Basilio, Gregorio de Nisa, Gregorio de Nacianzo, por una parte, y
las definiciones de los concilios de Nicea (325) y Constantinopla (381), por otra, acaban con la herejía que de
hecho, en su negatividad, es la ocasión para ilustrar a través del dogma la verdad sobre Dios-Trinidad. Tanto si
la herejía se presenta bajo la forma de monarquianismo dinámico o modalista, como impregnada de
gnosticismo o de dualismo (en el insidioso arrianismo), será siempre un rechazo concreto de la paradoja
Jesucristo-Dios Y por tanto la paradoja trinitaria. El hecho de que la herejía no sea capaz de comprender la
novedad paradójica del cristianismo, permaneciendo así en una mentalidad más bien racionalista, revela no
sólo la dificultad de ponerse de acuerdo en las fórmulas, sino su incapacidad de acoger la Trinidad como un
misterio. Por eso, es significativo que la respuesta de ]a ortodoxia comience precisamente por restablecer
quién es verdaderamente Jesús en su re]ación con e] Padre (DS 125), definiendo su consubstancialidad
(omoousios), para pasar luego a establecer la divinidad del Espíritu Santo (DS 150) contra aquellos
semiarrianos que hacían de él una criatura del Logos y poder así proclamar con el papa Dámaso, en el año
382, que la salvación consiste en creer en la Trinidad (DS 177). Si la ortodoxia nicena fue sostenida sobre todo
por Atanasio, que insistió en el significado soteriológico de la consubstancialidad del Hijo con el Padre, Basilio,
Gregorio de Nisa Y Gregorio de Nacianzo contribuyeron a que el paso de Nicea a Constantinopla se diera bajo
el signo de la continuidad. Fueron ellos los que introdujeron los
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términos de hipóstasis y de ousía, hasta llegar a la formulación: «una substancia, tres hipóstasis» y percibir
cómo la divinidad del Espíritu Santo se deduce también contra los pneumatómacos del argumento
soteriológico (¡no nos diviniza si no es Dios!). La especulación oriental debe mucho a los capadocios; ellos
exaltan además la monarchía del Padre y resaltan el carácter orgánico y genético de la Trinidad. La divinidad
del Hijo y la del Espíritu se sitúan de forma dinámica en relación con el Padre.

Evidentemente, este planteamiento facilita la comprensión de la relación entre la oikonomía y la theologia.

El modo occidental de pensar en la Trinidad está determinado más bien por Agustín, y se bifurcará a
continuación en dos tendencias: una más bien místico-personalista (san Bernardo, Ricardo de San Víctor, san
Buenaventura) y la otra más intelectualista (san Anselmo, santo Tomás). Si en la especulación oriental las
hipóstasis trinitarias son el Dios cristiano, en la especulación latina, que tiene a Agustín como protagonista,
Dios es la Trinidad: Dios es siempre juntamente Padre, Hijo Y Espíritu Santo. Agustín parte de la unidad de
Dios, cerrando así el camino al arrianismo, para captar en la unidad la trinidad de las personas, a las que él no
ve por otro lado como individuos distintos (¡Dios no es triple, sino Trinidad!). Precisamente para no caer en
una concepción autonomista de los Tres de la Trinidad, Agustín prefiere la categoría de relación a la de
persona: según él, la relación expresa mejor la comunidad y la unidad en Dios. Además, la búsqueda de las
analogías triádicas que saca Agustín de la estructura del alma humana (memoria, inteligencia, voluntad) hacen
famosa su explicación trinitaria, a pesar de las limitaciones que advierte el mismo doctor africano.

En efecto, Agustín es consciente de que las tres facultades del alma humana se insertan en una sola persona,
mientras que los Tres de la Trinidad son Personas distintas. aunque en la unidad de una sola substancia.

Santo Tomás prosigue en Occidente de forma original la larga onda del influjo agustiniano. Sobre todo en la
Summa, en coherencia con el planteamiento del exitus-reditus, parte de Dios en sí mismo con las ventajas
evidentes de cerrarse así a todo posible subordinacionismo y triteísmo, proclamando la coeternidad,
consubstancialidad e igualdad del Padre, Hijo Y Espíritu Santo. Sirviéndose de la añalogía, Tomás utiliza las
categorías de procesiones, relaciones, personas y misiones para ilustrar la Trinidad. El procedimiento de
Tomás en la explicación de la doctrina trinitaria se convertirá en norma y punto de referencia imprescindible
en la teología posterior. Siempre se tenderá a considerar las categorías mencionadas como el instmmento
lógico para explicar de qué manera la trinidad de Dios está de acuerdo con su unidad.

La reflexión de santo Tomás, que escondía sin embargo la fatiga del concepto, quedó absorbida y a menudo
esterilizada en parte en una explicación que, una vez asegurada la existencia y la unidad de Dios, deducía la
no-repugnancia de la razón frente al misterio trinitario, explicado con el auxilio de la terminología tomista. El
adagio que se convirtió en doctrina eclesiástica común sobre la Trinidad (sunt quinque notiones, quattuor
relationes, tres personae, duae processiones, una natura, nulla probatio), es la prueba de una síntesis
teológica completa ya en sí misma, que sobre todo en estos últimos siglos no se preocupó ya de ilustrar la
novedad soteriológica del ser trino de Dios. Era lógico entonces que la teología trinitaria se presentase en
nuestro siglo subdividida en dos tratados distintos, De Deo Uno y De Deo Trino, sin una vinculación operativa
entre ambos, Y que el tema del conocimiento natural - de Dios tuviera un papel preponderante sobre el
trinitario. Pero precisamente cuando parecía ya totalmente sólido este planteamiento metodológico, empezó
a entrar en crisis. Es bien sabido cómo la especulación trinitaria occidental, que los manuales se encargaban
de hacer formalista por las razones mencionadas, sin una vinculación viva con las fuentes patrísticas, ha
sufrido en el siglo xx criticas teológicas tanto en el mundo protestante como en el católico. La acusación
principal era la de que consideraba poco el significado histórico-soteriológico-económico de la Trinidad, con la
consecuencia de una separación notable de la cristología, considerada también ella de forma más bien
deductiva y poco histórica.

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Se explica así la aparición del axioma «la Trinidad económica es la Trinidad inmanente Y viceversa» (K.
Rahner), que se convirtió en un auténtico programa de replanteamiento de la teología trinitaria. Por otra
parte, se advirtió la necesidad de ulteriores explicaciones para no caer en un exagerado apofatismo, que
acabaría engendrando una visión funcional del misterio trinitario. En efecto, actualmente la reflexión sobre
Dios busca un equilibrio entre el misterio soteriológico y el ontológico, para que también la espiritualidad y la
praxis cristiana sean más trinitarias y para que el hecho de que Dios sea trino repercuta en la confesión de fe.
La salvación consiste realmente en el escándalo de Jesucristo crucificado y resucitado que pertenece a Dios-
Padre y está ligada al Espíritu Santo, que manifiesta la esencia de Dios, a saber, el Amor. Partiendo
precisamente de la reflexión sobre Dios como Agapé se revisan hoy las categorías tradicionales de persona,
procesión, relación..., acogiendo las aportaciones del pensamiento moderno, especialmente del personalismo,
y confrontándose con la teología oriental, para que pueda ilustrarse mejor el misterio de un Dios Amor
concebido como relacionalidad, comunión, circulación de amor, a quien el hombre y la sociedad están
llamados como a su más alta vocación. La Trinidad se convierte de esta manera en el origen, el icono y la meta
de la existencia cristiana. Y entonces todas las dimensiones de la teología vuelven a pensarse en su dimensión
trinitaria.

Bibl.: J M. Rovira Belloso, Trinidad, en DTDC, 1370-1394; W Kasper, El Dios de Jesucristo, Sígueme, Salamanca
i986; O. González de Cardedal, Misterio trinitario y existencia humana, Rialp, Madrid i965; lr. Moltmann,
Trinidad y Reino de Dios, sígueme, Salamanca i983; Ch. Duquoc, Dios diferente. Ensayo sobre la simbólica
trinitaria, Sígueme, Salamanca 1982; B. Forte, Trinidad como historia, Sígueme, Salamanca 1988.

DIOS EN TRES PERSONAS:


Lectura para el estudio: Deuteronomio 6:4; Isaías 45:5, 6; Mateo 3:16-17: Juan
14:16-17; 2 Corintios 13:14; Hebreos9:14; 1 Pedro 1:2; 3:18

Objetivo de la lección: Explorar la doctrina de la Trinidad y adorar a Dios como nuestro modelo de
comunidad social. Objetivos específicos: Conocer y afirmar nuestra posición en la creencia de un solo Dios.
Enfatizar a cada una y a las tres personas de la deidad, rechazando el politeísmo y afirmando la trinidad de
nuestro Dios. Reconocer que las tres personas tienen su parte y no actúan independientemente en el plan de
salvación a favor de todo ser humano.
Verdad central: Existe solo un Dios, que eternamente ha existido en tres personas: el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo.
Texto Áureo: "La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros. Amen" (2 Corintios 13:14).
Énfasis evangelistica: "Dios está totalmente interesado en la salvación del perdido. Ese interés queda
demostrado por la participación de todas las personas de la Trinidad" (Oliver McMahan).
1-Dios es uno en sustancia Deuteronomio 6:4 "Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es"
(Deuteronomio 6:4). Esta afirmación les recordó que Dios es único en sustancia y propósito. Los creyentes
comenzaron a entender que Dios era un ser trino después de la venida de Jesús y el día de Pentecostés. La
iglesia se reunió en el concilio de Nicea para tratar la doctrina de la Trinidad que estaba siendo amenazada por
las enseñanzas de Arrió el concilio reconoció el peligro claro de este punto de vista y sostuvo que las tres
personas eran distintas dentro de la Deidad, pero que eran de la misma sustancia. Esto quiere decir que el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son completamente distintos, pero uno a la vez. Dios es uno que existe al
mismo tiempo en tres personas.

B. Dios es uno en existencia (Isaías 45:5-6) Isa 45:5 Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro; Fuera de Mí no hay
Dios. Yo te fortaleceré, aunque no me has conocido, Isa 45:6 Para que se sepa que desde el nacimiento del sol
hasta donde se pone, No hay ninguno fuera de Mí. Yo soy el SEÑOR, y no hay otro.
Dios declara que no está en competencia con dioses menores, porque la verdad es que “no hay más
ninguno; no hay Dios fuera de mi" Dios es uno. Es la única Deidad que reina sobre la humanidad. El moderno
fenómeno de muchos que afirman ser ateos surge de la perversión de la mente humana y la negación de que
es posible cualquier explicación racional del universo. De acuerdo con esto, la Biblia declara que un ateo es un
loco

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Estúpido. El necio ha dicho en su corazón: "No hay Dios." Todos se han corrompido, han cometido hechos
abominables; No hay quien haga el bien. (Sal. 14:1).
En general, el Antiguo Testamento recalca el énfasis de la unidad de Dios (Ex. 20:3; Dt. 6:4; Is. 44:6), un
hecho que también se enseña en el Nuevo Testamento (Jn. 10:30; 14:9; 17:11, 22, 23; Col. 1:15). Tanto en el
Antiguo como en una gran parte del Nuevo Testamento también se indica que Dios existe como una Trinidad:
Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

LOS ATRIBUTOS DE DIOS. Dios es Espíritu (Jn. 4:24), Dios es vida (Jn. 5:26), Dios existe por sí mismo
(Ex. 3:14), Dios es infinito (Sal. 145:3), Dios es inmutable o sin cambios (Sal. 102:27; Mal. 3:6; Stg. 1:17), Dios
es la verdad (Dt. 32:4; Jn. 17:3), Dios es amor (1 Jn. 4:8), Dios es eterno (Sal. 90:2; Jer. 23:23-24), Dios es
omnisciente (Sal. 147:4-5) y Dios es omnipotente (Mt. 19:26).

II. Tres Personas Mateo 3:16-17 16 Después de ser bautizado, Jesús salió del agua inmediatamente; y los
cielos se abrieron en ese momento y él (Juan) vio al Espíritu de Dios que descendía como una paloma y venía
sobre El. 17 Y se oyó una voz de los cielos que decía: "Este es Mi Hijo amado en quien Me he complacido."
Las Tres Personas de la Trinidad (Mateo 3:16-17) La venida de Jesús aclaro las referencias del Antiguo
Testamento, Poco a poco se descubrió que esta naturaleza era trina o triple, Dios el Padre envió a Dios el Hijo,
que fue concebido por el Espíritu Santo. Lo que ellos vieron fue claramente la manifestación de Dios en tres
personas. La voz del Padre y la presencia del Espíritu Santo testificaron sobre la divinidad de Jesús. En este
pasaje el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo retienen sus identidades.

B. Diferentes funciones de la Trinidad (Juan 14:16-17) 16 "Entonces Yo rogaré al Padre, y Él les dará otro
Consolador (Intercesor) para que esté con ustedes para siempre; 17 es decir, el Espíritu de verdad, a quien el
mundo no puede recibir, porque ni Lo ve ni Lo conoce, pero ustedes sí Lo conocen porque mora con ustedes y
estará en ustedes.
Funciones de la Trinidad El Espíritu fue enviado a consolar, convencer de pecado y a enseñar. Por ende es
Consolador y Consejero. El Espíritu Santo funciona como consejero, el que imparte la verdad y como una
fuente constante de dirección y poder para los creyentes. Es importante aclarar que las funciones distintas
dentro de la Trinidad indican la unidad de las tres personas en cuanto a misión y propósito.
C. La fórmula trinitaria (2 Corintios 13:14) 2Co 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la
comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes. Aquí se les atribuyen diferentes funciones a los
miembros de la Deidad; empero Dios sigue siendo uno. Él es llamado «otro Consolador» (Abogado), lo cual
indica que Él es una persona tanto como lo es Cristo (Jn. 14:16-17; 26; 16:7; 1 Jn. 2:1-2).
La personalidad del espíritu santo en las escrituras
A) El convence al mundo: «Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio» (Jn.
16:8). B) El enseña: «Él os enseñará todas las cosas» (Jn. 14:26; ver también Neh. 9:20; Jn. 16:13-15; 1 Jn.
2:27).
C) El Espíritu habla: «Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones al Espíritu de su Hijo, el cual
clama: ¡Abba, Padre!» (Gá. 4:6).
D) El Espíritu intercede: «Pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles» (Ro. 8:26).
E) El Espíritu guía: «Guiados por el Espíritu» (Gá. 5:18; Hch. 8:29; 10:19; 13:2; 16:6-7; 20:23; Ro. 8:14).
F) El Espíritu señala a los hombres para el servicio específico: «dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a
Saulo para la obra a que los he llamado» (Hch. 13:2; cf. Hch. 20:28).
G) El Espíritu está El mismo sujeto a un plan (Jn. 15:26). h) El Espíritu ministra: El regenera (Jn. 3:6), El sella (Ef.
4:30), El bautiza (1 Co. 12:13), El llena (Ef. 5:18).

III. Unidos en la redención (Hebreos 9:14) ¿cuánto más la sangre de Cristo, quien por el Espíritu eterno El
mismo se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo?

A. Unidos en comunidad (hebreos 9:14) Fue por medio del poder dado por el Espíritu Santo que Cristo se
ofreció a sí mismo a Dios para cumplir con la redención. Podemos decir que la Trinidad es una comunidad
cooperativa dentro de Dios. El Padre en Cristo Jesús es Dios - Ro. 9:5 Jesús es uno con el Padre – Jn. 14:8-11
Jesús igual al Padre - Jn. 5:19-30 Son uno- Jn. 10:30

22
Espíritu Santo - en Cristo Unidos Nacimiento - Mt. 1:18; Lc. 1:35 Ungiendo para el ministerio terrenal - Mt.
3:16 Hizo cumplir la profecía - 4:18-21 Guía al desierto (ayuno) - Mt. 4:1 Su poder echo fuera demonios - Lc.
11:20 Le sostuvo para culminar Su sacrificio en la cruz He. 9:14 Presente en la Resurrección - Ro. 8:11 Son uno
solo - Ro. 8:9

B. Enfocados en la redención (1 Pedro 1:2; 3:18) 1Pe 1:2 según el previo conocimiento de Dios Padre, por la
obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz
les sean multiplicadas a ustedes. 1Pe 3:18 Porque también Cristo (el Mesías) murió por los pecados una sola
vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.

C. Enfocados en la redención Pedro expresa en la introducción que los creyentes han sido, "elegidos según el
previo conocimiento de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de
Jesucristo " la iglesia entendió que Dios era un ser trino; y también entendió que su misión era redimir al
mundo a través de la muerte y resurrección de Jesucristo.

D. Enfocados en la redención Esta redención se efectuó en la cruz. Cada miembro de la Deidad participo de la
redención en el Calvario. Cristo murió para pagar la deuda del pecado de la humanidad y el Espíritu Santo le
vivifico para que fuese restaurado al Padre y aplica la obra de Cristo a nuestras vidas cuando la aceptamos por
la fe.
Estas tres personas funcionan en capacidades distintas; no obstante, comparten el mismo ser y son
una comunidad revelada e igual dentro de ellos. En resumen, los miembros de la Trinidad están eternamente
entregados el uno al otro en amor, unidos para redimir a un mundo caído. Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Cada designación es solo una manera en que Dios es Dios. Dentro de la divinidad hay "tres personas"
que ni son tres dioses ni tampoco tres partes de Dios, sino iguales y eternas con Dios.

LA TRINIDAD DIVINA A LA LUZ DE LA BIBLIA


Jesús... "Les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced
discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo".
Mateo 28:18-19

Una doctrina trascendental. El tema es, en efecto, sumamente importante y constituye uno de los
fundamentos básicos de nuestra fe. Puede decirse que sin la Trinidad de Dios, resultaría incomprensible, por
no decir imposible, cuanto las Escrituras nos enseñan acerca de nuestra salvación. Pero este no es un tema
para especular, sino para adorar.
La doctrina de la Santísima Trinidad se halla claramente contenida en la Biblia. Es cierto que no
aparece ni una sola vez la palabra "Trinidad" en los textos sagrados; pero la Trinidad Divina esta presente en
las páginas de la Biblia. Las Sagradas Escrituras no demuestran la Trinidad: la muestran.
Esta doctrine ha sido enseñada y sostenida por la Iglesia cristiana desde los primeros tiempos, siendo
normalmente expresada en la siguiente fórmula: Dios es uno en esencia, pero subsiste en tres personas: el
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. O dicho de otra manera: Dios es único, pero existe eternamente con tres
distinciones bajo la figura de personas.
Debe admitirse que la palabra «persona», en ese sentido trinitario, no esta enteramente libre de
objeción, pero parece cosa entendida por los escritores ortodoxos que no hay una palabra mejor. La objeción
es que no puede aplicarse en su acepción común, esto es como se aplica a los seres humanos. Por ejemplo,
persona, en el uso ordinario del término, significa un ser distinto e independiente; así es que una persona es
un ser, y cien personas son cien seres. Pero en la Divinidad hay tres personas y UN SOLO SER.
Además, el vocablo «persona», para nosotros expresa solamente —por lo general— la idea de personalidad o
individuo, pero la palabra griega para persona, significa simplemente apariencia, aspecto exterior visible de un
ser humano, animal o cosa.
Es decir, no se trata del ser mismo, sino de la apariencia o aspecto exterior visible de ese ser. Dicho de
otro modo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres manifestaciones o revelaciones que Dios hace de Sí
mismo al mundo y por medio de las cuales el mundo puede ver y conocer a Dios.
Es verdad que el hecho —lo tenemos que confesar— sobrepasa a nuestra comprensión, pues no se
conoce nada comparable en el mundo de nuestra experiencia. Por eso es muy fácil caer en ideas confusas y
errores. Pero el hecho de que la doctrina de la Trinidad este por encima de nuestra comprensión, no quiere
significar que este en contra de nuestra razón.

23
Todas las ilustraciones para explicar racionalmente la Trinidad se prestan a establecer conceptos pobres e
inadecuados. Sólo como ejemplo de la posibilidad de combinar las ideas de unidad y pluralidad, pensemos en
el rayo de luz, único, que al atravesar el prisma de cristal se descompone en los siete colores del arco iris.

La Trinidad y las ciencias exactas


Consideremos ahora el Universo físico que debería reflejar a su Creador, como es lógico, de una manera muy
íntima, y descubriremos que toda la Naturaleza parece haber sido diseñada para revelarnos la Trinidad. Todo
la conocido del Universo puede ser clasificado bajo los títulos de espacio, materia y tiempo.
Ahora bien, el espacio, por lo menos en la medida en que lo comprendemos, consiste exactamente de tres
dimensiones, cada una igualmente importante y absolutamente esencial. No habría espacio, ni realidad
alguna, si hubiera solamente dos dimensiones. Existen tres dimensiones distintas, y con todo cada una de ellas
abarca la totalidad del espacio.
Sin embargo, hay un solo espacio. Notemos que para calcular el contenido cúbico de cualquier espacio
limitado no se suma la longitud mas el ancho y mas la profundidad, sino que se multiplican esas medidas.
De modo análogo, la matemática de la Trinidad no es 1 + 1 + 1 = 1, como pretenden burlonamente los:
Testigos de Jehová, sino 1 x 1 x 1 = 1.
El Dr. Nathan Wood, antiguo presidente del Colegio Gordon, ha demostrado que la doctrina de la Trinidad no
sólo es matemáticamente cierta, sino que esta reflejada en toda ciencia exacta de una manera maravillosa, y
con un espíritu científico libre de las restricciones del átomo materia, él propuso lo que llamó la ley de la
trinidad universal.
Se trata de un estudio muy interesante. La ley que propone, reconoce que existe una estructura básica en la
creación universal. Se ve obligado a aceptar el ente físico y el espiritual y a establecer entre ambos una
estructura común obvia. La ciencia, anteriormente, había insistido en la existencia de una sustancia común,
pasando por alto la posibilidad de que esa estructura común fuera la clave más segura para la exploración de
lo desconocido. Sin dejar de ser simple ni universal, la ley de la triunidad satisface cualquier demanda
intelectual. He aquí en su expresión más simple:
Concepto: 1 x 1 x 1 = 1
Concepto: 1 x 1 x 0 = 0
Aplicación:
Largo x Ancho x Alto = Espacio
Energía x Movimiento x Fenómeno = Materia
Futuro x Presente x Pasado = Tiempo
Espacio x Materia x Tiempo = Universo
Padre x Hijo x Espíritu Santo = Dios
Como puede verse, cada unidad es absoluta en sí misma, pero ninguna podría existir por sí misma. Esta es la
ley de la triunidad absoluta. Así como Dios es Tres en Uno, El ha implantado esta uniformidad en sus
creaciones. No cabe duda de que esta estructura es la huella de DIOS".

Apelando a la Biblia
Pero para descubrir claramente el hecho de la Trinidad Divina hemos de recurrir a la Biblia. En el Antiguo
Testamento se enfatiza mucho la idea de un Dios único, en contraste con los múltiples dioses falsos de los
paganos. Y el Nuevo Testamento corrobora este aspecto de la unicidad de Dios. El énfasis de la Biblia en este
punto ha llevado a los «Testigos de Jehová» a rechazar la idea de la Trinidad; sin embargo, esta aparece en la
Biblia con la misma claridad que la anterior. Y estudiando el asunto a la luz de las Sagradas Escrituras,
encontramos lo siguiente:
Que desde el principio de la Biblia, Dios se revela como un Ser único pero múltiple a la vez. Es
innegable para todo conocedor de la lengua hebrea, que Elohim, el primer nombre con que se designa a la
Divinidad, es un plural. Esta palabra, que, en efecto, aparece ya en el primer versículo del Génesis, es
ciertamente la forma plural del término Elohim. La mayor parte de los teólogos, eminentes por su piedad y
por su saber, han visto en este vocablo un indicio de pluralidad de personas en la naturaleza divina.
El rabino judío Simeón-ben-Joachi, en su comentario sobre la sexta sección del Levítico, explica el
valor de esta palabra, en estos notables términos: «Observemos el misterio de la palabra Elohim; encierra tres
grados tres partes; cada una de estas partes es distinta y es una por sí misma, y, no obstante, son inseparables
la una de la otra; están unidas juntamente y forman un solo todo.»
Análisis de un texto revelador

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En Deuteronomio 6:4, hallamos estas palabras notables que cada judío temeroso de Dios está obligado
a repetir cada día: "Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.". Estas palabras son citadas, tanto por
los judíos como por los «Unitarios» y los «Testigos de Jehová», como prueba más absoluta contra los
Trinitarios. Pero precisamente estas mismas palabras, leídas en hebreo, constituyen toda una revelación y
contienen la más segura y clara prueba que pueda hallarse en toda la Biblia a favor de la Trinidad: "SCHEMA,
ISRAEL: ADONAI ELOHENU, ADONAI EJAD".
En efecto, al analizar por vía de exégesis el texto original descubrimos tres partículas claves
importantísimas que arrojan una luz deslumbradora para captar el profundo sentido de esta solemne
declaración, lo cual —¡maravillosa prueba filológica de inspiración verbal!—nos demuestra que Dios sabía lo
que hacía cuando inspiró a Moisés a escribir estas palabras y no otras. Veamos:
ADONAI: literalmente significa: «Mis Señores (de «Adon»: Señor, y «ai»: Mis).
ELOHENU: es conjunción posesiva del pronombre de la primera persona del plural que se designa,
significando. «Nuestros Dioses».
EJAD: expresa la idea de unidad colectiva.
En hebreo se usan dos palabras para indicar el significado de uno. La palabra uno, en el sentido de
único, es decir, que se emplea para designar una unidad absoluta; es «JACHID» (Jueces 11:34). Este término
nunca es usado para designar la unidad divina.
En cambio, cuando dos o varias cosas se convierten en una por una íntima unión o identificación, el vocablo
hebreo que se emplea en la Sagrada Escritura es «EJAD», que significa una unidad compuesta de varios (Gen.
2:24; Jue. 20:8). Esta palabra es la que siempre se use para designar la unidad divina.
Por lo tanto, nuestro texto, literalmente vertido del original hebreo, quedaría traducido correctamente así:
«ESCUCHA, ISRAEL: MIS SEÑORES NUESTROS DIOSES, MIS SEÑORES UNO COMPUESTO ES.

Símbolos y figuras de la Trinidad


Hallamos en casi toda la Biblia la idea de la pluralidad de personas divinas, lo cual significa que la doctrine de
la Santísima Trinidad tiene su apoyo en las Sagradas Escrituras desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Tres veces —nada menos que tres veces— se usa en los once primeros capítulos de la Biblia el plural NOS para
designar a la Divinidad. La primera vez se habla de la pluralidad de personas divinas en relación con la
creación del hombre: Gen. 1:26; la segunda vez, en relación con el pecado del hombre: Gen. 3:22; y la
tercera vez, en relación con el juicio de los hombres: Gen. 11:7.
Resulta curioso e instructivo notar que las tres grandes fiestas religiosas celebradas tres veces al año
por el pueblo judío muestran también un símbolo de la gloriosa Trinidad: la Fiesta de los Tabernáculos: Dios
Padre; la Fiesta de la Pascua: Dios Hijo; y la Fiesta de Pentecostés: Dios Espíritu Santo.
Veamos aquí algunos textos que nos iluminan y son muy convincentes en los que se mencionan
claramente a las tres divinas personas juntas: Gen. 1:1-3; Sal. 33:6; Isa. 48:16 (comparado con 1Cor. 12:3-6 y
Efes. 4:4-6); Isa. 61:1-2 con Lucas 4:16-21; 61:1-2 con Luc. 4:16-21, Mat. 3:13-17; 28:19; 2Cor. 13:14; Efes.
2:18; Apoc. 1:4-5. Curiosa la experiencia de Jacob en aquel combate que sostuvo cuerpo a cuerpo con Dios.
Jacob vio al Señor cara cara en una Theofanía bajo la apariencia de un ángel, y habló con Él.
Pero lo que no dice un escritor lo agrega otro y arroja más luz sobre un pasaje. Así, Oseas nos muestra el
contexto del episodio de la lucha de Jacob con Jehová, y nos dice: "Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le
rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros" (12:4). Notemos el extraño plural. No nos sugiere otra vez la
pluralidad de personas divinas en la Trinidad?

La Trinidad en acción
El Padre es toda la plenitud de la divinidad invisible: Juan 1:18; el Hijo es toda la plenitud de la
divinidad manifestada: Juan 1:14-18 y Col. 2:9; el Espíritu Santo es toda la plenitud de la divinidad obrando
directamente sobre la criatura: 2.8 Cor. 2: 9-16.
En Efesios 1:3 al 14 vemos a la Trinidad actuando para el hombre:
La obra del Padre: bendice (v. 3), escoge (v. 4), predestina (v. 5). ¿Para que? Para alabanza de su gloria (v. 6).
La obra del Hijo: redime por su sangre (v. 7), perdona los pecados (v. 7), descubre el secreto de su voluntad (v.
9), reúne todas las cosas en El (v. 10). ¿Para que? Para alabanza de su gloria (v. 12).

La obra del Espíritu Santo: sella (v. 13). ¿Para que? Para alabanza de su gloria (v. 14).
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Por lo tanto, el Padre ejerce la soberanía y decreta los consejos determinados por la Trinidad: 1Cor. 15:24-28 y
Efes. 1:3-6, el Hijo ejecuta los consejos divinos: hebreos 10:7; y el Espíritu Santo los desarrolla y aplica. Lo
expuesto se pone de manifiesto tanto en la Creación como en la Redención.

Considerando un texto clave


Se impone aquí un pequeño comentario en torno al texto de Mat. 28:19: "Bautizándolos en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Santo Espíritu". Notemos que el bautismo cristiano esta conectado con el nombre de
cada persona de la Divinidad. No hay una interpretación propia de este lenguaje que no coloque en igualdad
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Si se reconoce la Deidad de una de estas personas, queda reconocida la de las tres. Es imposible hacer una
distinción válida con respecto a la igualdad y semejanza. Si la Deidad del Padre es reconocida por todos los
que creen que hay un Dios, con respecto al Hijo y al Espíritu, quien podría oír sin horrorizarse que el nombre
de un profeta o un ángel sustituía al de uno de ellos? ¿Por qué?
Por causa de la inconsecuencia impía de exaltar a una criatura hasta igualarla con Dios. ¿Cómo sonaría, por
ejemplo, esta fórmula bautismal?: «Bautizad en el nombre del Padre, y de Moisés, y de una fuerza activa» ¿No
sería esto peor que una blasfemia grosera?
Pero el nombre del Hijo y el nombre del Espíritu Santo están juntos con el del Padre, y la unión es tan
importante que la validez del bautismo es inseparable de ella. Si el Padre es Dios, el Hijo y el Espíritu deben
ser Dios también, porque de lo contrario el texto pierde su sentido natural.
Asimismo, si el Padre y el Hijo tienen personalidad, debe igualmente tenerla el Espíritu, pues sería absurdo
bautizarse en el nombre (?) de una <: fuerza> o de una simple «influencia», en conexión con el nombre del
Padre y del Hijo.
Está clarísimo que, en la ultima comisión de Cristo, la referencia al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo es a
personas y no a «energías activas», puesto que las influencias, por carecer de personalidad, no pueden tener
nombre propio.
Que el Espíritu Santo tiene atributos de personalidad propia, es una verdad irrefutable a la luz de los
textos bíblicos, pues lo que hace el Espíritu no puede hacerlo una mere influencia impersonal. Al Espíritu
Santo se le atribuye una mente: Rom. 8:7, 27; habla y comisiona: Hech. 10:19-20 y Apoc. 2:7; intercede y
ayuda: Rom. 8:26 y Heb. 7:25; llama, selecciona y da ordenes: Hech. 13:2,4; aprueba decisiones: Hech. 15:28;
Prohíbe y cuida: Hech. 16:6-7; dirige: Hech. 20:28; enseña y recuerda: Juan 14:26; redarguye al mundo de
pecado: Juan 1 distribuye dones según su voluntad: 1Cor. 12:11; puede ser entristecido: Efes. 4:30; resistido:
Hech. 7:51; insultado: Heb. 10:29; mentido: Hech. 5:3; blasfemado y ofendido: Mat. 12:31-32. Ahora bien, si el
Espíritu Santo puede expresarse hablando, es porque tiene personalidad; si distribuye dones como El quiere,
denota voluntad; si enseña indica que posee inteligencia; si consuela, denota emociones; si recuerda, indica
conocimiento; si redarguye, es porque tiene discernimiento de las cosas; y si esta dotado de la capacidad de
amar (Rom. 15:30), es porque posee, sentimientos. ¿Puede una fuerza impersonal tener todas estas
facultades?

x
Comparando las tres Divinas Personas a un nivel de común igualdad.
Finalmente, consideremos algunos de los títulos, personales, obras y hechos atribuidos igualmente
a cada una de las tres personas de la Trinidad Divina. Creemos que con ello la evidencia trinitaria se hace
irrefutable a la luz la Palabra de Dios.
Los cristianos tenemos un Padre que es llamado Dios, Rom. 1:7, Efes. 4.6. Un Hijo que es
llamado Dios: Rom. 9: 5; Tito 2:13; Heb. 1:8.
Un Espíritu Santo que es llamado Dios: Hech. 5:3-4; 28:25-27 comparado con Isa. 6:8-10. Y si son
llamados Dios es porque los tres son el mismo Dios.
El nombre de Dios el Padre es Jehová: Neh. 9:6. Él es llamado también Jehová: Jer. 23:5-6. Y el Espíritu
Santo igualmente es identificado con el nombre de Jehová Heb. 3:7-9 comparado con Ex. 17:7.
El Padre como Jehová Dios: 2Sam. 7:22; Oseas. 1. El Hijo como Jehová Dios: Juan 20:28. (Al dirigirse a Cristo
con esta reverente expresión, el apóstol Tomas le está aplicando el título y el nombre sagrados que
únicamente pertenecen a Jehová Dios: Isa. 41:13.) El Espíritu Santo como Jehová Dios: Hech. 7:51 comparado
con 2Rey. 17:14. El Padre es el Dios de Israel: Salm. 72:18. El Hijo es el Dios de Israel: Luc. 1:1-17 (los
pecadores se convertían a Cristo); v.68 comparado con Zac. 2:10 y Juan 1:14. El Espíritu Santo es el Dios de
Israel: 2Sam. 23:2-3.
En efecto, los judíos ya creían en Jehová Dios, pero no creían en Jesucristo; por lo tanto, necesitaban
convertirse al Mesías. Notemos como en el v. 17 de Luc. 1, se observa una identidad entre Jesús-Mesías y
Jehová. Lo que en la profecía se dice de Jehová, aquí Lucas lo aplica al Mesías.

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El Padre es nuestro Señor: Gén. 15:2; Mar. 12:29. El Hijo es nuestro Señor: Hech. 10:36, 1Cor. 8:6; Fil. 2:11. El
Espíritu Santo es nuestro Señor: 2Cor. 3:16-17.0 Entonces, ¿cuantos Señores tenemos los creyentes? Mat.
4:10; 6:24; Efes. 4:5.
El Padre es eterno: Sal. 90:2; 93:2; Heb. 1:10-12. El Hijo es eterno: Prov. 8:22-23, Juan 1:1, 8:58; Heb.
7:3, 13:8. El Espíritu Santo es eterno: Heb. 9 14.
El Padre es omnipotente: Gen. 17:1; 2Cron. 20:6 Efes. 1:19. El Hijo es omnipotente: Mat. 28:18; Efes. 1. 20-23;
Apoc. 1:8 (comparar con v. 7 y vs. 11, 17 y 18), 3:7 (comparado con Hech. 3:14 y Apoc. 19:11-13). El
Espíritu Santo es omnipotente: Isa. 30:27-28, Zac. 4:6; Rom. 15: 13-19.
El Padre es omnipresente: Jer. 23:23-24, Heb. 4:13. El Hijo es omnipresente: Mat. 18:20; 28:20; Juan 3:13. El
Espíritu Santo es omnipresente: Sal. 139:7-12, Juan 14:17; 1Cor. 3:16.
El Padre es omnisciente: Sal. 139:1-6, Dan. 2:20-22. El Hijo es omnisciente: Juan 16:30; 21:17; Col. 2:2~3. El
Espíritu Santo es omnisciente: Juan 14:26, 1Cor. 2:10-11. a Juan 2:20-27.
El Padre es la vida: Sal. 36:9; Hech. 17:25-28. El Hijo es la vida: Juan 1:4; 11:25; 1Juan 5:12. El Espíritu Santo es
la vida: Job 33:4; Rom. 8:2-11.
El Padre es el Creador: Gen. 1:1, 26; 2:7; Isa. 45:12-18; 48:12-13; Neh. 9:6. El Hijo es el Creador: 1:3; Col. 1:15-
17; Sal. 33:4; Heb. 1:2; 11:3 (comparemos Gén. 1:3 —Y dijo Dios— la Palabra, el Verbo eterno y con 1:26
también de (Gén.). El Espíritu Santo es el Creador: Gen. 1:2, 26; 2:7; Mal 2:15; Job 33:4; 26:13; Sal 104:27-30.
Así pues, en el gran escenario de la Creación a Dios creando: el Padre. A Dios hablando: el Hijo Dios actuando:
el Espíritu Santo.
El Padre es el Salvador: Isa. 43:3, 11; 45:21; Luc. Tito 3:4. El Hijo es el Salvador: Mat. 1:21; Luc. 2:11
2:13. El Espíritu Santo es el Salvador: 1.8 Cor. 6:11 parado con 1.8 Juan 1:7; Heb. 9:14; Tito 3:5. (La salvación
es, pues, atribuida a cada una de las personas de la Deidad: 2Cor. 1:21-22.)
El Padre es el Pastor: Sal. 23:1; Eze. 34:11-12; el es el Pastor: Juan 10:11, 14-16; el Espíritu Santo es Pastor: Isa.
63:14. (Podrá pastorear una fuerza impersonal.
El Padre es el autor de la regeneración: Juan 1:12,13; El Hijo es el autor de la regeneración: 1Juan 2:29; el
Espíritu Santo es el autor de la regeneración: Juan 3:5,6; (En la operación del nuevo nacimiento espiritual
interviene, por tanto, la Trinidad: Tito 3:4-6.)
El Padre obró la resurrección de Jesucristo: 1Cor. 6:14. El Hijo obró su propia resurrección: Juan 2:19-22;
10:17-18. El Espíritu Santo obro la resurrección de Cristo: Rom. 8:11; 1Ped. 3:18
Los hijos de Dios tenemos comunión con cada una de las personas de la Trinidad: nuestra comunión es con el
Padre y el Hijo (lJuan 1:3); y con el Espíritu (Fil. 2:1 y 2Cor. 13:14).
El Padre y el Hijo habitan en los creyentes, y nuestro cuerpo es templo de Dios y de Cristo: Juan 14:23;
Apocalipsis 3:20; 1Cor. 3:16; 2Cor. 6:16; Gál. 2:20; Efes. 3:17. El Espíritu Santo habita en los creyentes y
nuestro cuerpo es su templo: Juan 14:16-17; Rom. 8:9; 1Cor. 3:16; 6:19; 2Tim. 1:14.
A modo de conclusión
Quiera el Espíritu Santo, que vive en la persona de cada creyente nacido de nuevo, y que se halla presente en
la tierra para glorificar a nuestro Señor Jesucristo, iluminar con este estudio a esas almas extraviadas en los
errores perniciosos de los sectarios de Brooklyn, para que puedan así participar del verdadero conocimiento
de Dios y gozar de la posesión de la vida eterna por la fe que es en Cristo Jesús.
Como conclusión: "Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de
ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, quien hace todas las
cosas en todos, es el mismo" (lCor. 12:4-6).
Nota del autor: Es muy interesante saber que uno de los libros sagrados de los judíos, El Zohar (<Esplendor>),
libro escrito por Moisés de León, base de la Qabbalah («Tradición»), hace el siguiente comentario acerca de

Deuteronomio 6:4.
"¿Porque hay necesidad de mencionar el nombre de Dios por tres veces en este versículo? La primera vez,
Jehová, porque es el Padre de los cielos; la segunda vez, Dios, porque es un título del Mesías, la vara del
tronco de Isaí que ha de venir por David, de la familia de Isaí; y la tercera vez, Jehová, porque es el que nos
enseña a caminar aquí en la tierra. <<Y estos tres son uno>>.

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