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CIENAGA DE MALLORQUIN

Al ponerse al servicio del publico parte de la estructura del Sendero Palafítico que se está
construyendo dentro del Manglar de la Ciénaga de Mallorquín, en un gran número de
Barranquilleros y de ciudadanos de otros lares se ha despertado un gran alboroto; porque,
quizás, para ellos era totalmente desconocido la existencia de un recurso de la naturaleza
tan importante para la salud del planeta, como lo son los humedales; por ser la sala cuna de
una gran cantidad de especies emplumadas y de peces como también de moluscos,
crustáceos, mamíferos como el Mapache y reptiles como la Iguanas.
La ciénaga de Mallorquín es una albufera o laguna costera separada del mar por una flecha
marina o barrera arenosa, donde el mangle juega un papel importante como barricada
protectora contra la erosión marina y eólica.
En la Actualidad su área es aproximadamente de unas 650 hectáreas y hace parte del
convenio internacional de protección de humedales, que se firmó en la ciudad de Ramsar en
Irán, el martes 2 de febrero de 1971 y que entró en vigor el 21 de diciembre de 1975 y al
cual Colombia se adhirió en 1998, estableciendo en su territorio 11 sitios considerados
como ecosistemas a proteger, en los que aparecen desde ríos, lagunas y ciénagas.
Antes de convertirse en el acontecimiento del momento en Barranquilla la Ciénaga de
Mallorquin ha soportado toda una carga de atentados y olvido, donde fue hasta mediados de
los años 80´s el relleno sanitario de la ciudad, del que todavía brotan del subsuelo
Lixiviados y gases como metano y sulfuros. Ha sufrido también el derramamiento de aguas
residuales provenientes de barrios cercanos y de zonas distantes como lo relata Jiménez
(2020). Dolientes de la Ciénaga. El Punto.
En 1997 cae la primera gota de agua residual a Mallorquín procedente de la Estación de
Depuración de Aguas Residuales (EDAR) El Pueblo, y la modificación del sistema hídrico
natural de la microcuenca. Si bien es cierto que la estación se construye como solución a las
aguas residuales provenientes de 53 barrios del Distrito que se vertían a los arroyos del
suroccidente; la EDAR empieza a drenar hacia el arroyo León, conduciendo las aguas al
sistema lagunar costero y por ende a Mallorquín, contaminándola poco a poco.

Esta proliferación de agentes contaminantes y materiales orgánicos han generado el


crecimiento de bancos de mejillones que han estado a punto de no permitir la navegabilidad
por parte de los pescadores, que todavía se aventuran en sus aguas, buscando una salida
hacia el mar, para traer el sustento a sus familias, mediante faenas de pesca en mar abierto
Ahora bien, estos mejillones no se han podido utilizar como producto comestible, ya que
estudios han arrojado una alta concentración de Escherichia coli.
Pero no solo la contaminación se debe a agentes orgánicos, sino que también se han
encontrado metales pesados como mercurio, plomo, cadmio, producto de la contaminación
del rio y de derrames de la industria que se encuentra en su entorno (Tejera et Olivero,
2016).
La ciénaga de Mallorquin ha sido un paciente resiliente y todavía les entrega el sustento a
pescadores, caracoleros, ostreros del barrio La Playa, los que han conformado asociaciones
para poder defender la vida de la ciénaga. La más conocida de dichas agremiaciones es
ASOPLAYA que ha mantenido una férrea defensa del hábitat de la Ciénaga, realizando
acciones como jornadas de divulgación sobre la importancia de este humedal, jornadas de
siembra de mangles, convenios con Universidades como Uniatlantico, Uninorte, Univalle.
Fundación Calidris.
De hecho podría afirmarse que gracias a la defensa asumida por ASOPLAYA la ciénaga
sigue siendo un aeropuerto para aves migratorias boreales y aunque muchas especies como
los Flamingos mayores hace unas décadas dejaron de visitar la ciénaga, aun especies como
la Espátula rosada ( Platalea ajaja), Ostrero común (Haematopus palliatus), Playero
aliblanco ( Tringa semipalmata), Halcón peregrino (Falco peregrinus), siguen teniendo en
su recorrido, del norte al neotrópico a Mallorquin como base de descanso y alimentación.
En ese orden de ideas cabe preguntarse si la estructura levantada para convertir parte de
Mallorquin, en un Ecoparque, donde una de las actividades planeadas seria el avistamiento
de aves, no tendrá un impacto negativo sobre el hábitat y quizás el enfoque propio de los
ambientalistas de “mitigar” no sea el adecuado y sostener como lo hace la visión de los
ecologistas, reparar el daño que se le ha hecho al hábitat restituyendo la salud al cuerpo de
agua, declararlo zona protegida para permitir que sea un área propia de las especies que
aun encuentran refugio en este humedal, logrando como contraprestación la conservación
de especies tanto de flora y fauna, lejos de beneficios económicos.

PORQUE MALLORQUIN?
El nombre de Mallorquin para este humedal ha sido justificado a partir de dos aristas,
primero por leyenda transmitida desde el imaginario de la tradición oral contaminada por la
neblina del paso de los años y la otra consistente en cartografía y archivos históricos
generados durante el desarrollo de proyectos en busca de impulsar operaciones comerciales.
La leyenda narrada por los mayores a sus hijos y nietos narra que antes del levantamiento
de Los Tajamares, obra de ingeniería civil, que encauzo el rio para lograr aumentar la
velocidad de las aguas y evitar la constante sedimentación en su desembocadura, existían
varias Ciénagas e islas que constituían el estuario del Magdalena por donde se aventuraban
embarcaciones con mercancías de contrabando; una de esas embarcaciones dirigida por un
capitán Jamaiquino de apellido King, encalló en una de las ciénagas, quedando
abandonada y que sirvió para que los jóvenes de ese entonces se transaran en apuestas de
quien llegaba a nado hasta la embarcación del Mayor King, que así se le reconocía al
capitán que piloteaba la nave en el momento de quedar atrapada en el fondo arenoso. Por
abreviación se unieron las palabras y la ciénaga fue quedando con el nombre de Mayorking
y este mito paso de generación en generación dándosele toda la credibilidad como un hecho
cierto.
Por el contario la documentación existente permite relacionar cronológicamente los
cambios que se desarrollaron en la desembocadura del Magdalena desde los años 1601
hasta 1959 la tal como lo referencia Fuentes (2022) en su Blog “ La desaparición de las
islas: cambios ambientales en el delta del río Magdalena desde la cartografía histórica:”

El notable naturalista y padre de la geografía moderna Alexander von Humboldt en el año


1816, basado en las cartografías de Francisco José de Caldas, elabora un mapa donde
aparece la primera referencia toponímica de la isla de los Gómez, en dicho mapa se aprecia
una única gran isla en forma de cuadrilátero irregular con una forma alargada en su parte
norte y con tendencia al margen occidental, desaparecen las referencias a las bocas del río
anteriores y solo se mencionan dos bocas, boca de Ceniza y boca Vieja .

La isla de Los Gómez desviaba las aguas del rio hacia oriente y occidente, creando una Y
por los dos brazos fluviales.

Así mismo entre los años 1878 y 1920 además de la Isla de Los Gómez, ya existía producto
de la sedimentación, un sistema lagunar conformado por el caño de la Piña, la ciénaga de
Mallorquín, la ciénaga de la Playa, la ciénaga de Cantagallo y la ciénaga de San Nicolás.
Para 1873, se encuentra como evidencia un mapa del alemán H. Chuden, donde ya se
registra la conformación de una laguna costera en la margen occidental alimentada por el
canal de la Piña y encerrada por una barra costera en la parte exterior en la que se asomaba
la punta Augusta (Figura 11). Para 1921 se referencian por primera las ciénagas de
Mallorquín y la Playa, haciendo parte del espacio entre las islas de Mallorquín y la Isla de
San Nicolás (Figura 13). Como consecuencia del adelanto en 1922 de la obra de ingeniería
consistente en la construcción del dique occidental o dique Boyacá y de su posterior
terminación en 1935, se dinamizan una serie de cambios en la desembocadura del estuario
del rio, en su margen occidental, por la interrupción del flujo de agua hacia el sistema
lagunar existente desapareció la Isla de Mallorquin, apareciendo la isla La Ceiba y las
ciénagas se conectan entre sí y pasan a denominarse Ciénaga de Mallorquin. (Fuentes.
2022)
Como resultado de la cartografía de la época nótese que el topónimo Mallorquin, ya,
aparece asociado a una Isla en cuyo borde inferior se formó una laguna costera.
Como todo relato mítico la leyenda sobre el origen de la referencia toponímica Mallorquin
no se referencia con fechas que permitan saber si coinciden en el tiempo la existencia de un
barco encallado, con la existencia de una Isla y Ciénaga registrada en la cartografía
levantada en esos años por diferentes navegantes, cartógrafos y entidades relacionadas al
lugar a través de proyectos apuntados a solucionar la navegabilidad por la desembocadura
del rio Magdalena.
Después de todo hay que anotar, que sea cual sea el verdadero origen del topónimo
Mallorquin, lo cierto es que su papel como defensa de la línea costera es de suma
importancia para la ciudad y que de su salud depende que el manglar siga desempeñando su
rol protector tanto contra la erosión como de sala cuna de especies que juegan un papel
importantísimo en la salud del planeta.
Ensayo sobre el Toponimo Mallorquin
Autor: Marco Tulio Molinares Carbonel

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