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LECCIÓN 3 – LA ORACIÓN SENCILLA

Hemos de entrar a la presencia del Señor en la oración sencilla siquiera con los siguientes
propósitos:

ORACIÓN SENCILLA - PROPÓSITOS


Oración diaria

En una actitud de oración, enfóquese silenciosamente en Cristo dentro de


usted.

I. DAR HONOR: Comience presentándose al Señor con humildad y adoración


como Su siervo. Honre a Dios como una persona real que está allí con
usted, no muy lejos. Ríndase ante Su presencia y desee la voluntad de Dios,
sus pensamientos (revelación) y sus emociones (el fruto del Espíritu).

II. OBTENER CONCIENCIA: Cuando sienta la presencia de Dios, preste


atención a la atmósfera. ¿Qué faceta de su naturaleza le está revelando el
Señor? ¿Amor, consuelo, paz, estímulo, santa anticipación? ¿Qué palabras
vienen a la mente que describen la atmósfera? Preste atención a las
escrituras o imágenes que corroboran lo que siente. No solo piense en ello,
sino que reciba, absorba, beba. Permita que se escriba en su corazón. Más
tarde, tome alguna acción al escribirlo, apreciarlo, hable de ello y vívalo.

• HUMILDAD: Es la conciencia de que Dios es todo en todo, en todo momento.


(Col 3:11). Para que esto sea realidad nuestro viejo hombre ha de estar inactivo
(muerto). Es decir, que está quieto y en silencio. No piensa, no desea, ni está en
sentimientos propios. Está rendido (sometido) a la voluntad de Dios: solo desea los
deseos, emociones y pensamientos de Dios. (Salmo 37:4).

• LA CONSECUENCIA POR DARLE HONOR: 1 Samuel 2:30

• CERCANO, NO LEJOS: Efesios 2:11-13.

• PRESTAR ATENCIÓN: Se refiere a tener la mirada fija, ver, mirar. Concentrar la


atención (con los ojos del hombre interior) en una parte de un todo y
desentenderse de todas las demás partes (Hebreos 11:26). El verdadero cristiano
ha de mirar la santidad de Dios y la maravilla de Jesucristo con absoluta fijeza y
total concentración. 1 Samuel 15:22-23

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