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METODO ABC

GESTION DE COMPRAS Y ALMACEN

JORGE EMILIANO CEDANO OROZCO


GT-301
METODO ABC

Es un sistema para segmentar y organizar los productos de un almacén en base a


su importancia, relevancia para la empresa, valor económico, beneficios aportados,
rotación generada, etc.

Con la clasificación ABC se pretende priorizar las mercancías de un almacén más


importantes para la empresa como pueden ser los productos con mayor impacto en
los beneficios de la empresa y las que mayor rotación suponen, en lugar de tratar a
todas las referencias por igual o de organizarlas por su tamaño, peso o cantidad.

CLASIFICACIÓN DE INVENTARIOS CON EL MÉTODO ABC

se clasifican en tres niveles:

Artículos con rotación A

En cantidad, suelen ocupar el 20% de los inventarios, pero son los que más rotación
experimentan y, por tanto, tienen una importancia estratégica. Las referencias A son
los productos en los que la empresa tiene invertido más presupuesto y generan el
80% de los ingresos, por lo que es prioritario evitar las roturas de stock.

A la hora de ubicar las referencias A en el almacén, tienden a situarse en zonas


bajas, de acceso directo y fácil para el operario, así como cerca de los muelles de
salida.

Artículos con rotación B

Comprenden la franja de rotación media y suelen representar, en cantidad, el 30%


de los inventarios. Estos artículos se renuevan con menos velocidad, por lo que su
valor y relevancia es menor frente a los productos A.
En el almacén, se ubican en zonas de altura intermedia cuyo acceso no es tan
directo como en las posiciones que ocupan los productos A, pero tampoco resultan
ser las más inaccesibles.

Artículos con rotación C

En su conjunto, los productos C son los más numerosos, llegando a suponer el 50%
de las referencias almacenadas. Sin embargo, también son los menos demandados
por parte de los clientes.

Al no ser artículos estratégicos, los recursos dedicados a controlar estas referencias


pueden ser más modestos y el reabastecimiento suele ajustarse con stocks de
seguridad. En cualquier caso, es aconsejable vigilarlos para que no terminen
formando un inventario obsoleto y de nula rotación.

PROCEDIMIENTO

No existe una convención única para clasificar los productos en las categorías A, B
y C. Cada empresa lo determina atendiendo a su modo de operar concreto y a las
características de la demanda y los productos. En teoría existen tres métodos
principales para calcular la rotación de existencias en el inventario:

Clasificación ABC por costo unitario:

Las mercancías se ordenan dependiendo del nivel de inversión en inventario que


se destina a cada una de ellas, es decir, a mayor costo de la mercancía, mayor
atención se pone en la gestión del aprovisionamiento. Este enfoque resulta útil
cuando se almacenan productos de muy distinto valor.
Clasificación por valor total en inventario:

La diferencia frente al anterior es que este sistema tiene en cuenta las unidades que
se guardan en stock de cada referencia en el momento en que se realiza el cálculo.

Usando este método, es frecuente que, a la hora de ordenarlos, los artículos queden
en los límites entre categorías y sea más complejo determinar la clase a la que
pertenecen. Además, la clasificación cambia de forma continua y esto hace
necesario que se tenga que recalcular semanal o mensualmente para evitar que el
sistema quede desfasado.

Clasificación ABC por utilización y valor:

Se trata del método más extendido a la hora de organizar el almacén. Considera


como base del cálculo la demanda de las mercancías y el valor de estas. Este
método va un paso más allá respecto a los anteriores: a pesar de que un producto
sea relevante para el inventario por su alto valor, si este no se vende con frecuencia,
no ocupará el espacio dedicado a referencias A en la instalación de almacenaje.

En este sentido, hay que destacar que, para que el método ABC se ajuste más a la
realidad, la demanda de un producto no es la única métrica que debemos
contemplar. Cabe no perder de vista otras consideraciones como el margen de
beneficio de cada producto o el impacto de las roturas de stock.
EJEMPLO DE IMPLEMENTACIÓN DEL MÉTODO ABC

Formular la pregunta

Nuestra pregunta de partida es: “¿cómo podemos reducir los costes de compras
relacionados con la fabricación de un producto?” Una posible respuesta sería
moderarse a la hora de comprar las materias primas más caras y procesarlas de
forma más eficiente.

Recopilar y evaluar datos

El primer paso es aplicar el método ABC al inventario para averiguar qué existencias
almacenadas conllevan más costes.

Materia Precio Consumo en Porcentaje de


prima Cantidad unitario valor valor Clase

1 450 320,00 144 000 21,28 A

2 3400 16,00 54 400 8,80 B

3 700 480,00 336 000 49,66 A

4 12 000 0,45 5400 0,80 C

5 6500 3,50 22 750 3,36 C

6 120 950,00 114 000 16,85 B

Total 676 550


En este ejemplo queda claro que las materias primas 1 y 3 representan la mayor
parte de los costes de adquisición, con alrededor del 71 %, mientras que las
mercancías 2 y 6 ocupan el rango medio, con alrededor del 25 %. A pesar de la
gran cantidad, las mercancías 4 y 5 representan solo el 4 % y comportan los costes
de adquisición más bajos.

Definir las categorías

Este desglose, por lo tanto, se corresponde con la definición clásica de manual del
análisis ABC: la distribución es de alrededor del 80 % para la clase A, del 15 % para
la clase B y del 5 % para la clase C. Sin embargo, estos valores solo tienen un
carácter indicativo. Cada empresa puede establecer los límites de las categorías
según sus necesidades e incluso, si es necesario, añadir otras adicionales (D, E,
etc.). Lo fundamental es que el porcentaje de valor global de cada clase difiera
significativamente del resto, de modo que puedan establecerse límites claros; de lo
contrario, el método ABC no aportará ningún dato realmente significativo.

Evaluar el análisis ABC

De los cálculos y la clasificación de las materias primas en las categorías A, B y C,


se puede deducir cómo ahorrar costes de cara al futuro. Las materias primas de
clase A representan el mayor porcentaje de costes de adquisición, por lo que
deberán comprarse con mucha moderación y solo en pequeñas cantidades.
Asimismo, dependiendo de su naturaleza y de lo fácil o difícil que sea obtenerlas,
puede convenir incluso comprarlas solo si es estrictamente necesario.

En cambio, las materias primas de clase C se necesitan en grandes cantidades y


son baratas de obtener, ya que solo representan alrededor del 4 % de los costes de
adquisición. Por lo tanto, se pueden comprar y guardar en stock a largo plazo,
siempre y cuando dispongamos del espacio necesario y almacenarlas no conlleve
ningún coste adicional. Si este es el caso, podríamos llevar a cabo otro análisis ABC
del inventario centrándonos exclusivamente en los costes de almacenamiento.

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