Está en la página 1de 5

Universidad Autónoma De Tamaulipas

Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa-Aztlán

“POLITICA DE INVENTARIOS ABC”

Profesor: Oscar Javier Isais

Nombre del Alumno: Ricardo Guillen Hernández

Materia: Gestión Logística y de Operaciones

Carrera: Ingeniería Industrial

Grado 8°B
POLITICA DE INVENTARIOS ABC

La clasificación de inventarios ABC es una técnica para segmentar las referencias de productos del
almacén según su importancia en tres categorías (A, B y C), siguiendo un criterio (por ejemplo su
valor de inventario) y basándose en el principio de Pareto o regla 80/20, según la cual un pequeño
porcentaje de las referencias serán responsables de la mayor parte de los objetivos globales del
almacén (valor de inventario, facturación, beneficios, etc.). Esta clasificación ayuda a tomar
decisiones y priorizar los recursos del almacén hacia los productos que más impacto tienen en los
objetivos globales (los del grupo A), en lugar de focalizar esfuerzos y recursos por igual en todos
los productos, lo que resultaría contraproducente con los artículos de menor importancia (grupo
C).

El análisis ABC para clasificar el inventario está recogido en el conjunto de buenas prácticas del
modelo SCOR.

Análisis ABC

El análisis ABC consiste en aplicar el principio de Pareto o regla 80/20 para segmentar entidades
(productos, clientes, proveedores, etc.). Típicamente se aplica en el ámbito del almacén para
clasificar el inventario según su importancia. Aunque se pueden seguir diferentes criterios (según
cada almacén y tipos de mercancía que manejen), un criterio típico es el valor de inventario de
cada referencia, calculado como su demanda anual multiplicada por su coste unitario. Después, se
ordenan de mayor a menor y se agrupan según el porcentaje que representan respecto al total.
Así, los porcentajes típicos resultantes serán:

Categoría A: En torno al 20% de las referencias representan aproximadamente el 80% del valor del
inventario (regla 80/20).

Categoría B: En torno al 30% de las referencias representan aproximadamente el 15% del valor del
inventario.

Categoría C: En torno al 50% de las referencias representan sólo el 5% del valor del inventario.

Estos porcentajes son orientativos, y variarán en cada caso, según el sector de negocio,
características del almacén, niveles de rotación, etc.
Lo principal es entender que un pequeño porcentaje
de las referencias representa la mayor parte del valor
del inventario, formando la categoría A, y a las que
tendremos que aplicar controles de inventario más
estrictos y asignar mayores recursos.
Por ejemplo, los productos de categoría A serían los indicados para las mejores zonas del almacén
y más próximas al área de expedición, utilizando sistemas de almacenaje automáticos como
miniload o la preparación de pedidos automática mediante dispensadores automáticos Disban H.
Mientras que productos de categoría C podrían ser almacenados en zonas menos óptimas del
almacén con sistemas de almacenaje focalizados en maximizar el aprovechamiento del espacio,
como los pasillos elevados.

El análisis ABC deberá ser actualizado periódicamente, puesto que, dependiendo de tendencias de
mercado, ciclos de vida de los productos, etc., con el tiempo habrá referencias que promocionen a
una categoría superior mientras que otras decaerán hacia una categoría inferior.

Aunque el concepto de clasificación de inventarios ABC parezca sencillo, en la práctica puede ser
necesario utilizar múltiples criterios de categorización. Por ejemplo, fechas de caducidad, tiempos
de reposición de mercancía, importancia de los clientes, etc. También puede ser necesario realizar
un análisis más detallado, como el análisis ABC/XYZ.

El análisis ABC es típico en la clasificación de inventarios, pero también es aplicable en otros


ámbitos. Por ejemplo, el principio de Pareto también se cumplirá si realizamos un análisis de
clientes, de forma que, en general, un 20% de los clientes representarán un 80% de nuestra
facturación, formando la categoría A de clientes. De igual forma, se puede aplicar a proveedores,
empleados, procesos, etc. El análisis ABC es una herramienta que ayuda a diferenciar lo esencial
de lo menos importante. Puede ser utilizado para detectar cuellos de botella en la aplicación de la
teoría de las restricciones o identificar lo que no es esencial en la implantación de filosofías de
gestión Lean.

Control de inventarios ABC

Una vez realizado el análisis ABC sobre el inventario y habiendo quedado este clasificado en las
tres categorías A, B y C, se toman decisiones de gestión de la cadena de suministro basándose en
dichas categorías. Entonces, se establecerán estrategias de control de inventario diferentes en
función de la importancia de las diferentes mercancías. Es por esto por lo que el análisis ABC
aplicado al inventario se llama a veces control de inventario selectivo.

En un mundo ideal, todos los productos que almacenáramos tendrían la misma demanda y la
misma rentabilidad y, por tanto, los gestionaríamos por igual. Pero en la práctica un pequeño
porcentaje de las referencias son responsables de la gran parte de las ventas y de los beneficios.
Por tanto, no resulta lógico que dediquemos a todas las referencias por igual el mismo nivel de
recursos (económicos, personal, niveles de stock, frecuencia de reaprovisionamiento, espacio de
almacenaje, tareas de manutención, recuento de inventario, etc.). Así que deberemos aplicar
estrategias de gestión y control de inventario más estrictas a la categoría A, mientras que se
aplicarán sistemas más simples y que requieran menos tiempo y personal de almacén a la
categoría C.
Categoría A

Los productos de la categoría A son los más importantes para el negocio, típicamente un 20% de
las referencias representando el 80% del valor. Por tanto, deberán destinarse recursos para que su
control de inventario sea más exhaustivo y con conteos cíclicos más frecuentes.

Puesto que problemas en stock de productos de categoría A tendrán un gran impacto en el


negocio, deberán realizarse esfuerzos en evitar situaciones de falta de stock y en combatir el
inventario fantasma.

Para la preparación de pedidos, será recomendable que el slotting favorezca las referencias de
categoría A. Además, es especialmente ventajoso implantar sistemas de almacenaje
automatizados que agilicen al máximo la preparación de pedidos. En el caso de cargas paletizadas,
mediante almacenes automáticos y con el sistema radio shuttle Sherpa, logrando así una máxima
densidad de almacenamiento a la vez que se optimizan las tareas de manutención. En el caso de
cargas medias y ligeras, se puede recurrir al sistema miniload y a la dispensación automática
Disban H, que permiten la preparación de pedidos automática a alta velocidad.

Categoría B

Los productos de la categoría B tienen una importancia moderada, intermedia entre la categoría A
y la categoría C. Típicamente serán en torno al 30% de las referencias, constituyendo el 15% del
valor.

Es importante hacer un seguimiento de los productos B, puesto que algunos estarán próximos a
promocionar a la categoría A, mientras otros estarán próximos a decaer hacia la categoría C.

La preparación de pedidos puede agilizarse mediante el sistema guiado por luz de ATOX
Soluciones Tecnológicas para operaciones pick-to-light. En combinación con el transporte por
rodillos inteligentes, se minimiza los desplazamientos de los operadores de picking, obteniendo un
gran rendimiento incluso aunque el slotting de los productos de categoría B sea menos ventajoso
por favorecer a los artículos A.

Categoría C

Los productos de la categoría C son relativamente poco importantes. Típicamente representarán


en torno al 50% de las referencias, pero constituyendo sólo un 5% del valor. Son productos de
poca rentabilidad. Será incluso cuestionable si compensa mantener stock de algunas de estas
referencias.

No compensa dedicar una gran cantidad de recursos a su control de inventario, puesto que los
costes de almacenaje y los costes operativos podría superar fácilmente la baja rentabilidad de
estos productos.
Con objeto de rentabilizar al máximo el almacén, es recomendable utilizar sistemas de almacenaje
de ATOX diseñados a medida para optimizar el espacio de almacenamiento, como los altillos y los
pasillos elevados.

Análisis ABC y la Long Tail

El origen del análisis ABC, que se deriva del principio de Pareto, se remonta a los años 50, y se
incorporaría a los sistemas de producción de la época en Japón, expandiéndose
internacionalmente en las décadas posteriores de la mano de las filosofías occidentales de control
de calidad y de los sistemas de producción japoneses orientados a la eficiencia.

Los mercados tradicionales estuvieron durante mucho tiempo basados en la producción en masa,
lanzando productos con ciclos de vida largos. Pero en las dos últimas décadas la situación del
mercado global ha cambiado drásticamente, debido en buena parte a la evolución y
modernización de la logística y a la explosión del comercio electrónico.

Actualmente, los ciclos de vida de los productos son mucho más cortos y las variaciones en las
demandas más impredecibles. Pero esto también ha permitido que surjan nuevos modelos de
negocio que apenas unos años eran inviables.

Así, las principales compañías de comercio electrónico que lideran las ventas online hoy en día
ofrecen cientos de miles e incluso millones de referencias. Muchas de ellas son parte de la Long
Tail y quedan dentro de la categoría C según un análisis ABC clásico. Es decir, analizados de forma
individual, dichos productos presentan una baja rentabilidad. Pero teniendo en cuenta los
objetivos globales, aportan un gran valor de negocio puesto que ofrecer un extenso catálogo de
productos desempeña un papel clave en la adquisición y fidelización de clientes. De hecho, una
buena parte de las ventas de estas compañías corresponden a referencias que no se encuentran
habitualmente en stock en tiendas físicas.

También podría gustarte