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1 LOS PENSAMIENTOS DE LA SED

Dicen los sabedores expertos de la supervivencia que si algún día nos


perdemos y andamos remotos en algún lugar del mundo donde nuestra
intuición nos dice que puede haber agua, habría que procurarse un río y
es bien sabido que la fragilidad humana puede desistir mayor número días
sin comer que sin beber. La gran hazaña, la huelga de hambre que
Mahatma Gandhi usó como método de resistencia en su lucha por la
independencia del pueblo indio del dominio británico, por ejemplo, no se
habría dado sin que este hombre, pacífico y maravilloso, haya bebido
pequeños sorbos de agua diaria. En la supervivencia, la importancia del
río es tal que, si caminamos aguas abajo, es inevitable que nos topemos
con alguna civilización. Así pues, pensar en Macondo no es muy
descabellado, el pueblo ideado por García Márquez, cuyo trasado de las
calles y la posición de cada casa era igualitaria en su correspondencia al
río, nadie gozaba ni en mayor ni menor medida en su derecho al agua que
es su derecho a beber, a vivir. En pocas palabras, lo que la supervivencia,
Gandhi y Márquez nos dicen es que seguir al río es encontrar al otro y
salvarnos a nosotros mismos.
Por eso yo, me convierto en una furia, cuando me falta el agua, mi
cuerpo es de sangre, pero también lo es de agua, de manera literal y
figurada necesito el agua para vivir. Un baño de lluvia, una laguna, una
piscina, un río, un páramo o un simple vaso de agua que no huele a nada,
no sabe a nada, pero cuya transparencia lo es todo para mí.
Amo las briznas de niebla, esas pequeñas nubes que descienden y
se acumulan en un abrazo con la tierra. Ver como por sobre el asfalto el
agua sube como todas las cosas bellas cuando el sol las ilumina. Me
achico y me reduzco cuando camino por esta ciudad y no llueve. Cuando
llega el domingo y no he pisado el barro, ni hay charcos para imaginar ser
hormiga y ver en cualquier lugar mares y lagunas. Contemplar el
amanecer con sus flores y sus hojas pintadas de rocío, espejos-testigos
eternos de la belleza de los insectos.
¿Qué sería de mis largas noches de desvelo sin el agua que hiervo
para el café que bebo? En mi casa se puede ir la luz, pero cuando
realmente sufro es cuando se va el agua, me siento insalubre y pienso,
¿Acaso la falta de agua de los europeos no fue lo que mato a nuestros
pueblos originarios, además de las balas, las espadas y los caballos? El
agua es salud, fortaleza ante la enfermedad. Durante la pandemia tuvimos
la cura en nuestras manos,

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