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Ceremonia de Inauguración de los
XIII Juegos Centroamericanos y del
Caribe, Medellín Colombia, 1978
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Profr. José García C. Lic. Eduardo Andrade S. Lic. Jesús Chichino Lima Ing. Pascual Ortíz R.
1971-1976 1977-1979 1979-1981 1982-1989

Consolidación de la CDM
Inició 1974... Y el Comité Olímpico Mexicano se quedó sin presidente.

El Presidente de la República Luis Echeverría empezó a mover políticamente sus piezas y,


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el 19 de enero, llamó al arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, para que se encargara de la
rectoría de la naciente Universidad Autónoma Metropolitana. Al frente del COM,
interinamente, quedó Alejandro Ortega San Vicente. Su misión: convocar a una urgente
Asamblea General Extraordinaria.

Existía una crisis dentro del deporte de alto rendimiento y la perspectiva para los Juegos
Centroamericanos de Santo Domingo, República Dominicana, en el mes de febrero, no
era muy halagadora, tanto que Edgar Guillaumin, funcionario del COM, aseguró: “No
llevaremos competidores de posibilidades. Aprovecharemos para iniciar la categoría que
México siempre ha tenido en los Juegos”.

Pero no hubo tal...


Si en los deportes acuáticos destacaron Guillermo García con cinco de oro y una de plata,
además de las dos preseas doradas y otra argenta de Felipe Muñoz, y las dos de oro en
clavados de Carlos Girón, la actuación en general de la delegación poco aportó en calidad.
En atletismo sólo triunfaron Raúl González y Charlotte Bradley, en caminata y 800 metros,
respectivamente, pero en las pruebas de fondo no hubo nada rescatable. Al final, la
brecha con Cuba se amplió.

Se requería urgentemente de un cambio, que alguien tomara la estafeta del deporte


mexicano...
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Y, en esa asamblea, que tuvo lugar el 4 de abril en el auditorio del CDOM, se determinó

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que habría una elección para designar a un presidente, pero interino. Sólo hubo un
candidato: Mario Vázquez Raña, presidente de la Federación Mexicana de Tiro. El interinato
debería concluir al término de los Juegos Olímpicos de 1976, en Montreal, Canadá.

“Trabajaré 26 horas al día”, prometió Vázquez Raña. “No pretendo ser el mejor
presidente, sino responder al compromiso que me he echado encima, y en ninguna
empresa he fracasado”.

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Vázquez Raña impuso, desde luego, una radical política económica: no más gastos inútiles,
reducción de giras, reducción en los apoyos económicos a los deportistas y, sobre todo,
terminó con el “vedetismo” de algunos, incluso con el apoyo de los militares.

¿Y los Juegos Panamericanos?


Ya nadie se acordaba que no serían en Chile, en abril de 1975; pero México, defensor de
las causas perdidas, salió al rescate. Se harían aquí, en octubre de 1975.

La Confederación Deportiva Mexicana operó en 1974 con un subsidio de 19 millones 926


mil pesos. Aumentó el intercambio deportivo con la República Popular China y estableció 139
pláticas con el Comité Olímpico Mexicano para que éste acogiese los prospectos que
fueran surgiendo de los torneos infantiles y juveniles, bajo la organización de la CDM.

Uno de los logros de esta administración fue haber conseguido que la Dirección General
del Impuesto sobre la Renta autorizara una importante deducción a los causantes que
hicieran donativos a la Confederación. Además, como forma de apoyar el desarrollo
deportivo de México, la Dirección Técnica que presidía el profesor Salvador Alanís Duque,
en colaboración con las federaciones, imprimió la reglamentación de 19 disciplinas, y
elaboró guías técnicas, y sobre la Metodología Deportiva y Sistema del COM. También se
elaboraron 27 carteles didácticos sobre los diferentes deportes y se enviaron a toda la
República, así como el material didáctico en tamaño bolsillo; se impulsó la campaña del
“veinte” deportivo, en la cual los propios colegiales colaboraron con la realización del
programa físico deportivo, que fue apoyado con un cartel y una historieta.

En su informe correspondiente a 1974, el profesor José García Cervantes aseveró que se


logró superar actitudes que mantenían estancado al deporte y destacó que “hemos
llegado a entender plenamente lo que significa el desarrollo con responsabilidad compartida;
hemos comprendido que al esfuerzo conjunto sigue la actuación coordinada que propicia
el progreso y estimula la superación”.

Destacó que se buscó conseguir la plena identificación de los organismos del trabajo
sectorial, como fue el caso de la Organización Deportiva Estudiantil Mexicana, que estaba
en constante crecimiento con el apoyo de la CDM y el COM.
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Informó que el Congreso del Trabajo y las centrales obreras renovaron sus esfuerzos en
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conjunto para que, con la coordinación de la Confederación, el deporte llegara a las
masas trabajadoras. De los Juegos Campesinos manifestó que “la Confederación Deportiva
Mexicana y organismos afines se esforzaron en orientar y concientizar a los campesinos
no obstante lo disperso de sus núcleos de población”. Mientras que en el sector popular
estaba bien cubierto por cada una de las federaciones deportivas, en tanto el sector
militar cumplió cabalmente con los lineamientos trazados por la CDM. Exceptuando a
Colima, todas las entidades del país contaron con las Uniones Deportivas Estatales.
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García Cervantes se refirió, asimismo, al esfuerzo común efectuado entre la DGEF de la


SEP y Acción Deportiva del DDF para la realización de los Juegos Nacionales Escolares
Infantiles y Juveniles, debido a que éstos lograron proyección internacional con la partici-
pación, en calidad de invitados, de algunas entidades centroamericanas, en las tres
finales nacionales efectuadas en Guadalajara, Torreón y Hermosillo.

García Cervantes destacó, también, los seminarios sobre organización y técnicas depor-
tivas con maestros rurales, para su incorporación a la organización deportiva rural.

140 En coordinación con las federaciones, se hizo la evaluación de alto rendimiento para
tener cuantificación de elementos y el ranking nacional e internacional, con miras a los
Panamericanos de 1975 y los Olímpicos de Montreal. Se aumentaron los apoyos para las
competencias en el país y en el extranjero, así como para la construcción de locales
deportivos, con la asesoría de la Secretaría de Obras Públicas.

Se refirió, de la misma forma, a la campaña de promoción «Deportito», que invitó a los


escolares a la práctica deportiva; se trató de calcomanías que se obsequiaron gratuita-
mente. Las primeras seis series se referían al baloncesto, voleibol, natación, béisbol,
atletismo y fútbol, y los pegotes tenían la caricatura de un águila, símbolo de superación
y esfuerzo, de historia y lucha constante.

Mientras Mario Vázquez Raña, como presidente interino del COM, se «empapaba» del
deporte mexicano: conocer a fondo la realidad de los deportistas, los entrenadores, los
dirigentes y los federativos, principalmente, los pobres resultados deportivos en los Jue-
gos Centroamericanos y del Caribe de 1974 lo obligaron a tomar drásticas medidas, ya
que urgía al deporte de representación nacional una renovación, un cambio completo. Es
decir, aprovechar lo útil y descartar, para siempre, los viejos vicios, tanto administrati-
vos como en la valoración y capacitación de los entrenadores. Y, huelga decirlo, el pano-
rama no era, precisamente, muy optimista.

Años después me diría Vázquez Raña:


«El panorama que guardaba el deporte mexicano en esos días era deprimente. Los
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deportistas del ’68 se habían hecho viejos y los jóvenes aún no estaban listos. ¿Qué

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hacer, cuando a la vista estaban los Juegos Olímpicos de Montreal?... Por eso aposté casi
todo por la caminata, y seguí apoyando a los demás, principalmente los clavados, la
natación y el fondo atlético...»

A finales de 1974, Vázquez Raña no se conformó con dirigir el Comité Olímpico Mexica-
no. En su horizonte apareció la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA) y trazó
sus metas: México acudió al rescate de Chile y aseguró la continuidad de los Juegos

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Panamericanos. No serían en abril, pero sí en octubre de 1975... Y, por qué no, aparecía
a la mano la presidencia de la ODEPA como un suculento manjar...

1975: los Panamericanos, aquí

1975 inició con buenos augurios:


Rafael Tadeo Palomares obtuvo el segundo sitio en la clásica San Silvestre, en las últimas
horas del año, en Sao Paulo; horas después, en tierras brasileñas, Luis Hernández y
Rodolfo Gómez hicieron el 1-2 en 5 mil metros; en mayo, en Bydgoszcz, Polonia, Daniel
Bautista impuso nueva marca mundial en 20 kilómetros de caminata; y en junio Rodolfo
Gómez era, ya, uno de los mejores fondistas del mundo. 141

Asimismo, en tenis se dio una gran sorpresa en los primeros días de febrero, cuando en
Palm Springs, México derrotó 3-2 a Estados Unidos en la serie Copa Davis. Raúl Ramírez
venció a Stan Smith y a Roscoe Tanner, y con Vicente Zarazúa a Bob Lutz y Dick Stockton.
Histórica victoria, aunque días después, en abril, se perdió por default ante Sudáfrica,
que aún practicaba el apartheid y el gobierno mexicano negó la visa de entrada a las
raquetas africanas.

Incluso, un ex olímpico, medallista de plata, Alfonso Zamora, probó su calidad en el


boxeo profesional: se coronó, invicto, en peso gallo, el 4 de marzo, al imponerse al
sudcoreano Soo Hwan Hong, en el Forum de Inglewood, California.

En junio, el presidente de la República, Luis Echeverría, firmó el decreto que creó el


Premio Nacional de Deportes, que debía ser entregado el 20 de noviembre a los mejores
atletas amateurs.

En septiembre, García Cervantes puso la primera piedra del edificio que albergaría a la
CDM, en la Ciudad Deportiva, en un terreno donado por el DDF. La idea de tener un
inmueble —enfatizó el titular de la CDM— que albergara al deporte nacional amateur,
«provino de la época del presidente Abelardo L. Rodríguez». El costo de la obra, dijo,
sería de unos 18 millones de pesos, que aportarían la Secretaría de Obras Públicas y la
propia Confederación Deportiva Mexicana.
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Y de los buenos augurios se pasó a la realidad.
En los primeros días de octubre, Mario Vázquez fue elegido presidente de la ODEPA... Y el
12, «Día de la Hispanidad», en el séptimo aniversario de la justa olímpica de 1968, se
inauguraron los Juegos Panamericanos. En el estadio Azteca, 3 mil 512 deportistas, de 33
naciones, desfilaron. La alegría regresó al deporte de América.

Ya en las competencias destacaron los triunfos de Luis Hernández, Rodolfo Gómez,


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Daniel Bautista, Olegario Vázquez, Carlos Girón; por equipos, del conjunto de waterpolo
y de fútbol, que terminó empatado con Brasil, para las preseas doradas.

Al final, México se ubicó en el cuarto sitio, debajo de Estados Unidos, Cuba y Canadá. La
ganancia fue buena: 9 de oro, 13 de plata y 38 de bronce. La fiesta, en la que México
invirtió poco más de 45 millones de pesos y que organizó en tiempo récord de 361 días,
fue para los atletas estadounidenses que 117 veces escucharon su himno nacional.

En noviembre, la CDM dio a conocer el calendario de los Juegos Prenacionales y Naciona-


les Infantiles y Juveniles para 1976. Los prenacionales del centro serían en Morelia, los del
142 norte en Chihuahua, ambos en abril. Los del noroeste en Mexicali, los del Sur en Pachuca,
ambos en mayo. Y para junio, sería los del sureste, en Chetumal. Los nacionales de
participación directa, en agosto, en Puebla y Toluca. Los juveniles B en León, Zacatecas,
Toluca o la UNAM.

Se dividió el país en nueve zonas eliminatorias: Chiapas, Quintana Roo, Campeche y


Yucatán; Veracruz, Puebla, Tabasco y Tlaxcala; Hidalgo, estado de México, Oaxaca e
IPN; Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Colima; Querétaro, Morelos, Guerrero y DF;
Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas y UNAM; Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas;
Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa; Chihuahua, Durango, La Laguna y
Nayarit.

Los Premios Nacionales de 1975 fueron para Olegario Vázquez Raña, por su medalla de
oro en los Panamericanos y el rompimiento de su propio récord mundial, en rifle de aire,
ahora con 393 puntos; y para el clavadista Carlos Girón, ganador de las pruebas de
trampolín y plataforma durante la justa panamericana.

En 1975 la CDM efectuó 389 entrevistas, 77 audiencias especiales, 37 reuniones de alto


nivel, 31 visitas al interior del país y una gran actividad internacional, aprovechando los
Panamericanos.
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1976: Nació el INDE

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Ya en 1976, en coordinación con la Federación Mexicana de Atletismo, la CDM puso en
marcha un ambicioso plan para crear una nueva generación de velocistas. De enero a
marzo se realizaron las rondas de calificaciones, semifinales en abril y la final en mayo.

En febrero, otro chispazo: tras 18 Series del Caribe, los Naranjeros de Hermosillo rom-
pieron la jettatura y dieron la victoria a una novena mexicana. Se coronaron en Santiago

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de los Caballeros, República Dominicana, al vencer a las Águilas de Cibao, Vaqueros de
Bayamón y Tigres de Aragua.

El 28 de abril, tras escuchar el informe de labores del titular del Comité Olímpico Mexica-
no, el presidente Echeverría Álvarez habló ante los deportistas de la necesidad de crear
un nuevo organismo deportivo, capaz de aglutinar el esfuerzo de todos los sectores y
terminar con las estructuras burocráticas; sin embargo, advirtió que buscaría, por todos
los medios, que ese organismo naciera bien, sin deformaciones...

Y bajo este tenor, nació el Instituto Nacional del Deporte (INDE), como primer órgano de
Estado en materia de deporte, el 7 de junio. 143
«Felicidades», dijo el Presidente de la República el día anterior a Vázquez Raña, en su
encuentro en Los Pinos, al comunicarle que por decreto nacería el INDE.

«Es tu cumpleaños y te tengo un obsequio: ¡serás el director!», —le dijo.


Ese 6 de junio, no había nadie más feliz que Mario Vázquez Raña. Salió de la casa
presidencial ilusionado, con renovados bríos, con una gran responsabilidad y una enorme
tarea a cuestas. Indudablemente, era para él un gran reto personal, y globalmente, para
el deporte nacional. Y en su mente, sólo aparecían grandes planes, grandes proyectos,
ambiciosas metas; sin embargo...

A mediados de año, otro chispazo más: Raúl Ramírez llegó a las semifinales en el presti-
giado torneo de tenis de Roland Garros, pero perdió ante Harold Solomon; días después,
Ramírez también cedió en semifinales de Wimbledon, pero ante el rumano Ilie Nastase.
Pero en dobles, Ramírez y el estadounidense Brian Gottfried, resultaron campeones.

Vendría después, desde luego, la importante cita olímpica en Canadá.


El 23 de julio, Daniel Bautista hizo buenos los pronósticos y, tras una lucha infernal con los
andarines alemanes, entró solitario al estadio olímpico de Montreal para adjudicarse la
medalla de oro en la caminata de 20 kilómetros, la primera que logró el atletismo
mexicano en la historia; tres días después, en la arena de boxeo, Juan Paredes se instaló
sobre el podio, orgulloso con la presea de bronce sobre su pecho.
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Daniel Bautista
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Hubo gran felicidad en la delegación mexicana: dos medallas olímpicas; felicidad que
compartieron la Unión Soviética y Alemania Democrática, que desplazaron a Estados
Unidos del lugar de honor; también felicidad y orgullo en el público que asistió a Montreal
y otros en todo el mundo que atestiguaron, por televisión, la maravillosa actuación de la
gimnasta rumana Nadia Comaneci, que cautivó a todos con sus siete calificaciones de
«10». La «reina de Montreal», de escasos 14 años de edad, regresó a su casa en Bucarest
con tres preseas áureas, una de plata y otra de bronce.

México, con una población de 60 millones de habitantes, para ese 1976 en que se cele-
braron los Juegos Olímpicos de Montreal, dio a la CDM un presupuesto inicial de 70
millones de pesos (poco menos de 6 millones de dólares de la época), que se convirtieron
en polvo con la devaluación de mediados de año. Además se integró un programa único
de trabajo que incluyó eventos de los sectores obrero, campesino, militar, estudiantil y
popular, de las federaciones y organismos afines.

Por su parte, Manuel de Santiago anunció que la Secretaría de Obras Públicas (SOP)
construyó en provincia canchas deportivas de 23 diferentes áreas y se hizo entrega de las
instalaciones deportivas del país a las entidades federativas.
El presidente de la Confederación Deportiva señaló que la medida tenía por objeto «que
los centros de población de las distintas entidades del país contaran con las instalaciones
adecuadas para la práctica del deporte, a fin de favorecer el mejoramiento y desarrollo
integral de sus habitantes, las ciudades y centros deportivos que se construyesen debían
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ser entregados para su administración y operación, con sujeción a las bases que al efecto

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se establecieran para el óptimo aprovechamiento de dichas instalaciones». Estas queda-
ron a cargo de una junta directiva encabezada por el gobernador, y en ella participaron
representantes de la SEP, SOP, CDM e INJM, mientras que el sector estudiantil, a cargo de
José Luis Moreno Campos, aglutinó a 52 instituciones afiliadas a seis zonas, para el
desenvolvimiento de su labor.

Además, el presidente Luis Echeverría realizó una donación de 33 autobuses para apoyar

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el plan de la Confederación Deportiva Mexicana, de efectuar cátedras deportivas en todo
el país, impartidas por los mejores entrenadores de los Estados Unidos, durante los
meses de mayo a agosto.

Los técnicos fueron enviados por Rosewal D. Merrick, secretario ejecutivo de la Asocia-
ción para el Deporte y la Educación Física, con sede en Washington, cuya agenda de
labores fue establecida por el profesor Salvador Alanís, director técnico de la CDM. Fue-
ron 42 técnicos, 13 de atletismo, 9 de basquetbol, 4 de béisbol, 10 de natación, 2 de
tenis, uno de gimnasia, judo, lucha y voleibol.

Las cátedras se impartieron en el Distrito Federal, Chihuahua, Michoacán, Jalisco, Nuevo 145
León, Puebla, Veracruz, Tamaulipas y Aguascalientes.

Contra lo proyectado por José García Cervantes, el edificio que albergaría a la CDM no
fue terminado en 1976, por la devaluación de la moneda, y su construcción se extendió
hasta el siguiente año.

Y a partir del 10 de septiembre, la Confederación dispuso de un plazo de 60 días para


adecuar sus estatutos a las condiciones establecidas por el Instituto Nacional del Deporte,
para que de esta forma pudiera recibir los apoyos de este organismo público descentrali-
zado, como había dado a conocer su director, Mario Vázquez Raña.

El titular del INDE anunció que se tomarían las providencias necesarias para verificar que
se cumplieran los programas aprobados, y que cuando algún organismo afiliado a la
Confederación Deportiva Mexicana no obedeciera total o parcialmente sus programas, el
INDE solicitaría a la propia CDM que, de acuerdo a sus estatutos, «dicte las medidas
pertinentes para que se realicen dichos programas».

El 20 de noviembre, el triunfador de Montreal, el marchista Daniel Bautista, recibió el


Premio Nacional de Deportes.

Pero la felicidad en Vázquez Raña, con su «regalo de cumpleaños», duró poco. El nuevo
jefe del Ejecutivo, José López Portillo y Pacheco, decidió el 8 de diciembre que su primo,
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el robusto Guillermo López Portillo, ex periodista, abogado y gran aficionado al fútbol


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americano, fuera quien dirigiera el Instituto Nacional del Deporte.
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Mario Vázquez Raña, José y Guillermo López Portillo

146 Andrade, a la CDM

Asimismo, el presidente López Portillo designó al licenciado y diputado Eduardo Andrade


como presidente de la Confederación Deportiva Mexicana. Porfirio Muñoz Ledo, secreta-
rio de Educación Pública, le dio posesión del cargo el 12 de enero de 1977.

Andrade tomó la estafeta que le dio el profesor José García Cervantes, quien duró en el
cargo 5 años y 40 días, en los que se destacó al crear los Juegos Nacionales Infantiles y
Juveniles. En el acto estuvieron el titular del COM, Mario Vázquez Raña, Guillermo López
Portillo, titular del INDE, Sergio García Ramírez, subsecretario de Cultura, Deporte y
Recreación de la SEP, y representantes de las 43 federaciones nacionales.

Eduardo Andrade expuso: «Nuestro trabajo tiene como base fundamental agrupar a las
federaciones. Nuestro objetivo es coordinar ese trabajo y apoyarlo en todo sentido. Ser
vínculo de las federaciones en todas las entidades que tengan injerencia en el medio
deportivo para lograr el desarrollo del deporte en general».

El nuevo titular de la Confederación Deportiva Mexicana se dio a la tarea de «analizar la


conveniencia de hacer los Juegos Nacionales Infantiles y Juveniles, por lo que representa
su inversión, así como los resultados sociales que produce», y en la asamblea nacional se
acordó reducir en un 40 por ciento el número de competidores de los prenacionales
infantiles y juveniles, lo que permitiría una mejor administración económica —su costo
era de 600 mil pesos— y mayor proyección para la superación de los atletas.
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Subrayó minutos después de su nombramiento:

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«Mi propósito será sumar los esfuerzos de las federaciones que son el alma, el impulso y
el motor del deporte de aficionados de este país. Este es un compromiso que significa,
fundamentalmente, continuar la obra realizada en esta Confederación durante 50 años».

La designación de Andrade, abogado, comentarista de deportes de la que hoy es Televi-


sa, y que ostentaba además los cargos de director de prensa del PRI y diputado federal,
le trajo severas críticas. Incluso, el reportero Edmundo Contreras, del diario El Universal,

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citó en esos días: «¡Cuidado!... los puestos de dirigentes deportivos se han convertido en
botín de políticos y excéntricos, no es difícil que cualquier mañana de éstas nos desayu-
nemos con la noticia de que «Chabelo» o el «Loco» Valdés sean nombrados para la
Dirección de Educación Física».

El nuevo dirigente de la
Confederación Deportiva Mexicana,
Eduardo Andrade y el titular del INDE,
Guillermo López Portillo
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Por otra parte, Eduardo Andrade, en una reunión con profesionales de la comunicación
deportiva, que promovió la CDM, estableció la necesidad de solicitar a la SEP y Goberna-
ción que les permitiera utilizar parte del tiempo que les correspondía en la televisión y
radio para difundir el deporte a nivel nacional.
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El titular de la Confederación, que poco a poco fue convenciendo con su trabajo a los
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escépticos, logró que la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP)
hiciera un donativo de cinco millones de pesos para concluir, en noviembre de 1977, el
edificio sede del organismo. Además, las 43 federaciones afiliadas a este organismo
sostuvieron reuniones con el titular de la SEP, Porfirio Muñoz Ledo, para establecer su
aportación al Plan Nacional de Educación.

Muñoz Ledo dijo en su discurso que «interesa, en fin, relacionar el deporte con los
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empeños en los distintos ámbitos, la educación, la salud, la organización social, realiza-


dos todos con un propósito último, que es el deporte: elevar la calidad de vida de los
mexicanos».

El capítulo de Educación Física del Plan Nacional de Educación, les fue dado a conocer en
sesión especial con el presidente de la República, licenciado José López Portillo.
A mediados de año, la relación entre la Confederación y el INDE se agudizó con la
publicidad de un desplegado del Consejo Nacional de Universidades e Institutos Naciona-
les de Educación para el Deporte y la Recreación, en el que acusaron a la CDM de ser un
órgano antidemocrático, politizado e ineficaz. Los directivos del sector estudiantil alaba-
148 ban, eso sí, la labor que realizaba el INDE, organismo del cual recibían espléndidos y
generosos presupuestos. Incluso el mismo titular del INDE, Guillermo López Portillo, lanzó
un primer ataque a Andrade, en lo personal, y a la propia Confederación. Afirmó: «Ha
sido inoperante desde su creación. Es de ustedes conocida la postura y actividad de la
Confederación Deportiva Mexicana desde hace cuarenta años. Jamás ha hecho esfuerzos
para mejorar el deporte». De Andrade advertía que su estancia en la CDM sería pasajera,
ya que ésta sólo le serviría como trampolín político.

Al rendir su informe de labores, en presencia del Primer Mandatario de la nación, Eduar-


do Andrade Sánchez solicitó un aumento presupuestal, pues ese año se trabajó con el
mismo monto del sexenio anterior: 27 millones 964 mil pesos (poco más de un millón de
dólares). Y en su discurso, López Portillo dijo que el deporte «es una expresión y una
extensión superior de la cultura», por lo que «se trata de que el mexicano entienda que
el deporte es una forma de cultivar su personalidad y que con el cultivo de la misma,
siendo mejor cada uno de los mexicanos, será mejor el país».

Por su parte, Eduardo Andrade informó que por vez primera, el 20 de noviembre, desfi-
laría un contingente de mil 500 atletas, compuesto por 300 niños y jóvenes, campeones
de los pasados juegos nacionales, así como representantes de todas las federaciones».
Por lo regular los contingentes se componían por burócratas regordetes que realizaban
burdas tablas gimnásticas con tablas, palos y pompones.
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Conflictos entre dirigentes

Cada día, las relaciones entre el Instituto Nacional del Deporte con los otros dos organis-
mos en la materia, la Confederación Deportiva y el Comité Olímpico Mexicano, se hicie-
ron más tirantes. Un día, Guillermo López Portillo atacaba verbalmente a Eduardo Andrade,
al siguiente, Mario Vázquez era blanco de sus severas críticas...

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¿Y el Estado?
Memorable fue aquel 14 de febrero de 1978 cuando Víctor Flores Olea, subsecretario de
Cultura y Deportes de la SEP, anunció la creación del Consejo Nacional Consultivo del
Deporte Mexicano. En el acto, Guillermo López Portillo, Eduardo Andrade y Mario Vázquez
Raña aparecieron sonrientes, entrelazaron sus manos y posaron felizmente ante los
reporteros.

Los federativos y los deportistas eran los más afectados por esta singular «guerra»; sin
embargo, el andarín Raúl González —años después titular de la CODEME— caminó como
nunca e impuso récord mundial en los 50 kilómetros de marcha, en el marco de la
Semana Internacional, que se efectuó el 24 de abril en el autódromo de la Ciudad Depor- 149
tiva. Registró un tiempo de tres horas, 45 minutos y 52 segundos, marca que ningún
marchista ha superado en nuestro territorio.

González Rodríguez volvió a mejorar su récord en mayo, en Fana, Noruega, y días


después lo volvió a hacer, el 11 de junio, en la carretera Praga a Podebrady, Checoslova-
quia, al dejar su marca en 3h,41:19 que aún persiste en el libro de records mexicanos.

En los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se realizaron en Medellín, Colombia, en


julio, México superó lo hecho cuatro años atrás, al obtener 108 preseas, de las cuales 25
fueron de oro, pero no pudo frenar el empuje de la delegación cubana que marcó una
gran distancia. Por la delegación mexicana sobresalió el equipo de natación, encabezado
por el profesor Nelson Vargas Basáñez, con once preseas de oro, de las cuales cinco
fueron obtenidas por la guapa Elke Holtz, considerada la «reina» de esos juegos.

La buena actuación de México en Medellín fue un paliativo para la afición que aún se
avergonzaba del último lugar del «Tri» de Antonio Roca, en el campeonato mundial de
fútbol en Argentina, con derrotas 3-1 ante el supuestamente débil Túnez; 6-0 ante
Alemania, y 3-1 frente a Polonia. Y en fútbol, un contraste: en abril pasado, en el estadio
Azteca, el América venció 2-1 al Boca Juniors de Argentina para ganar la Copa
Interamericana.
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Premio Nacional de Deportes 1978, Raúl González y Equipo de Natación.


Izquierda: Premiación en Palacio Nacional, José López Portillo, Eduardo Andrade y
Profesor Nelson Vargas (entrenador del equipo).
Derecha: Isabel Reuss, Elke Holtz, Ivonne Guerrero, Hellen Plaschinsky, Hilda Huerta,
Teresa Rivera, Verónica Espinosa, Alma Espinosa (faltan: Martha Espinosa, Yolanda
Mendiola, Nancy Reyes y Margarita Arreguín)

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En ese 1978, los 45 años de vida de la Confederación Deportiva Mexicana se celebraron
con siete días de festejos y eventos deportivos y culturales. Estos culminaron el 1 de
agosto, cuando el secretario de Educación Pública, Fernando Solana, descubrió la placa
del Salón de la Fama. El consejo directivo del salón quedó integrado por Víctor Luque
Salanueva, Guillermo Aguilar Álvarez, Javier Ostos, Eduardo Hay y Antonio Haro Oliva.

Además se creó un nuevo logotipo para el organismo y se adoptó la palabra «CODEME»


como la nueva denominación de la Confederación, y se integró una comisión para elabo-
rar la Ley del Deporte, comisión que habría ser coordinada por Rafael García Garza, que
había renunciado a seguir colaborando con Guillermo López Portillo en el INDE.

Se anunció además que, de acuerdo con las políticas trazadas por el INDE, la CODEME
sería la encargada de formar al Comité de Organización y Administración, que se efectuó
del 23 al 27 de agosto, en Jalapa, Veracruz, donde los dirigentes deportivos de los
estados respaldaron la política de la CODEME y puntualizaron que el titular del INDE
basaba su actividad en ofrecer grandes promesas que al final sólo quedaban en grandes
mentiras.

Ese año el Premio Nacional de Deportes fue para el marchista Raúl González, en lo
individual, y para el equipo de natación femenil que arrolló en los Juegos Centroamerica-
nos y del Caribe, celebrados en Medellín.
C O N F E D E R A C I O N D E P O R T I V A M E X I C A N A

Chichino Lima, al relevo

D E C A D A
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En 1979, Eduardo Andrade, pese al poco presupuesto, trató de enderezar a la CODEME
con planes ambiciosos, pero con justificación.

El presupuesto para la CODEME en 1979 ascendió a 52 millones 900 mil pesos (23 pesos
por dólar), de los cuales el 70% estuvo destinado a las federaciones. Andrade advirtió que
sería entregado el apoyo a las federaciones siempre que cada una de ellas cumpliera un

Q U I N T A
programa deportivo y presupuestal, y que comprobara sus actividades tanto dentro como
fuera del país. El Consejo Directivo de CODEME señaló que no aceptaría desviaciones en
los programas presentados, excepto que se les notificara 20 días de anticipación para
hacer lo propio ante la SEP.

Jesús Chichino Lima, Titular de la


Confederación Deportiva Mexicana
saluda a Olegario Vázquez Raña,
Presidente de la Federación
Mexicana de Tiro. 151

En marzo, Eduardo Andrade inició un ambicioso programa editorial, en cumplimiento de


una cláusula de los estatutos, en los que se indicó la labor de cooperación a las actividades
atléticas. Por primera vez en la historia deportiva del país, fue editado un compendio que
reflejó el nivel competitivo desde deportistas infantiles hasta de alto nivel: además de
que se imprimieron diecinueve reglamentos de igual número de disciplinas. Estos regla-
mentos fueron vendidos en los puestos de periódicos de todo el país, destacando la
primera edición en español, en América, de las normas de tiro con arco. Junto a ésta se
expendieron las de atletismo, basquetbol, judo, béisbol, balonmano, levantamiento de
pesas, lucha, squash y voleibol, entre otras.

Se fundó, además, la revista México Deportivo, cuya finalidad fue canalizar el movimien-
to federativo del país, con especial cabida a las actividades deportivas más importantes y
un suplemento técnico coleccionable.
S I E T E D E C A D A S 1 9 3 3 - 2 0 0 3

En mayo, el Secretario General del Consejo Directivo de la Federación Mexicana de


D E C A D A
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Basquetbol, Jesús Chichino Lima, amigo de Guillermo López Portillo, aseveró que la
CODEME «existe circunstancialmente porque anteriormente no había INDE. Ahora no se
justifica su existencia». Pero…

“En virtud que ya existen políticas deportivas emanadas de una autoridad gubernamental
y que la CODEME siendo un organismo de naturaleza civil, que representa a los particula-
res, deberá de apegarse a los lineamientos de orden público que establece en Estado
Q U I N T A

Mexicano”.

En los festejos del XLVI aniversario de la CODEME, se lanzó la convocatoria para realizar
un curso de trabajos teóricos en materia deportiva, específicamente en las áreas de
teoría del deporte, material didáctico deportivo, material deportivo, evaluación de resul-
tados, estadística deportiva, organización y administración deportiva, filosofía del de-
porte, psicología del deporte y periodismo deportivo.

El 12 de julio, Eduardo Andrade anunció que las mayores partidas presupuestales serían
para los deportes individuales que garantizaran efectividad competitiva a corto plazo,
152 como era el caso de atletismo, gimnasia, levantamiento de pesas, judo, natación, lucha
y boxeo, entre otras. Añadió que se reduciría el presupuesto para las actividades de
conjunto, según lo manifestara el dirigente al presidente José López Portillo, cuando
abanderó a la delegación para los Juegos Panamericanos, que se iban a celebrar en San
Juan, Puerto Rico.

Para Andrade, el plan descartó la cosecha de medallas. Dijo: «Lo que más nos importa es
el progreso individual de los atletas, y estamos seguros que otorgándoles facilidades
pueden hacer un esfuerzo extra». Y aseguró que sus primeros frutos se verían en los
Juegos Olímpicos de Moscú.

En Puerto Rico, antes de los Panamericanos, Mario Vázquez Raña —titular del COM y de la
ODEPA— se convirtió en presidente de la Asociación de Comités Nacionales Olímpicos
(ACNO) al ganar la votación al italiano Giulio Onesti. Horas después, con excepción de un
puñado de atletas, la mayoría mostró poco nivel competitivo en las pruebas panamericanas
y, al final, se descendió al sexto lugar en la clasificación de medallas, ahora superados por
Brasil y Argentina. Los reporteros del continente no se explicaban como había en México
«un candil de la calle y oscuridad en su casa».

En agosto, CODEME anunció que tenía dos programas de trabajo bien definidos enfoca-
dos a los Juegos Olímpicos de Moscú y a los Centroamericanos, previstos para realizarse
en Puerto Rico en 1982. Para los JCC se anunció que se trabajaría de forma conjunta con
el COM por el «sendero de la depuración», y que uniría sus esfuerzos para capacitar,
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transportar y alojar a los atletas que asistieran a la URSS. Esto sin descuidar el trabajo

D E C A D A
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propio de la CODEME, apoyada en los servicios de los estados del país, y se contempló un
programa a nivel nacional con las federaciones que no asistieron a Moscú y que estaría
dirigido a los Centroamericanos de Puerto Rico ’82.

En septiembre, México fue por primera vez sede de los Juegos Mundiales Universitarios
de la FISU, demostrando una gran organización y donde México obtuvo el Campeonato
Mundial Universitario de Fútbol, así como destacadas actuaciones en básquetbol varonil,

Q U I N T A
voleibol femenil, atletismo y gimnasia, teniendo una gran promoción donde a partir de
ese importante evento el deporte estudiantil de México, es impulsado y patrocinado por
el Instituto Nacional del Deporte.

En octubre, Eduardo Andrade Sánchez anunció que el incremento presupuestal para 1980,
para las 43 federaciones, sería canalizado casi en su mayoría para el desarrollo de los
centros regionales, de acuerdo con el plan a largo plazo considerado por CODEME, que
pretendía descentralizar las actividades atléticas a lugares donde las asociaciones funcio-
naran adecuadamente y hubiera disponibilidad de instalaciones. El programa fue de ocho
años a partir de 1980, el cual podría funcionar a pesar de los cambios institucionales,
pues estaba basado en la autonomía de las federaciones. 153

Explicó: «El presidente de la CODEME tiene limitado su tiempo de permanencia en el


puesto, pero los dirigentes de Federación permanecen y, apoyados en su propia autono-
mía, con su propio sistema electoral, pueden aspirar a defender lo que ya les haya dado
ventajas en cuanto al desarrollo deportivo». Expuso que su plan, era «una decisión
impostergable» porque «no hay ningún país con alto índice de rendimiento deportivo,
que no planee a largo plazo». Lamentablemente, éste, como muchos otros planes más,
se desecharon con el tiempo, ya que requerían un trabajo a largo plazo, algo que no se
acostumbraba en nuestro medio.

Otro de los propósitos de Andrade era conocer, en términos generales, el período de vida
deportiva útil que se podría esperar de cada atleta, conforme a su disciplina. Insistió en
que esto requería una programación como no se había visto en el país. Hasta ese mo-
mento sólo se habían limitado a realizar calendarios anuales de competencia, mientras —
precisó—que un programa «requiere de una definición de objetivos muy precisos, de
señalamientos de los recursos que se desean para alcanzar esos objetivos, de un sistema
de evaluación en sus distintas etapas y, finalmente, obtener resultados en un plazo que,
insisto, no puede ser breve».

Andrade declaró el 23 de octubre que el INDE sólo tenía «acciones dispersas y aisladas,
que no responden a ningún programa. Además —puntualizó— ha creado confusión entre
deportistas y entre las organizaciones de los deportistas». Añadió que «el INDE no tiene
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por qué monopolizar la actividad deportiva de México”, además de que «no ha cumplido
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con las instrucciones que, en materia de administración y de organización de los instru-
mentos, el Estado ha girado».

Además, expuso que agotadas las vías de conciliación, no quedó más que decir lo que
estaba pasando en el deporte mexicano y ofrecer una solución reordenadora. Así, agota-
do, sin salida, Eduardo Andrade envió el 15 de noviembre de 1979 al Presidente de la
República, José López Portillo, una misiva.
Q U I N T A

«Respetuosamente me dirijo a usted con objeto de presentar mi renuncia a la honrosa


representación que me confirió, al distinguirme con el cargo de presidente de la Confe-
deración Deportiva Mexicana.

«Reciba usted el testimonio de mi más profundo agradecimiento por la oportunidad que


me brindó de servir a la República y a su gobierno.
«Le reitero, por este medio, la seguridad de mi lealtad, respeto y afecto».
Por la tarde, el subsecretario de Cultura y Recreación de la SEP, Roger Díaz de Cossío, dio
a conocer que el licenciado Jesús Chichino Lima, subdirector de Actividades Deportivas de
154 la UNAM, sería el sucesor de Andrade Sánchez, que había presentado su renuncia por la
mañana.

Ante los reporteros, Díaz de Cossío señaló que Eduardo Andrade «sirvió con eficiencia y
dedicación a la causa del deporte de aficionados». E indicó que durante su gestión logró
triplicar la aportación económica que la Confederación otorga a las federaciones; que se
establecieron actividades anuales precisas y se comenzó a implantar un sistema perma-
nente de estadísticas, y un plan de seguimiento, así como la edición y reproducción de
reglamentos de diferentes deportes».

El representante del presidente López Portillo acotó que «esperaba que el cambio de
estafeta no implicara un descenso en la acción, pues se trata de lograr que las federacio-
nes promuevan la participación y convivencia en el deporte de todos los mexicanos».

Ante los periodistas, Andrade afirmó el 16 de noviembre que dejaba la Confederación


con una economía sana y varios programas que darían resultados positivos a largo plazo,
siempre que se cumpliera con las etapas que lo integraban. Y señaló que estaba satisfe-
cho de su gestión, que duró dos años y diez meses.

Y valientemente apuntó:
«Estoy consciente de haber cumplido con mi deber, incluyendo el señalamiento de los
errores que estaba cometiendo Guillermo López Portillo, porque alguien tenía que decír-
selo al señor Presidente de la República».
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Por medio del subsecretario Díaz de Cossío, agradeció al presidente López Portillo la
confianza con que lo honró al nombrarlo presidente de la CODEME, agradeció el apoyo
irrestricto de la SEP e hizo votos para que su sucesor mantuviera la representación de los
deportistas aficionados.

El también abogado Jesús Chichino Lima fue designado presidente de la Confederación


Deportiva Mexicana, A.C.. Se mencionó, en ese momento, que el propósito era acabar

Q U I N T A
con la imagen burócrata y el sistema obsoleto de este organismo, mediante reformas
que coincidieran con el plan de trabajo del Instituto Nacional del Deporte, autoridad del
deporte mexicano. Chichino Lima comenzó oficialmente sus funciones el día 16 de no-
viembre después de la toma de posesión.

En ese 1979 el Premio Nacional fue para el andarín Martín Bermúdez, al ganar los 50
kilómetros de la Copa Lugano, así como para el fondista Rodolfo Gómez. Además se
premió al equipo de fútbol —encabezado por Javier Aguirre, Carlos de los Cobos, Manuel
Negrete, Gustavo Vargas, entre otros— que obtuvo la medalla de oro en la Universiada.

Terminaba 1979, pero en el mundo había estupor al detectarse una misteriosa enferme- 155
dad que se contagiaba por contacto sexual y por el intercambio de sangre infectada,
principalmente a través de transfusiones. Era el SIDA, Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida... Hasta 1984 se le identificó al virus, como el VIH, y su mal es una de las más
graves amenazas que se ciernen en este mundo.

Moscú ‘80

En la primera conferencia que ofreció Chichino Lima, en los primeros días de enero de
1980, anunció un aumento considerable en el presupuesto de las 43 federaciones y
aseguró su total apoyo a la asistencia de los deportes de conjunto a los Juegos Olímpicos
de Moscú. Ya que se estaban ausentando de participar en estos juegos por falta de apoyo
del organismo responsable en nuestro país. En esos primeros días de enero eran abruma-
dos por el anuncio del boicot del presidente de Estados Unidos, James Carter, por la
invasión rusa en Afganistán.

Expresó Chichino Lima que en esos momentos se interiorizaba en los programas que se
venían desarrollando en CODEME y explicó que se implementarían otros, «con el propósi-
to de elevar el nivel técnico de los elementos más valiosos».

Sostuvo que la política a seguir era la marcada por el primer mandatario de la nación,
encaminada a mejorar y apoyar el desarrollo atlético del país. Y se comprometió a
defender la autonomía de las federaciones. Asimismo, explicó que éstas serían las que
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decidieran si el COM continuaba con el sistema de selección de representaciones naciona-


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les. Además, destacó que se trabajaría en interrelación con otros organismos, como el
INDE.

Respecto del presupuesto, dijo que no sería el INDE quien se hiciera cargo de la adminis-
tración, ya que la CODEME contaba con el apoyo del Gobierno Federal en todos los
aspectos, por lo que con aquel organismo «sólo habría coordinación de trabajo».
Q U I N T A

El 7 de enero de 1980 se acordó elaborar el nuevo organigrama y un manual de funciones


correspondientes a las necesidades de la CODEME, cuyo Consejo Directivo lo integraron:
Jesús Chichino Lima, presidente; Manuel Mondragón y Kalb, vicepresidente; Paulino Rive-
ra Torres, tesorero; Víctor Jaramillo Villalobos, comisario; Lauro Jasso Güitrón, asesor
jurídico, Carlos Hernández Schaffler como secretario y Olegario Vázquez Raña, como
vocal.

En la reunión del Consejo Directivo, celebrada el 20 de febrero, el presidente Chichino


Lima informó que en diciembre del año anterior asistió a la junta de la Federación
Internacional del Deporte Universitario en Roma. Ahí fue nombrado miembro por Améri-
156 ca de la comisión tripartita que operaría un programa de ayuda al sector universitario de
los países en desarrollo. Agregó que con el patrocinio del Instituto Nacional del Deporte,
se trasladó luego a Chipre y Yugoslavia para firmar con representantes de estos países
intercambios deportivos.

Explicó, además, que viajó a Los Ángeles, California, para suscribir un acuerdo con el
International and Cultural Exchange para promover la presencia de conjuntos de basquetbol
varonil mexicano en Estados Unidos. Asimismo, ese día, fue aprobado por el Consejo
Directivo una combinación de los logotipos, en la que se emplearía el tradicional escudo
con los colores verde, blanco y rojo, y el acrónimo CODEME en la parte superior.

En aquellos primeros días de enero, el deporte mundial se conmocionó: la invasión de las


tropas soviéticas a Kabul provocó múltiples reacciones a nivel mundial. Estados Unidos, a
través de su vicepresidente, Walter Mondale, planteó que los Juegos Olímpicos se trasla-
daran a Montreal o Munich; también se propuso hacerlos en Grecia. Pero la decisión de
Lord Michael Killanin, presidente del Comité Olímpico Internacional, fue firme: «Los
juegos se hacen en Moscú o no se hacen».

En mayo se hizo oficial: 81 países participarán en la justa; 36 no enviarán a sus atletas y


otros 20 no han contestado. Estados Unidos, Alemania Federal, Canadá y Japón fueron
los primeros en boicotear la reunión olímpica y, poco después, se les unieron Argentina,
Chile, China, Corea del Sur, Egipto, Israel, Noruega, Paraguay, entre otros.
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El Presidente López Portillo no fue ajeno a lo que acontecía y pidió a los dirigentes

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deportivos del mundo, reunidos en nuestro país: «Salven a los Juegos Olímpicos de las
fuerzas extrañas que lo acechan».

También sorprendió el anuncio de que Afganistán estaría representado por un puñado de


deportistas, mientras el comité inglés hizo caso omiso de las advertencias de la primer
ministro, Margaret Tatcher, y decidió asistir a Moscú presentando una bandera blanca en
el desfile de naciones.

Q U I N T A
El boicot olímpico fue tema de todos los días, pero un hecho inesperado y a la vez insólito
hizo despertar conciencias, al menos en algunos aficionados y deportistas:

El 1 de julio, cuando los aficionados al béisbol se alistaban en el parque del Seguro Social
para presenciar otro gran duelo del clásico Tigres contra Diablos, sorpresivamente los
peloteros no salieron al diamante. Y no lo hicieron en solidaridad con el catcher felino,
Vicente Peralta, quien había sido sancionado por la directiva de los Tigres al enterarse
que éste se había unido a las filas de la naciente —12 de mayo pasado— Asociación
Nacional de Beisbolistas (ANABE), que encabezó Ramón «Abulón» Hernández.
157
—¡El juego se cancela!, —dijo el ampayer.

La voz de los aficionados: ¡Huelga de peloteros!


El 90% de los beisbolistas, de los 18 equipos, decidieron parar. No hubo béisbol, pero la
Liga Mexicana reaccionó negativamente al suspender a 200 elementos... y vino la divi-
sión. Los anabistas se separaron, pero la fuerza económica de los patrones se impuso. El
único afectado fue el béisbol, que aún no se recupera del todo.

Y mientras la efervescencia política se agitaba en todos los rincones del mundo, en


México, como respuesta a las instrucciones del presidente José López Portillo de dar una
mejor atención a niños y jóvenes en todos los aspectos de la cultura física, la Secretaría
de Educación Pública, el Instituto Nacional del Deporte y la Confederación Deportiva
Mexicana implantaron el 6 de julio de 1980 el Plan Nacional de Desarrollo Deportivo, con
el que se habría de impulsar coordinadamente y con mayor vigor los programas respecti-
vos de las tres entidades.

A principios del mes de junio el Licenciado Jesús Chichino Lima, anunció que a pesar de
tener invitación para asistir a los Juegos Olímpicos de Moscú, no iría en virtud de que su
función primordial era atender la actividad deportiva nacional y que deseaba el mejor de
los éxitos en su desempeño a los deportistas de la delegación mexicana.

El 19 de julio fueron inaugurados en Moscú los Juegos de la XXII Olimpiada, en la que


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México alcanzó una medalla de plata, por conducto del clavadista Carlos Girón, y 3
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preseas de bronce, del equipo ecuestre encabezado por Joaquín Pérez de las Heras.

Este resultado tan pobre causó malestar tanto en la opinión publica como en los organis-
mos deportivos, cuando se descalificó «injustamente» al marchista Daniel Bautista,
cuando éste se alistaba para caminar los últimos metros que le darían otra medalla
olímpica de oro; asimismo, cabía la molestia en los mexicanos por el error de los jueces,
una vez que el clavadista soviético Alexander Portnov falló un salto, pero argumentó que
Q U I N T A

el ruido en la alberca aledaña le había perjudicado. Se le concedió la oportunidad de


repetir el clavado y lo hizo espléndido. De lo contrario, el mexicano Carlos Girón hubiera
tenido el oro en el trampolín de tres metros.

Al respecto, Víctor Luque Salanueva, jefe de la delegación mexicana, luego que impugnó
inútilmente el fallo de los jueces soviéticos, declaró muy indignado que se «había logrado
más de lo que se esperaba, a pesar de que nos despojaron de dos preseas de oro».

Ante la renuncia del inglés Killanin asumió la presidencia del Comité Olímpico Internacio-
nal Juan Antonio Samaranch, un español que se había distinguido por sus promociones del
158 deporte amateur en la península ibérica. El aristócrata inglés, en su discurso de despedi-
da, pidió a los atletas que se unieran bajo el signo de la paz antes de que estallara el
holocausto de una guerra nuclear.

No estalló la tercera gran guerra, pero Irán, bajo la batuta del Ayatola Jomeini —que
derrocó a Reza Pahlavi, en 1979— decidió el 22 de septiembre invadir Irak para anexionarse
la región de Shatt al Arab y, sobre todo, para imponer su propaganda religiosa. Irak
resistió durante años los ataques de los iraníes y, en 1987, con la ayuda de Estados Unidos
y otras potencias como Francia y la Unión Soviética, finalizaron el conflicto con los
acuerdos de paz el 20 de julio de ese año.

Por otra parte, las 43 federaciones habían recibido del presidente de la Confederación
Deportiva Mexicana, Jesús Chichino Lima, y del director general del Instituto Nacional del
Deporte, Guillermo López Portillo, el total apoyo moral y económico para realizar los
programas previstos para este año y preparar las bases de sus acciones futuras.

En su primer informe de trabajo, el titular de la CODEME consideró el 1 de marzo de


1981 la posibilidad de establecer una nueva dirección dentro de la Confederación, cuya
labor tendría como fin primordial el aprovechamiento de los recursos concentrados en la
Secretaría de Educación Pública como cabeza de sector, contando con el Instituto Nacio-
nal del Deporte a manera de un instrumento de acciones prácticas.

En su bosquejo del panorama deportivo mexicano, Jesús Chichino Lima asentó que para
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tener campeones en todas las ramas era necesario vincular desde la infancia la vocación

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por la cultura física. También comunicó a la asamblea que durante una reunión celebrada
en febrero, en Teotihuacan, se pudo lograr la unificación del deporte, teniéndose como
organismo rector al INDE.

En diciembre, la CODEME reconoció como única en su género a la Federación de Charros,


presidida por el doctor José Islas Salazar, porque una agrupación extraña aseguraba
pertenecer a la Confederación.

Q U I N T A
Asimismo, en el transcurso de ese mes, en una de las elecciones más disputadas en la
historia de la natación, el profesor Nelson Vargas, ocupó la presidencia de la Federación
Mexicana de Natación, una vez que se modificó el estatuto de la misma que prohibía la
elección de un profesional —empresario— de la misma.

Fin del INDE; nació la subsecretaría

A principios de 1981, el 8 de enero, terminó inesperadamente la vida del Instituto Nacio-


nal del Deporte, que si bien impactó en el desarrollo deportivo nacional con la creación de
varias escuelas de iniciación deportiva en los centros de Popotla y Sexenal, la avallasadora 159
personalidad de su titular, Guillermo López Portillo, se impuso, provocando división en el
ámbito deportivo. Además, mucho se habló de malos manejos económicos y desorden
administrativo durante la gestión del primo del presidente de la República.

Inesperada, pues, esa dimisión, o cambio por instrucción presidencial cuando, meses
antes —29 de septiembre de 1980— el Presidente de la República, José López Portillo,
declaró a los cronistas de tenis en aquella célebre tarde, en Los Pinos, cuando se le
declaró «Novato de Oro»:

«Creo que es prematuro estar creando, para cada actividad, una entidad burocrática.
Todavía (en el deporte) no se acredita su necesidad. Esa es la impresión que tengo hasta
este momento».

Esa noche, el doctor Manuel Mondragón y Kalb, por designación presidencial, sustituyó a
Guillermo López Portillo y, con mesura, señaló que «trabajaré con ahínco por la supera-
ción del deporte. Mi deseo es continuar con el trabajo que ha desarrollado el INDE y en los
próximos días vamos a aclarar ideas e iniciar los análisis correspondientes para hacer
llegar a la Secretaría de Educación Pública los señalamientos que marcarán la nueva o
siguiente etapa del INDE».

Entrevistado por el diario unomásuno en su hogar, Guillermo López Portillo, tranquilo,


pero en cuyos ojos se dejó ver una leve línea roja, dijo: «Ya no era el hombre adecuado
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para continuar al frente del INDE». Y sobre su renuncia, resaltó: «Esta decisión es la
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consecuencia de un análisis frío, a fondo, en el que tuve en cuenta lo que más quiero: el
deporte. Pienso, incluso, que la medida es beneficiosa para el deporte mexicano».

—... Su rivalidad con Mario Vázquez Raña...


—No, en absoluto, —precisó López Portillo Vernon. No hubo nada personal, sino
enfrentamientos naturales entre dirigentes que actuaban en ámbitos diferentes, con
distintos objetivos. Y sostengo lo que he dicho: el COM es en el deporte sólo una cancille-
Q U I N T A

ría, un organismo donde se desarrollan equivocadamente actividades que tienen que ver
con el deporte nacional.

En apenas una semana, Mondragón y Kalb se percató de la caótica situación en que se


encontraba el Instituto, con un sinnúmero de adeudos y una deficiente situación econó-
mica. Los graves errores administrativos, principalmente, orillaron a Mondragón a solici-
tar una audiencia urgente con las autoridades de la SEP, a las que planteó la realidad del
INDE y sus graves consecuencias de seguir el organismo con vida.

160 Así, días después, el 20 de enero, el Presidente López Portillo decretó la instauración de
la Subsecretaría del Deporte, sustituta del INDE, y nombró como primer titular de esa
dependencia a Mondragón y Kalb, ex vicepresidente de la CODEME, presidente de la
Federación Mexicana de Karate y ex director de Promoción Deportiva del DDF, antes de
ser el director del Instituto.

Al respecto, el titular de la CODEME, Jesús Chichino Lima, señaló que la creación de la


Subsecretaría había sido benéfica, ya que «se formarán cuadros técnicos» fundamenta-
les para alcanzar un mejor desarrollo deportivo. Y puntualizó que en el futuro «habrá una
mayor coordinación y planeación a nivel nacional». Asimismo, resaltó que con esta crea-
ción se espera una mayor atención a la niñez, con lo cual el deporte se fortalecerá desde
sus principios».

Roger Díaz de Cossío, quien dio posesión a Mondragón y Kalb, apuntó que «no se trata de
aumentar el número de dependencias, sino de fortalecer las líneas de acción de la SEP, en
todo el ámbito nacional».

Manuel Mondragón y Kalb destacó: «Siento que la creación de esta Subsecretaría es un


momento histórico en el deporte y la educación física de México», ya que «por primera
vez existe una dependencia que coordine, apoye, programe, evalúe y controle todas las
acciones escolares y extraescolares en el deporte, en todos los ámbitos del país».

El nuevo funcionario, a su vez, formó el Consejo Nacional del Deporte, contando con la
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colaboración de los máximos dirigentes de las instituciones deportivas nacionales, de los

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organismos afines, así como los técnicos más renombrados en las diversas disciplinas
deportivas.

En el transcurso de ese mes fue integrado el nuevo Consejo Directivo de la CODEME:


presidente, Jesús Chichino Lima; vicepresidente, Víctor Jaramillo Villalobos; comisario,
Juan Chárteris Reyes; asesor jurídico, Lauro Jasso Güitrón.

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Dentro del ciclo de actividades, el presidente de la Confederación Deportiva Mexicana
instaló el 13 de febrero, en Toluca, la junta nacional de delegados que revisaron los
programas y planes de desarrollo que se implantarían en el curso del año en todo el país.

El director de Sistemas Deportivos de la CODEME, César Moreno Bravo, dijo que las
diferentes organizaciones públicas y privadas tenían recursos que no eran convergentes a
un objetivo común. Por su parte, Chichino Lima aseveró que en el deporte ya no era
posible concebir un desarrollo sin una verdadera educación y bases que permitieran
aplicar un sistema de mayores alcances. En esta junta fueron aprobados los siguientes
puntos: la reglamentación de funciones de los delegados y la apertura de relaciones de
coordinación con las federaciones nacionales; el apoyo inmediato a las delegaciones esta- 161
tales por medio de materiales audiovisuales y recursos didácticos; el establecimiento de
colegios de entrenadores, jueces y árbitros, así como la instalación de bibliotecas depor-
tivas en todas las delegaciones.

En abril, el béisbol dio de qué hablar...


Nació la «Fernandomanía».
El sonorense Fernando Valenzuela, un joven regordete de 21 años, de los Dodgers de Los
Ángeles, abrió la temporada de Grandes Ligas en el Dodgers Stadium y, aquel 9 de abril
lanzó pelota de cinco imparables y blanqueó 2-0 a los Astros de Houston.

Ese año los Dodgers ganaron el gallardete de los Liga Nacional y el titulo de la Serie
Mundial, cuando Fernando frenó 5-4 a los orgulllosos Yanquis de Nueva York. Valenzuela
polarizó la atención y los honores: «Novato del año», recibió el trofeo Cy Young; ganó el
«Bat de plata» al mejor pitcher bateador y obtuvo, además, el trofeo «Roberto Clemen-
te» por ser el mejor pelotero latinoamericano.

El 9 de junio, en un almuerzo que ofreció el presidente de Estados Unidos Ronald Reagan


a su homólogo mexicano, José López Portillo, Fernando Valenzuela fue uno de los invita-
dos de honor.
—¿Fernando, usted es del PRI?, —se le preguntó.
—No, yo soy de los Dodgers, —inocentemente contestó.
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En la actividad nacional, por otra parte, la CODEME presentó el 26 de junio un estudio a


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la Subsecretaría del Deporte, que comprendía la participación activa de las federaciones
en el Plan Nacional de Deporte y tres aspectos principales: jurídico y político, administra-
tivo y deportivo. Con esto respondía plenamente a la petición formulada por el doctor
Mondragón y Kalb sobre la participación de todas las organizaciones comprometidas en el
desarrollo propuesto.

De acuerdo con la política trazada por el nuevo presidente del COI, Juan Antonio Samaranch,
Q U I N T A

por primera vez el deporte gubernamental mexicano fue representado el 12 de septiem-


bre en el XI Congreso Olímpico celebrado en Baden Baden.

Y el 17 de ese mes, el Consejo Directivo de la CODEME acordó dar el nombre de José


García Cervantes al auditorio de su edificio, en reconocimiento a los grandes méritos,
enorme esfuerzo personal y dedicación a la tarea de beneficiar el deporte popular.

Por su parte, el presidente del Comité Olímpico Mexicano, Mario Vázquez Raña, en
contradicción con los alcances logrados por otras instituciones, afirmó el 1 de octubre
que existían muchas carencias dentro del medio, que afectaban seriamente a las activi-
162 dades deportivas por no contar éstas con un programa específico a nivel nacional.

Como respuesta a esta crítica el presidente José López Portillo inauguró a fin de mes, en
el Plan Sexenal, los X Juegos Deportivos y Culturales de la Juventud Campesina, que había
organizado la CODEME.

Por otra parte, en la ceremonia de apertura de los IX Juegos Nacionales del DIF, celebrada
el 30 de octubre, su directora general, Blanca Patricia Clark de Flores, entregó premios a
los deportistas minusválidos que sobresalieron en la competencia de deportes sobre silla
de ruedas de Stock Mandeville, Inglaterra.

El 19 de noviembre, el Presidente de la República entregó el premio Nacional del Deporte


al marchista Ernesto Canto y al frontenista José Musi, en presencia de los miembros del
Consejo Directivo y de los dirigentes de las federaciones de la CODEME.

Y días después, mientras el gobernador de Guerrero, Alejandro Cervantes Delgado inau-


guraba la exposición fotográfica relativa a los 50 años del deporte mexicano, en el
palacio de gobierno de Chilpancingo, Chichino Lima declaró abierto el sexto ciclo de
conferencias de psicología del deporte, en el auditorio de la CODEME.

Culminaba 1981. Había calma. Parecía que para 1982 las naves del deporte mexicano
tendrían buen rumbo; sin embargo...
El 3 de febrero, Jesús Chichino Lima renunció al cargo de presidente de la Confederación
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Deportiva Mexicana, puesto al que llegó el 15 de noviembre de 1979. Y al día siguiente,

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se presentó inesperadamente al nuevo titular: el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, quien
fungía como director de Operación y Desarrollo Social del Sistema Nacional para el Desa-
rrollo Integral de la Familia (DIF).

Si bien con el nacimiento de la Subsecretaría del Deporte era esperado el cambio de


mando en la CODEME, pese a que Chichino Lima se había adaptado muy bien a los
cambios, en los medios de prensa se hablaba insistentemente de los logros que el ingenie-

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ro Alfonso Ramón Bagur tenía en la dirección de Promoción Deportiva del DDF; del profe-
sor Sandalio Sáinz de la Maza, coordinador de Recreación del CREA; del doctor Marco
Antonio Taracena, director de Desarrollo de la Subsecretaría del Deporte; del licenciado
Carlos Hernández Schaffler, secretario de la CODEME y titular de la Federación de Hockey
sobre Pasto; y del ingeniero Jorge Padilla Irigoyen, presidente de la Federación de Tiro
con Arco, y amigo de Mario Vázquez Raña.

Si en un principio la designación de Jesús Chichino Lima fue criticada por su conocido


acercamiento con el impetuoso ex director del INDE, Guillermo López Portillo, la labor
del abogado universitario y hombre del basquetbol poco a poco fue reconocida por sus
propios méritos, principalmente por su constante lucha por conseguir mayores presu- 163
puestos para el deporte.

Incluso, días antes de presentar su renuncia, anunció un mayor subsidio para la institu-
ción y, por ende, para las 43 federaciones, aumentando en un 113 por ciento en prome-
dio la ayuda; brindó, asimismo, un gran respaldo a los presidentes de las federaciones,
respetando siempre las decisiones de las asambleas; y encabezó la lucha porque federa-
ciones y asociaciones fueran regularizadas jurídicamente.
En ese 1982, la designación de Ortiz Rubio como nuevo presidente de la Confederación
Deportiva Mexicana, por decreto del primer mandatario, la reforma a los estatutos de la
CODEME, el establecimiento del Consejo Nacional del Deporte y el ascenso de Miguel de la
Madrid Hurtado a la presidencia de la República, entre otros aspectos históricos impor-
tantes, propiciaron el cambio favorable de expectativas en este medio.

En enero los entrenadores mexicanos propusieron al COI, en una misiva enviada a su


presidente, el español Juan Antonio Samaranch, la creación de la Universidad Olímpica
Internacional, como un beneficio para todos los países. En ella se podría formar física,
técnica e intelectualmente a los atletas y así combatir eficazmente el llamado doping que
tanto había desprestigiado al deporte, pero no hubo respuesta afirmativa.

El 3 de febrero, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio Muñoz, al tomar posesión del cargo
titular de la Confederación Deportiva Mexicana, se comprometió a cumplir un programa
que diera mayor empuje a las federaciones y fomentase de manera más efectiva la
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promoción de competencias en la juventud. Días antes, el 20 de enero, Vázquez Raña


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había sido reelegido en la presidencia del Comité Olímpico Mexicano.

El nuevo presidente de la CODEME fue un deportista activo desde la infancia, y con el


tiempo se desempeñó como coordinador de actividades deportivas de la Comisión
Hidrológica de la Cuenca del Valle de México, entrenador de equipos de fútbol soccer,
promotor de clínicas de actualización del deporte infantil y representante oficial del DIF
ante el Consejo Nacional del Deporte.
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En un principio, Ortiz Rubio continuó los proyectos elaborados por Chichino Lima, abrió el
ciclo de conferencias sobre medicina deportiva y puso en marcha el congreso nacional de
la Federación de Basquetbol, al mismo tiempo que dispuso de los preparativos de los
equipos mexicanos que poco después compitieron en los Centroamericanos, en La Haba-
na, una vez que Puerto Rico no pudo hacerlos en Mayaguez.

Durante la reunión que sostuvo en abril el candidato a la Presidencia de la República por el


Partido Revolucionario Institucional, Miguel de la Madrid Hurtado, con los dirigentes de las
organizaciones deportivas nacionales, el titular de la CODEME manifestó que más que
164 crear aparatos burocráticos para esta actividad, era indispensable consolidar un Sistema
Nacional del Deporte, con un programa y una ley que le permitiera a éste despertar el
entusiasmo de la población del país.

Por unanimidad, los presidentes de federaciones aprobaron el 16 de mayo las modifica-


ciones a los estatutos de la CODEME, propuestas por el Consejo Directivo. Su titular
afirmó que esta reforma mejoraría el desarrollo del deporte en México.

Por otra parte, como un «hecho histórico y trascendental» calificó el doctor Manuel
Mondragón y Kalb, subsecretario del Deporte de la SEP, la primera reunión nacional del
Consejo Nacional del Deporte, que instaló el 24 de mayo el presidente José López Portillo.
En el curso de las deliberaciones del congreso los líderes estatales y distritales del deporte
federado consideraron que el próximo cambio de régimen no podría interrumpir la conti-
nuidad de programas en las instituciones del ramo.

El 7 de agosto, el primer ministro cubano, Fidel Castro, acompañado por el titular del
COI, Juan Antonio Samaranch, inauguró la justa regional, en el estadio Padro Marrero.
Desfilaron 2 mil 420 atletas de 22 países.

México destacó en atletismo con las actuaciones de Eduardo Castro, con su doble victoria
en 1,500 y 5,000 metros, así como la de los marchistas. Pero, sobre todo, en natación:
Isabel Reuss y Tere Rivera, con seis y cinco medallas de oro, respectivamente.
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Selección Mexicana de Natación 1982,
Otilio Olguín, Antonio Rivero, Miguel
Santiesteban, Leonardo Gámez, Alfredo
Romo, Ricardo Marmolejo, Jaime Sánchez,
Manuel Quejeiro, Irma Huerta, Ramiro
Estrada, Manuel Mireles, David Cano,
Eduardo Morillo, Isabel Reuss, Guadalupe
Aranda, Aída Huerta, Patricia Kohlmann,
Rosa Fuentes, Silvia Rivero, Teresa Rivera y
Dagmar Erdman

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La victoria de los cubanos en casa fue arrolladora, pero hubo buen ánimo en la delegación
mexicana, ya que sus jóvenes mostraron que existía buena disposición de ascender a
estadios mejores.

En los meses siguientes, José Ramón Clark, hijo del general Clark Flores, obsequió a la 165
CODEME una valiosa colección de libros de temas deportivos; en tanto el presidente
electo de México, Miguel de la Madrid Hurtado, y el doctor Manuel Mondragón y Kalb,
subsecretario del Deporte, ingresaron al Comité Olímpico Mexicano en calidad de miem-
bros permanentes. Y la CODEME extendió —lo inició Andrade Sánchez— su reconocimien-
to al Instituto Mexicano del Seguro Social como entidad deportiva.

Ortiz Rubio, en la ceremonia del 49 aniversario de la Confederación Deportiva Mexicana,


en julio, explicó el contenido de las reformas hechas al estatuto de la misma para darle
mayor dinamismo y congruencia con las normas aplicadas por el gobierno federal.

Citó, como ejemplos, que la Asamblea General Ordinaria debería celebrarse una vez al
año durante el mes de noviembre y que los miembros del Consejo Directivo, excepto el
presidente, iban a ser nombrados por la asamblea para un período de 3 años, y, dado el
caso, podrían ser reelectos una sola vez.

El 20 de noviembre, siguiendo la costumbre, se entregó el Premio Nacional del Deporte.


Pero ahora no lo hizo el presidente López Portillo; en su representación, en el salón
Venustiano Carranza de Los Pinos, el secretario de Educación Pública, Fernando Solana,
lo entregó a la nadadora Isabel Reuss, al corredor Eduardo Castro y a la Federación
Mexicana de Natación.
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En su discurso, que causó sorpresa y admiración, el profesor Nelson Vargas, titular de la
FMN, hizo señalamientos que dejaron entrever severas críticas objetivas al sistema de-
portivo utilizado hasta la fecha.

Fue un discurso bien elaborado, sin ofensas, con claros señalamientos. Vargas señaló que
su Federación recibía con sencillez el premio, con la convicción de la propia impotencia e
insignificancia ante los problemas nacionales actuales. Y enfatizó que el Gobierno Federal
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realizaba un gran esfuerzo por organizar el deporte, y que «como prueba palpable era la
rectificación del INDE por una Subsecretaría, teniendo ese ejemplo viril al cual los direc-
tivos deportivos no han podido comprender, ya que debió implicar un cambio radical en la
forma de pensar y de actuar para las necesidades del país».

Vargas Basáñez refutó, asimismo, algunos señalamientos que le hicieron días antes como
presidente de la Federación de natación. «Estos conceptos no tienen nada que ver como
dirigente deportivo o como trabajador del Seguro Social, aunque personas de corta
perspectiva así lo consideren, sino que la decisión de dar a la Federación el premio es
producto del imparcial análisis de la labor desarrollada».
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El Premio Nacional a la FMN se debió, entre otros muchos factores, a ser la Federación
que mejores resultados ofreció de las 43 agrupaciones; y a ser la única agrupación
federativa que había elaborado y desarrollado un programa de trabajo con objetivos
mediatos e inmediatos, plenamente definidos, con una metodología específica y una
evaluación permanente. Además, en un año, la FMN pasó de tener 3 mil 600 afiliados, a
5 mil 22.

El 25 de noviembre, el presidente de la CODEME, de acuerdo con la nueva disposición


estatutaria, presentó su informe de actividades a la asamblea. Dijo que en las últimas
décadas el sector deportivo había crecido bajo el signo de la espontaneidad, y que
algunos esfuerzos dignos de encomio no fueron continuados. Por esta razón, expuso, la
finalidad que se ha impuesto la CODEME responde a la necesaria reorganización de sus
estructuras básicas. Y anunció, al concluir la exposición de sus labores realizadas, que se
implantaría el Sistema Nacional de Registro de Deportistas (RED) para tener un control
mecanizado de sus miembros afiliados en las federaciones.

Por su parte, la Asamblea aprobó los siguientes nombramientos: comisario, Olegario


Vázquez Raña; secretario, Juan Chárteris Reyes; y como vocal, Helios Farrel Murga.
En el discurso que leyó el 1 de diciembre el licenciado Miguel de la Madrid cuando tomó
posesión de la Presidencia de la República, subrayó que entre las necesidades básicas del
pueblo estaba el deporte.
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Y de qué manera... Sin embargo, el país enfrentaba una de sus más severas crisis

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políticas y económicas, con una deuda externa de 78 mil millones de dólares, inflación del
36 por ciento heredada del sexenio de López Portillo, una impresionante corrupción en
todos los niveles y, sobre todo, una gran crisis de credibilidad ante la sociedad.

El presupuesto asignado a la CODEME fue muy reducido y para salir adelante con la
situación económica, Miguel de la Madrid le autorizó a Ortiz Rubio, que los donativos y
patrocinios para el deporte, fueran deducibles de impuestos. Además Ortiz Rubio creó el

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Fideicomiso del Deporte Federado.

El 10 de diciembre, el doctor Mondragón y Kalb presentó su renuncia al cargo de subse-


cretario del Deporte. Y la SEP dio a conocer la designación de Fernando Alanís Camino,
como nuevo subsecretario. Alanís era íntimo amigo de De la Madrid, empleado de Mondragón
en la subsecretaría en la oficina de asuntos jurídicos, pero poco conocido en el ámbito
deportivo; sólo gozaba de fama de ser un buen charro.

De la Madrid mantuvo en la CODEME al ingeniero Ortiz Rubio. E iniciaba 1983... ¿Sexenio


en calma?
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Fernando Alanís Camino,


nuevo titular de la Subsecretaría
del Deporte
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Cuando perdió el Estado


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Armonía en la dirigencia era lo que requería el deporte. Y la tuvo. Unidos Vázquez Raña
y Ortiz Rubio, Alanís Camino fue orillado a claudicar, aun cuando el profesor Nelson
Vargas Basáñez, director de Desarrollo del Deporte de la Subsecretaría, inició una verda-
dera reestructuración en el sistema de trabajo en las federaciones deportivas, labor que
no estuvo exenta de fricciones con Ortiz Rubio.
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Una veintena de federaciones, por fin, trabajaron con un programa de cuatro años con
metas y objetivos plenamente definidos, similar al que había llevado Vargas en la Federa-
ción de Natación y que, incluso, le mereció el Premio Nacional de Deportes; sin embargo,
este trabajo quedó truncado por la actitud despreocupada de Alanís Camino de no hacer
valer la condición de la Subsecretaría del Deporte como órgano del Estado frente al
encasillamiento de los organismos privados.

Y, nada raro, vino una nueva decepción en fútbol: en junio se realizó aquí el primer
Campeonato Mundial de Fútbol Juvenil. Y la selección mexicana, dirigida por Mario Velarde,
empató 1-1 con Australia, cayó 2-1 ante Corea del Sur y 1-0 frente a Escocia. Total:
168 eliminados... Brasil fue el campeón.

Por otra parte, con absoluto respaldo a los programas de la CODEME, el presidente de la
República Miguel de la Madrid abanderó a la delegación mexicana que compitió en los
novenos Juegos Panamericanos, celebrados en Caracas, del 14 al 29 de agosto, en los que
México hizo un buen papel, con siete preseas de oro, y el sexto lugar en el medallero
general por países.

Mientras tanto, el 25 de septiembre se llevó a cabo aquí el primer Maratón Internacional


de la Ciudad de México. Triunfó Casimiro Reyes, en la carrera que aparecieron, más por
publicidad que por sus aptitudes en pruebas deportivas, los tarahumaras Cirilo Chacarita,
Manuel Torres y Lázaro González, que capturaron la atención, pero decepcionaron en lo
deportivo.

A fines de octubre, ocho federaciones ya se habían unido al Sistema Red que, entre otros
beneficios, ofrecía a los deportistas un seguro de vida y gastos médicos, descuentos en
casas comerciales y facilidades para utilizar instalaciones y servicios de las federaciones.
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Miguel de la Madrid
Hurtado, Carlos Salinas
de Gortari y Fernando
Alanís Camino en el
Comité Olímpico
Mexicano durante el
Informe de Actividades
de Mario Vázquez Raña.

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En la ceremonia conmemorativa del 50 aniversario de la CODEME, celebrada el 3 de


octubre de 1983, el presidente Miguel de la Madrid Hurtado puso en marcha el Plan
Nacional para el Registro de Deportistas. En la misma, el primer mandatario recibió de
manos del titular de la Confederación la credencial número uno, expedida por el nuevo
sistema RED.

El presidente de la CODEME anticipó que dicho programa contribuiría al fortalecimiento


cuantitativo y cualitativo del deporte mexicano, y paralelamente con éste —enfatizó—
«se han estado realizando acciones tendientes a consolidar la estructura legal, adminis-
trativa y técnica de las federaciones y asociaciones de la agrupación».

Asimismo, ese año fue instituido por la Confederación Deportiva Mexicana el reconoci-
miento para los atletas y benefactores del deporte más destacados: la estatuilla denomi-
nada «Luchador Olmeca». El primero que la recibió fue el presidente Miguel de la Madrid.
Además ingresaron a la CODEME la Federación Mexicana de Deportes sobre Silla de
Ruedas (Fundada por Pascual Ortiz Rubio, quien años antes había sido coordinador gene-
ral de los Juegos Nacionales sobre Silla de Ruedas), y la de Karate y Artes Marciales.
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