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Nina G. Jones - Debt
Nina G. Jones - Debt
Algunas autoras ya han descubierto los foros que traducen sus libros
ya que algunos lectores los suben al Wattpad, y piden en sus páginas
de Facebook y grupos de fans las direcciones de los blogs de descarga,
grupos y foros.
Se suponía que iba a ser rápido y fácil, pero tan pronto como la
encontré todo se complicó.
Muy complicado.
NOTA DE
NINA
Querido lector:
Por favor, ten en cuenta que este libro trata algunos temas difíciles
de abuso, incluyendo descripciones gráficas. Si eres sensible a estos
temas o si son un factor desencadenante, puede que éste no sea el
libro para ti.
Saludos cordiales.
Nina G. Jones
INDICE
Capítulo 1 Capítulo 18 Capítulo 34
Capítulo 17
Capítulo 1
Mia
—¿Algún plan para este fin de semana? —Laney pregunta desde el
cubículo adyacente—. Uhhh no realmente, puede que me ponga al
día con una amiga. Aparte de eso, creo que voy a holgazanear. ¿Y
tú?
Él mira su reloj. —Me siento bueno hoy. Estoy pensando que todos
ustedes pueden irse a casa una hora antes.
—Por eso te queremos, —le sonrío.
¡Oh, gracias a Dios! La amiga con la que podría tener planes acaba
de llegar, ¡bendita sea su alma!
—Me di cuenta en cuanto entraste por la puerta que había algo que
querías decirme así que dime.
—Sí, lo recuerdo.
—Tal vez no sean las palabras exactas que yo usaría pero sí,
disfruto de una variedad de actividades en el dormitorio.
—Bien, escúchame: ¡Lo hice! —dice ella de golpe.
1
Deep web: Este lugar es un repositorio de diferentes páginas web que tienen algún contenido
que no puede ser mostrado tanto en Google como otros buscadores conocidos a nivel mundial
debido a que, en su mayoría, infringen la ley, estos contenidos van desde el tráfico de drogas
hasta la compra de asesinato, así como la venta de seres humanos hasta pornografía infantil.
2
Black card: La Tarjeta Centurión, conocida como la Black card es una Tarjeta de cargos expedida
por American Express. La tarjeta Centurión proporciona acceso a una serie de privilegios
exclusivos
—¡Dime que no has hecho esto! —pregunto con una mezcla de
decepción y curiosidad.
—Lo hice, —dice, como alguien que fue arrestado robando sobras
de la nevera.
—¿Cómo? ¿Dónde?
—Su polla. Oh, Dios mío. Necesitas enyesar el molde de esa mierda
y usarlo para tu próximo consolador en Alea. Me folló de todas las
maneras posibles, me corrí tan duro lo más duro que me he corrido
en mi vida. ¡Estaba viendo estrellas!
—¡No! Lo haré de nuevo sin importar lo que pase sólo intento hacer
lo de la divulgación completa.
—Lo siento amiga mía, pero no creo que sea tan aventurera como
tú.
3
Bitcoin es una moneda virtual, la tecnología Bitcoin no contempla la emisión de monedas o billetes físicos.
—Sólo guarda la tarjeta sin presión. Si lo haces, usa el número que
escribí en el reverso, es mi código de referencia, —me guiña.
Capítulo 3
Mia
Esto es ridículo. Ha pasado una semana desde que Tiff me habló de
este servicio de violación a sueldo Y TODAVÍA no puedo dormir.
Nunca antes había visto a Tiff tan emocionada por algo ni siquiera
cerca. Desde que me lo contó, he pensado en esa mirada de júbilo
en su cara con tanta envidia.
Eso es lo que quiero sentir. No quiero tener una cerca o que un tipo
me lleve al cine en una cita, quiero la mirada que había en los ojos
de Tiff. Esa exaltación, esa lujuria histérica, ese frenesí.
Al menos quiero eso antes de tener que conformarme con otra cosa
algún día.
Espera, Tiff dijo algo sobre la Deep web he oído hablar de eso,
necesito una VPN y un navegador especial.
Alto
Atlético/Muscular
Pelo oscuro
Tatuajes
Tono de piel: Piel clara o piel color oliva
Color de ojos: Sin preferencia
Vello corporal: Recortado (no completamente rapado) o
afeitado
Vello facial: Poca barba o afeitado limpio
Necesito más y esto es lo único en mi vida que podría ser eso: Más.
Transacción exitosa.
Cuida tu espalda.
Saludos cordiales.
Happy Kitty
Así que recito mi palabra de seguridad una y otra vez, elijo usarla
tan pronto como me ponga las manos encima, todo esto fue una
idea terrible no soy Tiff ni esa prostituta. Soy Mia, y aunque me
gusta pensar en mí misma como sexual y pervertida, no estoy loca.
Oh y Tiff, no le he dicho nada. Sólo quiero olvidar que esto ha
pasado.
—Ya, ya, —digo yo, mientras mis ojos escudriñan la barra en busca
de algún impecable vestido, alto y sexy acechador. Me siento como
si me estuvieran observando, como si fuera una gacela espiada a
distancia por un gran tigre. Son solo nervios Mia, puedes decirle que
se detenga entonces serás 900 dólares más pobre, pero aún tendrás
tu dignidad intacta.
Lo logré.
Abro la boca para decir algo. ¿Qué? Ni siquiera lo sé, y me pone una
mano enguantada sobre la boca.
Es tentador saltar ahora pero tengo que ser paciente tengo que
atraparla con la guardia baja y sin previo aviso.
Justo cuando estoy a punto de gritar algo sobre los cuchillos, oigo
los hilos de mi sostén desgarrarse mientras el material elástico se
desprende de mi cuerpo con el cuchillo cortándolo como si fuera
mantequilla caliente.
—Abre la boca.
—Chúpala.
—Chúpala, perra.
Miro directamente a sus ojos oscuros, dos posos sin alma y ruego
sin decir una palabra.
Tal vez eso es lo que soy para él: un juguete sexual vivo y que
respira.
—¡Por favor! —Está justo debajo de un grito, pero mi voz está llena
de vergüenza.
—No dejes de rogar y en voz alta para que pueda oírte llorar.
—¡Por favor! —Le ruego con mi voz más alta, la corteza áspera de la
certeza oculta mi voz, no puede parar ahora, tiene que llevarme
hasta el final. Su mano se extiende y frota mi montículo, prestando
la atención perfecta a mi clítoris sobre estimulado.
Aprieto y aprieto, todo encogiéndose a su punto más compacto
alrededor de su polla dura y luego BOOM. Todo se libera, todo
explota, estalla, se hace añicos.
No puedo creer que esté a punto de tener otro orgasmo antes de que
el primero haya terminado. Esta vez sus gemidos casi se convierten
en gruñidos, me muerde el cuello, interrumpiendo la presión antes
de que grite de dolor.
Aprieta mi pecho con tanta fuerza que grito y luego su polla late
dentro de mí mientras gruñe en mi cuello, sus gemidos cálidos me
envuelven, su calor se dispara dentro de mí y vuelvo a rodear su
palpitante polla.
Nunca he estado con un hombre que me follara así, con pura lujuria
y deseo físico, sin que a ninguno de los dos le importara una mierda
lo convencional, los sentimientos o lo apropiado. Fue grosero,
vulgar, morboso... Inmoral. No había incomodidad o torpeza. La
vergüenza no existía cuando me llevó, pero ahora, sola detrás de la
cortina de la ducha, no podía lavarme la capa fresca de mi
vergüenza por mucho que me restregara.
Echo la cabeza hacia atrás y paso las manos por mi cara, respirando
profundamente. Su olor permanece en mi ropa, un olor dulce y
jabonoso. Todavía puedo sentirla en mis labios, y me recuerda la
forma en que su coño floreció para mí, la forma en que me rogó que
me la follara, la forma en que tembló alrededor de mi polla.
—De todos modos, sólo quería decirte antes que te vayas a casa
hoy, que pasaras por mi oficina hay algunas cosas de las que me
gustaría hablar contigo.
—Di que ocuparás mi puesto, así sabré que Alea está en buenas
manos.
Pero mi felicidad es agridulce porque amo a mis jefes, Barb solía ser
un elemento regular en Alea hasta que se le diagnosticó lupus y
tuvo que tomarse un permiso hace un año. Ya era bastante duro
perder su presencia materna en la oficina, y ahora yo también
perdería a Dewey. Se convertiría en mi trabajo mantener la cultura
de una fuerte ética de trabajo, transparencia y alegría que habían
establecido en Alea.
—¿Qué pasa?
—Sí, pero no. Me encanta que estés detrás de las cosas que amas y
que te conviertas en un predicador de la esquina de la calle. Quiero
decir, si soy honesta, fue un shock pero creo que ya sabes que nada,
excepto asesinatos en masa o algo así, es demasiado impactante
para mí. Así que no vayas a una matanza y estaremos bien.
Se ríe. —Sólo digo que te falta la P muy buena. —Oh no, amiga mía,
tengo la buena P. Tengo la MEJOR P. Tengo la P que me arruinó para
otros tipos. Mi cerebro, trabajando en la sobremarcha para pensar
en la respuesta más natural, dejo unos segundos de silencio entre
nosotras—. Entonces, ¿qué más hay de nuevo? —pregunta.
—¿Hablas en serio?
—Cállate, —dice.
No es él. No es él.
¿No es él?
Entonces, ¿quién es éste? ¿Y quién MIERDA era el otro tipo?
—Eso no es posible.
Cuando me apreté contra ella esa noche que entré en su casa, olí
su champú, sentí su suave piel, y mi polla se rebeló, transformando
mis intenciones de rabia en lujuria y desde esa noche la lujuria no
ha disminuido.
Mia
Camino por mi sala de estar frenéticamente entre lágrimas.
Mierrrrrrda.
Agarro mi celular y lo miro fijamente por un rato. Podría llamar a
Tiff, pero ahora estoy aún menos preparada para contarle lo de esa
noche. Todo este maldito asunto se ha convertido en una pesadilla,
sé que Tiff me ayudaría, pero incluso delante de ella me sentiría tan
estúpida porque soy una idiota. Me dejé llevar. Lo sentí, lo olí, lo vi,
y perdí todo el sentido. A mis ojos, era la perfección física, marcó
todas las casillas que seleccioné en mi pequeña “encuesta del
hombre perfecto” para Happy Kitty. En sus brazos, todos los
llamados seguros a prueba de fallos no valían nada. A prueba de
tontos mi trasero. No estaban preparados para una tonta tan
grande como yo.
No hay ningún recurso. Puede que tenga que aceptar el hecho que
nunca tendré respuestas sobre lo que me pasó esa noche. Un tipo
entró en mi casa con el propósito de… no sé… violarme o robarme,
¡y yo le arranqué los sesos! Podría atacar a otra mujer inocente
porque no lo detuve ni lo denuncié.
Sobre todo, hay una cosa que me asusta más que nada: creo que
nunca más sentiré lo que sentí esa noche con nadie y me odio a mí
misma por pensar eso.
Tuve la sensación que algo andaba mal esa noche antes de que el
falso atacante se me acercara en mi entrada. Mis instintos eran
correctos, algo estaba a punto de salir terriblemente mal, pero
entonces ¿por qué mis instintos me fallaron tan miserablemente la
primera vez?
—Yo… yo…
Una vez que sepa de qué se trata y lo acepte, no habrá lugar para
la compasión.
Joder, está increíble. Normalmente lleva vaqueros ajustados y
camisetas que le aprietan las tetas, pero hoy se ha vestido para mí:
un azul marino, falda lápiz que se alisa sobre su apretado trasero,
y una blusa de seda blanca ajustada con botones que cae
suavemente sobre la pendiente de sus pechos. Desearía que se
desabrochara un botón más de la parte superior para poder ver
mejor como su escote sube y baja con cada respiración nerviosa,
pero supongo que tendré que usar mi imaginación… o no.
—Porque yo quería.
—¿Ese sitio web? Dios no. ¿Follo como alguien que está fingiendo?
Hago un gesto con las manos hacia mi traje de seis mil dólares, un
corte de cabello fresco y un cuerpo elaborado a través de una dieta
y un régimen de gimnasio muy afinados. —Me quiero a mí mismo
más que a cualquier maldita cosa en este mundo. Cuido muy bien
mi cuerpo. No tienes nada de qué preocuparte, muñeca.
—¿Y cómo sabes que yo también lo estoy? —dice, con una mirada
desafiante. Oooh, esta perra no tiene ni idea de con quién se está
metiendo. ¿Y por qué demonios mi polla se ha estremecido?
Tal vez debería correr, pero mi cuerpo pesado por el shock se niega
a huir. ¿A dónde iría de todos modos? Si realmente es el dueño de
Alea, enfrentarse a él es inevitable. Eso es a menos que deje atrás
la carrera que construí en los últimos ocho años.
Me deslizo y me siento en una silla en la mesa de conferencias, saco
mi portátil y lo abro.
—Te lo devolveré.
—No interrumpas.
Bastardo.
—Un año. Quiero que cumplas tu obligación con Alea. ¿Quién sabe?
Puede que te guste.
Sin decir una palabra, Tax saca su teléfono, toca la pantalla unas
cuantas veces y la habitación silenciosa se llena con mis súplicas:
¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor! Aunque la oficina está vacía, siento
que todos en Alea pueden oírme rogando a un extraño que me folle.
—Me aseguré que mi cara no fuera visible, pero la tuya está en todas
las imágenes. Déjame aclarar esto: lo perderás todo. No me refiero
sólo profesionalmente, me aseguraré que todos sepan de tus
inclinaciones sobre cómo contratas a hombres para que te violen.
Este video estará en todas partes; tus búsquedas de porno en línea,
tu solicitud para ese sitio web. Lo tengo todo. Y me aseguraré que
te siga por el resto de tu vida y si alguna vez hay una pequeña
posibilidad que consigas un puesto similar en otro lugar, bueno,
nadie quiere contratar este tipo de equipaje. —Él desliza el teléfono
en mi línea de visión y yo giro la cabeza. No miraré. Se inclina,
apoyando una mano en el respaldo de mi silla, y bocanadas de su
aliento rozan mi oído mientras arroja el resto de su veneno—.
Estarás atendiendo mesas por el resto de tu vida y aun así, me
aseguraré que a dondequiera que vayas, la gente que trabaja
contigo lo sepa. Eres sexy Mia. Lo sabes. Los hombres ya te miran
y se imaginan metiendo sus pollas dentro de ti. ¿Te imaginas
trabajando en un puesto de mierda, una pesadilla ¿mientras tus
espeluznantes compañeros de trabajo se masturban contigo?
¿Mientras susurran a tus espaldas? Porque en eso se convertirá tu
vida Mia. Pasarás de ser ejecutiva, a masturbarte con el salario
mínimo para tu gordo jefe de mediana edad. Piensa en eso. Puedes
tener una vida de humillación y juicio… o puedes darle un año a
Alea.
—No hará ninguna diferencia, perra. Entiende que una vez que todo
esto salga a la luz, serás tú la que esté en juicio, ¿verdad? No
entiendes con quién estás jodiendo, llévame a la corte. Tus
abogados les darán a mis abogados trabajos de borde para el
mediodía.
Me mira con esos ojos color cacao, enmarcados por largas pestañas
negras y simplemente dice: —Porque me lo debes.
—¿Te debo? ¿Qué demonios te debo? ¿Por qué iba a deberte algo?
—Ya lo sabes.
—25…
—10…9…8…
Esto no puede estar pasando.
—4…3…
—¿Así que quieres que trabaje aquí? ¿Durante un año? Bien. Pero
debes permanecer en silencio como prometiste. Las cosas están
bien aquí, puedo dirigir a Alea y hacerla aún más rentable que el
año pasado. —Lucho por disimular la completa pérdida de control
que siento—. ¿Cómo está esto pagando una deuda? ¿No vas a
pagarme por trabajar aquí? ¿Cómo puedo vivir?
Oh, mierda.
—¿Perdón?
Pero sabe que me ha dado una falsa opción. Puedo tener mi carrera
aniquilada, mi reputación manchada para siempre, o puedo jugar
conmigo misma frente a un hombre con el que ya he tenido sexo.
Un hombre con el que he fantaseado desde que me tuvo por primera
vez.
En cierto modo, hay una pequeña parte de mí que está casi aliviada
de no tener una verdadera opción. Si no tengo elección, entonces
no es mi responsabilidad.
Cualquier cosa que pase entre él y yo es obra suya y yo soy una
víctima inocente.
Estoy tan disgustada con él, pero más aún conmigo misma. Porque
ahora mismo, odio a este hombre. Demonios, ni siquiera conozco a
este hombre y no puedo controlar sus acciones. Me conozco, puedo
controlarme. Pero tal vez ya ni siquiera me conozco a mí misma, tal
vez a su alrededor no puedo controlarme porque quiero sentirme
como me sentía hace dos semanas y media: Despierta, Viva. Como
un maldito volcán que estalla.
Quiero reírme de su moral tan superior, pero tengo que creer que
hay un final a la vista para hacer esto. Creo que realmente cree en
su muy selectiva definición de honor. Estos códigos de honor no
son inauditos, es la razón por la que los ladrones y asesinos
desprecian a los soplones. Incluso hay honor entre los ladrones.
Me muerdo el labio tan fuerte que casi me rasgo la piel. Las lágrimas
saladas me pican los labios.
—Tu coño está tan mojado, estás empapando tus bragas. Quieres
que te folle. Eres una buena chica y quieres que te haga mi puta.
—Ahora dilo.
—No.
—Dilo, puta.
Me agarra la carne del culo tan fuerte que gruñe de rabia, mientras
su polla me llena de la manera que sólo él puede.
Claaaro.
—Eso fue parte del plan todo el tiempo, no sé por qué estás tan
enojada por eso. —Sólo después de servirme un poco de whisky me
doy cuenta que son las siete de la mañana. Ah, mierda.
—También era parte del plan para matar a esa imbécil y ella sigue
aquí.
—Oh, Cristo Jude, nos he traído hasta aquí, ¿no? ¿Puedes darme
una pequeña licencia creativa? ¿Puedo saborear esta?
5
Las películas snuff o vídeos snuff son videos, cortos de asesinatos, torturas, suicidios,
necrofilia, infanticidio, entre otros crímenes reales con la finalidad de distribuirlas
comercialmente para entretenimiento.
—¡Es personal para mí también! —Grita, llorando—. Los dos
tenemos cicatrices, ¿vale?
Mi hermana puede ser tan perra a veces, pero ha pasado por mucho
y a diferencia de mí, todas sus cicatrices están en el interior. Sabe
cómo encontrar el único punto de mi corazón, aunque sea pequeño,
que no se ha convertido completamente en una roca negra y
dentada. —Me siento excluida, eso es todo. Planeamos todo juntos
y cuando llegaste a casa no me dijiste ni una palabra, esa noche se
suponía que ibas a irrumpir en su casa y acabar con ella, no me
hablaste de lo que pasó. Todo lo que sé es que sigue viva, y ahora
has pasado a la segunda parte del plan sin completar la primera.
Jude suspira. —Lo hago, el Señor sabe que lo hago pero nos
estamos acercando demasiado. Si algo le pasa, ahora que has
comprado a Alea, ahora que tienes una conexión conocida con ella...
De todas formas, conoce a una de las putas caras que anda por ahí,
y le sacó más información sobre lo que es Happy Kitty. Tengo que
admitir que me sorprendió gratamente descubrir que Mia tenía este
lado en ella. Por un lado, la hizo mucho más interesante; por otro
me recordó que no es inocente. Es una pervertida como el resto de
nosotros.
Así que me metí. Iba a aparecer en su casa, y ella iba a pensar que
yo era el tipo que contrató. No pensaría que estaba en peligro, pero
yo tenía algo para ella. Algo que sabía por el formulario que rellenó
y que realmente temía: un cuchillo de caza dentado de 9 pulgadas,
afilado a la perfección. Iba a arrojarla, hacerle creer que estaba en
manos de un gigoló retorcido y luego iba a sacar el cuchillo,
sostenerlo en su garganta y recordarle todo. Recordarle quién era
yo, lo que me hizo… lo que le pasó a mi hermana. Disfrutaría el
momento en que sus ojos pasaran de la lujuria al horror, saborearía
su confusión, bebería de su impotencia.
La segunda parte de este plan era comprar Alea y luego cerrarla. Sí,
sólo cerrar esa mierda. ¿Por qué? Porque sé que le encanta trabajar
allí. Era algo que ella ayudó a construir y yo quería eliminar
cualquier rastro de su legado, quería que fuera responsable del
dolor de la gente que le importaba como me hizo responsable del
sufrimiento de Jude. ¿Vengativo?
Jude ataca y gruñe como un zorro en una trampa, pero todo por un
miedo generalizado. No me malinterpreten, también hay ira, y el
miedo y la ira son un gran cóctel. Jude nunca permitirá que la
lastimen de nuevo. Pero es un trabajo agotador, siempre gruñendo
y mostrando los dientes. Ocasionalmente, tienes que darle un
descanso. Rex puede ser eso para ella a veces, una persona con la
que puede descansar, pero Rex no siempre estuvo ahí. Yo siempre
he estado ahí. Conocí a Jude cuando era inocente. Soy la única
persona en la que confía para exponer su vientre sin miedo a ser
abierta.
Una mala noche para Jude puede ser un número de cosas. Lo que
nos pasó a nosotros ocurrió en la oscuridad. Creo que es por eso
que siempre son las noches para Jude, solían ser frecuentes casi
todas las noches se despertaba de un ataque de pánico. Una vez
cada pocos meses o así, tenía un terror nocturno vívido, como el
que tuvo esta noche. Hemos vivido en muchos lugares, incluso en
la calle, y la tradición era que se arrastraba hasta la cama (lo que
fuera en ese momento) conmigo y llorara o hablara, lo que fuera que
la distrajera de las cosas, y se volviera a dormir. Cuando Rex creció,
eventualmente algo de esa carga se me quitó de los hombros y ella
hablaba y se arrastraba a la cama con él. Pero los episodios
realmente malos, esos siempre vinieron a mí.
Ahora que es una mujer, las noches son raras. Como Rex suele
estar cerca, no estoy al tanto de los ataques de pánico cuando
todavía ocurren a veces olvido que aún los tiene, incluso me engaña
con su muestra de dureza pero cuando es una pesadilla, se
presenta en mi casa, quieta y débil, esperando que la vuelva a
armar.
Ella tiene razón. Algunas cosas que fueron tomadas nunca pueden
ser reclamadas.
—Gracias, supongo.
—Muy bien, muy bien niños. Saquen sus libros de texto y ábranlos
en el capítulo doce —dice el Sr. Carthy mientras escribe la palabra
"Electricidad" en la pizarra.
—Sí, Sil.
—Sí, sé tu nombre.
—Lo siento por eso... —dice. Nunca esperé que fuera tan... amable.
La había mirado fijamente semestre tras semestre desde la escuela
secundaria. La miraba como un cuadro desde la distancia pero
siempre supuse que era el equivalente femenino de los tipos
grandes que me golpeaban en los casilleros y me hacían tropezar en
los pasillos.
¿Por qué lo odio, le temo, pero cuando me toca lo único que quiero
hacer es devolverle el toque?
Tiene que recordarme en cada momento que no valgo nada para él,
un pedazo de carne que puede follar y dejar sin decir una sola
palabra amable.
—Soy una buena persona. Sé que piensas que por el servicio que
contacte, no lo soy. Que soy una puta inmoral. Tal vez por eso me
estás castigando pero soy una buena persona.
Es cierto que me vestí para la ocasión otra vez. Nunca dije que no
estuviera jodida.
No me muevo. A pesar de mi atracción por él, no quiero darle la
gratificación instantánea. Quiero desafiarlo y aún así, hay una gran
posibilidad que prefiera mi desafío a mi sumisión. Tal vez mi
resistencia es la fuente de su mayor placer.
—Tócate —dice, justo cuando agarra mis dedos y los desliza entre
sus labios carnosos. Es extrañamente suave y es casi más cruel que
cuando es rudo, porque está jugando con mi cabeza.
Digo mi respuesta honesta. —Que quiero cerrar los ojos; Que quiero
besarte.
No dice que no, no se inmuta pero sus ojos, los ojos que he
aprendido tan rápidamente a estudiar, se vuelven un poco más
suaves. Puede que incluso haya un poco de sorpresa en ellos. Sigo
tratando de alcanzarlo. Hago mi movimiento. He querido besar esos
labios carnosos desde que entró en mi casa. Necesito sentir que me
quiere de vuelta y tal vez si consigo que baje la guardia, sólo un
poco, pueda recuperar mi vida.
—Rodillas.
—Chúpalo como si fuera real. Chúpala como una puta que contrata
hombres para violarla. —Su comentario me duele en el corazón,
más que cualquier otro insulto que haya dicho.
Los gemidos de su garganta escapan por sus labios pero por una
vez, no tiene nada cruel que decir. Tal vez encontré su talón de
Aquiles. Lo miro mientras separo mi boca de su polla, y ligeramente
giro la punta de mi lengua en la ranura de su cabeza. Sus ojos me
devuelven una mirada entrecerrada, llena de lujuria y placer.
—Dame tu mano.
Así que hice lo único que sé hacer. Es lo que hago cuando se trata
de mujeres; no puedo darles afecto, amor o intimidad. Todo eso
murió en mí hace mucho tiempo, así que doy lo que puedo: Alivio.
Placer. Abandono.
Cada vez que tengo un plan con esta perra, lo deshace aunque sea
por un pelo.
No debería haberla dejado correrse. Su placer sólo debería existir si
está en el proceso de complacerme. Le di ese alivio después de
haberme saciado.
Pero el daño que ella hizo aún perdura hasta hoy y todo el mundo
tiene que pagar sus deudas.
Es lo justo.
Capítulo 15
14 Años Antes
Backstreet†Boys†–†Everybody† Backstreetßs†Back©†≠
Extended†Version
Mia dijo que tenía que correr a casa después de la escuela, pero me
dio su dirección para que pudiera pasar después de encontrar a mi
hermana. Fingí que no sabía su dirección, no soy un acosador
espeluznante ni nada de eso, pero vivimos en un pueblo pequeño y
esa información simplemente cae en tu regazo, especialmente
cuando esa dirección pertenece a la cara más hermosa que has
visto.
—Me imaginé que nos daría hambre, así que puse una pizza en el
horno.
—¿Sí?
—Lo siento, eso fue grosero. No debí haber preguntado eso, —dice
moviendo la cabeza con vergüenza—. Hablo demasiado.
—No lo mires de esa manera. Estoy segura que hubiera querido que
tú y tu hermana vivieran por encima de ella. Eso es lo que quieren
las madres. —Sus ojos se ponen tristes, como si sus palabras
hubieran sacado algo a la superficie.
Asiento.
Lo deseo y no quiero que se vaya. Estas han sido las semanas más
difíciles de mi vida, pero nunca me había sentido tan conectada a
nadie antes. Nunca me ha gustado o incluso he amado a nadie de
la forma en que odio a Tax Draconi. Pero ese odio es tan fuerte, que
a veces se transforma en otros sentimientos. El odio puede estar
tan arraigado en ti que se convierte en parte de tu identidad, tu
psique; te defines a ti mismo con ese odio de modo que si se va y no
hay nada más que lo reemplace, pierdes un pedazo de ti mismo.
Creo que cuando sientes algo lo suficientemente fuerte se convierte
en su opuesto. Creo que puedes amar a alguien tan fuerte que lo
odias y creo que puedes odiar a alguien con tanta fuerza que te
apegas. Por eso algunas personas pasan toda su vida odiando a
alguien que invitan repetidamente a sus vidas, ni siquiera saben
quiénes son sin él.
Y con Tax, creo que estoy empezando a odiarlo tanto que... creo que
no puedes odiar de verdad a alguien a menos que te importe. Porque
no preocuparse es indiferencia.
Pero la rabia que sangra de su cuerpo hacia el aire que nos rodea
se siente tan fresca como la primera vez que me folló a punta de
cuchillo. Es como si estuviéramos de vuelta en el punto de partida.
Hago una mueca cuando mete sus largos dedos en mi interior y los
mantiene ahí por un rato. Otro dedo, girando, moviéndose,
estirándome.
Una lágrima baja por mi mejilla porque es muy intenso, pero respiro
como me dijo, en la seguridad de su mano.
Asiente.
Se ríe suavemente para sí mismo. Es tan raro ver esa sonrisa que
ilumina su oscuridad.
—Es mejor así, —dice. Pero cuando miro sus ojos, a los que me ha
entrenado tan bien para mirar cuando me folla, veo que algo no es
mejor. Algo duele. Y está aquí porque quiere más. No sé qué, pero
más.
Así que me acerco suavemente, Tal vez sea el hecho que estamos
en mi casa, su calidez y seguridad me da confianza, pero quiero
sentirlo.
—Sé que quieres más Tax, por eso estás aquí. No tienes que decirlo
pero no puedo dártelo si no me dejas —suplico—. Y no puedo seguir
dando si no me devuelves nada. No me quedará nada en mi interior.
Tax
No sé qué demonios estoy haciendo aquí. Cada semana se pone un
poco más difícil. Pienso en ella, en sus labios suaves, y en cómo
sabrían si la dejara besarme de verdad.
—Está bien. Por favor Tax, sólo déjame tener más. Te lo ruego.
Me está rogando. Cuando suplica, hay algo que hace que sea tan
difícil resistirse a ella. Es la mirada en sus ojos, sólo quiere que le
devuelva algo. ¿Cómo puede ser la misma persona que me destruyó?
Sus ojos marrones me miran; es vulnerable, está expuesta. Es una
trampa, si fuera una perra esto sería muy fácil, pero su sinceridad,
su capacidad de ser tan intrépida con sus emociones saca
sentimientos profundamente enterrados que no he sentido en 14
años. Sé que la seguridad es una ilusión, pero el corazón es el mayor
tonto, sólo hace falta un poco de bondad para engañarlo. Debería
saberlo, se lo he hecho a otros.
Su coño está tan mojado, tan listo para mí, que gimo y gruño,
incapaz de fingir que no es la sensación más increíble del puto
planeta. Su suave y florido aroma, el que se aferra a mi ropa cada
martes, me llena la nariz.
Gime y gruñe, murmurando mi nombre contra mis labios con cada
empujón.
Pasa sus dedos por las ondas de mis músculos flexionados, y por
las marcas y cicatrices que he llevado en mi cuerpo durante catorce
años.
Cierro mis ojos y entierro mi cara en su cuello, sólo quiero que mis
pensamientos se oscurezcan. No quiero recordar. Desearía que
dejara de hacerme recordar.
Y no miro. No puedo.
Esto es bueno.
Me pongo la camiseta.
—La pizza —digo.
Me doy la vuelta y salgo por la puerta antes que pueda ver que la
herida se extiende por su rostro.
Capítulo 18
Tax
Llego a casa y me encuentro con una cena inusualmente decadente
esperándome.
—¿Dónde está Rex? —pregunto. Si ella está por aquí, hay un 95%
de posibilidades que esté acechando en algún lugar cercano.
—Vendrá más tarde. Salió con unos amigos.
—Sólo quiero comer en paz. Tengo hambre y sabes que no hay que
joder con un Tax hambriento.
—Entonces dime.
—Bueno tal vez, sólo taaaallll vez, podría entender por qué
Backstreet ha vuelto, ¿De acuerdo?
Y ahora, estoy aún más seguro que tengo que decirle lo que siento.
Capítulo 20
Mia
Ha pasado una semana desde que Tax vino a mi casa, mostró una
pizca de su humanidad, y luego dijo la cosa más cruel que alguna
vez me ha dicho, pero sé que lo está haciendo porque sintió algo; sé
que está pretendiendo que solo me ve como su víctima. Me metí bajo
su piel tanto como él se metió bajo la mía y no puede manejarlo.
Por lo que marcho hacia Alea con mi cara de póker puesta, lista
para ser follada por el campeón mundial de las folladas, pero estoy
cansada de tratar de ver en él algo de humanidad que no quiere que
vea.
5:15am
5:25am
5:30am
¿Estoy rota? ¿Es por eso que no importa en cuantas citas estuve,
no importa cuán guapos parecieran los chicos, ellos nunca
mantuvieron mi interés? ¿Significa esto que estoy destinada a
sufrir?
Mis más sinceras disculpas, Mia. Te veo en unos días y cuida tu boca.
5:10 am
5:20 am
5:35 am
Él me plantó. DE NUEVO.
Espero una rápida respuesta, pero no hay nada. Silencio total. ¿Ha
terminado conmigo?
Pero las cosas no están funcionando para mí. No soy un idiota, leo
a las personas increíblemente bien; así es como he sido capaz de
destruir las vidas de todos los que han destruido la mía y sin ayuda
de nadie he borrado una ciudad entera fuera del mapa.
Estoy estacionado al otro lado de la calle del bar que tiene la amiga
de Mia, Tiff, en la calle Water. Parece que habrá una gran fiesta,
aunque hay una inusual larga fila afuera de la puerta, Mia entra
directo.
Llamo a Rex.
—Siempre, hombre.
Tengo una colección de culos a los que puedo acudir. Esas mujeres
están buenas como el infierno y dispuestas a hacer lo que sea,
donde sea. Ellas no hacen preguntas, ellas entienden que no hay ni
una jodida oportunidad de conseguir algo conmigo más que una
buena follada. Pero donde sea que me ponga caliente, lo cual es la
mayor parte del tiempo, miro la lista de contactos en mi teléfono y
aparece ese sentimiento que creo las mujeres sienten cuando dicen
que no tienen nada que ponerse y tienen un closet lleno de ropa.
Mi polla se mantiene susurrando: El coño de Mia. El coño de Mia,
por favor.
—Rex.
—Especifica “acercándose”.
—Bueno, ella está de pie en una de esas mesas altas y parece que
él le trajo una bebida. No te puedo decir si ella está interesada o no.
¡Oh espera! Él acaba de poner su brazo en la cadera de ella, pero
ella como que da un paso a un lado.
Camino directo hacia allá, a pesar que no vengo al bar de Tiff por
obvias razones, cualquier gorila que sabe alguna maldita cosa sobre
esta ciudad, comprende que no debe detenerme.
Miro hacia la gran multitud y sonrío. Estoy tan feliz por Tiff, el bar
luce increíble, ella quería remodelarlo desde que heredó el bar
Cuddy hace algunos años atrás. Aún se siente acogedor, es la clase
de lugar donde puedes pasar el rato con tus amigos después del
trabajo, pero puede convertirse rápidamente en un lugar moderno
de fin de semana con algunas luces creativas.
¡Oh mierda!
—Jódete…
Tan pronto como Tiff está fuera del alcance del oído, le grito. —¿Qué
estás haciendo aquí?
—No puedes salir con nadie más, pensé que eso estaba claro.
—Eres una perfecta pequeña puta, pero eres mi jodida puta. —dice,
empujándome hacia abajo en una posición de rodillas mientras
saca su sólida polla, reprimida debido a su propia testarudez.
—Eso significa que ningún maldito hombre te toca excepto yo.
Escupe en mi polla, quiero oírlo. —Ordena. Yo sigo sus órdenes
juntando mi saliva en mi boca y escupiendo en su punta, entonces
uso mi mano para suavizar la humedad de arriba hacia abajo en su
eje. Él golpea su mano contra la pared detrás de mí y tira su cabeza
hacia atrás con desenfreno mientras yo me lo meto completamente
hasta la garganta, ahogándome en él.
—¡No quise decir eso! Lo que quiero decir es que es nuevo y solo
estoy tratando de mantenerlo en privado.
—Bueno, está bien. —dice Tiff—. Así que…. Ahora que no es privado
¿Cómo se conocieron ustedes dos?
—Compré Alea y tomé un papel silencioso así que trabajo con Mia
mientras ella maneja la compañía.
—¡Sí! —digo aliviada que todo esto se arregle mucho mejor de lo que
había imaginado.
Esa declaración está tan cargada y esto de tocarme sin sexo está
haciendo a mi mente dar vueltas en círculos.
—Ella tiene un lugar en Alea por el tiempo que desee. Con ella en
el timón, siento que estoy en buenas manos. Todo el mundo siempre
tiene cosas amables que decir sobre Mia, —dice Tax—, y estoy
dispuesto a creerles.
Okey, ¿Él me está hablando indirectamente? ¿Está intentando
agradarme o es pura mierda?
—De todos modos, tenemos que ponernos al día has sido como un
fantasma, temía que no vinieras esta noche.
Vuelvo a girar y miro hacia sus ojos, están caídos; él también está
sintiendo el alcohol. Quizás pueda llegar a él, quizás sus defensas
se debiliten. Diablos, estar aquí ahora mismo y de esta forma, es
un gran avance.
Sus ojos están oscuros, pero no es con deseo ni odio esta vez. Están
casi sonriéndome.
Besarla ha sido la cosa más tonta que he hecho hasta ahora. Si, la
he dejado besarme en la agonía del sexo, pero nunca lo había
iniciado. Siempre estuvo claro que le estaba haciendo un favor, que
yo nunca quise o lo necesité realmente. Permanecer lejos durante
más de una semana resultó contraproducente, yo sólo la deseaba
en todos los sentidos, no podía contenerme, quería tomar cada
parte de ella que pudiera, incluyendo sus deliciosos labios.
—¿Dónde es eso?
—Creo que lo sabes Tax. Tú sabes todo sobre mí. —dice, arqueando
una ceja.
—¿Lo extrañas?
—Sentí como si tuviera que ser de cierta forma para encajar, pero
tan pronto como tuve la oportunidad de salir, me fui. Nunca lo
extrañé. La única persona que me conectaba con el pueblo era mi
papá, pero él venía aquí a visitarme porque creo que incluso él
quería un descanso de ese lugar. Lo extraño muchísimo. —dice, sus
ojos a la deriva con sus pensamientos—. Fuimos todo lo que el otro
tenía por tanto tiempo y ahora… supongo que estoy sola.
—No estás sola… —me mira con expectativa—, tienes a Tiff. —Ella
mira hacia abajo de nuevo. Dale un poco y toma mucho más.
—Tax ¿Cuándo vas a decirme que crees que te hice para merecer
esto?
—Algunas veces miro a tus ojos y veo algo familiar, algo cálido, y
me hace preguntarme si te hice algo, si te herí de cierta manera que
no me di cuenta. Pero lo que sea que hice, de verdad espero que
pienses en eso y te preguntes si vale la pena, porque lo que sea que
hice, nunca fue mi intención lastimarte. No me gusta lastimar a las
personas, Tax. Incluso ahora, debería odiarte pero no puedo. No
tengo eso en mí.
—Mierda. —digo.
—Le pasa hasta al mejor. —digo. Ella bebió casi tanto como yo, me
sorprende que esté consciente—. ¿Necesitas estar aquí?
Mia descarga el inodoro y trata de volver a sus pies, así que la subo.
Hace gárgaras con un poco de enjuague bucal y luego se detiene en
el lavabo por un segundo, como si estuviera tratando muy duro no
vomitar de nuevo. —Gracias. —Balbucea.
Mia esta pálida y temblorosa, así que en vez de caminar lento fuera
del baño, yo la cargo. Es más fácil para ambos de esta forma. Hace
un ronroneo de gatita mientras se acurruca en mi cuello.
Calidez. Esa maldita calidez está ocurriendo de nuevo.
—Puedo pensar muchas cosas sobre ti Mia, pero que eres asquerosa
definitivamente no es una de ellas.
—¿Alcoholismo?
—¿Café? —pregunta.
» ¿Huck no tuvo una esposa, hijos… una hija… una hija, después
de lo que me hizo? ¿Cómo podía incluso mirarla a los ojos? ¡Tener
una hija y ser un papá no hace que lo que hizo desaparezca! —Jude
gruñe.
—¡Y yo nunca tendré hijos! —Ella grita. Lagrimas rodando por sus
mejillas, recordándome la deuda, de todo lo que le deben a Jude y
de lo que yo le debo a ella.
Observo a mi hermana y recuerdo que hubo una vez en que ella era
inocente hace mucho tiempo atrás. Pero ahora, ella es una cáscara
vacía, estéril, y ella no se detendrá hasta que cada persona que
tomó su pasado y su futuro se haya ido y Mia está en la cima de la
lista, Jude siempre ha estado enfocada en conseguir venganza, pero
nunca ha estado tan amargada y podrida como lo está desde que
fallé en matar a Mia. Creo que nunca dudó de mi compromiso, pero
ahora lo hace. Eso la está haciendo desesperarse. Jude y yo
solíamos divertirnos juntos; reíamos, hablábamos, éramos el
confidente del otro pero este retraso en matar a Mia, la ha
conducido a un lugar mucho más oscuro, y cuanto más insiste en
que siga adelante, más dudas tengo. Ver a mi melliza tan
desesperada y ciega por venganza, es como poner un espejo a mis
propios motivos. Eso es lo que soy. Es posible que se oculte bajo
una actitud tranquila, pero ese odio oscuro es quien soy.
Pero sé que mi hermana aún está allí y la razón por la que ella está
tan enfadada es porque hace mucho tiempo, mi ingenuidad la puso
en peligro. Necesito encontrar una forma de hacer lo correcto para
todos nosotros.
—¿Cuándo no lo está?
—Jude es mi hermana. Toda esa jodida mierda que vemos, todo ese
dolor que tiene, es porque se metió en mi mierda y en la mierda en
la que crecimos. Siempre me ha apoyado. Nuestra ira nos ha
alimentado, no puedo darle la espalda porque ahora su rabia es
inconveniente.
Hemos cobrado casi todas las deudas que teníamos: Los sueños de
la NFL de Tripp se hicieron añicos después que manipulamos su
coche y se metió en un mal accidente en la universidad, Tucker
murió como pasajero en ese accidente. Debido a la posterior
depresión de Tripp, nadie cuestionó su posterior suicidio. El pedazo
de mierda de su papá, murió de un ataque al corazón ya que le
dimos una inyección de succinilcolina, después que su hijo y su
marido fallecieran trágicamente, seduje a la madre de Tripp. Estaba
demasiado devastada y perdida para dirigir Pettit Metals por su
cuenta, así que lentamente me hice cargo de la compañía y
finalmente la convencí que me hiciera el único heredero de su
fortuna y que me diera un poder notarial. Eso tomó dos años
miserables de mi vida, follando esa vieja bolsa para poder conseguir
sus millones. Cuando ella murió, también gracias a un ataque
cardíaco provocado por una jeringa, vendí toda la red de fábricas
Pettit, excepto la de Clint, esa la liquidé y la cerré por rencor. Yo
solo destruí ese pueblo, un agujero de mierda. Huck y los otros
chicos, nos encargamos uno por uno de varias maneras sutiles,
formas en que no podían ser conectadas: Un desafortunado
accidente aquí, una enfermedad o desaparición por allá. Una
década de mi vida se ha dedicado exclusivamente a vengar una
noche.
—Lo sabes mejor que yo, pero ¿de verdad crees que ella es así de
cruel? La he estado vigilando por años, siguiéndola, mirando a
través de su mierda. Nunca sentí como si estuviese observando a
alguna perra de sangre fría. Ella es tranquila, trabaja duro, ella es
amorosa.
—Solo te estoy dando mis opiniones. Haz lo que quieras con ellos,
pero Jude está mordiendo el anzuelo. Así que, si vas a tomar la
decisión hazlo pronto o la mierda va a explotar. Ella es como un
barril de pólvora. —dice Rex, tirando su cigarrillo medio fumado al
suelo—. Muy bien, voy a encontrar a Jude y hacer que entre en
razón.
Sin embargo, funciona. Cada vez que está enojada conmigo, Rex
ayuda a calmarla y la convence para que me dé espacio. Razona con
ella. Mierda, supongo que hace eso por mí también.
Rex sale del balcón sin decir otra palabra, dejándome solo para
contemplar mi próximo movimiento. Necesito comprar algo de
tiempo.
Ahora esperemos.
Capítulo 24
14 Años Antes
Todo parece estar bien por fuera. Todos los días me siento en la
cafetería y escucho a mis amigos hablar sobre sus grandes
problemas: qué va a hacer el equipo de animadoras, a Huck le gusta
Jessica, o cuánto ellos odian lo que sea que Sara Toms está usando.
En el exterior, soy mi yo habitual. No me gusta arrastrar a la gente
en mis problemas personales, pero esta semana ha sido muy dura.
Mi mamá se puso muy enferma, esto ya ha sucedido antes, ella
toma un mal camino y luego se recupera milagrosamente, y estoy
segura que sucederá de nuevo, pero no puedo dejar de pensar en
ella cuando estoy en la escuela.
Pero hoy, parece que va a ser más que un hola de paso, por cómo
viene hacia mí con un claro propósito. Quizá él quiere preguntarme
algo sobre el proyecto.
—Es… ehhh…
Siento una palmada en mi culo y salto. Es Tripp. —¡Odio cuando
haces eso! —digo, él mira fijamente hacia Sil.
Resopla. —¿Quééééé?
—Como sea.
—Mia.
—Sí, adiós.
Han pasado solo un par de días pero anhelo su fuerte toque, sus
suaves labios, su aliento cálido contra mi cuello, su esencia
masculina. Pienso en su vigoroso cuerpo musculoso y cuan seguido
lo esconde de mí, solo para hacerme desear más.
¿Por qué me hago esto a mí misma? A pesar que este hombre está
tratando de deshumanizarme, yo continúo buscando humanidad
en él.
Algo sucede cuando estoy con Tax, no tengo que ser tan perfecta o
tener todas las respuestas. Todo el mundo me ve como una persona
que lo tiene todo resuelto. Cuando mi madre falleció, estuve tan
preocupada tratando de parecer perfecta que apenas les mencioné
a mis amigos que ella estaba enferma. Siempre he mantenido un
aura de estabilidad, temerosa de proyectarme vulnerable, pero sé
que necesito a alguien que me quiebre y me permita ser débil. Tax
no me da otra opción; con él puedo ser un desastre así como obligo
a Tax a sentir, él me obliga a aceptar mi naturaleza imperfecta. Ser
perfecto requiere de un bloqueo extremo. No puedo estar demasiado
alegre, emocionada o sexual y esto significa una vida de monotonía.
Cuando estoy con Tax, soy un perfecto desastre y ya no me cierro a
nada. Me convierto en una persona viva. Por mucho que lo odie, soy
mi versión más honesta cuando estoy con él. Su aura dominante
toma el aire de una habitación; con sofocante pretensión.
Esta noche, tengo puesto un vestido rojo pasión con un top de tiras
cruzadas al cuello y una espalda baja, se detiene justo a unos
centímetros por encima de mis rodillas. Dejo mi pelo suelto, pero
me hice algunos rizos largos aquí y allá para un poco de volumen.
Completo el estilo con tacones de tirantes negros que tienen un
detalle de cadena de oro en la correa del tobillo. Algunos miembros
del equipo van hacia la barra por bebidas, pero Laney y yo vamos
hacia la mesa, ni siquiera quiero ver una copa de vino por el
próximo mes.
—Sí… no… ¡espera! Oh Dios mío, Oh Dios mío. Actúa normal, creo
que está viniendo para acá; actúa casual. —dice, sentada y
metiendo un poco de pelo detrás de su oreja.
Las luces se vuelven tenues y todos toman sus asientos. Hay una
ronda de silenciosa presentación mientras los otros miembros de
Alea llegan a la mesa.
Dejé salir una ráfaga de aire que llama la atención de Laney. Mierda.
—El señor Draconi quiere discutir algunos asuntos conmigo. —
digo, rodando mis ojos, como si fuera un inconveniente—. Vamos a
salir por un momento.
Me inclino hacia Tax. —Me voy al bar del hotel. Asumo que
necesitas unos minutos antes que te levantes. —Me levanto con
confianza, saliendo con un balanceo en mis caderas.
Ve a nuestra habitación.
—Di mi nombre.
Mi centro hormiguea con las réplicas del trabajo de Tax, pero esto
no ha terminado aún, sensible por correrme, él me guía hacia abajo
en su sólida polla y dejo salir un grito ahogado de placer. Su polla
me llena, golpeando tan profundo dentro de mi útero, casi al borde
del dolor. La cabeza de su polla se frota contra un punto sensible
dentro de mí, como si nuestras partes hubieran sido diseñadas para
encajar perfectamente.
—Mia, tus tetas son hermosas. —Él gruñe. Tax corre la punta de
su lengua a lo largo de un pezón y luego muerde y tira con dureza
con sus dientes. Grito mientras él lo sigue chupando, como si
estuviera curando el dolor—. Fóllame, Mia. —Me ordena—. Duro y
sucio. Sé cómo te gusta.
Con la otra mano, me pega tan fuerte en el culo que peleo contra él.
—Mia, fóllame. Muéstrame quien eres. —Me balanceo arriba y abajo
en su polla, gruñendo por el erótico dolor debido a las
profundidades que él alcanza. Me nalguea de nuevo sin restricción
alguna. El punto donde su mano cae pulsa con fuego—. Sé que
quieres esto. Te gusta cuando te lastimo. —Otra bofetada, tan fuerte
que gruño de forma inusual.
Tax aún está aquí y creo que se quedará. El llamó esto nuestra
habitación. Me siento en el sofá, me envuelvo en una manta
mientras Tax mira por la ventana en toda su asombrosa desnudez.
Absorbo la vista. Después de todo el sexo que hemos tenido, él
nunca se había despojado de absolutamente nada antes.
Tax viene al sofá con dos copas y una fresca botella de Prosecco. Se
sienta a mi lado y sirve una copa para cada uno.
—Si quieres que los caliente, todo lo que tienes que hacer es
preguntar.
Dice que quiere más, pero no creo que sepa cómo definir más. Tengo
que tener agallas para mostrarle lo que es, incluso si ataca.
Mira sobre mí, con sus ojos marrones reflejando las luces de la
ciudad. —Lo sé. —Lo dice tristemente, como si mis palabras fueran
trágicas—. ¿Por qué? —pregunta.
Él no lo entiende.
—Pienso que crees eso de ti mismo, creo que por eso me dijiste una
vez que no puedes recibir amor, pero yo no creo eso sobre ti.
—Mia, tú no sabes nada sobre mí. —Él me ha dicho eso antes con
desdén, pero ahora, está lleno de abatimiento.
—Entonces, dímelo.
—No puedo.
—Basta, Mia.
—¿Entonces, cuándo?
Suspiro.
—Mia, confía en mí cuando digo que hay razones que algún día
entenderás. Estoy tratando de protegerte.
—Lo sé.
—Un amigo me tendió una trampa. —dice, la dura frase deja claro
que no dirá nada más.
—¿Qué?
—No.
—Porque hemos…
—Lo sé.
Recuesto mi cabeza en su regazo, frotando mi nariz en el olor de
nuestro sexo que permanece en su ingle. Me presiono con la
esperanza de meterme bajo su piel como él se ha metido bajo la mía.
Que va en contra de sus instintos la forma en que me ha hecho ir
en contra de los míos.
—Yo también.
Capítulo 27
14 Años Antes
Casi me acobardé y me convertí en una gallina hoy, estaba muy
nervioso de la reacción de Mia por la carta. Ya debe haberla leído,
sabe oficialmente lo que siento por ella: que creo que es una
persona hermosa y que se merece algo mejor que el gilipollas con
el que está ahora, aunque eso signifique no estar conmigo.
Querido Sil,
Con amor,
Mia
Sabía que este día sucedería, se había hecho evidente que mi madre
nunca se curaría pero como por arte de magia, cada día seguía
estando ahí. Se enfermaba y volvía, supongo que estúpidamente,
pensé que seguiría luchando por mí. Pensé que tal vez podría
querer vivir para que yo no tuviera que estar sin ella.
Trato de mantenerme firme cuando escucho la noticia. Todo este
tiempo, no quería que nadie se compadeciera de mí. Nunca hablé
con mis amigos sobre ello. Mi padre estaba tan estresado con el
trabajo y mi madre, que no quería que se preocupara por mí y mi
mamá, lloré una vez en sus brazos cuando me dijo por primera vez
que estaba enferma, pero después de eso, tratamos de hacer felices
todos nuestros recuerdos.
Hoy vivo en uno de esos libros trágicos. No hay luz del sol aunque
el sol arda con fuerza, no hay risas aunque la sala esté llena de
adolescentes tontos. Hay un agujero. Es un agujero que nunca
puede ser reemplazado. Nadie será tan maravilloso y especial como
mi madre. Nadie más se quedó conmigo por la noche cuando estaba
enferma, nadie más hizo mi disfraz de Halloween desde cero para
que fuera la chica más fabulosa de la ciudad, nadie más besó mis
heridas e hizo desaparecer el dolor. Nadie hizo el mejor espagueti
del universo, porque lo hizo con su ingrediente especial: el amor.
Su amor se había ido. Sí, todavía vivía con él en mi corazón pero
nunca lo sentiría en su abrazo, nunca lo escucharía en sus
palabras. Ella no existe. Es tan definitivo. Nada en la vida debería
ser tan definitivo.
Miro el reloj de la mesita de noche. Son casi las 7:30. Mi lado sádico
se deleita al verla revolverse entre su equipaje.
—Tengo que estar abajo a las ocho —dice, saltando por encima de
la ropa que sacó de su equipaje de camino a la ducha.
—No se ve bien.
Por un momento sentí que éramos una pareja normal, que no tengo
que luchar constantemente con el deseo de castigarla y follarla. O
luchar una batalla más aterradora: querer castigarla o querer pasar
tiempo con ella.
Estoy haciendo esto por ella. No puedo vivir con que Jude no se
recupere nunca. Soy responsable de quién es ella hoy. Hice un voto
a Jude. Incluso si pudiera romper mi promesa, Jude nunca la
aceptaría. La única forma que Mia esté a salvo, fuera dejarla
embarazada o matando a Jude. Y eso no va a suceder. Sólo hay una
cosa que puede hacer que Jude mire más allá de la ira que siente,
la única cosa con la que se ha obsesionado todos estos años: un
niño.
Eso es lo que me jodió de Mia. No era sólo que el sexo fuera genial,
había tenido mi cuota de mujeres hermosas. No, fue lo que sentí
durante el mismo... bueno, más que nada. El lado que me hizo
perder la cabeza por ella, todavía pensaba en Mia. Incluso sabe
diferente, como si la química de su cuerpo me atrajera hacia ella.
Sí, soy un imbécil por sacar ventaja, pero sé que la moja cuando
ejerzo poder sobre ella. Así que, yin yang o alguna mierda.
¿Es seguro para mí bajar la guardia? ¿Al menos esperar que siga
aquí más tarde como dijo que haría? Hay tanto progreso que debe
hacerse, pero anoche fue un Tax diferente. Seguía siendo feroz, pero
feroz con el deseo, no sólo con el desprecio.
Puedo decir que su corazón está pesado por algún tipo de batalla
interior. No tengo la menor idea de lo que podría ser. A pesar de
toda la emoción que he envuelto en este hombre, todavía no sé casi
nada de él.
Pero, hay algo que creo que ambos comprendimos anoche. Ninguno
de los dos tiene elección. Cuando estamos juntos, la energía es
cósmica: cuando estamos separados, sólo podemos pensar en la
próxima vez que nos encontremos. Lo que sea que pase entre
nosotros es inevitable. Todo lo que puedo hacer es prepararme para
nuestro impacto.
—¿Está casado?
Le hago saber a Laney que tengo reuniones con Draconi Corp por
el resto de la tarde y que me llame si necesita algo. No estoy siendo
irresponsable, ¿cierto? ¡Estoy delegando!
—El lugar está cerca, —dice Tax, empujando hacia atrás un mechón
suelto de mí cabello. Me muevo nerviosamente y reviso el perímetro
para asegurarme que nadie que conozca nos vea.
Este hombre.
—Es posible que ahora tenga hambre de algo más que de comida,
—digo sin aliento.
—Quítate la ropa.
—Sí, pero...
Agarro el elástico y tiro hasta que mi cabello cae por los hombros y
la espalda. Deslizo mis pulgares en la cintura de mis bragas.
—No. Quédatelos.
—Porque quiero todo de ti, no sólo esto. Lucho contigo porque estoy
luchando contra mí misma, porque siempre me he sentido mal por
querer estas cosas, pero tú me permites tener estas cosas sin la
culpa. Si siempre me rindo, si no lucho, entonces eso significa que
es todo mío. Significa que estoy enferma.
—Nunca me llames así maldita sea, —dice con fuego en sus ojos,
lanzando su dedo hacia mí—. Siempre tuviste una maldita opción.
Me rogaste que te follara la primera noche. —Él se aleja de mí con
ira.
—No quise decir eso. Quiero decir, no quiero decirlo en serio. Pero
eso significa que tienes que demostrarme lo contrario. Hay una
razón por la que acabas de estallar con esa palabra, porque cuando
te ves obligado a enfrentarte a las cosas, arremetes contra ellas.
Claramente lo que dije resuena, de otra manera no te habrías
enojado tanto.
—Mia, no tienes ni puta idea de lo que estás hablando. —Las venas
de sus antebrazos sobresalen cuando tensa los puños—. No tienes
ni idea de lo que esa palabra significa para mí.
—Entonces dime.
—No vuelvas a llamarme así. —Su tono sigue siendo firme, pero hay
algo más suave debajo. Es casi como si estuviera preguntando en
lugar de decir.
Desearía tener la fuerza para dejarla ir, pero cada vez que lo intento,
me suplica y no puedo resistirme a ella. Debería de exponer el video,
arruinar su carrera y su vida. Entonces podré trabajar para
convencer a Jude de que ese es suficiente pago. Pero conozco a
Jude, eso no será suficiente. Al igual que la lesión de Tripp no fue
suficiente. Es la muerte o la vida. Elijo la vida. Así podré finalmente
tener a mi hermana de vuelta y quedarme con Mia también.
—Entonces... ¿Rex?
—Es tu hermano.
Veo a Tax hacer una serie de cálculos mentales antes que diga algo.
Espero que esquive mi pregunta. Me está dando más de su tiempo
y atención pero en cuanto a la información sobre quién es, sigue
siendo muy codicioso.
—Nos conocimos en la calle, —dice, aclarándose la garganta.
—Vivía en la calle.
—Eso debe ser agradable, tener a alguien con quien puedas estar
tan cerca. Soy hija única. Mi madre me tuvo cuando era joven y
siempre me prometió un hermano, pero luego se enfermó.
—¿Cómo se llama?
—Judith Ann.
—Me gusta esto —digo, envolviéndolo con mis brazos por detrás,
respirando profundamente su olor, su calor—. Aprender sobre ti.
—No estoy seguro que eso sea un cumplido, —dice con media
sonrisa. Oh, cómo me encanta cuando comparte su sonrisa.
Tax
In This Moment – Sick Like Me
Lo sé, estoy jodido. Hay veces que puedo dársela de una forma
menos que salvaje, pero hay días como este, en los que se acumula
tan rápidamente como una inundación repentina, y sólo puedo
expresarlo haciéndola pedazos.
Se curva hacia mí, como la primera noche que la tuve en esta casa.
Mi polla palpita con necesidad mientras recuerdo las imágenes de
mi polla deslizándose en su coño, como mi propio porno personal.
—Suplica.
—Me vas a sentir durante días Mia. Cada vez que te muevas en tu
asiento, te toques para limpiarte, vas a recordar que soy dueño de
tu coño. Soy dueño de esas malditas tetas. Es mi semen el que te
llena.
Ella llama a Dios, y sé que está cerca. Miro hacia abajo y veo mi
polla entrar en ella una y otra vez, y la forma en que brilla con su
crema espesa por la excitación. Ser un mirón de mi polla
hundiéndose en su coño, viéndola florecer para mí, como una flor
rosada. Los labios hinchados y maltrechos recibiéndome con tanto
entusiasmo, me lleva al límite.
Gruño mientras me sumerjo en ella tan profundamente como
puedo, mi polla palpita con violento placer, liberándose en su coño
mientras sus paredes se contraen a mí alrededor. Agarro la
alfombra debajo de ella, queriendo arrancar algo en pedazos
mientras su coño me arranca el esperma de mi polla.
Capítulo 30
Tax
Nos tumbamos en el suelo sobre la alfombra arrugada de Mia. Esta
cosa debe tener más fluidos corporales en este punto que una cama
en el Motel Local 9.
—Tú también —le digo, frotando su suave coño—. Creo que es tan
jodidamente caliente que te acuestes aquí con mi esperma todavía
dentro de ti.
—Todo un partido.
—No creo haberte dicho esto todo el tiempo que nos hemos estado
viendo, pero es algo que me impresionó de ti. No importaba lo que
estuviera pasando, eras resiliente. Aparecías en el trabajo todos los
días y dirigías una compañía multimillonaria. Nadie se habría dado
cuenta que podrías estar pasando por algo. Eso requiere una
enorme cantidad de aplomo.
—Rumano.
—¿Oh?
—Sí, pero creo que sólo era la mitad, porque su apellido era
aburrido. Creo que era James.
Ella lo recuerda.
—No me suena a rumano.
—No, creo que fue sólo su madre. Su nombre de pila, sin embargo...
era algo más exótico... bueno era Sil... pero era la abreviatura de
algo. Sil... Silvo... ¡Silvio! Eso es: Silvio James. Siempre se llamaba
Sil. Éramos compañeros de laboratorio.
—La última vez que lo vi, me dio lo que creo que eran notas de
laboratorio pero las perdí como una idiota. Creo que se me cayeron
del bolsillo de camino a casa. De todos modos, el día siguiente fue
el día en que mi madre murió inesperadamente. Bueno, sabíamos
que estaba enferma pero no pude despedirme ni nada. En realidad,
lo recuerdo vívidamente, porque no se olvidan esos momentos.
Estaba caminando por el pasillo y lo vi a lo lejos. Iba a decirle que
había perdido las notas y a disculparme, pero la directora me llamó
a su oficina y mi padre... estaba allí con esa mirada en su cara... y
supe... —Su voz tiembla mientras revive ese momento.
Oh, mierda.
Fui un idiota al pensar que Mia querría algo más una vez que
supiera la verdad. Me odiará a muerte. Incluso la "verdad" que
planeaba decirle tendría que ser una mentira. Nunca le iba a contar
mi plan de matarla, cambiarle los anticonceptivos, y lo único sobre
todo que nunca podría mirar al pasado. Si le decía eso, me querría
muerto.
Se merece algo mejor que yo. Se merece algo mejor que un psicópata
como novio y padre de su hijo. Merece algo mejor que su útero para
satisfacer los impulsos maternales de una mujer dañada y
vengativa. Necesita la vida que tenía antes que yo entrara en escena
y lo arruinara todo.
Necesito liberarla.
¿Es posible que Tax pueda ser todo lo que necesito en un hombre?
Tiene el fuego que me quema y me despierta. Eso era lo que había
estado buscando, y es tan singularmente difícil de encontrar. A
todos se nos dice que debemos apagar ese lado de nosotros.
Pero necesito más que eso. Necesito saber que me ve. A pesar de
todos los impulsos que podamos tener, no quiere hacerme daño. Es
un baile de apareamiento, lleno de dientes rechinando, gruñendo y
mordiendo. Pero cuando todo termine, necesito una persona que
me proteja y cuide de mi bienestar como yo lo haría con él.
Sentí que siempre estaba ahí. Ese indicio de algo más que la rabia
sexual animalista. Se preocupaba, pero no quería hacerlo. Ahora
sin embargo, se está volviendo menos codicioso con eso,
arriesgando su cuello por otra bestia que podría arrancarle la
yugular. No tengo ningún poder sobre él como él lo tiene sobre mí,
pero si le importa, podría quebrarlo de otras maneras. Pero no
quiero quebrarlo, quiero construirlo. He encontrado una conexión
que es casi imposible de encontrar y quiero mejorarla. Ya no me
importa cómo llegamos aquí, sólo me gusta hacia dónde vamos y
significa, que estoy dispuesta a dejar ir esas circunstancias si las
cosas van como espero. Es un hombre malo y creo que puede
convertirse en una versión de un hombre bueno. Pero si quiero un
hombre malo, entiendo que tendré que aceptar algunas cosas
malas.
—Bien...
Esto es algo bueno. Esto es lo que quería. Entonces, ¿por qué siento
mi pecho como si Tax lo hubiera pateado?
—Hay algo más que está pasando aquí... —No quiero parecer
desesperada, pero es difícil contener el revoloteo que viaja de mi
corazón a mi estómago —. Dijiste... dijiste que no irías a ninguna
parte. ¿Recuerdas? ¿En el barco? ¿Se suponía que estaríamos aquí
el uno para el otro? El video era el último recurso. Acordamos que
el chantaje ya no importaba porque ambos no íbamos a ninguna
parte.
—No te creo. ¿Cómo podría haber cambiado algo desde que llegaste
aquí? ¿Recibiste algún tipo de mensaje psíquico? Estabas aquí
acostado conmigo, hace unos minutos, todo estaba bien.
—Mia, he venido aquí para follarte una última vez. Ya sabía que te
liberaría pero quería usarte de todas formas. Te usé. Quería invadir
tu casa y entrar en ti una última vez porque esa mierda me excita.
Te prometí que te haría daño. Te lo prometí, Mia. No me escuchaste.
Te lo advertí.
Lo odio. Lo odio tanto por hacerme esto. Por hacer que me convierta
en una bestia solitaria. ¿Cómo podría seguir sin él? ¿Cómo podría
tener sexo con otro hombre? ¿Ir a una cena poco convincente con
otra cita en línea? ¿Cómo podría pretender ser como todos los
demás después de estar con Tax? Es como no poder volver a
saborear, oler de nuevo. Cuando Tax se fuera, se llevaría esas cosas
con él. Mi mundo se volvería aburrido otra vez.
—Ya no es relevante.
—Mia, nunca hubo una deuda. Te vi, te quise y te tuve. Pensé que
sería divertido joder contigo mientras tanto.
Abre la puerta, sale y deja que se cierre detrás de él. Así de fácil.
Se ha ido.
Tax
Nine Inch Nails -Only
Nunca antes había sentido eso. Cuando era niño, soltaba cosas que
otras personas consideraban duras o inapropiadas. A pesar que me
molestaron o golpearon, no traté de ser alguien que no era. Nunca
me importó lo que la gente pensara. Hice lo que quería hacer y no
respondí a nadie pero me sentí avergonzado al escuchar a Mia, ya
que ella recordaba débilmente su breve amistad con Sil y todas esas
veces que me ofreció comida, porque sabía que yo tenía hambre y
no quería avergonzarme. Que vio más allá de mi exterior, diseñado
para aislar e intimidar. Esa fue la chica de la que me enamoré hace
años, y es la misma persona, no adulterada por un acto horrendo
como yo había pensado. Siempre ha sido la persona que yo
esperaba que fuera.
Y así, supe que tenía que herirla por última vez, para que se liberara
de mí y del lío en el que la he metido. Le diría a Jude que lo dejara
ir, y seguiríamos adelante. No queda nada de esa noche excepto las
cenizas de la devastación que Jude y yo dejamos atrás. Mia podría
ir y vivir una vida normal como si yo nunca hubiera existido. Como
si esa noche nunca hubiera sucedido, porque no le pasó a ella. Ella
no tuvo nada que ver con eso. No tiene ni puta idea.
—¡Jesús Tax! Me has dado un buen susto. —Me abro paso a través
de ella.
—Tenemos que hablar.
Cruza los brazos y suspira. —Más vale que me digas que tu maldito
plan maestro finalmente está llegando a su gran final.
—Oh, vamos, ¿crees que te diría que le tendió una trampa a un par
de niños para que casi los mataran a golpes?
—¡Oh, vamos! Esto suena como una mierda. Suenas como una
teoría de la conspiración. Cuando escuchas huellas de cascos...
Jude y yo nos miramos a los ojos, dos mitades, dos aliados, dos
luchadores, siempre en el mismo equipo, y ahora estamos
desgarrados, dispuestos a alienar la única constante en nuestras
vidas. Ella me mira fijamente a los ojos oscuros como los suyos, y
cuando no cede aprieto mi mano, apretando lentamente mi agarre.
Siempre he visto a Jude como un igual, pero sentir su pequeño
cuello en mi mano me recuerda que es una ilusión. Jude necesita
sentir el agarre de la muerte. Necesita entender que esto no es una
amenaza ociosa. Si le hace daño a Mia, Jude ya no será mi
hermana.
Su cara roja, mojada por las lágrimas me mira con tanta ira y
lástima. ¿Cómo pudo pasar esto tan rápido? ¿Cómo pudieron
odiarme las dos únicas mujeres de mi vida que han importado
alguna vez? Pero Jude ya ni siquiera está ahí. Es como un perro
acorralado, y gruñe mientras las palabras se acumulan en su boca,
casi como si las estuviera probando antes de escupir su veneno.
—¿La amas? ¡La amas! ¡Maldito idiota de Tax! —grita—. ¡Ella nunca
te amará de vuelta! Incluso si pudiera aceptar el hecho que has
matado a Tripp y a su padre, y a Huck, y a Tucker, y a todos esos
gilipollas. Ella nunca aceptará que mataste a su padre!
Jude hace lo que siempre hace, pasa de dar golpes a actuar como
un animal herido que necesita ayuda, aprovechándose de mi
necesidad de proteger a mi hermana, la hermana que no pude
proteger cuando era importante.
—Tal vez no, pero podemos ser mejores que esto, —digo yo,
apartándome el brazo y volviendo a mi coche.
Capítulo 32
Mia
Gnarls Barkley – Crazy
Ha pasado casi una semana desde que Tax salió por esa puerta sin
siquiera decir adiós y nunca nada me ha dolido tanto en mi vida.
Pero he mostrado mi rostro de juego de Mia Tibbett. Nadie sabe de
mi silenciosa y solitaria agonía. Pero con Tiff aquí, no puedo
mantener la máscara por más tiempo.
—No lo entiendo, en el bar sólo tenía ojos para ti... —ella dice—. La
forma en que te miraba, era como si fueras la única jodida chica en
ese lugar.
—Y una mierda. ¿Por qué los hombres tienen que ser tan imbéciles?
Voy hablar con Rex sobre su maldito hermano, —dice.
—¡No! —Mierda, Rex—. Por favor, eso sólo me hará parecer patética.
Puedo manejar esto por mi cuenta.
—No eres tú... —digo—. Sólo estoy hecha polvo. Estaré bien. —
Limpio unas cuantas lágrimas con mi manga.
—Odio verte así. Nunca te he visto así por un hombre, nunca. ¿Qué
tenía él de especial? Sé que es guapo y rico, pero es sólo un hombre,
¿verdad? Hay otros por ahí como él. —Ella está tratando de razonar
y ayudarme a ver que no es el fin del mundo, pero su declaración
sólo amplifica la diferencia entre Tax y todos los demás hombres
con los que he estado.
—¿Qué pasa con Blake? No era él un tipo más para ti. ¿Verdad?
—En ese momento, no. Sabes que pensé que nunca sobreviviría a
la ruptura con ese bastardo, pero los sentimientos se calman. Él no
quería estar conmigo y yo merecía algo mejor que eso; igual que tú.
¡Te mereces el mundo, Mia! Eres una gran persona. Te mereces a
alguien que te aprecie y te ame. Alguien que no te abandone sin
más. —Añade un poco de vino a su vaso—. ¿Quieres más? —
pregunta.
—Lo hiciste. ¡Lo sabía! —dice ella—. ¿Pero cuándo? Tuvo que haber
sido hace un tiempo.
—Era Tax.
—Oh, Dios mío. —Tiff es una chica salvaje. Ha visto muchas cosas
en sus treinta años, pero la mirada de shock y horror en su rostro
es una que no he visto desde que la conocí hace casi una década.
—Oh, mierda. —Es algo que todo el mundo recuerda sobre Tax, y
Tiff entiende la conexión al instante.
—Alea fue comprada más o menos al mismo tiempo, me
ascendieron, y luego tuve mi primera reunión con el nuevo dueño...
temprano cuando nadie más estaba en la oficina...
—Ese enfermo hijo de puta. Mia, creo que voy a matarlo! —dice,
poniéndose en pie.
—Sí. Lo sé. Sólo estoy emocional Mia pero no puedes dejar que se
salga con la suya. Esto es una locura. Todo esto es una locura.
¿Cómo te encontró? ¿Por qué? ¿Es parte de Happy Kitty?
—¿Así que sólo fuiste y le pagaste por algo que no sabías que
debías?
—¿Qué podría haber llevado a esto? ¿Para qué alguien venga a por
ti?
—¿Quieres decir que querías estar con él? ¿La relación era real?
—¿Todo este tiempo has estado lidiando con esto sola? —Tiff
pregunta.
—¿Pero?
Tiff mete sus dedos entre sus mechones verdes. —¡Esto es una
locura! Entonces, ¿por qué te dejó en realidad?
—¡Dime! —ella gime con una voz molesta que sabe que haré
cualquier cosa para callar. La verdad es que quiero decírselo a mi
hermana. Es mi única amiga. Me habla de sus enamoramientos,
que tienden a cambiar cada semana pero creo que debería estar
escuchando. Pobrecita, siempre atascada en la zona de amigos
porque está tan subdesarrollada. Los dos lo estamos. Aún no tengo
vello facial, mis miembros son sólo hueso y piel. Pops dice que
somos desarrollo tardío, que él no se desarrolló hasta los diecinueve
o veinte años, luego se puso musculoso, le salió la barba, le cambió
la mandíbula. Esto es una característica de los James: nos
desarrollamos tarde, pero cuando lo hacemos, explotamos. Al
menos eso es lo que espero.
—¡Vamos Sil!
—¿Cuándo te vas?
—Por eso me voy ahora, para tener tiempo extra para ir en bicicleta.
—No... Yo lo hago. ¡Nadie aquí tiene que levantar un dedo por mí!
Yo sólo hago todo. Pago las cuentas, trabajo pero ambos me miran
como si fuera un don nadie... mierdecillas desagradecidas.
—Te lo bebiste todo. —Digo, tan poco conflictivo como sea posible.
—No, papá.
—¡No me mientas!
Papá se acerca a mí, tan cerca que podría olerme. —¿Por qué tienes
que ir vestido como un maldito loco?
Miro hacia adelante. Es mejor no desafiarlo. Me golpea en la cabeza.
—Respóndeme, imbécil testarudo.
—Nada.
—No.
—Está bien, —dice Jude en pie. Ella ha sido una espectadora hasta
este punto. Normalmente me toca a mí la peor parte del acoso,
porque soy el chico y supongo que le gusta más desafiarme—.
Puedo limpiar el cobertizo. Sólo déjalo ir.
—¿Y qué? ¿Ahora crees que tú eres la que manda bajo mi techo?
—Ahora los dos limpian el cobertizo. Quiero ser capaz de comer del
suelo de esa maldita cosa.
—No, —digo. Es una palabra que no se le dice a papá sin que hayan
consecuencia.
—Sil... tal vez podríamos limpiarlo rápido... —La pequeña voz suave
de Jude razona conmigo desde algún lugar que no puedo ver. No
quiere ver que me hagan daño. Cada vez que papá golpea a uno de
nosotros, es como si lo hiciera con los dos.
—No.
Agarro lo más cercano, la olla en la que hice los frijoles esta noche
y le golpeó. Él se mantiene de pie, erguido. Me balanceo de nuevo,
más fuerte. Me mira en estado de shock, se abre una rendija en el
hueso de la mejilla y empieza a salir sangre oscura. Cae de rodillas.
—Todavía vas a encontrarte con Mia, ¿verdad? Por eso hicimos esto
para que no faltaras, no puedes perdértelo.
—8:17...
—Shhhh.
—¿Mia?
Sigo los sonidos pasando los árboles y las ramas caídas, hasta otro
claro. Las latas de cerveza y las botellas llenan el suelo, docenas de
ellas. El olor del aire es fresco.
Casi una hora pasa sin nada, pero me he preparado para estar aquí
todo el día, he empacado un almuerzo y una lista de reproducción
llena de música. Esto es en lo que me ha convertido Tax; una mujer
loca que sigue a un hombre pero no me ha dejado otra opción. Si lo
dejo ir, la pregunta del por qué Tax entro y se fue, quedará en mi
mente mientras viva.
Oh, Dios mío, soy como ese astronauta que usó un pañal para
conducir a través del país y encontrar a su amante.
Se sintió muy bien contarle todo a Tiff. Después que el shock
desapareciera, prometió apoyarme en todo lo que ella pudiera,
aunque admitió que quiere la cabeza de Tax en un pincho. Le
recalqué que no quería que nadie viniera a rescatarme y que es
importante para mí resolver esto por mi cuenta.
—No.
—¿Quieres que te haga sentir sucia? ¿Te gusta lo sucio? ¿Eh? Soy
destructivo. Mi peligro es real, Mia. Deberías irte y nunca mirar
atrás. Olvida que alguna vez me conociste porque sólo te traeré
dolor. Esto es lo que soy.
—Te mojaste tanto para mí. Mi pequeña zorra, —dice casi con
cariño. Me muerde el hombro y las chispas salen bailando del
lugar—. Si sigues buscando problemas Mia, los tendrás.
Lo anhelo en mis huesos. Apenas ha pasado una semana, pero bien
podría haber pasado un mes. Lo odio, lo deseo y quiero la verdad,
pero ahora mismo sólo lo quiero dentro de mí. Echo de menos que
nuestros cuerpos se fundan en una mezcla de miedo, ira, pasión y
afecto. Soy fuerte, maldita sea. Pero Tax, me hace jodidamente
débil. Conseguiré mi verdad pero su cuerpo húmedo y duro
presionado contra el mío me recuerda que es el único hombre que
puede darme las cosas que quiero.
Mi coño está tan listo que su cabeza se desliza dentro de mí, casi
sin esfuerzo y mis paredes se aprietan, anticipando que su polla
llene el vacío. Aunque el cuchillo todavía se clava en mi cuello, el
dolor se atenúa al darme cuenta del peligro, pero es sólo parte del
juego. No me hará daño. Lo sé.
—Suplica.
—No.
—Me has seguido. Estoy aquí Mia. Te daré lo que quieres joder. Pero
mejor que ruegues por ello.
Tax me mira, con sus ojos marrones decididos, pero las serpientes
a lo largo de su cuello se desvían. Su tatuaje es una señal. No puede
ocultar la tensión en su cuello y lo incómodo que se siente al
alejarse de mí.
—¿Qué te he hecho, Tax? ¿Por qué me odias tanto? ¿Qué hice para
merecer la forma en que me tratas? Me has hecho mucho daño.
Hiciste que me preocupara por ti y luego me abandonaste. ¡Maldito
bastardo! ¡Ni siquiera tienes las malditas pelotas para decírmelo,
imbécil! ¡Hijo de puta! ¡Hazte hombre, joder! ¡Enfrenta el desastre
que hiciste!
Sus pasos se deslizan por la grama pero esta vez el sonido se acerca.
Miro hacia arriba para ver a Tax parado sobre mí, con el agua
cayendo en cascada por su cabeza y hombros.
No es la respuesta que quiero oír. Tengo que saber por qué, tengo
que saber que esto no fue al azar, que hay un significado detrás de
todo esto. Me ofrece su mano.
Pero esta vez, se derrumba sobre mí, jadeando, las cuerdas de sus
músculos se suavizan con el alivio. Ambos necesitábamos sacarnos
eso de encima.
—Me vuelves jodidamente loco Mia. —Es como un poema que sale
de los labios de Tax.
—Lo sé, —dice, sus ojos llenos de temor. Hace un gesto para decir
algo, pero luego vacila.
—Ahora no.
Tax
Sabía que Mia estaba esperando fuera de mi edificio antes que yo
saliera. Tenía el presentimiento que podría aparecer eventualmente
después de su pequeña promesa de averiguar por qué la chantajeé.
Le dije al portero y a los de seguridad que si un auto con su número
de matrícula aparcaba en o alrededor del edificio, me llamaran. Mia
no es tonta. Es amable, pero es tenaz. Le creí cuando dijo que
averiguaría quién soy y por qué entré en su vida.
Pensé que seguir a Mia esta semana haría las cosas más fáciles.
Egoístamente, podría observarla desde la distancia, tomar una
dosis de ella mientras se protegía de cualquier otro drama que
pudiera traer, pero sólo me hizo desearla con una intensidad que
era una tortura: noches de insomnio llenas de deliberación interna,
un dolor implacable en mis entrañas, una polla que no se calmaba.
Intenté hacerle creer que me importaba una mierda. Eso sería mejor
que la verdad, pero ella ve a través de mi mierda y no tiene miedo
de llamarme por ello. Normalmente puedo dejar fuera a la gente, es
un escudo que he usado toda mi vida, pero Mia ni siquiera se da
cuenta del escudo. Corta a través de esa mierda como un soldado.
Sus palabras fueron como balas, cada una atravesando la
armadura que una vez fue impenetrable.
Si alguien tiene una deuda que pagar, soy yo. Ella merece saber
quién soy, qué nos pasó a Jude y a mí, por qué nos convertimos en
lo que somos.
Le diré todo lo que pueda, será feo, pero puede ser suficiente.
Aunque hay algunas cosas que ella nunca puede saber. No se
merece ese tipo de dolor.
—¿Sil? ¿Qué? ¿Sil como Silvio? Eso no es posible ni siquiera te
pareces a él... —dice ella en respuesta a mi confesión, su cara
enmascarada en la confusión.
Miro a un lado, ahora siento que mis ojos son una especie de
vulnerabilidad. No me gusta la vulnerabilidad.
Mis mejillas arden cuando lee las palabras privadas, ahora hechas
públicas para burlas y humillaciones.
—Creo que sí. Parece que has olvidado tu maldito lugar, maldito
raro. —Tripp golpea su pecho contra el mío, y el olor de la cerveza
caliente asalta mi nariz. Me recuerda al hombre cuya cabeza acabo
de golpear con una olla.
Doy unos pasos atrás y me golpeo con una pared. Me doy la vuelta
y veo que es Tucker. Tripp y sus amigos son todos mayores. Todos
juegan al fútbol y Tucker solía jugar cuando estaba en el instituto.
Aunque todos tenemos la misma altura, cada uno de ellos me
supera por lo menos en 40 libras.
Jude trata de ponerse en pie y Huck, con sus seis pies, la agarra.
Ella patea y grita mientras él la aleja.
Quiero decirle que se detenga, pero cada vez que hablo, me ahogo
con sangre y saliva.
Esto no puede estar sucediendo. Esto debe ser una pesadilla. Esto
no sucede en la vida real. Sólo en las películas. Tripp y Tucker son
malos, pero nadie es tan malo.
—No, —digo, tratando de llegar a mis pies. Cada vez que levanto
una parte del cuerpo del suelo, me derrumbo. Mi caja torácica se
siente como si diez cuchillos se clavaran en ella con cada
respiración. La sangre y la saliva cuelgan de mi barbilla,
balanceándose como un péndulo con cada movimiento.
Reúno todas las fuerzas que me quedan para atacarlos a todos, pero
con un solo tirón, simplemente me derrumbo encima de Tripp.
No me queda nada.
Nunca pensé que la vida fuera justa. Lo aprendí desde muy joven.
Pero hoy, aprendí que la vida es cruel. No es casualidad. Se dirige
a algunas personas. Gente como Tripp y Tucker viven con
impunidad. Tienen dinero, chicas y padres que se preocupan por
ellos. La gente como Jude y yo somos olvidados. No, somos peores
que olvidados. Somos los juguetes del destino. El destino es una
perra cruel y cuando pone sus ojos en ti, no puedes escapar de sus
planes.
—Siento mucho que esto te haya pasado. Pobre Jude... —Mia dice,
ahogándose en más lágrimas—. No entiendo cómo pudieron salirse
con la suya, —dice, sacudiendo la cabeza con incredulidad.
—No puedo creer que haya salido con Tripp, ese asqueroso pedazo
de mierda. Rompí con él tan pronto como volví a la escuela después
que mi madre muriera. Era una pesadilla narcisista y estoy segura
que lloró a su padre diciéndole que cometió un error, suplicándole
ayuda. Eso es todo lo que hacía, fue hacer lo que quiso y luego llorar
a sus padres para que lo arreglaran.
—Bueno, lo que sea que hizo, funcionó. Porque todo el mundo fue
silenciado.
—Tripp tenía la carta. Dijo que tú se la diste. Tenía sentido para mí,
no creí que fuera digno de ti en ese momento. Tenía sentido para
mí que pudieras reaccionar así. En realidad, parecía más probable
que yo le gustara más que tú.
—Tax... nunca lo haría. ¿Cómo puedes pensar eso? Fui buena
contigo. —Sus labios se llenan de indignación.
—Mia, no sabes cómo es. Fuiste amada desde el día en que naciste,
Jude y yo, nunca nadie se preocupó por nosotros, excepto el uno
por el otro. Fue muy fácil para nosotros pensar que otra persona no
lo hacía.
—Ahora lo sé. Pero Mia, lo que nos pasó, te cambia. No quiero decir
que te traumatice. Quiero decir que te infecta con rabia. Te jode de
una manera que no se puede arreglar. El mundo seguía tomando y
tomando y nunca devolvió nada. No puedes dar mucho sin devolver.
Amor, comprensión, empatía. Jude y yo sólo dimos esas cosas, rara
vez se nos presentaron y esa noche tomamos lo último que nos
quedaba. Perdimos algo. No siento remordimiento. Odio el mundo.
Mi vida se convirtió en una misión para propagar el dolor diez veces
más. El dolor. El mundo nos dio eso en grandes cantidades. Yo tenía
mucho de eso para devolver.
—Tienes más que dar que dolor, Tax. No son esos hijos de puta. No
lo son, —dice con firmeza. Sus ojos se abren de par en par—. ¿Mi
padre?
No tengo el corazón para decirle la verdad. La rompería. Y si sabe
que su padre está involucrado, podría llevar a una línea de
preguntas que no quiero que siga. —No lo sabía.
—Lo sé.
—Sí. Y luego una vez que estuvimos juntos, te deseé más. Sé que
tú también lo hiciste y la forma en que queríamos las cosas no era
típica. Pero aun así estaba enfadado. Me convencí que podía hacer
ambas cosas; tenerte y hacerte pagar. Por supuesto, me estaba
engañando a mí mismo. Supe tan pronto como empezamos el
acuerdo que algo estaba mal. No podía reconciliar que tú eras la
persona que nos había tendido una trampa a Jude y a mí. Y empecé
a querer verte más y más, mientras me odié a mí mismo por
traicionar mi promesa de hacer las cosas bien. Tienes que entender
que hasta la semana pasada, pensé que nos habías tendido una
trampa a Jude y a mí.
—¿Así que a pesar de pensar que yo había hecho todo eso, fuiste a
verme a Miami?
Me doy cuenta de lo confuso que debe ser esto para que ella lo
entienda, pero era igual de confuso para mí en ese momento. —Sí.
No pude detenerme.
—Lo es. Pero yo también soy parte de eso. Te dejé hacer lo que
querías y no tengo una excusa.
—No lo hice.
—¿Por qué?
—Porque te conocí.
—Sil está muerto. No existe. No soy Sil, Mia. Quiero dejártelo claro.
—Lo entiendo.
Ella desliza sus dedos a través de los míos. —Jude, ¿está por aquí?
—Tal vez podría hablar con ella. Podría explicarle que no lo sabía.
Y ahora, tal vez ella finalmente se está saliendo con la suya. Tal vez
a pesar de las quemaduras, los cortes y el humo que la han
obstaculizado, a pesar de mi persistencia en que corra y se salve,
se está convirtiendo en mi salvadora.
—Dime algo que no sepa, —dice Mia con una sonrisa sarcástica en
su cara. Es ese descaro el que me hace querer inclinarla y golpear
su apretado trasero.
Admito que me dolió oír a Tax decir cuáles eran sus intenciones
originales conmigo. Me dolió pensar que incluso creyó que yo era
capaz de esas cosas. Pero, todo lo que él conocía era el odio. Nadie,
aparte de su hermana, había sido bueno con él. ¿Por qué pensaría
que eso habría cambiado en las pocas semanas en que él y yo
fuimos amigos? No se necesitaría mucho para un joven que ha sido
decepcionado una y otra vez para creer que otra persona ha seguido
el ejemplo.
—¿Cómo sobreviviste?
—Es de mi madre.
—¿Alguna vez averiguaste la verdad? ¿Sobre cómo murió?
Me limpio los ojos con mi brazo menos jodido. —No muy bien.
Quiero ver a mi hermana.
Mis manos tiemblan con un odio hirviente por lo que esos animales
le hicieron. Incluso Huck, ese cobarde que se la folló mientras
lloraba. Él lloró. Como si fuera la víctima. Como si no hubiera
sujetado a una niña indefensa de 1,50 m en vez de dejarla correr a
un lugar seguro cuando tuvo la oportunidad.
—Después que hablemos, traeré a los doctores para que vean lo que
dices.
—A la mierda, —digo.
—¿Perdón?
—Bien. —Noto que no escribe nada, porque lo que tengo que decir
es irrelevante—. Tenemos una orden de búsqueda para un camión
que se ajusta a la descripción del que se ha visto en la zona. Nos
pondremos en contacto contigo y con tu padre con cualquier
novedad.
—¿Silvio?
No respondo.
—Sé que has estado trabajando con Mia para un proyecto y sé que
eso ya está hecho. Quiero que la dejes en paz. Tripp me ha dicho
que le has estado dando problemas, teniendo una idea equivocada
de su amistad. Es una buena chica. Pronto irá a la universidad.
Ella es todo lo que tengo. No quiero que se vea envuelta en
problemas. Por lo tanto, tus visitas a mi casa ya no son bienvenidas.
—¿Hola?
—Sí, señor.
Miro a través del montón de ropa en el suelo del salón que Mia y yo
dejamos anoche y me pongo una camiseta y un chándal. Salgo del
condominio y bajo las escaleras.
—¿Y ahora qué es esto? ¿Ni siquiera me pueden dejar subir? ¿Es
así?
Jude se ríe. —Ella debe significar algo más, para que arriesgues
nuestra relación por ella.
—No me lo creo.
—Así que así como así, ya no significo nada. Después de todo lo que
hemos pasado juntos. Solíamos salir todos los días. Ya no me
necesitas en tu vida ahora que eres el nuevo Tax.
—Sigues siendo un tonto por ella, todos estos años después, —dice,
sacudiendo la cabeza.
—Vete a la mierda.
Jude se enfurruña, con los brazos cruzados. —Tal vez no esté cerca
cuando finalmente tengas tiempo para mí.
—Ah vamos hombre, ¿qué demonios voy a hacer durante una hora?
—¡Buenas tardes! Sí, creo que comí algo en mal estado o lo que sea.
De todas formas, ¡me siento como un millón de dólares ahora! ¿Algo
que deba saber?
—¿Espera qué?
—Sabes que me voy por unos días esta tarde. Pensé que pasar por
tu casa ayer me sería suficiente, pero decidí que necesito tu coño
una última vez antes de irme.
Clic.
—Bueno, no pensé...
—¿Qué quieres?
Tax retrocede para una mejor vista. Me pongo de pie y dejo que mis
bragas caigan al suelo, luego me deslizo de nuevo sobre el escritorio
y me muerdo el labio mientras me subo el vestido otra vez. Tax mira
con una sonrisa maliciosa mientras se desabrocha los pantalones
y saca su polla. Sus gruesos dedos se aferran a su eje y la mueve
de arriba a abajo mientras suelta un aliento persistente. Me mira a
través de sus ojos oscuros y excitados mientras paso mis dedos por
el interior de mis muslos, hasta mis rodillas y empujo mis piernas
para abrirlas.
—Tu coño es jodidamente precioso nena, —me dice.
Me lamo los labios mientras me llevo las yemas de los dedos por la
parte interior de los muslos, alcanzando el cordón de algodón
blanco.
—Sácalo muy despacio, deja que te haga cosquillas en los labios del
coño mientras sale.
—¿Tengo elección?
Muevo las caderas hacia adelante y hacia atrás, señalando que voy
a cumplir. Escupe en su mano y acaricia su gruesa polla,
mirándome como un depredador que se está preparando para su
presa y entonces sus ojos se estrechan mientras se mete
profundamente en mí. Gimoteo en voz alta y sólo es amortiguado
por la corbata en mi boca.
Incluso cuando pensé que ella era la que me había tendido una
trampa, su toque inesperado me hacía sentir cosas que nunca me
había permitido sentir. Y ahora, mientras pasa sus delicados dedos
por los permanentes recuerdos del sufrimiento que Jude y yo
soportamos, ya no me siento en conflicto. Puedo permitir que lo que
sea que pase cuando ella me toque.
Así que hay otra cosa que haré por ella. Algo que ella nunca sabrá.
No voy a reemplazar el próximo paquete de píldoras anticonceptivas
con placebos. Porque Mia merece una elección y ya no es una
estrategia para mantener a Jude feliz mientras tengo a Mia en mi
vida. Si Mia y yo alguna vez tenemos un hijo, será porque ambos
queremos, no como una ofrenda a Jude. Jude tendrá que aprender
a aceptar las cosas como yo lo he hecho. Lo que tengo con Mia nos
pertenece a nosotros y sólo a nosotros. Nadie más puede tener una
parte de ello.
Todo el tiempo, fue Jude quien pidió no verme estos últimos días.
—¿Por qué?
Me siento a su lado.
—Yo debería avergonzarme, no tú, fui el idiota que creyó que Mia
querría verme alguna vez. Usaron mi estupidez para tenderme una
trampa. Te hicieron daño, Jude. No hiciste nada malo. Ellos son los
que deberían estar avergonzados.
—Puedo soportar ir a hacer pis ahora, pero creo que falta una
semana para que pueda moverme de verdad. ¿Por qué?
—Tan pronto como nos den de alta a los dos, cuando papá esté en
el trabajo, nos escaparemos. Y entonces, te prometo que un día
haremos que cada pedazo de mierda en esta ciudad pague.
T: Ya sabes la respuesta a eso. Lo que dije antes de irme es en serio, acerca que
te quedes. No es sólo Hércules el que habla.
T: ¿Lo hice?
M: Igualmente, Tax.
—Hola.
¿Jude?
—Ummm... sí... sí. Claro. ¿De qué se trata? —Tax dijo que ella tuvo
un momento difícil aceptando lo que pasó. Tal vez está lista para
escuchar mi lado de las cosas.
Jude se quita las gafas de sol, revelando sus grandes ojos oscuros,
enmarcados por largas y gruesas pestañas al igual que Tax. Ella se
ha convertido en una mujer muy atractiva. —Aprecio que te hayas
tomado el tiempo para encontrarte conmigo. Me imagino que Tax
podría haberte dado una cierta impresión de mí así que gracias por
darme la oportunidad de explicar mi lado de las cosas. —Dice
mientras las dos nos sentamos en el banco.
6
Corte Bob: es un estilo de media melena corta, donde la longitud de los laterales se
encuentra por encima del nacimiento del cabello en la zona posterior.
estoy aquí para decirte que hay algunas cosas que debes saber
sobre Tax. Cosas que claramente no te ha contado.
Capítulo 42
Tax
—Lo siento Señor Draconi, la Señora Tibbett salió a almorzar y
luego llamó para decir que no se sentía bien y que se iba a casa.
Ella ha estado luchando con un virus estomacal toda la semana,
cancelé sus citas pero hoy no vi nada con usted, —dice la asistente
de Mia, que obviamente me mira demasiado cada vez que entro en
la oficina.
—No, está bien. Estaba justo en el área y pensé que podría parar
para conversar. —Esperaba sorprender a Mia para el almuerzo. Le
envié un mensaje de texto desde el aeropuerto, pero no respondió.
Debe estar descansando en su casa.
Cuando llego a su casa, uso las llaves que me dio para entrar por
si acaso está tomando una siesta. Tengo mi propio par, de mis días
de venganza, pero me gusta usar las que ella me dio. Entro en el
vestíbulo y me dirijo a la sala de estar, donde se enciende una sola
lámpara y ahí es cuando la veo, sentada en el sofá inclinada hacia
adelante con el pecho temblando. Está llorando. Algo está mal.
Debe estar sintiéndose realmente enferma o alguien la lastimó. Voy
a matar a quien haya sido.
—Mia, él podría haber sido un buen padre para ti, pero él era un
hombre diferente para mí y para Jude. No quería decirte esto... pero
él era parte del encubrimiento. Tomó dinero e incluso cuando traté
de contarle lo que sucedió, me dijo que nos arrestaría a Jude y a mí
por robar el auto de mi padre y atacarlo. Me dijo que nunca te
volviera a ver.
—Entiendo por qué lo hizo. Tuvo que criar una hija solo. ¿Cómo
crees que te envió a Marquette con su salario? ¿Te ayudó a comprar
tu casa? ¡Mia, era dinero con sangre! ¡Mi sangre, la sangre de mi
hermana!
—¿Qué te define?
Ella se ríe por lo bajo. —¿En serio? —Qué cosa tan hipócrita para
decirle.
—Tu papá pensó que era basura y me lo dejó claro el día que entró
en mi habitación en el hospital. Me dijo que nunca volviera a tu
casa. Estaba acostado allí, cubierto de puntos, huesos rotos, el
espíritu aplastado, y me dijo que no era bienvenido. No todo era
bueno Mia. Podría haber sido tu papá, pero era otra persona en una
larga lista de personas que me lastimaron.
—¡Cállate! —Mia grita—. ¡Fuera! ¡Te odio! No quiero volver a verte
nunca más. ¡Nunca!
Jude solo dijo que Tax mató a papá porque lo culpó por no
investigar la verdad. Si ella supiera más y no me lo dijo, es posible
que intentara sabotearnos. Jude y Tax son mentirosos, personas
que nunca tuvieron la oportunidad de desarrollarse y florecer como
yo. El sol brillaba sobre mí. Me amaron, mi madre me crió, mi padre
me protegió. Nací en un mundo de seguridad y protección. Jude y
Tax nacieron en las sombras, justo en el camino de un depredador.
Cada vez que se acercaban al sol, la bestia los golpeaba y así se han
convertido en almas retorcidas y deformadas.
Tax puede culpar a Jude todo lo que quiera. Tal vez sus motivos no
eran puros, y tal vez omitió ciertos hechos, pero Tax mató a mi
padre. Esa es la verdad innegable.
Desearía poder decir que odio a Tax, pero no puedo evitar que las
lágrimas caigan. Ya hay un espacio vacío dentro de mí.
Simplemente no puedo apagar mis sentimientos por él. Incluso si
nunca lo vuelvo a ver, siempre anhelaré al hombre que mató a mi
padre y tenía planes de matarme brutalmente.
Esa mañana que me enfermé por primera vez, pensé que había
llegado mi período pero resultó no ser más que unos dos días. El
período nunca llegó. Tuve los síntomas de un período: hinchazón
de los senos, letargo, mal humor. Algunas mañanas estaba enferma
del estómago. Pensé que tal vez estaba enferma además del período.
Solo después de una semana de retraso pensé que todos podrían
ser síntomas de otra cosa.
No quiero nada más que Tax esté aquí ahora, para que él me abrace
y me diga que él estará aquí para mí y nuestro hijo.
—¿Hola? ¿Tax?
El regresó.
—Sé que le diste esa carta a Tripp. Ustedes dos caminaron juntos
a casa esa tarde. Lo vi. Estoy segura que no pensaste que llegaría
tan lejos. Pero lo hizo. Nada personal, ¿verdad? Huck, Tripp,
Tucker... nada de eso habría pasado si no hubieras manipulado a
los chicos a tu alrededor y ahora se lo estás haciendo a Tax
nuevamente. Siempre te sales con la tuya.
—Jude, pensé que lo entendías. Ni siquiera vi la carta. Lo juro.
Nunca hubiera hecho algo tan malicioso. Lo siento, pero debes irte.
—Debería haber escuchado a Tax. Algo está mal sobre Jude. La
amabilidad que mostró en el parque ha mutado como una piel de
serpiente. Sus ojos oscuros se curvan con frígida satisfacción
mientras se enfrenta a mí en mi sala de estar.
Desde esa noche, todo lo que hice fue hacer las paces con Jude pero
nada de lo que haga compensará el dolor y la pérdida. Solo está
enojada y quiere que todos los demás se pongan furiosos como ella.
Quiere creer que Mia hizo esas cosas. Porque de lo contrario todo
fue al azar.
—¿Huh?
Sus chicos. Es como Rex llama a los otros hombres a los que ella
folla mientras lo mantiene cerca.
Doy un paso atrás y lo dejo ir. —Ella le contó todo a Mia. Esa puta
perra. Mia acaba de perder su mierda sobre mí.
—Joder.
Siento que estallaré con cada llamada perdida a las dos únicas
mujeres que me han importado.
—¿Y qué?
—Un arma.
—¿Un arma?
Le tiro las llaves para que pueda conducir mientras llamo a Mia.
Rex y yo ni siquiera hablamos. Operamos sin palabras con pura
adrenalina.
—¿Mia?
—¿Bebé? ¿Qué? —Mi mente está corriendo mil millas por hora,
tratando de darle sentido a todo—. ¿Estás embarazada?
Ella asiente.
—Jude, —susurra.
—Lo sé. Lo siento mucho, Lo jodí todo. Nunca debería haberme ido.
—Es en ese momento que me doy cuenta que estoy llorando. No
solo estoy llorando, estoy sollozando en un estado de impotencia
histérica. No he derramado una lágrima desde el día que visité a mi
hermana después del ataque. Catorce malditos años sin permitirme
sentir otra cosa que no sea la ira entumecedora. Prometí que no me
dejaría sentir ese tipo de dolor otra vez y cumplo mis promesas.
Pero desde que conocí a Mia, todo lo que he hecho es romperlas. Me
encantaría romper cualquier promesa por ella. Mi pecho se agita
irregularmente, empujando un flujo interminable de lágrimas.
—Vas a estar bien. Nuestro bebé estará bien, —le digo. Es una
mentira. Mia se está yendo, y no hay forma a que un embarazo tan
temprano pueda sobrevivir a un disparo en la parte inferior del
abdomen.
Nunca debería haber dejado sola a Mia pero nunca pensé que Jude
haría algo como esto. Ella solo había matado a una persona, y eso
fue conmigo a su lado. Sobre todo, nunca pensé que Jude me
lastimaría así. A pesar de todos los ladridos de Jude, era yo quien
mordía.
—Lo siento. No quise decir lo que dije —me dice con voz ronca—.
No me di por vencida contigo.
—Lo sé, nena. No te preocupes por eso. Lo siento mucho por todo
pero no puedes dejarme. —Aprieto mi cara con más fuerza contra
la de ella y le suplico en la oreja—. No puedes dejarme; No puedo
vivir sin ti. Eres la mejor cosa, nena. No hay nadie como tú, —
susurro, saboreando una mezcla de su sangre y lágrimas saladas
en mis labios.
—Nadie como tú, —dice ella, sacando una delgada sonrisa a través
del dolor.
Las lágrimas fluyen de sus ojos. —Te amo, —dice ella—. Está bien...
El día que descubrí que era inocente y salí de su casa, debería haber
salido de la ciudad. Debería haber cambiado mi nombre. Nunca
debí dejar que me encontrara de nuevo. Porque sabía que no debía
pensar que podía mantenerme alejado. No puedo decirle que no a
Mia.
—¿Usted es su marido?
7
Carro de paro: es una unidad móvil y compacta, que asegura, garantiza e integra los
equipos, medicamentos e insumos necesarios para atender en forma inmediata una
emergencia o urgencia tras la activación de un código azul, que amenace
inminentemente la continuidad y conservación de la vida.
—Herm... —Siento que las manos de Rex descansan sobre mis
hombros y mis rodillas se doblan por un momento—. Te tengo
hombre, —dice Rex, con simpatía—: Ella va a estar bien.
—¿Qué?
Sus ojos bajan. —No sabía nada de esto Tax. ¿Qué demonios? Sabes
que nunca la habría dejado hacer lo que hizo si lo hubiera sabido.
Me cae bien Mia, hermano. —Suspira, sacudiendo la cabeza—. Yo
fui quien te convenció de darle una oportunidad, ¿recuerdas?
Rex suspira, las palabras salen de sus labios con amargura. —Jude
me envió un mensaje de texto mientras conducíamos al hospital.
No lo vi hasta que entraste.
Las lágrimas caen por los ojos de Rex. —No puedo elegir, hombre...
Cada palabra sale de su boca como un peso pesado. Por una vez,
tiene que elegir entre las dos personas más importantes de su vida.
Rex no es como yo o Jude. Él arruina las cosas, pero es por lealtad
feroz hacia nosotros, nunca por malicia. Pero él sabe en el fondo
que por más apego que tenga hacia Jude, ella está jodidamente
equivocada en esto.
—¿Y?
Es una posibilidad remota, pero nadie conoce a Jude como yo. Ella
nunca ha estado sola. Es su mayor miedo y ahora, le estoy
permitiendo creer que el esquema finalmente está funcionando.
Que tiene la oportunidad de cabalgar hacia el atardecer con nuestro
plan original. Jude puede ser fría y calculadora, a veces
aparentemente impenetrable. Pero conozco las partes de ella que
son fáciles de manipular, partes que son casi infantiles.
J: Hice todo esto por ti. Te amo. No podría soportar verte enamorarte así de
ella. Sabía que iba a lastimarte de nuevo. Ella no te ama, solo amaba una
versión tuya que presentaste. Tenía que mostrarte eso para ahorrarte el dolor.
No es como nosotros. Ahora todos podemos seguir adelante.
T: ¿Dónde estás, Jude? Si hiciste esto, las cosas se pondrán difíciles para ti si
ella lo logra. Necesito asegurarme de sacarte del país de manera segura.
Ella sabe que necesita mi ayuda. Ya está jodida enviándonos
mensajes a mí y a Rex en nuestros teléfonos celulares principales.
Jude es toda emoción, y la emoción nubla el juicio.
T: Nunca. Estoy enojado. No contigo, sino con Mia y conmigo mismo. Lo siento,
no te escuché. Seguiré adelante como siempre. Es lo que hacemos.
J: Por favor recuerda que hice esto porque te amo. Te extraño. Me he ido a
casa.
—Te tengo, hermano. —Rex me mira con ojos tristes—. Por favor...
—dice.
Mensaje de Rex:
Hogar.
—Sé que esto es difícil, Tax. Pero puedo decir que ya estás
entendiendo, —se da vuelta para mirarme, pero yo permanezco
escondido en las sombras.
Veo el arma que usó en Mia descansando sobre la mesa. Mis venas
brotan de la rabia tan fuerte que empiezo a temblar. Respira.
Mantente tranquilo.
—No estoy aquí para lastimarte. Mentí porque quería verte, eso es
todo. Si te dijera que lo supe de inmediato, pensé que no me darías
la oportunidad.
—¿Sabes si ella...?
—Todavía no.
—¿Qué?
—¿Qué pasó con la chica con la que solía sentarme en esta mesa y
que me robaba la comida? ¿Reía de la vida sin importar cuán malas
fueran las cosas? Todo este tiempo, seguí pensando que si hacía
desaparecer a todos los que nos hicieron daño, la recuperaría.
¿Cómo es que no vi morir a esa chica esa noche en el lago?
—Sé que las cosas se sienten como una mierda ahora, pero todo
volverá a la normalidad. Lo prometo, —dice Jude, acunando mi cara
en sus manos.
Ahora estoy sin ataduras. Mia está viva pero le prometí que si ella
vivía, no volvería egoístamente.
He destruido a Mia.
Nunca me importó hacer las cosas correctas, solo quería las cosas.
Un ojo por un maldito ojo.
Mia
Lo primero que noto es lo difícil que es tragar. Cuando abro la boca
para hablar, no sale nada. Mi visión borrosa se centra en la
colección de tubos que se ciernen a mí alrededor. Me doy cuenta del
agudo sonido a mi lado. Mi bebé. Quiero preguntar por mi bebé,
pero estoy atrapada. Siento los tubos, agarrándolos, tratando de
quitármelos.
—Señora, necesito hablar con ella en privado, —le dice a Tiff, quien
parece estar en un nuevo estado de shock.
Miro a Tiff, que aprieta mi mano mientras sus ojos se llenan hasta
el borde de lágrimas. Dudo que ella supiera que estaba embarazada.
Lucho por mantener todo junto, pero ver los ojos verdes de Tiff es
como mirar un charco reflexivo de mi propia tristeza. Las lágrimas
caen por un lado de mi cara. No trato de limpiarlas, las dejo bullir,
mojando la almohada a un lado de mis orejas.
—¿Puedo visitarte?
—No.
—No hay nada que puedan hacer. Tax hizo lo correcto. Necesito
llevarte algo, pero hasta que limpies mi nombre, no debería verte.
Tanto Tax como yo somos personas de interés.
—¿Hizo lo correcto?
—No queda nada por hacer, Mia —dice Rex. Su voz es áspera por la
emoción—. Solo diles que Jude lo hizo. Todo lo demás está
arreglado.
—¿Su novio?
—Sí, Tax Draconi.
—No. Ella solo me dijo que quería que me fuera. No dijo mucho
antes de dispararme. Solo dijo que no creía que lo mereciera, y luego
me disparó tan rápido. Apenas tuve tiempo de gritar.
—Señora, es importante.
Verlo hace que las emociones que había estado reprimiendo toda la
semana vuelvan a la superficie. No había llorado desde el día en que
desperté. Me disolví en un estado de entumecimiento. El dolor fue
demasiado. La falta de Tax, perder al bebé, a veces pensaba que
dejaría de respirar bajo el abrazo de la tristeza. Si lo apagaba todo,
tal vez podría sobrevivir.
Rex mira hacia abajo, con las manos metidas en los bolsillos. —No.
—¿Dónde está?
Mia,
Tengo que admitir que escribir esto es una de las cosas más
aterradoras que he hecho, pero creo que vale la pena decirte
lo increíble que creo que eres.
Sinceramente,
Sil
Apuesto sentado aquí, que crees que has visto el pozo sucio de
mi alma, pero todavía hay cosas que no sabes. Tu embarazo
fue cosa mía. Me colé en tu casa y reemplacé tus píldoras
anticonceptivas. Lo hice porque pensé que tener a mi hijo
terminaría con la ira de Jude y te mantendría a salvo, pero
no importa por qué lo hice. Incluso cuando trato de ser
bueno, soy malo. Incluso cuando trato de hacer lo correcto
contigo, solo te lastimo. Lo quería todo, y ahora vivirás con el
dolor de perder un hijo y casi morir porque rompo cosas.
Rompo personas incluso cuando trato de crear, destruyo.
Te he quitado mucho.
Tax
Rex sonríe un poco. —Sabes que Tax siempre tendrá ojos sobre ti.
Soy sus ojos.
Después que Tax me dejó, pasé por todas las etapas del dolor.
Estuve enojada por un tiempo. A veces estaba tan enojada que me
detenía en su lugar y golpeaba sus almohadas, o tiraba sus libros
al otro lado de la habitación. Esas fichas superficiales eran todo lo
que me quedaba de él. No tuve el privilegio de una confrontación
cara a cara.
Poco después que Rex dejó la carta de Tax, los policías encontraron
a Jude. Había vuelto a Clint y se suicidó. Sé que ella no lo hizo. Me
di cuenta por el dolor en los ojos de Rex cuando me visitó en el
hospital, que sabía que ella ya estaba muerta. Sé lo que Tax hizo
por mí y sé que esa es otra razón por la que no me verá. Amaba a
su hermana. Verme siempre será un recordatorio de lo que tenía
que hacer. La historia de Jude también es una tragedia. Recuerdo
a la pequeña niña de cabello oscuro que seguía a su hermano, lo
miraba con admiración en sus ojos. Le quitaron mucho, incluida su
alma. Desearía que Tax no la hubiera matado. Nunca le habría
pedido que hiciera algo tan doloroso por mí o por nuestro bebé.
Aunque ese es Tax. Es un buen hombre, pero sigue siendo malo.
Suena el timbre.
—Estoy segura que me has visto más de lo que te he visto a ti, —le
digo con una sonrisa. Rex guiña un ojo.
—Solo haz esto por mí. Por favor. Toma el sobre. No estoy pidiendo
verlo. Solo dale esto.
—Lo sé.
Tax
Ray LaMontagne – Empty
Rex me visita aquí en Miami una vez al mes. Tratamos de hacer las
cosas como si nada hubiera cambiado, pero nada es igual. Él y yo
somos todo lo que nos queda y sin embargo, apenas nos aferramos.
Intento vivir como antes que llegara Mia, en ese estado de
entumecimiento cómodo, pero Mia me abrió de par en par. No
puedo apagarlo.
Todo lo que pido es que una vez al mes me diga en persona que Mia
está bien. Solo una o dos oraciones sobre cómo está. Es todo lo que
puedo soportar escuchar sobre ella.
Así que esta mañana, cuando aparece en mi casa con una carta de
ella en la mano, no estoy contento.
—¿Qué es esto?
—Hermano, ella no aceptaría un no por respuesta.
Ojalá no la amara. Porque sería muy fácil volver con ella. Pero no
puedo enfrentarla sabiendo lo que le he hecho. Verla siempre me
recordará lo que le hice. Ella sigue adelante. Rex me dice que va a
Alea todos los días, que la compañía está creciendo a la velocidad
del rayo. Ella no está con nadie, pero sé que al menos lo ha
intentado y sé que todavía soy un imbécil egoísta porque la idea de
que incluso salga a cenar con alguien más me da ganas de romper
la mierda. Específicamente, la maldita mandíbula del tipo.
Siempre seré el hombre que la haga rogar, que inflija dolor para dar
placer. Estoy roto y sucio. No creo que Mia pueda recibir eso más,
sabiendo que la primera vez que follamos, no fue la actuación de
una fantasía. Fue real para mí. Iba a matarla.
Pero luego está esta carta. Me está mirando. Podría tirarla. Pero un
pedazo de Mia está ahí. Lo correcto es triturarla. No dejar que se
meta en mi cabeza. Por eso tuve que irme como lo hice. Si la viera,
me habría llevado de vuelta. La única forma de dejar a Mia es de
golpe.
Pero abrir esta carta podría ser como tener un pedazo de ella,
incluso si es solo por escrito. Tal vez sea ella diciendo adiós, o que
se ha mudado, o diciéndome que me vaya al infierno. Entonces
puedo tener esa tranquilidad.
Querido Tax,
No sé por qué elegí hoy para escribir esta carta. Han pasado 330
días desde la última vez que te vi. Al menos podría haber esperado
todo el año pero ya he esperado demasiado.
He vivido una vida encantadora con algunos días de mierda, el día
que murió mi madre, el día que me dispararon. Demonios, el día que
te enfrenté por primera vez en la sala de conferencias. Luego estaba
el día que descubrí que nuestro bebé se había ido.
Pero sin duda, el peor día de mi vida fue el día que leí la carta que
me decía que no volverías por mí. Porque eso fue cuando perdí toda
esperanza. Todo este dolor y tragedia tenía que ser por algo pero
entonces todo se fue. Es como si un tornado llegara a mi vida,
rompiéndola en pedazos, y luego me quedé sentada sola en las
secuelas silenciosas. Todas las mañanas, me levanto y trato de
recoger pedazos de mi ser destrozado. Se suponía que me ibas a
llevar contigo, pero me dejaste atrás.
Bueno, todavía estoy aquí, y quise decir cada palabra que dije.
Mi vida es una línea plana, paso por los controles todos los días, me
levanto, corro, desayuno, voy a trabajar hasta que no puedo
mantener los ojos abiertos, me voy a casa. Empezar de nuevo.
Repetir.
Te lo ruego, por favor vuelve, por favor abrázame, por favor fóllame,
por favor ámame de nuevo.
Mia
Utilizo hasta la última fuerza que tengo para mantener todo unido
en el trabajo, pero en la seguridad de las paredes de mi casa, me
doy permiso para desmoronarme.
Esta es la primera vez que habla en un sueño desde que se fue. Casi
me había olvidado de cómo suena su voz, rica y embrujada.
—Solo quédate aquí. Es todo lo que tienes que hacer, —le digo.
Miro sus ojos marrones, tratando de atraparlo por última vez, antes
de despertar sola, antes de volver a mi pesadilla.
Alcanzo su cara.
Nina Website
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Más de Nina
¿Has leído la serie Strapped de Nina G. Jones?
“En pocas palabras, si aún no has leído la serie ¡HAZLO AHORA! ¡Si
fue demasiado loco para ti y te diste por vencido, ¡VUELVE Y
PRUEBA OTRA VEZ, NO LO LAMENTARÁS!” —Autor de reseña de
Amazon.
Según todas las apariencias, Shyla Ball tiene una vida envidiable:
un novio leal, un gran trabajo y una familia que la ama. No se da
cuenta de lo profundamente insatisfecha que está hasta que tiene
un encuentro embarazoso con un extraño guapo en una cafetería.
Taylor Holden, un exitoso hombre de negocios, tiene un interés
especial repentino en ella y le ofrece un trabajo que no puede
rechazar. Poco después, ella descubre que hay mucho más en este
hombre intensamente privado de lo que parece. Él está ocultando
muchos secretos dolorosos, incluso por qué es que aparentemente
la ha sacado de la oscuridad para una posición tan lucrativa. Su
mundo "perfecto" se ve trastornado por su enamoramiento hacia
Taylor y en solo un par de meses, su vida no se parece en nada a lo
que era antes. Si bien está asustada por los cambios que ve en sí
misma, no puede resistir el atractivo de Taylor Holden. A medida
que Shyla gana lentamente la confianza de Taylor, se entera de su
compleja historia y de cómo lo ha convertido en la persona que es.
Cuando resurgen elementos del pasado secreto de Taylor y
amenazan con destruirlos, Shyla descubre que puede haber más en
la historia de Taylor de lo que incluso él sabe. Strapped es una
historia de pasión, manipulación, obsesión y secretos familiares.
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