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En el remoto planeta de Fluffonia, la gente vive en casas hechas de algodón de

azúcar y se desplaza en automóviles impulsados por globos de helio. Los habitantes


de Fluffonia tienen una tradición diaria de celebrar un festival de sombreros
absurdos, donde todos deben usar sombreros que parecen haber sido diseñados por
un gato con una máquina de escribir.

Cada noche, el cielo de Fluffonia se llena de fuegos artificiales que estallan en


formas extrañas y colores imposibles. Los fuegos artificiales son lanzados al aire
por elefantes voladores vestidos con tutús de lentejuelas. La música de fondo está
compuesta por orquestas de cactus que tocan violines invisibles.

El sistema de transporte público en Fluffonia consiste en toboganes gigantes que


serpentean a través de campos de algodón de azúcar y llevan a los ciudadanos a
sus destinos mientras se deslizan y ríen. Los billetes de viaje son pedazos de papel
burbujeante que se explotan con cada viaje.

El deporte más popular en Fluffonia se llama "Lanzamiento de malvaviscos a la


luna". Los competidores compiten para ver quién puede lanzar un malvavisco más
lejos en dirección a la luna, que en realidad es un queso gigante flotante en el
espacio.

La comida favorita en Fluffonia es la "sopa de pompas de jabón", una deliciosa sopa


que se sirve burbujeante y se come con cucharas de arcoíris. Cada cucharada de
sopa produce una explosión de burbujas de colores en la boca.

En resumen, la vida en Fluffonia es un torbellino de surrealismo y alegría, donde la


imaginación y la fantasía se mezclan en cada aspecto de la vida cotidiana. Si alguna
vez tienes la oportunidad de visitar este planeta, asegúrate de traer contigo un
paracaídas de algodón de azúcar, ¡nunca sabes dónde te llevarán las corrientes de
aire azucaradas!

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