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El sueño del niño negro

Sueños de muchos colores


saben soñar los morenos.

A la sombra gris oscura,


bajo un blanco limonero,
almohada de verdes hojas,
se ha dormido el niño negro.

Se ve en un caballo zaino
por campos amarillentos.

Violeta el jacarandá,
azul el río, a lo lejos…
El saco marrón y lila,
verde y granate el sombrero
y una rosa color rosa
lleva en el blanco pañuelo.

Negra niña se le acerca


y le pide al niño negro
que moje en el río azul
sus rojos labios sedientos.

¡Galopa el caballo zaino


por el campo amarillento!
¡Qué celeste está la tarde
y qué celeste está el viento!

Las frescas aguas azules


mojan los labios bermejos…
Sonríe la niña negra
y sonríe el niño negro,
sonrisas de blancos dientes
y de bronceados hoyuelos.

Cantó un rojo cardenal


en el blanco limonero,
y apartando verdes hojas
se despierta el niño negro.

Javier Villafañe

Tomado de Coplas, poemas y canciones, Buenos Aires: “El Bibliófilo”, 1938, pp. 61-63.

Titiritero, dramaturgo, poeta y narrador

Javier Villafañe (1909 – 1996). Fue uno de los padres del moderno movimiento titiritero en la Argentina y en
Latinoamérica. Nació y murió en Buenos Aires, pero su vida profesional fue una larga sucesión de viajes que lo
convirtieron en ciudadano de todas partes. Sólo parcialmente fueron viajes de esos que realizan las personas exitosas
invitadas a participar de eventos, a dar charlas o a realizar presentaciones. Villafañe inventó el viaje como modo
espiritual de vida. Contaba que un día, desde el balcón de la casa de su hermano, él y su amigo Juan Pedro Ramos,
también poeta, vieron pasar un carro cargado de heno y sobre éste un muchacho acostado “mirando el cielo mientras
masticaba un pastito largo y amarillo”; que eso los inspiró a armar la carreta La Andariega con el teatrillo de títeres
incorporado y a emprender un viaje por los caminos de provincia guiados por el animal de tiro, a su antojo, sin metas,
sin tiempo. Corría el año 1935 y el proyecto llevó alrededor de dos años de preparación. De allí en más La Andariega fue
el nombre de su teatro y éste, ya en carro, ya en canoa, en automóvil, en tren, en avión y en diferentes vehículos
recorrió primero la Argentina, los países de América y luego Europa; llegó al Asia.

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