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¿De dónde viene la expresión «A

hombros de gigantes»?

JORGE ALCALDE
CREADA.20-10-2018 | 18:17 H
/
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN.20-10-2018 | 18:17 H
El avance del conocimiento científico es un empeño comunitario como ningún
otro. Cada paso adelante se debe, sin duda, a muchos otros pasos adelante
dados por predecesores y no supone más que el inicio del paso que vendrá
inevitablemente después. La ciencia es una aventura colectiva, y si con tanta
frecuencia nos empeñamos en buscar héroes individuales, personajes
totémicos que jalonen el devenir de la historia del conocimiento humano es,
simplemente, por ese afán mitómano que nos une a todos los miembros de la
especie Homo sapiens. Pero en realidad, aunque los demos premios y
reconocimientos a personas, aunque el Salón de la Fama de la investigación
esté lleno de fotos individuales y en los medios de comunicación
entrevistemos a científicos y científicas como responsables de un hallazgo, no
existe ningún avance en ningún área de la investigación que haya recaído solo
en los hombros de una persona.

En el mundo de la ciencia existe una expresión que ilustra como ninguna esa
cualidad colectiva del avance científico: «A hombros de gigantes». La frase
suele atribuirse, erróneamente, a Isaac Newton. El 15 de febrero de 1676 el
eminente físico, autor de una de las revoluciones más dramáticas de la historia
del saber (aunque deberíamos decir co-autor, si seguimos la idea con la que
hemos empezado estos párrafos) escribió a Robert Hooke, filósofo y físico
que influyó definitivamente en la obra de Newton hasta el extremo de que
acabó acusándole de robarle las ideas, la siguiente frase:

«If I have seen further, it is by standing upon the shoulders of giants». (Si he
podido ver más allá es porque me encaramé a hombros de gitantes)

Sin duda, Newton quería expresar con ello que su genialidad no residía sólo
en su propia mente, sino que sólo apoyado en las obras e inteligencias de otros
grandes sabios de la historia él podía haber vislumbrado la revolución que
estaba en trance de provocar. La frase no es, sin embargo, originaria de Isaac
Newton. En realidad, existe una viva polémica sobre el origen de esta
locución. Muchos historiadores coinciden en atribuírsela al teólogo y filósofo
Juan de Salisbury (1115-1180). En su obra, Metalogicon (1159) escribió: Nos
sumus sicut nanus positus super humerus gigantis (Somos como enanos
colocados a hombros de gigantes). Evidentemente, es esta ocasión, con una
intención bien distinta. Da igual, en cualquier caso, de dónde proceda la frase.
Bien podría ser de estas fuentes citadas, bien de otros pensadores clásicos
como Robert Burton, en cuya obra The Anatomy of Melancholy, publicada en
1621, dice: «A dwarf standing on the shoulders of a giant may see farther than
a giant himself». (Un enano subido a los hombros de un gigante puede ver
más lejos que el propio gigante) O Diego de Estella que en 1622, en su Eximii
verbi divini..., nos exhorta: «Pygmaeos gigantum humeris impositos,
plusquam ipsos gigantes videre...» (una versión de la propia frase de Burton)

Da igual, en fin, el auténtico origen de la bella sentencia, lo que importa es


que habitualmente se utiliza para expresar que en ciencia incluso los hombres
y mujeres que más han destacado por su genialidad no son más que piezas de
un gran empeño colectivo, de una empresa en la que no existe ninguna pieza
sin engranar en muchas otras, ningún sabio que no haya encontrado cientos de
otros sabios, gigante para él, a cuyos hombros auparse para ver más lejos que
los demás.

Recuperado de: https://www.larazon.es/cultura/de-donde-viene-la-


expresion-a-hombros-de-gigantes-LD20238740/

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