La celebración de la muerte es un elemento cultural universal, el cómo se despide
y el significado que le damos es una forma particular de cada cultura. Un rito cultural que nos puede parecer muy extraño y en algún caso chocante, es el que se realiza en el Tíbet, el llamado “Funeral celestial” donde se considera el cuerpo como simple recipiente terrenal, ya que ellos creen en la reencarnación. El rito tiene por nombre “jhatar“, “El sacerdote corta la carne del cadáver con un largo puñal, mientras recita mantras. Los huesos junto con el cerebro se machacan para luego ser ubicados en una colina, y su olor atrae a muchísimos buitres que vuelan alrededor del lugar”. (Suazo, C. 2017, 08 de julio). Ellos consideran que, cuando la persona muere, el espíritu deja el cuerpo, por tanto no hay necesidad conservar el cuerpo, además estiman que dar de comida a los buitres cierra el círculo de la vida. Para nosotros, ya sean católicos, protestante, etc, como sociedad Chilena, vemos esto como una aberración, como es posible descuartizar y darlo de comer a la aves, suena ilógico y grotesco, es una mirada etnocéntrica, por una parte, el solo hecho de que el Tíbet se encuentre alejado de China ya pensamos que es una cultura poco evolucionada, ya que los tibetanos solo viven en la montaña fuera del alcance de la tecnología, por otra parte consideramos que aquellos pueblos que no han sido evangelizados los vemos como culturalmente inferiores casi arcaicos. Este etnocéntrismo es la mirada general de la población, ver como inferior algo que a nuestros ojos no entendemos, ya que hemos sido educados en una sociedad, donde el rito de la muerte es importante, celebrarlo siguiendo ciertos pasos, donde, el cuerpo se limpia, se viste “de gala” para estar bien presentado sea lo que sea a lo que se enfrente y el velar el cuerpo es un elemento destacado dentro de este proceso, ya que la gran mayoría de la población entiende este rito como la última despedida de los amigos familiares y conocidos, otro ven este momento como para acompañar a la familia en un momento de dolor. En lo personal como católico franciscano, entiendo cómo ven este suceso, pero la verdad que de alguna forma aplico etnocéntrismo a mi sociedad, no al nivel de como vemos la muerte en el tibet, pero si a un nivel personal, ya que para mí y el verdadero sentido de velar a las personas, no es acompañar o despedir al difunto, sino que es el momento de pedir por el alma de la persona, tenemos todo el año para recordar a las personas o toda la vida para acompañar el dolor de los familiares ante la pérdida, el rito del velar fue creado para pedir por el alma, ya que para el catolicismo, se considera que luego de la muerte, el alma entra en lo que se conoce como el purgatorio, la gracia que tiene este “sitio” es que el alma no puede libertarse o descansar ya que tiene como objetivo que paguemos nuestros pecados realizado en vida, por tanto si el alma no puede salir de aquí, la única forma de hacer la transición de la vida terrenal a “descanso eterno” es que los familiares, amigos y conocidos pidan por nuestra alma, para que esta se libere del purgatorio. Es por esto que considero que el etnocentrismo se aplica a distinto niveles, donde veo que el alma de la persona se va a la deriva ya que las personas se preocupan de los familiares y no del muerto, por lo mismo se hacen misas al nombre del difunto ya que se recuerda, se pide y se ofrece como ofrenda la misa para ayudar a las almas salir del purgatorio. Este elemento de la muerte además de ver claras diferencias con otras culturas que incluso nos parecen grotescas, hay otras donde compartimos elementos culturales con otras naciones, por ejemplo para los mexicanos festejan el “día de los muertos” donde recuerdan las memorias de los muertos, donde sus memorias cobran vida, en la película “coco” vemos esta relación, de mantener “vivas” las memorias, recordar, y pedir por nuestro muertos, los mantenemos vivos y los ayudamos a cruzar “el puente” que parece en la película. En conclusión el etnocentrismos es algo casi inevitable de hacer sobre todo con aquellas culturas lejanas que poseen ritos muy diferentes a los nuestros, productos de nuestra socialización que tenemos al vivir en comunidad, pero si aplicamos el concepto de relativismos cultural, podremos ver que hay más cosas que nos unen, unas más que otras, pero que el significado depende de donde vivimos, de cómo fuimos criados y que debemos tener respecto por sus costumbres y ritos ya que no son mejores o peores, solo diferentes, y que debemos crear una mirada más objetiva de sus costumbres, mirando su cultura desde sus propios ojos y no desde los nuestros.