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LA CUIDAD

MUERTA
APELLIDOS Y NOMBRES:

GUEVARA BRAVO, LYS NEISHNA

GRADO Y SECCIÓN:

V “A”

CURSO:

COMUNICACIÓN

DOCENTE:

NANCY BARRIONUEVO SALCEDO


La brisa del mar acaricia mi rostro, las suaves olas se rompen humedeciendo mis pies;
podía escuchar las gaviotas volando alrededor. Un divino celeste adorna el cielo, y el sol
estaba en su resplandor. La arena se acoplaba de una forma extrañamente maravillosa
con la jungla detrás de mí. No sabía qué hora era, tampoco que día o que época; mi
conocimiento se limitaba a saber que era la única humana en este lugar; pero aun así no
estaba sola. Fijo la mirada a aquel ser resplandeciente sentado a mi costado; no podía
reconocer ningún rostro ya que una luz cegadora lo rodeaba; de todas formas, lo único que
puedo pensar, son las palabras que me dijo hace un momento.

- No puedo creerte, perdón – dije en un susurro


- ¿Por qué no? – me contestó
- No me puedes decir que todo este mar y estos árboles; van a ser destruidos. ¿Por
qué? ¿Por qué destruiría todo lo que creo?
- Él no lo hará, los responsables serán ustedes, los seres humanos
- ¿Nosotros?
- Ustedes, serán los seres más egoístas y crueles que existirán en este universo. Su
ambición jamás los hará ver, el daño que ocasionarán en este mundo.
- Pero exactamente, ¿Qué pasará?
- Déjame enseñarte un futuro, tal vez no tan lejano; uno donde el hombre destruyó los
cielos y la tierra.

De repente siento el suelo desvanecerse, cierro los ojos por inercia y una ráfaga de viento
golpea mi rostro. Cuando vuelvo abrirlos, ya no tenía el mar enfrente de mí, en su vez, veía
lo que parecía ser la sombra de una cuidad. Los edificios estaban destrozados, las calles
estaban muertas y el cielo estaba teñido de gris. Veía a grupos personas pasar, pero todos
tenían un aspecto enfermizo, con la ropa demacrada; no eran personas vivientes, eran
sobrevivientes.

Me miré a mí misma y me di cuenta de que había adquirido la misma imagen que ellos.
No entendía nada... ¿Dónde estaba? ¿Por qué todo estaba destruido?

- ¿A dónde me has traído? – le pregunté


- Ya te dije, las consecuencias de las acciones humanas – respondió
- ¡¿Pero, qué pasó?! Necesito una explicación – le recriminé, pero cuando me di
vuelta ya no tenía a nadie a mi costado.
- ¡Bien! ¡Gracias por dejarme sola en el apocalipsis! Siempre confié en ti – exclamé al
cielo con sarcasmo

Empecé a caminar, sin saber a dónde dirigirme. Las personas no me prestaban atención,
cada uno se veía metido en sus problemas. Por las calles había carpas, me imaginé que
era donde todos dormían; pude visualizar a lo lejos dos personas peleándose por lo que
parecía ser una lata de algún alimento. Todo el panorama era de desdicha.
De repente, el suelo comienza a temblar, la gente empezó a correr despavorida; los
edificios se derrumbaban, humo negro empezó a llenar la atmósfera. Mi instinto me llevo a
huir también a la dirección que todos se iban. Corrí con todas mis fuerzas, no medí el
tiempo, no mire atrás. Cuando al fin me detuve, sentía que me faltaba el aire, y traté de
calmarme. Cuando por fin pude volver a respirar con normalidad, entre en conciencia a mi
alrededor. Familias enteras llorando, personas paralizadas, jóvenes melancólicos; todos
mirando directamente a lo que un día fue su hogar; cual ahora era solo ruinas, lo habían
perdido todo. Y ahora solo era una cuidad muerta.
Mientras observaba aquel cruel final, su voz melodiosa resonó en mi cabeza, recitando las
siguientes palabras: Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino; y habrá
pestilencias, y hambres y terremotos en diferentes lugares. Y todas estas cosas son solo
el principio de dolores.

- ¡Escúchenme todos! – vociferó una chica, rompiendo el hilo de mis pensamientos.


Parecía tener unos 20 a 25, su ropa se encontraba llena de agujeros; ella era
delgada pero no tenía un aspecto enfermizo; en su vez todo en ella me decía que ha
vivido demasiado para su edad y que quería que todo acabara.
- Un grupo vamos a ir a los escombros para ver si hay algo que podamos rescatar,
todos deben quedarse aquí. Mañana mismo buscaremos una cuidad donde poder ir
– dijo dirigiéndose a la población.

Apenas acabó de hablar, me encaminé hacia ella. Quería respuestas de la situación y


pensé que ella podía tenerlas. Llegué a donde estaba, pero estaba conversando con
alguien más. Me dije que era mi única salida, entonces con los nervios a flor de piel me
dirigí a ella.

- Hola – interrumpí la conversación, captando su atención – perdón por interrumpir,


pero me gustaría acompañar al grupo.

- ¿Y tú quién eres? - me respondió

Me analizó, buscando algo familiar en mi rostro. Al no encontrarlo dió un paso atrás y todo
su cuerpo se tensó, adquiriendo una postura defensiva.

- Me llamo Rebecca – me presente rápidamente – llegaba a tu cuidad cuando todo


ocurrió por eso quiero ayudar

Ella me mire detenidamente, seguro estaba pensando si puede confiar en mí, y creo que al
final se convence porque me ofrece una sonrisa

- Me llamo Ashley, puedes venir con nosotros, pero no nos causes problemas.

Al instante empezó su camino a los escombros y me apresuré a seguir al grupo. Todos


eran jóvenes, pero lucían cansados. Me imaginaba que ellos se encargaban de resguardar
a su gente después de todo, eran más fuertes, tenían más energía y determinación para
afrontar esta situación.

Ashley y yo íbamos al frente del resto, un poco más adelante que todos, supuse que era mi
oportunidad de sacarme todas las dudas.

- Ashley, ¿cómo pasó esto? - le pregunté


- Pues un terremoto - dijo la chica con extrañeza - creó que fue suficientemente fuerte
para que lo sintieras
- No me refería eso. ¿Qué le pasó al mundo?
- Cómo si no lo supieras - dijo irritada
- No, no sé, por eso te pregunto – reclamé
- ¿Cómo es que no sabes?, acaso no has visto, estamos caminando entre
derrumbes, no tenemos comida, ni luz y mucho menos agua. ¡Así que no encuentro
sentido a que me preguntes que le paso al mundo ¡
- Es difícil de explicar, solo necesito que me digas exactamente qué ha pasado – dije
desesperada.
- ¡Bien! Sabes que pasó. Primero el gobierno, el primer gran problema.
- ¿El gobierno?
- Si, sus ambiciones por poder, los llevaron a tomar acciones sin pensar en el impacto
ambiental que podía tener. Y he hicieron caso omiso sobre las advertencias del que
mundo estaba muriendo.
- ¿Entonces todo es culpa de ellos?
- Ja, ojalá fuera así, pero no. El resto de la humanidad fuimos igual o mas culpables.
Aún recuerdo los miles campañas de “concientización” que se hacían. Nos
advirtieron por mucho tiempo las consecuencias. Pero sabes que hicimos; nos
burlamos y hacíamos bromas. No creíamos ni una palabra de lo que nos decían,
pero míranos ahora. Somos un grupo de personas que tratan de permanecer;
aunque en el fondo saben que ya no hay marcha atrás. Ahora nos arrepentimos y
lloramos; pero cuando tuvimos que actuar no lo hicimos.

Podía identificar su dolor, en la forma que se le quebraba la voz, su cuerpo se estremecía;


y sus ojos se llenaban de lágrimas contenidas.

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque
habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno.

Cállate, no quiero esucharte.

- Entiendo tu dolor, pero ¿Por qué se dan por vencidos?, busquemos un lugar,
habitémoslo,hay que volver a crear vida.
- ¿Y en dónde? ¿Aquí? ¿Sobre las ruinas??. Se sincera contigo misma, no hay salida
– me repitió ashley

Pensé detenidamente, a mi alredor habia solo una cuidad en ruinas que había visto hace
minutos atrás. Tenía razon, aquí no habia salida; pero podría haber otros lugares.

- ¿Dónde hay una playa cercana? A mi me encanta la playa y podemos empezar a


construir algo ahí – dije con entusiasmo
- ¿Te encantaría vivir entre petróleo y residos nucleares? ¿Acaso eres suicida? –
preguntó un chico a mis espaldas
- ¿A que te refieres? – pregunté volteando para mirarlo
- La mayoría de los mares están contaminados, por eso cada vez hay menos agua
potable – respondió él.

¿Residos nucleares? ¿Petróleo?. Sabia a que se refería, pero de una forma no entendía.
Ashley debio ver la confución plasmada en mi rostro; que suspira con cansacio y empieza
a caminar.
- Vamos a buscar latas de comida y mantas, para llevarles al resto; después iremos a
buscar un lugar nuevo para vivir – dijo para todo el grupo – y en el camino te contaré
lo que le pasó a este mundo destruido – dijo, acercándose a mí.

Estuvimos como una hora entre escombros y logramos rescatar algunas latas de comida,
pero el resto de cosas estaban completamente destruidas. Ya al volver con el resto del
pueblo, empezamos a caminar en busca de un refugio. Yo iba a la par de ashley,
esperando pacientemente que empezara hablar.

- Tenía unos 5 años cuando oficialmente declararon que el mundo se encotraba en


un punto sin retorno – empezó a narrar, con la mirada cabizbaja – como te dije, al
principio nadie prestó atención, pero al poco tiempo, las cosas empezaron a
emperorar. Lo primero que pasó fueron las sequías; cientos de rios se secaron; la
agricultura empezó a verse afectada, el precio de los alimentos se elevaron, el agua
potable se hacía mas escasa, lo que provocó que la clase más baja, no pueda
acceder a ellos; iniciando una hambruna a nivel mundial.

Escuchaba atentamente, mientras que me imaginaba toda la situación en mi mente. Y las


imágenes que vizualizaba, me producian una horribe presión en el pecho.

- Al mismo tiempo, los glaciares se derritieron; haciendo que la mayoria de costas del
mundo desaparecieran. Se empezaron a dar grandes terremotos, huracánes y
tsunamis. Para ese momento muchos paises “pequeños” ya habian quedado en
ruinas. Y la “cereza del pastel” se hizo a cargo de los lideres mundiales. Cualquiera
diría que la situación ayudaría que se unieran. Pero el caso fue al contrario, fue
tanta la ambición que hasta en la destrucción querían mantener su poder político,
económico y social. Lo que empezó grandes discusiones. Lo que concluyó en una III
guerra mundial, pero como principal arma las bombas nuclerares. Antes de que el
mundo entero perdiera cualquier comunicación satelital. Se declaró que el 70% de la
tierra se habia vuelto inevitable por la radiacción.
Asi fue que en vez de grandes cuidades o paises, ahora somos pequeñas
comunidades que tratan de sobrevivir en lo queda.

- ¿Y todos esos sucesos fueron cuasados por la humnidad? – pregunté


- Digamos que fue una cadena; nosotros no cuidamos el agua, la luz, las plantas;
todo el ecosistema en general; eso ocasionó el cambio climático, el cual trajó el
resto de desastres. En un resumen; tal vez si hubiera dejado de usar plástico,
ahorita estuviera en una cama y no caminado en medio de la nada en busca de un
nuevo hogar.
- Una pregunta más - dije despúes de un largo silencio – Me dices que esto empezó
cuando tenías 5 años. ¿Cuántos años tienes ahora?
- Tengo 25, y antes que lo preguntes es el año 2043.

Con eso cerró la conversación y continuamos el camino en silencio. ¿ Acciones tan


simples, destruyeron el mundo?, era raro pensar que algo tan grande y majestuoso, pudo
ser destruido tan facilmente por algo tan pequeño e insignificante. Para mí, no tenia
sentido, pero tampoco podía negarlo, al final la prueba se encontraba a mi alrededor.

Llevamos horas caminado, todos se sentian cansados; y muchos ya no podían seguir. Fue
en ese momento cuando un sonido extraño empezó a llegar a nuestros oídos. Visualizé a
varias personas desaparecer, el alredor se llenó en llamas, y de repente todo debajo de
empezó a desvanecerse. Por un momento sentí que estaba flotando en el vacío; pero
podía visualizar como todo lo visto iba desapareciendo.
Volví a sentir la arena bajo mis pies,volvía a estar en aquella divina playa. Mientras que el
mundo moría y todo se volvía oscuro; como en el principio.

- ¿Así acabó todo? – le pregunté cuando sentí su divinidad detrás mio. Los ojos se
me llenaron de lagrimas, el pecho me dolía. Era verdad, todo fue verdad. No quise
creer; nadie quiso creer, pero ahora lo tenía frente mío.
- Se sabía que aquel día o de aquella hora, pero nadie sabría, ni siquiera los ángeles
en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre; todo fue advertido.

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