Está en la página 1de 16

"Trazando Nuestro Cielo: Un Viaje de Amor, Esperanza y Resiliencia"

Capítulo 1: La Noticia

Era una tarde gris y lluviosa cuando Joselyn se enteró de que estaba embarazada. Las
emociones la abrumaron mientras sostenía el resultado positivo en sus manos
temblorosas. Por un lado, estaba llena de alegría ante la perspectiva de dar la bienvenida
a un nuevo miembro a la familia, pero por otro lado, también sentía ansiedad y
preocupación, especialmente por su padre, quien no se encontraba bien.
En medio de la pandemia de COVID-19, los hospitales estaban saturados y las
restricciones de movimiento dificultaban el acceso a los servicios médicos. A pesar de
ello, Joselyn decidió que debía hacer todo lo posible por acompañar a su padre en su
lucha contra los problemas de salud que afrontaba, los mismos que según los médicos
no tenían explicación, no podían dar con el resultado de lo que lo aquejaba, mientras
pasaba el tiempo y la salud de don Gonzalo seguía resquebrajándose cada día más. La
noticia de su embarazo agregó un sentimiento agridulce a la situación.
Con el corazón en la mano, Joselyn se acercó a su esposo Brayan y le mostró la prueba
de embarazo. La expresión de felicidad en el rostro de Brayan se mezcló con
preocupación cuando ella le contó sobre la delicada situación de su padre. Juntos,
decidirían enfrentar los desafíos que se les presentaban.
Los días pasaron y la salud del padre de Joselyn empeoró rápidamente. Las visitas al
hospital eran cada vez más frecuentes, pero los riesgos asociados con la pandemia
complicaban aún más la situación. La familia se mantuvo unida, apoyándose
fuertemente y buscando la manera de cuidar tanto de su padre como del nuevo miembro
que estaba por llegar.
El destino tenía sus propios planes, y el tiempo parecía correr en su contra. A medida
que el embarazo de Joselyn avanzaba, también lo hacía la enfermedad de su padre. A
pesar de sus esfuerzos, la falta de recursos médicos y la difícil situación de la pandemia
dificultaban que pudiera recibir la atención necesaria.
En medio de esta incertidumbre y complicada situación llegaron al doloroso diagnostico
que recibió don Gonzalo el mismo que lleno de una nube gris de tristeza y angustia toda
la casa y a cada uno de sus miembros, este diagnóstico decía Metástasis generalizada,
durante todo este tiempo el maldito cáncer era el responsable del sufrimiento de don
Gonzalo y no había sido detectado a tiempo, las palabras del médico los derrumbaron en
la desesperación cuando dijo “solo denle calidad de vida, no hay nada que se pueda
hacer” palabras que acabaron con las esperanzas de la familia.
Finalmente, una noche, mientras el oscuro silencio estaba en apogeo, un grito
desgarrador cambio las vidas de todos en la casa para siempre, el padre de Joselyn había
muerto, yacía en los brazos de su esposa doña Fiji, quien se aferraba al inerte cuerpo de
su amado envuelta en el más doloroso llanto al haber perdido al amado de su vida, a su
fiel compañero, al patriarca de la familia, el cáncer les había ganado la batalla y nada
pudieron hacer así se apagó la luz de la existencia de don Gonzalo el mismo día del
cumpleaños de su único hijo varón, coincidencia de la vida o castigo de la muerte nunca
sabremos el porqué, lo único que sabremos es que se fue la sonrisa de los corazones de
la familia y se extinguió la alegría en solo un instante.
La noticia del fallecimiento de su abuelo llegó con gran pesar a Josias, el hijo mayor de
Joselyn y Brayan. La operación de apendicitis que había atravesado durante la pandemia
lo había hecho aún más consciente de lo frágil que podía ser la vida.
Joselyn, sumida en el duelo y el torbellino de emociones, intentó encontrar a consuelo
en el hecho de que su padre, a pesar de todo, había sabido del embarazo y se había
alegrado con la noticia. Aunque no pudo ver crecer a su nieto, el amor de abuelo
siempre estaría presente en cada paso del camino.
Así comenzó la historia de Joselyn, Brayan, Josias y el pequeño Baram, unidos por la
adversidad y la esperanza. A medida que los días avanzaban, el embarazo de Joselyn
también lo hacía, y junto con él, la incertidumbre y la anticipación por lo que el futuro
les depararía. La familia sabía que enfrentarían desafíos difíciles, pero estaban decididos
a luchar juntos y a encontrar el brillo de la esperanza en medio de la oscuridad.

Capítulo 2: La Prueba de la Pandemia


Los días posteriores al nacimiento de Baram quedaron marcados por una mezcla de
alegría y tristeza. Joselyn se encontró en un estado de vulnerabilidad emocional,
balanceando la felicidad de ser madre con el dolor por la reciente pérdida de su padre
que se entrelazaba como los colores de un arcoíris. Joselyn, con la pequeña figura de su
hijo en brazos, encontró consuelo en el suave tacto de su piel y el dulce aroma que
descubría. A pesar de la sonrisa que adornaba su rostro, los ojos de Joselyn revelaban la
sombra del dolor por la reciente pérdida de su padre.
La ausencia del amado abuelo en la vida de Baram sería una realidad difícil de asimilar,
pero Joselyn y Brayan sabían que compartirían historias y anécdotas para mantener vivo
su legado. Aunque la pandemia de COVID-19 les impidió organizar un funeral y
despedirse con el tributo que su padre merecía, lo honraron en privado, llenando el
hogar con fotografías y recuerdos que hablaron del amor compartido.
Con la llegada del pequeño Baram, trajo consigo una suave brisa de esperanza en medio
de la tormenta que acechaba al mundo y Josias encontró una razón adicional para
fortalecerse. A pesar de que todavía era pequeño, entendió la importancia de apoyar a su
madre en este momento difícil. Los lazos entre Josías y su hermano pequeño se
fortalecieron cada día, y se convirtieron en el protector y el cómplice de Baram,
ayudándolo a sentirse seguro y amado en un mundo que a veces parecía abrumador.
La pandemia de COVID-19 continuó su curso, segando la vida de millones de personas
en todo el mundo. Para la familia de Joselyn, esto significaba enfrentar nuevos desafíos
en medio del duelo y la incertidumbre. Las restricciones y precauciones hicieron que las
visitas familiares resultaran difíciles, y el apoyo que necesitaran en esos momentos se
vio limitado.
A pesar de las dificultades, Brayan y Joselyn se apoyaron y encontraron fuerzas en el
amor que compartieron con Baram y Josias. La paternidad se convirtió en un bálsamo
para sus corazones heridos, y aunque la tristeza seguía presente, también había
momentos de alegría mientras veían crecer a su hijo menor.
Baram, con apenas unos meses de vida, comenzó a mostrar rasgos que preocupaban a
sus padres. No reaccionaba al sonido de su nombre, le costaba establecer contacto visual
y mostraba rechazo al contacto físico en ocasiones. Estos comportamientos eran
desconcertantes, y Brayan y Joselyn decidieron buscar las respuestas ante estas
situaciones que desconocían.
El médico los escuchó atentamente y realizó una serie de evaluaciones en Baram. Fue
entonces cuando surgió la posibilidad de un diagnóstico de Trastorno del Espectro
Autista (TEA). Joselyn se sintió abrumada por esta nueva noticia, preguntándose si sería
capaz de enfrentar los desafíos que esto implicaba. La culpa por no haber detectado los
signos antes invadió su corazón, y se preguntaba si podría ofrecer a Baram la vida que
merecía.
Con el diagnóstico aún sin confirmar, la familia se embarcó en una búsqueda imposible
por entender más sobre el autismo y cómo ayudar a Baram a lo largo de su desarrollo.
Iniciaron terapias tempranas para fortalecer sus habilidades sociales y emocionales,
buscando brindarle las herramientas que necesitan para enfrentar el mundo.
Joselyn se sumergió en la investigación y se conectó con grupos de apoyo de padres con
hijos con TEA. Encontró en ellos un espacio donde compartir sus emociones, miedos y
esperanzas. Poco a poco, comenzó a comprender que no estaba sola en esta lucha y que
había una comunidad de personas dispuestas a brindar apoyo y comprensión.
Las terapias de lenguaje, ocupacionales y de comportamiento se desarrollan en una
constante en la vida de Baram. Poco a poco, su comunicación comenzó a mejorar, y
aunque todavía enfrentó dificultades en las interacciones sociales, Joselyn y Brayan
celebraron cada avance, por poco que fuera.
El cumpleaños de Josias se acercaba, y aunque la tristeza por la pérdida de su abuelo
aún estaba presente, decidió hacer de ese día una celebración especial. Aunque no
pudieron reunirse con familiares y amigos como en años anteriores debido a la
pandemia, encontraron formas creativas de celebrar. Joselyn preparó el pastel favorito
de Josias, y Baram, con sus ojos brillantes, se unió a la alegría, como si supiera que era
un día especial para su hermano.
A medida que el tiempo avanzaba, el mundo comenzó a adaptarse a la pandemia. Las
restricciones se relajaron gradualmente, y la familia pudo volver a tener encuentros en
persona con amigos cercanos y familiares. Aunque todavía había desafíos, la posibilidad
de compartir momentos con sus seres queridos les brindó un alivio invaluable.
En el camino de criar a Baram, Joselyn y Brayan aprendieron valiosas lecciones sobre
paciencia, amor incondicional y aceptación. Cada día, Baram les enseñaba a ver el
mundo desde una perspectiva única y especial. A través de sus ojos, disfrutará la belleza
en las pequeñas cosas y el poder del amor para superar cualquier obstáculo.
El capítulo de la pandemia continuó, y la vida cotidiana se adaptó a la nueva
normalidad. Las terapias y el apoyo emocional se tocaron en una parte importante de la
rutina de la familia. A pesar de los obstáculos y las dificultades, la unión entre Joselyn,
Brayan, Josias y Baram se fortalecía cada día más, convirtiéndolos en un equipo
dispuesto a enfrentar juntos lo que el futuro les deparara.

Capítulo 3: La Fortaleza de la Familia


Con el pasar de los meses, la familia de Joselyn se adaptó a la nueva normalidad
impuesta por la pandemia y al reto que significó criar a un niño con autismo. Aunque las
dificultades siguieron presentes, cada día que pasaron, Baram demostró su capacidad de
sorprenderlos y llenarlos de amor.
Las terapias se volvieron una parte esencial de la rutina de Baram. Los especialistas
trabajaron incansablemente para ayudar a mejorar su comunicación, habilidades sociales
y autonomía. Joselyn y Brayan aprendieron a involucrarse activamente en el progreso
de su hijo, apoyándolo en cada paso que daba hacia el desarrollo de sus habilidades.
Joselyn también se unió a grupos de apoyo específicos para padres de niños con
autismo. Allí encontré valiosos consejos y un espacio donde compartir sus miedos y
logros. La red de apoyo que se formó con otras familias en situaciones similares les
brindó una sensación de comunidad y comprensión que les ayudó a enfrentar los
desafíos con más confianza.
Aunque Baram mostró avances significativos en su desarrollo, también había días
difíciles en los que la frustración se apoderaba de él. Joselyn y Brayan aprendieron a
reconocer las señales de estrés de su hijo y buscaron formas de calmarlo y apoyarlo. La
paciencia y el amor eran sus principales herramientas para ayudar a Baram a superar las
dificultades que enfrentaba.
Josias, el hermano mayor de Baram, también desempeñó un papel fundamental en su
desarrollo. Su conexión especial con Baram era evidente, y juntos encontraron formas
de comunicarse y divertirse. Josias se convirtió en el defensor y el compañero de
aventuras de su hermano menor, y el amor entre ellos creció cada día más.
La relación entre Joselyn y Brayan se fortaleció en la medida en que enfrentaron juntos
los desafíos que la crianza de Baram implicaba. Se apoyaban sensibilidades en los
momentos difíciles y celebraban cada logro de su hijo con alegría y gratitud.
Aprendieron a comunicarse de manera efectiva ya tomar decisiones conjuntas para el
bienestar de Baram y de la familia en general.
A pesar de los desafíos, la familia encontró momentos de felicidad y risas en medio de
la rutina diaria. Baram tenía una fascinación por los trenes y los números, y compartió
esas pasiones con él se convirtió en una fuente de alegría para todos. Cada pequeño
logro y avance de Baram se celebraba con entusiasmo, y el amor que compartían les
daba fuerzas para seguir adelante.
A medida que Baram crecía, también lo hacía su curiosidad por el mundo que lo
rodeaba. Joselyn y Brayan lo alentaron a explorar, descubrir y aprender, adaptando el
entorno para que fuera seguro y estimulante para él. Juntos, disfrutaban de paseos al aire
libre, donde Baram se conectaba con la naturaleza y encontraba una calma que llenaba
su corazón.
Aunque había momentos de agotamiento y desesperación, la familia de Joselyn nunca
perdió la esperanza. Aprendieron a ver el autismo como una parte única y valiosa de
Baram, y decidieron acompañarlo en su camino de crecimiento y autodescubrimiento.
La fortaleza de la familia radicaba en su amor incondicional y en su compromiso de
enfrentar los desafíos juntos, como un equipo unido. A través de las lágrimas y las
sonrisas, encontré un propósito en la crianza de Baram y aprendieron a valorar cada
momento compartido como un regalo preciado.
La pandemia seguía presente en sus vidas, pero ahora la enfrentaban con una mayor
determinación y resiliencia. A pesar de las dificultades, la familia de Joselyn encontró
en su amor la fuerza para superar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.
Juntos, se aferraban a la esperanza de un futuro brillante para Baram, sabiendo que, con
su amor y apoyo incondicional, él sería capaz de alcanzar cualquier meta que se
propusiera.
Los días continuaron pasando, y la familia de Joselyn se enfrentó a nuevas pruebas y
desafíos. A medida que Baram crecía, también lo hacían las demandas y las necesidades
de su desarrollo. Hubo momentos en los que parecía que el progreso se estancaba, y esto
a veces resultó desalentador para Joselyn y Brayan.
Una tarde, después de una sesión de terapia con Baram, Joselyn se sentó junto a Brayan
en el sofá, con la mirada perdida en sus pensamientos.
 ¿Estás bien, cariño? - preguntó Brayan, tomando su mano con ternura.
 Sí, solo... a veces me siento abrumada. Quisiera que Baram avanzara más rápido,
que todo fuera más fácil para él - respondió Joselyn con un suspiro.
Brayan la miró con dulzura y le acarició la mejilla.
 Sabes que estamos haciendo todo lo posible por él, ¿verdad? Lo importante es
que Baram sabe que lo amamos y que estamos aquí para él en cada paso del
camino.
Joselyn asintió con un leve gesto de la cabeza.
 Lo sé, pero a veces me siento culpable. Me pregunto si hay algo más que
podamos estar haciendo o si estamos cometiendo errores.
 Escucha, cariño, todos cometemos errores. Pero lo más importante es que
aprendamos de ellos y sigamos adelante. Estamos aprendiendo y creciendo junto
con Baram. Y si algo no funciona, buscaremos otra manera de abordar las cosas
- dijo Brayan con determinación.
Joselyn sonrió, agradeciendo el apoyo de su esposo. Siempre había sido su roca, su
fuente de fortaleza cuando las cosas se ponían difíciles.
 Tienes razón. No podemos rendirnos, ni por él ni por nosotros.
Así, la pareja se apoyó en los momentos de incertidumbre y retrocedió en el avance de
Baram. Aprendieron a ser pacientes y comprensivos, celebrando cada pequeño avance y
aprendiendo de cada desafío que enfrentaron.
Una tarde, durante una visita a un parque, Baram tuvo un momento de meltdowns. La
multitud y el ruido lo abrumaron, y su frustración se manifestó en un arrebato de
emociones. Joselyn y Brayan se acercaron a él con calma y lo abrazaron.
 Está bien, Baram. Estamos aquí contigo. Respira profunda - le susurró Joselyn
con voz serena.
Brayan acarició la cabeza de Baram y comenzó a cantar una de sus canciones favoritas.
Poco a poco, la tensión se fue disipando y Baram se calmó.
 Lo hiciste muy bien, mi amor - elogió a Brayan mientras secaba una lágrima en
la mejilla de Baram.
 Te amamos mucho, Baram. Siempre estaremos aquí para apoyarte - agregó
Joselyn.
Los ojos de Baram se encontraron con los de sus padres, y en ese momento, pudieron
ver el amor y la gratitud en su mirada. A pesar de los momentos difíciles, Baram sabía
que siempre podía confiar en el amor incondicional de su familia.
Con el tiempo, Baram continuó progresando en su desarrollo. Hubo días de avances
notables, y otros en los que los retrocedieron los pusieron a prueba. Pero la familia de
Joselyn no se rindió. Aprendieron a celebrar cada logro, sin importar cuánto pequeño
fuera, ya enfrentaron los desafíos con determinación y esperanza.
El amor que compartieron como familia era su fuerza motriz, su razón para seguir
adelante. A través de los altibajos, encontramos la unidad y la conexión que los
probablemente fuertes. Sabían que no podía cambiar el pasado, pero podía moldear el
futuro de Baram con amor, paciencia y comprensión.
En cada paso del camino, la familia de Joselyn destruyó su fortaleza y su capacidad para
enfrentar la adversidad con amor incondicional. Juntos, superaron los desafíos,
encontraron soluciones y se aferraron a la esperanza de un futuro lleno de logros y
alegrías para Baram. A medida que los días avanzaban, su amor los guiaba, iluminando
su camino y grabándoles que, juntos, no había nada que no pudiéramos enfrentar.

Capítulo 4: Descubriendo la Fortaleza Interior


El verano llegó y con él, nuevas experiencias y desafíos para la familia de Joselyn.
Baram estaba cada vez más curioso y lleno de energía, lo que los llevó a explorar el
mundo exterior. Un día, decidieron llegar a un parque cercano para que jugara en los
columpios y disfrutara del aire libre.
"Baram, mira qué divertido es esto", exclamó Josias mientras empujaba suavemente el
columpio en el que Baram estaba sentado. El rostro de Baram se iluminó con una gran
sonrisa y soltó una risa contagiosa que llenó el corazón de todos.
"¡Es genial, hermano!" respondió Baram, mostrando una conexión única con Josias que
siempre asombraba a sus padres.
Joselyn observaba la escena con lágrimas en los ojos. Ver a sus dos hijos interactuar y
disfrutar juntos era una de las cosas más hermosas que había presenciado. A pesar de
todas las dificultades, sabía que había algo especial en la relación entre Josias y Baram,
algo que iba más allá de las palabras.
"Lo estás haciendo muy bien con él, Josias", dijo Joselyn con ternura. "Eres un hermano
increíble y una gran ayuda para mí. No sé qué haría sin ti".
Josias sonrió y abrazó a su madre. "Gracias, mamá. Baram es mi mejor amigo, y
siempre estaré aquí para él".
Esa tarde, mientras regresaban a casa, Joselyn llevó a Baram a dar un paseo por la orilla
del río cercano. Baram estaba fascinado con el agua y pasó un rato saltando y
chapoteando en los charcos. Joselyn observaba cada gesto de su hijo, maravillándose
con su inocencia y alegría.
"Baram, ¿te gusta estar aquí afuera?", preguntó Joselyn mientras tomaba la mano de su
hijo.
"Sí, mamá. Me gusta mucho el agua", respondió Baram con entusiasmo.
"Me alegro de que estemos compartiendo este momento juntos", dijo Joselyn con una
sonrisa. "Eres mi luz, Baram. Tu amor y tu fuerza me inspiran cada día".
Baram asintió, sin comprender completamente las palabras de su madre, pero sintiendo
la intensidad de su afecto.
Los meses pasaron, y con cada día, Joselyn se dio cuenta de su propia fuerza interior.
Aprender a ser madre de un niño con autismo había sido una montaña rusa emocional,
pero estaba decidida a dar lo mejor de sí para el bienestar de Baram.
Un día, mientras Joselyn y Baram estaban en la sala de espera de una terapia, notó a una
madre que luchaba por calmar a su hijo, quien también tenía autismo. La madre parecía
cansada y abrumada por la situación, y Joselyn sintió empatía por ella.
Se acercó a la mujer y le ofreció una sonrisa amable. "Sé lo difícil que puede ser, pero
nunca olvides que eres una gran madre", le dijo Joselyn.
La mujer miró a Joselyn con sorpresa y agradecimiento. "Gracias. A veces, siento que
no estoy haciendo lo suficiente", admitió.
“Créeme, todas nos sentimos así en algún momento”, respondió Joselyn. "Pero lo
importante es que estamos aquí, dando lo mejor de nosotras para nuestros hijos. Eso es
lo que realmente importa".
Ese día, Joselyn se dio cuenta de cuánto había crecido como madre. Encontró fortaleza
en sus propias palabras, y animó a esa madre desconocida también la ayudó a reafirmar
su propósito en la crianza de Baram.
Las terapias continuaron, y aunque había días difíciles, la familia encontró momentos de
alegría en las pequeñas cosas. Cada avance de Baram era una victoria para todos, y cada
desafío era enfrentado con valentía y amor.
En una noche cálida de verano, la familia se reunió en el patio trasero para una cena
especial al aire libre. Baram estaba emocionado por la idea y ayudó a su madre a
preparar la mesa.
"Mamá, yo pongo las servilletas", dijo Baram con entusiasmo.
"¡Claro, cariño! Gracias por tu ayuda", respondió Joselyn, sintiéndose agradecida por la
presencia y la alegría de Baram.
Mientras disfrutaban de la cena juntos, Joselyn miró a su esposo e hijos con en el
corazón. A pesar de todas las dificultades, sabía que tenía una familia fuerte y amorosa a
su lado, y eso la llenaba de esperanza para el futuro.
La pandemia aún seguía presente, pero esa noche, en su patio trasero, la familia
encontró un momento de paz y felicidad. Se dio cuenta de que no importaba lo que el
futuro les deparara; mientras estuviéramos juntos, enfrentarían cada desafío con valentía
y amor. La fortaleza de la familia residía en su amor incondicional y en su
determinación de ser un equipo unido, apoyándose unos a otros en cada paso del
camino.

Capítulo 5: Renaciendo sin Restricciones


El día que la noticia llegó anunciando el fin de la pandemia, la familia de Joselyn sintió
una mezcla de emociones. La alegría de ver la luz al final del túnel y la esperanza de un
mundo sin restricciones se entrelazaban con el miedo a enfrentar una nueva normalidad
desconocida.
"¡Chicos, escuché las noticias! La pandemia ha terminado, y las restricciones están
siendo levantadas", anunció Brayan con entusiasmo.
Joselyn sonrió, pero sintió un nudo en el estómago. "Es genial que podamos volver a
salir y vivir con más libertad, pero también me preocupa cómo será para Baram".
"Lo sé, cariño. Pero hemos aprendido tanto en este tiempo, y ahora estamos mejor
preparados para enfrentar lo que venga", dijo Brayan con confianza.
Esa noche, durante la cena, la familia discutió sobre cómo sería su vida sin
restricciones. Joselyn y Brayan explicaron a Josias sobre la importancia de seguir
cuidándose y manteniendo algunas precauciones para proteger la salud de Baram.
"Josias, sé que estamos emocionados por volver a salir y hacer cosas que antes no
podíamos, pero debemos recordar que Baram todavía necesita un ambiente seguro y
predecible", explicó Joselyn.
"Tienes razón, mamá. No queremos hacer nada que lo haga sentir incómodo o
abrumado", respondió Josias, entendiendo la importancia de apoyar a su hermano
menor.
En los días siguientes, la familia comenzó a adaptarse a la nueva normalidad. Salieron a
pasear juntos, visitaron parques y planificaron pequeñas escapadas. Cada experiencia
era una oportunidad para que Baram explorara el mundo y enfrentara nuevos desafíos.
En una tarde soleada, llevaron a Baram a un parque de diversiones. Joselyn se
preocupaba por cómo reaccionaría Baram ante las luces, los sonidos y la multitud, pero
estaba determinado a brindarle la oportunidad de disfrutar como cualquier otro niño.
“Baram, ¿estás emocionado?”, preguntó Joselyn mientras se acercaban al parque.
"Sí, mamá. ¡Vamos a montar en los carritos!", exclamó Baram con entusiasmo.
Aunque Joselyn seguía preocupada, ver la emoción en los ojos de su hijo le llenaba de
alegría. Se asegurará de estar siempre cerca de él, lista para brindarle apoyo en caso de
que se sintiera abrumado.
Baram disfrutó del parque de diversiones de una manera única. Aunque algunas
atracciones eran demasiado estimulantes para él, se divertían en las más tranquilas.
Joselyn y Brayan lo observaron con orgullo, sabiendo que su hijo estaba enfrentando el
mundo con valentía y determinación.
En otra ocasión, decidí llevar a cabo a Baram una fiesta de cumpleaños en casa de un
amigo. Sabían que las fiestas podrían ser difíciles para él debido a la cantidad de
personas y la intensidad de las actividades, pero querían que Baram tuviera la
oportunidad de interactuar con otros niños y disfrutar de la celebración.
"Mamá, ¿puedo llevar mi camión de juguete a la fiesta?", preguntó Baram con timidez.
"Claro, cariño. Será mostrarles a tus amigos tu camión divertido", respondió Joselyn,
alentando a su hijo a ser él mismo.
Durante la fiesta, Joselyn y Brayan estuvieron atentos a las necesidades de Baram,
asegurándose de que se sintiera cómodo y disfrutara del evento. Observaron cómo
Baram se acercaba lentamente a los otros niños y, con el tiempo, comenzaba a
interactuar con ellos.
Josias también se convirtió en un gran apoyo para Baram durante la fiesta. Los dos
hermanos compartieron risas y juegos, creando recuerdos especiales juntos.
"Eres increíble, Baram. Estoy orgulloso de ti", dijo Josias mientras jugaban en el jardín.
Baram sonrió y le dio un abrazo a su hermano mayor. "Tú también eres increíble,
Josias".
Esa noche, mientras se preparaban para dormir, Joselyn miró a sus dos hijos y sintió una
profunda gratitud. A pesar de los desafíos que enfrentaron, su familia estaba unida y se
apoyaba en cada paso del camino.
"Gracias por estar siempre ahí para nosotros", le susurró Joselyn a Brayan mientras
acariciaba su mano.
"No podría pedir una familia mejor", respondió Brayan, sintiendo un profundo amor por
su esposa e hijos.
A medida que los días pasaron, la familia de Joselyn se enfrentó al mundo sin
restricciones con valentía y amor. Aprendieron a disfrutar de cada momento juntos,
celebrando las pequeñas victorias y enfrentando los desafíos con determinación.
Baram seguía creciendo y mostrando avances en su desarrollo. Aunque todavía tenía
momentos de dificultad, Joselyn y Brayan confiaron en su capacidad para superar
cualquier obstáculo que se presente.
La familia sabía que el camino de Baram no sería fácil, pero estaban decididos a
caminar a su lado, brindándole el amor y el apoyo que necesitaba para florecer y
alcanzar su máximo potencial.
Y así, con el amor como su mayor fortaleza, la familia de Joselyn continuó su camino
hacia el futuro, enfrentando cada día con esperanza y alegría, sabiendo que juntos, no
había nada que no pudiéramos superar.

Capítulo 6: Cuando el Camino se Vuelve Oscuro


La vida continuó para la familia de Joselyn, y aunque se enfrentaron a muchos desafíos,
también celebraron muchos avances en el desarrollo de Baram. Sin embargo, un día,
todo cambió.
Fue una tarde soleada cuando Joselyn, Brayan, Josias y Baram fueron a visitar un
parque que nunca habían explorado antes. Baram estaba emocionado, saltando de
alegría mientras corría hacia los juegos. Pero algo no se sintió bien esa tarde.
"Mamá, no quiero ir al columpio", dijo Baram con una voz temblorosa.
Joselyn lo miró con preocupación, notando que Baram parecía incómodo. "Está bien,
cariño. ¿Qué te gustaría hacer en su lugar?"
Baram dijo un rincón tranquilo del parque y dijo: "Quiero estar allí, mamá".
Joselyn asintió y lo llevó a la zona tranquila donde Baram se sentó en silencio. Mientras
observaba a su hijo, su corazón se llenó de angustia. ¿Qué le estaba pasando a Baram?
¿Por qué de repente parecía retroceder en su progreso?
En casa, esa noche, Joselyn no pudo evitar sentirse abrumada por la situación. Se
preguntaba si había hecho algo mal, si había pasado por alguna señal importante. Los
miedos y las dudas la atormentaban, y se sumió en un profundo monólogo interno.
"¿Qué hice mal? ¿Por qué Baram está retrocediendo? Me siento impotente, como si no
pudiera protegerlo o entender lo que le pasa. Lo he estado observando todo el tiempo,
tratando de darle lo que necesita, y sin embargo, aquí estamos , enfrentando esta nueva
crisis. ¿Será mi culpa? ¿No lo estoy apoyando lo suficiente? ¿Cómo puedo ser una
buena madre para él?"
Brayan notó el dolor en los ojos de su esposa y la abrazó con cariño. "Cariño, no es tu
culpa. Estamos haciendo todo lo que podemos por Baram, pero el autismo es complejo
ya veces impredecible. Lo único que podemos hacer es estar aquí para él y seguir
buscando formas de ayudar".
Joselyn asintió, pero la angustia seguía presente en su corazón. A la mañana siguiente,
llamaron a la terapeuta de Baram para discutir lo que estaba sucediendo. La terapeuta
les puede explicar que los niños con autismo pueden experimentar altibajos en su
desarrollo y que no siempre habrá respuestas claras o soluciones fáciles.
"Lo más importante es seguir brindándole un ambiente seguro y predecible", aconsejó la
terapeuta. "Los niños con autismo a menudo enfrentan desafíos en la adaptación a
cambios inesperados o entornos muy estimulantes. Continúen con la rutina y el apoyo
que le han estado dando".
A pesar de las palabras reconfortantes de la terapeuta, Joselyn siguió sintiéndose
devastada. Temía que su hijo estuviera cumpliendo y que no pudiera comprender o
comunicar lo que estaba pasando.
"¿Por qué él? ¿Por qué nuestro pequeño Baram tiene que enfrentar tantas dificultades?
Es injusto", se lamentó Joselyn en su interior.
El camino se volvió más oscuro para la familia en los días siguientes. Aunque seguían
luchando con valentía, el dolor y la angustia los acompañaban en cada paso que daban.
Joselyn se encontró llorando en silencio por las noches, preguntándose cómo encontrar
la fuerza para seguir adelante.
Una tarde, mientras Baram jugaba en su habitación, Joselyn se sentó a su lado y lo miró
con amor y preocupación. En un momento de calma, Baram miró directamente a los
ojos de su madre, y en ese instante, Joselyn sintió una conexión profunda y especial.
"A pesar de todo, te amo con todo mi corazón, Baram. Eres un niño maravilloso y
valiente, y no importa lo que enfrentemos, siempre estaré aquí para ti", murmuró
Joselyn, dejando que las lágrimas corrieran por sus mejillas.
En ese momento, Joselyn sintió que algo dentro de ella cambiaba. Aunque el camino
seguía siendo desafiante y lleno de incertidumbre, encontró una fuerza en su amor por
Baram que la ayudó a enfrentar la oscuridad que los rodeaba.
La familia de Joselyn siguió adelante con valentía, apoyándose unos a otros en cada
paso del camino. Aunque había días difíciles, también había días de alegría y esperanza.
Aprendieron a valorar cada pequeño logro ya encontrar fortaleza en su amor
inquebrantable por Baram.
En medio de las dificultades, la familia descubrió una resiliencia interior que nunca
habían conocido antes. Sabían que el camino hacia el futuro sería incierto, pero estaban
dispuestos a enfrentarlo juntos, con amor y determinación.
Con el tiempo, Baram comenzó a mostrar signos de mejora nuevamente. Sus retrocesos
no fueron permanentes, y poco a poco volvió a encontrar su equilibrio y avances en su
desarrollo. Joselyn y Brayan celebraron cada pequeño paso que Baram daba,
reconociendo la fuerza y la perseverancia de su hijo.
"Estoy tan orgulloso de ti, Baram. Eres un luchador y un niño valiente", dijo Brayan
mientras abrazaba a su hijo.
Joselyn asintió, con lágrimas de alegría en sus ojos. "Sí, cariño, eres increíble. Nunca
dejaremos de apoyarte y amarte".
Con el paso del tiempo, la familia encontró una nueva normalidad en su vida. Aunque
aún enfrentaban desafíos, aprendieron a aceptar y abrazar la singularidad de Baram,
valorando cada aspecto de su personalidad y reconociendo que su autismo era parte de
lo que lo hacía especial.
Joselyn también encontró fuerza en su propia vulnerabilidad. Comenzó a asistir a
sesiones de terapia para procesar sus emociones y aprender a manejar el estrés que a
menudo acompañaba a la crianza de un niño con autismo.
"Es difícil, pero aprendió que está bien sentirme abrumada y triste en ocasiones. Lo
importante es seguir adelante y encontrar la alegría en los momentos más simples",
compartió Joselyn con su terapeuta.
A medida que Baram crecía, su conexión con Josias también se fortalecía. Los dos
hermanos se reforzaron en un equipo inseparable, apoyándose sensibles en cada
aventura y desafío que enfrentaban. Joselyn observó con gratitud cómo Josias se
convirtió en un aliado valioso en la vida de Baram.
Con el tiempo, Baram continuó sorprendiendo a su familia con su perseverancia y
determinación. Aprendió a comunicarse de nuevas maneras y se abrió a explorar el
mundo que lo rodeaba. Su amor por los trenes y los números no necesarios, y la familia
siguió encontrando maneras de fomentar su pasión y creatividad.
Una tarde, mientras paseaban por el parque, Baram tomó la mano de Joselyn y la miró
con una sonrisa radiante.
"Te quiero, mamá", dijo Baram con su voz suave y dulce.
Las lágrimas de felicidad llenaron los ojos de Joselyn. "Y yo te quiero más de lo que
puedas imaginar, mi amor".
La familia de Joselyn se encontró en un nuevo capítulo de su vida. Aprendieron que el
amor, la comprensión y la paciencia eran las herramientas más poderosas para ayudar a
Baram a florecer. Y aunque el camino todavía podía ser desafiante, estaban unidos,
seguramente a enfrentar cualquier obstáculo y celebrar cada logro, por pequeño que
fuera.
El futuro seguía siendo incierto, pero la familia de Joselyn estaba lista para enfrentarlo,
seguros de que, con amor incondicional y unidos como equipo, podrían enfrentar
cualquier adversidad que la vida les presentara. Juntos, aprendieron a encontrar la
belleza en la singularidad de Baram y descubrieron que, a pesar de los desafíos, el amor
siempre sería su guía en el viaje de la vida.

Capítulo 7: Un Futuro Lleno de Esperanza


El sol se ponía en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos mientras la familia de
Joselyn caminaba por la playa. Las olas acariciaban la orilla y el viento suave jugaba
con sus cabellos. Había recorrido un largo camino desde que Baram fue diagnosticado
con autismo, y ahora, en medio de la tranquilidad del atardecer, encontré un momento
para reflexionar sobre su viaje.
Joselyn miró a su alrededor, viendo a su esposo Brayan, a su hijo mayor Josias ya
Baram, quien estaba fascinado por la arena y el mar. Una sensación de gratitud y amor
la inundó, y decidió compartir sus pensamientos con su familia.
"Cuando miramos hacia atrás, veo lo lejos que hemos llegado juntos", comenzó Joselyn,
con la voz llena de emoción. "Hemos enfrentado muchas pruebas y desafíos, pero
siempre nos hemos apoyado unos a otros. Es increíble cómo el amor y la unión pueden
ayudarnos a superar incluso los momentos más oscuros".
Brayan tomó la mano de Joselyn con ternura. "Somos un equipo fuerte, y no importa lo
que el futuro nos depare, siempre estaremos juntos".
"Exactamente", agregó Josias con una sonrisa. "Hemos aprendido que amor por Baram
es nuestro mayor poder y que podemos enfrentar cualquier cosa si estamos unidos".
Baram miró a su familia con sus grandes ojos brillantes y sonrió, como si supiera que
era el centro del amor y la atención de todos. Joselyn se agachó y lo abrazó, sintiendo el
latido de su corazón. En ese momento, se dio cuenta de que, aunque el camino había
sido rechazado, no lo cambiaría por nada en el mundo.
"Quiero que sepas, Baram, que eres nuestro mayor regalo", dijo Joselyn, mientras
acariciaba la mejilla de su hijo. "Eres un niño valiente y especial, y ha cambiado
nuestras vidas de una manera que nunca pudimos haber imaginado. Te amamos con
todo nuestro corazón, y siempre estaremos aquí para ti".
Baram respondió con un abrazo cálido y un suave susurro: "Te quiero, mamá".
El futuro estaba lleno de posibilidades para la familia de Joselyn. Sabían que habría más
desafíos por delante, pero también confiaban en que habría más avances y momentos de
alegría. Se apoyarían piedras, encontrando fuerza en su amor y determinación para
enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en su camino.
Con el atardecer como testigo, la familia de Joselyn caminó hacia el futuro, dejando
atrás las sombras del pasado y abrazando la esperanza de un mañana mejor. Sabían que
no estaban solos en esta jornada, y que había una comunidad de personas dispuestas a
apoyarlos en cada paso.
Joselyn miró el horizonte y sonrió, sabiendo que su historia no terminaba aquí. Se sintió
inspirado para compartir su experiencia con otras familias, para mostrarles que aunque
la vida pueda ser desafiante, el amor siempre será su guía. Y así, con la posibilidad de
una segunda parte del libro, dejó abierta la puerta para contar nuevas historias de
crecimiento, esperanza y resiliencia.
Mientras el sol se sumergía en el océano, la familia de Joselyn se abrazó con cariño,
sintiendo la conexión profunda que solo el amor puede brindar. Juntos, enfrentarían
cada nuevo amanecer con gratitud y valentía, sabiendo que su amor los llevaría a un
futuro lleno de esperanza.
El resplandor del atardecer pintaba el cielo con tonos dorados mientras la familia de
Joselyn caminaba de regreso a casa. El mar susurraba palabras de serenidad y la brisa
acariciaba sus rostros, como si quisiera susurrarles un mensaje de esperanza. A medida
que se alejaban de la playa, Joselyn tuvo consigo una mezcla de emociones en su
corazón.
Al llegar a casa, mientras todos se preparaban para descansar, Joselyn se sentó en el
sillón, pensativa. En el silencio de la noche, sus pensamientos se entrelazaron con las
palabras que había compartido con su familia en la playa. Comprendió que, aunque el
camino había sido difícil ya veces doloroso, había sido una oportunidad para crecer,
aprender y descubrir la fortaleza que habitaba dentro de cada uno de ellos.
"La maternidad, y en especial ser madre de un hijo con autismo, ha sido un viaje de
autodescubrimiento", reflexionó Joselyn en voz baja. "A través de las dificultades, he
aprendido que no siempre puedo controlar lo que sucede, pero luz puedo elegir cómo
responder y enfrentar las adversidades. Mi amor por Baram y mi familia se ha
convertido en un ancla en los momentos turbulentos, guiándome hacia la incluso en la
oscuridad".
Con una mirada llena de gratitud y determinación, Joselyn sintió la necesidad de
compartir un mensaje con todas las familias que se encontraron en una situación similar
a la suya.
"A todas las familias que están atravesando momentos difíciles, quiero decirles que no
están solos", comenzó Joselyn con voz clara y firme. "Cada familia y cada niño son
únicos, y aunque el camino puede ser desafiante, también es una oportunidad para
crecer y encontrar la belleza en la singularidad de nuestros hijos. No hay una manera
única de ser padres, pero el amor incondicional y el apoyo mutuamente pueden marcar
la diferencia en cada paso del camino".
"Recuerden que está ayuda bien sentirse abrumados y buscar cuando sea necesario",
continuó Joselyn con sinceridad. "La fuerza está en reconocer nuestras vulnerabilidades
y aprender de ellas. No hay respuestas perfectas, pero juntos, como comunidad,
podemos brindarnos apoyo y comprensión".
"El autismo no define a nuestros hijos, sino que es solo una parte de quiénes son. Cada
niño tiene su propio camino, y es nuestro deber como padres estar a su lado,
brindándoles amor y oportunidades para que florezcan y alcancen su máximo potencial"
, concluyó Joselyn con una sonrisa reconfortante.
A medida que sus palabras se desvanecían en la serenidad de la noche, Joselyn sintió
una paz interior. Sabía que el camino seguiría teniendo desafíos, pero también estaba
lleno de esperanza y optimismo por lo que el futuro les depararía. Miró a su familia
dormir, sintiendo la fortaleza de su amor y la certeza de que juntos podríamos
enfrentarnos a cualquier cosa que la vida les presentara.
La vida continúa con sus altibajos, pero la familia de Joselyn había aprendido a abrazar
cada momento, celebrando los logros, aprendiendo de los desafíos y manteniendo la
esperanza viva en sus corazones. Con la posibilidad de una segunda parte del libro, dejó
abierta la puerta para seguir compartiendo su historia de crecimiento, amor y resiliencia.
Y así, mientras la noche avanzaba y las estrellas iluminaban el cielo, la familia de
Joselyn se aferró a la convicción de que, a través del amor y el apoyo mutuo, cada
nueva página de su historia estaría llena de esperanza y un futuro brillante.
fin

También podría gustarte