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Facultad de Psicología

Carrea de Psicología Advance

Ensayo

M. Klein

Posición Esquizo-Paranoide

Posición Depresiva

Autora:

Camila Zamorano Tejos

Docente:

Fernando Romero U.

Asignatura:

Fundamentos y Terapias de Psicoterapia Psicoanalítica

Puerto Montt, 08 Agosto 2023


Introducción

Melanie Reizes, nace el 30 de marzo de 1882 en Viena, su pare Moriz Reizes de


profesión médico general y dentista, la madre Libussa Deutsch quien tuvo 4 hijos Emile,
Emanuel, Sidonie y Melanie. (Sanchez- Barranco Ruiz & Vallejo Orellana, 2004)

A los 14 años Melanie, decide estudiar medicina más específicamente Psiquiatría y


la prepara en su ingreso al Gimnasium de Viena, lo cual tuvo que dejar de lado a los 17
años por su noviazgo con Arthur Stevan Klein, posterior a ello su casamiento a los 21 años
con el químico industrial. Empezando así cursos de historia y arte en la Universidad de
Viena.

En 1918 M. Klein asiste al 5° Congreso Psicoanalítico Internacional, en el que


Sigmund Freud lee “Lines of Advances in Psychoanalytic Therapy. Esto provocó en ella
una impresión que según menciona la impresiona, fortaleciendo su deseo de dedicarse al
psicoanálisis. Ferenczi, la asigna como asistente de Anton von Freud. Klein expone su
primer trabajo “Der Familienroman in statu nascendi 1920, por lo que es aceptada como
miembro de la Sociedad Psicoanalítica Húngara, la que estaba bajo una intensa actividad de
Ferenczi y así avanza como miembro de varias sociedades con el pasar de los años.

Las obras de M. Klein son largas e intensas, destacando El Psicoanálisis de Niños


en 1932, hasta 1948, donde formula con mayor precisión y amplitud la teoría que sale de
ello respecto a su teoría de las posiciones y sus ideas revolucionarias sobre el complejo de
Edipo entre otros conceptos. (Sanchez- Barranco Ruiz & Vallejo Orellana, 2004)

Estos aportes considerados y abordados el primer año de vida de los niños,


señalando dos posiciones más importantes del psiquismo, la posición esquizoparanoide y la
posición depresiva.

- Posición esquizo-paranoide, en los primero 3 o 4 meses de vida. Al principio de la


vida postnatal, donde él bebe experimenta ansiedad proveniente de las fuentes
internas y externas.
- Posición depresiva, durante el segundo trimestre del primer año. Donde
comienzan ciertos cambios en el desarrollo intelectual y emocional del bebe
haciéndose más marcados.
Desarrollo
M. Klein toma el modelo psicoanalítico de Freud y en 1932 publica “el psicoanálisis
de niños” obra en donde formula los dos conceptos importantes de su teoría posición
esquizoparanoide y posición depresiva. Y lo que hace es poder dar una respuesta respecto
de la investigación sobre qué es lo que pasa con el psicoanálisis en los niños y como se
logra desarrollar el aparato psíquico en los niños y que determine el funcionamiento
psíquico los adultos.

M. Klein en su doctrina considera un concepto central del cual desarrollaremos


parte de este ensayo, es el de posición que implica una configuración de relaciones con
objetos, como con ciertas ansiedades y defensas, configuración que acompaña de alguna
forma por toda la vida. (Sanchez- Barranco Ruiz & Vallejo Orellana, 2004)

- La primera de las posiciones referida por Melanie es la esquizoparanoide, la cual


nunca llega a ser completamente reemplazada por la posición siguiente, depresiva.

Esta posición exige, la aclaración de la función de otras dos defensas, la


idealización caracterizada por un aumento exagerado de los rasgos positivos y protectores
del objeto parcial bueno sirviendo la defensa como elemento compensador de la ansiedad
persecutoria. Y la negación mágica omnipotente cuando actúa en el proceso defensivo para
contrarrestar la angustia autodestructiva y la angustia persecutoria, teniendo como misión el
quitar las fantasías cargadas de ideación dañina contra el sujeto, abocando a un estado
maniaco, del que en algún momento abra que salir, si es que el desarrollo se mantiene en
línea sana. (Sanchez- Barranco Ruiz & Vallejo Orellana, 2004)

Viéndolo como ansiedad persecutoria, su principal causa externa puede hallarse en


la experiencia del nacimiento. Por lo que como si el dolor e incomodidad sufridos por él
bebe, así como la pérdida del estado intrauterino, fueran sentidos como ataques de fuerzas
hostiles, ósea como la persecución. Siendo la ansiedad/angustia persecutoria que entra
desde un principio en la relación con él bebe y los objetos, en la medida en que está
expuesto a privaciones. (Klein, Heimann, Isaacs, & Riviere, 1952).

Cuando la ansiedad persecutoria es menos intensa, la escisión es de menor alcance,


por lo tanto, el yo es capaz de integrarse y sintetizar en cierta medida los sentimientos hacia
el objeto. La integración se puede dar si, en tan momento el amor hacia el objeto predomina
sobre las pulsiones destructivas (instinto de vida por sobre el instinto de muerte) La
tendencia del yo a integrarse, puede considerarse como expresión de instinto de vida.

Es por ello que esto se ha descrito durante los primeros meses de vida, solo puede
darse una apreciación grosera de la duración de los estadios del desarrollo, en razón de las
grandes variaciones individuales. En la duración del estadio, algunos rasgos se destacan
como característicos, predominando la posición esquizoparanoide.

La interacción entre procesos de introyección y proyección determinan el desarrollo


del yo, la relación pecho amado y odiado bueno-malo constituye la primera relación con el
objeto del lactante. Las pulsiones destructivas y la ansiedad persecutoria se hallan en su
máximo grado de intensidad, debido incluso a la gratificación ilimitada por la que el
lactante siente al pecho se vuelve ideal y por otro lado devorador, que se hallan separados
uno de otro en su mente. Aspectos de pecho materno introyectados que constituyen el
núcleo del superyó.

La presencia en la mente del objeto bueno (ideal) permite al yo conservar por


momentos fuertes sentimientos de amor y gratificación, también es protector del objeto
perseguidor por que el lactante siente que lo han reemplazado. La atenuación del temor al
objeto malo por medio de la confianza en el objeto bueno y la ansiedad depresiva solo
surge durante vivencias fugaces.

Desde la Psicopatología, en el desarrollo normal la posición esquizoparanoide, se


caracteriza por la escisión entre los objetos buenos y malos, el yo que ama y que odia,
escisión en que las experiencias buenas predominen sobre las malas.

Condición necesaria para que en estadios posteriores se produzca la integración, es


por ello que en este estadio él bebe llega a organizar sus percepciones por medio de los
procesos proyectivos e introyectivos. (Segal , 1982)

Cuando baja la agresividad del ambiente/madre es cuando pasa a hacer el tránsito


hacia la posición depresiva.

- Posición Depresiva, alcanzada desde los 6 meses a primer año de vida. Si el yo


infantil se percata, de la mayor fuerza del objeto ideal respecto al objeto persecutorio y del
predominio de la pulsión de vida sobre la pulsión de muerte, estas circunstancias llevan a
una identificación del yo con el objeto ideal, aumentando las posibilidades para enfrentar la
ansiedad persecutoria sin tener que echar mano de defensas inadecuadas como la escisión
patológica y otras.

A lo largo de la posición depresiva predominan los objetos externos e internos,


teniendo lugar un enfrentamiento constante entre el amor y odio. Cambio en la vivencia de
la realidad subjetiva y objetiva, reconstituyéndose la integridad de los objetos que habitan
en ambos espacios, dejando de ser percibidos tales objetos como parciales, apareciendo la
tolerancia al dolor psíquico y el aumento del control de los impulsos agresivos. (Sanchez-
Barranco Ruiz & Vallejo Orellana, 2004)

Ciclos de proyección e introyección, los objetos buenos pueden ser proyectados


para mantener s salvo de los malos. En estos ciclos por tanto entender la constelación entre
lo bueno y lo malo como lo que está más presente, si en la constelación siempre hay
agresividad el ambiente siempre será más persecutorio. Si en esta constelación (choque de
fuerza) lo que más hay son aspectos positivos se puede sentir que el ambiente no quiere
destruir, sino que se ve como cosas lindas.

Aunque el poder de las pulsiones destructivas disminuye, estas pulsiones son


sentidas como un gran peligro para el objeto amado, percibido ahora como persona. Los
métodos omnipotentes como la negación, la idealización, la escisión de los objetos internos
y externos neutralizan la ansiedad persecutoria, por lo que se conserva cuando surge la
posición depresiva.

Cuando predomina la ansiedad depresiva, el control de impulsos es principalmente


peligro para los objetos amados, significando mantener controlada la ansiedad depresiva. Si
el yo es incapaz de manejar las numerosas situaciones de ansiedad que surgen en este
estadio (fracaso por factores internos como por experiencias externas) puede hacer una
marcada regresión desde la posición depresiva a la posición esquizoparanoide, impidiendo
de igual forma los procesos de introyección total y afectaría intensamente el desarrollo
durante el primer año de vida y toda la niñez.
Si se pasa a esta posición, en algún momento de la vida igual se puede
pasar/retornar a una posición esquizoparanoide. Son etapas que funcionan en la medida que
se necesiten, por otro lado, cuando no se puede hacer el tránsito entre una posición y otra,
es porque se ha quedado fijado (por ejemplo, en la posición esquizoparanoide, dependiendo
lo que pase) Si se queda fijado es psicopatológico.

Si logra pasar a la otra posición y retorna, hay una plasticidad al sistema psíquico
que puede utilizar ambas posturas considerado como sanidad mental.

 En la posición esquizoparanoide uno puede ser dañado por otro, considerado como
ambiente hostil, se persigue, ve al objeto como total y se considera la escisión.
 En la posición depresiva uno puede dañar al otro, el ambiente por tanto deja de ser
hostil, se culpa, ve al objeto como parcial y se considera la represión.

Conclusión
Primero que todo puedo concluir que M. Klein eligió el termino posición para destacar un
fenómeno que describió, tomando como ejemplo de aquello la etapa oral y así no verlo
como una etapa o fase transitoria.
Es por ello que considero la posición como una configuración de relaciones objétales,
ansiedad y defensas persistentes durante la vida. Por eso la posición depresiva no llega a
reemplazar del todo a la esquizoparanoide, la integración no es total y por ello las defensas
contra conflictos depresivos producen una regresión a lo esquizoparanoide, de modo que el
sujeto puede mantenerse entre ambas posiciones.
En el caso de la posición depresiva la integración de las relaciones objétales puede quedar
como base de la estructura de la personalidad.

Por ello también la teoría psicoanalítica pudo haber sido rechazada por varios científicos,
debido a que M. Klein toma el modelo de forma semejante al de Freud, siendo parte de una
evaluación entre paciente y terapeuta. Es por ello que la estructuración fue relevante, ya que
construye a una explicación compleja sobre las conductas al inicio del nacimiento.
Es por ello que, conociendo sobre estas posiciones, el proceso de terapia se puede lograr,
cuando el paciente contribuye de manera positiva o negativa.

Como análisis personal, podría mencionar que coherente o incoherente, encuentro bueno la
idea de la autora de acuerdo a lo que aborda desde como es el desarrollo del infante y como
esto se relaciona a lo largo de sus etapas de vida.
Al insertarme en las posiciones y entender cada una, me hace sentido lo que plantea ya que
de alguna forma al entender el comportamiento de cada una y llevarlo a la practica en
relación al contexto de trabajo puedo visualizar como se desarrolla cada persona desde
como pudo ser su infancia llevando con ello las reacciones con las que responden pacientes
a situaciones de la vida diaria, favorables positivas o negativas y limitantes. Incluso ya que
se ven posiciones como la esquizoparanoide en donde piensan que podemos querer
perjudicarles ya sea cambiando horas, no entregando medicamentos sin control médico, etc.

Anexo

Klein, M., Heimann, P., Isaacs, S., Riviere, J., Desarrollos en Psicoanálisis. Buenos Aires:

Editorial Paidós.

Sánchez- Barranco, A., Vallejo, R. (2004). Melanie Klein, una princesa que creo su propio

reino. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría no.91 Madrid.

https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-57352004000300008

Segal, H. (1982). Introducción a la Obra de Melanie Klein. Barcelona: Ediciones Paidós

Ibérica, S.A.

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