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Había una vez en la ciudad de cusco, una jovencita de 13 años llamada María, ella
es muy apasionada a los bellos paisajes, así que está orgullosa de haber nacido en
esta ciudad ya que no solo le parece importante los grandes monumentos sino sus
hermosos paisajes culturales que tiene ya que le transmiten mucha paz y
tranquilidad .Muchos de sus compañeros sueñan en poder ser grandes cocineros ,
ingenieros , arquitectos entre otros pero ella la única meta que se propuso cumplir
fue poder ver los atardeceres y amaneceres tan lindos hasta su vejez , aunque para
muchos esta era una idea muy infantil a ella no le importaba qué es lo que pensaran
o le dijeran los demás .Desde muy chiquita ,ella está acostumbrada a caminar a su
colegio con su abuelita ya que sus padres murieron en un accidente que es muy
difícil recordar para ella porque en ese entonces era muy pequeña y su abuela no le
suele hablar demasiado de eso.
Siempre llega 20 minutos antes del inicio de las clases, en su salón es muy
reconocida por tener una habilidad muy impresionante, que para los niños se les
hace muy difícil de conseguir, es el dibujo, podría realizar diferentes dibujos con todo
tipo de materiales pero lo que más le gusta Al momento de realizarlos es plasmar los
árboles , cascadas o ríos en una hoja. Muchas veces sus compañeros de aula, le
pedían dibujos ya sea para regalar o para ellos mismos A María no le molestaba que
le pidieran tanto ya que para ella era una forma de liberarse del estrés que llevaba ,
al regresar de su colegio siempre pasaba por el campo de su abuelita por lo tanto la
esperaba sentada en una roca haciendo bocetos y algunos deberes cuando su
abuelita terminaba de ver los cultivos y alimentar a los animales regresaban juntas a
su casa mientras que se contaban lo que le sucedía en el día a día para María su
abuelita era su mejor amiga ya que la escuchaba y aconsejaba sin criticarla esta era
una rutina muy común de ellas dos era casi inquebrantable.
Lo que María no sabía Es que desde muy lejos un Cóndor la observaba todos los
días Esperando que su abuelita no vaya al campo para poder acercarse a la joven
esta le parecía muy interesante y siempre veía las hermosas obras de arte que
creaba.
Un día pasó lo esperado por el cóndor la abuelita no fue al campo, tenía un grave
dolor en el pecho Así que María se tuvo que regresar sola a su casa en ese
transcurso El cóndor aprovechó y se convirtió en un hombre con traje y chalina
blanca acercándose cuidadosamente al joven con una voz amable pero grave -Hola
María qué tal- habló inesperadamente. María saltó sorprendida y asustada- quién
eres y por qué me está siguiendo- dijo a la armada- no te voy a hacer nada- exclamó
El cóndor. María apresurando su paso quiso salir rápido del camino, pero el hombre
no le dejó se posicionó enfrente de ella y habló- me llamo turaka , soy buena gente -
María firmemente alzando la voz le dijo déjame en paz No le hago caso a hombre
sus señores Tú crees que te voy a dirigir la palabra- dijo muy enojada- No te
preocupes , ¿dónde está a tu abuelita que no la veo en el campo ni al lado tuyo?- yo
pienso que eso no te debe importar ¿Por qué le estás buscando?- preguntó
extrañada- no recuerdo que ya tenga un amigo tan joven- tienes razón pero Por qué
razón no está contigo?- habló El turaka- se encuentra mal sufre de un dolor en el
pecho- que pena espero que se recupere pronto - exclamó El turaka desinteresado -
yo tengo un secreto para curar cualquier enfermedad , si es que me necesitas estaré
por estas chacras- dijo Cortez – ahora presta atención, si me quieres llamar turaka
dos veces debes mencionar- maría solo lo miro y se apartó dirigiéndose a su cabaña
FIN
La Dama Calavera.